El Profeta (Traducción: David De Angelis) - Kahlil Gibran - E-Book

El Profeta (Traducción: David De Angelis) E-Book

Kahlil Gibran

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Beschreibung

"Dinos todo lo que se te ha revelado sobre cuanto hay entre el nacimiento y la muerte". Con estas palabras la vidente Almitra invita a Al-Mustafá, el profeta, a que diga su verdad. Y él nos revela un mensaje que constituye una reflexión sobre el mundo y la vida: el amor, el matrimonio, los hijos, el comer y el beber, el trabajo, la alegría y la tristeza, el bien y el mal, el conocimiento de sí mismo, el comprar y el vender, la muerte."

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Veröffentlichungsjahr: 2019

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EL PROFETA

Por Kahlil Gibran

Traducción: David De Angelis 2019 - Todos los derechos reservados

índice

La llegada del Barco

Amor

Matrimonio

Hijos

Dar

Comer y Beber

Trabajo

Alegría y Tristeza

Casas

Ropa

Comprar y Vender

Crimen y Castigo

Leyes

Libertad

Dolor

Autoconocimiento

Enseñar

Amistad

Hablar

Tiempo

Bueno y Malo

Oración

Placer

Belleza

Religión

Muerte

El Adiós

La llegada del Barco

Almustafá, el elegido y bienamado, el que era un amaneceren su propio día, había esperado doce años en laciudad de Orfalese la vuelta del barco que debía devolverlo asu isla natal.

A los doce años, en el séptimo día de Yeleol, elmes de las cosechas, subió a la colina, más allá delos muros de la ciudad, y contempló el mar. Y vio su barcollegando con la bruma.

Se abrieron entonces, de par en par las puertas de sucorazón y su alegría voló sobre el océano.Cerró los ojos y oró en los silencios de su alma.

Sin embargo, al descender de la colina, cayó sobre éluna profunda tristeza, y pensó así, en sucorazón:

¿Cómo podría partir en paz y sin pena? No, noabandonaré esta ciudad sin una herida en el alma.

Largos fueron los días de dolor que pasé entre susmuros y largas fueron las noches de soledad y, ¿quiénpuede separarse sin pena de su soledad y su dolor?

Demasiados fragmentos de mi espíritu he esparcido por estascalles y son muchos los hijos de mi anhelo que marchan desnudosentre las colinas y no puedo abandonarlos sin aflicción y sinpena. No es una túnica la que me quito hoy, sino mi propiapiel, que desgarro con mis propias manos.

Y no es un pensamiento el que dejo, sino un corazón,endulzado por el hambre y la sed.

Pero, no puedo detenerme más.

El mar, que llama todas las cosas a su seno, me llama y deboembarcarme.

Porque el quedarse, aunque las horas ardan en la noche, escongelarse y cristalizarse y ser ceñido por un molde.Desearía llevar conmigo todo lo de aquí, pero,¿cómo lo haré?

Una voz no puede llevarse la lengua y los labios que le dieronalas. Sola debe buscar el éter.

Y sola, sin su nido, volará el águila cruzando elsol.

Entonces, cuando llegó al pie de la colina, miró almar otra vez y vio a su barco acercándose al puerto y, sobrela proa, los marineros, los hombres de su propia tierra.

Y su alma los llamó, diciendo:

Hijos de mi anciana madre, jinetes de las mareas;

Cuántasveces habéis surcado mis sueños.Y ahorallegáis en mi vigilia, que es mi sueño másprofundo.

Estoy listo parapartir y mis ansias, con las velas desplegadas,esperan el viento.

Respiraré otra vez más este aire calmo,contemplaré otra vez tan sólo hacia atrás,amorosamente.

Y luego estaré con vosotros, marino entre marinos.

Y tú, inmenso mar, madre sin sueño.

Tú que eres la paz y la libertad para el río y elarroyo.

Permite un rodeo más a esta corriente, un murmullo mása esta cañada.

Y luego iré hacia ti, como gota sin límites a unocéano sin límites.

Y caminando, vio a lo lejos como hombres abandonaban sus camposy sus viñas y se encaminaban apresuradamente hacia las puertasde la ciudad.

Y oyó sus voces llamando su nombre y gritando de lugar alugar, contándose el uno al otro de la llegada de subarco.

Y se dijo a sí mismo:

¿Será el día de la partida el día delencuentro?¿Y será mi crepúsculo, realmente, miamanecer?

¿Y, qué daré a aquel que dejó su arado en lamitad del surco, o a aquel que ha detenido la rueda de sulagar?

¿Se convertirá mi corazón en un árbolcargado de frutos que yo recoja para entregárselos?

¿Fluirán mis deseos como una fuente para llenar suscopas?

¿Será un arpa bajo los dedos del Poderoso o una flautaa través de la cual pase su aliento?

Buscador de silencios soy,¿qué tesoros he hallado enellos que pueda ofrecer confiadamente?

Si es éste mi día de cosecha,¿en qué campossembré la semilla y en qué estaciones, sin memoria?

Si esta es, en verdad, la hora en que levante mi lámpara,no es mi llama la que arderá en ella.

Oscura y vacía levantaré mi lámpara.Y elguardián de la noche la llenará de aceite y laencenderá.

En palabras decía estas cosas. Pero mucho quedaba sin deciren su corazón. Porque él no podía expresar sumás profundo secreto.

Y, cuando entró en la cuidad, toda la gente vino a él,llamándolo auna sola voz.

Y los viejos se adelantaron y dijeron:

No nos dejes.

Has sido un mediodía en nuestros crepúsculos y tujuventud nos ha dado motivos para soñar.

No eres un extraño entre nosotros; no eres un huésped,sino nuestro hijo bienamado.

Que no sufran aún nuestros ojos el hambre de su rostro.

Y los sacerdotes y las sacerdotisas le dijeron:

No dejes que las olas del mar nos separen ahora, ni que losaños que has pasado aquí se conviertan en unrecuerdo.

Has caminado como un espíritu entre nosotros y tu sombra hasido una luz sobre nuestros rostros.

Te hemos amado mucho. Nuestro amor tuvo palabras y con velos haestado cubierto.

Pero ahora clama en alta voz por ti y ante ti se descubre.

Siempre ha sido verdad que el amor no conoce su hondura hasta lahora de la separación.

Y vinieron otros también a suplicarle. Pero él no lesrespondió. Inclinó la cabeza y aquellos que estaban a sulado vieron cómo las lágrimas caían sobre supecho.

Él y la gente se dirigieron, entonces, hacia la gran plazaante el templo.

Y salió del santuario una mujer llamada Almitra. Era unaprofetiza.

Y él la miró con enorme ternura, porque fue la primeraque lo buscó y creyó en él cuando sólohabía estado un día en la ciudad.

Y ella lo saludó, diciendo:

Profeta de Dios, buscador de lo supremo; largamente te hasescudriñado las distancias buscando tu barco.

Y ahora tu barco ha llegado y debes irte.

Profundo es tu anhelo por la tierra de tus recuerdos y por ellugar de tus mayores deseos y nuestro amor no te atará, ninuestras necesidades detendrán tu paso.

Pero sí te pedimos que antes de que nos dejes, nos hables ynos des tu verdad.