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A partir del título Antinomia amor poder, Pablo POBLACIÓN se coloca en un proceso bipolar presente de modo constante en el pensamiento humano. En este caso la palabra amor remite a la existencia de un verdadero yo definido desde factores biológicos, se trata de un ente biopsicosocial. Cuando un sujeto o un grupo funcionan desde el centro del amor implica una posición pro-vida, de búsqueda de una mejor articulación y estructuración para la vida, mientras que opuesto a él se describe un centro del poder que implica una posición egocéntrica de búsqueda del manejo para los componentes de este ente aún en detrimento de los demás. Esta posición antinómica implica un juego vital y existencial que fluye en cada momento con mayor predominancia de la fuerza de cada polo. Por eso, el tener en cuenta de modo constante su presencia es imprescindible para la comprensión, no solo de los movimientos saludables sino también la patología desde cualquier punto de vista. Otro aspecto que tiene que ver con la antinomia es el de la identidad individual o grupal. Podemos hablar de una verdadera identidad cuando predominan las fuerzas del amor y de una falsa identidad cuando predominan las del poder, en concreto en el individuo, cuando lo que está en primer plano es el personaje que este se crea. Además de la identidad individual hay que contar con la identidad social que refleja el concepto del grupo hacia el individuo. No se deja de lado otros factores cuya comprensión nace desde la aceptación del paradigma de la antinomia amor-poder, como son los importantes conceptos de la ética y la estética del psicodrama y el psicodramatista. Con todo ello la antinomia amor poder se constituye en un paradigma abierto a la comprensión del ser humano no solo desde el psicodrama sino desde cualquier modelo del mismo.
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PABLO POBLACIÓN KNAPPE
La antinomia amor poder
Un nuevo paradigma en el psicodrama
Con la colaboración de:
Mónica González Díaz de la Campa, psicóloga psicodramatista
Ricardo López Mateos, psiquiatra psicodramatista
Fundada en 1920
Nuestra Señora del Rosario, 14, bajo
28701 San Sebastián de los Reyes – Madrid - ESPAÑA
[email protected] – www.edmorata.es
© Pablo Población Knappe
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© EDICIONES MORATA, S. L. (2019)
Nuestra Sra. del Rosario, 14, bajo
28701 San Sebastián de los Reyes (Madrid)
Derechos reservados
ISBNebook: 978-84-7112-969-7
Compuesto por: M. C. Casco Simancas
Fotografía de la cubierta: Avance de las olas en corrubedo. Por Iñigo Cosín (2019). inigocosin. Reproducida con autorización.
Nota de la editorial
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Quiero entregarle este libro a Elisa López Barberá, compañera de trabajo y compañera de mi vida, recordando que, en este segundo rol, más de una vez jugamos a las distancias de la antinomia amor-poder… Como tantas parejas que se quieren.
También a todos aquellos que buscan un equilibrio entre el amor y el poder.
A mis compañeros del ITGP les debo su ayuda, su afecto, sus enseñanzas, en suma, el compartir este aspecto de mi vida que es trabajar, formar y escribir juntos.
A Mónica González que realizó una primera revisión de los originales de este libro, que así empezó a tomar forma.
Elisa López Barberá que corrigió algunos capítulos con una aportación desde su rica profesionalidad.
Agradecimiento especial para Rosalia Tornero que me ha ayudado a corregir fallos que yo hubiera sido incapaz de ver.
A Marta Alamán le tengo que agradecer su ayuda para encontrar un editor. Mi confianza en ella se vio recompensada porque tengo el privilegio de contar con un editor dedicado, apasionado con su trabajo y, sobre todo, amigo.
Introducción
CAPÍTULO 1. Amor y poder. Una psicología dinámica desde un nuevo paradigma
Los centros del amor y del poder
El centro del poder
Tres cuentos
Cómo se expresan los centros del amor y del poder
CAPÍTULO 2. Patología del amor y patología del poder
La patología del centro del amor
¿Qué es el poder y su patología? El síndrome luciferino. Su relación con el personaje
CAPÍTULO 3. El encuentro entre ambos polos, amor y poder
Amor y poder del terapeuta con el sistema en terapia
Un modelo de comprensión del proceso terapéutico
CAPÍTULO 4. Más allá de la observación clínica. Los cimientos neurofisiológicos del modelo y otros aspectos de interés
Reflexión antinomia amor-poder. Por Ricardo LÓPEZ
CAPÍTULO 5. Aportaciones de otros autores sobre el tema
Repensando la identidad
El medio ambiente amplio
CAPÍTULO 6. La patología del amor y poder en el individuo y su abordaje clínico
Comprensión de la estructura dinámica psicológica del individuo desde la polaridad amor/poder
Creación de roles y comprensión en escenas
Una vida equilibrada y una vida de dolor: la crisis del personaje y/o su persistencia
CAPÍTULO 7. Mirando más allá
Desde la desolación a la soledad óntica
El modelo existencial. ¿Es posible cambiarlo?
