Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Los Yoga Sûtras han servido de guía para las prácticas espirituales de innumerables sabios, monjes y santos desde tiempos inmemoriales. Son sencillos y profundos a la vez, razón por la cual han perdurado a través de los tiempos, ya que su raíz no se halla en lo efímero, sino en la Inmutable Eternidad. En los Yoga Sutrâs se expone cuidadosamente la naturaleza de la mente humana. Pero su objetivo no solo es conocerla, sino, por el contrario, superarla. La razón de ello es que en la metafísica de India se considera que uno de los mayores obstáculos para llegar a Dios es, precisamente, la existencia misma de la mente. Los pensamientos, recuerdos, razonamientos, etc., son en verdad impedimentos que obstruyen la llegada de la Luz Divina hasta el corazón humano. Una mente serena y libre de pasiones permite que la Sabiduría ingrese al corazón y de este modo pueda florecer el loto de la Devoción.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 168
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
OM SRI GANESHAIA NAMAHA
Reverencia a Sri Ganesha
Deva de la Sabiduría Espiritual en la Religión de la India y Guía de los devotos de Dios
“Para lograr que la mente se torne pura, el Yogi debe cultivar primeramente el sentimiento de amistad para con aquellos que irradian felicidad, también debe sentir compasión por los que sufren, ha de sentir alegría en compañía de los virtuosos, y no debe poner su atención en los errores de los demás.”
Patañjali
Patañjali
EDITORIAL HASTINAPURA
Buenos Aires 2020
Yoga Sûtras
Versión en castellano y notas de Claudio Dossetti
Ediciones: 2007, 2010, 2014, 2017, 2020
Imagen de la portada: el Señor Narayana junto a la Divina Madre Lakshmi sobre Adisesha, la serpiente celestial.
El tipeo, diseño y corrección del presente libro ha sido realizado íntegramente por Miembros de la Fundación Hastinapura.
Patañjali
Yoga sûtras : el sendero del yoga / Patañjali. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Hastinapura, 2023.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga
ISBN 978-987-4038-58-6
1. Filosofía Yoga. I. Título.
CDD 181.452
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
© by Editorial Hastinapura
Riobamba 1018 (C1116ABF)
Ciudad de Buenos Aires, República Argentina
Tel. (0054-1) 4811-9342 / 4813-0685
E-mail: [email protected]
Internet: www.hastinapuralibros.com
Versión 1.0
Digitalización: Proyecto451
Portada
Comienzo de lectura
Introducción
Yoga Sûtras
Capítulo I. La absorción en Dios
Capítulo II. La práctica espiritual
Capítulo III. Las glorias del Yoga
Capítulo IV. La Liberación de la Ilusión
Adenda: Los cinco estados de la mente
Los ocho pasos del Yoga (Cuadro)
Glosario Sánscrito
Om Sri Ganeshaia Namaha
Yoga significa “Unión con Dios”. Tal es el significado de esta palabra sánscrita cuyas raíces se remontan a las edades ancestrales en que los Rishis (Sabios Iluminados) difundieron esta Sabiduría para bien de la Humanidad.
Yoga es la Meta Suprema a la cual debe aspirar toda criatura humana. Es un regreso a nuestra Real Naturaleza, la cual no es otra que la Esencia Divina de la que todo proviene. En verdad, como nos enseñan los Upanishads (1), el Hombre es Dios en Esencia (2). Sin embargo, debido al olvido de nuestro Ser Real, causado por el velo de Avidyâ o “ignorancia”, creemos que somos simples seres mortales que deambulan sobre la faz de la Tierra. Es a causa de ese “olvido” de nuestra Naturaleza Divina —o bien, dicho con otras palabras—, es debido a esta falta de Visión Clara de nuestra Realidad, que sufrimos las innumerables penurias de nuestro paso por la vida. Cuando el ser humano logra alcanzar —por la Gracia de Dios— ese estado de Comunión con el Señor, la ilusión del mundo se desvanece, del mismo modo en que las imágenes que se ven en los sueños se extinguen cuando una persona despierta y exclama asombrada: “¡oh, eso que me pareciera tan real, había sido tan sólo un simple y efímero sueño!”
Ese Divino Despertar es Yoga. Es el Sublime estado en que el Alma se reencuentra con su Creador y se funde en una Sempiterna Beatitud.
Sin embargo, la palabra “Yoga”, además de designar esa Meta Suprema, indica también el Sendero a través del cual el Alma humana llega a Dios. De este modo el Yoga es el Camino y también el Destino Final del Hombre.
