Sé un algoritmo irrepetible - Daniela Violi - E-Book

Sé un algoritmo irrepetible E-Book

Daniela Violi

0,0

Beschreibung

Este libro no intenta arreglar al mundo que, por supuesto, tiene mucho por mejorar. Es un mundo que aún acude a la guerra para solucionar asuntos, lo que sigue indicando nuestra precariedad como colectivo. SÉ UN ALGORITMO IRREPETIBLE es una propuesta sencilla, y no por ello banal, que traza un recorrido interior cuyo objetivo es la re-conexión con los propios recursos y talentos para salir del estado de estancamiento en el que a veces nos sentimos atrapados, para poderlos compartir con el resto de las personas y el Planeta. Modifica tu actual estado anímico y logra tu magnificencia mediante las propuestas personales e intransferibles que te resuenen dentro de este libro y así, despertar de nuevo el espíritu creativo que habita en tu interior. Estás dotado de un maravilloso laboratorio de alquimia dentro de ti con los recursos y herramientas necesarias para que re-construyas el mundo que verdaderamente deseas. ¡Haz que todas tus relaciones se llenen de creatividad, empezando por la relación que tienes contigo mismo! ESA ES TU GRAN OBRA DE ARTE: RE-CREAR EL MUNDO QUE AUTÉNTICAMENTE DESEAS.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 490

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Sé un

AlGORITMO IRREPETIBLE

Daniela violi

Ruta para construir relaciones creativas

Sé un algoritmo irrepetible

@Daniela Violi

© Sobre la presente edición: Alt autores Editorial

@Ilustraciones: Daniela Violi

@Diseño y maquetación: Alexandra Romero Cortina

@Corrección de Textos: Esther Carretero

Asesoría sistémica: Claudia Chica Pratesi

Asesoría humanista: Sabrina Cantara

Asesoría en salud mental: Giovanna Muñoz

ISBN: 987-84-1740-98-9

Para más información de la presente edición, contactar a:

Alt autores Editorial

Henao, 60 489909 Bilbao (España)

CIF: B95888996

www.altautores.com

[email protected]

¿Qué es un aLgoritmo?

La palabra algoritmoviene del latín tardío, alborarismus, que a su vez, desciende del árabe clásico hisābu lgubārque significa «cálculo realizado por medio de cifras arábigas».

Se considera al padre de los algoritmos a Al-Khwarizmi, nacido en la Edad Media en la zona de Uzbekistán, en Asia Central. La mayor parte de su tiempo lo pasó en Bagdad donde por orden del califa creó la Casa de la Sabiduría, un extraordinario centro de investigaciones en el que realizaba tratados de álgebra y astronomía. A él se le atribuye la introducción de nuestro actual sistema de numeración, además del uso de los algoritmos.

Un algoritmoes un grupo finito de operaciones que realizadas en secuencia, es decir, una después de la otra y de manera ordenada, siguiendo los pasos indicados, llevan a un estado final donde se encuentra la solución a un problema. La información de entrada —el problema a resolver— es transformado en la salida —el problema re-suelto—.

No solo se usan los algorimos en matemática: una receta de cocina, un manual para armar un mueble, las instrucciones que un profesor le da a sus alumnos o el entrena-dor a su equipo, se consideran algoritmos.

Todo lo anterior para decir que como seres humanos, únicos e irrepetibles, portadores de talentos extraordinarios, herederos de la experiencia y sabi-duría de nuestros antepasados y diseñadores de un futuro potencialmente luminoso, tenemos todas las condiciones necesarias para generar nuestro propio algoritmo, una ruta original: uno que nos funcione, que no se blo-quee y fluya, que no imite, que sea genuino, que no manipule, que no in-tente controlarlo todo, que nos guste y con el que nos identifiquemos, que nos traiga bienestar, que nos ayude a crear relaciones sanas con nosotros mismos y con los demás, que potencie nuestra capacidad cognitiva, que nos llene de amor y que le haga bien a la humanidad y al Planeta.

¡Un algoritmo irrepetible!

«La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remon-tar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrita y la punta de un zapato».

Julio Cortázar, libro Rayuela

Rayuelaes la segunda novela del escritor argentino Julio Cortázar. La escribió y publicó en Paris, en 1963, diciendo que era una contranovela porque rompía con muchos cánones pre-estableci-dos en el mundo literario. En ella narra su relación con la Maga en el lado de acá (Paris) y el lado de allá (Buenos Aires).

Cortázar propone varias formas de lectura que, entre otras, convierten a Rayuela en uno de los libros más fascinantes para mí y múltiples lectores juguetones esparcidos por el mundo.

Siendo uno de mis Maestros inspiradores, propongo continuar el juego...

1

2

3

4

5

6

6

7

¿Quieres empezar a jugar?

¡Lanza tu piedrita!

Al inicio todo era caos, oscuridad y tedio

(ESTAR FUERA DEL JUEGO)

1

2

3

¿Cómo ser creativoen un mundo repetitivo?

Te sientes aburrido.

Todo ya está inventado.

No se te ocurre nada y ya no sabes por dónde más buscar.

Estás en blanco.

Se te están cerrando puertas y sientes que se debilitan esas relaciones que considerabas fuertes.

Te das cuenta de que en las conversaciones en las que participas estás repi-tiendo los mismos temas.

Te oyes decir siempre lo mismo y notas que tus seres más queridos no te buscan como antes.

Ya no sabes de qué más hablar con tu pareja y en el trabajo sientes que se te acabaron las buenas ideas: tu mente está en blanco.

La inercia te está ganando: te cuesta un trabajo tremendo soltar el control remoto e interrumpir la serie que estás viendo. ¡Te has metido una overdosede ocho episodios en un día y cuando no, quedas atrapado en reels intermi-nables que no te sueltan!

Sabes que puedes construir una nueva realidad, pero no sabes ni por dónde empezar. La ruti-na, esa monótona realidad presente, te diluyó la ruta que conduce a ti mismo: tu fuente de creatividad.

Las peras nacen de los perales (pyrus, en latín).

Agrégale a este peral, todos tus «peros»:

¡A transformar los peros en una mermelada dulce y jugosa!

Para empezar a transformar la realidad hay que ubicar los peros, las ex-cusas, las justificaciones y demás bloqueos auto-impuestos o discretamen-te impuestos por los demás porque... ¿cómo vas a modificar algo que no ves?

Algunos bloqueos externos pueden ser:

No eres bueno, mira a los demás….

Ya has fracasado otras veces.

No eres fuerte.

Eres cobarde.

Hay recesión mundial.

El euro está muy alto.

Eres un soñador.

Es complicado.

Nadie ha podido.

El algoritmo de mis redes sociales me tiene atrapado.

¿Has ubicado tus peros?

¿Te los quieres seguir comiendo o cambias la fruta?

Frutas a parte, quiero proponerte una serie de opciones multi-dimen-sionales que tú vas a decidir cómo interpretar, usándolas a tu favor para que la vida que vivas de hoy en adelante te sea óptima, es decir, que la OPTIMICES y no que la DESPERDICIES.

¿Eres consciente de que a partir de ahora estás construyendo tu futuro cercano?

Algunas auto-excusas pueden ser:

No lo sé hacer.

No tengo el dinero para hacerlo.

No tengo la fuerza para lograrlo.

Nadie cree en mí.

No es el momento adecuado.

