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El presente libro pretende ser un mapeo de los estudios sobre las juventudes iberoamericanas, a manera de invitación a una Juvenopedia en construcción. Contiene esbozos de estudios etnográficos sobre diversos actores juveniles del siglo XXI en América Latina y la Península Ibérica, a cargo de investigadores de varios países: jóvenes activistas, altermundialistas, en masculino, en femenino, estudiantes, deportistas, digitales, grafiteros, indígenas, indignad@s, inmigrantes, pingüinos, raperos, rurales, urbanos, ¿violentos? Jóvenes adjetivados y sin adjetivos, protagonistas de un presente en cuestión y de un futuro en construcción.
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© Carles Feixa y Patricia Oliart (coords.), Oscar Aguilera, Anna Berga, Marco C. Bortoleto, Josep Cru, Klaudio Duarte, Ariadna Fernández, Carmen L. Flores, Liliana Galindo, Yanko González, Joel B. Marin, Chandra Morrison, Germán Muñoz, Jordi Nofre, Pedro Núñez, Inês Pereira, Mauricio Perondi, Maricela Portillo, Rossana Reguillo, José Sánchez, Maritza Urteaga
© De la imagen de cubierta: Os gemeos, São Paulo, Foto Chandra Morrison, 2008
Montaje de cubierta: Silvio Aguirre García
© 2016, Nuevos emprendimientos editoriales, S. L., Barcelona
Primera edición: junio de 2016, Barcelona
Derechos reservados para todas las ediciones en castellano
Preimpresión: Editor Service, S.L.
Diagonal, 299, entlo. 1ª
08013 Barcelona
http://www.editorservice.net
ISBN: 978-84-16737-03-1
Queda prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio de impresión, en forma idéntica, extractada o modificada, de esta versión castellana de la obra.
Ned Ediciones
http://www.nedediciones.com
Índice
PRESENTACIÓN
HOJA DE RUTA
DE JÓVENES, MAPAS Y ASTROLABIOS
Patricia Oliart y Carles Feixa
JUVENOPEDIA
JÓVENES ACTIVISTAS
Liliana Galindo
JÓVENES ALTERMUNDIALISTAS
Inês Pereira
JÓVENES DEPORTISTAS
Marco A. Coelho Bortoleto
JÓVENES DIGITALES
Germán Muñoz
JÓVENES EN FEMENINO
Anna Berga
JÓVENES EN MASCULINO
Klaudio Duarte
JÓVENES ESTUDIANTES
Pedro Núñez
JÓVENES GRAFITER@S
Chandra Morrison
JÓVENES INDÍGENAS
Maritza Urteaga
JÓVENES INDIGNAD@S
Jordi Nofre, Ariadna Fernández, José Sánchez, Maurício Perondi y Carles Feixa
JÓVENES INMIGRAD@S
Joel O. Bevilaqua Marin
JÓVENES OBRER@S
Carmen L. Flores
JÓVENES PINGÜIN@S
Oscar Aguilera
JÓVENES RAPER@S
Josep Cru
JÓVENES RURALES
Yanko González
JÓVENES URBAN@S
Maricela Portillo
¿JÓVENES VIOLENT@S?
Rossana Reguillo
LOS AUTORES
PRESENTACIÓN
Este volumen esboza una«hoja deruta»para explorar un«nuevomundo»—el continente de las juventudes iberoamericanas—, dibujando una guía de viaje que se traza triangulando un destino —los pueblos juveniles que habitan este espacio geográfico—, una ruta —el mapa que pretende cartografiarlos— y un método —el astrolabio etnográfico del que se sirven los viajeros para orientarse. Como todo viaje de descubrimiento, no aspira a circunnavegar todo el territorio, sino a localizar algunos enclaves que permitan dibujar loscontornos del continente, esbozando los tesoros que contiene y los peligrosque esconde.
El libro es pues un intento de mapear el planeta de las juventudes iberoamericanas, a manera de breve enciclopedia capaz de condensar los pequeños saberes y los grandes interrogantes sobre las identidades juveniles actuales, ya sean ocultas, sumergidas, emergentes o visibles —es decir, como unaJuvenopediaen construcción. El intento responde a un trabajo de investigación individual, pero parte del esfuerzo colectivo de una veintena de investigadores e investigadoras, de ambos lados del Atlántico, que de alguna manera han tenido relación como colegas, discípulos o colaboradores, entre ellos y ellas y con los coordinadores de este volumen.
Tras una introducción en la que se establece un mapa general de los estudios sobre las juventudes iberoamericanas, el volumen se articula a partir de una serie de mapas parciales, que retratan la variedad —aunque no la totalidad— de pueblos juveniles contemporáneos, ordenados alfabéticamente (como las enciclopedias tradicionales): jóvenes activistas, altermundialistas, enmasculino, en femenino,deportistas, digitales, grafiter@s, indígenas, indignad@s,inmigrad@s, obrer@s,pingüin@s, raper@s, rurales, urban@s, ¿violent@s?Cada capítulo responde a intereses teóricos, marcos disciplinarios, ámbitosgeográficos y ejes temáticos distintos, y varios de ellos comparten la misma estructura (ya utilizada por el primer editor en el volumen anterior de la colección): una primera sección en base a discursos teóricos y conceptuales, una segunda en base a escenas etnográficas, y una tercera en base a relatos biográficos o a estudios de caso. Aunque los casos se centran en siete de los países iberoamericanos mayores (Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile, EspañayPortugal), su enfoque es comparativo y transnacional.
El volumen es el cuarto de la Biblioteca de Infancia y Juventud (BINJU) que promueveNEDEdiciones. Esperemos que tras el mapeo inicial, dicha colección pueda contribuir a una exploración más sistemática de un territorio en gran medida ignoto. A su vez, el libro está conectado con dos proyectos de investigación colaborativos, en los que participan varios de los autores: el proyectoGENIND, financiado por el Ministerio de Economía y Competividad (Gobierno de España)1y el proyectoCRIC, financiado por el programaHORIZON2020 (Unión Europea).2
Abróchense los cinturones o pónganse el salvavidas: empieza el viaje.
Newcastle, diciembre de 2009
Lleida, diciembre de 2014
Notas:
1. 2013-2015. La Generación Indignada. Espacio, poder y cultura enlos movimientos juvenilesde 2011: una perspectiva transnacional(GENIND).Ministerio de Economía y Competividad, Gobierno de España [CSO2012-34415].IP: C. Feixa. Participantes: P. Oliart, M. Urteaga, M. Portillo, O. Aguilera, K. Duarte, J. Bevilacqua Marin, I. Pereira, L. Galindo, A. Fernández, M. Perondi, J. Sánchez y J. Nofre.