Lo arcaico, la creación y los abismos de la mente
De lo personal a lo transpersonal
CAPÍTULO 8. De la antinomia a la unidad
CAPÍTULO 9. Sobre la paradoja: ¿Crisis de la antinomia?
CAPÍTULO 10. La sexualidad entre el amor y el poder
CAPÍTULO 11. Amor y poder en la pareja y abordaje clínico. Por Mónica GONZÁLEZ DÍAZ DE LA CAMPA y Laura GARCÍA GALEÁN
¿Qué es una pareja?
La pareja a través de la Historia
Mitos y escenas míticas de la pareja
Escena primigenia de la pareja y trayecto vital
Factores del amor y del poder a lo largo del trayecto vital de la pareja
La crisis de la pareja
Abordaje terapéutico
Vías de intervención
Bibliografía del capítulo
CAPÍTULO 12.la antinomia amor-poder en los grupos humanos
Diferentes aspectos de las fases del desarrollo grupal
Los silencios
La comunicación no verbal en el grupo
CAPÍTULO 13. Últimas consideraciones para cerrar este libro
Lo opuesto al amor no es el odio.
Lo opuesto al amor es el poder.
P. POBLACIÓN
Por primera vez al comenzar a escribir un nuevo libro me siento impulsado a justificarme y pedir tu compresión, lector. Justificarme porque tengo la osadía de romper lo conocido, la pantalla de lo comúnmente aceptado, en un movimiento de transgresión (Población, 2016) que, en algún momento, puede sonar agresivo, pero que, como defiendo, siempre cristaliza en algo nuevo, sea útil o inútil, bueno o malo, agradable o desagradable, aceptable o inaceptable, y así hasta que os aburráis. De alguna manera, hay un atisbo en ello de soberbia, en un libro en el que denuncio la soberbia como patológica, pero ¿se puede ser lógico y puro en algo tan cuestionable como es el conocimiento del hombre?
Porque en este libro introduzco algo que se aproxima a un nuevo paradigma (Kühn, 1962). Se trata de superar, de ir más allá, en un revolcón a lo copernicano, de abandonar el amor, aceptación, rechazo y vacío, como habitual centro de nuestro universo emocional, e introducir las relaciones de poder, como el lado oscuro para algunos, pero tan inevitable como el yin y el yang o los dioses buenos y los dioses malos, que no dejan de formar una unidad.
Desvelar la presencia de dos polos que tejen unidos las complejas redes de las vivencias internas y los modos de relación con el mundo exterior implica aceptar esta dualidad a la que me acabo de referir. ¿Por qué se quería negar a Lucifer? ¿Por qué se quería olvidar la soberbia y el poder? No quiero aquí profundizar en un posible análisis de la personalidad de creadores tan admirables como Freud, Moreno y otros, para intentar encontrar las raíces de este mecanismo que podría interpretarse como negación o represión. Siempre recuerdo que cuando comencé a escribir mi primer libro sobre las relaciones de poder, este fue su título, no logré encontrar el término PODER como referencia en ningún diccionario de psicología, psiquiatría, psicoanálisis1, ni ciencias afines.
La introducción de los fenómenos del poder como vía de comprensión de los movimientos del ser humano, externos e internos, y de su patología, simplifican de una manera hasta ahora desconocida la interpretación de muchos de los procesos sanos, y sobre todo, patológicos. Desde esta óptica el modelo que propicio no solo es útil sino que ayuda a aclarar las ideas, a salir de aquellos lenguajes crípticos que muchos todavía arrastran de siglos anteriores cuando parecía que solo era inteligente el que escribía de modo incompresible.
