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Los Narcisistas Perversos y las uniones imposibles explora los mecanismos y las dinámicas psicológicas de la dependencia emocional a través del análisis del mito de Narciso y del trastorno de personalidad narcisista. Después del éxito de la versión italiana y de la traducción en inglés, finalmente llega en español el libro que, rico en ejemplos clínicos y testimonios, identifica las etapas de la dependencia emocional e individua estrategias terapéuticas dirigidas a romper los círculos viciosos de la relación con el narcisista para meterse a salvo. Enrico Maria Secci, psicólogo y psicoterapeuta, está especializado en psicoterapia estratégica integrada. Desde hace quince años, se ocupa de trastornos ansiosos y depresivos, de las dependencias afectivas y otros trastornos relacionales en la edad adulta. Es autor de Blog Therapy, un blog de psicología y psicoterapia con más de 4,000,000 de visitas.
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Índice
Introducción
El “velo gris” en la mente
La paradoja de Narciso en el vínculo del amor
Del blog al libro
Los narcisistas perversos y las uniones imposibles
Control sin compromiso
Cosificación e intercambiabilidad
Idealización y egocentrismo
Los comportamientos a evitar
Los tres errores que alimentan las dependencias
Reconociendo el narcisismo
Freud, Kohut, Kernberg y Lowen: cuatro voces sobre el narcisismo
El Trastorno Narcisista de la Personalidad en el DSM-V
Tres tipos de narcisismo: la contribución de Behary
Continuum narcisista
Desenmascarar al narcisista perverso
¿Me estoy lidiando con un narcisista patológico?
Cuestionario
El monstruo humano
La trampa de la ambivalencia
El principal error
La enfermedad de amor
¿Venganza o reconquista?
La solución ilusoria
En la mente del narcisista perverso
Elementos de problem-solving relacionales
No “por qué” sino “cómo”
La “distorsión causal” en la dependencia emocional
Una relación a doble ciego
Nudos, traumas y miedos
Comprender el narcisismo a través del mito
La familia de Narciso.
La pubertad de Narciso.
El crimen de Aminias
El mito de Eco y el final de Narciso
Los patrones de “recaptura” narcisista
Los patrones de "recaptura" narcisista
El esquema del silencio
El esquema de la culpa
El esquema de la adulación
El esquema de los síntomas
Resistir para vencer
La narcisista manipuladora
La narcisista manipuladora
Giros inesperados y telenovelas psicológicas
El enigma de la intencionalidad
Un enigma psicológico
¿Ayudar al narcisista es posible?
La dependencia afectiva
Impulsividad, inestabilidad del estado de ánimo y asimetría relacional
Pensamientos, emociones y comportamientos
Una definición de Dependencia Afectiva
Aspectos cognitivos
Aspectos emocionales
Aspectos comportamentales
Aspectos clínicos
Las seis etapas de la dependencia afectiva
Las etapas de la dependencia emocional
Etapa 1. Primer encuentro y conocimiento.
Etapa 2. Ambivalencia.
Etapa 3. Autoengaño.
Etapa 4. Idealización.
Etapa 5. Adicción activa.
Etapa 6. Fase sintomática real.
Dependencia afectiva y homosexualidad
Psicoterapia breve enfocada a las dependencias afectivas
Los objetivos de la psicoterapia
Fase 0. Primera consulta
Fase 1. Fase intuitiva
Fase 2. Fase de latencia
Fase 3. Fase de actuación o abstinencia activa
Fase 4. Fase experiencial emocional correctiva
Fase 5. Fase de concientización
Fase 6. Consolidación
Ocho estratagemas terapéuticas para quebrantar los patrones de las dependencias emocionales
La disposición del silencio
El "diario" de la dependencia
Las "cartas desesperadas"
La metáfora
Lo peor posible
Las libretas de calificaciones de los hombres
La predicción del "retorno del amor"
La película de Hollywood
Testimonios
Caperucita Roja en psicoterapia
Caperucita Roja en psicoterapia
Tres preguntas sobre el mal de amor
Dentro de la metáfora
El proyecto fotográfico de Paola Serino
Agradecimientos
Bibliografía
Notas sobre el autor
Libros, artículos, publicaciones
Detalles de contacto
ENRICO MARIA SECCI
Los Narcisistas Perversos y las uniones imposibles
Sobrevivir a la dependencia afectivay rencontrarse con uno mismo
© 2014 Enrico Maria Secci
www.enricomariasecci.it
ISBN: 9788831609074
Traducción: Ivano Moretti
Imagen de portada: Wolves (2013), proyecto fotográfico de Paola Serino, www.paolaserino.com
Todos los derechos reservados. La reproducción, incluso parcial, por cualquier medio sin la autorización escrita del autor, está prohibida por la ley.