Es debido a este segundo significado de la palabra “Yoga” que los Maestros hablan de “la práctica del Yoga”. Las Sâdhanas o disciplinas espirituales tendientes a purificar la mente y el corazón, la meditación en los Devas (3), el estudio de los Libros Sagrados, las peregrinaciones a los Templos y lugares santificados, los cantos devocionales, la ofrenda de las acciones al Señor y toda otra acción puesta a los pies de Dios conforman esa “práctica del Yoga”.
Esa constante disciplina espiritual purifica nuestro ser y abre las puertas a la Sabiduría Divina, que no es otra que la Sabiduría del Amor a Dios.
Por sobre todas las cosas, debemos tener siempre presente que sin una profunda Devoción al Señor, sin un sentimiento de Amor a Dios o Bhakti, ninguna “práctica del Yoga” podrá jamás tener éxito alguno.
La Devoción es la Vida Misma del Sendero Espiritual. Todo lo demás —prácticas, estudios, disciplinas, austeridades y buenas obras— son simplemente los medios que ayudan a que dicha Devoción pueda surgir en el corazón humano. Recordemos las palabras del Señor Krishna en el Bhagavad Gîtâ:“Sacrificios, Vedas, limosnas, buenas obras, ásperas austeridades y profundos estudios no pudieron dar a hombre alguno la visión de Dios, que sólo tú, Arjuna, contemplaste. Sólo por Devoción, así es posible percibir, y conocer, y ver, y penetrar Mi Esencia...” (Bh. G., XI, 48 y 54)
Todo Libro verdaderamente místico y espiritual, trata —de uno u otro modo— sobre el Yoga. Y esto es debido a que esa “Unión con Dios” es la máxima aspiración de toda alma anhelosa de elevación hacia lo Sublime.
Sin importar la Religión, cultura o momento histórico, ese Yoga Eterno siempre se halla presente. Él es expuesto de diversos modos, expresado con diferentes palabras, enseñado por Maestros distintos, pero su Esencia jamás varía, porque el Alma Humana es Una y siempre la misma, del mismo modo en que Dios es Uno e Inmutable.
Por ello, el Dhammapada Budhista, el Sermón del Monte de Jesús el Cristo, la Torah hebrea, el Corán de los musulmanes, el Bhagavad Gîtâ hindú, el Tao Tê King del extremo oriente, y todos aquellos Libros Sagrados —que por Gracia de Dios sin incontables, como incontables son las estrellas del firmamento— todos ellos, como decimos, nos hablan de esa Divina Unión que, en la lengua sagrada de la India es llamada “Yoga”.
Entre los libros hindúes que tratan acerca del Sendero hacia Dios encontramos los antiquísmos Yoga Sûtras, escritos por el Gran Rishi Patañjali.
Narran los Puranas (4) que cierta vez, el Divino Señor Narayana —el benevolente Dios que guía y protege al Universo— se hallaba en Vaikuntha (5) reposando sobre su vehículo celestial, la serpiente (6) cósmica que lleva por nombre Adisesha, símbolo de la Inteligencia Universal.
En ese momento, llegó hasta ellos el Señor Shiva, el Dios de la Liberación, quien comenzó a ejecutar la maravillosa danza cósmica que resume la totalidad de la manifestación del Universo, y que finaliza en la gloriosa Liberación de la Ilusión. Vishnu rápidamente se sumió en la contemplación de la danza sagrada. Tan absorto se hallaba en los misteriosos movimientos de Shiva, que en cierto momento Él mismo comenzó a vibrar, siguiendo el ritmo del Dios de la Liberación. Se dice que esta sutil vibración hizo que el cuerpo de Narayana —que es más sutil que lo más sutil— comenzara a tornarse más y más pesado, tanto como el Universo mismo, con toda la infinidad de los seres que lo habitan. Debido a ello, fue casi imposible para Adisesha soportar una carga tan grande. Sin embargo, la Divina Serpiente nada dijo y continuó cumpliendo silenciosa y devotamente el servicio a su Señor, del mismo modo en que un Karma Yogi (7) realiza sus acciones con mente ecuánime y desapegado de todo fruto que pueda alcanzar.
Luego de un tiempo, la danza finalizó, Shiva se marchó y el Señor Narayana volvió a tornarse nuevamente sutil y liviano.
