TÉCNICAS PARA PSICOTERAPIA SISTÉMICA CONSTRUCTIVISTA - Dorys Ortiz Granja - E-Book

TÉCNICAS PARA PSICOTERAPIA SISTÉMICA CONSTRUCTIVISTA E-Book

DORYS ORTIZ GRANJA

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Beschreibung

En este texto se describen tres temas: (1) el constructivismo como marco epistemológico de la práctica; (2) la relación terapéutica como base esencial del proceso y (3) las técnicas. Sin embargo, no es un libro autoritario ni dominante, que obligue a leer todo su contenido en el orden en el que se lo propone. Siendo coherentes con la práctica constructivista, el libro es bastante flexible. El profesional interesado puede comenzar la lectura por cualquiera de los tres temas, sin perderse en el camino.

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INTRODUCCIÓN

I EL CONSTRUCTIVISMO

ANTECEDENTES

DEFINICIÓN

TIPOS DE CONSTRUCTIVISMO

II LA PSICOTERAPIA SISTÉMICA CONSTRUCTIVISTA

EL SUBSISTEMA COGNITIVO

EL SUBSISTEMA AFECTIVO - RELACIONAL

EL SUBSISTEMA CONDUCTUAL O TÉCNICO

III LAS TÉCNICAS

DEFINICIÓN DE TÉCNICAS CONSTRUCTIVISTAS

PROCEDIMIENTO GENERAL DE APLICACIÓN DE LAS TÉCNICAS

CLASIFICACIÓN DE LAS TÉCNICAS

IV LAS CARTAS TERAPÉUTICAS

PROCEDIMIENTO

V EL CUENTO SISTÉMICO

PROCEDIMIENTO

VI LAS ESCULTURAS

PROCEDIMIENTO

VII LA EXTERNALIZACIÓN

PROCEDIMIENTO

VIII EL GENOGRAMA

CONSTRUCCIÓN DEL GENOGRAMA

REGISTRO DE LOS EVENTOS FAMILIARES

INTERPRETACIÓN DEL GENOGRAMA

IX EL JUEGO DEL COLIBRÍ

FASES DE LA APLICACIÓN

X LAS MÁSCARAS

PROCEDIMIENTO

XI LAS METÁFORAS

PROCEDIMIENTO

XII LOS OBJETOS METAFÓRICOS

PROCEDIMIENTO

XIII LAS PREGUNTAS CIRCULARES

XIV LOS RITUALES TERAPÉUTICOS

REALIZACIÓN DEL RITUAL

XV LA SILLA VACÍA

PROCEDIMIENTO

XVI LAS TAREAS TERAPÉUTICAS

XVII LA VARITA MÁGICA

PROCEDIMIENTO

XVIII CIERRE

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Conozca todas las teorías.Domine todas las técnicas,Pero al tocar un alma humana,Sea, apenas, otra alma humana.Carl G. Jung.

Junto al fuego, en una tibia tarde de invierno,ovillos de todos los colores, reposan en una canastaen una mezcla sin orden ni concierto.Una vida representa cada uno de ellos.Son otros tantos hilos que mezclan sueños y anhelos,Mientras el sol continúa su raudo camino por el cielo,Y la tejedora reposa en su sueño.Ay! Cuando despierte…Unos hilos tejerán vidas y otros dormirán el sueño eterno.Dorys Ortiz G.

INTRODUCCIÓN

Cada profesión tiene un conjunto de herramientas que la identifican como capaz de alcanzar o hacer algo; lo cual constituye su lado más pragmático y operativo. Así como el artista tiene un pincel o el violinista su violín preferido, los terapeutas sistémicos también tienen un conjunto de técnicas que pueden usar durante los procesos terapéuticos.

Sin embargo, las técnicas son solo una parte del proceso, cuya base primordial es una relación terapéutica. La esencia misma del proceso es una relación. Se trata de una interacción construida entre dos seres humanos en la que uno de ellos solicita ayuda al otro porque este tiene cierto tipo de conocimientos especializados para ayudarle en las dificultades que enfrenta y, en el proceso, puede usar algunas técnicas.

