La habitación - Xavier Monteys - E-Book

La habitación E-Book

Xavier Monteys

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Beschreibung

Es habitual que en los libros de teoría e historia de la arquitectura las viviendas aparezcan representadas únicamente por sus salas de estar, dejando de lado el resto de habitaciones. Pareciera que, a pesar de su mayor número, el dormitorio no tuviera trascendencia alguna en una vivienda. Sencillamente no se piensa en él. El predominio de la sala de estar sobre cualquier otro tipo de estancia limita el potencial que podría tener la vivienda contemporánea. Este ensayo aboga por una casa con mayor sentido y complejidad y, a través de la reflexión en torno a la habitación con usos diversos, defiende la ambigüedad y la no especialización de los espacios domésticos. Para ello Xavier Monteys recurre a una colección variada de estancias de procedencia heterogénea. Encontramos habitaciones ante las que se ha desempolvado la mirada para volver a observarlas, otras extraídas de algunos textos literarios o sacadas de lienzos de exposiciones y museos, y otras procedentes de instalaciones y experimentos realizados por artistas contemporáneos. El conjunto se convierte en una casa con muchas habitaciones que permiten diferentes modos de vida y por la que podemos transitar de un modo imaginario y, sobre todo, desencadenar un flujo de nuevas miradas que transformen nuestra concepción reduccionista de la vivienda contemporánea.

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Editorial Gustavo Gili, SL Rosselló 87-89, 08029 Barcelona, España. Tel. (+34) 93 322 81 61

La habitación

Más allá de la sala de estar

Xavier Monteys

GG®

A mi mujer, Carmen

Diseño gráfico: Toni Cabré/Editorial Gustavo Gili, SL Ilustración de la cubierta: Saul Steinberg, Milano —My Room— Bar del Grillo, 1937. Tinta sobre papel, 22,86 × 28,55 cm. Beinecke Rare Book and Manuscript Library, Yale University. © The Saul Steinberg Foundation/VEGAP, Barcelona, 2014.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. La Editorial no se pronuncia ni expresa ni implícitamente respecto a la exactitud de la información contenida en este libro, razón por la cual no puede asumir ningún tipo de responsabilidad en caso de error u omisión.

© Xavier Monteys © Editorial Gustavo Gili, SL, Barcelona, 2014

Producción del ePub: booqlab.com ISBN: 978-84-252-2818-6 (epub)www.ggili.com

“Creo en la vida en una sola habitación. Una habitación vacía con tan solo una cama, una bandeja y una maleta. Puedes hacer cualquier cosa en la cama o desde ella: dormir, comer, pensar, hacer ejercicio, fumar. Y tener un baño y un teléfono al lado de la cama”.

Andy Warhol

Índice

Introducción

Una necesidad

Vocabulario de la habitación

Dos manuales

La de Bringas, en la ciudad palatina

La “habitación y media” de Joseph Brodsky

Las habitaciones de Le Corbusier

El fenómeno San Basilio

Walden y el cabanon

Las casas La Ricarda y Can Lis

The Room

La Casa cruz

Camas y habitaciones

Cápsulas y estuches

Una habitación en la Rue Chateaubriand

Hoteles de Nueva York

¿Cortar o encajar?

Las habitaciones satélite: una propuesta práctica

La habitación: un género

Mirando con la debida atención

La ventana

Dos habitaciones con vistas

La calle y la ventana

Agradecimientos

Procedencia de las ilustraciones

Introducción

En mi anterior libro Casa collage,1 defendía de diversas maneras la idea de habitación como un elemento esencial, como el material del que está hecha la casa. En los capítulos como “La habitación ideal” o en la defensa de “la redefinición del bloque de viviendas” se abogaba por esta idea, presentando la casa como una suma de habitaciones. El presente ensayo pretende ser una prolongación, una extensión de Casa collage, pero dedicado exclusivamente a esta parte constitutiva de la casa.