2. 2015-2018.Cultural Narratives of Crisis and Renewal(CRIC). Unión Europea:HORIZON-2020, Marie Sklodowska Curie Research and Innovation Staff Exchange (RISE) [H2020-MSCA-RISE-2014-645666].IP: J. Catalá y P. Oliart (U. Newcastle, UK). Participantes: C. Feixa, J. Sánchez, J. Cru y Y. González.
HOJA DE RUTA
DE JÓVENES, MAPAS Y ASTROLABIOS
Patricia Oliart y Carles Feixa
Introducción
En este texto nos gustaría ofrecer una carta de navegación para seguir las diferentes rutas trazadas por los estudios sobre la juventud en la Península Ibérica y América Latina. Partiendo de la historia contemporánea del nuevo continente, pueden identificarse tres enfoques diferentes, que si bien surgen asociados a momentos históricos precisos, tienen continuidad en el tiempo siguiendo derroteros propios.3El primero de ellos es típico de los inicios del sigloXXy tiene como hito fundamental el movimiento de reforma universitaria en Argentinadurante1918 —que inspiró trascendentales reformas universitarias en toda la región y tambiéntuvo impacto en España. Tras este hito, se operó un cambio generacional en el liderazgo de los movimientos sociales y políticos que produjo transformaciones importantes (Faletto, 1986; Balardini, 2002). Para registrar y comentar esos cambios, se escribieron primero ensayos filosóficos y políticos, y más tarde estudios sociales e históricos, que han dejado una huella histórica, pero también una tradición de estudios sobre los movimientos de jóvenes como protagonistas de transformaciones políticas, que sigue viva en América Latina (Pérez Islaset al., en prensa; González y Feixa, 2013).La masiva participación estudiantil en las luchas sociales y políticas de las décadas de 1960 y 1970 propició el desarrollo de la investigación sobre la juventud militante que fue promovida por los estudiantes y los movimientos revolucionarios, pero también por los regímenes autoritarios, con el fin de «encapsular» la participación de los jóvenes en formas predeterminadas.
Una segunda tradición de estudios sobre la juventud en la región floreció en el contexto de la profunda crisis económica y social de la década de 1980, pero aún sigue vigente. Trabajos de aquellos años consideraban que algunos sectores de la juventud eran tanto la fuente, como las víctimas más vulnerables de la agitación social y la creciente violencia urbana. Principalmente realizado por o parainstituciones públicas, y publicado como literatura gris, este corpus de investigación se ocupa de la juventud como objeto de políticas públicas. Después de1985 (el Año Internacional de la Juventud) agencias estatales (como el Instituto Mexicano de la Juventud) y organizaciones no gubernamentales o agencias de cooperación (como la antiguaGTZalemana) promovieron la investigación «aplicada» sobre la juventud, con el fin de «integrar» a la juventud marginal o rebelde en procesos de cohesión social(Rodríguez y Debezies, 1991; Dávila, 2004; Pérez Islas, 2006).
La tercera tradición que nos interesa mencionar floreció en la década de 1990 y no ha parado de expandirse desde entonces. En lugarde centrarse en los aspectos problemáticos de la juventud vulnerable, esta tendencia reconoce la energía creativa, las prácticas críticas y estilos de vida alternativos promovidos porlos jóvenes, buscando enfoques diferentes y la comprensión de las subjetividades juveniles y sus culturas. En sintonía con las tendencias actuales en la investigación socialy cultural sobre los jóvenes, estos estudios analizan la relación dinámica entre la juventud y los cambios culturales. Inspirados por la renovación teórica en las ciencias sociales y las humanidades de esos años, los investigadores buscaron acercarse a una comprensión de la diversidadde las realidades juveniles, los cambios en los flujos y tendencias en su comportamiento colectivo y el manejo creativo de las tensiones entrelas agendas locales y globales (Margulis, 1997;Feixa, 1998; Reguillo, 2000;Valenzuela, 2009;Chaves, 2010). Es esta corriente reciente la que enmarca los trabajos presentes en estaJuvenopedia, entendiendo el desarrollo de nuevas subjetividades en el marco de la cultura global que caracteriza al orden neoliberal, así como la emergencia de respuestas a ésta entre los jóvenes.
Los jóvenes como actores. El estudio delajuventudenmovimiento
Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra.
(Manuel González Prada, 1888)
A finales del sigloXIX, Manuel González Prada, intelectual peruano, anarquista, antirracista y feminista, identificaba el cambio social con la imprescindible renovación generacional de la elite política, proclamando la confianza en las nuevas generaciones que fue característica de otros intelectuales latinoamericanos de entonces. El primer tercio del sigloXXexperimentó así el impulso a una cultura democrática que desafiaba la herencia colonial, para liderar nuevas, modernas y más incluyentes sociedades: José Rodó en Uruguay, José Ingenieros en Argentina, Vicente Huidobro en Chile, José Vasconcelosen MéxicoyJosé Carlos Mariátegui en Perú, tenían grandes expectativasacerca de la renovación que las nuevas generaciones podían llevar a cabo en sus sociedades (Ingenieros, 1917; Ponce, 1938; Rodó, 1961; Mariátegui, 1971; González, 2002; Caccia-Bavaet al., 2004;Pérez Islaset al., en prensa). Los escritos y reflexiones acerca del ingreso de la juventud de clase media en la arena política durante la primera mitad del sigloXX, circularon en la forma de ensayos filosóficos y políticos, publicados como editoriales periodísticos, discursos políticos o presentaciones académicas, que serían posteriormente reunidos en publicaciones ampliamente difundidas. Algunos de estos textos todavía se invocan para involucrar a las nuevas generaciones en una vida socialmente comprometida. El eclecticismo original de Ingenieros, Rodó, Vasconcelos, buscaba al mismo tiempo estar en sintonía con discusiones contemporáneas en otras latitudes, pero compartiendo el espíritu de crear algo únicamente latinoamericano. La dramática historia de América Latina en el sigloXXestuvo marcada por la tensión entre fuerzas sociales y políticas que promulgaban la modernización y la democracia, confrontadas a un pasado colonial resistente en grandes territorios. El surgimiento de nuevas clases sociales y proyectos políticos, a su vez marcados por la diversidad étnica y los conflictos raciales agudizaron la tensión de esos momentos. Rebeliones internas y luchas entre caudillos, seguidas, en algunos casos, por desplazamientos de diversos grupos, las dictaduras y las luchas por la liberación y la justicia mostraron de un modo u otro los cambios generacionales, y trajeron a primer plano la relevancia política de las nuevas generaciones.
