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Los chicos y las chicas adolescentes que circulábamos por la última centuria del anterior milenio soñábamos con el año 2000, con las maravillas que nos anunciaban no solo los autores de las novelas de ciencia ficción sino también los científicos que abrían nuevas puertas cada día. Penetramos en el siglo XXI a través del año 2000 y muchas de nuestras ilusiones se hicieron realidad. Vale la pena recordar aquella Viena de unas décadas antes que fue un foco de explosión de novedades anticipando las revoluciones que vendrían en tiempos posteriores en el arte, la ciencia y la técnica. Nos entregó un nuevo teatro, una nueva arquitectura, y en general, un mundo nuevo. La ayuda al ser humano sufriente había estado en gran parte en manos de filósofos, religiosos y pensadores ligados aún a los modos medievales y a una medicina que todavía se movía en la confusión entre cuerpo y alma. En el terreno que aquí interesa, la psicoterapia, surgió ya a principios del siglo XIX, de la mano de una filosofía pragmática no solo un nuevo modelo de enfocar los problemas de los sufrimientos del ser humano sino un nuevo modelo de comprensión del ser humano, de su enfermar y, desde luego, de su tratamiento. En realidad un nuevo paradigma, el psicodrama, que fracturó los paradigmas anteriores en que se habían apoyado los profesionales de la salud, modelos más filosóficos que racionales y emocionales que para estudiar las entrañas del ser humano descansaban más en la quietud de la palabra que en la vitalidad real, móvil y activa de todo ser vivo que ofrecían los nuevos caminos. Este modelo nacido en los albores del siglo XIX pasó la línea del año 2000 extendiéndose por todos los países del mundo dejando atrás los aromas muertos de los viejos modos de pensar. El Psicodrama floreció entre una pléyade enorme de nuevos modelos terapéuticos, algunas puras técnicas, otros proyectos sectarios, pero el Psicodrama no se quedó paralizado, obstaculizado por la exigencia de aceptación ciega de sus postulados sino que se desenvolvió y amplió con nuevas aportaciones, se enriqueció hasta convertirse en la fuente inevitable, como referente, para otros muchos modos de hacer. Y continúa en ese crecimiento. El libro que tienes en tu mano lector pertenece a ese fluir constante de ampliación y crecimiento. En este libro de Pablo Población encontramos un más allá del Psicodrama, un Psicodrama que sin perder las raíces de J. L. Moreno, mira a su alrededor y crece para ofrecer un verdadero nuevo Psicodrama, que persiste en su esencia pero da un paso más allá en muchos de sus aspectos. Es el producto de 50 años de hacer Psicodrama, vivirlo y amarlo.
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Pablo POBLACIÓN KNAPPE (Dir.)
Tratado de Psicoterapia Activa
Un psicodrama actual
Fundada en 1920
Nuestra Señora del Rosario, 14, bajo
28701 San Sebastián de los Reyes – Madrid - ESPAÑA
[email protected] – www.edmorata.es
© Pablo POBLACIÓN KNAPPE
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© EDICIONES MORATA, S. L. (2019)
Nuestra Sra. del Rosario, 14, bajo
28701 San Sebastián de los Reyes (Madrid)
Derechos reservados
ISBNebook: 978-84-7112-945-1
Compuesto por: M. C. Casco Simancas
Cuadro de la cubierta por Samuel Vera. Reproducido con autorización.
Imagen de solapa: Retrato “mágico” de Pablo Población realizado por Lorenzo Goñi. Reproducido con autorización.
Nota de la editorial
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Quiero dedicar esta obra con mi más profundo agradecimiento a Enrique García-Barros, compañero en tiempos de la cátedra de Psiquiatría de la Universidad Complutense y amigo en la ciencia y en el arte, en la poesía y en la colección de vinos, sobre todo, en el arte de vivir.
Le debo haber escrito este libro de Psicodrama y todo mi trabajo en esta área profesional. Fue el que me puso en contacto con la obra de Moreno, y ahí sigo. Ahí sigo también con su recuerdo cada vez que me entrego al Psicodrama.
Este libro se ha podido escribir gracias a la ayuda constante y entusiasta de Irene López Domenech, psicóloga psicoterapeuta, psicodramatista y miembro del equipo clínico y docente del ITGP.
Irene supo aguantarme en la dura labor de escribir este tratado de Psicodrama que intenta ser renovador. Sus sugerencias, su paciencia y sus aportaciones han contribuido a poder dar fin a esta obra.
Mis alumnos y mis compañeros de trabajo han sido siempre mis maestros y están detrás de todo lo que he escrito. Entre ellos quiero nombrar especialmente a Mónica González Díaz de la Campa, Laura García, Ricardo López y Juan Hungría, algunos de los cuales también colaboran con trabajos originales en esta obra. Gracias.
A Elisa, mi mujer y compañera de vida y de trabajo. Siempre le tengo que agradecer su apoyo y la paciencia que ha tenido cuando le he pedido que oyera la lectura de algunas partes de mi trabajo que quería consultar con ella.
En este libro no aparece la bibliografía al uso. En su lugar, al final de alguno de los capítulos aparecerá una nota con el título: PARA SABER MÁS, ofreciendo el título de uno o más libros y la sugerencia de su lectura en su totalidad o de aquellos capítulos que puedan ser más útiles para el lector de este tratado.
No quiero dejar de recordar a los compañeros que me han ayudado, acompañado y sufrido en la incómoda labor de revisar una vez más estos capítulos. Se trata de Rosalía Tornero Núñez, Irene López Domech, Mónica González Díaz de la Campa y Juan Hungría.
Para la edición de este libro y, alguno más, he tenido la enorme suerte del encuentro con Paulo Cosín, un encuentro en el sentido moreniano, cargado de tele positivo. Este encuentro ha permitido disfrutar no solo del libro que está en proceso de nacer en papel sino también de la amistad de un editor entusiasta y tremendamente eficaz, con el que también puedo compartir ideas, proyectos e ilusiones.
Introducción
CAPÍTULO 1. Qué es el psicodrama
CAPÍTULO 2.Conceptos básicos de Moreno. El lenguaje del psicodrama
CAPÍTULO 3.Las bases del pensamiento de Moreno: Creatividad, espontaneidad, etc.
CAPÍTULO 4. Otros campos de interés de la creación de Moreno
CAPÍTULO 5.Teoría de los roles, el rol como sistema
CAPÍTULO 6.Teoría de la escena
CAPÍTULO 7.La historia clínica
CAPÍTULO 8.Finalidad de una psicoterapia
CAPÍTULO 9.Por qué y para qué. Psicodrama de la Finalidad
CAPÍTULO 10.Sobre el poder. Teoría y práctica
CAPÍTULO 11.El personaje. Psicodrama diádico
CAPÍTULO 12. Sobre el psicodramatista
CAPÍTULO 13.La formación del psicodramatista
CAPÍTULO 14.El mundo de las técnicas
CAPÍTULO 15.Técnicas
CAPÍTULO 16.Técnicas con objetos intermediarios
CAPÍTULO 17.Neurociencia vincular: Principios neurobiológicos de la teoría psicodramática
CAPÍTULO 18.El psicodrama ante la/s enfermedad/es
CAPÍTULO 19.El grupo, los grupos
CAPÍTULO 20.Las fases de la sesión psicodramática. Caldeamiento, dramatización y eco. Mirada holística desde la teoría del espacio-tiempo
CAPÍTULO 21.Las fases del grupo en psicodrama
CAPÍTULO 22.Los grupos naturales: Pareja y familia
CAPÍTULO 23.Psicodrama de las distintas edades
CAPÍTULO 24.Psicodrama y sexualidad
CAPÍTULO 25.Encuentro o sinergia con otros modelos
CAPÍTULO 26.Combinación de psicodrama y otros modelos y/o técnicas. Medicación, relajación y otras vías auxiliares
CAPÍTULO 27.La curación en otras culturas
CAPÍTULO 28.Mitos, ritos y psicodrama
CAPÍTULO 29.Onirodrama
CAPÍTULO 30.El tratamiento de las psicosis y el problema de la rematrización de las heridas de la escena primigenia
CAPÍTULO 31.Psicodrama del morir, la muerte y el duelo
Al terminar la escritura de este volumen sobre psicodrama se me presentan numerosas cuestiones. La primera: ¿cuál es el título adecuado? He dudado entre “Tratado de psicodrama” y “Tratado de técnicas activas”, con el subtítulo “Psicodrama individual, de pareja, familia y grupo”. De hecho, he intentado cubrir en sus 31 capítulos la mayoría de los temas que pueden tener una relevancia para cubrir el deseo de conocimiento de un lector que trate de conocer el mundo de este modelo de psicoterapia. Incluso fantaseo con que pueda ser considerado un tratado para aquellos que quieran formarse en esta área de conocimiento psicoterapéutico. Con la ayuda de los compañeros que han participado en dar vida a este tratado hemos perseguido una finalidad no de completitud, posición omnipotente que nunca se podrá alcanzar, pero sí, por qué no hemos de reconocerlo, de una cierta satisfacción en este sentido.