Algún tiempo después de haber escrito aquel libro me pidieron que desarrollara esta idea, lo que derivó en un pequeño texto titulado “Repensando el bloque, dispersando la casa”.2 En él, a la afirmación de un predominio de la habitación en la casa y a su defensa en detrimento de la sala de estar, se unía la idea de que alguna de las habitaciones estuviera en otro lugar, fuera de la casa aunque cercano. Así, se llegaba a una concepción del edificio colectivo como algo abierto, donde las viviendas podían estar dispersas por este conjunto habitacional. De este modo, la casa puede tener alguna habitación fuera del perímetro que la define estrictamente. La misma idea se desarrolló en el texto “¿Y si las piezas de una vivienda están situadas en un local discontinuo?”,3 que se publicó en la revista Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme. La tesis esencial de ambos textos también se recoge aquí, aunque con algunas modificaciones. De la misma manera, el tema ha sido tratado más recientemente en el texto “Habitaciones satélite”,4 escrito a propósito de las exposiciones Rehabitar, organizadas en Madrid entre 2010 y 2011, y de un modo más concreto en el artículo “La casa de habitaciones iguales”, publicado en la revista Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme.5 En este ensayo han influido también los comentarios, las reflexiones y, en general, todo el trabajo de preparación de la asignatura “Habitaciones”, impartida hace unos años en la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura del Vallès (ETSAV), junto a la profesora Anna Puigjaner. Durante la preparación de esta asignatura fueron surgiendo algunas ideas, y también se hicieron patentes ciertas lagunas con relación a la habitación como parte de la casa que aquí se han tratado de recoger y resolver.

Este ensayo trata de hacer evidente una obviedad: que en la actualidad la habitación no tiene ninguna trascendencia más allá de su número en una vivienda; sencillamente no se piensa en ella. La nomenclatura empleada por la administración es aún anticuada y se refiere a las habitaciones como dormitorios (dobles o sencillos), un término sin duda restrictivo e innecesariamente especializado. De algún modo, este texto pretende poner de manifiesto que detrás del término banalizado como ‘dormitorio’ puede haber un desencadenante de cambios para la casa contemporánea. Tal vez la “cédula de habitabilidad” debería otorgarse a las habitaciones y contemplar toda clase de elementos para poder evaluar su dotación, desde factores como si cerca de ella hay una parada de metro, hasta si tiene una sala de estar anexa.

En el libro Arquitectura de los siglos XIX y XX6 de Henry-Russell Hitchcock no aparece ninguna imagen de una habitación, como tampoco en la Historia crítica de la arquitectura moderna,7 de Kenneth Frampton. En la Historia de la arquitectura moderna,8 Leonardo Benevolo publicó una fotografía de la camaleónica galería de la casa de Le Corbusier y Pierre Jeanneret en la Weissenhofsiedlung de Stuttgart, donde pueden verse los armarios que guardan las camas. ¿Cuántos libros fundamentales de teoría e historia de la arquitectura contienen fotos de habitaciones? Muy pocos. Una excepción singular es el catálogo de la exposición Modern Architecture: International Style,9 del mismo Henry-Russell Hitchcock y Philip Johnson, en el que aparecen un par de dormitorios y un estudio. Sin embargo, el predominio de las salas de estar es abrumador, y mucho mayor aún el del exterior de las casas ¿Cuántas veces se han publicado imágenes de los exteriores de la villa Stein-de-Monzie o la villa Savoye de Le Corbusier? Y, sin embargo, nunca de sus habitaciones.

Este ensayo aboga por una casa con mayor sentido y complejidad y denuncia la tendencia de la casa contemporánea hacia la sala de estar-comedor en detrimento de las habitaciones y de otros espacios que habitualmente se califican como espacios “servidores”. Como hace un tiempo afirmaba Juan José Millás a propósito de la inutilidad de los pasillos: “Para inútil el living, que nadie sabe lo que es”.10 El libro conforma también un compendio de elementos que defienden la ambigüedad y la no especialización del espacio doméstico. Defender la habitación es defender el elemento constituyente de la casa por definición. Aquí habitación quiere decir homogeneidad, no jerarquía, y significa argumentar en pro de una casa de piezas más regulares. Defender la vigencia de la habitación entraña una oposición decidida a la concepción de la casa por zonas, una concepción por la cual nuestras habitaciones han sido relegadas a la parte de la casa bautizada como “zona de noche”, una desafortunada definición que en su día debió parecer un hallazgo científico y que hoy no es más que un corsé trasnochado.

La habitación es un elemento de la casa con una fuerte componente individual. Aunque a lo largo de estas páginas puedan encontrarse habitaciones de matrimonio o de niños, la habitación expresa bien su ligamen con una persona, y en cierto sentido constituye la proyección de su carácter, su mundo, como bien sabía Xavier de Maistre al viajar alrededor de su habitación.11 Mientras que decir “esta es la sala de estar de fulano” tiene inmediatamente una connotación frívola y no significa nada, decir “esta es la habitación de fulano” es una invitación a descubrir su personalidad.