Caer en la rutina y sentirse atrapado

El diario vivir incluye actividades repetitivas, como por ejemplo, lavarse los dientes, elegir la ropa que nos pondremos, comprar el pan y saludar (o no) a nuestros vecinos. Somos nosotros los que ELEGIMOS cómo desarrollar estas actividades: o las repetimos activando el piloto automático, haciéndo-nos así completamente predecibles, o invertimos una moderada cantidad de atención y las transformamos.

La opción de la repetición inconsciente conduce al olvido:las pequeñas acciones se automatizan y así no hay anécdota ni sorpresa que nos haga sentir vivos; es decir, energetizados. La falta de consciencia del día a día lleva a expresar la temida frase: ¿En qué momento se me pasó la vida?Se te pasó sumando los momentos que no te dabas cuenta de que eran mo-mentos únicos e irrepetibles: solo te podías lavar los dientes una vez ese 21 de julio de 2011, a las 7:00 de la mañana y tú no le pusiste ni una pizca de atención.

La opción de modificar las pequeñas rutinas exige más atención plena, más trabajo interior, más ganasy más esfuerzo, pero sin lugar a dudas, aporta más satisfacción y bienestar. Dicha forma de transitar por la existen-cia hace que aumente la sensación de adueñarse de lo que está ocurriendo, que la persona se sienta más protagonista de eso que ella está haciendo que ocurra, que se apropie de su vida, que se responsabilice de sus decisiones, que se llene de vivencias, que las coleccione, que las cuente porque las re-cuerda, que no se le escapen los días por entre los dedos...

¡Se trata de escoger!

La diferencia básica entre la una y la otra es dar, o no, algo por contado o des-contado. Curiosamente, el des-contado se vive cuando algo se norma-lizatanto que deja de existir. Desaparecen los dientes que nos lavamos. ¿Cuándo vuelven a tomar protagonismo? ¡Cuándo les sucede algo que lla-ma nuestra atención! Entonces ese diente ya no está des-contado. Pasa a la lista de los contadosy nos damos cuenta de que no queremos dejar de contarlo: no queremos tener un diente menos...

¡Es lo que tiene activar el piloto automático!

¡Es deber de vida DESPERTAR Y DARNOS CUENTA!

El rey Midastenía su reino en Frigia (hoy ubicado en Turquía) y era muy rico. Pasaba los días contando sus tesoros. Un día aco-gió a Sileno, el sátiro siempre embriagado, compañero de Dionisio, que pasaba por sus predios. Dionisio, dios de la fertilidad y el vino, muy agradecido, le concedió un deseo. El rey le pidió convertir en oro todo lo que tocara. Así fue; durante un tiempo fue muy feliz con su nuevo don hasta que entendió que moriría de hambre puesto que... ¡no podía tocar alimento alguno sin que se transformara en oro! En ese mismo instante, corrió a suplicarle a Dionisio que lo liberara de su don. Este le dijo que fuera al río Pactolo y se lavara las manos. Así lo hizo, perdiendo la capacidad de transfor-mar todo en oro. El río quedó de dicho co-lor y el rey Midas aprendió a valorar la vida de otra manera...

La leyenda del árbol de cerezo japonés es muy inspiradora. Cuenta que en un bosque, todos los árboles eran preciosos excepto uno, siempre débil, triste y seco. Un hada se conmovió y le ofreció transfor-marlo en humano durante veinte años para que experimentara emociones diversas y se enamorara de la vida. Le advirtió que si no lo lograba, una vez convertido de nuevo en árbol, se secaría para siempre. Así su-cedió, pero Yohiro, como decidió llamarse en su condición de humano, solo encon-traba tristeza, dolor y muerte en el mun-

do que contemplaba. Faltaba poco tiempo para que acabara su período como mortal cuando conoció a la maravillosa Sakura. Se enamoró de ella, pero sabía que la per-dería apenas se transformara de nuevo en árbol. El hada apareció y entonces Sakura se dio cuenta de que su amor era un ár-bol. El hada le preguntó qué quería hacer y ella respondió: seguir junto a Yohiro. Fue así como nació el cerezo, fruto de la unión de los dos enamorados, que con inmensa alegría le regalan una vez al año sus flores y frutos a los humanos, recordándoles que en medio del dolor hay belleza y amor.

La Mari o Maddies la diosa principal de la mitología vasca. Personifica a la Madre Tierra y es la reina de la Naturaleza. Pue-de ser muy bondadosa como a la vez, muy dura. Vive en una cueva y hay una serie de normas cuando alguien la quiere visitar:

• Debe dirigirse a ella empleando siempre el pronombre de segunda persona para un trato de familiaridad: tutearse.

• Entrar en la cueva y salir exactamente con la misma postura con la que se accedió.

• Nunca sentarse aunque ella ofrezca asien-to. Siempre permanecer de pie.

• Jamás negar lo que se tiene porque si en realidad se tiene y se niega, ella inmediata-mente se lo apropia. Se llama «la regla del no», y Mari imparte justicia a partir de la honestidad y la mentira.

El «darse cuenta» en la mitología

Es interesante este último punto, presente en otras cosmovisiones ancestrales que más que apuntar a mentirle a los otros, parte de nosotros mismos y la incapacidad de ver y aceptar lo que tenemos. Es común encontrar alguna leyenda o relato en cada cultura del mundo con respecto al tema del NO APRECIAR, NO VALORAR, NO DARSE CUENTA. Estas narraciones nos recuerdan, mediante la tradición oral y el lenguaje simbólico, que hay que vivir despierto. Quedarse atrapado en la rutina y la monotonía también tiene que ver con la valoración e intensidad de nuestras vidas.

La rutina excesiva no sienta bien

No te sientas mal al reconocerte rutinario.

Ni tampoco, des-motivado.

Ya te diste cuenta de tu actual estado y eso sí sienta bien. Es el inicio de la transformación. No es posible ir a ningún sitio si no sabes dónde estás ubicado, tal cual funciona el GPS de tu celular. O mejor, él funciona como tú.

Es humano asumir la estrategia del piloto automáticocomo método de sobrevivencia en un mundo que nos empuja a ir a toda velocidad, a ser absurdamente productivos, a es-tar disponibles a cualquier hora y mostrar públicamente los resultados que, por supuesto, deben ser impresionan-tes. Es humano entrar en ese juego cuando sentimos que el mundo nos devora, cuando perdemos el sentido de la existencia, cuando tenemos tanto por resolver que no sa-bemos ni por dónde empezar, cuando el cansancio no nos deja pensar... Es humano de cualquier manera. Perder las ganas también es humano..., ¡pero por un ratico!

Por el hecho deeconomizar energíaes común caer en dinámicas mo-nótonasde pensar, y crear obstáculos para no hacer: lo que pasa con esta manera de funcionar es que te cansas menos, pero no te diviertes más.

Lo que pasa es que vivir de esta manera no le resulta sano al cerebro y por ende, tampoco al resto del cuerpo:

• Al hacer las mismas cosas solo utilizamos los mismos circuitos cerebra-les, desactivando otros que pueden sernos útiles.

• Perdemos plasticidad neuronal y, entre otras cosas, se nos vuelve más difícil encontrar nuevas opciones.

• Nos dispersamos más y nos cuesta trabajo enfocar la atención en un asunto importante.

• Todo se nos convierte en una amenaza y perdemos la real dimensión de cada situación. El mundo nos come a mordiscos.