Como marco general de esta relación, existe una base de referencia que le da forma, la matiza y también la determina. Este marco está constituido por el constructivismo que orienta las acciones y elecciones y que se plantea como fundamento de un proceso sistémico de construcción de alternativas frente a ciertas dificultades. Las técnicas aparecen en el transcurso del proceso; cada una de ellas tiene un objetivo específico pero su finalidad última es ayudar a que las personas puedan enfrentar situaciones dolorosas y encontrar alternativas a los problemas que tienen.

Cuando se planteó la idea de escribir un libro sobre técnicas, el dilema fue este precisamente: de qué manera equilibrar epistemología, relación y técnicas para remarcar que éstas son importantes pero resultan ser la consecuencia de los otros dos aspectos, todavía más significativos aun y que orientan su elección y aplicación. Por lo tanto, es necesario comprender las bases primero porque definen la aplicación de las técnicas y ampliar estas al final.

Por ende, en este texto se describen tres temas: (1) el constructivismo como marco epistemológico de la práctica; (2) la relación terapéutica como base esencial del proceso y (3) las técnicas. Sin embargo, no es un libro autoritario ni dominante, que obligue a leer todo su contenido en el orden en el que se lo propone. Siendo coherentes con la práctica constructivista, el libro es bastante flexible. El profesional interesado puede comenzar la lectura por cualquiera de los tres temas, sin perderse en el camino.

El nombre escogido para el texto es muy revelador. Aborda la cuestión de las técnicas puesto que es un libro centrado en ellas; sin embargo, la segunda parte del título establece el quid de la cuestión. Se trata de técnicas para psicoterapia sistémica constructivista y, esta es la razón por la que se tratan los temas del constructivismo y de la relación terapéutica en primer lugar. Además, se pretende que no sea un libro aburrido aunque describa cosas muy serias, así que encontrarán metáforas, poesía, imágenes, preguntas, anécdotas, pero siempre con un hilo conductor que, por cierto, también está explicado… al fin!! Porque siempre han preguntado qué es.

Aunque se aplican en un marco constructivista, las técnicas también pueden usarse bajo otros paraguas conceptuales o teóricos; entonces, cada uno deberá encontrar la forma de volverlas coherentes con sus bases epistemológicas.

El libro tiene tres partes. La primera aborda la cuestión del constructivismo haciendo un recorrido histórico en primer lugar, para luego definir lo que se entiende por este enfoque y sus diversas manifestaciones, para aterrizarlo en la psicoterapia. En la segunda parte se describe el tema de la relación terapéutica como marco para el uso de ciertas técnicas que se tratan en la tercera parte.

Haciendo este recorrido, se espera que se diviertan durante la lectura (se asume que será más en el tema de las técnicas que en las dos primeras partes) y que, luego, las apliquen, las usen en los procesos terapéuticos, vean sus posibilidades y también comprendan sus limitaciones y las dificultades que se pueden encontrar. ¡Ah! Y no se desanimen. La experiencia es la única señora que da la oportunidad de comprender el psiquismo humano, que es la mejor arma para trabajar en psicoterapia. La técnica permite acceder a este psiquismo en la medida que se ha comprendido lo que sucede en él.

Para decirlo en metáfora: las técnicas son como el bisturí que le sirve al médico para hacer una incisión y acceder al interior del cuerpo humano; pero solo se recomienda hacerlo, cuando se ha comprendido lo que se va a encontrar al abrir la herida y más importante aún… si se sabe cómo cerrarla luego.. sin dejar una gasa en el interior.

Así que ¡Bienvenidos a la lectura y que la disfruten!