Hay varios puntos que quiero transmitir en esta introducción. El primero es que mis colaboradores y yo esperamos que esta obra se pueda leer como una unidad, aunque de modo inevitable cada capítulo se centre en una de las múltiples facetas de las que se ocupa el psicodrama. Pero no podemos obviar que, por ejemplo, al hablar de los mitos el tema nos remite a lo que encontramos durante el trabajo terapéutico en cualquiera de las fases operativas, o que una historia clínica o anamnesis forma parte de un primer paso del trayecto, como comienzo de lo que se está empezando a constituir como un proceso terapéutico. Sería premioso el que aquí tratara de asociar lo que se relaciona cada capítulo con los demás o con la totalidad de la obra.
Algo que siempre está presente en el espíritu que nos legó Moreno es el derecho, diría el deber, de que sus seguidores vayan más allá de lo que el maestro nos legó, incluso aunque esto hiciera necesario alguna crítica de algunos puntos de su obra. En las páginas de este libro, me atrevo a pensar que en cada capítulo está presente un intento de ampliación, de ayudar a construir un psicodrama cada vez más amplio y profundo con aportaciones no solo técnicas, sino también de la teoría e incluso de la filosofía por la que transitamos los que amamos el psicodrama. Gran parte de estas aportaciones novedosas se han publicado ya en congresos o en revistas, o incluso, en volúmenes anteriores salidos de este equipo, pero otras muchas aparecen como novedad total en esta obra.
En un trabajo anterior, “De la creatividad a la transgresión” (en vías de publicación), se introdujo el deseo de procurar perseguir un modelo de psicoterapia valiente, que rompiera fronteras, apoyado en el sentido fundamental de la palabra transgresión que no quiere decir, como algunas mentes torpes interpretan, agresión, sino “un paso adelante”, “subir un escalón”, que es el sentido más profundo etimológico que comporta en su ir más allá de la cultura en conserva y del puro interés individual, como implica el concepto de creatividad, un implemento de la salud social, un pensar no solo en mí o en ti sino en el nosotros, algo que está inherente en la filosofía del psicodrama.
Como en cualquier área del conocimiento humano, es inevitable la introducción de una terminología que, aunque ya está presente en la obra de Moreno y otros estudiosos del psicodrama, al introducir nuevos conceptos hemos tenido que recurrir también a ampliarla, en algún caso con la introducción de un neologismo. La complejidad no se debe solo a la que ofrece cualquier conocimiento nuevo para el lector, sino también por la obligada síntesis que ha forzado a los autores a expresarse a veces de un modo resumido.
El psicodrama como una parcela de la obra de Moreno
Jacob Levy Moreno (Bucarest, Rumanía, 22 de mayo de 1892 – Beacon, Estados Unidos, 14 de mayo de 1974) fue un médico psiquiatra, procedente de una familia rumana que había recalado en aquel país durante la huida de los judíos de Sefarad (España). La familia emigró de Rumanía a Viena, donde el joven Jacobo Levi realizo sus estudios de Medicina y Filosofía y comenzó, con la inquietud que siempre le caracterizó de experimentar y saber más, a ayudar a los niños que jugaban en los jardines de Viena a escribir sus propios cuentos y luego representarlos, dramatizarlos. También ayudó a las prostitutas a organizarse como colectivo pagando sus propios médicos y abogados para defenderse de la esclavitud de los proxenetas.
Posteriormente, como una experiencia más, creó un espectáculo de teatro de la espontaneidad y enseguida veremos cómo, según algunos autores, nació el psicodrama por lo ocurrido en algunas de estas sesiones de teatro. Según otros autores, el psicodrama nace en los cuentos dramatizados con los niños en los jardines de Viena, o en el juego de Moreno con unos amiguitos de “reproducir el cielo con Dios y los ángeles” o aún, en la ayuda de Moreno a las prostitutas.
Manejamos en este libro y así se suele hacer, el término “psicodrama” para referirnos a la obra de Moreno, cuando realmente, la creación de Jacobo Levi es mucho más amplia. Como trataremos en otro capítulo, veremos que tiene sobre todo tres amplios campos: la sociatría (en la que se integra el psicodrama, el socio drama y otras vías), la sociometría y la socionomía o ciencia de los grupos.
En este libro nos referiremos también de un modo necesariamente más breve de lo que desearíamos al resto de la obra de Moreno, pero nos centraremos en el psicodrama, ya que en esta obra pretendemos aportar todo un modelo de un moderno psicodrama, más allá de los postulados del creador, tal como este deseaba. Nosotros hemos creado la expresión “solo es psicodramatista el que va más allá del psicodrama moreniano, es decir solo es moreniano el que no es moreniano”.
El término drama, tragedia, comedia
A algunos que toman contacto por primera vez con el psicodrama les provoca un cierto rechazo el término “drama”, puesto que lo interpretan o lo traducen como tragedia, sin tener en cuenta que el término drama en griego significa “acción” y desde ahí podemos hablar, referirnos a drama como comedia o tragedia, si se trata de teatro, y hablar de psicodrama simplemente como una psicoterapia que introduce la acción. La acción es uno de los puntos clave de la renovación que introdujo Moreno en la psicoterapia. Aceptando que la palabra también es acción, Moreno inserta el trabajo con el cuerpo y la interacción entre los cuerpos en la nueva terapia que introduce al principio del siglo XX, con lo que pasa de una comunicación limitada a la palabra (menos de un cinco por ciento de las posibilidades que tenemos para relacionarnos), a todo aquello gestual, movimientos, tactos e interacción, en suma, que constituyen el noventa y tantos restante de posibilidades de comunicación en nuestra especie.
Mito del origen, conocer el origen
Una posición que defienden los mitólogos y que recogen los creadores de los modelos especulativos es el de la necesidad de conocer los orígenes de las cosas, de los sucesos. Aducen que solo retrocediendo al porqué de los orígenes podemos recuperar nuestra vivencia de seres humanos, de instaurarnos en un modelo de ser perteneciente a nuestra especie. De ahí nacen los rituales de “vuelta al origen”, como en nuestra cultura occidental en el rito de la Eucaristía. Al llevar lo anterior al extremo, algunas terapias, intentando aclarar, resolver, conocer a fondo los orígenes del sufrimiento que aqueja al individuo, vuelven una y otra vez en un “ouroboros” que se eterniza a la investigación de la primera infancia del sujeto, olvidando que el interés en psicoterapia está en el hoy, ya que las referencias al pasado siempre están, transformadas por el tiempo en algo diferente de lo que creemos que fueron nuestros inicios. Es la verdad mentirosa, la mentira de la verdad que inhabilita la fantasía de algunos terapeutas por trabajar terapéuticamente con lo que denominan “regresiones a la infancia”. Tras esta incursión rápida en un tema de gran interés y sobre el que volveremos con frecuencia en este libro, vamos al origen del psicodrama.
