Fútbol - Manuel Rodríguez García - E-Book

Fútbol E-Book

Manuel Rodríguez García

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Este ensayo no es un libro de obviedades de fútbol, cada idea hay que trabajársela reflexionando sobre ella en profundidad. El balón es el norte, es un elemento neutral para los dos equipos, su posesión es la razón de ser de este juego, con él pasarán siempre cosas distintas que si no lo tenemos y el partido de fútbol será diferen-te en función de su mejor o peor administración. El balón nos hace felices de pequeños cuando montamos una pachanga sin fin en cualquier espacio baldío.

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Este ensayo no es un libro de obviedades de fútbol, cada idea hay que trabajársela reflexionando sobre ella en profundidad. Ya en 2007 escribí «El balón es el norte, es un elemento neutral para los dos equipos, su posesión es la razón de ser de este juego, con él pasarán siempre cosas distintas que si no lo tenemos y el partido de fútbol será diferente en función de su mejor o peor administración. El balón nos hace felices de pequeños cuando montamos una pachanga sin fin en cualquier espacio baldío». Desmond Morris ya había asegurado que «El centro de todas las actividades de la “Tribu del Fútbol” es el balón. En tanto objeto material, su principal propiedad es la “movilidad imparcial”».

Para beneficio del fútbol «Os presentamos uno de los inventos que más nos han influido y ayudado: La Brújula…» Afirman los chinos que ellos la habían inventado más de 2.500 años antes de Cristo. Y hay opiniones que, un milenio más tarde, Marco Polo la introdujo en Europa. El artefacto llegó durante el Renacimiento (Siglo XIV) y se pensaba que todo era obra de brujería. Por abundar, el balón de cuero también fue inventado por los chinos en el siglo IV (a.C.).

Enrique Carretero plasmó en «La religión esférica»: «El fútbol está muy ligado a la infancia, esa etapa de la vida en la que la imaginación campa con libertad, confundidas realidad y ficción. De hecho, en el fútbol la gente se comporta como si fuesen niños, como si los devolvieran de manera transitoria a la infancia, lo que siempre ha despertado la perplejidad de quienes no se ven arrastrados por la afición al deporte rey. Pero esa ligazón no solo se entabla a este nivel: el fútbol está relacionado con la infancia porque retrotrae al aficionado hasta ella de un modo onírico, le hace rememorarla y degustarla de nuevo.»

En el libro «Grandes estrategias», de John Lewis Gaddis, leí: «Lincoln recuerda lo que aprendió trabajando como topógrafo en sus años de juventud: La brújula señalará el norte verdadero desde donde te encuentres, pero no avisa sobre los desiertos, ciénagas y desfiladeros que encontrarás por el camino. Si, en la búsqueda de tu destino, te lanzas hacia él sin atender a los obstáculos y no consigues otra cosa que hundirte en una ciénaga…, ¿qué utilidad tiene conocer el verdadero norte?».

Un dicho anónimo me ilustró: «A veces hay que perder el norte para descubrir que se puede ir en otras muchas direcciones. Entendí que para encontrar el norte a veces hay que ir hacia el sur». Es la paradoja del fútbol, «si voy es que vengo; si vengo, es que voy». El balón es la brújula y los equipos que no disponen de balón también precisan de ella, porque el fútbol se juega tanto con balón como sin él. Y no olvidemos que los mejores jugadores de fútbol solamente poseerán la pelota durante tres minutos en su mejor partido. Nelson Falcao resume: «En el fútbol, lo peor que puedes hacer es ver únicamente el balón». Es mi conclusión definitiva: El balón es la brújula del fútbol. .

Fútbol. El balón es la brújula

Manuel Rodríguez García. MAROGAR

www.ushuaiaediciones.es

Fútbol. El balón es la brújula

© 2021, Manuel Rodríguez García. MAROGAR

© 2021, Ushuaia Ediciones

EDIPRO, S.C.P.

Carretera de Rocafort 113

43427 Conesa

[email protected]

ISBN edición ebook: 978-84-16496-71-6

ISBN edición papel: 978-84-16496-70-9

Primera edición: enero de 2021

Diseño y maquetación: Dondesea, servicios editoriales

Ilustración de cubierta: © Talaj / Shutterstock.com

Todos los derechos reservados.

www.ushuaiaediciones.es

Índice

Preámbulo

Introducción

1. Balón Slazenger Challenge 4 – Star. Argentina 1966

2. Balón Tango Adidas. Argentina 1978

3. Balón Tango Adidas. España 1982

4.Balón Azteca. Méjico 1986

5. Balón Etrusco Único. Italia 1990

6. Balón Jabulani. Sudáfrica 2010

7. Balón Adidas Brazuca. Brasil 2014

8. Balón Adidas Telstar 18. Rusia 2018

Epílogo

El autor

Este ensayo se lo dedico a mi última nieta, Jimena…

¡Un regalo de niña!