Dorys

I EL CONSTRUCTIVISMO

Lo que vemos, cambia lo que sabemos.Lo que conocemos cambia lo que vemos.J. Piaget

Es posible que a lo largo de la formación personal realizada, se hayan preguntado ¿qué es el conocimiento?, ¿cómo se conoce?, ¿qué se conoce? No se sabe con certeza si lo han hecho o no… Sería mejor que sí para que puedan inscribirse en la larga historia de seres humanos que se han planteado estas inquietudes desde los albores de la humanidad, cuando el primer Homo sapiens buscó la forma de comprender los fenómenos que observó alrededor de él. Griegos, romanos, chinos, europeos, latinoamericanos han labrado este camino y postulado concepciones diversas acerca del tema que conduce a los planteamientos actuales.

Para comprender el constructivismo, se va a realizar una inmersión en la historia. Aunque puede resultar tedioso, sin embargo, es necesario para entender de dónde vienen los diversos fenómenos que se perciben actualmente. Del mismo modo, este es un paso muy isomórfico con un proceso terapéutico, ya que en psicoterapia sistémica se hace lo mismo, incluso hay un genograma para ello: es importante sumergirse en la historia para comprenderla de mejor manera y dar forma a lo que sucede en el presente.

Por esta razón, se plantea un recorrido histórico para entender el constructivismo; luego se lo define así como también las diversas formas que ha adoptado, para caracterizar la psicoterapia desde esta perspectiva y concluir el texto con las técnicas más usadas en este marco.

ANTECEDENTES

Todos los dolores pueden ser asimiladosSi se los pone en una historiaO contamos una historia sobre ellos.Karen Blixen

La tradición del pensamiento occidental tiene sus fundamentos en Grecia, donde se puede identificar la postura de Heráclito (540-475 a. C.) como la más antigua del constructivismo. Este filósofo señaló que lo único permanente es el cambio puesto que todo fluye y todo se mueve (Reale & Antiseri, 1988); es decir se halla en un permanente proceso de construcción.

También formuló la ley de la lucha de los contrarios (Reale & Antiseri, 1988) cuando señaló que el devenir de las cosas:

… se caracteriza por un continuo pasar desde un contrario al otro: las cosas frías se calientan […] las cosas solo adquieren su propia realidad en el devenir; la guerra (entre los opuestos) es algo ‘esencial’ y la dialéctica planteada posteriormente por Hegel, cuando señala que ‘lo opuesto se concilia y de las cosas diferentes nace la más bella armonía y todo se engendra por medio de contrastes’ (p. 43).

Así, los sistemas humanos se mueven entre dos polos que se pueden enfrentar en una guerra o colaborar de la forma más armónica para facilitar la adaptación de cada persona a su contexto; idea que reafirma el postulado del cambio continuo y la necesaria construcción que se hace en el camino.

Estos planteamientos señalan que no es posible percibir o experimentar algo, del mismo modo, en dos momentos distintos, ya que la situación y la experiencia cambian permanentemente; la vida es un continuo fluir que no se detiene, en el que se experimentan modificaciones incesantes, desde los más sutiles (nivel de azúcar en la sangre, tasa de hormonas, estado de ánimo) hasta otros más visibles como el inicio de una nueva relación, la pérdida de un trabajo y muchos más. Todos estos cambios afectan e impulsan a cada persona a que se adapte continuamente, construyéndose en el proceso.

Jenófanes (570 a.C.), otro filósofo griego, buscó explicaciones plausibles de los fenómenos que observaba a su alrededor (Reale & Antiseri, 1988). Su trabajo es uno de los primeros intentos de explicar las manifestaciones de la naturaleza, razón por la cual, se lo considera como uno de los aportes iniciales al constructivismo por tratar de construir conocimientos acerca del mundo y lo que sucede en él.

De igual manera, cabe mencionar a Zenón de Citia(siglo IV a.C.), fundador del método dialéctico que busca relacionar los opuestos para llegar a síntesis productivas; así, las tesis se enfrentan a antítesis significativas en la búsqueda de síntesis productivas para cada persona en su historia y en su devenir.