Como apuntamos más arriba, Moreno se interesó por algo que estaba de alguna manera de moda en distintos países: el teatro espontáneo. La idea se centraba en crear un teatro del pueblo y para el pueblo, un teatro en que el público fuera al mismo tiempo el creador del libreto y el actor. Lo que se perseguía era un teatro que no solo fuera un hecho estético, una forma de arte, sino también un camino de reflexión para el individuo y una visión crítica y constructiva de lo social.
Moreno se hizo con un local y se iniciaron las sesiones de teatro espontáneo o de la espontaneidad, puesto que de las dos maneras lo denominó Moreno. Afluyó abundante público y entre las personas que actuaron lo que deseaban, apareció una joven, Barbara. Esta actriz gozaba en representar un personaje alegre, vivaz, afectivo que atrajo a otro de los visitantes, que le pidió matrimonio. No mucho tiempo después, aquel hombre acudió a Moreno contándole angustiado que Barbara no era como en aquellas representaciones. Que en la vida matrimonial, era una mujer dura, agresiva, incómoda. Moreno tuvo la ocurrencia de proponerle a Barbara representar a partir de ahora unas escenas muy diferentes a aquellas en las que ella había intervenido. Situaciones duras de discusión, de lucha desde el papel de prostituta, peleas con los proxenetas y con los clientes desde aquel papel, etc. Se produjo un cambio radical. El marido vino a decir que ahora era una mujer ideal. Aquello se constituyó en una iluminación para el genio de Moreno. Se dio cuenta de que la representación de diversos roles podría convertirse en una vía terapéutica. Se puede decir que este es el origen último del psicodrama.
El psicodrama como modelo terapéutico se aparta progresivamente del teatro espontáneo, que persiste por su lado como una vía no solo artística, sino con esa intención primaria de ayudar también a lo individual y lo social. Independizado el psicodrama como modelo, como vía terapéutica se va conformando también como un modelo existencial del ser humano, una visión psicológica de su evolución biográfica, un modo de estudiar la psicopatología y un método terapéutico.
Qué es y qué no es el psicodrama
Desde los párrafos anteriores ya nos aproximamos a dejar claro qué es el psicodrama y qué no es. El primer punto queda claro, lo que es. Pero para muchos no queda claro lo que no es y es que todavía algunos profesionales que, o desconocen el psicodrama o siguen en la lucha que se inició hace dos siglos contra él, lo califican de técnica. Este calificativo puede nacer, como digo, de un desconocimiento de la realidad de lo que tratamos o una vía de desvalorización de un modelo que se opone a los intereses propios. De hecho, he sido testigo del temor que a veces provoca el psicodrama entre los profesionales adheridos a otros modelos, ya que piensan que pueden quedar desvalorizados ante la extensión y profundidad propia del psicodrama.
Me reafirmo en que el psicodrama no es una técnica ni un conjunto de técnicas. Por supuesto recurre a un abanico inmenso de técnicas que crecen cada día por la creatividad de los buenos psicodramatistas, pero es posible trabajar con un buen psicodrama sin recurrir más que al hecho de la dramatización, que no deja de ser una técnica básica, bien utilizada en su rol de ritual terapéutico.
Nace un nuevo paradigma
La aparición del psicodrama en EE. UU. hizo que todos los prácticos de los diferentes modelos de psicoanálisis se opusieran. Parece que eran más o menos conscientes de lo que se les venía encima, porque el psicodrama surgía con una nueva fuerza despertando un nuevo interés en los profesionales. Un momento clave fue cuando Moreno aceptó el reto de ver si aplicando su modelo psicodramático y sociométrico conseguía modificar la difícil situación en la prisión de Sing-Sing. Moreno aceptó el reto, se produjo un cambio muy significativo del que se hizo eco la prensa, lo que repercutió en un avance fundamental del psicodrama tanto en EE. UU. como en otros países que se interesaron por conocerlo. Había nacido un nuevo paradigma. Paradigma en el sentido del filósofo Kuhn, es decir un modelo de pensamiento seguido por un cierto número de científicos interesados por el tema. Fue una verdadera revolución el paso del modelo psicoanalítico en general, como vía metapsicológica especulativa, al psicodrama que seguía el espíritu de la filosofía pragmática, en boga en EE. UU., que persigue la utilidad. El nuevo paradigma adherido a este modelo pragmático se mostraba más útil, rápido, eficaz y profundo. Fue combatido y lo sigue siendo aún en escritos y congresos, lo que no ha impedido que se extienda por todo el mundo y que obligue a los modelos metapsicológicos a un replanteamiento de sus postulados, dando lugar a la diáspora de una infinidad de nuevos “psicoanálisis”, a veces en pugna entre ellos.
Los viajes de Moreno por distintos países de Europa, entre ellos España, donde fue recibido con brazos abiertos por el Profesor Sarró, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona, que le concedió el título de Doctor Honoris Causa. No solo estuvo en España, la antigua Sefarad, de la que aún conservaba el apellido sefardí tan español de Moreno y el amor de todos aquellos que tuvieron que renunciar a su vieja patria pero que seguían recordándola, a veces conservando incluso las llaves de sus antiguas casas. Los viajes se repitieron por la mayor parte de los países europeos, incluso de Oriente Próximo, en una labor de sembrador, como título que yo le concedo a quien supo multiplicar el fruto de su obra por todo el mundo. En este punto quiero recordar la entrevista de Moreno con Sigmund Freud cuando este acababa de dar una conferencia sobre sueños telepáticos. Moreno se acercó a Freud y cuentan que le dijo: “Usted, profesor, analiza los sueños de los pacientes, yo les ayudo a seguir viviendo”. Este interés, esta intención de Moreno de ayudar a vivir, de que el psicodrama fuera una vía para mejorar el futuro de los seres humanos como individuos, como sociedad, sigue presente en el espíritu de todo psicodramatista.
Una revolución en el mundo de la Psicología
Ya el Profesor Sarró denominó la obra de Moreno como la tercera gran revolución en el mundo de la psicología y la psiquiatría. (Prólogo de la obra “Introducción al Psicodrama” de Anne Antzeling Schutzemberger). La introducción del psicodrama no significó solo una mejora, unos granos más de conocimiento en un modelo ya conocido: se trató de una verdadera revolución. De modo inevitable rompía con los modelos anteriores de tipo metapsicológico y creaba una situación de caos. Como suele ocurrir, el nacimiento de algo nuevo solo suele poderse producir con una ruptura que provoca el caos que conlleva de modo necesario a un nuevo orden. Se trata en el fondo de una verdadera transgresión. La transgresión no implica, como piensan algunos, una “agresión” ya que incluso en su etimología ultima remite a la idea de “dar un paso adelante o subir un escalón”. Los que defienden la transgresión como agresión son aquellos que quieren mantener el viejo orden por miedo a lo que les pueda traer la novedad. Esto ocurre tanto en un nivel individual como en las estructuras de poder, que temen la nueva situación que pueda venir y que significa quizás para ellos una lesión o disminución en su capacidad de manejar a los demás desde el poder.