Durante el tiempo en que este libro tomaba forma, han ido apareciendo noticias, artículos, libros y exposiciones que debían tenerse en cuenta. Unas veces era el suplemento cultural del diario La Vanguardia.12 Otras, la noticia de un hotel en Berlín de una única habitación instalada tras una valla publicitaria, o la imagen de la estancia donde se alojan los cosmonautas en la Ciudad de las Estrellas de Moscú, en un experimento para viajar a Marte; el diseño de una instalación para poder dormir en el Museum Boijmans van Beuningen de Róterdam, o una exposición dedicada a las cabañas y las barracas en las que distintos autores y artistas habían trabajado durante su vida.13 Estas muestras iban aumentando la colección de habitaciones y, al mismo tiempo, reforzando la certeza de que la habitación era una interesante obsesión compartida por otros autores. También se han publicado distintos textos que, de un modo u otro, guardan relación con el tema, como la Historia de las alcobas o La habitación del enfermo,14 que son muestras del interés por este espacio claramente individual.

Así pues, partimos de una colección variada de habitaciones, no solo porque sean distintas entre sí, sino porque su procedencia es heterogénea. Encontraremos habitaciones ante las que lo único que hemos hecho ha sido desempolvar la mirada para volver a observarlas. También habitaciones extraídas de algunos textos literarios, o sacadas de lienzos de exposiciones y museos, y otras más de instalaciones y experimentos realizados por artistas contemporáneos. El conjunto hace que las páginas de este libro se conviertan momentáneamente en una casa con muchas habitaciones por la que podemos transitar de un modo imaginario.

______________

1 Monteys, Xavier y Fuertes, Pere, Casa collage. Un ensayo sobre la arquitectura de la casa, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2001.

2 Monteys, Xavier, “Repensando el bloque, dispersando la casa”, en Vivienda (boletín informativo de la profesión de arquitectos), núm. 176, Madrid, mayo de 2004, págs. 69-77.

3 Monteys, Xavier; Callís, Eduard y Puigjaner, Anna, “¿Y si las piezas de una vivienda están situadas en un local discontinuo?” (sección Doméstica), Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme, núm. 253, Barcelona, abril de 2007, págs. 62-73.

4 Véase: Monteys, Xavier et al., Rehabitar: habitaciones satélite (2), Ministerio de Vivienda, Madrid, 2010.

5 Monteys, Xavier, “La casa de habitaciones iguales”, Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme, núm. 265, Barcelona, febrero de 2014, págs. 42-44.

6 Hitchcock, Henry-Russell, Architecture: Nineteenth and Twentieth Centuries, Penguin, Baltimore, 1971 (versión castellana: Arquitectura de los siglos XIX y XX, Cátedra, Madrid, 1985).

7 Frampton, Kenneth, Modern Architecture. A Critical History, Thames & Hudson, Londres, 2007, 4ª ed. (versión castellana: Historia crítica de la arquitectura moderna, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2009, 4ª ed.).

8 Benevolo, Leonardo, Storia dell’architettura moderna, Laterza, Roma/Bari, 1999 (versión castellana: Historia de la arquitectura moderna, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1999, 8ª ed.).

9 Véase el libro homólogo: Hitchcock, Henry-Russell y Johnson, Philip, The International Style: Architecture since 1922, W. W. Norton & Co., Nueva York, 1932 (versión castellana: El estilo internacional: arquitectura desde 1922, COAAT/Librería Yerba, Murcia, 1984).

10 Millás, Juan José, “El adjetivo es un pesado”, El País, Madrid, 13 de julio de 2002 (suplemento cultural Babelia).

11 Maistre, Xavier de, Voyage autour de ma chambre [1794] (versión castellana: Viaje alrededor de mi cuarto y otros relatos, Espasa Calpe, Madrid, 1999).

12 “Habitaciones”, La Vanguardia, Barcelona, 31 de mayo de 2008 (suplemento cultural núm. 206).

13 AA VV, Cabañas para pensar (catálogo de exposición), Fundación Luis Seoane, A Coruña, 2011.

14 Perrot, Michelle, Histoire des chambres, Éditions du Seuil, París, 2009 (versión castellana: Historia de las alcobas, Siruela, Madrid, 2011); Iglesias Picazo, Pedro, La habitación del enfermo. Ciencia y arquitectura en los hospitales del movimiento moderno, Fundación Caja de Arquitectos, Barcelona, 2011.

Una necesidad

Aunque los lofts hayan ido teniendo cada vez mayor presencia en el mercado inmobiliario como espacios continuos y fluidos, nuestra tendencia natural como humanos es ocupar espacios lo mejor acoplados a nuestra propia aura, un hecho casi biológico.

