Rimas - Gustavo Adolfo Bécquer - E-Book
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Beschreibung

"Rimas" de Gustavo Adolfo Bécquer es una obra fundamental de la literatura romántica española, ofreciendo una colección de poemas líricos que exploran las profundidades de las emociones humanas con una sensibilidad y elegancia inigualables. Las "Rimas" de Bécquer capturan la esencia del amor, el anhelo, la melancolía y la belleza a través de versos delicados y evocadores que resuenan profundamente con los lectores.

La colección se destaca por su naturaleza introspectiva y personal, ya que Bécquer profundiza en sus propias experiencias y emociones, traduciendo estas vivencias en temas universales. Su poesía se caracteriza por su musicalidad, simplicidad y profundo impacto emocional, llevando a los lectores a un mundo donde los límites entre la realidad y la imaginación se difuminan.

Cada "rima" en la colección es un testimonio de la maestría de Bécquer en el uso del lenguaje y su habilidad para transmitir sentimientos complejos con brevedad y claridad. Los poemas a menudo reflexionan sobre la naturaleza transitoria de la vida y el amor, capturando momentos fugaces de pasión y desesperación con una intensidad que perdura mucho después de la última línea.

"Rimas" no solo consolidó la reputación de Bécquer como uno de los más grandes poetas de España, sino que también influyó en generaciones de poetas y escritores. Su obra continúa siendo celebrada por su belleza lírica y su capacidad para tocar el alma humana, convirtiendo a "Rimas" en un tesoro perdurable en el mundo de la poesía.

Ya sea que seas un admirador de largo tiempo de Bécquer o estés descubriendo su obra por primera vez, "Rimas" promete un viaje al corazón del Romanticismo y a los temas atemporales que definen la experiencia humana.

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Introducción

    Por los tenebrosos rincones de mi cerebro acurrucados y desnudos duermen los extravagantes hijos de mi fantasía esperando en silencio que el Arte los vista de la palabra para poder presentarse decentes en la escena del mundo.

     Fecunda, como el lecho de amor de la Miseria y parecida a esos padres que engendran más hijos de los que pueden alimentar, mi Musa concibe y pare en el misterioso santuario de la cabeza, poblándola de creaciones sin número a las cuales ni mi actividad ni todos los años que me restan de vida serían suficientes a dar forma.

     Y aquí dentro, desnudos y deformes, revueltos y barajados en indescriptible confusión, los siento a veces agitarse y vivir con una vida oscura y extraña, semejante a la de esas miríadas de gérmenes que hierven y se estremecen en una eterna incubación dentro de las entrañas de la tierra, sin encontrar fuerzas bastantes para salir a la superficie y convertirse al beso del sol en flores y frutos.

     Conmigo van, destinados a morir conmigo, sin que de ellos quede otro rastro que el que deja un sueño de la media noche que a la mañana no puede recordarse. En algunas ocasiones y ante esa idea terrible se subleva en ellos el instinto de la vida y, agitándose en terrible aunque silencioso tumulto, buscan en tropel por donde salir a la luz, de las tinieblas en que viven.¡Pero, ¡ay!, que entre el mundo de la idea y el de la forma existe un abismo que sólo puede salvar la palabra y la palabra tímida y perezosa se niega a secundar sus esfuerzos! Mudos, sombríos e impotentes, después de la inútil lucha vuelven a caer en su antiguo marasmo. Tal caen inertes en los surcos de las sendas, si cae el viento, las hojas amarillas que levantó el remolino.

     Estas sediciones de los rebeldes hijos de la imaginación explican algunas de mis fiebres: ellas son la causa desconocida para la Ciencia de mis exaltaciones y mis abatimientos. Y así, aunque mal, vengo viviendo hasta aquí: paseando por entre la indiferente multitud esta silenciosa tempestad de mi cabeza. Así vengo viviendo; pero todas las cosas tienen un término y a éstas hay que ponerles punto. 

     El Insomnio y la Fantasía siguen y siguen procreando en monstruoso maridaje. Sus creaciones apretadas ya, como las raquíticas plantas de un vivero, pugnan por dilatar su fantástica existencia disputándose los átomos de la memoria como el escaso jugo de una tierra estéril. Necesario es abrir paso a las aguas profundas, que acabarán por romper el dique, diariamente aumentadas por un manantial vivo.

     ¡Andad, pues!; andad y vivid con la única vida que puedo daros. Mi inteligencia os nutrirá lo suficiente para que seáis palpables. Os vestirá, aunque sea de harapos, lo bastante para que no avergüence vuestra desnudez. Yo quisiera forjar para cada uno de vosotros una maravillosa estofa tejida de frases exquisitas en las que os pudierais envolver con orgullo como en un manto de púrpura. Yo quisiera poder cincelar la forma que ha de conteneros como se cincela el vaso de oro que ha de guardar un preciado perfume. ¡Mas es imposible!

     No obstante necesito descansar: necesito, del mismo modo que se sangra el cuerpo por cuyas hinchadas venas se precipita la sangre con pletórico empuje, desahogar el cerebro insuficiente a contener tantos absurdos.

     Quedad pues consignados aquí, como la estela nebulosa que señala el paso de un desconocido cometa, como los átomos dispersos de un mundo en embrión que avienta por el aire la muerte antes que su Creador haya podido pronunciar el fiat lux que separa la claridad de las sombras.