La revolución de los grupos
Uno de los aspectos revolucionarios de la obra de Moreno es la introducción de algo que debía haber sido obvio para los estudiosos anteriores de la psicología, pero que no se atendió en su momento. Se trataba del concepto de que el hombre, el ser humano, no es un ser aislado, es un ser que “nace en grupo y forma parte de grupos”. Es inevitable, en una concepción de lo que ocurre en el ser humano y en sus relaciones, aceptar que forma parte de diversos grupos: la familia, el grupo de amigos, de trabajo, etc. Su presencia en cualquier grupo incide en la dinámica del mismo y los contenidos, creencias, movimientos, etc., del grupo, y este a su vez contribuye a conformar el individuo, a su identidad individual y social.
Aceptar lo anterior ha sido un trago, como se ve a lo largo de la historia de la psicoterapia, difícil de engullir por muchos psicoterapeutas que se acercan a los grupos de un modo temeroso. Miedo a romper si aceptan los grupos sus propios postulados que nacen siempre de lo individual y, sin duda, temor a no saber manejar este nuevo factor que parece que no logran integrar en sus teorías.
Cuando hablamos de integrar en el trabajo a los grupos, Moreno nos dice: “se trata de un trabajo del grupo, con el grupo y en el grupo”. Difícil para una posición individualista, ¿verdad? El grupo es un sistema vivo, de hecho es un sistema psicosocial que tiene entidad en sus movimientos como totalidad, sus partes también se mueven y cada individuo forma parte del mismo. Se trata de muchas variables nuevas para los seguidores de un modelo individualista.
Es curioso que la mayoría de los modelos actuales, tanto los que han sobrevivido mejor o peor en el curso de los dos últimos siglos como los nuevos que han surgido a centenares como nuevas aportaciones, terminan recurriendo al grupo pero, desde lo que yo conozco, ninguno con la visión amplia y profunda de Moreno. O se quedan en el análisis de lo que ocurre en el grupo como totalidad o se entretienen en ejercicios y juegos grupales o se remiten de modo exclusivo a un miembro del grupo.
Modelo versus método
La palabra “método” que muchos utilizan para referirse a un modelo, no hace más que introducir confusión en el mundo de la práctica terapéutica. Modelo remite, como antes me refería al hablar de psicodrama, a una forma de concebir la dinámica de la vida del ser humano, su patología etc., mientras que la palabra método no quiere decir etimológicamente más que camino. Es decir hablar de un método es hablar de “un camino”, en último término una técnica para obtener una finalidad. Así, algunas construcciones que se han denominado modelos, como el mindfulness, no es más que una técnica que persigue crear la necesidad de estar toda la vida sometido a un control emocional. A los que no estén de acuerdo con este aserto les sugiero estudiar a fondo las teorías del apego de Bowlby.
No quiero decir que no haya métodos o técnicas que sean útiles, incluso muy útiles en la clínica, como el focusing, pero no son modelos del ser humano que persigue y sostiene una visión mucho más amplia que la práctica de una técnica.
Hacia dónde va el psicodrama
En un congreso celebrado en Lisboa, dentro de los congresos bianuales latinoamericanos, presenté un taller centrado en el tema de la transgresión. Fue un poco caótico porque había ofrecido treinta plazas y se presentaron más de sesenta. Lo que yo trataba de plantear a los participantes era el interés de una postura transgresora. En la práctica implicaba cómo traspasar una línea roja que significaba el estasis en lo conocido, detención en la cultura en conserva, dar un paso más allá, subir un escalón y estar abierto a unas posturas totalmente nuevas. Aquel día del taller fue difícil elaborar conclusiones por la cantidad de personas que se sumaron. Solo quiero resaltar el comentario de una compañera, persona inteligente y buena psicodramatista, que al remitirse a aquella experiencia, afirmó de modo concluyente: “Entiendo lo que persigue la transgresión, pero yo me quiero quedar donde estoy”. Esta postura es la que dificulta el progreso en cualquier ciencia o paradigma. El futuro del psicodrama tiene que estar abierto a la aceptación y al estudio, y a una crítica necesaria de vías de conocimiento y tratamiento de los problemas humanos procedentes de todas las culturas, aunque nos resulten extrañas e incluso incómodas. Un acompañante de la persona que hizo el anterior comentario, cuando se habló de poder integrar técnicas de los chamanes, de los brujos, en la psicoterapia exclamó “¡Todo eso hay que rechazarlo!”.
Vengo proponiendo en mis obras el estudio del N’Doep, de las técnicas de los chamanes, de los medicine-man, de las sectas sufíes, etc. Cualquier vía merece nuestro conocimiento, nuestra valoración para su posterior rechazo o aceptación, pero nunca el rechazo inmediato desde una postura inquisitorial.
Para saber más
GREENBERG, I. A. Moreno y el Psicodrama. Biografía e historia. PAIDÓS (Sobre los orígenes. Interesante).
ESPINA BARRIO, J. A. (1995) Psicodrama. Nacimiento y Desarrollo. Amaru ediciones, Salamanca.
Al comienzo del curso de formación en psicodrama presento a los alumnos una visión general de los postulados fundamentales del pensamiento de Moreno. Solía hacerlo comentando y describiendo estos puntos fundamentales de lo que nos transmite Moreno y sobre todo, en concreto, del psicodrama.
En los dos últimos cursos me ha parecido adecuado instaurar otro modo de ayudarles a introducirse, no ya en un nuevo lenguaje sino en un nuevo planteamiento de la psicoterapia, lo que a los estudiantes que ya han estado inmersos en otros modelos les puede costar un esfuerzo de reciclaje. En función de ello comienzo diciéndoles que les voy a contar historias de un gato. Comienzo así:
En el jardín de la casa de un amigo mío, extenso y medio abandonado, solía explorar y moverse cuando estaba aburrido, es decir, cuando no estaba dormitando como le gusta hacer a los gatos, un sujeto de esta especie. Para no romper la norma de confidencialidad, que a lo mejor también es útil para los gatos, le llamaré Miau, aunque resulte un poco vulgar. Pero vamos a ver a Miau en un espacio de su vida. Se está moviendo por el jardín, está solo. Explora su entorno, es bastante joven y todo le llama la atención. Frente a él cae una hoja de un árbol, una hoja grande, medio verde, medio tostada porque ya se está secando, cae entre unas espigas de hierba, queda ahí retenida y se mueve con la leve brisa que refresca el jardín. En el primer momento, Miau da un paso hacia atrás, los pelos de su lomo se ponen de punta, se tensa, su rabo comienza azotar sus flancos, tras detenerse un instante se agazapa y muy, muy lentamente camina hacia la hoja, porque Miau desconfía, no sabe lo que es, puede implicar un peligro. Llega hasta la hoja, se lanza sobre ella lanzando un zarpazo, ahora se queda clavada en sus uñas, pelea con ella, se revuelve, hasta que se convence de que no encierra ningún riesgo, logra librarse de aquello y continúa su exploración.
Ahora es un movimiento sigiloso entre unas matas de margaritas, le parece oír, muy leve, el sonido de unas patitas, la boca se le hace agua pero, ¿será un ratón o algo mayor? Se dispone para la caza, da un salto con todo el entusiasmo de su juventud, pero el ratón es más rápido que él, pierde su presa. Por detrás le sorprende un sonido sibilante, recuerda los avisos de su madre, si oyes un sonido así, corre, es una serpiente. No la espera, corre.
Miau continúa su exploración, sorprendido oye un “griterío” de pequeños maullidos, se arrastra entre los tallos de flores que forman una barrera frente a él y se asoma con cautela, se sorprende. Una gata, su amiga Miau Miau, está tumbada en el suelo rodeada de cinco pequeños gatitos que están unos jugando con el rabo de su madre, otros maman, otros están siendo lamidos por la madre…, todos han oído su presencia con sus finos oídos y le miran. ¡Por su olor parece que son hijos míos!, se siente orgulloso, se acerca y cuando alguno de los gatitos intenta aproximarse, su amiga Miau Miau les frena, todavía no se fía de este gato, aunque es sin duda quien le engendró en sus “amores” estos gatitos.