En esta revisión, no se puede dejar de lado a los sofistas, quienes desplazan la orientación de las ideas filosóficas desde la naturaleza y el cosmos hacia el ser humano en tanto tal y en cuanto miembro de una sociedad. Sus reflexiones surgen a partir de la ampliación del poder del pueblo, debido a las ideas de la democracia que produjeron una crisis de los valores imperantes en la época (Reale & Antiseri, 1988). Uno de sus postulados era que “la virtud no se deriva de la nobleza de sangre y del nacimiento sino que se basa en el saber” (p. 77), lo cual implica una democratización del conocimiento, ya que todas las personas pueden acceder a él. Se considera esto como un aporte a las ideas constructivistas al plantear, implícitamente, que el conocimiento está a disposición de todos.

Entre los sofistas se destaca Protágoras(485-410 a.C.), quien centra la noción de conocimiento (Reale & Antiseri, 1988) en su famoso aforismo: “El hombre es la medida de todas las cosas; de las que son en aquello que son y de las que no son en aquello que no son” (p. 78), es decir, vuelve la mirada al ser humano como centro de la actividad y productor de ideas y conocimientos sobre los fenómenos que percibe y experimenta.

Además, se consideran estas palabras como la fundación del relativismo en occidente (Reale & Antiseri, 1988), ya que según Protágoras: “todo es relativo, no existe una verdad absoluta y tampoco existen valores morales absolutos; existe aquello que es más útil, más conveniente y, en consecuencia, más oportuno” (p. 78).

Así, el ser humano escapa del absolutismo y de la creencia en que existe una sola y única forma de ver las cosas para comprender la diversidad implícita en el mundo y la variedad de experiencias y formas de organizar el conocimiento, con lo cual, es oportuna la afirmación de Protágoras (Araya et al., 2007) de que:

La realidad no presenta una sola cara, ya que no todos los hombres podrían tener la misma experiencia de las cosas. De ahí que resulte imposible expresar una sola descripción o un solo argumento. […] La clave fundamental de su pensamiento es, pues, que el hombre no conoce las cosas como son en sí, sino como son para él, como las internaliza en el propio momento de la percepción. Por esto, el conocimiento puede variar en el tiempo para la misma persona, ya que volverá a depender de su nueva percepción (p. 80).

Estas ideas son esenciales para el constructivismo puesto que cada persona accede al mundo a través de los órganos de los sentidos; la información así obtenida, es organizada luego en el cerebro en base a las categorías establecidas a través de las cuales “lee” el mundo que le rodea y las relaciones que mantiene.

Para terminar la revisión del aporte de los griegos, hay que referirse a Gorgias (483-375 a. C.), otro sofista (Reale & Antiseri, 1988), considerado como representante de la ética de la situación puesto que apuntó: “Los deberes varían según el momento, la edad o la característica social; una misma acción puede ser buena o mala según quien la realiza” (p. 80).

Por ende, el conocimiento es particular y específico a un momento y condiciones dadas; puede ser analizado por otras personas para establecer su validez y aporte en otras circunstancias; sin embargo, su validez se determina por la situación contextual en el que aparece o se aplica. Estas ideas también constituyen un planteamiento constructivista, que evita la generalización de las creencias afirmando su especificidad.

Luego de reconocer el aporte de los filósofos griegos con ideas que se las puede identificar como constructivistas; se avanza directamente al Renacimiento, época en la cual se desarrolla el humanismo. Se trata de una corriente filosófica vinculada al estudio de las ciencias humanas como la literatura, el arte, la poesía y muchas más que, luego, adquiere consistencia propia, al interesarse por el ser humano más allá de la naturaleza. En este período, los filósofos ofrecen una nueva interpretación relacionada con el avance de la ciencia en el siglo XV (Reale & Antiseri, 1988). Se trata de un:

Nuevo sentido del hombre y de sus problemas: un nuevo sentido que encuentra expresiones multiformes y, a veces, opuestas, pero siempre llenas de contenido y con frecuencia muy originales. Este nuevo sentido culmina en las celebraciones teóricas de la dignidad del hombre como ser en cierta forma extraordinario con respecto a todo el resto del cosmos (p. 33).