«La que escucha. Alegre, sensible e independiente,

con facilidad por hacer amistades.

Siempre quiere aprender cosas buenas»,

dicen que son algunos significados de Jimena.

Quizás, un día, Jimena acabe siendo futbolista

en su lugar de nacimiento. ¡Aupa Athletic…!

Preámbulo

Eduardo Galeano nos dejó un excelente legado futbolístico, especialmente en su libro «El fútbol a sol y sombra». Y se refería al balón (la pelota): «Era de cuero, rellena de estopa, la pelota de los chinos. Los egipcios del tiempo de los faraones la hicieron de paja o cáscaras de granos, y la envolvieron en telas de colores. Los griegos y los romanos usaban una vejiga de buey, inflada y cosida. Los europeos de la Edad Media y del Renacimiento dis­putaban una pelota ovalada, rellena de crines. En América, hecha de caucho, la pelota pudo ser saltarina como en ningún otro lu­gar. Cuentan los cronistas de la corte española que Hernán Cor­tés echó a brincar una pelota mexicana, y la hizo volar a gran al­tura, ante los desorbitados ojos del emperador Carlos».

(…) «La cámara de goma, hinchada por inflador y recubierta de cuero, nació a mediados del siglo pasado, gracias al ingenio de Charles Goodyear, un norteamericano de Connecticut. Y gracias al ingenio de Tossolini, Valbonesi y Polo, tres argentinos de Córdoba, nació mucho después la pelota sin tiento. Ellos inven­taron la cámara con válvula, que se inflaba por inyección, y desde el Mundial del 38 fue posible cabecear sin lastimarse con el tiento que antes ataba la pelota» (…) «La llaman con muchos nombres: el esférico, la redonda, el útil, la globa, el balón, el proyectil. En Brasil, en cambio, nadie duda de que ella es mujer. Los brasileños le dicen gordita, gordu-chinha, la llaman nena, menina, y le dan nombres como Man­eota, Leonor o Margarita. Pelé la besó en Maracaná, cuando hizo su gol número mil, y Di Stéfano le erigió un monumento a la entrada de su casa, una pelota de bronce con una placa que dice: Gracias, vieja».

(…) «Ella es fiel. En la final del Mundial del 30, las dos selecciones exigieron jugar con pelota propia. Sabio como Salomón, el juez decidió que el primer tiempo se disputara con pelota argentina y el segundo tiempo con pelota uruguaya. Argentina ganó el pri­mer tiempo y Uruguay el segundo. Pero la pelota también tiene sus veleidades, y a veces no entra al arco porque en el aire cam­bia de opinión y se desvía. Es que ella es muy ofendidiza. No so­porta que la traten a patadas, ni que le peguen por venganza. Exige que la acaricien, que la besen, que la duerman en el pecho o en el pie. Es orgullosa, quizás vanidosa, y no le faltan motivos: bien sabe ella que a muchas almas da alegría cuando se eleva con gracia, y que son muchas las almas que se estrujan cuando ella cae de mala manera». Magistral visión que invita a profundizar en los aspectos lúdicos del juego siempre en presencia de un balón que debemos aprender a cuidarlo, a mimarlo, a conservar sus valores fundamentales porque, sin él, sin tratarlo como merece, nunca se ganaría el partido de fútbol.

En w.reflexiondeldia.eu nos orientamos en «La Brújula de la vida», por supuesto siempre mis reflexiones se dirigen hacia lo futbolístico: «Os presentamos uno de los inventos que más nos han influido y ayudado: La Brújula… Los chinos afirman que ellos la habían inventado más de 2.500 años antes de Cristo. Y es probable que se haya usado en los países del Asia Oriental hacia el tercer siglo de la era cristiana. Y hay quienes opinan que un milenio más tarde, Marco Polo la introdujo en Europa. Los chinos usaban un trocito de caña conteniendo una aguja magnética que se hacía flotar sobre el agua, y así indicaba el norte magnético. Pero en ciertas ocasiones no servía, pues necesitaba estar en aguas tranquilas, por lo que fue perfeccionada por los italianos. El fenómeno del magnetismo se conocía; se sabía desde hacía mucho tiempo que un elemento fino de hierro magnetizado señalaba hacia el norte… Mira, para vivir la vida con intensidad también es necesario tener una brújula que nos marque un camino que nos lleve a «buen puerto». Lo difícil será encontrar una brújula buena y de calidad que no nos haga naufragar o perdernos por el camino del curso. Existen muchas brújulas en el mercado de la vida: unas marcan el mínimo esfuerzo, otras el éxito en los estudios, otras marcan hacia pensar siempre el fin de semana… Escoge bien tu brújula para este curso; que te ayude a ser feliz y a llegar sano y salvo a fin de curso».