Al poco tiempo, todos juegan ya sintiéndose una familia. En pleno juego se pone alerta porque oye la aproximación de varios animales, se dispone a defender a los suyos, pero lo que asoma entre las flores son tres gatos vecinos que acuden a saludar a la nueva familia. Se hacen amigos. En plena visita oyen un ladrido, es el perrillo del otro jardín, Miau se ve rodeado de sus nuevos amigos, dispuestos todos a defender a la familia.
¿Qué tiene que ver esto con Moreno?
1. Aunque pueda parecerlo, el gato (aquí el hombre), no es un ser solitario.
2. El animal, gato u hombre, explora todo el tiempo un entorno constantemente cambiante, le empuja su curiosidad.
3. La curiosidad le hace aprender muchas cosas nuevas; desde este aprendizaje ha desarrollado la capacidad de reconocer y adaptarse a su mundo entorno. Ha desarrollado su espontaneidad.
4. La espontaneidad le ha ayudado a elegir aspectos de su entorno y crear con ellos un mundo nuevo: espontaneidad creadora.
5. Ya no es un ser solitario, forma parte de un grupo que él ha contribuido a crear.
6. Se integra con otros miembros que conoce después, y con ellos puede realizar nuevas acciones de juego y de defensa. Todo lo anterior se ha desarrollado no solo comunicándose con maullidos sino también con un lenguaje corporal, la acción y la interacción.
7. Los anteriores son los aspectos básicos de la teoría de Moreno.
Como en todo proyecto de un nuevo modelo paradigmático, en la creación de Moreno surge un léxico novedoso, que es preciso conocer puesto que surge a través de la lectura de su obra.
A lo largo de este recorrido se han movido diversas emociones: el temor frente a los riesgos que se le presentan, la aceptación de ese riesgo y la capacidad para tomar decisiones arriesgadas, lucha o huida, emociones de amor que llevan al encuentro según Moreno, la voz de la historia que se actualiza en el presente y contribuye desde el mundo interno (intorno) a valorar el entorno.
Hay dos factores que hemos añadido nosotros a los postulados de Moreno. El primero es el de la curiosidad para poder comprender los movimientos que se siguen. El segundo, de rara aparición, es la transgresión, el atreverse a “ir más allá”, “subir un escalón” para trascender la repetición de lo ya conocido y que ayuda a salir del momento.
A lo largo de la presente obra iremos encontrándonos, en diversos capítulos, con los conceptos que han asomado a través de la vida del gato. A continuación seguiremos con el lenguaje moreniano sin tratar de hacer un trabajo exhaustivo, sino simplemente una guía para el lector con los términos y conceptos que con más frecuencia se va a encontrar en su lectura de este tratado de psicodrama.
Algunos conceptos los definimos, mientras que para otros remitiremos a aquel capítulo de la presente obra en la que trate el tema en extensión.
Abreacción: Se trata de una “reacción hacia afuera”, suele ser compulsiva, no voluntaria y está cargada de elementos patológicos del sujeto. No es útil desde el punto de vista terapéutico, pese a que se trata de una “explosión” de contenidos internos a veces reprimidos.
Acting out: Se trata de una actuación patológica. Para los modelos analíticos, las actuaciones dentro de una terapia psicodramática pueden denominarse en ocasiones como “acting out”. Sin embargo, el camino de la actuación de los contenidos internos del sujeto es una vía terapéutica de primer orden. Solo si el acting aparece como inadecuado, puede hablarse de acting out patológico.
Acto creativo: Es todo acto que, gracias a la espontaneidad creadora, se escapa de la conserva cultural para dar lugar a algo nuevo.
Actor: Uno de los cinco instrumentos del psicodrama. Puede ser el protagonista (ver “Protagonista”), o un actor secundario como el yo auxiliar. Se trata de los que ponen en juego la acción dramática.
Agente terapéutico: Cualquier sujeto, sea o no un profesional de la psique, que ayude al individuo o al grupo en sus dificultades.
Aislados: Son los individuos que durante el proceso terapéutico aparecen como fuera de la relación con el resto del grupo. Sociométricamente, es la persona que no establece relaciones positivas ni negativas.
Amamantamiento: Consultar “Escena primigenia”.
Amnesia infantil: Es conocida la dificultad para recordar lo ocurrido en los tres primeros años de vida.
Amor/Antipatía al creador: En último término se trata de una situación de dependencia o contra dependencia.
Análisis didáctico: Se trata de la expresión usada por el psicoanálisis para denominar la formación de los profesionales.
Animismo: Modelo de pensamiento de los pueblos primitivos y/o de las personalidades primitivas que implica que se carga de “ánima” (alma) a todos los seres vivos y materiales.
Anteros: Eros, dios del amor; Eris, diosa de la discordia; Anteros, dios del amor compartido.
Aprendizaje: Solo quiero destacar aquí el hecho de que la espontaneidad puede ser aprendida, para los que piensan que debe ser algo innato.
Aquí y ahora: Consultar capítulo sobre el “momento”.
Átomo: social/cultural:
Átomo social: es el conjunto de personas que en un momento determinado tienen una relación emocional con el sujeto.
Átomo cultural: Son todos los roles que constituyen tu sistema de roles interno: activos o potenciales.
Auditorio/público: Todos los presentes en una acto psicodramático.
Autotele: La relación consigo mismo.
Axiodrama: La dramatización de los valores, de la estructura axiológica del sujeto.
Barbara: Protagonista de una situación ocurrida en el teatro de la espontaneidad y que despertó la chispa para la creación del psicodrama.
Beacon: Nombre de la localidad donde Moreno levanto su centro de investigación y clínica en EE. UU., cerca de Nueva York.
Brecha entre fantasía y realidad: Matriz en la que se da el salto de lo concreto a lo simbólico.
Caldeamiento: Proceso previo a la dramatización.
Cambio social: Una meta del psicodrama y del teatro de la espontaneidad, además del cambio individual.
Catarsis: El termino catarsis proviene del griego. Significa limpieza, y era la vía que se utilizaba en los templos de Esculapio, dios de la Medicina. Aristóteles aplica el término a efecto de limpieza anímica o espiritual que se produce en el espectador cuando asiste a una representación dramática, a una representación teatral. La catarsis puede venir a través de una abreacción o descarga emocional, que es una vía superficial, o a través de la integración que podría llamarse reordenación de los roles dentro del sujeto.
Cohesión grupal: Un factor importante de la dinámica de cada grupo. La cohesión aumenta cuando, a través del trabajo terapéutico del grupo, disminuyen las relaciones transferenciales y aumentan las relaciones tele.
Coinconsciente: Inconsciente común del grupo.
Consciente-inconsciente: Frente al hecho de lo que nos es conocido, o consciente, se presenta el concepto de inconsciente, que ha sido muy discutido y aceptado o no aceptado. En psicodrama aceptamos que hay contenidos de nuestra mente de los que no tenemos un conocimiento consciente y que pueden surgir a través del acto dramático.
Conserva cultural: Aquellos contenidos que se mantienen en nuestra mente sean o no conscientes.
Cosmos: Las teorías sobre el ser humano deben extenderse e integrarse en una teoría del cosmos.
Contratransferencia: En psicodrama, la transferencia que deposita el terapeuta sobre el paciente.
Creatividad: Remito al capítulo tres.