A lo largo del sigloXX, las nuevas cohortes políticas plantearon nuevas formas de hacer política yampliaron el espectro de participación política. Aparecieron diferentes tipos de organizaciones juveniles, dirigidas por sindicatos de estudiantes, organizaciones religiosas, secciones juveniles de los partidos políticos, algunas de ellas inclusoderivarían en grupos guerrilleros. Los escasos estudios acerca de aquella época suelen tener un enfoque nacional o incluso local, dando cuenta demovimientos específicos, en su mayoría dirigidos por estudiantes varones de clase media. El desarrollo de nuevas disciplinas dentro de las cienciashistóricas y sociales en las universidades fomentó el uso de la investigación empírica, por entonces bajo la influencia del funcional-estructuralismo, que vinculaba la participación de los estudiantes y las características de su participación en organizaciones oreuniones políticas a las variables socioeconómicas o crisis institucionales (Cfr.Solari, 1967; Medina Echavarría, 1967; Gurrieriet al., 1971).
En la década de 1970, en el marco de una amplia participación de los estudiantes en la movilización políticademuchos países del mundo,se registró una tercera fase de los movimientos sociales radicalizados en América Latina. A diferencia de casos anteriores, cuando las demandas de los movimientosestudiantiles se hicieron en su nombre, los movimientos de estudiantes de finales de lossesentaysetentaabrazaron programas políticos más amplios, generalmente inspirados enlas interpretaciones marxista-leninistas de la sociedad y el cambio social, y que defendían abiertamente un generalizadoapoyo a las rebeliones campesinas y las demandas de la clase trabajadora. La acción de las organizaciones estudiantiles y juveniles desapareció entonces de laescritura académica, y sus acciones fueron incluidas en la narrativa sobre actores sociales promotores de transformaciones radicales (Galeano, 1971).
Este período de efervescencia radicalfue seguido por las dictaduras militares que atacaban a la oposición tratándola como enemigo interno. Esto fue especialmente dramático en Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Guatemala. La aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional durante aquellos años afectó profundamente a los jóvenes latinoamericanos que se unieron a laresistencia contra las dictaduras y lucharon por la restauración de la democracia de muchas maneras diferentes. En pleno retorno a la democracia, las últimas tres décadas presenciaron el regreso de Latinoamérica a las economías de exportación de materias primas durante la aplicación depolíticas neoliberales. Los movimientos sociales que ofrecieron resistencia y que en algunos casos todavía perduran, han tomado diversos formatos interesantes, entre ellos los jóvenes, no sólo universitarios, sino estudiantes de Escuela Secundaria que lideran protestas y promueven transformaciones que enlazan con otras movilizaciones de grandes grupos de actores que tratan derecuperar los derechos recortados a consecuencia de la contracción del Estado (Jelin y Sempol, 2006; Alvarado y Vommaro, 2010; Feixa, 2010).
Los jóvenes como problema. El desarrollo delosestudios sobrejuventud
Al preguntarse por la juventud, la sociedad tratadesabercómocomienzasu futuro.
(Néstor García Canclini, 2006)
En un texto sobre un caso policial en Chiledurantelos añoscincuenta,Yanko González (2012) muestra cómo, hacemás decinco décadas, la sociedad chilena conservadora interpretó los signos de la modernización—introducidos o expresados a través de una nueva cultura juvenil—como una amenaza para los valores morales del país. González muestra cómo los medios de comunicación interpretaron un acontecimiento específico para representar a los jóvenes de clase media como desorientados y molestos. Esto nos lleva al problema de cómo se construye la juventud en determinados momentos, mediante la atribución de características que pueden generar miedo y desconfianza. En la década de 1980, los países de América Latina se enfrentaron a una profunda crisis económica de terribles consecuencias sobre todo para los habitantes urbanos pobres. La hiperinflación y el desempleo expulsaron a niños y mujeres a las callesenbusca de improvisados puestos de trabajo para sobrevivir, abandonando su educación y sus hogares, y generando lo que los desarrollistas llaman situaciones de alto riesgo. La Organización de las Naciones Unidasseñaló1985 como el Año Internacional de la Juventud para centrar la atención en las necesidades de desarrollo de laspersonas menores de 24 años de edad en estas circunstancias particularmente difíciles.
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), una de las cinco comisiones regionales de las Naciones Unidas creada en la década de 1950, se convirtió en un agente importante en la producción de información y difusión de conocimientos sobre la situación de los jóvenes en la región. Así, el número 29 deLa Revista de laCEPALse convirtió en un hito en la presentación de la juventud como un sector social necesitado, que mostraba fuertes contrastes en la región, utilizando una amplia gama de indicadores socioeconómicos. La violencia urbana y política, las altas tasas de abandono de la educación, el aumento del desempleo juvenil y los niveles de pobreza, condujeron a diversos organismos de cooperación internacional a diseñar intervenciones para canalizar recursos del Estado hacia los jóvenes, y una nueva área deespecialidad de competencia comenzó a desarrollarse. La identificacióndelos jóvenes no como un actor social, sino como un segmento de la población necesitada de atención y con un problema de desarrollo, trajo un enfoque más prescriptivo para la investigación sobre la juventud. El Estado controlador y vigilante puso la agenda de investigación que se desarrolló a partir de este enfoque, y surgieron diversas instituciones de investigación que desarrollarían las políticas públicas dirigidas a los jóvenes, en áreas como la salud reproductiva, educación, empleo y seguridad, apuntando a responder a desafíos como la violencia juvenil y de la calle, la pobreza, el fuerte aumento de la delincuencia relacionado con el crecimiento del tráfico y consumo de drogas (especialmente cocaína).
La red de instituciones dedicadas a la juventud surgida a partir de esta coyuntura es muy diversificada, y podríamos identificar tres modelos de instituciones que a su vez reflejan el tenso diálogo con una sociedad civil que ha impulsado el desarrollo de relaciones más permeables y dialógicas entre Estado y sociedad:instituciones dedicadas a la identificación de problemas y la formulación de políticas de juventud, como institutos de investigación y secretarías ministeriales; instituciones dedicadas a proporcionar asistencia o servicios bajo demanda, como programas y consejos; instituciones dedicadas a generar o aprovechar los recursos para aplicarlosa problemas específicos o «áreas de intervención», tales como las redes y lasplataformas.
Una fórmula reciente de representación social amplia es una institución que se conoce como Observatorio y se ha popularizado para tratar con losjóvenes, ysobreotros temas sensibles como la inmigración, el racismo olos Derechos Humanos. El conocimiento compartido sobre un tema en particular es el resultado de las observaciones y la información proporcionada por los miembros de la institución. Actualmente hay Observatorios de la Juventud en Argentina, Chile, Colombia, Paraguay, México y Venezuela, en conjunción con las instituciones estatales, así como con otras organizaciones impulsadas y apoyadas por organizaciones no gubernamentales, agencias de cooperación o universidades.
