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Papá promete a Quique y a Arturo que visitarán la exhibición de dinosaurios el domingo. Pero cuando el domingo llega, papá descubre que le falta práctica para lidiar solo con sus dos hijos, y el día transcurre entre pequeños desastres y ritos familiares. Después de la tormenta, papá se da cuenta de que tiene mucho que aprender de sus hijos... y también sobre dinosaurios.
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Seitenzahl: 16
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ilustrado por JUAN GEDOVIUS
traducido por DIANA LUZ SÁNCHEZ
Primera edición en francés, 1991 Primera edición en español, 1998 Duodécima reimpresión, 2022 [Primera edición en libro electrónico, 2023]
Distribución mundial
© 1991, Marie-Aude Murail © 1991, l’école des loisirs, París Título original: Un dimanche chez les dinosaures
© 1998, Juan Gedovius, ilustraciones
D. R. © 1998, Fondo de Cultura Económica Carretera Picacho Ajusco, 227; 14110 Ciudad de México
Comentarios: [email protected] Tel.: 55-5449-1871
Se prohíbe la reproducción parcial o total de esta obra, por cualquier medio, sin la anuencia por escrito del titular de los derechos correspondientes.
ISBN 978-968-16-5798-7 (rústica)ISBN 978-607-16-8077-8 (ePub)ISBN 978-607-16-8096-9 (mobi)
Hecho en México - Made in Mexico
Para Jean-Yves Danion
Si yo fuera un ama de casa, me la pasaría jugando con mis hijos. Me encanta jugar. En cuanto veo un tren eléctrico, me vuelvo a sentir de nueve años, con mis pantalones cortos y los pastelitos que mi mamá…
—¡Ya me voy! —grita mi esposa—. ¿Estás seguro de que no hay problema?
Me da risa.
—¡Pero si eres tú la que va a tener problemas! Nosotros la vamos a pasar súper este domingo. Saluda a tus papás de nuestra parte y apúrate. ¡Si no el tren se irá sin ti!
—Yo también me voy en el tlen —dice una vocecita a mis espaldas.
—No, Arturo —le digo con voz entusiasta—, tú no, cariño; sólo mamá. Tú te quedas con Quique y con papá. Nos vamos a divertir mu…
—¡Mamá! —aúlla Arturo—. ¡Yo voy contigo!
El grito es estremecedor y me pone la carne de gallina.
—Arturo, querido, papá te va a llevar al parque— le susurra su madre— y luego a comprar dulces a la tienda. ¿De acuerdo?
—De acueldo no —dice Arturo, conformándose.
Mi esposa se dirige a nuestro hijo mayor:
—Préstale uno de tus dinosaurios a tu hermanito.