Ahora eres mía – una novela corta erótica - Vicktoria Gilles - E-Book

Ahora eres mía – una novela corta erótica E-Book

Vicktoria Gilles

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Beschreibung

Lisa no sabe adónde ir. Su novio, Magnus, el hombre con el que se iba a casar, le ha mentido y le ha sido infiel con su mejor amiga. En un momento impulsivo, decide subirse al ferry finlandés. Cuando horas más tarde está en el bar del barco, un hombre alto e increíblemente sexy se sienta a su lado. Lisa siente de inmediato que este es el comienzo de algo nuevo.-

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Seitenzahl: 32

Veröffentlichungsjahr: 2022

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Vicktoria Gilles

Ahora eres mía – una novela corta erótica

Translated by Olga VIzán

Lust

Ahora eres mía – una novela corta erótica

 

Translated by Olga VIzán

 

Original title: Nu är du min

 

Original language: Swedish

 

Copyright © 2020, 2021 Vicktoria Gilles and LUST

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726477634

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

El día era frío, las nubes cubrían un cielo azul grisáceo y la amenaza de lluvia era inminente. Lisa estaba de pie junto a la barandilla y el viento empujaba y tiraba de su pelo largo. Podía ver su propio aliento saliendo a golpes calientes en el aire frío. Muy debajo de ella veía que las olas dejaban un rastro de espuma blanca detrás de la embarcación del crucero.

Ella había huido, dejando todo atrás para desaparecer. El hombre en el que confiaba había tenido una infidelidad. Realmente no sabía qué era lo que más le dolía, si que él le hubiera decepcionado o el hecho de que hubiera sido con su amiga desde la secundaria. Algo que le hizo sentirse completamente devastada.

Lisa levantó sus manos y agarró el pelo rubio oscuro, se puso una goma alrededor y dejó que sus pensamientos divagaran.

Se habían conocido a través de conocidos tres años antes. Magnus golpeó como una bomba en su vida y no pasó mucho tiempo antes de que se mudaran a vivir juntos.

Ahora somos tú y yo, solía decirle, y ella había creído cada palabra. Pero después de dos años, comenzó a mentirle. Había tenido esa sensación durante varios meses. Magnus se había comportado de manera extraña. Era tarde por la noche en el trabajo y él no respondía cuando ella le llamaba.

Cuando un día llegó a casa un poco más temprano, lo encontró en la cama con su amiga. Furiosa y desconcertada de que además le hubiesen engañado en su propia cama, Lisa salió del apartamento con una maleta hecha apresuradamente y se fue directamente a Estocolmo. Había vagado toda la noche hasta que finalmente terminó en Stadsgården. Allí reservó el primer mejor crucero a Finlandia.

¿Quizás todo había sido culpa suya? Magnus simplemente no estaba preparado para una relación seria. Lisa suspiró ante sus propios pensamientos y apretó el puño. ¿Por qué quería constantemente restarle importancia a lo que él había hecho? Magnus había podido decirle que necesitaba tiempo, que no estaba dispuesto a invertir en su relación tanto como ella lo estaba.

Él había conseguido todo en las últimas semanas. Un nuevo trabajo, que significó un verdadero paso adelante en su carrera. Y con todas las pruebas, incluso una mujer nueva, mientras que ella, en sólo unos segundos, lo había perdido todo.

Lisa tendría que mudarse del apartamento compartido porque él era el titular del contrato. Además, había sido contratada en la tienda del tío de Magnus. Ahora que todo había terminado entre ellos, probablemente también la despedirían.

Tragó saliva varias veces para deshacerse del nudo en la garganta. La autocompasión que se apoderó de ella era tan molesta como desagradable.

Lisa comenzó a caminar despacio por la cubierta superior y pasó junto a algunas tumbonas y grupos de sofás de ratán. El barco en el que estaba aparentemente se dirigía a Åbo, algo en lo que ni siquiera se había parado a pensar. ¿Cómo había terminado aquí, de entre todos los lugares? Negó levemente con la cabeza. Daba igual. Había una cabina para dormir y un bar para emborracharse. Exactamente lo que necesitaba para una noche. Tendría que lidiar con la realidad cuando regresara a Estocolmo al día siguiente.