Creaturgia vs dramaturgia: “El objetivo de la dramaturgia consiste en desarrollar una ciencia a partir de esto, en captar las leyes que lo gobiernan. En cambio a la ‘creaturgia’ no le interesan los hechos contenidos en el drama ni las leyes que se puedan deducir a partir de ellos. Lo que le preocupa es el drama de la creación en sí”. (Del libro Palabras, Ed. Ágora, Rosa Cukier).
Curiosidad: La curiosidad (Población) aparece como un primer paso previo a la espontaneidad.
Cuerpo: En el cuerpo en psicodrama interesa, desde el punto de vista del contacto, la posición corporal, el lenguaje corporal y adiestramiento corporal.
Cuestionario sociométrico: En psicodrama se han desarrollado varios modelos de tests sociométricos.
Cura: Los autores de este libro prefieren no utilizar el concepto de cura/curación en el proceso psicodramático.
Cosa fuera de sí: Moreno utiliza con frecuencia el término “der mas ausser sich”, el hombre fuera de sí. Es decir en un estado especial de espontaneidad-creatividad.
Desarrollo: Remite a los dos capítulos: fases de la sesión y fases del grupo.
Diagnóstico: Insistimos en intentar precisar desde el principio un diagnóstico del sistema en terapia a través, en el caso del individuo, de una historia clínica precisa.
Diádico, método: Denominación para la también denominada “Psicoterapia Bipersonal”. Consúltese el capítulo del “psicodrama diádico”.
Director: Uno de los instrumentos del psicodrama.
Drama: Acción.
Doble: Una de las tres técnicas fundamentales de Moreno.
Dramatización: El proceso de puesta en acción dramático.
Dramaturgo: El creador del drama, en psicodrama el paciente, el protagonista.
Ego: Yo.
Ego auxiliar: Uno de los instrumentos del psicodrama.
Encuentro: “La palabra encuentro significa estar juntos, encontrarse, tocarse dos cuerpos, ver y observar, palpar, sentir, compartir y amar, comunicación mutua, conocimiento intuitivo mediante el silencio o el movimiento, la palabra o el gesto, el beso o el abrazo, unificarse uno con uno.” (Del Libro Palabras, Ed. Ágora, Rosa Cukier)
Entorno/intorno: Intorno es un neologismo de Población. Se refiere al mundo interno del sujeto frente al entorno, o mundo exterior.
Entropía/negentropía: Desorden/orden.
Esponteaneidad: Concepto básico de Moreno que se suele enlazar con creatividad.
Estatus: Posición social que tiene un individuo en la sociedad.
Ética: Interesa la óptica en psicodrama tanto en lo referente al profesional como al psicodrama en sí.
Familia: Véase “psicodrama familiar”.
Fantasía: En el psicodrama se habla de la posibilidad de comunicarse terapeuta y protagonista en la fantasía.
Función social vs función psicológica: Desde una perspectiva transgresora, el psicodrama se asoma al beneficio social de la dramatización.
Genio o héroe: Esta palabra remite al espacio en el teatro de Moreno dedicado a los héroes —dioses. Un espacio más alto para significar su posición entre el resto del público.
Grupos: Véase al capítulo de grupos.
Hambre (de actos): Es el impulso que aparece ya en las primeras edades, antes de la posible expresión oral a través de los actos.
Happening: Se trata de un modelo de actuación que comporta un nivel de espontaneidad.
Henry Bergson: Influyó en la filosofía de Moreno, sobre todo con los conceptos de “durée” y de espontaneidad.
Hipnodrama e hipnosis: Es otra de las propuestas de Moreno. Se trata de un psicodrama durante el estado hipnótico.
Humor: El humor es importante en el trabajo psicodramático.
Identidad: Puede definirse como el modo en que yo me percibo a mí mismo. Esta identidad individual no aparece fija en la vida del sujeto sino que va cambiando con su evolución. Hay que distinguirla de la identidad social, que tiene que ver con cómo nos ven los demás.
Improvisación: Según su etimología, es “hacer una cosa de pronto, sin preparación previa”.
Identificación: “Identificación supone que hay un yo consolidado que busca la identidad con otro yo consolidado”. (Del diccionario de Rosa Cukier)
Iniciadores: Se trata de facilitadores del caldeamiento, y pueden ser emocionales, motores, o químicos.
Instrumentos del psicodrama: Los cinco instrumentos del psicodrama son: el protagonista, el director, los yoes auxiliares, el escenario y el público.
Interpolación de resistencias: Técnica que consiste en introducir con el protagonista una posición contraria a la que este esperaba.
Intrapsíquico: En contraposición a lo proveniente del entorno.
Introyección: Interiorización.
Inversión de roles: Cambio de roles. Intercambiar el rol con la otra persona de la escena, ponerse en el lugar del otro.
Investigación sociométrica: Se utilizan los test sociométrico.
Jerga: Desde este espacio me remito al interés de utilizar un lenguaje claro, coloquial y al alcance del auditorio o del lector de los libros, así como en la relación con el paciente. Siempre hay que huir de una jerga profesional, que intenta mostrar una formación o conocimientos y que con cierta frecuencia solo sirve para ocultar la “pobreza intelectual” del que lo utiliza.
Judíos: Tanto Moreno como Freud y otros grandes creadores en el ámbito de la psicología y la psicoterapia han pertenecido al mundo semita, con la natural influencia que esta cultura ha tenido sobre los creadores.
Juego: Base y trasfondo último del modelo psicodramático.
Juguetes: Suelen utilizarse como objetos intermediarios en numerosas técnicas.
Lenguaje: En este tratado, como en otros libros escritos por mí, he insistido en la importancia que requiere el lenguaje hablado y el lenguaje gestual como complementario en la comunicación. En el primero advierto sobre el peligro de los lenguajes usados de modo críptico para transformarlos en instrumentos de poder.
Leyes: Remito al capítulo correspondiente de este libro a las leyes que enuncia Moreno en su socionomía.
Líder sociométrico: Aparece en los tests sociométricos por el mayor número de elecciones directas e indirectas que recibe.
Límites corporales: En el psicodrama, que promulga la posible interacción entre los participantes y el equipo terapéutico y los protagonistas, es conveniente seguir un código que evite el abuso en la aproximación física. En un capítulo de este libro hago mis propuestas sobre los modos de manejar este ítem.
Local del psicodrama: El local donde se desarrollan las sesiones se constituye en el escenario global en el que aparecen las escenas. Marca hasta el punto incluso de condicionar sensiblemente el contenido de la dramatización.
Locus: El lugar concreto donde ocurre algo, el lugar del nacimiento. Se suele decir locus nascendi que remite a statu nascendi o proceso de nacimiento. Ver el término más adelante.
Lugar del psicodrama: En el proceso psicodramático, defiendo que el espacio donde se va a realizar el acto es un lugar utópico y ucrónico, es decir, aún no tiene ni espacio ni tiempo, se podría decir que es un espacio profano. Desde el momento en que el protagonista y el equipo terapéutico inician la acción ese espacio se convierte en un espacio sagrado, el centro del mundo.
Macrosociología: El interés de Moreno se centra de modo preferente en la microsociología y, desde ahí, en la microsociometría, es decir, los pequeños grupos naturales y artificiales: familia, grupos de amigos, etc.
Madre: Figura capital en las relaciones del primer año de vida, en especial en la matriz de identidad indeterminada. Figura inevitable de referencia en la familia y origen de un arracimamiento de roles que lleva a las figuras religiosas como Isis, la Virgen María, etc.
Magia: En ocasiones propongo el estudio de la magia y sus métodos como vías terapéuticas de determinados pueblos “primitivos”, como posibles caminos a integrar en el psicodrama. Por otra parte destacamos cómo muchas personas, al observar los efectos terapéuticos del psicodrama, hacen el comentario: “Parece magia”.
Martin Buber: Uno de los inspiradores de las teorías de Moreno.
