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El capitalismo financiero muestra su cara más despiadada: destruye la industria y condena a las clases trabajadoras a un estrés creciente y una salud menguante, a la segregación y la inseguridad social, mientras aumenta la deuda pública y resquebraja la vida comunitaria, alentando la competencia y el resentimiento. En medio de esta crisis global, muchas personas ya no creen en los partidos políticos y buscan nuevas opciones, sean de derecha o de izquierda. ¿Qué hacer para que la crisis del orden neoliberal alumbre algo mejor para las mayorías? Con talento conceptual y espíritu militante, Nancy Fraser aventura una hipótesis incómoda: si el neoliberalismo pudo sostenerse tanto tiempo, es porque conformó una alianza con los sectores progresistas, que le aportaron carisma y cobertura ideológica. Así, Fraser alerta contra ese progresismo que dejó de cuestionar la jerarquía social en pos de diversificarla, y que, a fuerza de luchar por derechos para las mujeres, los colectivos LGBTQ+ y otras minorías, perdió de vista la desigualdad y la brecha de clases y, así, terminó dándole una pátina emancipadora y cosmopolita a un sistema cada vez más regresivo. En una discusión rica con el feminismo y el progresismo, Nancy Fraser llama a construir una nueva hegemonía. Ante el peligro de que la crisis abra la puerta a soluciones reaccionarias (increíblemente reaccionarias incluso), aboga por un populismo progresista, un imaginario de izquierda potente y capaz de entusiasmar con la promesa de una sociedad menos hostil y más igualitaria.
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Índice
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Portada
Copyright
¿Hay alguna oportunidad para la izquierda? La apuesta política de Nancy Fraser, entre la búsqueda teórica y la voluntad de transformación social (por Laura Fernández Cordero)
Lo viejo está muriendo y lo nuevo no puede nacer
La hegemonía del neoliberalismo progresista
La derrota del neoliberalismo reaccionario
La brecha hegemónica y la lucha por salvarla
Gato por liebre
Fenómenos mórbidos y perspectivas contrahegemónicas
Una estrategia de separación
“El gato populista saltó de la caja”. Nancy Fraser, entrevistada por Bhaskar Sunkara
Nancy Fraser
¡CONTRAHEGEMONÍA YA!
Por un populismo progresista que enfrente al neoliberalismo
Traducción deHoracio Pons
Fraser, Nancy
¡Contrahegemonía ya!.- 1ª ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores Argentina, 2019.
Libro digital, EPUB.- (Singular)
Archivo Digital: descarga
Traducción de Horacio Pons // ISBN 978-987-629-971-8
1. Ensayo político. 2. Teoría crítica. i. Pons, Horacio, trad.
CDD 320.5
Título original: The Old Is Dying and the New Cannot Be Born. From Progressive Neoliberlism to Trump and Beyond, publicado en Londres y Nueva York por Verso (the imprint of New Left Books)
© 2019, Nancy Fraser (por “From progressive Neoliberalism to Trump –and beyond”, publicado originariamente en 2017); Nancy Fraser y Bhaskar Sunkaram (por “The populist cat is out of the bag”)
© 2019, Siglo Veintiuno Editores Argentina S.A.
<www.sigloxxieditores.com.ar>
Diseño de portada: Sebastián Sánchez YáñezLas imágenes intervenidas son utilizadas con licencia de shutterstock.com
Digitalización: Departamento de Producción Editorial de Siglo XXI Editores Argentina
Primera edición en formato digital: octubre de 2019Segunda edición en formato digital: julio de 2024
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
ISBN edición digital (ePub): 978-987-629-971-8
¿Hay alguna oportunidad para la izquierda?
La apuesta política de Nancy Fraser, entre la búsqueda teórica y la voluntad de transformación social
Laura Fernández Cordero[1]
En la cabecera de una mesa de conversación, Nancy Fraser abrió su cuaderno de notas. Lapicera en mano, dijo que se disponía a aprender. Era 2014, Fraser estaba de visita en la Argentina y, contra las caricaturas de la teórica rockstar y la gurú del saber político, desplegaba una escucha atenta y curiosa. Pese a todo, también había en su gesto esa fascinación del Norte por la supuesta efervescencia que agitaría estas tierras, más propensas a capear vicisitudes políticas que a teorizarlas. En la tensión entre esas dos posiciones, un poco paradójicas y algo inevitables, tal vez haya una clave para leer este libro, que reúne un artículo y una entrevista muy recientes. Si bien ambos textos, a simple vista, parecen hablar del acontecer de los Estados Unidos, nos dan pistas para pensar tanto el contexto global como la cuestión local.
Nacida en 1947, Fraser es profesora de Filosofía y Política en la New School for Social Research de Nueva York. Cultora de una teoría muy atenta a la velocidad contemporánea, sus principales temas de interés se entrelazan en un análisis general del capitalismo, desde una perspectiva crítica forjada en el marxismo y el feminismo. El talante político que atraviesa su producción académica fue gestándose, como a ella misma le gusta recordar, en la evidencia dolorosa de la segregación racial y en las luchas por los derechos civiles de su Baltimore natal. A la conciencia temprana de la desigualdad social se sumaron, muy pronto, la oposición a la Guerra de Vietnam, el antiimperialismo, el movimiento estudiantil y, más tarde, el feminismo. En los primeros años sesenta, cuando la denominada Nueva Izquierda se alejaba de la ortodoxia y comenzaba a pensar nuevas configuraciones de clase ante la proliferación de diversos movimientos sociales, la experiencia universitaria le dio el marxismo, y la teoría crítica le acercó herramientas para analizar los fenómenos de opresión y desigualdad. La pausa que el trabajo académico impuso a su vida militante no diluyó su sensibilidad política. Sin temor al eclecticismo y segura en sus interrogaciones, Fraser conjugó autores y corrientes, poniendo el acento en la teoría crítica alemana, el pragmatismo estadounidense y el postestructuralismo francés.