Poco después, con reverencia y humildad —como debe ser la actitud de un discípulo a su Maestro— Adisesha preguntó a su Señor:
—Divino Maestro, dime ¿cuál fue la causa de ese misterioso cambio en Tu Ser? ¿Cómo es posible que lo más Sutil, que eres Tú, se convierta en algo más pesado que el Universo mismo?
El Señor Narayana respondió:
—Ha sido por la Gracia del compasivo Señor Shiva que ese cambio se produjo en Mí. Su danza cósmica transmitió todo el poder y la majestad del Supremo Señor hacia Mi propio Ser. Entonces mi cuerpo adquirió un peso infinito, simbolizando ello que Dios es Kûtashtha (8), es decir, la Base y el Sostén Inmutable de todos los seres.
Adisesha dijo:
—Mi Señor, yo anhelo conocer la ciencia de la danza del Señor Shiva, para poder de ese modo reverenciarte y exaltarte con plena Devoción.
Vishnu entonces lo bendijo diciendo:
—Hijo Mío, pronto el Señor Shiva te otorgará la Gracia de que tú puedas escribir un importante tratado sobre gramática sánscrita. Para ello deberás habitar por un tiempo en el mundo de los seres humanos. Luego, Shiva mismo te instruirá en el arte de la danza sagrada.
Luego de escuchar estas palabras, Adisesha saludó a su Señor y esperó pacientemente por el momento propicio para descender a la Tierra.
Sucedió que mientras ello ocurría en Vaikuntha, el Cielo de los Devas, en la Tierra vivía una Yogini, esto es, una mujer dedicada a las prácticas del Yoga, cuyo anhelo era tener un hijo profundamente sabio que pudiera impartir el Conocimiento de Dios y beneficiar a la Humanidad. Su nombre era Gonikâ, y era la hija de un Gran Maestro.
A fin de tener ese hijo divino, ella elevaba constantes plegarias al Dios Surya, el Deva del Sol y Protector de todos los seres vivientes. Cierto día, a orillas de un río sagrado, mientras ofrecía al Señor una ofrenda de libaciones de agua, Adisesha descendió hasta ella. Tomando la forma de un diminuto Rishi, se depositó delicadamente sobre las palmas de las manos de la santa.
El sabio habló diciendo:
—Vengo en respuesta a tus plegarias. ¿Me aceptas como tu hijo?
A lo cual Gonikâ respondió:
—¡Oh noble Sabio Benefactor de la Humanidad!, te acepto como hijo mío y te designo con el nombre de Patañjali, cuyo significado es “aquel que se postra con las manos unidas en plegaria”.
A partir de entonces, Patañjali fue cuidado por la santa como si fuera su propio hijo.
Después de algunos años, Patañjali expresó a su madre el deseo de ir en peregrinación a un lugar santificado llamado Chidambaram, a fin de meditar en el Señor Shiva, de quien era un gran devoto.
Con el consentimiento de su madre, el Rishi partió para realizar sus prácticas espirituales. Luego de largas meditaciones, el Dios de la Liberación se presentó ante Patañjali, bendiciéndolo con la sabiduría necesaria para escribir un tratado sobre gramática sánscrita.
Fue entonces que Patañjali compuso el famoso libro llamado Mahâbhâsya, en el cual se exponen los fundamentos del lenguaje perfecto, ya que es a través del correcto uso de la palabra como un Maestro puede comunicar a sus discípulos las más grandes verdades metafísicas. La palabra es uno de los mayores dones que Dios ha otorgado al ser humano y Patañjali, con su obra, ayuda a emplearla de modo auspicioso.
Luego, el Sabio escribió un tratado sobre el Âyurveda o “la Ciencia de la Vida”, en el cual se dan los fundamentos del arte de curar, a fin de que el ser humano pueda emplear de mejor modo su cuerpo físico para reverenciar al Señor.
Finalmente escribió los famosos YogaSûtras, que son una guía para orientar al alma humana en su peregrinación hacia Dios.
Se dice que desde aquellos tiempos hasta nuestros días, los sabios siguen las enseñanzas de Patañjali sobre gramática a fin lograr la perfección en la palabra. También estudian su tratado sobre medicina a fin de lograr la armonía del cuerpo para que éste sea una mejor ofrenda al Señor. Y los Yogis meditan y siguen las enseñanzas de sus Yoga Sûtras para que sus almas puedan elevarse hacia Dios.