Por lo tanto, hay una historia que contar acerca de más de treinta años de la intervención estatal en materia de juventud en algunos países, mientras que en otros este proceso está a punto de comenzar. El balance general sobre las políticas aplicadas de arriba hacia abajo, y basadas en investigaciones sobre juventud orientadas por una aproximación pragmática, es bastante incierto. Los enfoques y la asignación de recursos e inversiones divergen. El enfoque de arriba hacia abajo, con la formulación de políticas dirigidas a lajuventud que se materializan en la legislación, las instituciones públicas y laexperiencia profesional reconocida a su alrededor, son el enfoque preferido por el Estado. Otras instituciones, como lasONG, prefieren confiar en los actores juveniles en tanto que directamente implicados, organizados en forma de redes, asociaciones, plataformas, consejos y ayudados por adultos profesionales.
Pero a pesar de las variaciones, la mayoría de los modelos contempla la existencia de una institución dirigida por un adulto, que observa a los individuos jóvenes e informa sobre ellos desde el exterior, con una supuesta independencia y objetividad, mediante el uso de instrumentos e indicadores que describen con precisión la «realidad», y partiendo de un intercambio desigual de conocimiento y poder. La prevalencia de este enfoque es evidente cuando leemos el texto de los documentos oficiales sobre políticas dedicadas a la mejora de los servicios para los jóvenes. En la mayor parte de ellos, la juventud es representada como el futuro de la sociedad, lo que la hace merecedora de la inversión. Su presente no parece contar tanto por sí mismo, como por lo que significa para el futuro.
Muñoz y Pinilla (2012) han descrito bien las limitaciones de los enfoques de los estudios de juventud que caracterizan las investigaciones realizadas bajo estos programas. La preferencia por una experiencia clara para responder a las directrices de sectores específicos, a veces limita las posibilidades de los enfoques integrales frente problemas complejos. Por ejemplo, uno de los defectos más comunes de la investigación sobre juventud y sexualidad en las sociedades culturalmente diversas de América Latina es la omisión de las dimensiones históricas, sociales o culturales de la sexualidad. Los investigadores de salud reproductiva se centran, por lo general, en cuestiones que consideran problemáticas, como la edad para el inicio de la vida sexual activa, el número y características de los embarazos de adolescentes, la incidencia del aborto, el uso de métodos anticonceptivos y así sucesivamente. A pesar de que todas ellas son cuestiones pertinentes para el diseño de aspectos específicos en este tipo de intervención, aún queda mucho por saber sobre la elaboración de recursos útiles y relevantes para las comunidades donde se pongan en práctica los programas. En el caso de la juventud rural, es cada vez más claro que el reconocimiento de las particularidades culturales e históricas es de vital importancia para el diseño de cualquier «intervención» integral y eficaz de las agencias estatales. Con frecuencia, siguiendo con el ejemplo de la salud reproductiva, los programas de intervención se diseñan sin mucho conocimiento acerca de las expectativas sociales y personales de las mujeres jóvenes en relación con la maternidad, o el valor cultural de la paternidad en ciertas comunidades, el valor relativo de alcanzar mayores niveles de educación en diferentes contextos, las formas en que la migración puede cambiarlos entendimientos culturales de la feminidad y la masculinidad (Oliart,2005). El conocimiento de estos temas se maneja en círculos desconectados, teniendo por un lado a antropólogos o sociólogos trabajando para una institución académica, produciendo resultados de investigaciones que no llegan a las agencias de salud y educación del Estado, y donde a su vez se cuenta con equipos de investigación de expertos siguiendo las órdenes del día de sus propios sectores. Esa característica falta de conocimiento compartido ha tendido a producir intervenciones guiadas por enfoques limitados y a veces perjudiciales (Muñoz y Pinilla, 2012).
El reciente incremento de la investigación aplicada sobre juventud en América Latina está relacionado con la violencia y las pandillas. Pero el enfoque pragmático del problema tiende a evitar hablar de la violencia como efecto de las relaciones de poder y de una situación de exclusión, centrándose en cambio en las condiciones que generan situaciones de riesgo. Como señala Rossana Reguillo (2012), la creación y circulación de todas las categorías negativas asociadas a la juventud, acabará por hacer a los jóvenes idénticos a la imagen de delincuentes que los medios de comunicación y algunas agencias estatales prefieren pregonar. Esta trayectoria de los jóvenes como objeto de investigación cuenta la historia de una categoría que en América Latina ha pasado de representar la promesa del futuro, a representar a losociosos y excluidos. Sin embargo, también se están produciendo algunoscambios en el ámbito de los estudios estatales sobre la juventud. Este cambio de paradigma, que se podría resumir como una transición de las «culturas políticas (de la juventud)» a la «política de la cultura juvenil» (Feixa, 2010), está claramente descrito por Aguilera (2008). En el primer caso, la acción pública se centra en distribuir entre los jóvenes la orientación política hegemónica a lo largo del proceso, definiendo un terreno clásico en el cual las supuestas políticas integrales priorizan la política como espacio para la cohesión social y el control. En el segundo caso, la acción pública es permeable a las nuevas necesidades y lenguajes que proceden de las culturas juveniles,definiendo un nuevo terreno para el juego, donde, por ejemplo, las políticasde acción afirmativa priorizan las culturas como espacio para la innovación social. El primer enfoque es adultocéntrico —puesto que son las instituciones adultas las que definen las reglas del juego, y la construcción de la categoría cultural de la juventud— y políticocéntrico —políticas culturales mediadas por relaciones de poder. La segunda perspectiva es intergeneracional —las reglas del juego son el resultado de la interacción entre generaciones— y culturocéntrica —la cultura es el área principalen la que se redefine el ámbito público y, por lo tanto, es el espacio para el surgimiento de nuevas identidades políticas.
Este cambio de paradigma es aún incipiente. Mientras tanto, la reciente implicación de la juventud en la lucha social y política en América Latina es muy reveladora de la forma en la que grandes grupos de personas jóvenes perciben y quieren ser parte de su tiempo y lugar. En Chile y Argentina, contra las políticas de trabajo y de educación, con formas innovadoras de organización por todo el país; en México y Colombia, creando sus propias maneras de rechazar y combatir la violencia en la sociedad; en Perú y Brasil, llevando las artes al terreno de la política para expresar sus principales preocupaciones. Esto nos lleva a la última de las tradiciones que queremos presentar, en la que se ha hecho un importante esfuerzo para desarrollar estudios sobre la juventud como un sector de estudios pertinente y productivo, comprometido con los propios actores.
Los jóvenes como ciudadanos. Culturasjuvenilesypolíticas
Es posible que los jóvenes intenten constituir una especie de sub-cultura adolescente casi como una identidad definitiva, siendo por definición la condición juvenil algo transitorio.
