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Lazare ha sido elegido para unirse a los Parias, los proveedores de la palabra de LeXuS y los representantes de la moralidad en Belgrame. Para llevar a cabo su importante misión, deben permanecer en la abstinencia, pues, según LeXuS, el sexo conduce al crimen y a la inmoralidad. Los Parias incentivan la fe en LeXuS pero, después de experimentar el placer, ¿será capaz Lazare de practicar lo que predica?En una distopía en el futuro, la ciudad de Belgrame está gobernada por un conjunto de leyes reunidas en un código jurídico llamado LeXus. Bajo un estricto régimen totalitario, el sexo se ha transformado en un privilegio que puede comprarse, venderse o ganarse. El derecho al sexo demuestra éxito social y gracias a un riguroso control, los crímenes sexuales pertenecen al pasado.Sin embargo, no todo está bien en Belgrame. Un grupo de rebeldes prepara una rebelión para derrocar al gobierno de LeXus y otorgarle a todos su libertad sexual.Bienvenidos a Belgrame, un mundo que descubrirás a través de los ojos de sus habitantes. Cada personaje tiene su propia historia, que puede ser leída de manera independiente a las demás. Esta es la historia de Lazare, número de registro: 89673.-
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Seitenzahl: 54
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Virginie Bégaudeau
LUST
LeXuS : Lazare, los Parias
Original title:
LeXuS : Lazare, les Spoliés
Translated by Raquel Luque Benítez
Copyright © 2020 Virginie Bégaudeau, 2020 LUST, Copenhagen.
All rights reserved ISBN 9788726498639
1st ebook edition, 2020. Format: Epub 2.0
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En una distopía en el futuro, la ciudad de Belgrame está gobernada por un conjunto de leyes reunidas en un código jurídico llamado LeXus. Bajo un estricto régimen totalitario, el sexo se ha transformado en un privilegio que puede comprarse, venderse o ganarse. El derecho al sexo demuestra éxito social y gracias a un riguroso control, los crímenes sexuales pertenecen al pasado.
La administración de LeXuS divide a la población en seis distritos diferentes. Los Operarios (Distrito O) se encargan de todos los asuntos del servicio público. Los Trabajadores (Distrito I) asisten al Instituto de Belgrame, donde son capacitados como trabajadores sexuales. Las Parejas (Distrito II) se forman entre individuos del mismo sexo o del sexo contrario. Su trabajo es criar a los hijos de Belgrame. Los Consumidores (Distrito III), que representan el 70% de la población, tienen la mayor libertad sexual. Los Parias (Distrito IV) no tienen acceso al sexo y tienen rastreadores implantados en sus cuerpos. Los Miserables (Distrito X) son los que han violado las leyes de LeXuS.
Sin embargo, no todo está bien en Belgrame. Un grupo de rebeldes prepara una rebelión para derrocar al gobierno de LeXus y otorgarle a todos su libertad sexual.
¡Bienvenidos a Belgrame!
LeXuS, Artículo 1
Todos los actos sexuales deben ser autorizados por LeXuS de acuerdo con el estatus de cada uno de los residentes.
Cualquier residente que se encuentre involucrado en un acto sexual que no cumpla con las reglas de su Distrito, se enfrentará a cadena perpetua.
Todos los actos sexuales pueden ser comprados, vendidos y alquilados, siempre que los residentes involucrados sean elegibles para ello:
Los Operarios (Distrito O — elegibles) tienen asignado un Trabajador, dedicado a su placer personal.
Los Trabajadores (Distrito I — elegibles) son trabajadores sexuales.
Las Parejas (Distrito II — elegibles) tienen acceso limitado al sexo. Solo pueden realizar actos sexuales con su pareja, elegida por LeXuS.
Los Consumidores (Distrito III — elegibles) tienen total libertad sexual.
Los Parias (Distrito IV — no elegibles) no tienen permitido acceder al sexo.
Los Miserables (Distrito X — no elegibles) no tienen acceso a ninguna interacción social.
Los Parias del Distrito IV son los protectores de la moralidad de Belgrame. Con el fin de preservar el frágil equilibrio dentro de la ciudad, no se les permite participar en ninguna actividad sexual. Los Parias deben comparecer ante los Guardianes de la Justicia una vez a la semana para someterse a pruebas. El Estado dicta los derechos de los Parias, que deben difundir la palabra de LeXuS mientras se mantienen en el más estricto celibato. Todas las transgresiones de las leyes de LeXuS reciben su castigo correspondiente.
Número de registro: 89673
Alias: Lazare Sigcar
Sexo: Masculino
Ubicación: Distrito IV
Mi revolución comenzó la primera noche que pasé con él. Cuando llegué al clímax supe que mi vida, tal y como la había conocido, había terminado. Al fin sentí el placer que me habían negado durante tanto tiempo: sus manos suaves sobre mi pene, la precipitación del éxtasis, el orgasmo que había esperado durante años. No quería parar. Quería compensar el tiempo perdido y recuperar mi juventud robada. Nunca he olvidado cómo me sentí al ser penetrado por primera vez, o la sensación del semen caliente que goteaba por mis muslos temblorosos.
Desde el principio de los tiempos, o al menos desde que los Fundadores crearon LeXuS, el ser humano ha tenido fe. No fe en un dios, sino en un mensaje. Un mensaje contenido en un libro lleno de promesas y reglas que, lenta e insidiosamente, le fue despojando de su humanidad. Compartí esa fe: yo mismo era responsable de difundirla a los demás.
En Belgrame, LeXuS asigna a cada uno un Distrito específico. LeXuS fue creado por un político, un sociólogo y un economista que ya no creían en la humanidad tal y como era antes. Ahora pienso que no creían en la humanidad en absoluto.
Todos los ciudadanos de Belgrame somos definidos por nuestra composición genética y pertenecemos a un sector social hasta el final de nuestra existencia. Se trata de una existencia controlada por los Operarios, que actúan como ecos de las voces de los Fundadores. Una vez, un Operario me dijo:
—La fe en los Fundadores es universal e inquebrantable. LeXuS ha restaurado el equilibrio en la humanidad y nos ha liberado de nuestros instintos animales.
Solía creer en eso. Solía creer en lo que los Fundadores habían creado.
Pero esta noche he olvidado todo lo que mis años en el Distrito IV me obligaron a creer. Todo lo que puedo sentir es miedo mientras acelero a través de la oscuridad en un coche rojo como la sangre, que ahora está en mis manos. Corro por las calles de esta ciudad de gente cegada y con el cerebro lavado por el dogma, sin saber si conseguiré escapar. Pero todo lo que puedo hacer es intentarlo; esta es mi única oportunidad. Piso el acelerador mientras las aceras y los edificios inmaculados destellan afuera.
Esto es Belgrame: impecablemente organizado y limpio, pero carente de humanidad. Las luces artificiales de los rascacielos brillan y ahuyentan la noche. Miro al horizonte al otro lado de la ciudad, el Distrito O. Si puedo llegar hasta allí, casi habré alcanzado la frontera. La torre más alta de Belgrame, donde trabajan los Operarios, se cierne sobre mi vista. Aunque tratan de convencernos de que nosotros, los Parias, somos sus superiores, son ellos los que hacen cumplir las reglas y nos obligan al resto a someternos a ellas. Ellos son la causa por la que tengo que huir del miedo y la injusticia de Belgrame. Sin ellos, todos seríamos libres.