F.B. Meyer - Frederick Brotherton Meyer - E-Book

F.B. Meyer E-Book

Frederick Brotherton Meyer

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Beschreibung

Frederick Brotherton Meyer nació el 8 de abril de 1847 en Londres, de familia de origen alemán, fue pastor bautista y uno de los predicadores más influyentes a finales del siglo xix y principios del siglo xx. Meyer destacaba el evangelismo en sus escritos y la necesidad de mantener un equilibrio entre la santidad individual y una fe activa. Al igual que otros en su época, enfatizó la vida cristiana victoriosa, llena del Espíritu Santo, como una experiencia que sigue a la conversión, llamada unción o bautismo de poder. No satisfecho con una fe pasiva, Meyer se involucró en muchos asuntos controversiales de su día. Como reformador social, luchó en contra del abuso del alcohol, la prostitución y hasta el boxeo profesional. Autor de cuarenta libros, Meyer también predicó aproximadamente 16.000 sermones y miles se convirtieron a Cristo bajo su ministerio. Meyer fue pastor de Christ Church en Londres, y luego llegó a ser un líder clave en la Convención de Keswick, movimiento religioso que hizo énfasis en la rendición completa a Dios, la pureza y devoción a Cristo. Ahora podemos ser inspirados con la devoción apasionada al Señor de este hombre extraordinario, a través de estas meditaciones cuidadosamente actualizadas para el lector de hoy.

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F. B. Meyer: 120 meditaciones para nutrir el espíritu y refrescar el alma

©2024 por Editorial Patmos

Publicado por Editorial Patmos

Miramar, FL 33027

Todos los derechos reservados.

Publicado originalmente en inglés por Cook Communications Ministries, 4050, Lee Vance View, Colorado Springs, CO 80918, con el título The Best of F. B. Meyer © 2006 por Cook Communications Ministries.

A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas han sido tomadas de la Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.

Traducido por Mayra Ramírez.

Diseño de portada e interior por Adrián Romano.

ISBN: 978-1-64691-387-9

e-ISBN: 978-1-64691-391-6

Categoría: Devocional.

Impreso en Brasil | Printed in Brazil

Conversación para libro electrónico: Cumbuca Studio

Nota del Editor: Las selecciones de este libro han sido «modernizadas ligeramente» para el lector actual. Las palabras, las frases y las estructuras de las oraciones se han actualizado por claridad y legibilidad; se han combinado títulos de capítulos nuevos y versículos de las Escrituras con extractos del texto de F. B. Meyer. Se ha hecho el esfuerzo de preservar la integridad e intención de los escritos originales de Meyer. Se incluye preguntas de reflexión al final de cada lectura para ayudar a la exploración personal y discusión de grupo.

F. B. Meyer predicaba como alguien que miró a Dios cara a cara

«Haz que todo mi ser sea para Tu gloria». Ese fue el lema de la vida de Frederick Brotherton (F. B.) Meyer, uno de los predicadores más influyentes y muy queridos a finales del siglo 18 y principios de 1900. Como pastor bautista, autor, evangelista y reformador social, Meyer ayudó a formar mucho el pensamiento y la práctica cristiana de sus días, atrayendo miles de personas a Cristo por medio de sus escritos y cruzadas evangelísticas.

Meyer nació en 1847 y creció en un hogar cristiano, beneficiándose de una formación que nutrió su fe y su mente. Se graduó de la Universidad de Londres en 1869, y después se preparó teológicamente en Regents Park Baptist College. En 1972, el Dr. Meyer llegó a ser pastor de Priory Street Baptist Chapel, donde conoció al evangelista estadounidense D. L. Moody. Estos dos hombres piadosos formaron una amistad de toda la vida y por décadas se animaron, estimularon e inspiraron mutuamente en la fe.

En 1895 Meyer aceptó una invitación para pastorear Christ Church en Londres, que apenas tenía cien miembros en ese entonces. En dos años, la iglesia había crecido a más de dos mil. Meyer se quedó en Christ Church por los quince años siguientes, después de los cuales comenzó un ministerio de predicación en conferencias y de evangelismo. Aunque su trabajo estaba establecido en Inglaterra, frecuentemente visitaba los Estados Unidos y Canadá. También viajó extensamente por todo África del Sur y el Lejano Oriente en esfuerzos misioneros.