Las historias que se cuentan en este libro son casos clínicos tomados de la experiencia profesional del Autor.
Para preservar la confidencialidad de los protagonistas, se han omitido todos los elementos que pueden hacerlos reconocibles.
Los testimonios se reportan respetando la privacidad de las personas que los compartieron en mi blog, Blog Therapy, en www.enricomariasecci.it.
Los aforismos que introducen algunos capítulos, donde no se especifique lo contrario, pertenecen al autor.
Ocuparme de narcisismo patológico y de las dependencias emocionales no fue mi elección. Si hubiera podido elegir, como ser humano, hubiera preferido no caer en el abismo de la enfermedad de amor y de la manipulación narcisista. Pero, desde el comienzo de la profesión como psicoterapeuta, comencé a darme cuenta de que muchas personas que llegaban a mi consultorio con depresión, ansiedad, pánico y fobias y otros desórdenes, expresaban a través de los síntomas clínicos una incomodidad grave en las relaciones emocionales con una pareja narcisista.
En el trabajo con estas personas, la psicoterapia breve y dirigida en la que me entrené efectivamente debilitó los problemas que motivaron la solicitud de ayuda y, en diez sesiones, las manifestaciones psicopatológicas se pudieron reducir a cero. Observé, sin embargo, que algunos pacientes, una vez “sanados” del síntoma, continuaban presentándose en terapia, ya no sufriendo, pero rodeados por una pesada aura, un velo gris tejido con amargura, insatisfacción e ira, de lo cual continuando las reuniones, comenzaron a hablarme.
“Los síntomas desaparecieron”, me dije, “...entonces, ¿por qué quieren continuar la terapia?” No hubo más depresión severa, pánico y la aterradora idea de muerte súbita que les quitaba el sueño y la serenidad eran solo recuerdos... sin embargo, aunque ya no sufriendo el problema que inicialmente los motivó a la psicoterapia, los pacientes pidieron que las sesiones continuaran.
Me pregunté por un largo tiempo por qué, borrando la mancha negra del síntoma, permanecía a su alrededor este halo de inquietud obstinada y enfermiza, que justificaba la necesidad de continuar el viaje psicológico.
En la perspectiva de ese momento, creía que mi tarea como médico era apartar los síntomas y erradicar la patología manifiesta en el menor tiempo posible. Esta sigue siendo mi orientación predominante: utilizar todos los medios posibles para acelerar y estabilizar el cambio. No una sesión más de lo necesario ni una menos de la que sirva. Pero pronto aprendí de las personas con las que trabajo que cuando existe una dependencia emocional y/o un narcisista patológico está involucrado, la psicoterapia no puede detenerse en la resolución de los trastornos clínicos. Descubrí que el recorrido puede evolucionar y completarse con la elaboración de la experiencia emocional y del contexto afectivo actual, centrándose en la comprensión y en el cambio de la relación patógena que, detrás del escenario, mueve el terrorífico muñeco desarticulado del amor “enfermo”.
La frecuencia con la que hombres y mujeres, pasada la emergencia de la patología, miraban detrás del “velo gris” para contar en psicoterapia sus uniones imposibles, envenenadas y obstinadas, desesperadas y destructivas, con parejas prevaricadoras y obstinadamente egocéntricas, me empujaron a profundizar el tema del narcisismo patológico y su contraparte, la dependencia afectiva.
Incluso hoy, sigo observando cómo el síntoma, ya sea depresión, pánico, fobia u otro, cumple la doble función de “correa emocional”, útil para mantener la relación “imposible” y de “mensaje en la botella” lanzado por la víctima como el SOS de ayuda de un naufragio abismal.
Esto se demuestra propio por el hecho de que justo cuando la patología manifiesta disminuye significativamente o, finalmente, desaparece gracias al trabajo del paciente en la terapia, la reacción de la pareja narcisista es violenta. El bienestar conquistado en la terapia es rechazado con sarcasmo, burla y desprecio, saboteado por el desencadenamiento de un conflicto de pareja o comprometido por la explosión de una crisis de relación más aguda que las demás.