(Enzo Faletto, 1986)
Los fondos disponibles para la investigación académica independiente en América Latina son aún más restringidos que en Europa. Las escasas fuentes de financiación concursables en las ciencias sociales suelen estar destinadas a la investigación para el desarrollo. Sin embargo, a pesar de estas restricciones, los investigadores latinoamericanos logran hacer frente a ellas y todavía llevan a cabo una investigación independiente y producen conocimiento, haciendo malabarismos entre las agendas impuestas por los organismos de financiación y sus propias agendas innovadoras e independientes. En este marco que intenta responder a necesidades no reconocidas, surge el tercer modelo para los estudios de los jóvenes en América Latina, y que está en sintonía con una tradición similar en otras partes del mundo, especialmente en el campo de los estudios culturales. Es interesante señalar que, en un principio, los estudios culturales latinoamericanos se desarrollaron de forma independiente a la escuela de Birmingham. De hecho, los teóricosmaîtres à penser, fueron algunos conocidos pensadores culturales de América Latina, no especializados en juventud, pero sí interesados en contraculturas y subculturas. Éste es el caso de Néstor García Canclini (2006) y Carlos Monsiváis en México, Jesús Martín-Barbero (1998) en Colombia y Beatriz Sarlo (1994) en Argentina, entre otros. De hecho, los autores de la primera generación de estudios culturales sobre juventud desarrollaron marcos interpretativos muy similares a los procedentes de Birmingham, pero con algunas particularidades: el concepto de clase tenía un sentido económico más profundo, y el concepto de resistencia tenía un sentido político más profundo. La etnografía tiene un papel crucial en este modelo, la antropología es la disciplina de elección y los resultados se presentan de una manera u otra como fruto en coautoría de la relación entre investigadores y actores. Detrás de esta tendencia, un proceso plural, descentrado, inter-generacional es considerado como el vehículo para la producción dialógica del conocimiento y la interpretación del significado en diferentes situaciones problemáticas, movimientos culturales y políticosy subculturas. Se incorporan procesos tanto cuantitativos como cualitativos de recopilación de datos, y los jóvenes actores se involucran en el proceso de investigación. Las subjetividades juveniles ocupan un lugar destacado en este tipo de investigaciones, mirando las tensiones entre la globalización y las realidades locales, y la aparición de formas de vida alternativas. Esto incluye las formas innovadoras de participación de los jóvenes en los grandes movimientos sociales, o las formas en que los jóvenes urbanos promueven la acción directa y la transformación en el ámbito de la cultura y la estética que promueven nuevos valores y relaciones sociales (Cfr. Abramo, 1994; Margulis, 1997; Feixa, 1998; Reguillo, 2001; Marín y Muñoz, 2002; Borelli y Filho, 2008 y Urteaga, 2011).
La producción de publicaciones colectivas o incluso películas, se basa en esta tradición de la que algunos de nosotros hemos sido activos «instigadores» durante casi tres décadas, y que además une el trabajo realizado en laPenínsula Ibérica con los países de América Latina. La aparición de esta tradición intelectual se expresa en las redes sociales académicas basadas en intercambios personales y virtuales, con experiencia en conferencias, afinidades teóricas y compromisos políticos (Reguillo y Feixa, 2004). Su origen se remonta a varias redes de investigación nacionales y transnacionales, revistas académicas y libros editados. En cuanto a las redes, éstas fueron a veces promovidas por las agencias estatales (como la Red Mexicana de Investigadores en Juventud, en la década de 1990), o por las nuevas generaciones de investigadores jóvenes (como la Red Argentina de Investigadoresde lasJuventudes, en la década de 2000), o por las agencias de cooperación de investigación (como el Grupo de TrabajosobreJuventud deCLACSO, ConsejoLatinoamericano de Investigaciones Sociales). En cuanto a las revistas, a despecho de algunos precedentes discontinuos en la década de 1980—In Telpochtli, In Ichpuchtlien México(1981-1988),Participaciónen Uruguay(1984-1990)yMayoen Argentina (1990)—, y algunas revistas interdisciplinarias que han dedicado números especiales a los jóvenes—comoNueva Sociedaden Venezuela,Nómadasen ColombiayTempo Socialen Brasil—, la consolidación de un campo científico se debe a tres revistas específicas,con difusiónen toda la región:Última Décadaen Chile (desde 1993),Jóvenesen México (entre 1996 y 2006) y laRevista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventuden Colombia (desde 2003). Numerosos libros editados son el resultado deconferencias,o informes de conjunto encargados por instituciones comoCEPALo laOIJ, e incorporan textosde los principales actores en el campo; ejemplos importantes son:Viviendo a toda(Cubideset al., 1998),Aproximaciones a ladiversidad de lo juvenil(Medina, 2000);Jóvenes,culturas eidentidadesurbanas(Nateras, 2002);Pachucos, malandros, punketas(Feixaetal., 2002);Jovens na América Latina(Caccia Bavaet al., 2004);Elpasado enelfuturo(Jelin y Sempol,2006);La juventud en Iberoamérica(Hopenhayn, 2007);Jóvenes,cultura ypolítica en América Latina(Alvarado y Vommaro, 2010);Bohemios,rockanroleros &revolucionarios(González y Feixa, 2014);Juvenicidio(Valenzuela, 2016),entre otros.
Un tema emergente concreto es la situación de los jóvenes en transición, o las actividades culturales y la situación de la producción cultural de los jóvenes, hombres y mujeres, que viven entre dos mundos diferentes, y dan sentido a su lugar en la sociedad mediante la creación de mundos diferentes para sí mismos en otros países o en las nuevas áreas que vayan a habitar. Éste es el caso de los jóvenes indígenas, las diferentes generaciones de jóvenes inmigrantes o de poblaciones desplazadas de zonas rurales a otras zonas rurales en los procesos de migración transnacional (de los campos de América Central y México rural a los campos agrícolas de Estados Unidos), o de las ciudades andinas a las calles de Madrid o Barcelona, o la migración más tradicional desde zonas rurales a zonas urbanas dentro de sus propios países, o hacia los países vecinos como es el caso de los bolivianos en Argentina o Paraguay (Feixa y González, 2005 y Pérez Ruiz, 2008). A veces, estos intercambios culturales se han visto a través de los lentes deformantes de los grupos urbanos de la calle, conformados según el modelo norteamericano de la «ganga» latina, en el modelo de las «maras» en América Central, o las «pandillas» en América del Sur, o incluso en el modelo diaspórico de las «bandas globales», como los Latin Kings y Queens, que se trasladó a Europa tras la última oleada de migraciones transnacionales (Salazar, 1990; Reguillo, 2000; Feixa et al., 2005; Perea, 2007; Nateras, 2015).
