The Samurai Cartoon Armies - F.J. Guil Grund - E-Book

The Samurai Cartoon Armies E-Book

F.J. Guil Grund

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Beschreibung

Fran Guil vuelve con un nuevo trabajo visual y divulgativo. Esta vez viajamos al Japón Sengoku-jidai, el País en Guerra (siglo XVI), donde se combate día sí y día también. Los samuráis están en su apogeo pero, ¿son estos famosos guerreros en verdad tal como creemos que son? ¿Realmente se guían por el bushido? ¿Es la katana realmente el alma del samurái? Samurái Sengoku o samurái Edo ¿cuál es el auténtico? Divertidas viñetas a todo color nos ilustran con todo detalle el aspecto y las más diversas situaciones de estos legendarios guerreros. Descubriremos a los verdaderos protagonistas de los campos de batalla de la época: los ashigarus (pies ligeros). Asedios, combates, mongoles, monjes guerreros, mujeres samurái, Corea, la llegada de los portugueses, el arcabuz, la receta del oniguiri. Y aún sacaremos tiempo para hablar de ¡ninjas! En la misma línea que el anterior The Late Roman Cartoon Army! (2020), esta obra es breve, resumida y amena. Los protagonistas sin duda, los más de 50 dibujos que, acompañados de un texto explicativo, conforman los capítulos del libro. La referencia a películas aporta en este caso un refuerzo a esta obra visual.

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ÍNDICE

PREFACIO Y AGRADECIMIENTOS

INTRODUCCIÓN

I. SENGOKUYIDAI (Todos Contra Todos)

Oda Nobunaga

,

Toyotomi Hideyoshi

,

Tokugawa Ieyasu

II. MUNDO SAMURÁI

Samurái

,

Invasiones Mongolas 1274 Y 1281

,

Daimyō (El Gran Hombre)

,

Minamoto No Yoshitsune

.

III. HACERSE VER

Sashimonos Y Otras Banderas

,

Comunicaciones Y Señales

,

Jinmaku (Puesto De Mando)

,

¡Oh, Yo Te Desafío! (El Daimyō En Batalla)

,

Un Ejemplo: II Naomasa (Y Sus “Diablos Rojos”)

IV. LA LOGÍSTICA

Arcos Y Katanas

,

+ Que Katanas

,

Kabutos & Armaduras

,

Armado Hasta Los Dientes

,

Tate & Tedate (Escudos)

,

Horo (¡O La Capa Para-Flechas!)

,

Raciones

,

¡En Marcha!

,

Campamento

,

Jin-Ya (Campamento Fortificado)

,

¡Médico!

V. RECLUTAMIENTO

Koku (Tantos Tienes, Tanto Aportas)

,

Ronin (Hombres Ola)

,

Ashigaru (“Pies Ligeros”)

VI. PREPARÁNDOSE PARA LA BATALLA

Artes Marciales (Entrenando Mente Y Cuerpo)

,

Entrenando En Grupo (Instrucción)

,

Yari (Lanza)

,

Arqueros

,

Teppo (Arcabuceros)

,

Samuráis Y Barcos.

VII. MISCELÁNEA (Personajes Imprescindibles)

Portugueses (Nanban, Los Bárbaros Del Sur)

,

Monjes (Budismo)

,

Sōhei (Los Monjes Guerreros)

,

Ikkō-Ikki (Revueltas De La Liga Devota)

,

Shinobi (Espías En La Sombra)

,

Onna Bugeisha (Mujeres Maestras En El Combate)

VIII. LA BATALLA

Antes De La Batalla (Rituales)

,

Formaciones

,

Caos Ordenado (La Línea De Batalla)

,

Nagashino 1575 (Fuego Concentrado)

,

La Invasión De Corea (La Guerra Imjin 1592-1598)

,

Sekigahara 1600 (La Gran Traición)

,

¡Rodarán Cabezas! (Rituales Tras La Batalla)

,

Saqueo Y Rapiña.

IX. CASTILLOS Y ASEDIOS

Yamashiro (Castillo De Montaña) Siglo XII

,

Torres De Poder Siglo XVI

,

Asediados

,

Asediando

,

Takamatsu 1582 (El Castillo “Flotante”)

,

El Gran Sitio De Osaka 1615

,

El Sitio De Hara 1638 (La Última Batalla)

X. EL OCASO DEL SAMURÁI (Periodo Edo)

BIBLIOGRAFÍA

PREFACIO Y AGRADECIMIENTOS

Al igual que en mi primer trabajo “The Late Roman Cartoon Army!”, he tratado en este tomo de ser lo más simple y, sin embargo, lo más ameno posible. Y vuelvo a repetir fórmula: muchas ilustraciones, divertidas, coloridas e históricas. Sí, históricas porque han sido documentadas concienzudamente para mostrar un mundo samurái fuera de clichés.