• Nos falla la memoria.

Yo tengo buenas muestras representativas y también por eso escribo este libro.

• Perdemos agilidad mental y entonces, por ejemplo, no se nos ocurren buenas soluciones.

• Procesamos la información con más lentitud.

• Aumenta la espesa niebla cuando pensamos...

• Nos atrofiamos.

• Nos aburrimos...

Como ves, no es una cuestión de edad. La pérdida del potencial cerebral con el paso de los años es una consecuencia de no haber entrenado uno de los músculos esenciales del cuerpo humano a lo largo de la vida. Prueba de ello es ver a personas muy ancianas con buena cabezaque jamás han descuidado ese preciado órgano, manteniéndolo entrenado.

La rutina extrematampoco es cosa de si dejo de comerme tres ciruelas cada mañana, dejo de ir al baño; o si no duermo ocho horas.Esas micro-ru-tinas sientan bien, pero no está dicho que para realizarlas tengas que seguir un rito idéntico cada día, casi maniaco-compulsivo, en el que si algo se altera te pierdes en un universo caótico. Mucho menos, que realices dichas rutinas en piloto automático, o sea, completamente incosciente de aquello que haces; sin sentido, sin darte cuenta. En las conversaciones también su-cede: suele trazarse una ruta educada en la que cada respuesta es predecible y, al final, realmente no nos enteramos de absolutamente nada del prójimo, porque... en pro de un una buena comunicación, para eso le preguntamos cómo amaneció hoy, ¿no?

¿Y qué tal las celebraciones, como los aniversarios, en las que se replica de manera idéntica lo acostumbrado cada año? Una cosa es la conservación de las tradiciones y otra muy distinta no ponerle una pizca de creatividad y variedad a cada evento, de forma tal que al recordarlo.

¡No sabemos ni en qué año sucedió!

¿Te viene a la cabeza alguna de ellas?

Ponte la mano en el corazón y reconócete que el rito ya no significa nada para ti, que lo estás haciendo para complacer a los demás y quedar bien, o para evitar una represalia humana o divina, pero que en realidad te gustaría renovarlo.

¿De verdad te motiva hacerlo idéntico todas las veces?

Elegir entre el bien-estar y el mal-estar

Cuando uno nace en tiempos de cambio —¿y cuáles no lo son?—, cuando muchas creencias se vuelven obsoletas, el mercado está saturado de gente que dice cómo corresponde vivir, y la velocidad con que sucede todo es tan acelerada que cuando creemos haber aprendido toca volver a empezar… resulta todo un acto de malabarismo mantener el propio equilibrio, decidir no tragar entero para no atragantarnos y, de esta forma, no permitir que el mal rollo exterior lo contagie a uno.

O sea, básicamente:

• Cómo no dejarse aplastar por las circunstancias y/o por las relaciones con las demás personas.

• Cómo no perder la pasión y caer en la des-motivación, tedio y rutina.

• Cómo vivir lo más centrado posible.

• ¿CÓMO VOLVER A EMPEZAR?

La dimensión creativajuega un papel fundamental para lograr es-tos loables fines que si se resumen en tres palabras son *BIENESTAR, *REALIZACIÓN y *PLENITUD: poder vivir-bien, disfrutarse y sentirse pleno.

Resalto el verbo poder como posibilidad, pero también como fuerza.

Repítete esta frase como si se tratara de un mantra:

YO PUEDO CONSTRUiR LA VIDA QUE QUIERO.

Cuando no hay bien-estar hay mal-estar.

Son muchas las posibilidades dentro de este segundo estado y cada uno es libre de definirlo a su gusto. Más allá de satisfacer las necesidades bá-sicas —que sin ellas cubiertas, POR SUPUESTO, nadie se encontrará bien (techo y alimentación, por ejemplo)—, una persona puede no estar bien cuando se siente frustrada, des-energizada, juzgada y condenada; cuando está atorada en un recuerdo o capítulo no grato de su vida; cuando entró en un círculo vicioso del que piensa que no puede salir; cuando no ve luz al final del tunel; cuando no logra tomar las riendas de su vida… Hay una gran cantidad de cuandosy todos son válidos, legítimos… y modificables.

Si no hay realización hay frustración porque la persona sabe que está desperdiciando sus talentos:todo ser humano nace lleno de ellos, pero por motivos circunstanciales, del entorno, del caracter o de la cultura, ex-travía muchos a lo largo del camino. Trabaja en lo que sea, Tienes que traer dinero a casa, Esa profesión no da para vivir, entre otros casos, pasan tarde o temprano factura. Y, entonces, el cambio se hace más complejo puesto que no es lo mismo empezar como maestro de yoga a los veinteaños que a los cincuenta. De esta manera, las personas de cierta edad se enfrentan a ese temible tunel del quiero cambiar mi vida, pero siento que es tarde. Pare-cería, y es solo un parecer, que hubiera sido mejor asumir el riesgo tiempo atrás. La sensación de frustración y condena es inmensa y acaba por afectar a las relaciones interpersonales, pero sobre todo a la auto-valoración. Bási-camente, se ha extraviado el camino al placer por aquello a lo que dedica-mos nuestro tiempo, es decir, nuestra energía y nuestra vida.

El ser humano tiene una fuerte y ancesatral tendencia al cortoplacismoy así muchas veces acaba extraviando su camino y perdiendo en el olvido su vocación. Diría más: su misión. Sucede cuando la necesidad de sobrevivir (que no es vivir) supera todas las demás necesidades, llevando al protago-

nista a enfocar solo el presente y no vislumbrar futuro alguno. El miedo y la incertidumbre hacen de antesala, como si pu-sieran a prueba al implicado con su vocación y con sus sue-ños incluídos. De esta manera, ante el obstáculo que amenaza con devorarlo y el terror ancestral a no sobrevivir, como si la respuesta automática viniera programada desde hace muchas generaciones, el individuo repite: Consígueme cualquier cosa, o Trabajo en lo que sea.

Para construir futuro se requieren altas dosis de claridad, de confianza en la vida, de voluntad, de resistencia, de cora-je, de riesgo y algunas veces, de austeridad.

Una de las veces que he pasado trabajo—he pasado varias y sigo viva—, una amiga me propuso enrolarme en una de esas cadenas semiautomatiza-das de televentas. Cuando le respondí que ese no era mi camino me llamó princesa. Aligerando el comentario, porque no se trata de irnos recordando mútuamente nuestro árbol genealógico, insistí en que no escogía ese ca-mino como tampoco escogería el de CEO de una multinacional —que se acercaba un poco más a su definición de realeza—: Te voy a explicar por qué no contemplo ninguna de las dos alternativas: porque no las haría bien. Ninguna de las dos. Mis talentos —que tengo muy bien definidos— le son útiles a la comunidad desde otros empleos que, entre otras cosas, me hacen feliz. Yo quiero vivir poniendo mis habilidades al servicio de la humanidad y voy a hacer todo lo que esté en mis manos para hacerlo realidad, le dije con cariño, pero de manera tajante. Curiosamente, al cabo de un tiempo

El investigador Jorge Wagensberg en su libro La rebelión de las for-mas – Cómo perseverar cuando la incertidumbre aprietaafirma que, además de estar y vivir, un ser humano debe desarrollar el pen-samiento abstractoque lo lleva no solo a resistir a la incertidumbre del entorno y a modificarla, sino también a anticiparla; lo que implica conocerla. De esta manera, el conocimiento se alimenta de sí mismo para seguir conociendo, y esta se convierte en la base de la innovación universal: hablamos de la CREATIVIDAD HUMANA.

breve de expresar mi honesta voluntad, me llamaron para dar unas clases directamente relacionadas con mi preparación profesional.