Un tema principal en la vida de Meyer fue su propia experiencia espiritual y ministerio hacia otros, fue el equilibrio entre la santidad humana y una fe activa que se aplica de maneras prácticas. En tanto que algunas denominaciones y movimientos cristianos hacían énfasis en una o en la otra, Meyer creía fuertemente que los cristianos deberían esforzarse por vivir una vida profunda y consagrada con Dios, como expresión del compromiso con Él, para alcanzar al mundo con el mensaje del evangelio.

Como tal, Meyer fue una figura clave en la Convención de Keswick, un movimiento religioso importante que comenzó en Gran Bretaña y se expandió a muchas partes del mundo. Este movimiento hacía énfasis en la entrega absoluta a Dios, la pureza individual y la lealtad total a Cristo. Meyer fue un orador frecuente en eventos de Keswick y un líder que ayudó a expandir su alcance y efectividad. Animó a miles de personas que participaban en este movimiento a profundizar su relación con Dios y aplicar su fe de maneras activas y prácticas.

Como lo dijo el autor e historiador Ian M. Randall: «El mensaje de Keswick, como lo experimentara Meyer y más tarde lo modelara, unificó los elementos místicos y prácticos de su pensamiento. El público de Keswick se identificó con los énfasis gemelos de Meyer en los pasos hacia una experiencia profunda por medio del Espíritu Santo y el ejercicio de ésta en el mundo».

Como bautista ferviente, Meyer participó personalmente confrontando problemas sociales como el abuso del alcohol, la prostitución, los nacimientos fuera del matrimonio y muchos más. Fue instrumental en un esfuerzo de prohibición (alcohólica) que se llamó El Movimiento Cinta Azul; Obra de Pureza, Rescate y Sobriedad del Consejo de Central South Free Church de Londres, que cerró burdeles y ministraba a prostitutas, al centro de ayuda para niños sin hogar Homeless Children’s Aid y a la Sociedad de Adopción.

No es de sorprenderse que al estar activo en la reforma social Meyer obtuviera admiración en algunos lugares y desprecio en otros. En 1911, por ejemplo, estuvo en contra del boxeo profesional, que le parecía brutal e inhumano. Sus esfuerzos resultaron en la cancelación de una pelea a la que se le había dado mucha publicidad y que se llevaría a cabo en Earl’s Court, entre Jack Johnson de los Estados Unidos y un contendiente británico. Meyer tuvo que soportar desdenes por sus esfuerzos y un periódico de Londres lo llamó el «Entrometido y llorón Meyer». Como hombre de convicción profunda y pasión espiritual no permitió que la burla pública estorbara sus esfuerzos de reforma, y continuó emprendiendo misiones durante toda su vida.

Además de sus esfuerzos por la reforma social, Meyer trabajó como presidente de las Uniones de Escuela Dominical Nacional y Mundial, presidente del Esfuerzo Nacional Cristiano y como fundador del Instituto de Capacitación Misionera del Sur de Londres. Fue autor de más de cuarenta libros, entre los que está The Secret of Guidance y The Way into the Holiest.

Durante su larga y fructífera vida, Meyer predicó más de dieciséis mil sermones. Tuvo una gran influencia en gigantes de la fe como J. Wilbur Chapman y Charles Spurgeon. Fue Spurgeon quien dijo: «Meyer predicaba como alguien que miró a Dios cara a cara». A la edad de ochenta años, Meyer llevó a cabo su doceava campaña de predicación estadounidense, en la que viajó unas quince mil millas y habló en más de trescientas reuniones. Meyer volvió a Inglaterra a pastorear por algunos años más, antes de su muerte en 1929. Pocos discreparían en cuanto a que el lema de su vida, de ser utilizado completamente para la gloria de Dios, efectivamente se cumplió.

1

Aparte tiempo para estar tranquilo y a solas con Dios

«El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo». 1 Juan 2:6

Cuando Jesús nos redimió con Su sangre y nos presentó al Padre en Su justicia, no nos dejó con nuestra vieja naturaleza para que sirviéramos a Dios de la mejor manera posible. No, en Él habitaba la vida eterna, la vida divina del cielo. Todo el que está en Él recibe de Él esa misma vida eterna en Su santo poder celestial. Por lo que nada puede ser más natural que la afirmación de que la persona que permanece en Jesús, que continuamente recibe vida de Él, también debe andar como Él anduvo.

Esta vida poderosa de Dios no funciona como una fuerza ciega, que nos impulsa de manera ignorante o involuntaria a actuar como Cristo. Al contrario, el andar como Él debe surgir como resultado de una elección deliberada, que se ha buscado con un fuerte deseo y que ha sido aceptado por una voluntad viva.

