Nadie en cuarentena - Alfredo Gaete Briseño - E-Book

Nadie en cuarentena E-Book

Alfredo Gaete Briseño

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Beschreibung

En este recorrido por las estremecedoras páginas de Nadie en cuarentena, Alfredo Gaete Briseño nos introduce en un angustiante mundo que surge a raíz de la pandemia del Coronavirus. El narrador, a través de sus dos personajes envueltos por las paredes de un departamento en el piso 13, nos asoma a la soledad de lo desconocido que transita por calles y muros de la ciudad. El encierro obligado convierte cuerpo y mente en máquina observadora, analítica, pensadora. El autor, con una extraña delicadeza nos sumerge en una zona agobiante, sin saber hasta el final, cómo reaccionará nuestro ánimo. Tenemos ante nuestros ojos un excelente libro construido con una atractiva combinación de prosa y poesía, que nos invita a detenernos y analizar lo que durante estos últimos tiempos nos ha ocurrido como humanidad.

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Seitenzahl: 42

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NADIE EN CUARENTENA

Alfredo Gaete Briseño

PRIMERA EDICIÓN
Enero 2022
Editado por Aguja Literaria
Noruega 6655, departamento 132
Las Condes - Santiago - Chile
Fono fijo: +56 227896753
E-Mail: [email protected]
Sitio web: www.agujaliteraria.com
Facebook: Aguja Literaria
Instagram: @agujaliteraria
ISBN: 9789564090108
DERECHOS RESERVADOS
Nº inscripción: 2021-A-11950
Oscar Alfredo Gaete Briseño
Nadie en cuarentena
Queda rigurosamente prohibida sin la autorización escrita del autor,bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obrapor cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático
Los contenidos de los textos editados por Aguja Literaria son de la exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente representan el pensamiento de la Agencia
TAPAS
Sebastian Wagner / smallmccall (Pixabay)
Josefina Gaete Silva

AGRADECIMIENTOS

Agradezco la cálida acogida y los valiosos

comentarios del grupo que conforma el taller

literario de Cementario Metropolitano, con

quienes he compartido en diversas oportunidades

algunos textos de este poemario.

ÍNDICE

EN UN COMIENZO

EN EL PRINCIPIO

ENTRANDO A LA REALIDAD

COMIENZO

INICIO

AHORA QUÉ

NACIMIENTO FRUSTRADO

CAMBIO DE RUTINA

SICOPATEADO

HA LLEGADO

MÁS TARDE

DE NUEVO

RUTINA

CINCO MESES DESPUÉS

TIEMPO AUSENTE

LIBERTAD

CAMINO ANDADO

NADIE

TODO IGUAL

UN DÍA MÁS

NADIE SE SALVA

SIN DIRECCIÓN

ABSURDO

IMÁGENES

AVANZA LA TARDE

NOCHE

CUADRO

MOMENTOS DE REFLEXIÓN

ENCUENTRO FURTIVO

HORA DE ALMUERZO

RESTO DE DÍA

OCASO

RUTINA

CIUDAD

VIAJE

DORMIR DE NOCHE

DESPERTAR

INCONSCIENCIA

ALGO DE LOCURA

ALMUERZO

SIESTA

¿ESTOICIDAD?

AL DESPERTAR

MINA NOCTURNA

CAMBIO DE CLIMA

MEDIANOCHE

DORMIR

RECUERDOS

CORDURA

ALGUIEN

RECORDANDO

ALEJÁNDOSE

Epílogo

EL FIN

EN UN COMIENZO

EN EL PRINCIPIO

Desde mi sillón incansable, observo a través de la ventana el mar arremolinado entre edificios que flotan.
Recojo el vaho

últimos vestigios de vida

gaviotas capitalinas.

Múltiples balcones escapan más allá de los vidriosos ventanales, recargados con muebles quietos, plantas carnívoras apiñadas, ritos adosados a elegantes muros rasguñados ocre por alguna herramienta hambrienta.
A lo lejos, la ciudad intenta mover sus caderas

jadea el rumor de autos tras buques humeantes,

bufan,

rugen cientos de miles

lanchas anhelan sus promesas

perciben grutas de alimentos engañosos.

Bocas abiertas esperan, no entienden la línea del tiempo que trazan sus padres recorriendo distancias

circulan en un andar incierto

absurda pesadilla manifiesta millones de colmillos en barbecho.

En las alturas el drama se ofrece como distancia inalcanzable para sus manos sudorosas, cuerpos calientes, esperanzas colgadas, cuadros de fe dispersos en muros caídos

rotos

mugrosos.

Desde aquí

incansable

aún despierto

ojos abiertos

cuello estirado

búsqueda de un recodo que conduzca a lugar seguro para quienes eluden la verdad de la incertidumbre y la confunden, desconfiando, perseguidos por tinieblas. Echados sobre la alfombra unos, arrastran otros los cuerpos bajo su mentiroso calor.

Recoge lo que queda de tarde, su cortina cubre la maldad, la cama resiste los embates. El surrealismo de los sueños abre un portal a la inconsciencia. La realidad duerme hasta el día siguiente.

ENTRANDO A LA REALIDAD

Tras la blancura de las nubes se esconde la incertidumbre, confinada a la desesperación de quienes esperan sometidos al vagabundeo insoportable de calcetines rotos en los dedos, la planta, el talón decolorado.
Se descuelga de la cama sin ánimo para saltar. Las noticias frotan sus ideas contra las paredes del cerebro. Percibe restos de desasosiego marcado por el rigor de un reloj diluido en el ambiente. Descorre las cortinas. La resolana, carente de sol, desafiante, arruga sus ojos. Los oídos vagan entre las palabras que surgen de la plana caja de vida artificial que roba acontecimientos a la realidad.

Carraspea

tose

arruga el ceño

vuelve a preguntarse por la distancia entre su consciencia y la conciencia. El relato divaga cohibido bajo la luz de este otoño que cubre con hojas amarillentas la superficie que un día fue verde.

Un rastrillo limpia

una pala cava

un chuzo rompe la costra mientras el desayuno humea paciente y una tajada de pan de molde con mantequilla ofrece ese tan característico aroma que recuerda su niñez, su abuela, la historia familiar, una amante empeñosa, un domingo de asueto…

Los mensajes adornan el espacio transparente entre muros blancos

desesperanza de sus pensamientos

desesperación arruinada por la desidia.

La cama aún deshecha, sus olores impregnan la densidad de un aire inconcluso. Abre la ventana, el silencio de las calles grita su soledad. Alrededor, los edificios son los mismos de ayer. Supone que sus gentes también. Al menos quienes se dejan ver.
Cierra para escuchar la inexistencia de bulla. Sus ojos se posan en la puerta del baño. Cerrada aún, espera que la abra, pise sus baldosas blancas como la nieve, desnude su cuerpo ante la ausencia de miradas malignas, en esa soledad que sobrecoge; abra la llave del agua caliente, ponga un pie en la tina, luego el otro, y obligado el cuerpo entre hasta quedar bajo el chorro de la ducha.
Obedece.
La sensación es agradable, de paso recupera ánimos perdidos, tal vez los ha despertado. Recoge algunos pensamientos y comprende que nada cambiará, el día comenzó.