Y también, como el Señor Vishnu-Narayana había dicho a Adisesha, aquellos que practican la danza sagrada reverencian a Patañjali como su Divino Maestro.
Cuando el Rishi Patañjali hubo cumplido con todas sus obras sobre la Tierra, regresó al Plano Celestial, para morar en compañía de su Señor.
Los YogaSûtras (9) han servido de guía para las prácticas espirituales de innumerables sabios, monjes y santos desde tiempos inmemoriales. Son sencillos y profundos a la vez, razón por la cual han perdurado a través de los tiempos, ya que su raíz no se halla en lo efímero, sino en la Inmutable Eternidad.
En los YogaSutrâs se expone cuidadosamente la naturaleza de la mente humana. Pero su objetivo no sólo es conocerla, sino, por el contrario, superarla. La razón de ello es que en la metafísica de India se considera que uno de los mayores obstáculos para llegar a Dios es, precisamente, la existencia misma de la mente. Los pensamientos, recuerdos, razonamientos, etc., son en verdad impedimentos que obstruyen la llegada de la Luz Divina hasta el corazón humano. Una mente serena y libre de pasiones permite que la Sabiduría ingrese al corazón y de este modo pueda florecer el loto de la Devoción.
Por lo tanto, es tarea principal de todo aspirante espiritual, buscar los medios para purificar su mente y su corazón.
Los YogaSûtras exponen en forma clara y metódica un conjunto de disciplinas amplias y universales que conducen a la obtención de esa pureza de nuestro ser interno, dando como resultado final el inefable estado de Samâdhi o absorción en Dios.
Los YogaSûtras se dividen en cuatro Partes o Capítulos llamados Padas. Ellos son:
1) Samâdhi Pada: “El Capítulo sobre la Absorción en Dios”. Describe la naturaleza de la mente, los fundamentos metafísicos del Yoga y los estados de Samâdhi.
2) Sadhâna Pada: “El Capítulo sobre la práctica espiritual”. Describe las disciplinas espirituales que el Aspirante debe seguir para llegar al Samâdhi descripto en la primera parte.
3) Vibhuti Pada: “El Capítulo sobre las Glorias del Yoga”. Trata sobre los resultados de las prácticas del Yoga, de sus beneficios y también de sus peligros.
4) Kaivalya Pada: “El Capítulo sobre la Liberación de la Ilusión”. Trata sobre el Supremo Estado en que el Alma Humana se une a la Divinidad.
Como todo Texto Sagrado, los YogaSûtras no son un simple libro, sino un descendimiento de la Sabiduría Divina hasta el plano de los seres humanos, con el único fin de ayudarnos en nuestro camino de regreso hacia Dios. Por esta razón deben ser estudiados con profunda reverencia y sentimiento devocional, ya que es Dios mismo quien se manifiesta —por compasivo amor— en la palma de nuestras manos.
Para la presente edición en castellano se han consultado diversas versiones en inglés, como así también los principales comentarios tradicionales de los YogaSûtras. Nuestro mayor interés ha sido presentar un texto escrito en un lenguaje simple y comprensible, pero sin desviarnos por ello de la esencia del texto original. Además han sido incluidas abundantes notas a fin de mencionar o aclarar ciertos términos sánscritos que pueden ser de utilidad al Aspirante Espiritual. Estas notas, así como también los criterios para realizar la traducción, se hallan inspirados en las enseñanzas de nuestra Maestra Espiritual, Ada Albrecht, sin cuya guía no hubiera sido posible realizar esta obra. A Ella, con humildad, dedicamos el presente libro.
Es nuestro deseo que este libro —si Dios así lo permite— pueda brindar serenidad a la mente, luz al discernimiento y Devoción al corazón, a fin de que el Alma pueda elevarse hacia las alturas donde mora la Bienaventurada y Eterna Paz.
Hari Om Tat Sat
Om Shante, Shante, Shante
1 . Libros Sagrados de India, poseedores del más elevado conocimiento metafísico.
2. Ver el libro “Filosofía Final”, de Ada Albrecht. Ed. Hastinapura.
3 Dioses o Seres Celestiales.
4. Antiguos Libros de Sabiduría.
5. El Cielo.
6. La serpiente, tanto en India como en muchas otras culturas antiguas es símbolo de Sabiduría y Conocimiento Espiritual.
7. Se llama Karma Yogi a aquel que realiza todas las acciones como ofrenda a Dios. El Karma Yogi nunca trabaja por el fruto de sus obras, sino que las realiza de modo totalmente inegoísta.