Rossana Reguillo (2012) está involucrada en la investigación y el desarrollo de un nuevo enfoque para el estudio de la situación de los jóvenes que viven en situaciones extremas, llamando a interpretaciones amplias y por un enfoque menos pragmático que el auspiciado por los Estados u otras instituciones pertinentes con el objetivo de cuidar de la violencia urbana y la participación de los jóvenes en el mundo paralelo del tráfico de drogas. Ella recomienda que en sociedades como México, Guatemala o Brasil, la represión y el control, por un lado, o el enfoque de desarrollo de servicios y la inclusiónde los jóvenes en situación de riesgo, por otro, deben reconsiderarse a la luz deuna profunda reflexión sobre la relación entre la sociedad y este segmento crítico de la población. Reguillo afirma que la investigación sobre la juventud y la violencia tiene que asumir la tarea de llevar a cabo una búsqueda despiadada y cruda para lograr una descripción clara y la comprensión del abandono y la vulnerabilidad de los jóvenes que participan en este orden paralelo, porque tal como están las cosas, encuentran alternativas que ya están presentes en sus vidas que sonad-hocy totalmente desconectados de lo que la sociedad «formal» les ha negado a ellos hasta tal punto en el que estos jóvenes no quieren saber nada de ella.
Mapeo de las juventudes iberoamericanas
Lapresenteobracontiene 17 entradas iniciales a unaJuvenopediaen construcción. Dichas entradas, a la vez que nos acercan a las preocupaciones, accionesy estilos de vida de un universo muy diverso de jóvenes de la Península Ibéricay América Latina, nos informan de los diferentes enfoques, disciplinas y estilos de escritura con que el mundo académico se aproxima a ellos y ellas. Desde la crónica de eventos, o la entrevista comentada, pasando por la exploración de la producción teórica reciente para comentar nuevos fenómenos, esta primera entrega de laJuvenopediaincluye novedosos estudios etnográficos que exploran prácticas culturales y políticas de jóvenes urbanos y rurales, con los recursos interpretativos de la antropología, la sociología, la sociolingüística y los estudios culturales. Se trata de un intento de mapear algunas actorías juveniles contemporáneas, susceptible de cubrir una diversidad de adscripciones identitarias, tanto de origen (las condiciones sociales de la juventud), como de destino (las imágenes sociales de la juventud).
Los autores de esta publicación nos presentan actorías que pueden agruparse según criterios clasificatorios (siempre parciales y artificiales): jóvenesindígenasque usan su origen étnico, su lengua o su capacidad de cazar nuevas tendencias como camino para afirmar identidades que les son disputadas, como nos muestran los textos de Cru y Urteaga, para los jóvenes que negocian su identidad indígena en el México contemporáneo; jóveneslocalizados(rurales y urbanos), que habitan un territorio y se apropian del mismo a través de rituales musicales y micropolíticos, y que González y Portillo nos ayudan a conocer y entender en el Chile rural y el México urbano, mientras queMorrison nos acerca a jóvenes artistas que responden a la agresividad y elmiedo con su arte en los muros de São Paulo; jóvenesocupados, que construyen sus identidades y negocian sus intereses en relación al medio escolar aprendiendo el lenguaje y las prácticas de la resistencia militante, como en los casos de Argentina y Chile que presentan Núñez y Aguilera, o enrelación al medio obrero, como en el estudio sobre las y los hijos de la Volkswagen que nos presenta Carmen L. Flores. La producción activa de identidades de género desde la marginalidad con mujeres y hombres que se hacen mayores al mismo tiempo que van perfilando sus identidades sexuales y sexualizadas, nos llega con los trabajos de Berga y Duarte (en femenino y en masculino —la juventudLGTBquedará para el desarrollo futuro de laJuvenopedia—); aprendemos sobre los jóvenes digitales y deportistas que construyen sus mundos de vida (nativos o migrantes) en espacios lúdicos corporalizados(offline) o virtuales (online) con los trabajos de Coelho, Marin y Muñoz,quien explora ampliamente la importancia de los usos de las nuevas tecnologías en los procesos de conformación de subjetividades; y finalmente jóvenescomprometidos(activistas, altermundialistas e indignad@s), que imaginanmundos de vida utópicos a fuerza de rebelarse contra el mundo tópico, real, en los trabajos de Galindo, Pereira y la contribución colectiva de Nofre, Fernández, Sánchez, Perondi y Feixa. El volumen se cierra con un texto de Rosanna Reguillo, que contribuye a estaJuvenopediacon una importante reflexión sobre los desafíos para estudiar y entender a los jóvenes —¿violentos?— de las maras en Centroamérica.
Para ser fieles a la lógica de las enciclopedias, cada entrada está encabezada por un título simple, encabezado por un sustantivo (jóvenes) y completado por un adjetivo (las distintas variantes la actoría juvenil). Dicho título ha sido adjudicado por los coordinadores del volumen, con la idea de bautizar los lugares conocidos (aunque por supuesto quedan muchos lugares del mapa pornombrar). Sin embargo, el contenido de las entradas suele trascender dicho encabezado, pues las actorías juveniles representadas pueden verse desde ópticas diversas. Por ello se añade un subtítulo, basado en las propuestas de los autores, que responde más cabalmente al contenido del texto.
En la era de la Wikipedia, puede parecer extemporáneo plantear una enciclopedia con formato de libro. Aunque hemos optado por evitar las definiciones ortodoxas y la mera acumulación de datos, priorizando aproximaciones a la diversidad de lo juvenil, y aunque somos conscientes que la pretensión holística de toda enciclopedia en este caso es una pura ilusión, no renunciamos a seguir construyendo laJuvenopediadesde el espacio virtual, por lo que invitamos a los lectores y lectoras —investigadores sobre las juventudes iberoamericanas, activistas, profesionales de juventud, educadores, responsables políticos o actores juveniles— a participar en elwork-in-progressque proseguirá en la web de la Biblioteca de Infancia y Juventud deNEDEdiciones:http://www.nedediciones.com.
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Notas:
3. El presente texto recoge ideas de nuestra introducción al número especial de la revista Young (2012, 20: 4) dedicada a los estudios sobre juventud en América Latina, coordinado por los autores de este volumen (Oliart y Feixa, 2012), que incluye estudios de caso de Reguillo (2012) sobre Centroamérica, de González (2012) sobre Chile, de Chaves y Núñez (2012) sobre Argentina y de Muñoz y Pinilla (2012) sobre Colombia, estudios que comentamos a continuación.