Esta fotografía, aparecida en un suplemento semanal de un periódico,15 nos enseña una intuitiva idea de habitación dentro del espacio abierto típico de un loft. Los estudiantes que ocupan este espacio han buscado la privacidad de sus habitaciones recurriendo para ello a las “casas” prefabricadas de madera que se venden en los centros de jardinería. Esta feliz ocurrencia reúne en un mismo elemento la habitación y la casa, cinco casas que son cinco habitaciones, con sus paredes y sus techos y con una total independencia entre ellas. Una especie de “construcción en madera” del icono subliminal que gran parte del público tiene de la casa. Sin embargo, al mismo tiempo, es una demostración palpable de que las paredes existen, que son necesarias, y ponen de manifiesto el instinto de quienes lo primero que hacen en un loft es colocar un biombo frente a la puerta.

Este ejemplo nos recuerda al cuadro de Antonello da Messina San Jerónimo en su estudio,16 donde el santo ocupa un mueble complejo, que es banco, pupitre y estantes a la vez, elevado sobre el suelo, casi un habitáculo contenido en un espacio mayor en el que, de no ser por este mueble, difícil sería conseguir cierto confort.

Estudiantes frente a sus habitaciones, unas cabañas de madera dentro de un loft, Londres, Reino Unido.

Dymitr Malcew, mobiliario Break-Out, Singapur. Una manera de hacerse una habitación individual en un gran espacio.

Piezas regulares, paredes portantes El edificio de viviendas en la calle Gomis (Barcelona, 1953-1954) de Antoni de Moragas i Gallisà,17 o la casa Arrigain (Oiartzun, 1964) de Luis Peña Ganchegui,18 suponen un reparto mucho más equitativo de los espacios que, por ejemplo, algunas de las plantas de viviendas —más o menos reconocidas— que se construyen hoy. Ambos edificios están construidos con muros portantes que determinan la regularidad de las luces en el reparto de las cargas, para sacar el mayor partido de la solución constructiva. Basado en razones de construcción, sentido común y economía, este hecho condiciona que las piezas de la casa sean muy parecidas.

Este sistema constructivo, que daba lugar a unas piezas más homogéneas dentro de la vivienda, fue reemplazado por un sistema estructural de bandejas y pilares de hormigón que debía permitir gozar de las ventajas de la llamada “planta libre”. No obstante, en la práctica, esta libertad se ha traducido mayormente en aumentar la diferencia en el tamaño de las piezas favoreciendo la especialización de estas. Así, al hablar hoy de flexibilidad, nos encontramos ante dos maneras de razonar distintas: una que identifica la flexibilidad de la distribución con la “planta libre”; y otra que asimila flexibilidad con regularidad y homogeneidad de las piezas de la casa, e identifica esta isotropía con la flexibilidad más inteligente, que paradójicamente está asociada a la regularidad que comportaba la construcción mediante muros portantes.

La planta del edificio de viviendas en la calle Gomis constituye un ejemplo casi canónico.19 Con una planta cuadrada, las particiones interiores conforman piezas sensiblemente cuadradas y regulares, y en ocasiones resulta difícil distinguir las salas de estar del resto de las habitaciones. Es evidente que las piezas pueden utilizarse de distintas formas, según le plazca a cada uno, y más si pensamos en la cada vez más desinhibida manera de relacionarnos y de vivir puertas adentro. Lo mismo ocurre con algunos edificios de viviendas de Peña Ganchegui, donde encontramos la misma regularidad y que se extiende hasta la cocina, que aparece como una habitación más pero dotada de ciertos equipos; de hecho, por su tamaño parece más bien un comedor donde se puede cocinar. Una lista a la que podíamos añadir algunos ejemplos notables de la arquitectura residencial española, como el edificio de viviendas en la calle Amigó (Barcelona, 1943) de Francesc Mitjans,20 o la Casa de las Flores (Madrid, 1931) de Secundino Suazo,21 donde esta idea de la regularidad de las piezas parece extenderse a la manzana entera; u otros menos conocidos, como la casa Modest Uller (Lleida, 1955-1957) de Lluís Domènech i Torres,22 un raro ejemplo de planta regular, donde las incisiones en fachada resaltan la homogeneidad y la independencia de las piezas.

Antoni de Moragas i Gallisà, edificio de viviendas en la calle Gomis, Barcelona, España, 1953-1954.

