Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Redactado en 1932 por Jorge Mañach, Joaquín Martínez Sáenz, Francisco Ichaso y Juan Andrés Lliteras, algunos ven en El ABC al Pueblo de Cuba, clave en la historia de Cuba, la influencia del Manifiesto fascista de 1919, obra de Marinetti y Alceste de Ambris. El ABC contó entre sus miembros con hombres de negocios, periodistas y políticos relevantes y fue, entre otras cosas, un movimiento violento y nacionalista. Sin embargo, Mañach negó una y otra vez tales acusaciones y centró su pensamiento político en la denuncia de los males republicanos y en una relación pragmática con los Estados Unidos y vigilante de la soberanía nacional. Bastan unos pasajes de El ABC al Pueblo de Cuba para entender el programa del ABC en el contexto de la República cubana: «Hay poblaciones cubanas, como Banes, en Oriente, enclavada dentro del feudo de la United Fruit Company, donde no se obedece más ley que la que impone el administrador norteamericano: donde las autoridades cubanas son vasallos suyos; donde todos los privilegios municipales les están reservados a los residentes yanquis; donde el cubano es tratado como un ciervo de la gleba, y hasta le está prohibido, a determinadas horas, el acceso al centro urbano.» Y no es casual que en Banes y sus cercanías creciera Fulgencio Batista. También allí amasó su fortuna Ángel Castro, el padre de Fidel Castro, entre algunas de las más prominente familias cubanas. Tras una lectura de este documento se ven los cimientos mal construidos de la República Cubana. Asimismo, la compleja relación de Cuba con los Estados Unidos de América. Asimismo aquí se esbozan políticas que se adoptaron en la Constitución cubana de 1940, de la que fueron firmantes Mañach, Ichaso y Sáenz. El ABC al Pueblo de Cuba es obra de miembros de la derecha histórica cubana. Sin embargo, cabe señalar su énfasis en la distribución igualitaria de la riqueza y en el soberanismo.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 74
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
El ABC al Pueblo de Cuba Manifiesto-Programa
Jorge Mañach
Joaquín Martínez Sáenz
Francisco Ichaso
y Juan Andrés Lliteras
El ABC al Pueblo de Cuba Manifiesto-Programa
Barcelona 2024
Linkgua-ediciones.com
Título original: El ABC al Pueblo de Cuba. Manifiesto-Programa.
© 2024, Red ediciones S.L.
e-mail: [email protected]
Diseño de la colección: Michel Mallard.
ISBN rústica ilustrada: 978-84-9007-140-3.
ISBN tapa dura: 978-84-1126-702-1.
ISBN ebook: 978-84-9007-663-7.
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.
Créditos 6
Brevísima presentación 9
Advertencia 13
Antecedentes 15
El problema cubano 21
A. Causas económicas 23
El cubano, desplazado de la riqueza 23
B. Causas políticas 35
(a) Tradicionales 35
(b) Institucionales 37
III. Cómo operan estas causas 43
IV. Los remedios 59
(a) Medidas económicas 61
(b) Medidas políticas 63
Libros a la carta 73
Redactado en 1932 por Jorge Mañach, Joaquín Martínez Sáenz, Francisco Ichaso y Juan Andrés Lliteras, algunos ven en este documento, clave en la historia de Cuba, la influencia del Manifiesto fascista de 1919, obra de Marinetti y Alceste de Ambris.
El ABC contó entre sus miembros con hombres de negocios, periodistas y políticos relevantes y fue, entre otras cosas, un movimiento violento y nacionalista. Sin embargo, Mañach negó una y otra vez tales acusaciones y centró su pensamiento político en la denuncia de los males republicanos y en una relación pragmática con los Estados Unidos y vigilante de la soberanía nacional.
Bastan unos pasajes del Manifiesto para entender el programa del ABC en el contexto de la República cubana:
Hay poblaciones cubanas, como Banes, en Oriente, enclavada dentro del feudo de la United Fruit Company, donde no se obedece más ley que la que impone el administrador norteamericano: donde las autoridades cubanas son vasallos suyos; donde todos los privilegios municipales les están reservados a los residentes yanquis; donde el cubano es tratado como un ciervo de la gleba, y hasta le está prohibido, a determinadas horas, el acceso al centro urbano.
Y no es casual que en Banes y sus inmediaciones creciera Fulgencio Batista, y amasara su fortuna Ángel Castro, el padre de Fidel de Castro, entre algunas de las más prominente familias cubanas.
Tras una lectura de este documento se perciben los cimientos mal construidos de la República Cubana y la compleja relación de Cuba con los Estados Unidos de América. Asimismo aquí se esbozan políticas que serían adoptadas en la Constitución cubana de 1940, de la que fueron firmantes Mañach, Ichaso y Sáenz.
El Manifiesto del ABC fue redactado por miembros de la derecha histórica cubana, sin embargo, cabe señalar su énfasis en la distribución igualitaria de la riqueza y en el soberanismo.
Este Manifiesto expone en líneas generales la ideología que ha servido de base y de lazo de unión al ABC. El programa que a continuación se presenta, aunque derivado directamente de ese ideario, tiene un carácter provisional, en el sentido de estar abierto a posibles rectificaciones futuras, cuando las circunstancias permitan someterlo a una Asamblea General del ABC. Asimismo, debe tenerse en cuenta que dicho Programa, no pretende cubrir todo el campo de una acción legislativa renovadora, sino que se limita, por el momento, a indicar las principales medidas o remedios contra el sistema económico y político que ha hecho posible la tiranía, y que pudieran ser objeto de adopción por una Asamblea Constituyente.