JUVENOPEDIA
JÓVENES ACTIVISTAS
Movimientos de protesta e Internet en Colombia y Brasil
Liliana Galindo
Introducción4
A inicios de la presente década, tuvieron lugar en el mundo movilizaciones y movimientos en los que el uso de Internet y las redes sociales implicó una mediación preponderante. Algunos de estos movimientos, como la denominada «Primavera Árabe», los Indignados en España y el movimiento Occupy Wall Street lograron notoriedad internacional. Sin embargo, otros movimientos de ocupación y de protesta en América Latina tuvieron poco o ningún despliegue en medios de comunicación internacionales. Fue el caso de movimientos por la educación y de muchos de los movimientos de ocupación en diversas ciudades latinoamericanas. La invisibilidad de estos movimientos está correlacionada con la extensión y envergadura de sus movilizaciones, su carácter disruptivo frente a los órdenes políticos que contestany a las interrelaciones entre muchos de ellos.
La aproximación a los movimientos juveniles contemporáneos cuya acción está mediada por Internet, plantea un abordaje que reúne rutas de exploración como la «PrimaveraInvisible»,5la politicidad en red,6la emergencia de movimientos que van de las calles alared y viceversa,7que permiten problematizar las relaciones de visibilidad e invisibilidad8y afirmar las dimensionesonlineyofflinecomo dos órdenes de realidad9que se despliegan y yuxtaponen en flujos de cooperación y contradicción. A partir del estudio de los casos del movimiento estudiantil colombiano y del movimiento Occupy en São Paulo en el año 2011, este trabajo muestra, desde una perspectiva transnacional, cómo el surgimiento de nuevas formas de comunicación y los modos en que algunas tecnologías digitales son apropiadas, implican una reconfiguración de la acción política y denotanunproceso de cambio en espacio-temporalidades emergentes e híbridas. Así, lo que aquí denominamos la «PrimaveraInvisible» es la metáfora del origen y despliegue de estos movimientos, de las conexiones entre ellos, de sus acciones en contextos de invisibilización política y de sus formas de protesta y movilización que están mediadas por Internet y Facebook en particular. El término «primavera» expresa una doble connotación: por una parte, se refiere a los levantamientos en el Magreb y a su influencia, impacto y vínculos con otros movimientos en el mundo, y por otra, refiere su carácter hetero-nominativo, pues es una denominación atribuida por actores ajenos a los movimientos de manera que esta designación exterior es expresiva de las relaciones de poder que implica. El término «invisible», denota la multiplicidad de lo que no aparece y las condiciones sociales que producen la invisibilidad: la invisibilidad no es sólo una ausencia de lo visible sino una producción social y política de lo que no aparece. Esta invisibilidad también concierne la reconfiguración del espacio-tiempo de la acción en red lo que a su vez señala la emergencia de modalidades transformadas de ser en el mundo contemporáneo. La «PrimaveraInvisible» es pues un modo de referirnos a aquellos movimientos, con sus dinámicas y vínculos, que no fueron objeto de interés de los grandes medios de comunicación internacionales ni de la academia y que abordamos en este texto. Para ello, presentamos los casos de estudio, pasando por la problematización de las nociones de politicidad en red, visibilidad e invisibilidad, para finalizar con una reflexión que no busca concluir sino plantear perspectivas de investigación.
Escenas: movimientos colombiano y brasileño en el año 2011
Los casos en los que nos centraremos son la Mesa Amplia Nacional Estudiantil en Colombia (MANEen adelante) y Acampa Sampa Ocupa Sampa en Brasil (Ocupa Sampa en adelante). Estos movimientos implican una doble condición: de una parte, su inserción en una tipología de acción política emergente que expresa características en común con otras dinámicas discursivas y organizativas a nivel internacional; de otra parte, la singularidad propia de la producción de saberes y de formas novedosas de acción política colectiva.
MANE
Este movimientoestuvo influenciado principalmente por el movimiento estudiantil chileno (Aguilera, 2016) y estuvo inspirado por los levantamientosárabes (Sánchez, 2016) y por los Indignados de España (Nofre, 2016). Se trató de un movimiento estudiantil sin precedentes en los últimos 40 años de la historia nacional, siendo su antecedente más cercano el movimiento estudiantil de 1971. Su invisibilización en los grandes medios no responde pues al carácter poco relevante del movimiento,sino que por el contrario, en la coyuntura en la que nace y se despliega, adquiere rápidamente una gran envergadura en términos de su capacidad de convocatoria y movilización, de la dimensión de sus reivindicaciones y de sus alcances, como lo fueron: la creación de una estructura nacional de articulación, coordinación y acción estudiantil;el acceso vertiginosamente progresivo al discurso público, ante actores y escenarios de la vida política ymassmediática nacional, y la victoria al ganar el pulso por el retiro del proyecto de reforma de laLey deEducaciónSuperior que había sido propuesto por el gobierno nacional, ante un Congreso con mayorías favorables al presidente Juan Manuel Santos. Se trataba del proyecto de Ley 112 de 2011 «por el cual se organiza el Sistema de Educación Superior».
Este movimiento estudiantil se articuló alrededor de laMANE, configurada como un espacio de encuentro y coordinación de diversas expresiones estudiantiles organizadas y no organizadas.10Todas ellas confluían en su oposición al Proyecto de Ley en cuestión. Su capacidad de movilización fue de carácter nacional; las manifestaciones se mantuvieron en su etapa inicial durante varios meses durante el año 2011 (desde el anuncio del gobierno de radicar el proyecto en marzo hasta su retiro en noviembre); sus reivindicaciones eran ambiciosas al plantear un modelo educativo distinto al propuesto por el gobierno y, en particular, al exigir el retiro de una reforma de la Ley General de la Educación Superior en Colombia en un país donde habitualmente las reivindicaciones y demandas hechas al gobierno nacional y al Congreso de la República no llegan a revertir las iniciativas emanadas de estas instancias de las ramas ejecutiva y legislativa. Contrario a las expectativas del movimiento mismo, tal como lo indicaron varios de sus voceros en distintas entrevistas, finalmente el Proyecto de Ley en cuestión es retirado del Congreso de la República. Tras varios meses de protestas, movilizaciones y de un prolongado y masivo paro nacional universitario, la solicitud de retiro del proyecto, firmada por la entonces Ministra de Educación, María Fernanda Campo, es radicada el 11 de noviembre del mismo año.11El retiro se hace efectivo poco después y el movimiento levanta el paro universitario.
Acampa Sampa Ocupa Sampa
En Brasil se produjeron distintas movilizaciones y actos de ocupación de plazas y lugares públicos, en el marco del llamado global del 15-O, siendo el 15 de octubre de 2011 el día en que tuvieron lugar diferentes protestas en el mundo,llamado promovido principalmente por el movimiento de Indignadosen España y elmovimiento Occupy en Estados Unidos. Es en este contextocuandonace elmovimiento Occupy. Un grupo de personas en São Paulo críticas del sistema democrático que han conocido y que reivindicaban la democracia real y directa, atendió este llamado que llegó principalmente por las redes sociales Facebook y Twitter, y desde aquella tarde del 15 de octubre de 2011 acampó en elViaduto do Chá—ubicado en la zonaVale do Anhangabaú, en el centro de la ciudad—un grupo de jóvenes que empezó a auto-gestionar formas de organización propias con reivindicaciones a su vez ancladas en lo local y en lo global.