     No quiero que en mis noches sin sueño volváis a pasar por delante de mis ojos en extravagante procesión pidiéndome con gestos y contorsiones que os saque a la vida de la realidad del limbo en que vivís semejantes a fantasmas sin consistencia. No quiero que, al romperse este arpa vieja y cascada ya, se pierdan a la vez que el instrumento las ignoradas notas que contenía. Deseo ocuparme un poco de mundo que me rodea pudiendo, una vez vacío, apartar los ojos de este otro mundo que llevo dentro dela cabeza. El sentido común que es la barrera de los sueños comienza a flaquear y las gentes de diversos campos se mezclan y confunden. Me cuesta trabajo saber qué cosas he soñado y cuáles me han sucedido: mis afectos se reparten entre fantasmas de la imaginación y personajes reales; mi memoria clasifica revueltos nombres y fechas de mujeres y días que han muerto o han pasado con los de días y mujeres que no han existido sino en mi mente. Preciso es acabar arrojándoos de la cabeza de una vez para siempre.

     Si morir es dormir, quiero dormir en paz en la noche de la Muerte sin que vengáis a ser mi pesadilla maldiciéndome por haberos condenado a la nada ntes de haber nacido. Id pues al mundo a cuyo contacto fuisteis engendrados y quedad en él como el eco que encontraron en un alma que pasó por la tierra, sus alegrías y sus dolores, sus esperanzas y sus luchas.

     Tal vez muy pronto tendré que hacer la maleta gran viaje: de una hora a otra puede desligarse el espíritu de la materia para remontarse a regiones más puras. No quiero cuando esto suceda llevar conmigo como el abigarrado equipaje de un saltimbanqui el tesoro de oropeles y guiñapos que ha ido acumulando la fantasía en los desvanes del cerebro.

Rimas

 

 

RIMA I

 

Yo sé un himno gigante y extraño

que anuncia en la noche del alma una aurora,

y estas páginas son de este himno

cadencias que el aire dilata en la sombras.

 

Yo quisiera escribirlo, del hombre

domando el rebelde, mezquino idioma,

con palabras que fuesen a un tiempo

suspiros y risas, colores y notas.

 

Pero en vano es luchar; que no hay cifra

capaz de encerrarlo, y apenas, ¡oh hermosa!

pudiera al oído, contártelo a solas.

 

 

RIMA II

 

Saeta que voladora

cruza, arrojada al azar,

sin adivinarse dónde

temblando se clavará;

 

hoja del árbol seca

arrebata el vendaval,

sin que nadie acierte el surco

donde a caer volverá;

 

gigante ola que el viento

riza y empuja en el mar,

y rueda y pasa, y no sabe

qué playa buscando va;

 

luz que en los cercos temblorosos

brilla, próxima a expirar,

ignorándose cuál de ellos

el último brillará;

 

eso soy yo, que al acaso

cruzo el mundo, sin pensar

de dónde vengo, ni a dónde

mis pasos me llevarán.

 

 

RIMA III

 

Sacudimiento extraño

que agita las ideas,

como huracán que empuja

las olas en tropel;

 

murmullo que en el alma

se eleva y va creciendo

como volcán que sordo

anuncia que va a arder;

 

deformes siluetas

de seres imposibles;

paisajes que aparecen

como un través de un tul;

 

colores que fundiéndose

remedan en el aire

los átomos del Iris

que nadan en la luz

 

ideas sin palabras

palabras sin sentido;

cadencias que no tienen

ni ritmo ni compás;

 

memorias y deseos

de cosas que no existen;

accesos de alegría

impulsos de llorar;

 

actividad nerviosa

que no halla en qué emplearse;

sin rienda que lo guíe

caballo volador;

 

locura que el espíritu

exalta y enardece

embriaguez divina

del genio creador...

¡Tal es la inspiración!

 

gigante voz que el caos

ordena en el cerebro,

y entre las sombras hace

la luz aparecer;

 

brillante rienda de oro

que poderosa enfrena

de la exaltada mente

el volador corcel;

 

hilo de luz que en hace

lo pensamientos ata;

sol que las nubes rompe

y toca en el cenit;

 

inteligente mano

que en un collar de perlas

consigue las indóciles

palabras reunir;

 

armonioso ritmo

que con cadencia y número

las fugitivas notas

encierra en el compás;

 

cincel que el bloque muerde

la estatua moldeando

y la belleza plástica

añade a la ideal;

 

atmósfera en que giran

con orden las ideas,

cual átomos que agrupa

recóndita atracción;

 

raudal en cuyas ondas

su sed la fiebre apaga;

oasis que al espíritu

devuelve con vigor...

¡Tal es nuestra razón!

 

Con ambas siempre en lucha

y de ambas vencedor

tan sólo el genio puede

a un yugo atar las dos.

 

 

RIMA IV

 

No digáis que agotado su tesoro,

de asuntos falta, enmudeció la lira:

Podrá no haber poetas; pero siempre

habrá poesía.

 

Mientras las ondas de la luz al beso

palpiten encendidas;

mientras el sol las desgarradas nubes

de fuego y oro vista;

 

mientras el aire en su regazo lleve

perfumes y armonías;

mientras haya en el mundo primavera,

¡habrá poesía!

 

Mientras la ciencia a descubrir no alcance

las fuentes de la vida,

Y en el mar o en el cielo haya un abismo

que al cálculo resista;

 

mientras la humanidad siempre avanzando,

no sepa a dó camina;

mientras haya un misterio para el hombre,

¡habrá poesía!

 

Mientras sintamos que se alegra el alma

sin que los labios rían;

mientras se llora sin que el llanto acuda

a nublar la pupila;

 

mientras el corazón y la cabeza

batallando prosigan;

mientras haya esperanzas y recuerdos,

¡Habrá poesía!

 

Mientras haya unos ojos que reflejen

los ojos que los miran;

mientras responda el labio suspirando

al labio que suspira;

 

mientras sentirse puedan en un beso

dos almas confundidas;

mientras exista una mujer hermosa,

¡Habrá poesía!

 

 

RIMA V

 

Espíritu sin nombre,