La gravedad de estas re-acciones —algunas veces reales, y otras tantas im-pulsivas— es que atentan directamente contra nuestra realización y nos conducen a caminos que no son los nuestros. Nos extravían. No es que sea negativo hacer una labor que no nos gusta por un tiempo: todos hemos pasado por ahí y resulta de gran crecimiento puesto que muchas veces es en los lugares menos pensados donde recibimos las mejores lecciones de vida, y exploramos áreas de nuestro ser que no habríamos conocido de otra manera, pero deben ser temporales y pasajeras.

Tenemos que sincronizarnos con nuestro camino. Y eso implica mu-cha voluntad, disciplina, resistencia, renuncias, críticas, valentía, amor propio y compromiso. Es en ese momento cuando se empieza a crear un algoritmo propio, único e irrepetible.

«Para mí, solo recorrer caminos que tienen corazón,

cualquier camino que tenga corazón.

Por ahí yo recorro, y la única prueba que vale es atravesar todo su largo.

Y por ahí recorro mirando, mirando, sin aliento».

(...)

«Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es solo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición. Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinada. Solo entonces sabrás que un camino es nada más un camino, y no afrenta, ni para ti ni para otros, dejarlo si eso es lo que tu corazón te dice. Pero tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. Te prevengo. Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta. Es una pregunta que solo se hace un hombre muy viejo. (...)

¿Tiene corazón este camino?

Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte.

Son caminos que van por el matorral. Puedo decir que en mi propia vida he recorrido caminos largos, largos, pero no estoy en ninguna parte.

¿Tiene corazón este camino?

Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve.

Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no.

Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida.

Uno te hace fuerte; el otro te debilita».

Carlos Castañeda, 1968, Las enseñanzas de don Juan

Cuando no hay plenitud hay insatisfacción

Si lograr la plenitud indica sentirse satisfecho, realizado y completo, no al-canzar este estado puede significar sentirse vacío, abatido, deprimido, in-completo, reprimido, atorado, ahogado, reprimido o castrado: uno siente que está incompleto y que le faltan pedazos para acabar de armarse.

Todo orbita entorno al verbo SENTIR.

Es esa SENSACIÓN particular la que indica el estado por el que transita la persona.

Resalto TRANSITAR porque afortunadamente nada es para siempre, todo puede cambiar-se y gran parte de ese cambio es posible a partir del interior de uno mismo. Así como una persona puede sentirse amargada en deter-minado momento, también puede sentirse muy satisfecha en otro. Todo estado es alterable.

Aunque en un principio la palabra «estado» —status en latín—, significaba «estar detenido», más adelante comenzó a usarse precisamente para indicar lo contra-rio: una persona podía encontrarse en determinada situación que, por su carácter temporal, era perfectamente modificable. Cambiaba de estado.

Entonces, hay que prestarle particular atención a la MENTEporque según el tipo de PENSAMIENTOSque permitamos que transiten por ella, así se formarán esas frases encargadas de liberarnos o de condenarnos. Si por nuestra cabeza pensante pasa constantemente la idea que somos unos perdedores, looserso impostores, tengan por seguro que el resto de nuestro ser acabará convenciéndose que esa es la realidad de nuestra vida, y entraremos en un estado de abatimiento que, si no lo cambiamos a tiempo, podría convertírse en nuestro modo de vida.

Estado actual y perpetuo: insatisfecho

Si nuestros pensamientos son catastróficos y apocalípticos, mantendremos las manos sobre la cabeza esperando a que algún dios del Olimpo nos lance un relámpago y nos castigue por ser felices.

¿Qué ideas pre-concebidas pasan por tu mente?

Algunos ejemplos de pensamientos abrasivos pueden ser:

• Has sido feliz por un buen tiempo. Ahora te toca sufrir.

• No te has ganado esto que tienes: te lo van a quitar.

• Nadie de tu familia ha sido verdaderamente feliz: ¿qué te hace pensar que tú sí?

• Los tiempos felices no duran mucho...

• Hay demasiada calma, seguro que algún cataclismo está a punto de llegar.

• Uno no tiene lo que quiere, sino lo que puede.

• No eres suficiente.

• Tu plan de vida es una utopía: vas a hacer el ridículo delante de todos.

• Tu padre/madre te va/n a recordar que no eres bueno.

• ¡Qué locura lo que estás pensando, bájate de la nube!

• Me va a ir mal con este proyecto y voy a acabar viviendo debajo de un puente.

El poder del diálogo interior

«Vincit qui se vinci».

(Conquista quien se conquista a sí mismo).

Si por el contrario, nos tratamos con cariño, cuidado y respeto, dedicán-donos frases como me he preparado para enfrentar este desafío y confío en mi potencial, seguramente la sensación será muy distinta: me sentiré fuerte, capaz, afortunado, seguro, preparado y entonces, muy posiblemen-te, el resultado de mi acción será positivo y, por supuesto, me sentiré muy bien. Mi estado será el de plenitud, de completez, de haber recorrido un camino maravilloso que, con todo y sus obstáculos, me llevó a la placentera sensación de BIEN-ESTAR.

ESTOY SATISFECHO, FUERTE, SÓLIDO Y CONSISTENTE

(Es mi estado actual)

¿Notas la relación directa que existe entre amor propio, fuerza y creatividad?

Recuerda un momento de tu vida en el que te sentiste muy capaz.

¿Logras recordar también lo fuerteque estabas?

¿Te acuerdas que creías que todo era posible?

¡Quédate con esa sensación porque vas a repasarla varias veces en este libro hasta apropiártela desde otro estado!

Fíjala de manera que se convierta para ti en un poderoso atractorque visites varias veces a lo largo de tu cotidianidad.

Desafío creativo:

Atrapa ese pensamiento negativoque te repites inconscientemente.

Sí, ese que predice lo mal que te van a salir las cosas.

Adviértele que está en búsqueda y captura. Una vez lo individues, míralo, desglósalo, des-hazlo e inmediatamente crea otra frase, pero esta vez a tu favor.

Repítela como un mantra.

¿Puedes?

Ten presente que funcionamos en base a hábitos. Esto significa que para sacar un pensamiento corrosivohay que crear otro positivo que lo reemplace.

Hace relativamente poco que la neurociencia descubrió otra propiedad fantástica en nuestro cerebro: la NEURO-PLASTICIDAD. Gracias a esta característica sabemos que la mente puede MODELARSEcomo si estuviéramos creando una preciosa pieza de cerámica, es decir, que la frase «yo soy así y no puedo cambiar» ya no es válida.

La mente está a tu servicio y no al contrario.

Tú la guias a ella, no ella a ti.

Tú no eres tus pensamientos.

Estos no te definen, pero tú si puedes definirlos a ellos y encauzarlos hacia donde quieres.

¡Y esto no basta!

Acá es donde empieza el verdadero ejercicio de constancia: debes utilizarlo mucho más que el anterior hasta que se normalice en tu mente.