Matriz de identidad: Un espacio privilegiado de la vida, según Moreno. Este distingue dos parcelas: los primeros seis meses, que los denomina “matriz de identidad indiferenciada”, y la continuación hasta los dos años o “matriz diferenciada”. Constituyen un espacio clave para la formación de la personalidad en lo sano y en lo patológico, según los casos. Moreno denomina el conjunto como “primer universo”. Nosotros hemos desarrollado ampliamente los importantes fenómenos correspondientes a estos espacios.
Memoria: Solo destacar en este punto la relación de la memoria con la verdad y la mentira, es decir, los recuerdos que, influidos por multitud de factores se consideran verdaderos, pueden ser falsos.
Método: A veces confundimos método con modelo. Solemos limitar el uso de la palabra método referido a las técnicas como camino de acción.
Momento: Un postulado clave en las teorías de Moreno. Se trata de un tiempo no cronológico. En mi sentir es indisociable del espacio, por lo que hablo de espacio-tiempo. Fluye en el statu nascendi y su vivencia pertenece sobre todo al mundo emocional.
Monólogo: Técnica psicodramática que se confunde con el soliloquio.
Música: Puede utilizarse como objeto intermediario único, como fondo sonoro para una dramatización o como un trabajo centrado en la música que ya Moreno denominó musicoterapia.
Nacimiento: Según Moreno no se trata de algo dramático sino del primer acto psicodramático de la vida, del que participan el niño y la madre y algún otro personaje como “yo auxiliar”.
Narcisismo: Término psicoanalítico fundado en la leyenda de Narciso. Prefiero sustituirlo en mi práctica por la palabra soberbia que, a mi parecer, incluye y amplía el concepto.
Narcosíntesis: En el capítulo de otras terapias me refiero a los tratamientos de narcosíntesis utilizando en combinación, de modo habitual, una mezcla de un barbitúrico y un anfetamínico. En la actualidad se utiliza muy poco esta vía terapéutica.
Neurosis: Término en desuso que remite a determinados trastornos de la personalidad.
Neutralidad: Posición muy discutible defendida en determinados modelos como posición exigida al terapeuta. En el capítulo sobre el terapeuta expreso mi sentir sobre este hecho.
Observador participante: En una sesión psicodramática todos los sujetos que están como observadores pueden ser en un momento participantes de lo que está transcurriendo.
Optimismo: Se suele comentar sobre la postura optimista de Moreno con respecto a los potenciales del hombre, frente a la posición temerosa y maniqueista de los seguidores de otros modelos.
Originalidad: Factor importante en el contexto del concepto de creatividad.
Palabra: Sin prescindir de la palabra, el psicodrama se centra en la acción e interacción.
Patología: Cada modelo ha desarrollado su propio modo de calificar y denominar los juegos patológicos. Moreno ofrece su propia calificación de los procesos patológicos entre aquellos que se deben a una patología que es la espontaneidad de los roles y de las escenas.
De modo personal defiendo utilizar la psicopatología fenomenológica como un referente de los cuadros patológicos, pudiendo luego cada cual interpretarlos desde su propio modelo psicopatológico.
Periódico vivo: Una de las vías que ofrece el teatro de la espontaneidad.
Persona: Término controvertido, utilizado a veces como los aspectos sanos de un ser humano frente al concepto de personaje construido y patológico.
A veces se utiliza como sinónimo de identidad.
Personaje: Construcción dentro de la “teoría del poder” designada como “falsa identidad”. Es el depositario del poder.
Personalidad: Conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona y la diferencian de las demás.
Prostitutas: Uno de los grupos con los que trabajó Moreno en su juventud.
Protagonista: El primero en la lucha. Denominación en psicodrama del paciente.
Proyección: Según el psicoanálisis, depositación en otro sujeto de los contenidos propios.
Psicodanza: Otra de las sugerencias de Moreno como una forma más de psicodrama.
Psicodrama: Una de las aportaciones de Moreno dentro de la sociatría.
Psicomúsica: Otra aportación más de Moreno, puede adquirir multitud de formas.
Psicosociodrama: Presentación de los problemas en el escenario como vía para ayudar a los problemas menores.
Psicoterapia de grupo: Una de las bases de la creación de Moreno.
Psicoterapia de pareja: Remito al capítulo correspondiente de este libro.
Psicoterapia de familia: Remito al capítulo correspondiente del libro.
Público: Uno de los instrumentos del psicodrama.
Realidad suplementaria: Es el plus de realidad que se aporta durante el psicodrama.
Reglas: En el trabajo con grupos existen dos reglas básicas: la de confidencialidad y la de restitución. La restitución se refiere a aportar al grupo los comentarios que se han hecho fuera de él.
Regresión: En algunos terapeutas no psicodramáticos, fantasía de una vuelta al pasado.
Resistencia: La que se opone de distinta forma a la profundización en la terapia.
Rol: Papel.
Role playing: Entrenamiento de roles.
Salud mental: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” (OMS). (¡JA!)
Sesión: El tiempo transcurrido en el cual sucede un acto dramático.
Shock psicodramático: Una acción “violenta” mediante psicodrama para provocar un cambio en el protagonista.
Situación interpersonal: La que se da entre dos o más seres humanos.
Sociatría: Uno de los campos terapéuticos desarrollados por Moreno.
Sociodinámica: Se refiere a las leyes que rigen el funcionamiento de los grupos humanos.
Sociodrama: Terapia de los grupos sociales y sus conflictos. Aquí los grupos sustituyen a los individuos.
Sociogenia: Remite a los orígenes de los grupos.
Sociograma: Expresión gráfica de los resultados del test sociométrico.
Sociometria: Uno de los tres grandes bloques que desarrolla Moreno en sus postulados.
Stanislavski: Director de teatro ruso cuyo modelo se aproxima al psicodrama.
Sueños: Ver capítulo correspondiente en esta obra.
Teatro: En Moreno nos interesa el teatro de la espontaneidad.
Técnica: Vía instrumental que se utiliza en cualquier ciencia.
Tele: Conocimiento a distancia.
Transferencia: Término psicoanalítico que remite a la depositación de aprendizajes emocionales a sujetos de su vida posterior.
Primer universo: Desde al nacimiento hasta los dos años de edad.
Visualización, origen del psicodrama interno: Está en la base del psicodrama interno y otras técnicas psicodramáticas.
Zonas: Espacios corporales que corresponden a la función de un instinto, por ejemplo, oralidad: el pecho y pezón de la madre, boca del niño y aparato digestivo hasta el ano.
Para saber más
CUKIER, R. (2005) Palabras de Jacob Levy Moreno. Vocabulario de citas del psicodrama, de la psicoterapia de grupo, del sociodrama y de la sociometría. Ágora.
En palabras del profesor Sarró, la obra de Moreno constituyó una tercera revolución en el mundo de la psiquiatría y de la psicología. Una verdadera revolución, puesto que sus postulados, su construcción entera, ofrecieron una posición radicalmente diferente a la que entonces predominaba en la psicoterapia: el modelo psicoanalítico freudiano. Como mostramos en el capítulo de la sinergia posible entre psicodrama y teoría sistémica y la dificultad, por no decir imposibilidad, de sinergia entre psicodrama y psicoanálisis, lo que proponía Moreno, daba un revolcón total al modelo psicoanalítico. No solo introdujo, como creen algunos, las técnicas activas frente a las técnicas metapsicológicas, en gran parte racionales del psicoanálisis, sino que presentó al ser humano desde un punto de vista radicalmente diferente. Un ser humano no sometido a las fuerzas instintivas, consideradas peligrosas, necesitadas de represión, sino que defendía que todos los potenciales del ser humano, intelectuales, emocionales, biológicos, instintivos, son aspectos positivos, y que la capacidad de activar todo aquello puede llevar al individuo a un estadio superior.