Los movimientos de Indignados y Occupy Wall Street fueron el referente de mayor impacto en la ocupación de São Paulo. El movimiento de Indignados fue el primero que tuvo lugar tras una masiva manifestación el 15 de mayo de 2011 mientras que Occupy Wall Street fue el primer movimiento de la sucesión de expresiones Occupy que tuvo lugar el 17 de septiembre de 2011 en Nueva York. Estos movimientos se produjeron en otras ciudades y países, pero poco se sabe de sus dinámicas en países como Brasil. AcampaSampa Ocupa Sampa, movimiento de ocupación en São Paulo, nació deaquella convocatoria mundial del movimientoOccupy para instalar campamentos en diferentes ciudades en octubre de 2011. «Acampa» y «Ocupa» refieren las modalidades de acción del movimiento: ocupación con acampada; «Sampa» se refiere a la ciudad de São Paulo. Lo primero expresa su origen y carácter global (en relación directa con el Movimiento Occupy y los Indignados de España) y lo segundo indica su arraigo local. Alrededor de600 jóvenes acamparon de octubre a diciembre (Oliveira, 2014) desarrollando diversas expresiones colectivasofflineyonline. A la denominación«Acampa Sampa» que refería la ocupación en São Paulo, se agregó la de«Ocupa Sampa» que enfatizaba la toma del lugar bajo la modalidaddeacampada de aquella ocupación, enfatizando así, que se trataba de una ocupación y no simplemente de una acampada. Estos jóvenes comenzaron a darse una estructura organizativa propia.
Politicidad en red: visibilidad-invisibilidad y dinámicas online-offline
La idea según la cual, en la era de Internet asistimos a un proceso de visibilización intensiva y extensiva de los acontecimientos de la vida individual y colectiva, está muy extendida. Según ello, este fenómeno se produce en razón a la expansión viral de la información por medio de las diversas plataformas virtuales asociadas al universo digital. Pero no se trata simplemente de una ampliación de las dinámicas de visibilizaciónonlinede lo que ocurreoffline; de lo que se trata es de un proceso de reconfiguración de los procesos de visibilización y de invisibilización tanto en línea como fuera de línea.
A propósito de la noción de visibilización, Bourdin (2010) señala que si el sujeto que percibe no ve, ello responde a una doble razón: por un lado, su percepción está condicionada por marcos sociales; por otro lado, el objeto no percibido obedece a condiciones políticas de aparición. Ello nos conduce a afirmar que el carácter visible o no de determinados fenómenos sociales nose reduce a un asunto de percepción, sino que esta situación remite a uncuestionamiento de las condiciones sociales y políticas de producción de aquello que es perceptible o no (qué, quién y cómo se ve o no), para determinados actores, según los contextos específicos de los cuales se trate. En el contexto contemporáneo, ello depende igualmente de los espacio-tiempos que se reconfiguran en el marco de las convergencias y divergencias entre las dinámicasonlineyoffline.
Así, son constatables varias formas de invisibilización en el caso colombiano y brasileño, como en el caso de otros movimientos latinoamericanos de protesta y ocupación: a) La invisibilidad de estos movimientos latinoamericanos en los medios de comunicación internacionales; b) los esfuerzos de los gobiernos por invisibilizar el carácter político de las movilizaciones; y c) la invisibilidad de las repercusiones y conexiones entre estos movimientos y las protestas y revoluciones globales (la denominada «Primavera Árabe», los Indignados y el movimientoOccupy) que tuvieron lugar en el contexto de emergencia de los casos estudiados.
También emergen otras visibilidades, como lo son las construcciones discursivas que aparecen en plataformas digitales y que muestran acciones, reivindicaciones, formas de convocar y organizar, tensiones y disputas internas de los movimientos. Afirmamos la acción en el espacio digital como una práctica social. Del mismo modo, el discurso, desdesusestudios críticos, es entendido como práctica social (van Dijk,2000). En tal sentido, tanto los discursos como las acciones no discursivas que circulan por Internet son objetos decomprensión del mundo social que implican una síntesis de un conjuntodecircunstancias sociales, técnicas, económicas, culturales y políticas de emergencia y en consecuencia implican un potencial revelador de los contextos, realidades y actores que los producen. Ahora bien, en el mundo digital, se producen mutaciones y procesos no siempre equiparables ni reductibles a aquéllos del mundooffline.
En lo que concierne a la actividad de los movimientos contemporáneos a través de las plataformas virtuales como Facebook, se evidencian nuevas formas de invisibilidad que plantean otro tipo de desafíos, como lo es frente a los gobiernos contestados, la incertidumbre sobre la capacidad de materializar o no en las calles el potencial latente del inconformismo que se expresa y toma cuerpo en Internet a través de las redes sociales. Uno de ellos, la cuestión del «número» (Boullier, 2013), no como simple dato cuantitativo sino como un asunto clásico de importancia en el campo de la ciencia política en términos de las disputas sobre, por ejemplo, la cantidad de manifestantes que asisten a una marcha como indicador de fuerza, capacidad de movilización y legitimidad; se traslada al contexto del universo digital, en el cual la importancia sobre el número de «simpatizantes» que apoyan una determinada causa, protesta o reivindicación, puede ahora ser visibleonlinea la vez que su potencial de manifestación en las calles resulta incierto.
A su vez, tanto la presencia en las calles como el permanecer en casa se entienden cada vez menos si no se tiene en cuenta el tipo de actividad en la web. Así, activistas en línea consideran haber participado a través de su acción en Internet (como publicar contenidos, hacerllamamientosa movilizarse, invitaraamigos a eventos de protesta) y no consideran indispensablesupresencia en las calles; mientras que otros comparten la indignación que circula por la web, o se informan de manifestaciones por Internet a las que posteriormente asisten. La acción y las dinámicasonline, si bien están en interconexión con lo que ocurreoffline, no son pues un mero reflejo, como si se tratara de un espejo «virtual» de lo «real», ni se reducen simplemente a una relación de oposición según la cual una dimensión niega de manera total o parcial a la otra: las dinámicasonlineyofflinecorresponden a dos órdenes distintos de la realidad que se entremezclan y cuya complejidad no es posible dilucidara priori.
El espacio-tiempo digital visibiliza adhesiones y simpatías (es el caso de loslikers) que se expresan en números, complejizando las preguntas sobre la cantidad de personas dispuestas a movilizarse en las calles, el potencial de difusión y movilización y la interrelación entre las dinámicas en uno y otro registro de acción (online/offline).