Luis Peña Ganchegui, casa Arrigain, Oiartzun (Guipúzcoa), España, 1964.

Lluís Domènech i Torres, casa Modest Uller, Lleida, España, 1955-1957.

En todos estos ejemplos la nota dominante es la similitud de los tamaños y la necesidad de emplear las piezas para usos más matizados. La consecuencia última es que el paso entre estancias es más fluido al no producirse tanto contraste entre las actividades, como ocurre en la mayor parte de nuestras viviendas actuales, que parecen estar pensadas solo para dos tipos de actividades: las que se realizan a puerta abierta (en la sala de estar) y las que son a puerta cerrada (en los dormitorios).

Un ejemplo de este uso matizado puede verse en la película de Nani Moretti La habitación del hijo (2001).23 La película retrata una casa cuyas piezas parecen tener el mismo tamaño y, por tanto, ser igualmente importantes. Es como si la sala de estar se encontrara repartida por toda la casa, incluyendo la cocina. Las distintas habitaciones se encadenan de un modo natural y la relación entre ellas a través de marcos de paso evidencian la estructura muraria del edificio, que permite que los distintos personajes “encajen” en las distintas piezas sin perder su relación entre ellos. Una bella casa que demuestra que la regularidad de los espacios de la arquitectura no ha sido óbice para una variedad de modos de vida. Estas estancias tan ajustadas espacialmente a sus personajes se alejan del cine basado en la espacialidad de los livings de Hollywood, donde solo parece encajar el crimen o la comedia. La secuencia espacial de la casa que aparece en La habitación del hijo se acerca, tal vez intencionadamente, a la concatenación de estancias que Ingmar Bergman filmó en Fanny y Alexander (1982),24 otro magistral documento de la vida doméstica, en esta ocasión de la burguesía escandinava.

Secundino Zuazo, Casa de las Flores, Madrid, España, 1931.

Fotograma de la película La habitación del hijo (2001) de Nani Moretti.

______________

15 Fotografía de David Parker, El País Semanal, núm. 1.307, Madrid, 14 de octubre de 2001: “Almacén reconvertido en una vivienda para cinco estudiantes al este de Londres”.

16 Antonello da Messina, San Jerónimo en su estudio, hacia 1475 (National Gallery, Londres). Esta versión difiere de otras que sitúan al santo en un rincón de una estancia, como la de Henry V. Steinwick, o junto a una ventana, como la de Alberto Durero. En el caso de Antonello da Messina, el estudio se encuentra aislado en la estancia.

17 AA VV, Antoni de Moragas i Gallisà: arquitecte, COAC, Barcelona, 1997, pág. 64.

18 Este edificio también es conocido como seis viviendas Mugica. AA VV, Luis Peña Ganchegui: arquitecturas 1958-1994 (catálogo de exposición), Universidad del País Vasco, Guipúzcoa, 1994, pág. 69.

19 Los dos bloques de viviendas de renta limitada situados entre las calles Gomis y Esteve Terrades, proyectados en 1953 por Antoni de Moragas i Gallisà y Francisco Riba de Salas, parten de un proyecto original de Francesc Mitjans de 1949. Moragas mantiene en esencia la estructura de las viviendas ideadas por Mitjans, así como el escalonamiento y la dimensión de los dos edificios. Mitjans introduce las variaciones más significativas en el aspecto exterior; la incorporación de la cubierta a dos aguas, la regularización de los huecos y la obra vista.

20 Véase: Francesc Mitjans: arquitecte 1909-2006, COAC, Barcelona, 1996, pág. 24.

21 Edificio de 288 viviendas alrededor de tres grandes patios longitudinales cuya configuración permite cuatro viviendas por planta, subdividas en cuatro o cinco piezas regulares, además de cocina, baño y despensa.

22 Pla, Maurici, Cataluña. Guía de arquitectura moderna 1880-2007, Triangle/COAC, Barcelona, 2006, pág. 421.

23La stanza del figlio, película desarrollada en una vivienda ubicada en la Via Calatafimi, Ancona, Italia.

24 Junto con Efter repitionen (Después del ensayo), Fanny och Alexander puede considerarse la última película de Bergman.

Vocabulario de la habitación

Podemos decir ‘habitación’ o emplear sinónimos. Repasar estos nombres nos sirve para pensar en la complejidad del concepto que manejamos y, aunque algunos pueden ser más precisos que otros, o parecernos poco apropiados o simplemente haber caído en desuso, sirven para mostrarnos la gran cantidad de significados que encierra el término ‘habitación’.25