Se trata de un modelo existencial optimista, vital, constructivo, que contempla al hombre en su evolución ontogénica y filogénica, en sus aspectos sanos y también en aquello que puede considerarse enfermizo. Junto a este concepto existencial del ser humano, añade factores que completan el concepto de este como individuo no solitario sumido en complejos, sino como un ser que “nace en grupos y forma grupos” en un mundo de relaciones, lo que ayuda a comprender su realidad, su salud y su enfermedad. Sitúa al ser humano entonces, no solo en un mundo de relación sino en un centro de acción, de interacción, de comunicación no solo verbal, sino también conductual. De una mayor complejidad y profundidad de lo que lo contempla la óptica del psicoanalista. Se trata de un ser vivo al que, desde la terapia “no se le analiza, sino que se le ayuda a vivir” (Moreno).
Los párrafos anteriores nos llevan a contemplar aspectos centrales de la psicología de Moreno. Se trata de conceptos, todos interrelacionados, de la espontaneidad-creatividad y momento, a los que añadimos nosotros, la curiosidad y la transgresión, situados, el primero antes del proceso antedicho y el último como una posibilidad posterior.
Veamos una cadena de conceptos y sucesos que están en la mente de Moreno.
A partir de aquí voy a hablar en tres bloques sintéticos a través de los cuales quiero intentar trasmitir lo fundamental de la obra de Moreno.
A. ¿Qué es el hombre? El ser humano es un ser vivo que nace en un grupo, la familia, se desarrolla en distintos grupos de los que forma parte constituyente en un modo de relación con el grupo como totalidad y con cada uno de sus miembros.
El desarrollo del hombre se concibe a través de una serie de matrices o espacios de crecimiento. El primero es la relación con la madre, que cursa en dos fases:
1. Matriz de identidad indiferenciada los seis primeros meses de vida, en una relación fusional madre-hijo. En esta fase describimos tres posibilidades de relación, que no es secuencial sino sistémica: se trata de una posición en la que predomina el amor, otra de rechazo por parte de la madre y establecimiento de una “agresión” recíproca, y, por último, de indiferencia hacia el hijo.
2. De los seis meses hasta los dos años de vida se trata de la matriz de identidad diferenciada, en la que aumenta la autonomía del hijo y disminuye la necesidad de fusión y de atención de la madre.
Al terminar se cumple el primer universo, y el niño entra progresivamente en la matriz de la brecha fantasía-realidad. A través de un cambio neurológico importante pasa de una posición concreta a una capacidad simbólica, por lo que los roles ya no son solo sociales sino que el sujeto construye nuevos roles ya denominados psicodramáticos.
La siguiente matriz es la familiar en la que el niño se desarrolla construyendo dos personajes que corresponden uno a la relación con el padre y otro a la relación con la madre (cuaternidad) (Población). Continúan las matrices: la escolar, y de especial relevancia la adolescencia, la madurez y la vejez.
En cada matriz se desarrollan distintas escenas con distintos personajes (personas, animales, objetos reales, imaginarios, simbólicos). Las matrices no son etapas separadas sino parte de un continuum en el que los contenidos interiorizados en cada matriz van a influir en el potencial o capacidad para desarrollar nuevos roles.
Durante todo su desarrollo el individuo está sometido a los elementos del escenario en que existe (ambiente, clima, alimentación, cultura, religión, política, etc.). En el escenario se desarrollan las escenas, cada escena es un sistema constituido por un determinado número de roles en interacción, y cada rol influye en todos los demás del sistema.
La dinámica con la que se mueve el sujeto es a través de un proceso de relación con el entorno, a través de una cadena de situaciones: curiosidad (Población, 1997), espontaneidad o capacidad de responder a los estímulos, creatividad como consecuencia de lo integrado a través del proceso de curiosidad y espontaneidad, y en algún caso cruzando una línea roja, la trasgresión.
El tiempo no se considera cronológicamente sino como momento, se trata del tiempo emocional, real, del aquí ahora, y se funde con el espacio en un concepto de espacio-tiempo que se desarrolla filogenéticamente y ontogenéticamente en el pasado y con proyección al futuro, pero en el instante actual, que por otra parte es inexistente puesto que en él fluye el pasado en persecución del futuro.
Cada ser humano vive en relación con otros seres humanos. El conjunto de aquellos con los que se relaciona emocionalmente constituyen el llamado átomo social. La relación se define a través del proceso télico, tele positivo, negativo o neutro. El tele, o encuentro a distancia, está constituido por el conjunto de realidades que se mueven en el interior de cada uno de los miembros de la relación télica, puesto que el tele no es unidireccional sino bidireccional. La consecuencia es un “encuentro” positivo, negativo o de rechazo, o inexistente. De este conjunto de fenómenos télicos, con el añadido de los fenómenos transferenciales, surgen los fenómenos grupales.
Un concepto básico en Moreno es el de espontaneidad que define como la capacidad de responder a las nuevas situaciones o de dar respuestas originales a situaciones nuevas. Todo ello se desarrolla en un tiempo no cronológico en el que el proceso ocurre en un statu nascendi, es decir va naciendo paulatinamente hasta que termina cerrando el espacio-tiempo en el que está ocurriendo el suceso.
Desde una visión psicodramático sistémica, el ser humano aparece como un sistema de sistemas y, simultáneamente, componente de sistemas ulteriores más amplios.
Ninguno de los componentes o sistemas que conforman el sistema hombre es en principio negativo en sí. En realidad, todo lo que existe en ese sistema total cumple una función si se solventan las disfunciones que ocurren en estos sistemas, el hombre como totalidad que aprovecha todas sus capacidades puede llegar a un nivel muy alto de desarrollo. De hecho, Moreno habla de un modo metafórico que todo hombre tiene el potencial de ser un genio.
B. La patología según Moreno
Moreno la centra en una patología de los roles, de las escenas y de la espontaneidad, según las dificultades hayan afectado en un momento u otro de la vida a uno de estos factores o, de modo inevitable, a su conjunto.
Son etapas de la vida que por lo que acaece en su transcurso tienen un especial significado para el sujeto. Los conflictos que pueden aparecer en ellas, la matriz de identidad indiferenciada (patología de la escena primigenia), matriz familiar (patología de la cuaternidad y nacimiento del personaje) y las matrices en las que hay cambios sustanciales como la pubertad, adolescencia, son espacios cruciales en el desarrollo del individuo porque aparecen cambios biológicos, con la presencia de nuevos roles y nuevos retos a la espontaneidad, y de respuestas novedosas. Lo mismo ocurre con los avatares de las nuevas matrices, aquellas en las que el sujeto se enfrenta al emparejamiento, creación de la familia, trabajo, y, más adelante, todos los cambios que suceden a continuación en estas situaciones: el envejecimiento progresivo con las pérdidas habituales físicas y la entrada final en la senectud, con cambios ya radicales, enfermedades, muertes en el entorno, etc.
A lo largo de todo el trayecto a través de las diversas matrices tenemos que tener en cuenta los factores del entorno, cambios sociales, climáticos, alimenticios, infecciosos, etc. Todo ello configura lo que se ha llamado, de modo para mí inadecuado, lo “psicosomático”, que yo prefiero clarificar como el juego o lucha inevitable, desde el nacimiento hasta el deceso, entre los factores que inciden de modo patógeno, es decir creadores de patología, con los factores salutógenos, es decir aquellos que ayudan a conservar la salud.
Un factor importante como origen de conflictos a lo largo de la vida son las situaciones de poder. Consúltese el capítulo de las relaciones de poder.
C. El tratamiento psicodramático
El espacio terapéutico se constituye por el conjunto de los instrumentos