8. Kûtashtha significa “inmóvil”, “firme”, “inmutable”. Kûtashtha Chaitanya es la Conciencia Pura e Inmutable de la Divinidad.
9. Se llama “Sûtra” a una enseñanza expuesta de modo claro, preciso y con la mayor concisión posible. Los Sûtras son sentencias breves y poseedores de una gran profundidad.
Om Sri Ganeshaia Namaha
Capítulo I
1. Ahora1, bajo la protección del Señor, comenzaremos a explicar lo que es el Yoga.
NOTAS:
1.La palabra sánscrita “Atha” significa “ahora”, y también posee el sentido de bendición, ya que es un pedido de protección a Dios y de Su ayuda para el correcto estudio del Texto Sagrado que aquí comienza. Enseñan los Maestros que dicha palabra “ahora” nos recuerda asimismo que para comprender correctamente las enseñanzas dadas a continuación es necesario que el discípulo se haya ejercitado previamente en las diversas prácticas espirituales, tales como el servicio inegoísta, el estudio de los Libros Sagrados, el servicio al Guru o Maestro Espiritual, la recitación de Mantras u oraciones, etc., todas las cuales purifican el corazón y preparan al Alma para avanzar en el Sendero Divino.
2. Se llama “Yoga” a la cesación de todos los movimientos de la mente1.
NOTAS:
1. Este Sûtra en fonética sánscrita es: “Yoga Chitta Vritti Nirodhaha”.Yoga es “Unión con Dios”, Chitta es “la mente”, Vritti es “el movimiento” y Nirodaha es “la cesación”. Es decir: “la Unión con la Divinidad se logra cuando cesan todos los movimientos de la mente”. Esta es la definición de “Yoga” dada por Patañjali, la cual ha sido adoptada también por muchos otros Grandes Maestros. Los Vrittis son modificaciones, movimientos o impresiones de la mente. Esos “movimientos mentales” hacen que el ser humano pierda la Visión de su real naturaleza Divina, del mismo modo en que el movimiento de las aguas de un lago producido por el viento impide que se refleje claramente la imagen del Padre Sol. La serenidad de la mente abre las puertas a la percepción de nuestro Ser Espiritual. La Fe en Dios sólo puede establecerse en nuestro corazón cuando éste se halla libre de toda agitación, deseo e inquietud. Esa es la razón por la cual el discípulo debe aprender a controlar su mente y purificar su corazón. Las formas en que el ser humano puede alcanzar dicha sublime quietud han de ser tratadas con gran detalle a lo largo de los YogaSûtras.
3. Cuando se alcanza ese elevado estado de Yoga, el Espíritu mora en Perfecta Unión con su propia Naturaleza Divina1.
NOTAS:
1. Esto es, en el estado de Yoga, el ser humano se halla en completa comunión con Dios. No existe ya separación alguna entre el Alma y Dios. Esta es la Meta Suprema que debe anhelar alcanzar la criatura humana.
4. Pero, cuando no se está en el estado de Yoga, el Espíritu pareciera asumir la misma forma que toman los diversos movimientos de la mente1.
NOTAS:
1. El Espíritu se identifica erróneamente con los movimientos mentales y olvida su Naturaleza Divina. Se confunde Aquello que es Real (el Espíritu) con lo que es ilusorio (el mundo).
5. Estos movimientos de la mente pueden ser de cinco clases. Algunos de ellos producen dolor1 y otros no2.
NOTAS:
A partir de este Sûtra Patañjali comienza a hablarnos de las diversas características de los movimientos de nuestra mente.
1. Los movimientos mentales que producen dolor son llamados “Klishtas”. Ellos son los estados de la mente relacionados con la ignorancia, las pasiones, los deseos, la dispersión, etc., los cuales producen desequilibrios en nuestro ser interior y tarde o temprano llevan pesar a nuestra vida. Todos ellos son obstáculos para la elevación espiritual.
2. Los movimientos mentales que no producen dolor reciben el nombre de “Aklishtas”, y son aquellos estados mentales que conducen al acercamiento a Dios, como por ejemplo las prácticas de meditación.
6. Esos cinco movimientos de la mente que hemos mencionado son: el conocimiento correcto, el conocimiento erróneo, la imagen ilusoria, el sueño profundo y la memoria1.
NOTAS:
1. Pramana, Viparyaya, Vikalpa, Nidra y Smriti respectivamente. En los próximos Sûtras