Finalmente el ABC declara que este ideario y programa, que tan netamente lo separan de los demás sectores actuales de la Oposición no obstarán para que el ABC coopere con estos sectores al objeto de derrocar el Machadato, ya que este propósito constituye la primera fase de la propia acción del ABC.
¡EL ABC, ES LA ESPERANZA DE CUBA!
¡JUNTOS TODOS BAJO LA BANDERA DEL ABC!
1. Qué es el ABC. El ABC es una organización que aspira a efectuar una renovación integral de la vida pública cubana. Aunque ha surgido como una reacción contra el régimen tiránico que tiene sumida a Cuba en el oprobio y en la miseria, su propósito no es meramente acabar con ese régimen, sino también remover las causas que lo han determinado, y mantener efectivamente organizada a la opinión sana del país en una fuerza permanente para la realización y defensa de los intereses nacionales.
2. Quiénes constituyen el ABC. El ABC está abierto a todos los cubanos de buena voluntad y de manos limpias que no hayan perdido la fe en la posibilidad de redimir a Cuba para los cubanos, realizando los más altos ideales de la nacionalidad. Pero el ABC es característicamente un movimiento de juventudes, porque la evolución nacional de los últimos treinta años ha demostrado que una gran parte de los males de Cuba se derivan de que la generación del 95 ha secuestrado para sí la dirección de los asuntos públicos, excluyendo sistemáticamente a los cubanos que alcanzaron la plenitud civil bajo la República.
Después de cumplir, gloriosamente, su misión histórica, la conquista de la Independencia, esa generación tuvo que servir de puente entre la Colonia y la República. Pero desde sus primeros pasos en su gestión republicana, puso de manifiesto su falta de aptitud para la labor civil de organizar y defender el nuevo Estado. Impedida, por el mismo empeño libertador, de adquirir la preparación doctrinal y técnica necesaria; fatigada de la tensión política; minada por las rivalidades y por el espíritu de caudillismo que toda guerra de emancipación inevitablemente engendra, esa generación no ha sabido, ni en el Poder ni en la Oposición, organizar las defensas de la nacionalidad. Dominó, sin embargo, de tal modo el sistema político nacional, que los jóvenes admitidos a participar en el mismo, han sido únicamente los que se mostraron dispuestos a aceptar sus condiciones y a contagiarse de sus vicios, estableciéndose así una verdadera selección a la inversa: la selección de los peores.
Siendo, pues, imputable a esa generación el fracaso de la primera etapa republicana, un movimiento de renovación integral como el que el ABC representa, tiene que incluir entre sus propósitos fundamentales el de una renovación general de hombres. Hasta ahora, los cambios del personal político no han operado más que dentro de la oligarquía imperante, perpetuando el fracaso de ella y engendrando un escepticismo general frente a todo cambio de nombres. Convencido el ABC de que es necesario reaccionar contra este escepticismo y poner al servicio de Cuba criterios y voluntades nuevas, viene a afirmar sin rodeos que la generación del 95 está políticamente liquidada, y que es imperativo sustituirla, tanto en el Poder como en la Oposición, por las juventudes maduras republicanas.
3. Como surgió el ABC. Se intentó la organización del ABC, antes de Agosto de 1931. Al concretarse la intención revolucionaria que culminó en el movimiento frustrado de esa fecha, se desistió de llevar adelante la idea del ABC para evitar una escisión de las fuerzas oposicionistas frente a una acción que intentaba cumplir el primer requisito de nuestro empeño renovador: el derrocamiento de Machado. Ocurrido el fracaso de esa acción revolucionaria, se restableció la iniciativa del ABC y se comenzaron los trabajos para constituirlo y propagarlo.
Jamás se ha emprendido un movimiento cívico en peores circunstancias. Robustecido el Gobierno ilegítimo por un triunfo obtenido a poco costo; desanimado el espíritu público ante lo inesperado del fracaso y las circunstancias mismas en que se produjo; perdidos los recursos que aportó a aquel intento revolucionario un pueblo en la miseria; desacreditada, en fin, la Oposición por su aparente incapacidad para organizarse parecía inevitable la consolidación del régimen oprobioso. En tales condiciones inició el ABC la ardua labor de alistar hombres, establecer los métodos y conseguir los medios adecuados para la realización de su programa.
No obstante las dificultades inherentes al carácter secreto de la Organización y el espíritu de sacrificio que ésta exige de sus componentes, la iniciativa del ABC prendió inmediatamente, congregando entusiasmos, levantando una nueva fe y demostrando el ansia con que Cuba ha aguardado siempre una organización efectiva contra todo lo que ha venido corrompiendo la vida nacional. El ABC está todavía en su etapa inicial; pero ya solo los inconscientes desconocen la importancia de este movimiento, que ha echado raíces permanentes en aquel fondo de la opinión cubana adonde no han podido llegar ni la concupiscencia ni la cobardía.
Por encima del plan de acción del ABC, inspirándolo y rigiéndolo, ha habido una ideología perfectamente madurada; toda una interpretación económica y política del problema histórico de Cuba. Pudo el ABC, por consiguiente, publicar desde el comienzo esta ideología en un manifiesto. No lo hizo, porque entendió que después del rotundo fracaso que había sufrido la acción revolucionaria que se acababa de intentar, no se debía lanzar al desencanto del país una nueva protesta verbal, un «papelito» más, sin antes haber demostrado de un modo enérgico la capacidad para la acción, indispensable para hacer efectiva cualquier ideología.