Cuando Él nos llama a permanecer en Él para que podamos recibir esa vida más abundantemente, nos señala Su vida en la Tierra y nos dice que nos dio vida nueva para que andemos como Él anduvo. Tenemos que pensar, hablar y actuar como lo hizo Jesús. Tenemos que ser como Él fue.

Reflexión: ¿Qué significa «andar como Cristo» en la vida diaria? ¿Cómo puede seguir más de cerca Su ejemplo esta semana?

2

Permanezca en Él siempre

«Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida». Salmo 27:4

Cada hierba que nace de la tierra, cada luciérnaga del bosque, cada ave que de repente sale de su nido ante sus ojos, todo lo que hay está lleno de la presencia de Dios, como la zarza que ardió con el fuego de Dios ante la cual Moisés se quitó el calzado reconociendo que Dios estaba allí.

Pero no siempre nos damos cuenta. Muchas veces pasamos horas, días y semanas en busca de la certeza de que Él está con nosotros. A veces participamos en períodos de oración, esperando una palabra especial del Señor, o un toque de Su mano. Vamos de una actividad o de una reunión a otra. Aun así, Él es una sombra, un nombre, una tradición, un sueño de días pasados.

Si tan sólo pudiéramos sentir, como el apóstol lo dijo en el Areópago, que Dios no está lejos. Él está con nosotros, cerca de nosotros y en nosotros siempre. Deberíamos entender lo que David quiso decir cuando habló de morar en la casa de Jehová todos los días de su vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en Su templo, y esconderse en Su tabernáculo (véase Sal. 27). Esforcémonos en aprender el secreto bendito de permanecer toda la vida en el misterio de Su presencia y de estar escondidos en Su tabernáculo.

Reflexión: ¿Qué quiere decir permanecer en la presencia de Jesús cada día?

3

Busque la guía infalible de Dios

«Jehová te pastoreará siempre». Isaías 58:11

Mucho de nuestro poder y paz está en saber en dónde Dios quiere que estemos, y precisamente estar allí. Si estamos exactamente en donde nuestro Padre celestial nos quiere, estamos perfectamente seguros de que Él proveerá comida, ropa, y todo lo demás. Cuando envía a Sus siervos a Querit, hará que los cuervos les lleven comida (véase 1 Reyes 17:1-6).

Cuánto de nuestro trabajo cristiano ha sido inefectivo porque hemos persistido en iniciarlo nosotros mismos, ¡en lugar de averiguar lo que Dios quiere hacer y donde Él requiere nuestra presencia! Tenemos sueños brillantes de éxito. Tratamos de estar al mando. Pedimos la ayuda de toda clase de recursos, cuestionables o no. Al fin regresamos, decepcionados y avergonzados, como niños que están destrozados y arañados por las zarzas y manchados por el lodazal. Nada de esto habría ocurrido si hubiéramos estado, desde el principio, bajo la guía infalible de Dios. Es posible que nos pruebe, pero no puede permitir que caigamos en error.

Los hijos de Dios que anhelan saber la voluntad de su Padre acudirán a la Biblia y obtendrán confianza al observar como, en todos los tiempos, Dios ha guiado a los que se atrevieron a confiar totalmente en Él, aun cuando esa misma gente, de ese tiempo, tuvo que haber estado tan desconcertada como lo estamos nosotros ahora. Vemos cómo Abraham dejó todo lo que le era familiar y atravesó, sin ninguna otra guía más que Dios, el desierto hacia una tierra que no conocía. Vemos cómo durante cuarenta años los israelitas fueron guiados a través de la península de Sinaí, con sus laberintos de piedra arenisca roja y desiertos de arena. Si Dios no nos guiara siempre, sería imposible siquiera pensar que pudiera guiarnos. Por lo que se nos invita a buscar Su guía durante toda nuestra vida, para todas nuestras necesidades.

Reflexión: ¿En qué áreas ha buscado su propia guía y no la de Dios? ¿Qué sucedió?

4

Agradezca a Dios por todas las cosas

«Sed llenos del Espíritu […] dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo». Efesios 5:18, 20

Tengo una amiga querida que en su vida ha formado la costumbre de obedecer este mandato literalmente. Cuando la fábrica de su esposo estaba en llamas, cuando a sus hijos les diagnosticaron una enfermedad grave y cuando otros aparentes desastres le acontecieron, ella se arrodilló para darle gracias a Dios. ¿Por qué? Porque ella sabía que Él aún era un Padre amoroso, que la amaba mucho como para darle nada menos que lo mejor, y que Su amor por ella era muy grande como para estar dispuesto a bendecirla al precio de tanto dolor.