Vuelvo a incluir referencias a cine, anécdotas o apuntes que ayuden a comprender el texto.

“Los ejércitos samurái”, ya el título nos dice que no era un ejército único centralizado, como en el imperio romano, por ejemplo. Sin embargo, obviamente, estos ejércitos samurái comparten muchas características dada la idiosincrasia de la guerra en el Japón medieval, un asunto de “guerrear por casa”.

Para referirnos a los personajes históricos de esta obra, usaremos la forma japonesa, donde el apellido precede al nombre. Además, un samurái importante podía cambiar de nombre varias veces en su vida, por lo que solo usaremos aquél por el que más se le conoce.

El mundo samurái que conoce Occidente está envuelto en leyenda, romanticismo y bastantes exageraciones; es tentador creer en el bushido, la mítica katana y samuráis que cuentan pétalos de flor de cerezo mientras se baten en duelo. Sin embargo, el samurái del periodo Sengoku es muy distinto del personaje tan adorado por la cultura pop. Yo mismo crecí leyendo sobre este código de honor, trágicos harakiri (suicidios rituales) y duelos en callejones de Edo. Sin embargo mi hobby de reenactor (recreador histórico) me ha llevado a interpretar las fuentes y ayudado a distinguir entre folklore, leyenda, exageración o pura invención sobre hechos históricos, atuendos o armas pasadas. Se puede disfrutar igualmente de un Takeda Shingen y de un ¡Rurouni Kenshin!

Descubre sus armas, sus extravagantes armaduras, su valor… pero también su desesperación por la victoria y supervivencia en el campo de batalla.

La guerra en ningún momento es algo bonito, a pesar de las coloridas viñetas, si algún crío ojea el libro, mejor con la compañía de un adulto. Es un libro meramente divulgativo, no le pidamos más de lo que nos puede dar.

Quiero agradecer a mis mecenas su aportación y a mis amigos/familia por este regalo de cumpleaños financiando el libro: Andrea Höller, Olga López, Javier Muñoz, Mariló González, Paco López, Mariví del Castillo, José Ruiz, Patri Rodríguez, Ale Martínez-Abarca, Rocío Sánchez, Martín Lago, Bea Fernández, Javier Gallardo, Davinia Pérez, Fernando (Guipú) Grund, Carmen Laguna, Francisco Castrillón, Nuria Quintana, Luis Garralón, José (Joseffo) Martín, Sali Garrido, Nati Guil, Ale Guil, y a mi querida Mara Correyero.

Dedico el libro a mi MADRE, Natividad Grund, devolviéndole un poquito de todo lo que me ha dado.

INTRODUCCIÓN

He de advertir al lector que este libro no va del Bushido, el honor, el harakiri o del alma de samurái alguno (refiriéndome a su legendaria espada, la katana). Es un sencillo texto sobre los ejércitos samurái del periodo de guerra total “SENGOKU JIDAI”, periodo de los Estados en Guerra (1467-1615). Con un espíritu crítico: los samurái, los bushi, guerreros en general del Japón medieval, no se parecían en nada a los samurái que el mundo occidental conoce. La imagen que ha llegado a Occidente es una imagen romántica y reescrita durante el pacífico periodo Edo. El shogunato Tokugawa establece una paz que convierte a miles de guerreros en ociosos funcionarios. Los samuráis del 1700 nunca pisaron un campo de batalla, ni se vieron en la necesidad de sobrevivir en él. Nostálgicos, revisaron los textos e historias antiguas y las reinventaron en una fascinante cultura de una casta de guerreros legendarios de estricto código y templanza, maestros de la espada y prestos a sucumbir bajo su propia mano, por honor.

No citaré fuentes, puesto que los autores japoneses nos son ajenos al público no académico y menos si no sabemos japonés. Me parece poco útil hablar de autores de los cuales no sabríamos ni pronunciar su nombre o perder al lector en citas. Compenso con una amplia bibliografía al final. No acudiré tampoco a las previsibles fuentes que todos los amantes del mundo samurái esperarían:

Hagakuré de Yamamoto Tsunetomo. Escrito en 1716 y no publicado hasta principios del siglo XX. Este señor, aun siendo samurái, era un funcionario sin entrenamiento marcial dada su mala salud.