Durante más de diez años, la experiencia clínica me ha demostrado que el narcisista y la narcisista responden con feroz inquietud a la emancipación emocional de su víctima. Utilizan actitudes punitivas: adoptan distancias provocativas y dolorosas, utilizan la burla y la traición para “marcar el territorio” amenazados por la desaparición del problema que les garantizaba amplios márgenes de control sobre la pareja. En la pluralidad de los casos que han inspirado este trabajo, la evidencia principal, el elemento que resuena con redundancia ensordecedora en las historias que he reunido, es la función del dolor psíquico de la víctima, que valida, a través de la alienación del yo, el “poder” que el narcisista agrandado necesita para continuar la relación.
Quiero decir que el síntoma sufrido por el miembro “débil” de la pareja representa para el compañero narcisista el emblema de su hegemonía y, por lo tanto, el dolor del otro se busca, se favorece o incluso se induce inconscientemente para alimentar una representación de sí mismo grandiosa y omnipotente, a expensas del equilibrio del otro.
Basado en esta premisa, se puede observar cómo la unión con un narcisista perverso se rige por una paradoja: es posible cuando es imposible. Para que haya un enlace, esto debe ser destruido o quebrantado continuamente por la indiferencia, la traición y la sumisión de la pareja.
En este libro exploro esta paradoja patógena y sus consecuencias en una perspectiva estratégica, sistémica y relacional. Comenzando por el identikit psicológicos y psicopatológicos del “narcisista perverso” y del análisis de la dependencia emocional en la que atrapa a sus víctimas, me concentro en los mecanismos que están a la base, que nutren y mantienen el vínculo disfuncional.
“Los Narcisistas Perversos y las uniones imposibles” no es, evidentemente, un ensayo psicológico tradicional, no es un trabajo académico o incluso un texto de autoayuda. El libro proviene de mi experiencia como psicoterapeuta en Red y, en la forma y en el contenido, puede considerarse uno de los primeros blog-book italianos de psicología y psicoterapia. Aquí está la historia.
El sitio web Blog Therapy, nació en 2007 con el objetivo de compartir informaciones sobre psicología y psicoterapia en la web.
El objetivo de Blog Therapy era y es superar el estereotipo, todavía generalizado, sobre los profesionales de la psicología, muy a menudo percibidos como distantes consultores, oráculos, o como intérpretes de sueños o “amigos pagados” demasiado caros.
En el primer año como bloguero, escribí acerca de la depresión, la ansiedad y el pánico, de los disturbios de la autoestima y las adicciones a la comida antes de publicar un primer post sobre el narcisismo patológico titulado “El narcisista perverso”. La explosión de visitas, de comentarios que siguieron, me empujó a profundizar este tema, alentado por el creciente aumento de visitantes.
En 2012, llegó el momento de recopilar publicaciones sobre la dependencia emocional y desarrollarlas en un libro. Así que publiqué “Los hombres aman poco - Amor, pareja, adicción”, centrado en las adicciones emocionales y en la psicología de la pareja. Los comentarios fueron positivos, con cuatro impresiones en catorce meses y una avalancha de contactos.
En los últimos años, motivado por los numerosos testimonios, las preguntas y las frecuentes solicitudes de ayuda de los lectores de Blog Therapy, centré mi atención en un caso particular de dependencia emocional, el que se establece entre un sujeto narcisista y su pareja, que es el tema de este libro.
Parte de los contenidos de “Los Narcisistas Perversos y las uniones imposibles” son post publicados en la web entre 2012 y 2014, revisados, ampliados y complementados por capítulos inéditos.
En la sección final del libro presento mi enfoque clínico y psicoterapéutico a las dependencias emocionales. Mi trabajo tiene una impostación estratégica-integrada, una psicoterapia multi-modelo que incluye en una perspectiva unitaria la terapia estratégica, la terapia cognitivo-conductual, la psicoterapia psicodinámica, la terapia narrativa, el psicoanálisis y la Schema Therapy.
Con “Los Narcisistas Perversos y las uniones imposibles”, ciertamente no pretendo decir la última palabra sobre el mal de amor o el trastorno narcisista de la personalidad. No quiero perderme en una infinidad de citas y referencias bibliográficas, tampoco pretendo hacer un examen intrapsíquico tan profundo, ni quiero entrar en la metapsicología. Otros autores ya han trabajado y están trabajando en esta dirección con una eficacia y autoridad formidables.
Espero, por otro lado, que el formato ágil de este blog-book pueda llegar fácilmente a las personas para las que fue escrito, comenzando por los usuarios de Blog Therapy y Facebook que, al momento de escribir estas líneas, alcanzan los picos de 45,000 visitas por día.