Es posible que no siempre tengamos ganas de agradecerle a Dios por todo, pero hagámoslo siempre y atrevámonos a hacerlo. No examinemos el cajón exteriormente, más bien busquemos adentro el regalo de amor. Aunque a primera vista es posible que nos decepcionemos y entristezcamos, todo lo que el Padre nos da es lo mejor. Atrévase a creerlo y se dará cuenta de eso. De esta manera aprenderemos a recibir y a conocer la paz y seguridad del Padre. Su paz tranquilizará al corazón preocupado e intranquilo como la noche, con su aire fresco y majestuosa belleza, se asienta en el panorama febril.

Reflexión: ¿Por qué cosas desafiantes en su vida querría Dios que usted estuviera agradecido? ¿Por qué cree que Dios quiere que le agradezcamos por todas las cosas?

5

Use su mente sabiamente

«Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras». Hechos 17:2–3

Dios nos ha dado capacidades mentales maravillosas y desea que las usemos. En Su gracia, Dios no anula la acción de ninguno de Sus maravillosos dones, sino que los usa para la comunicación de Sus pensamientos y propósitos.

Por tanto, es de mucha importancia que alimentemos nuestra mente con hechos, información confiable, resultados de la experiencia humana y, sobre todo, con las enseñanzas de la Palabra de Dios. ¡Qué admirable es observar cuanta biografía e historia contiene la Biblia! Por lo que difícilmente hay una sola crisis de nuestra vida que no pueda encajar con las realidades expresadas en sus páginas maravillosas. No hay libro como la Biblia que lance una luz en el terreno oscuro de la vida humana.

En tanto que las Escrituras proveen nuestra primera y mejor fuente de guía, no perderemos nada al esforzarnos por adquirir toda la información confiable para agradar a Dios con nuestras acciones y decisiones. A la larga, nosotros decidimos cómo Dios nos enseñará, pero es posible que Él nos esté hablando por medio de la voz del sentido común santificado, recordándonos las enseñanzas que hemos recopilado. Claro, a veces Dios podría pedirnos que actuáramos en contra de nuestra razón, pero estos son casos excepcionales, y entonces nuestra tarea será tan clara que no nos equivocaremos. Porque en la mayor parte, Dios nos hablará por medio de las evaluaciones que hacemos, al considerar ventajas y desventajas.

Cuando Pedro fue encarcelado y no le era posible liberarse a sí mismo, un ángel fue enviado para que hiciera lo que él no podía hacer. Pero después de haber pasado por una o dos calles de la ciudad, el ángel lo dejó para que él mismo considerara el asunto. Aún hoy, Dios nos trata de esta manera. Él fijará un curso milagroso por métodos milagrosos. Pero cuando la luz ordinaria de la razón esté adecuada para la tarea, nos dejará actuar y decidir según el pensamiento cuidadoso y lógico.

Reflexión: ¿Cuáles son algunas maneras en las que Dios le ha enseñado? ¿Por qué es importante que cada uno de nosotros use su capacidad de razonar conjuntamente con la Biblia?

6

Llénese de Dios

«Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados». Mateo 5:6

En esta vida, así como en la venidera, es posible ya no tener hambre y sed. No tener el tipo de hambre que tienen los cerdos por desperdicios, porque hemos sido llenos de las provisiones de la mesa del Padre. No tener sed de los manantiales donde los hijos del mundo buscan saciar su sed, porque el agua pura que surge para vida eterna está en nuestro interior. No es un clamor por las migajas y las sobras que el mundo deja en nuestro camino, porque hay una abundante provisión de maná.

Es algo bendito estar lleno del Espíritu, lleno de gozo y paz, lleno de la gracia de Dios y la bendición celestial, lleno de los frutos de justicia y del conocimiento de Su voluntad. El corazón está intranquilo hasta que se llena, y cuando se da cuenta de esta bendita llenura, metido profundamente en la plenitud de Dios y escurriendo gotas centelleantes, el mal ya no tiene encanto, el temor del hombre no puede invadirlo y las atracciones del pecado están neutralizadas. ¡Qué más puede el alma querer que estar llena de Ti, Oh Dios, que nos hiciste para Ti!