Budo Shoshin-Shu de Daidoji Yuzan (1639-1730). Sí, el autor de la famosa cita “un samurái ante todo debe tener presente el hecho de que va a morir...”. En occidente el libro se llamó “El código del samurái”.

Bushido Zasshi 1898. Revista que agrupaba a intelectuales y pensadores. Es aquí cuando aparece por primera vez el término BUSHIDO como tal.

Bushido, the soul of Japan 1899 de Nitobe Inazo. Economista criado y educado fuera de Japón; de hecho, el libro se escribió directamente en inglés, en Estados Unidos. La mención en él de fuentes japonesas es escasa.

Nuestros dos samuráis están separados por 200 años. El primero, aguerrido, en armadura completa, es un feroz contrincante. El segundo es un samurái del periodo Edo, experto en artes marciales, pero que nunca ha entrado en batalla y añora la gloria de los viejos tiempos. ¿Con cuál te quedarías tú?

Y el más archiconocido: “El Crisantemo y la Espada” de la antropóloga estadounidense Ruth Benedict (1946). Escrito sin pisar Japón a base de literatura japonesa (posiblemente los mismos libros que yo no he querido usar de fuentes) y de entrevistas a japoneses residentes en Estados Unidos. Usado para explicar la idiosincrasia japonesa, no específicamente la samurái.

NO acudo a ellas porque no describen ni explican a los samuráis del SENGOKU JIDAI. Simplemente porque los samuráis del “País en Guerra” no eran los mismos que los del periodo Edo.

Los historiadores especializados en el Japón de los siglos XII al XVI no han podido encontrar texto alguno del periodo que pueda decirse precedente, de un “código Bushido.”

Aun después de este discurso, no pretendo atacar al mito samurái, resumiré el concepto de lo que quiero transmitir… ¡con un SPOILER! En la película de 1979 “Eclipse en el tiempo” (Sengoku Jieitai / G.I. Samurái) un grupo de soldados japoneses del siglo XX, tras un extraño fenómeno temporal acaban en el periodo medieval japonés, en medio de la lucha entre dos daimyō (señores feudales), las circunstancias hacen parecer que ayudan a uno de ellos y se alían. El daimyō que sale beneficiado ve la oportunidad y se sirve de los soldados modernos y sus modernas armas. Tras ganar a su oponente y quedar victorioso traiciona y acaba con sus hasta ahora aliados. Moraleja, al final el capitán de los soldados modernos, admirador de la cultura samurái y maestro de esgrima desafía al daimyō a luchar a espada; sin embargo éste toma un arma y dispara al “moderno samurái”. Tras lo fantástico del argumento, lo que nos queda claro es que el samurái Sengoku, práctico, no arriesga el duelo y usa lo que le da la victoria segura, sin preocuparse por honor alguno.

La “burbuja de tiempo” que produce el cierre del Japón por el gobierno Tokugawa ha propiciado que una enorme cantidad de artefactos, iconografía y textos haya llegado hasta nuestros días (hubo samuráis hasta hace 140 años). Es posible encontrar fuentes fiables y abundantes que, analizadas en su contexto (las armaduras, espadas, pergaminos de batallas, biombos decorados), nos traen el Japón medieval como si el tiempo no hubiera pasado desde el siglo XVII. Cito como muy interesantes los relatos ilustrados Ehon Taikoki (Las crónicas ilustradas del regente) y [.epsilon][.lambda] Ehon Toyotomi Gunki (Crónicas del Toyotomi), ambos del siglo XIX.

← El samurái de la izquierda; en armadura completa, lleva un sashimono (estandarte) en su espalda que lo identifica en el fragor de la batalla. En este caso, el objeto tridimensional es el vajra (diamante/rayo) conocido como sanko-sho (los Tres Misterios). El peto de la armadura tiene forma de vientre de un monje. Estas dos piezas nos indicarían la fe budista de su portador. Sus enemigos sabrían interpretar perfectamente la compleja “heráldica” de este guerrero.

I. SENGOKUYIDAI

SENGOKUYIDAI 1467-1615 (TODOS CONTRA TODOS)

Podemos definir el Sengoku-yidai (Periodo de los estados en guerra) como un estado de guerra total desde el 1467 (Guerra Onin) al 1615 inicio del periodo Edo, que sumirá al país en una niebla de aislamiento y paz bajo el triunfante clan Tokugawa y sus shōgun, durante 250 años.