¿Alguna vez te cambiaron el nombre de la ruta o el número del autobús que tomas a diario? ¿O el nombre o nomenclatura de la calle donde vives? Sucede lo mismo: al inicio te confundirás, casi siempre acudirás a la información que ahora es obsoleta, pero con el tiempo, a base de repetición, llegará un día en el que casi no recordarás el número viejo de la ruta y el nuevo te parecerá normal.

Pero,

¿sabes qué quieres?

Saber qué NO quiereses de gran ayuda mientras puedas redactar la lista sin necesidad de descuartizar, acribillar o descalificar al prójimo.

Esta es una tendencia común: definirse mediante la negación del otro.

Sin lugar a dudas es más sano lograr hacerlo sin tener que robarle la luz a otra persona para brillar.

Perencejito es tacaño, en cambio yo, la más generosa.

Mi prima es re-loca, no como yo, que soy tan estable.

¡Hay luz para todos!

La cuestión es encontrarla adentro.

La de afuera es eso, artificial.

No vale.

BUSCA LAS RESPUESTAS PERSONALES E INTRANSFERIBLES DENTRO DE TI.

NOTA CURIOSA

Por cierto, para salirnos del tema, ¿sabes de dónde vienen Fulanito, Menganito, Zutanito y Perenganito?

Fulanito viene de la palabra árabe fulān, que quiere decir «cualquier persona» y Mengano, de otra palabra árabe, man kān, que significa «quien sea».

Zutano en cambio proviene del latín, scitānus, y significa «sabido» y Perengano, la más reciente, parece que viene la mezcla entre Mengano y Pérez.

Las demás variantes en español las creamos sus usuarios.

¿Cómo PIENSAS lo que quieres?

Entre lo que quieres y lo que no quieres está el tipo de pensamiento, con su respectiva ideología, al que —casi siempre, sin darte cuenta— has decidido suscribirte como si de una revista, equipo de fútbol o partido político se tratara, para que te ilumine el camino a seguir... Es a partir de esa parti-cular visión del mundo que decidimos qué nos gusta y qué no; y qué es posible y qué imposible.

Hay muchas formas de definir la propia realidad tomando como punto de partida una corriente —filosófica, por ejemplo— y encontrar respuestas desde la visión estoica, hedonista, racionalista, trascendental, vitalista, po-sitivista, liberal...

También hay propuestas para interpretar la realidad desde las religiones, desde las ideologías económicas, políticas, éticas, etc... Hay tanto donde escoger que, como amante de la complejidad de los sistemas, sugiero leer acerca de ellas, conocerlas, entenderlas porque —siguiendo con lo de la complejidad— nosotros los seres humanos a menudo oscilamos de una a otra.

Hay momentos de nuestra vida en los que basamos nuestras ideas en algu-na de ellas, y en momentos distintos en otras. También solemos mezclarlas, acomodarlas, por supuesto, dosificarlas y siempre personalizarlas. A veces juegan en nuestra contra y, por su incoherencia, caen como un castillo de naipes. Otras veces el resultado nos es útil y tiene coherencia.

Protesta filosófica

Aprovecho la pauta publicitaria para hacer notar cómo la pretensión, en algunos países, de sacar la materia de filosofía del programa escolar es un atropello a la condición humana:

¿Cómo es posible vivir sin hacerse preguntas que corresponden a nuestra intrínseca existencia? ¿Cómo no conocer las propuestas que la historia nos ha formulado?

¿Cómo no sentir que la filosofía nos regala claridad mental cuando estamos en la construcción de nuestra definición del mundo?

Y como un asceta, aprendiz de Pitágoras y la Escuela de Crotona, me retiro en silencio...

¿Piensas lo que piensas porque todos lo piensan?

La competicióny la comparaciónson un mal negocio. Es importante re-visar la tendencia impuesta por nuestra civilización de competir, que es una forma de vivir la vida, para decidir si seguimos practicándola o por el contrario, la reemplazamos conscientemente por la de cooperar, que es otra forma de vivir. Ambas maneras han sido implementadas en diferentes momentos de la historia, lo que significa que son muy humanas y que cada uno decide qué modalidad seguir...

La trampa de la primeraes que a veces ganaré, pero entonces, por la natu-ral polaridad de este mundo, otras tantas, perderé. A veces seré el mejor y entonces, otras tantas, el peor. Esto hará que mi vida oscile constantemente en polos de triunfo/fracaso y gloria/miseria.

¿Quién no ha visto a un futbolista o una cantante vivir momentos de casi idolatría y después de un traspié quedar sepultado por los abucheos de la gente?

La sensación es la de estar montado en el ascensor de un rascacielos cons-tantemente. Es fácil enfermarse así porque los niveles de auto-presión a los que uno se somete, sumados a los exteriores, pueden llevar a niveles de exi-gencia muy elevados. Resalto el verbo someterque significa ponerse bajo el dominio o autoridad de otra persona, ideología, empresa, etc... y, otras tantas, de uno mismo.

Al competirsiempre habrán ricos y pobres, feos y bonitos, tontos y genios y siempre quedará alguien fuera del juego. Y lo irónico del asunto es que —no es un misterio para nadie— la rueda gira, y en el momento menos esperado, alguien, desde muy arriba, se meterá tremendo golpe al caer… al tiempo que otro, desde muy abajo, subirá como la espuma de una botella de Champagne. Como Los juegos del hambreo los del calamar, en los que una vez se inicia el juego es dificil salirse y habrá varios sacrificados en medio del camino.

La segunda opción genera tipos de dinámicas muy diferentes, tanto a nivel interior como exterior de cada persona, lo que llevarían a otro re-sultado; es decir, a la re-creación de otro tipo de mundo. Cooperarquiere decir que:

• Me junto con otros con la intención de que nos vaya bien a todos.

• Veo al de al lado como un compañero, socio, compinche, hermano, parce, bato, compadre o colega con el cual lograremos —en plural— alcanzar nuestros objetivos.

• Puedo aportar mi saber, un apoyo, alguna herramienta o medio a al-guien que necesite resolver algo, aun cuando yo ya lo tenga resuelto.

• Soy capaz de pedir una mano cuando la necesite y también darla cuando pueda y, en ambas acciones, permanecer en equilibrio sin debilitarme o fortalecerme, dejando al otro en una posición de más ventaja o desven-taja con respecto a mí. Esto se conoce como par conditioy es la base de las relaciones pares.

• Deseo el bien común y esto implica que si algo me trae bienestar a mí, pero malestar a otro, opto por no hacerlo.

Esto hace que un objetivo común se torne más grande, más poderoso y, ojalá, más loable. Metafóricamente, puede formarse una cadena de amor que va en ascenso hacia el infinito.

No idealicemos: a veces, lastimosamente, son cadenas de odio las que se foman. Lo que tiene incluir en el paquete humano la propiedad emergente.

All it’s possible, my friend!

Lo importante es que no nos enganchemos ahí y no nos dejemos conta-giar del mal rollo. Ahí va el otro punto importante: PENSAR CON AUTO-NOMÍA Y CRITERIO PROPIO ASÍ SEAS EL ÚNICO DEL GRUPO QUE PIENSE DE DIFERENTE MANERA. La memoria histórica, entre otras, es importante para no olvidar algunos capítulos penosos del pasado en los que muchas personas se juntaron por pensar igualsin analizar qué pensa-ban y qué consecuencias traía ese pensamiento. De esta manera, acabaron armándose guerras y muchas vidas humanas fueron sacrificadas.