Su vocación es tan sencilla de describir como ardua de practicar: la producción teórica rigurosa en pos de la transformación social. Detrás hay un diagnóstico nítido sobre la crisis generalizada y multidimensional del capitalismo neoliberal financiero globalizado. Y un horizonte de igualdad que parece demasiado amplio, pero que Fraser modula en cada intervención. Entre los conceptos que dan solidez a su apuesta teórica se destaca el par distribución/reconocimiento (al que, más tarde se sumaría la noción de representación), mediante el cual intenta superar la versión ortodoxa de base y superestructura, aunque sin resignar la distinción teórica entre la instancia económica y la cultural.
Sus libros se traducen a varios idiomas, al ritmo de los premios y reconocimientos que recoge en distintos países. Entre sus obras disponibles en español, cabe mencionar como las más relevantes Iustitia Interrupta, Escalas de justicia y Fortunas del feminismo.[2] En 2006 recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba y, en 2014, el de la Universidad de San Martín. Esas visitas a la Argentina fueron ocasión de valiosos intercambios y sendos libros donde sus teorizaciones se tensaron en lecturas situadas y todavía abiertas.[3]
Quien quiera conocer o repasar la propuesta teórica y política de esta autora encontrará un material representativo en los artículos publicados en la edición castellana de la New Left Review, revista de pensamiento crítico publicada en Londres desde 1960.[4] Ese ejercicio produce dos constataciones: que los tiempos políticos se han acelerado de manera sorprendente, y que Fraser no teme ni revisar ni reescribir sus propias afirmaciones. Suma a su atractivo como autora un ardor polémico que ha despuntado en provechosos debates públicos con referentes de la teoría crítica: Iris Marion Young –en torno a la justicia global y el reconocimiento–, Judith Butler –sobre la distinción distribución/reconocimiento–, Axel Honneth –acerca de la justicia y la clave hegeliana del reconocimiento– y Johanna Brenner –a propósito del neoliberalismo progresista–.
Antes de que llegaran las traducciones de sus libros, era conocida aquí por algunos artículos publicados en revistas latinoamericanas y españolas.[5] Sus tesis filosas ya llamaban la atención en un pequeño volumen producido por el sello Feminaria que, en los primeros años noventa, nos acercaba una reciente disquisición colectiva sobre el cruce entre feminismo y postestructuralismo.[6] Si bien estas lecturas ceñían su público a la academia y a sus acotados alrededores, Fraser comienza a vibrar ahora al son de la masificación del feminismo con el más reciente de sus compromisos: la construcción colectiva de un “feminismo para el 99%”.[7] Esa cifra proviene de los movimientos que apuntan a la construcción política de una inmensa mayoría global opuesta al 1% de población que concentra la riqueza y el poder político en el mundo.
¡Contrahegemonía ya! da cuenta de una combinación virtuosa entre ambición teórica y voluntad política. El artículo que abre el volumen fue publicado cuando transcurría el primer año de la presidencia de Donald Trump,[8] y a él se suma una sustanciosa entrevista a la autora, que tiene la buena costumbre de aceptar interlocutores desafiantes. En este caso, no es un dato menor quién pregunta: se trata de Bhaskar Sunkara –integrante de la organización Democratic Socialists of America, fundador y editor de Jacobin Magazine y autor de The Socialist Manifesto–, una de las voces jóvenes más interesantes de un momento de cierta reactivación del socialismo en los Estados Unidos. Fenómenos de la última década como Occupy Wall Street, Black Lives Matter y Women’s March on Washington jalonan un diálogo entre generaciones en el que se evidencia que una hegemonía en crisis es también una disputa por las palabras que hacen la política: ¿cómo nombramos al capitalismo actual?, ¿qué alcances tiene la igualdad?, ¿a quiénes incluyen los pronombres “nosotras” y “nosotros” esgrimidos?, ¿qué es el socialismo, hoy?
A la hora de interpretar la sucesión de coyunturas vertiginosas y nombres propios, Fraser busca conceptualizar y dirimir. En esa tarea descubrimos a una trabajadora intelectual que se arremanga y logra traducir en términos de bloques hegemónicos la compleja marea de la crisis actual: Barack Obama y Hillary Clinton representan el neoliberalismo progresista, Donald Trump encarna un neoliberalismo hiperreaccionario, y de Bernie Sanders se esperaría un populismo progresista o de izquierdas. Todo esto, sin esquivar la crítica punzante que alguna vez resumió como la “astucia de la historia”, y que ahora sintetiza en ese progresismo que, a fuerza de conquistas LGBTQ+ y reivindicaciones feministas, habría dado al neoliberalismo la pátina de aceptación necesaria para una revitalizada hegemonía. Una suerte de “son lo mismo” que en versión refinada Fraser (valiéndose de un título de comedia) denominó “Hobson’s choice”, es decir, una falsa elección: con discursos racistas y homofóbicos o con reconocimiento de derechos e identidades, estaríamos ante el mismísimo capitalismo en fase neoliberal.