En el siglo XVI, el gran Quevedo, inconformista, guerrero y, sobre todo, inmenso escritor, se burlaba de un Góngora de escritura afrancesada, compleja e incomprensible para muchos de sus lectores. Qué gran pionero de la lucha de un lenguaje limpio y claro, castellano, directo, comprensible y que aporta bellas palabras de nuestro lenguaje para conceptos que se han apoyado en neologismos extraños o en anglicismos impuros. Pero entiendo que cada cual quiera representar su farsa profesional apareciendo revestido de la púrpura del lenguaje en lo alto de su propio podio. ¿No busco también yo un poco esto en este libro?
Insisto, no solo presento en este libro mis ideas, que creo renovadoras en el ámbito de la psicología y la psicoterapia, sino que también voy a defender la utilización, como he apuntado, de un lenguaje claro, CLARO.
A partir de aquí, creo que lo honesto es avisarte, querido lector, compañero de viaje, de lo que te espera en las siguientes páginas.
Sin dejar de aportar mis creaciones conceptuales es también un libro de equipo. Intervienen en él cabezas estupendas, la de Mónica González Díaz de la Campa, Laura García Galeán y mi compañera durante muchos años en estas lides profesionales y ama de mi casa, Elisa López Barberá.
El primer capítulo te introduce en este nuevo mundo, una teoría general de la polaridad yo/falso yo, o centro del amor/centro del poder, entre otros apelativos. Termina con la visión de estos procesos en el individuo.
Se sigue con varios capítulos. Amor y poder en la pareja, Amor y poder en el ámbito de la sensualidad y sexualidad, Amor y poder en los grupos naturales (familia) y artificiales (terapéuticos, de trabajo, etc.) y un capítulo que recoge una serie de aspectos teóricos, convenientes, o quizás necesarios para la compresión profunda de algunas áreas que se han tocado en los capítulos anteriores. En el último capítulo se hace una referencia a nuevas técnicas, pero en lugar de realizar un catálogo y descripción de las mismas, propongo una serie de lecturas de volúmenes que son básicos para el conocimiento de distintas técnicas.
Desde este proceder, los aspectos teóricos generales que aparecen en el primer y segundo capítulos, remiten a cada uno de los demás sin repeticiones inútiles. Esto quiere decir que si te saltas la lectura de estos primeros capítulos no vas a comprender nada de los siguientes.
1 Los diccionarios consultados se pueden revisar en la bibliografía.
Ya es hora de que el hombre se quite la máscara y muestre su verdadero yo.
J. L. MORENO (según MARINEAU, 1989)
Como ya apunté en la introducción, en este libro deseo transmitir una serie de conceptos que aportan una posición novedosa en el campo de la comprensión y tratamiento de los problemas y conflictos psicoafectivos.
La motivación que he tenido para escribir todas mis producciones anteriores en el campo de la psicoterapia ha sido sobre todo, aunque no solo, claro, la de compartir las experiencias y las consecuentes ideas nacidas de esta a lo largo de mis siete décadas de profesión. He apuntado que no solo, ya que también tengo que admitir un punto de orgullo y de satisfacción personal. Pero la principal motivación ha sido el deseo genésico de sembrar, de ser sembrador, que mis escritos puedan quizás fructificar en aquellos que han recibido mi siembra. Tengo la esperanza de que en sus manos puedan recibir una crítica constructiva que permita un desarrollo posterior, como es lo deseable en el camino del pensamiento creativo humano.
En los dos últimos siglos el campo de la psicología ha vivido una evolución llena de aventuras. Anteriormente a ese tiempo, la psicología pertenecía al dominio de la filosofía. Con una enorme osadía que mostraba un gran valor y deseo de novedad, Freud irrumpió con una actitud transgresora y, por tanto, creadora en el proyecto de una psicología fundada en los conocimientos médicos. Estos no eran suficientes en aquella época para su proyecto y tuvo que volver a manejar los datos de su exploración de la mente humana con una posición metapsicológica, es decir, más allá de la psicología de la época. Aunque las posteriores investigaciones neurofisiológicas han puesto en crisis gran parte de sus postulados, dejó para siempre abiertos los caminos, la ilusión y la aventura de la investigación en esta área de la ciencia.