En el humanismo, se comprende al ser humano en su dimensión histórica, se valora su pensamiento, fruto de una cultura determinada y una época específica. Se trata de un ser humano en activo intercambio con su ambiente, que trata de conocer y explicar, de la mejor forma posible, lo que le sucede, para adaptarse a las condiciones que se le presentan; lo cual, constituye también una concepción propia del constructivismo.

Luego, se llega a Descartes (1596-1650) (Reale & Antiseri, 1988), quien creía que “la mente humana produce el conocimiento de la naturaleza con sus propias fuerzas, del mismo modo que produce la matemática” (p. 307). Su famosa frase “Pienso luego existo” es la manifestación más clara de que la base de todas las ideas es el pensamiento humano; por lo que se puede considerar sus planteamientos (Araya et al., 2007) como el inicio del constructivismo.

Descartes también plantea ciertas analogías entre la técnica mecánica, la matematización y la construcción de conocimiento puesto que, en todas estas aplicaciones, se busca desarmar la máquina o descomponer una ecuación en sus factores, para así, comprender su composición, su estructura y funcionamiento. De esta forma, el análisis de la realidad, también se plantea en el constructivismo, ya que el todo se comprende a partir de sus partes y las relaciones que mantienen.

Además, Descartes legó otro planteamiento importante relacionado con la Geometría Analítica, ya que al hacer una representación geométrica usando un sistema de coordenadas, se dio cuenta de que la representación algebraica de formas geométricas rompe con la atadura impuesta por la ontología y, entonces, el Ser se manifiesta de varias maneras, lo que puede interpretarse como el inicio de la diversidad y la complejidad en el pensamiento humano.

Esta constatación le permitió separar dos fenómenos que hasta ese momento se los identificaba como uno solo: lo óntico y lo ontológico. El primero implica que el Ser es de una sola manera, está predefinido y determinado por las condiciones iniciales; en cambio el segundo señala que el Ser se manifiesta de una sola manera, lo cual implica que existen adaptaciones y modificaciones que se producen a lo largo de la vida y el cambio es otra fuerza a considerar en los sistemas. Esto es esencial para las ideas constructivistas ya que no existe una realidad única; si bien es cierto el aspecto físico es similar; sin embargo, presenta manifestaciones distintas para cada persona.

El pensar da un conocimiento de nuestra existenciaPero no es garante del conocimiento total de quién realmente somos.Giambattista Vico

En el siglo XVII se destaca otro filósofo que no es muy conocido pero al que se puede considerar como el verdadero iniciador del constructivismo. Se trata de Giambattista Vico (1668 – 1744) (Reale & Antiseri, 1988), quien afirmó: “lo verdaderamente humano es aquello que el hombre, en el acto de conocer, configura en sus elementos” (p. 535).

Según este filósofo, las ciencias que pretenden explicar la naturaleza son construcciones y productos del ser humano; existe un mundo más allá de cada persona que puede ser conocido: “Este mundo civil fue sin duda hecho por los hombres, lo que hace ser que pueda –porque se debe– encontrar sus principios en el interior de las modificaciones de la mente humana” (p. 536).

Aquí, se pueden distinguir ya, las bases generales del constructivismo al proponer que el conocimiento es fruto de la actividad mental del ser humano y que el mundo también es construido por él, es un producto de su mente, de lo que ha pensado y que, luego, lleva a la realidad.