El espíritu creativo puede ser contagioso

Pongámonos positivos. Si una ideología extrema o un virus pueden conta-giarse, ¡el espítitu creativo, también! ¡Los asuntos que le sientan bien a toda la humanidad y al Planeta deberían ser los más contagiosos!

Un grupo de personas llenas de entusiasmo, amor por la vida, ganas de mejorar y conscientes de sus talentos creativos, son la materia pri-ma para construir una sociedad plena.

¿No sería genial?

¡Eso implicaría que cada uno da de sí lo mejor!

La cuestión es que ANTES de suponer una sociedad plena y de hablar de INSPIRAR A LOS DEMÁS, cada persona tendría —sigo conjugando los verbos desde el tiempo condicional— que sentirse plena. No, no me refiero a las circunstancias, al exterior, a las relaciones con lo que está fuera de mí. Esto es otro tema y otro libro.

Me refiero a la RELACIÓN QUE CONSTRUYO CONMIGO MISMO: mi particular forma de quererme, de aceptarme, de perdonarme, de relajarme, de asustarme, de enfadarme, de enfermarme, de sanar, de caer, de levan-tarme… más allá, o a pesar de, lo que suceda afuera. En pocas palabras, la relación con el amor de mi vida: YO. ¡De esto sí que va este libro!

Preguntas complejas:

1. ¿A pesar de los trastoques de la vida, puedes apreciar lo bonito que hay en ti y seguirte transformando en la persona que quieres ser? ¿Sigues creyendo en lo posible?

Acto seguido:

2. ¿Puedes desearle felicidad a personas que no te caigan bien, que te hayan trai-cionado o que te parezcan mala gente? Si no logras deseárselo a todos, quiere decir que te toca trabajar más el Amor por la humanidad. No tienes que querer a todo el mundo, pero tampoco es obligación vivir lleno de odio por dentro.

Te recomiendo que busques la película «In time» porque nos pone a pensar en el uso que le damos al tiempo, y la película «El mundo secreto de Walter Mitty», que lo hace, igualmente, con el sentido al trabajo y a la vida.

Empezar por re-conocerse aburrido y aburridor

«El hecho es que has perdido el gusto por ver, por sentir; el de acoger…

y ahora te comes tu corazón».

Cesare Pavese

Cada uno de nosotros es como un imán: atraeo repeley parece que esto está relacionado con el tipo de pensamientos que generamos en nuestro interior. Sucede aquello que piensas con mucha intensidad porque le das, literalmen-te, forma. No sucede lo que no pasa por tu mente, porque no existe. Enton-ces, crece y se fortifica lo que piensas mucho y se debilita y aleja lo que cada vez, piensas menos. Tiene sentido.

¿Has notado que en el momento en que empiezas a recordar menos a alguien, dejas de encontrártelo por todos lados?

¿Qué quieres para ti y para los demás?

Es interesante descubrir —y este es un trabajo personal e intransferible— la relación estrecha que hay entre EL DESEO, LA ABUNDANCIA y LA CO-LECTIVIDAD. Si desear el bien para uno mismo ya es un acto de amor que roza la dimensión de los milagros, es innegable que se genera un inmenso movimiento energético cuando lo deseamos para muchos más. Desear el Bien Común. Pedir por todos. Querer que nos vaya bien. Esperar que las lecciones de vida, inevitables, nos sean leves. Aprender desde el amor y no desde el dolor, para entender lo que necesitamos ver, para despertarnos.

Me encantó la frase que una compañera de clase de caligrafía gótica me dijo un día: La gente cree que puede hacer poco por los demás y no se da cuenta de que DESEARLE LO MEJOR a alguien, desde el corazón, ya es un inmneso regalo. Yo lo hago cuando veo a una persona que vive en la calle. No siempre tengo algo material para darles, pero siempre tengo un poco de fuerza para compartir.

¿Tú qué tienes para DAR ahora?

Por ello, antes de mirar hacia afuera hay que mirar hacia dentro y, por el mismo motivo, hay que iluminar todo lo que nos habita para después dejar salir toda esa luz y compartirla con los demás.

¿Qué piensas acerca de ti?

¿Cómo te piensas cuando te piensas?

Cuando hay poca luz dentro, es poca la luz que se puede compartir…

Entonces es ahí que muchas gente opta por apropiarse de luces ajenas. Es imprescindible hacerse responsable de lo que llega y no llega, incluído el tedio, el aburrimiento, la gente plana y la falta de ideas. Sácate de la cabeza que sufres de una maldición, que eres un pobre desgraciado y que la vida te ha hecho así.

Recobra tu bastón de mando, tu cetro, tu varita mágica, tu poder personal porque si no lo haces, es imposible practicar ningún tipo de alquimia en tu vida, es decir, de TRANSMUTACIÓN.

¡Piénsate de otra manera!

Empieza por des-aburrirte, apasionarte y empoderarte, palabra que por cierto, viene de power, poder. Acepta que todo te aburre porque el aburrido eres tú. ¡Uf!

Y no eres tú solo. Nos pasa a todos en momentos puntuales de la vida.

La cosa se enreda cuando esos tiempos tediosos se prolongan y nos conver-timos en un rosario ambulante de quejas. Señal de que caímos en des-gracia es cuando no logramos ver soluciones, nuestros pensamientos nos carco-men y optamos por echarle la culpa a todo lo que no somos nosotros, a lo que está afuera, llámese padres, cónyuges, hijos, vecinos, gobierno, Dios...

La sensación es la que comúnmente conocemos como se han cerrado todas las puertas yya no sé hacia donde ir, y esto sucede cuando una persona habita dentro de un contexto corrosivoque empieza en su interior, for-mado por hábitos, frases, pensamientos, dinámicas, creencias, exceso de personas influyentes negativas (todos influímos en los demás, por si no lo has notado) y una definición de la vida con escaso o nulo sentido. Eso sí, todo, absolutamente todo, empieza en el interior de cada uno.

Preguntas poco atractivas

Más que entender por qué NO ATRAEMOS LO QUE QUEREMOS en nues-tra vida, hay que comprender por qué SEGUIMOS ATRAYENDO ESO QUE TANTO NOS FASTIDIA.

¿Qué hay en mí que hace que yo siga llamando a la escasez, a la precariedad, al sacrificio, al esfuerzo desmedido, a la injusticia, al des-amor, al abandono, a la traición, a la soledad no elegida, al desaliento…?

¿Qué hay en mí, aún no elaborado o integrado, que hace —como consecuen-cia— que yo siga teniendo que enfrentar el mismo tema como si se tratara de la película «El día de la marmota»?

¿Qué hay en mí que hace que perciba mi vida como ABURRIDA?

¿Por qué me siento en una jaula de oro?

¿Por qué no le cuento a nadie que tengo ganas de salir corriendo... pero no sé para dónde?

Una respuesta, de las muchas —menos mal hay dónde escoger—, es porque todo lo sigues haciendo igual. No varías tu manera de pensar, de sentir, de re-accionar, de contestar, de resolver, de amar, de hablar, de narrar, de describirte, de criticar a los demás, de escoger, de declarar, de auto-lesionarte, de fastidiar a los demás, de caerte, de...

Entre los muchos trabajos internos que esto conlleva, te ha hecho falta APLICAR A TU FAVOR LA FACULTAD (inherente, osea que naciste con ella) CREATIVA que circula dentro de ti.