Reflexión: ¿De su círculo de influencia, quiénes todavía no conocen a Jesús y están tratando de saciar su hambre y sed espiritual con las cosas equivocadas? Ore para que Dios le dé oportunidades de compartir la saciedad que solamente Dios puede dar.

7

Preste atención a sus motivos

«Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos». 1 Crónicas 28:9

Tenemos que tener mucho cuidado al juzgar nuestros motivos y examinarlos como los detectives examinan a cada persona que entra a un edificio o a un evento público. Cuando, por la gracia de Dios, hemos sido librados de formas obvias de pecado, todavía somos vulnerables a la obra sutil del yo durante nuestras horas más santas y encantadoras. Infunde decadencia en nuestra tarea de dar fruto. Susurra adulaciones seductoras a nuestros oídos. Hace que el Espíritu haga un giro de su propósito santo, así como las masas de hierro, de los buques de vapor hacen que la aguja de la brújula se desvíe del polo.

Siempre que haya algún pensamiento de ventaja personal, alguna idea de obtener alabanza y elogios de los hombres, alguna meta de exaltación propia, sencillamente será imposible entender el propósito de Dios para nosotros. La puerta tiene que estar resueltamente cerrada a todo esto si vamos a escuchar la voz tranquila y suave. Pídale al Espíritu Santo que le dé discernimiento y que inspire su corazón solamente para una meta, esa que animó a nuestro Señor y le llevó a declarar: «Yo te he glorificado en la tierra» (Jn. 17:4).

Reflexión: ¿Es su deseo principal glorificar a Dios? Pídale que le revele cualquier motivo equivocado que haya en su vida.

8

Dios revelará Sus planes

«Estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy». Éxodo 14:13

Las impresiones de Dios que están dentro y fuera de su Palabra siempre se corroboran con Su providencia a nuestro alrededor, y tranquilamente deberíamos esperar hasta que estas tres cosas se enfoquen en un punto. A veces parece que deberíamos actuar. Todos dicen que deberíamos hacer algo y, efectivamente, las cosas parecen haber llegado a estar tan desesperantes, al punto que deberíamos. Detrás están los egipcios; a la izquierda y a la derecha hay precipicios inaccesibles, adelante está el mar. No es fácil en esas circunstancias quedarse quieto y ver la salvación de Dios, pero tenemos que hacerlo.

Quizá Dios se tarde en llegar bajo la apariencia de Su providencia. Hubo demora cuando Jesús llegó caminando en el mar al amanecer o cuando resucitó a Lázaro. Hubo demora cuando el ángel corrió a la par de Pedro la noche antes del martirio que esperaba. Dios espera lo suficiente para probar la paciencia de la fe, pero ni un momento después de la hora extrema de nuestra necesidad.

Es extraordinario cómo Dios nos guía en las circunstancias. En un momento el camino parecería totalmente obstruido, luego, poco después, ocurre algún incidente trivial que no parecería mucho para otros, pero que para el ojo clínico de la fe lo dice todo. A veces estas señales se repiten de distintas maneras como respuesta a la oración. No son resultado de pura casualidad, sino la apertura de circunstancias en la dirección que deberíamos caminar. Y comienzan a multiplicarse a medida que avanzamos hacia nuestra meta, así como las luces cuando nos acercamos a una ciudad poblada en un tren que viaja por la noche.

Después de meses de espera y oración, he llegado a estar totalmente seguro de la guía de mi Padre celestial. Con énfasis en la experiencia personal, animo a cada persona confusa y preocupada a que espere pacientemente en el Señor hasta que claramente indique Su voluntad.

Reflexión: ¿Qué tan fácil es para usted esperar la confirmación de la voluntad de Dios? ¿Tiene confianza en que Dios lo guiará a Su tiempo?

9

Su posición segura en Cristo

«Todos vosotros sois uno en Cristo Jesús». Gálatas 3:28

Nuestras experiencias son tan inconstantes como el clima el cambio de invierno a primavera: calor, frío, soleado, nublado, seco, lluvioso. Pero nuestra posición en Jesús no cambia. Es como Él: el mismo ayer, ahora y siempre. Nuestra posición segura en Cristo no se originó en nosotros sino en Su amor eterno. No la hemos comprado nosotros, sino que ha sido comprada por su preciosa sangre que aboga por nosotros tan poderosamente y con éxito, cuando apenas podemos afirmarla como cuando nuestra fe es más próspera. No se sostiene por nosotros, sino por el Espíritu Santo.