El shōgun era un cargo militar, “comandante del ejército”. Nombrado por el emperador, derivó en un administrador general del estado, con un poder de facto mayor que el de aquél. Su gobierno, el “bakufu” (“gobierno del campamento” lo que nos recuerda su origen militar), toma todas las decisiones del país y acumula un poder total. Pero estos “gobernantes” no siempre tienen la autoridad y carisma suficientes. Pronto se ven desafiados y combatidos por los señores provinciales que atesoran la riqueza y poder suficientes para ello. No existe un poder central claro y el emperador hace siglos que es sólo una figura decorativa y sin poder real (incluso llegan a existir varios emperadores al mismo tiempo, fatuos, que sólo sirven para legitimar a los pretendientes al cargo de shōgun).

Lo que sucede durante el siguiente siglo y medio es una subida y caída de sucesivos señores de la guerra, que con mayor o menor fortuna acarician ese cargo de shōgun. Los distintos señores provinciales se alían entre ellos o combaten según les conviene (o arrastrados por las circunstancias). Poderosos templos budistas, rebeliones populares, y la llegada de occidentales (portugueses) influyen en los acontecimientos. Este estado de caos propicia la aparición de personajes carismáticos, un campesino puede prosperar a lo más alto o un samurái de rancio abolengo ser arrollado por los acontecimientos que se suceden rápida y dramáticamente y desaparecer de la Historia; es el Gekokujō “lo inferior triunfa sobre lo superior”. Hasta el tradicional modo de hacer la guerra cambia y grandes ejércitos se baten por todo el territorio, con tácticas y armas novedosas. Se llega a invadir (de forma desastrosa) la vecina Corea y el estado de inseguridad en todo el Japón es tan apocalíptico que no hay feudo, provincia o clan que no se vea afectado.

Y en este caos de sangre y destrucción se desarrolla nuestra obra.

ODA NOBUNAGA 1534-1582

Relato aquí brevemente la historia de uno de los tres principales señores de la guerra del periodo. Con él empieza la unificación real del país y es uno de los personajes más interesantes y populares del imaginario popular y cultural nipón.

De familia samurái media, destacó siempre por su extravagancia, sus modales rudos y crueldad. Se enfrentó a sus hermanos por el poder tras la muerte de su padre y no dudó en matarlos. Osado, atacó a los clanes rivales y fue escalando poder y conquista, aglutinando a su alrededor a fieles vasallos como Toyotomi Hydeyosi o Tokugawa Iyeasu (curiosamente los otros dos grandes prohombres del Sengokuyidai).

Famoso por su ataque sorpresa en Okehazama, derrota con sólo tres mil hombres al clan Imagawa bajo una tormenta. Se enfrenta a los insurrectos de la provincia de Iga (tierra de shinobis), que por sus tácticas de guerrilla son difíciles de derrotar. Los monjes guerreros y sus ricos templos del monte Hiei son una interferencia política y no duda en masacrarlos (es muy posible que aprenda de ellos las tácticas con arcabuces que usará posteriormente). Interviene en la “política nacional”, primero aliado y luego deponiendo al shōgun Asikaga. Se enfrenta a los otros dos grandes señores del momento Takeda Shingen y Uesugi Kenshin, que por azar del destino fallecen por causas naturales (aunque las leyendas apuntan a otras causas). Takeda Katsuyori sucede a Shingen, pero no es rival para Nobunaga que lo derrota en Nagashino, batalla famosa por el uso de arcabuceros. Abiertos varios frentes parece imparable, pero la traición de uno de sus generales, Akechi Mitsuhide, frena su meteórico ascenso. Es atacado cuando está apenas protegido y, rodeado de enemigos, Nobunaga comete seppuku (suicidio) desapareciendo de la Historia entre las llamas del templo Honnō-ji.

Pro occidental, recibe con agrado a los jesuitas portugueses, incluso muestra interés por el cristianismo; los arcabuces portugueses son también de su interés. Construye el castillo de Azuchi y es un gran mecenas de las artes (de hecho da nombre al periodo Momoyama)

El misionero portugués Luis Frois hace una estupenda descripción de él y relata varios de los acontecimientos de su agitada vida, ¡te recomiendo su consulta y lectura!

← Aquí lo vemos histriónico, con un mix de armadura occidental y japonesa, capa portuguesa y uno de sus adorados arcabuces (cortesía de la Compañía de Jesús)