Ponte la mano en el corazón y confiésate:

¿Qué haces exactamente igual desde siempre y sabes que no te está funcio-nando más?

¿Qué beneficio te trae esta repetición?

¿Cuánta incertidumbre hay dentro de ti?

¿Cuáles son tus pensamientos en mitad de la noche?

El auto-saboteo

Hay una cantidad de gente de todas las generaciones en esa misma situa-ción que no encuentra que hacer para motivarse, apasionarse y encontrarle un buen sentido a sus días. Confiesan que cada vez son menos las cosas que

los mueven, menos los temas que les apasionan y, por supuesto, menos la gente que les gusta. Se levantan poniendo frases en los muros de sus redes sociales pavoneándose con la expresión de yo ya no.

Yo ya no aguanto.

Yo ya no hago.

Yo ya no ando con.

Yo ya no estoy para…

y de manera contraria a su creencia, en la que quisieran verse como griegos estoicos, reflejan todo lo opuesto: están cavando cada vez más profundo ese hueco interno por donde se les están escapando sus amigos, sus familiares, su pareja, sus ilu-siones y, por supuesto, su fuego. No es cualquier fuego de vela de supermercado del que hablamos; se trata del fuego interior que nos mantiene vivos y se está apagando. Ese que los chinos llaman Chi y los egipcios, ku. ¡La llama interna, la luz interior!

«Yo no sé que me ha pasado. Era una persona divertida. Me gustaba bailar, preparaba postres deliciosos, armaba planes. Ahora no se me ocurre nada. Me siento desganada y solo veo realitys en la TV». Estrella, 55 años

No es sinónimo de madurez entusiasmarse y apasionarse cada vez menos. Ser selectivo es una cosa, pero otra muy distinta volverse plano y perder la capacidad de emocionarse. Las predecibles y reducidas tarifas planassolo para el contrato de internet, y para cómo se pone la barriga cuando nos comprometemos a hacer más abdominales.

Imaginémonos lo que sucede cuando una persona se auto-saboteapensan-do y/o diciendo que no es capaz. Automáticamente autoriza a los demás a hacerlo y, aunque no lo haga de manera consciente, su actitud y relación ha-cia sí misma lo transmiten. Los demás lo captan y refuerzan. Es de especial atención el tema de la edad: personas que no consiguen un puesto de trabajo por haber sobrepasado cierta cifra, personas que se separan y creen que no volverán a encontrar pareja, investigadores convencidos que no se les ocu-rrirá otra idea genial para desarrollar… Estos, y muchos más, son casos a los que prestar mucha atención: arrancar desde el auto-sabotaje es el detonante para cerrarse puertas y contribuir a que el flujo creativo se estanque.

Olvidar crear momentos flow lleva al aburrimiento

Mihalyi Csikszentmihalyi, el mayor representante de la psicología posi-tiva, y portador de un apellido impronunciable por su dificultad fonética, nos revela una pista muy útil cuando hablamos de los beneficios de ser más creativos, y es el estado de flowal que nos va llevando su práctica. El estado de fluidez es ese momento divino en el cual la persona logra abstraerse de todo cuanto lo rodea, deja de pensar en sus preocupaciones, encauza su ansiedad y se mete, en alma y cuerpo, en un actividad que le atrapa toda su atención, sacándola del tiempo y del espacio donde antes estaba ubicada. ¿Tienes presente alguna escena de un niño juegando solo? Entrar en es-tados de flowo fluidez es tremendamente placentero, fortalecen el sitema inmune, generándole mucho bien al cuerpo y a la mente. Pero olvidamos lo bien que nos sientan esos momento y, entonces, los dejamos de crear. De esta manera es fácil estresarse, agobiarse, angustiarse, aburrirse y, a veces, hasta enfermarse...

Momentos flowextraviados

¿Recuerdas cuándo fue la última vez que hiciste el amor con tu pareja sin pensar en la hipoteca, o en si el otro te amaba o no, o que si llegaría al orgas-mo, o en que tocaba madrugar al día siguiente?

¿Te acuerdas cuándo fue la última vez que te sentaste a leer por un rato prolongado?

¿Cuándo te diste un baño delicioso, perfumado y largo?

¿Cuándo viste el último atardecer?

¿Cuándo contemplaste el cielo?

¿Cuándo fue esa vez que caminaste descalzo por la arena o la hierba?

¿Cuándo...?

El camino (neuronal) del burro

A nivel de las neurociencias, el letargo emocional—que yo llamo tedio cósmico— se explica porque el cerebro está diseñado para economizar energía y el proceso de darse cuenta requiere de mucha de ella. Despertarse fatiga, cuestiona, derrumba y desmonta mitos y creencias.

¡Ufff, cuánto trabajo!

Resulta más relajante quedarse en pantuflas y empija-madoen la zona conocida, en la rutina, en el confort, fortificando cada vez más las sinapsis cerebrales que ya tenemos muy bien trazadas en nuestra cabecita; es decir, las conexiones que se crean entre las neuro-nas cuando hacen/sienten/repiten algo varias veces. Cuando hacemos siempre lo mismo y de la misma ma-nera, las sinapsis se hacen muy fuertes y terminan hacién-donos andar en piloto automático porque ya no hay necesidad de concentrarse; lo sabemos hacer mecánicamente. A eso le dicen ir de arriba a abajoen las dinámicas del cerebro. Es como cuando el burro se aprende el camino por entre las rocas para llegar a un sitio; puede volverlo a reco-rrer hasta con los ojos cerrados porque lo tiene memorizado. No tiene que analizarlo. Gasta muy poca energía en ese proceso, pero la vida se le hace pesada, monótona y plana.

Advertencias anti-cambio

1.Es legítimo que uno elija no hacer cambios y quedarse con la vida que tiene pero… ¡si uno decide quedarse ahí quietico en su zona de segu-ridad, de comodidad y muy tranquilito, le toca responsabilizarse de la decisión, dejar de estar echándole las culpas a los demás de la desgracia propia y, sobre todas las cosas, vencer el vicio de quejarse que es una verdadera ladilla para los que amablemente nos tienen que soportar! ¿Te has dado cuenta de que cuándo eres tú el que ocupa ese rol, te vuelves tóxicopara los demás?

2.No es posible romper con la rutina permaneciendo resguardado en la zona de seguridad y confort porque para hacer que pasen cosas: hay que salir a la vida. Eso implica que puede haber dosis de dolor, de fatiga, de error, de calor, de sorpresa, de alegría, de milagros, de todo. No salir es quedarse con la duda y vivir con ese peso. ¡Sí, pesa!

Pero para salir... hay que desearlo, es decir, invertir energía para que suceda el cambio. Otra vez, ¡ejercitar los músculos empezando por el cerebro!

Breve repaso del cerebro

El cerebro es el órgano del cuerpo que centraliza el control sobre los demás órganos. Genera patrones de actividad muscular y produce hormonas. Con-tiene entre 86 mil y 100 mil millones de neuronas que transmiten mensajes entre sí, a través de las sinapsis.

1.Su parte más antigua en términos de evolución es el sistema reptiliano donde están los ganglios basales, el tronco del encéfalo y el cerebelo. Es el responsables del mantenimiento de las funciones para las necesidades más inmediatas: controla las reacciones predecibles, es decir, las conduc-tas instintivas como el hambre o el miedo. Es el que ejecuta códigos progra-mados genéticamente cuando se dan las condiciones apropiadas.