Tengo ciertas dudas sobre el hecho de que la moderna psicología pueda considerarse dentro de la ciencia. Los filósofos de la ciencia se han detenido para definirla en los procesos correspondientes a los estudios de la física, de la matemática, de los objetos materiales. Pero parece difícil trasladar el resultado de sus trabajos a los contenidos de la mente humana, sobre todo a los emocionales. La psicología cognitivo conductual con su estudio de los procesos que aceptan ser medidos, como es el caso de las conductas, se ha encontrado con la incógnita y la dificultad de abordar también los sentimientos y emociones, estos parecen pertenecer a un mundo que no quiere someterse aún a lo mensurable, a su formulación matemática. En la actualidad hay numerosos profesionales interesados en investigar el sustrato neurológico de los fenómenos psíquicos. En concreto, con respecto a los fenómenos que encontramos en psicodrama, trabaja en ello el Dr. Ricardo López (véase Capítulo 4).
En la ciencia de los hechos físicos el camino ha sido largo y difícil pero dentro de una progresiva clarificación. La experimentación aportó datos a Galileo para dar un salto más allá de Copérnico, Newton se apoyó en Galileo y dio unos pasos de gigante y muchas de sus conclusiones siguen siendo útiles a un determinado nivel de medida del espacio. Einstein dispara unas nuevas teorías revolucionarias que corrigen a Newton y que están siendo ya criticadas, corregidas por los nuevos científicos.
En estos estudios del cosmos, la experimentación y su traducción en fórmulas numéricas ha tenido siempre una certeza de solidez durante un tiempo, lo mismo ha ocurrido en otros campos de lo físico, pero en el campo del mundo de los productos de la mente parece que estemos lejos de poder hablar con esa seguridad y contundencia, ni siquiera para el momento presente.
Acabo de comentar de qué manera Freud atravesó el muro mantenido durante siglos de una psicología filosófica. A partir de él comienzan a abrirse nuevos campos de investigación en estas áreas. La más interesante para mí, entre otros muchos, es la que debemos a Jacob Levi Moreno:
Existe un área, intermedia entre la de los individuos aislados y la de las agrupaciones promiscuas de individuos, en la que reina una peculiar intimidad; se trata de conjuntos altamente estructurados de personas unidas por lazos tradicionales o emocionales de larga data, tales como los matrimonios, los miembros de una familia, las parejas de amantes, los amigos íntimos o los asociados en negocios. Cuando se producen conflictos entre los miembros de tales grupos hacen falta formas de tratamiento capaces de alcanzar los síndromes interpersonales de una manera tan profunda, o aún más, que cuando se trata de personas aisladas.
(MORENO 1966 “Las Bases de la psicoterapia”, pág. 85)
Su alegato de que estos estudios no se debían delimitar al individuo aislado ni a la pura interpretación desde la palabra, proponiendo el estudio del individuo como componente de grupos humanos y, como consecuencia, la atención a la interrelación y la acción (Moreno, 1966) ha tenido una potencia demasiado poco reconocida en la mayoría de las decenas de modelos actuales de estudio y tratamiento psicológico. Sin embargo, casi todos utilizan ahora el trabajo en grupos y el modelo fundado en la relación.
Aquí quiero volver a mis propias propuestas. Como apunté antes, estas nacen de varios decenios de observación de pacientes y sanos a nivel individual en sus terapias, así como de la terapia de pareja, familia y de grupos. De modo inevitable, la experiencia, la reflexión sobre la misma y las consecuencias que sacaba de ellas, dieron lugar a numerosas comunicaciones y publicaciones. Pero lo que despertó mi mayor interés, a partir de los últimos veinte años de profesión ya caldeado por los anteriores, fue en principio la sospecha, y posteriormente la convicción, de que encontraba el secreto de unos aspectos hasta entonces escondidos o al menos no puestos de relieve por anteriores profesionales de la psicología. Se trataba de las relaciones de poder. En una primera publicación, precisamente con este título (2005), abordé una construcción general de la mecánica o mejor dinámica intrapsíquica y relacional fundada en el poder. A partir de aquí, cuando cada vez más procuré abrir los ojos a contemplar estos mecanismos como origen y causa de gran parte de los procesos psicopatológicos, fui perfilando una serie de constructos que daban sentido a mis deducciones y que, más aún, permitían reproducir la aparición de sus efectos a través del trabajo terapéutico. No se trató solo de un proceso de inductivismo ingenuo (Chalmers, 1991) por acumulación de datos, sino de un proceso en que los silogismos daban cuenta de lo que indicaba la experiencia. De todos modos puedo decir que apoyado en el campo que me abrió la inmersión en el conocimiento de las relaciones de poder, se me ha mostrado, y también a mis colaboradores, como una vía de excepcional eficacia para unas terapias profundas y mucho más rápidas que siguiendo anteriores modelos. POR AHORA, SIRVE.