También espero animar a otros psicólogos y psicoterapeutas a enfrentar con creatividad y determinación los problemas del narcisismo patológico y la dependencia emocional.
Enrico Maria Secci
Por un momento de éxtasis
pagamos en angustia
una medida exacta y ansiosa,
proporcional al éxtasis.
Para el deleite de una hora
amargos salarios de años,
centavos erradicados con dolor,
cofres llenos de lágrimas.
(Emily Dickinson)
Tú llamas y no contesta. No te devuelve las llamadas, o te llama cuando quiere. Envías mensajes que parecen perderse en las profundidades de una mente impredecible, astuta y engañosa, luego, después de horas o días, llegan respuestas cortantes y banales. Demuestra insensibilidad, frialdad y se molesta a las mínimas solicitudes de comprometerse más en la relación. Es capaz de “momentos” apasionados, pero que duran más o menos el tiempo necesario para “hacer el amor”. Luego otra vez, las comunicaciones crípticas, contradictorias y confusas, se mezclan con silencios cada vez más largos y sin sentido. Si eres tan valiente de seguir adelante en esta relación, en lugar de interrumpirla urgentemente y definitivamente, llegan todas las demás cosas: la humillación, la agresividad, la constante sensación de precariedad y de peligro, celos patológicos, la desesperación de la persecución y de la burla. Estos son los acontecimientos típicos de una relación con un narcisista perverso, un hombre que, a menudo más allá de su conciencia, actúa de manera destructiva y empuja a la pareja en una espiral de dependencia emocional.
En el rubro de las dependencias afectivas, el concepto de “narcisista perverso” no describe una patología de la personalidad, más bien una forma de construir relaciones sentimentales que permitan el control de la pareja a frente de la falta de compromiso en la relación. Esto significa que el narcisista perverso no debe ser considerado necesariamente un sujeto patológico; es más bien un individuo que pone en práctica estrategias aptas a conseguir su propio objetivo: alimentar la confianza en sí mismo a expensas del otro, sin comprometerse demasiado. Con respeto a sus “victimas”, que buscan una relación amorosa intensa y duradera, el narcisista demuestra indiferencia. Si es confrontado, puede reaccionar en manera molesta y contestar con violencia.
Desde su punto de vista carente de empatía, el narcisista perverso no puede entender completamente las necesidades y las demandas del otro y las vive como indebidas e ilegítimas. Hacer el esfuerzo de entender y escuchar lo pondría en la desagradable posición de ceder el control y la supremacía sobre la pareja. Por esta razón, aquellos que persisten en la relación con un narcisista perverso no tienen ninguna esperanza de éxito y, sin darse cuenta, se involucran en un acto autodestructivo y estéril.
Ninguna acción, ninguna persuasión, ningún sacrificio, cambio o estrategia, transformará al narcisista perverso en un Príncipe Azul. Sin embargo la obsesión que envuelve a las víctimas y que las somete durante años, a veces durante toda la vida, es aquella de ser reemplazadas por mujeres que son más hermosas y más capaces de ser amadas. Las características prácticamente constantes de las víctimas son las creencias de ser responsables del comportamiento acosador de la pareja patológica y la tendencia a responsabilizarse por la infelicidad de la relación.
El “juego psicológico” del narcisista perverso se funda en el principio de la objetivación o cosificación, o sea transformar a las personas en “cosas”. Él toma en consideración el peso, la estatura, las medidas, los colores, piensa las frases y las actitudes, y manifiesta enojo cada vez que las características observadas sean desconformes al modelo ideal utilizado como parámetro indiscutible.
Entonces, para el narcisista perverso, nada es suficiente: la forma física es siempre escasa, la ropa es inadecuada, el tono de la voz, los argumentos, las amistades, las propuestas, los horarios, están equivocados... como también el presente y el pasado de la pareja.
Al comienzo de la relación, el narcisista perverso tiende a ocultar la inquietud y la intolerancia con que observa al otro. Pero, a medida que la relación continúa, el narcisista perverso conquista espacios de maniobra cada vez más amplios y somete a la pareja a conflictos y humillaciones de intensidad creciente, como si midiera su propio poder. Las reacciones desesperadas de la víctima lo tranquilizan y lo gratifican. A veces, movido por lastima por el estado de postración en el cual el mismo reduce la pareja, intenta “remediarlo” con algunos mimos y promesas de cambio. Estas conductas restaurativas simplemente confunden a la víctima y nutren la dependencia emocional, porque fomentan la ilusión del amor.