Aníbal y Melquiades - Francisco Hinojosa - E-Book

Aníbal y Melquiades E-Book

Francisco Hinojosa

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Beschreibung

Uno era el más fuerte y temido de la escuela. Podía cargar el escritorio de la maestra, matar alacranes con la mano y comerse una lata de chiles sin sudar. El otro era tan débil y flacucho que chupaba los dulces porque no tenía fuerza para morderlos. Uno se llamaba Melquiades. El otro, Aníbal. Ésta es la historia de una pareja sin par.

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FRANCISCO HINOJOSA

ilustrado porRAFAEL BARAJAS, EL FISGÓN

Primera edición, 1991 Segunda edición, 1995 Tercera edición, 2016 Primera edición electrónica, 2016

D. R. © 1991, Fondo de Cultura Económica Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D. F. Empresa certificada ISO 9001:2008

Comentarios y sugerencias:[email protected] Tel. (55)5449-1871

Editor: Daniel Goldin Diseño: Arroyo + Cerda Dirección artística: Rebeca Cerda

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc., son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicanas e internacionales del copyright o derecho de autor.

ISBN 978-607-16-3409-2 (ePub)

Hecho en México - Made in Mexico

Para Emilio y Marcela

Índice

Dos familias singulares

El concurso

El aprendiz de mago

Los preparativos

La competencia

Dos familias singulares

Melquiades era el niño más fuerte y más temido de la escuela. Podía cargar el escritorio de la maestra con todo y maestra arriba, era capaz de pelear solo contra dos de tercero, mataba los alacranes con la mano y podía comerse una lata completa de chiles. Una vez dejó la marca de su poderoso puño en una puerta y un día rompió con la frente el pizarrón. Hasta el maestro de deportes le tenía miedo, pues de vez en cuando Melquiades le ponía un azotador en la bolsa de su saco.

En cambio, Aníbal era el niño más débil y flacucho de la escuela. Chupaba los dulces porque no tenía fuerza para morderlos, le costaba trabajo partir un cartoncillo en dos, daba las gracias cuando alguien le robaba su comida del recreo y lloraba cuando sus compañeros le decían de broma “Aníbal caníbal”. Muchas veces, su mamá tenía que cargarle la mochila porque él se cansaba antes de llegar a la escuela. Una noche se cayó de la cama y, como ya no tuvo fuerzas para levantarse, prefirió dormir en el suelo. Doménico, el más chaparro del primer curso, le contaba cuentos de terror que lo llenaban de miedo. Casi siempre terminaba haciéndose pipí en los pantalones.

Por consejos del doctor, Aníbal debía tomar dos tabletas de vitaminas cada mañana, pero como a él no le gustaba el sabor, se las escondía en la bolsa y le decía a su mamá que ya se las había tomado.

El papá de Melquiades es el campeón mundial de los pesos completos en lucha libre. Su nombre profesional es “Triturador” y su máscara está tejida con hilos de oro puro. En el antebrazo tiene marcado el tatuaje de un oso polar en el momento en que devora a un hombre. Puede partir de un solo golpe el tronco de un árbol, doblar con las manos un tubo de acero y romper una pared con las rodillas. Dicen que un día peleó contra un toro y que varias veces lo han entrevistado en la televisión.