Si no quieres repetir el pasado,estúdialo.Immanuel Kant

Un siglo más tarde, Kant (1724-1804) realiza aportes interesantes para el campo del constructivismo, aunque él no se considere así. Se puede resaltar su afirmación (Araya et al., 2007) de que: “Los juicios que nacen de la sola experiencia están desprovistos de universalidad; sólo gozan de esta cualidad los juicios caracterizados por sus condiciones apriorísticas absolutas y que, por lo tanto, no admiten excepción alguna” (p. 82). Con lo cual, hay un acercamiento a otra idea principal del constructivismo como es la falta de generalización del conocimiento, ya que hay que definirlo de acuerdo a parámetros históricos particulares.

Hasta la época de Kant, los filósofos y científicos intentaban explicar el conocimiento partiendo de la suposición de que el sujeto gira en torno al objeto de interés. Kant invierte la relación, valiéndose de la premisa de que es el objeto quien circunvala al sujeto. Se trata de una revolución absoluta en el pensamiento, similar a la propuesta por Copérnico cuando pone la Tierra a moverse alrededor del sol: el ser humano se vuelve el eje a partir del cual surge el conocimiento. Por ende, es el sujeto mismo el que siente, piensa y conoce en los objetos, los atributos que pone en ellos (Reale & Antiseri, 1988); es decir:

El fundamento del objeto está en el sujeto. El vínculo necesario que configura la unidad del objeto de experiencia está constituido en realidad, por la unidad sintética del sujeto. El concepto de objeto se había concebido tradicionalmente como aquello que está enfrente y se opone al sujeto. Para Kant, por el contrario, supone estructuralmente al sujeto. El orden y la regularidad de los objetos de la naturaleza es el orden que el sujeto, al pensar, introduce en la naturaleza (p. 744).

Según Kant, el ser humano introduce orden y categorías en los objetos que le ayudan a entender la naturaleza (física, natural y humana); así, construye conocimientos que se manifiestan de dos formas: sensible e intelectual. El primero se genera en los órganos de los sentidos, permite que el ser humano asimile los objetos y sus características de forma, tamaño, color, olor, textura y demás; los psicólogos dirían, actualmente, que se trata de las sensaciones (Gross, 2012).

Respecto a la información así elaborada por el sujeto, Kant (Reale & Antiseri, 1988) señala que:

No capta el objeto tal como es en sí, sino tal como se aparece, porque la sensación es una modificación que el objeto produce sobre el sujeto y, por lo tanto, un aparecer del objeto tal como se manifiesta mediante esa modificación (p. 737).

Posteriormente, el sujeto organiza los múltiples datos sensibles en determinadas relaciones, lo que, en psicología se llama percepción (Gross, 2012).

El segundo tipo de conocimiento, que Kant denomina ‘intelectual’, aparece cuando los seres humanos piensan sobre los objetos, usando para ello otros procesos cognitivos más complejos como el pensamiento y la inteligencia (Gross, 2012), gracias a los cuales, construyen teorías y explicaciones de los fenómenos naturales, humanos y sociales.

Los dos tipos de conocimiento (sensible e intelectual) actúan juntos para formar los pensamientos, a través de un proceso en el cual, el sujeto percibe las características de los objetos, que él mismo les atribuyó y, luego, construye ideas acerca de ellos (Linares, 2007). Debido a esta manera de describir, tanto el conocimiento como la forma de elaborarlo, se afirma que Kant es uno de los primeros constructivistas, aunque él no se designe como tal.

El positivismo es un punto y una línea.El constructivismo es una red y una espiral.

El conocimiento no permanece estancado, como una planta que echa raíces y crece en suelo fértil, también se desarrolla y se vuelve cada vez más complejo, conforme aumenta también el capital intelectual que, los seres humanos poseen. Por lo que, para avanzar un poco más en el análisis del constructivismo, es importante señalar que surge como una propuesta diferente al positivismo (Comte, 2006).

Este enfoque se basa en la premisa, incuestionable durante muchos años, de que existe una realidad objetiva independiente del observador. Sin embargo, el avance de la ciencia, en particular el desarrollo de la mecánica cuántica y de la teoría de la relatividad propinó un golpe mortal a esta premisa básica porque planteó que la realidad es dependiente del observador (Icart & Blanch, 2001). Sujeto observador y objeto observado forman parte de una totalidad en interacción: no existe observación sin un sujeto y este define aquello que observa.