2.Después se desarrolla el sistema límbico, formado por varias estructu-ras cerebrales que regulan las respuestas fisiológicas frente a determinados estímulos. Es la estructura donde se desarrollan las emocionescon sus respectivas asociaciones según las experiencias que se han tenido. Si una conducta produce emociones agradables se tenderá a repetirlas; si, por el contrario, son desagradables se rechazarán. Está formado por partes del tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala cerebral, cuerpo calloso, septo y mesencéfalo.

3.La última evolución del cerebro humano es el neocortexdonde se en-cuentra la racionalidad. Ocupa el 76% del volumen del cerebro. Está lleno de pliegues y es la capa que proporciona recuerdos, conocimientos, habili-dades y experiencia acumulada gracias a sus 30 000 millones de neuronas.

En el neocortex se controlan las emociones y están capacidades cognitivascomo la memorización y la concentración, el lenguaje, la habilidad para escoger el comportamiento correspondiente, la resolución de problemas, la capacidad de autoreflexionar y la de resolver problemas. Ahí también escogemos la manera que tenemos de percibir la realidad. Lo hacemos por medio del pensamiento consciente. Consciente con «SC» porque se refiere a la capacidad del ser de concebir la realidad.

1

2

3

El pensamiento conscientees el que tiene consciencia de sí.

Se sabe, y sabe también, que está ubicado en el presente.

Se sabe pensante aquí y ahora.

Es capaz de viajar adelante y atrás en el tiempo desarrollando la capacidad de visionar y recordar, pero trayendo todo al AHORA; es decir, al presente perfecto. A través del pensamiento consciente, la persona está despierta para lograr transformar su realidad y hacer uso de la energía vital para lograr lo que quiere lograr: vivir, no sobre-vivir.

En el neocortex también están ubicadas las bases estructurales implicadas del pensamiento creativo, especialmente en las regiones frontales, en el córtex parietal y en las estructuras occipitales. Esto nos lleva a pensar que el desarrollo de la facultad creativa ha sido ingrediente fundamental en nuestra evolución.

Sus características biológicas no tienen muchas diferencias con las otras zonas neuronales, pero lo que si se destaca es su capacidad para generar y modificar el número de conexiones inter-neuronales o sea, la de dirigir la información hacia varias direcciones. De esta manera, la activación del pensamiento creativo hace que se creen buenas inter-conexiones neurona-les; ya solo por esto, su práctica es óptima para nuestra salud mental.

Cuando hablamos de CREATIVIDAD nos referimos a la activación de varias áreas del cerebro que nor-malmente no están conectadas entre sí.

¡Qué súper-poder el de volverse cada vez más creativo!

La chequeadafogosa

Revisar constantemente los niveles de nuestro fuego interiores vital —y no me refiero precisamente a ponerse un termómetro en la boca, la sien o el sobaco—: no hacerlo pasa facturas muy elevadas después, que se mani-fiestan en crisis existenciales, enfermedades, fallas en el sistema inmune y todos los otros sistemas, quiebras, caos, perdidas y pérdidas (que no son lo mismo).

No es lo mismo reactivar una llama que se está apagando que intentar encender una ubicada sobre de un pedazo de hielo…

Resulta sano chequear las creecias que están guiando nuestra vida, los pen-samientos que tenemos, las vibraciones que emitimos, las sensaciones del cuerpo, los sentimientos que nos embargan, las palabras que expresamos, los silencios que nos guardamos, las intenciones detrás de las intenciones, los planes que nos guían, las elecciones que hacemos, las fidelidades que somos incapaces de abandonar aun sabiéndolas nocivas y, sobre todo, el lugar desde donde nos movemos. ¿En qué zona te mueves?

Las preguntas que te propongo a continuación son complejas, intensas y hasta pueden ser densas.

Tómate tu tiempo, no tienes que responderlas de un tirón y mucho menos publicarlas en una red social, pero te aseguro que tener el coraje de contestártelas te aclarará muchas cosas:

• Cuando menos te das cuenta, estás volviendo a pensar en…

• ¿Cómo espantas un pensamiento negativo?

• ¿Tienes consciencia de las frases que te repetían como un mantra en tu niñez?

• ¿En cuáles de esas frases sigues creyendo?

• ¿Son frases limitantes o liberadoras?

• ¿Qué capítulo no tienes cerrado y te gustaría cerrar?

• ¿Te has sentado con esa persona a hablarlo? ¿Has hecho algo para resolverlo? Real-mente, ¿quieres resolverlo?

• ¿A dónde van las cosas que no dices?

• ¿Por qué no vives como quieres?

• ¿Tienes la vida que habías soñado?

• ¿Qué no sientes merecer?

• ¿Te sientes inferior o superior a alguien cercano a ti?

• ¿Escogerías a alguien como tú de pareja?

• ¿Cuál es tu secreto?

• ¿De qué te avergüenzas?

• ¿Qué te frustra?

• ¿No logras estar quieto y en silencio por un rato?

• ¿Puedes estar en casa solo disfrutando de tu compañía?

• ¿Sabes en qué eres bueno?

• ¿Sabes para qué sirve eso en lo que eres bueno?

• ¿Pones en práctica ese don?

• ¿Cuál es tu frase célebre en este momento?

• Cuando tienes que proponer un plan, ¿qué se te ocurre?

• ¿Te atreves a preguntarle a un buen amigo cuál es tu mono-tema de conversación?

Auto-evalucación del chequeo

Si 1 es totalmente apagado, y 10 fogosamente encendido, ¿en qué número están tus niveles de fuego vital?

¿Dónde ubicaste tu límite?

Volvamos al yo-ya-noal que me refería anteriormente, porque encierra un poder inmenso que si no lo hacemos consciente puede funcionar en nues-tra contra, transformando la realidad, pero en negativo.

Yo ya no… puede considerarse una frase sanacuando es usada para poner límites, cuando recupera el poder personal que le habíamos entregado a otra persona o cuando nos libera de una obligación auto-impuesta a hacer cosas que no nos gusta hacer.

Yo ya no acepto que mi jefe me levanter la voz.

Yo ya no le permito a mi pareja que me falte al respeto.

Yo ya no me trato con dureza.

Digamos que ese yo-ya-nosirve de ruta de navegación personal, dejándole claro a otras personas cuáles son nuestras reglas del juego, límites sanos incluídos. No, no puedo aceptarlo todo, y no aceptarlo todo no significa que soy una mala persona.

Te invito a reflexionar en las veces que alguien se enfadó contigo porque le marcaste un límite.

¿Puedes volver a mirar la situación despojándote de la dosis de cul-pabilidad que antes te dejaste achacar?

Se torna una frase nocivacuando hay pérdida, rabia o miedo de por me-dio: tengo un altercado con un familiar o amigo y me gana el desamor, cuando mi lista de gustos disminuye y entonces no reemplazo lo que saco por nuevas posibilidades o estoy profundamente asustado, muerto del sus-to, pero me auto-engaño con el yo ya no…, para demostrar que no me afecta, pero me afecta… ¡y mucho!

Yo ya no puedo aprender a pintar.

Yo ya no me vuelvo a enamorar.

Yo ya no estoy para conocer gente.

La revisión al yo ya node este libro va de eso: yo ya no invierto en ciertos temas que