Estos planteamientos implican un cambio epistemológico muy importante en la historia de la ciencia y tiene efectos perdurables en la postura que se asume frente a los fenómenos. Se trata de otra revolución similar a la que, en su momento, planteó Copérnico con respecto al sol y Kant en relación a las ideas.

Cuando se produce un cambio de este tipo, en una postura epistemológica, es importante que cada persona responda tres preguntas: la ontológica referente a la concepción acerca de lo que se conoce (la realidad); la epistemológica con respecto a la relación entre conocedor y conocimiento y la metodológica en relación a la forma de conocer la realidad (Ramos, 2015). La tabla propuesta a continuación señala las posturas asumidas por el positivismo y el constructivismo frente a estos tres aspectos.

Tabla 1. Diferencias entre positivismo y constructivismo

Preg.

Positivismo

Constructivismo

Ontológica

La realidad es absoluta.

La realidad es relativa.

Se aprehende la realidad en su totalidad puesto que está regida por leyes y mecanismos naturales.

El ser humano es activo constructor de la realidad, en base al conocimiento que tiene sobre ella.

Se pueden conocer todos los factores implicados en un fenómeno ya que la realidad es única y determinada.

Se pueden conocer solo algunos factores implicados ya que no existe una realidad única y determinada.

Epistemológica

Sujeto y objeto de conocimiento son independientes uno del otro.

Sujeto y objeto de conocimiento son interdependientes.

La realidad existe independientemente del observador.

La realidad existe pero no es independiente del observador.

El observador determina con claridad y objetividad, aquello que va a ser objeto de estudio.

Los criterios y categorías de observación dependen de la teoría que tiene el observador.

El observador puede controlar la realidad y las variables implicadas, para modificarlas.

El observador no puede controlar la realidad; sin embargo, puede actuar con ella, para transformarla.

Los resultados son producto del análisis hipotético-deductivo que prueba las hipótesis formuladas.

Los resultados son producto de la construcción conjunta realizada tanto por el sujeto como por aquello que es conocido (personas).

Se accede a la realidad a través de experimentos.

El observador determina el curso del proceso.

Se accede a la realidad a través de la interacción entre las personas y lo que se observa y ambos determinan el curso del proceso.

Los hallazgos pueden generalizarse a toda la población.

Los resultados son específicos para una población determinada.

Metodológica

El fenómeno debe ser medido y evaluado.

Se busca la comprensión y análisis del fenómeno.

Se usan métodos experimentales para modificar las variables implicadas en un fenómeno.

Se usan métodos hermenéuticos para generar construcciones factibles que alcancen cierto grado de consenso.

Se verifican las hipótesis con el uso de métodos estadísticos descriptivos e inferenciales.

Se plantean preguntas y se buscan respuestas que permitan construir realidades viables para las personas implicadas en un fenómeno particular.

Tomando en consideración las ideas planteadas por cada postura epistemológica en los ámbitos mencionados, es dable afirmar que, desde el punto de vista ontológico, existe una realidad material que se puede conocer a través de los sentidos; sin embargo, cada persona también construye activamente su propia realidad cuando organiza la información en categorías pertinentes para el propio accionar como ser humano y profesional. Solo se puede conocer algunos factores y aspectos de esta realidad, que presenta múltiples aristas que escapan a la comprensión y, por supuesto, no hay que inquietarse por ello.

Epistemológicamente, se plantea un continuo proceso interactivo e interdependiente con el ambiente alrededor. El resultado de esta interacción es una construcción posible sobre la realidad, en la cual se asume, clara y transparentemente, los criterios usados para describir lo que se ha observado. Se espera obtener resultados válidos para una situación específica sin tratar de generalizarlos a la población total.

Metodológicamente