Esta metáfora de la brújula se manejó mucho antes de que el fútbol se oficializara. El artefacto llegó a Europa durante el Renacimiento (Siglo XIV) y se pensaba que todo era obra de brujería, de ahí lo de «brújula», diminutivo de bruja. Incluso hasta mediados del siglo XIX muchos en Europa creían que la aguja de la brújula apuntaba al Norte porque en el Polo Norte de la Tierra había una gigantesca montaña de hierro o magnetita en medio de una isla imaginaria a la que se llamó Rupes Nigra y que era eso lo que atraía la aguja de la brújula. En su esencia futbolística, es una cuestión de prioridades, el balón no es cuestión de brujería sino de habilidades adquiridas por atletas con inteligencia futbolística.

Y es que, en todo momento, los jugadores deben saber orientarse en el partido de fútbol a pesar de que haya que conjugar muchos factores en juego, de ello dependerá incluso el resultado final.

Introducción

En el libro «Grandes estrategias» de John Lewis Gaddis, pude leer: «Lincoln recuerda lo que aprendió trabajando como topógrafo en sus años de juventud: La brújula señalará el norte verdadero desde donde te encuentres, pero no avisa sobre los desiertos, ciénagas y desfiladeros que encontrarás por el camino. Si, en la búsqueda de tu destino, te lanzas hacia él sin atender a los obstáculos y no consigues otra cosa que hundirte en una ciénaga…, ¿qué utilidad tiene conocer el verdadero norte?».

La profesora Rebeca Llamedo, nos habló de herramientas básicas entre ellas la brújula como de interés especial para la educación de menores. Dice la RAE que la brújula es un instrumento consistente en una caja en cuyo interior una aguja imantada gira sobre un eje y señala el norte magnético, que sirve para determinar las direcciones de la superficie terrestre. También, en una embarcación, instrumento que indica el rumbo… Y supimos de las tres imágenes que siempre te llegan a la cabeza como identificadores visuales de la orientación: la veleta, el faro y la brújula. En los tres casos, la orientación se relaciona con el asesoramiento, el acompañamiento, la guía… un asesoramiento que colabora en su búsqueda de respuestas, personales, profesionales, emocionales… La brújula es un objeto con un objetivo singular, encontrar el mejor camino posible, señalando al Norte.

Lo que pasa es que yo solo quiero hablar de fútbol y sus sociedades dentro del terreno de juego entre veintidós jugadores en torno a un balón que, al fin y al cabo, dirige los destinos de todos y cada uno de los partícipes en el juego. Las disputas, las colaboraciones, los éxitos, las derrotas, todo ello llega a tener un punto común, una brújula, un instrumento imprescindible en el fútbol: El balón. Y su Norte son los goles, allí donde se puedan conseguir, allí donde se puedan contabilizar. Ese es el magnetismo del fútbol. Porque la brújula en el fútbol no tiene forma de caja, sino que el recipiente en este caso es esférico, antiguamente llegó a jugarse con un conglomerado de calcetines, o de una amalgama de caucho, o de badanas rellenas con vejigas de cerdo… Pero lo fundamental era la manera de domar aquel objeto, unas veces tirándolo hacia delante y correr detrás de él; otras veces queriéndolo controlar el mayor tiempo posible para conseguir avances, o para sustraerlo a la tenencia del equipo contrario.

En «La Ignorática y el fútbol», mi primer libro, me sugestionó un pasaje maravilloso de Osvaldo Soriano en «Memorias del Míster Peregrino»: «Hay tres clases de futbolistas: A). Los que ven los espacios libres, los mismos que cualquier payaso ve desde la tribuna y los ves y te ponés contento y te sentís satisfecho cuando la pelota cae donde debe. B). Después están los que de pronto te hacen ver un espacio libre sin más, un espacio que vos mismo y quizá los otros podrían haber visto de haber observado atentamente. Esos te toman de sorpresa. C). Y luego hay aquellos que crean un nuevo espacio. Esos son los profetas. Los poetas del juego». Un buen alegato en un momento de escasez de «regateadores», de esos «futbolistas a un balón pegados», que tanto agradecen los aficionados y tanto miedo le tienen los entrenadores cuando están en el equipo contrario, mientras que si están en el propio suelen dejarlos en el banquillo. Lejos de donde rueda la pelota…

Estas delicias futbolísticas que nos trasladan a la niñez, no pueden prescindir del relato que el periodista Jean Philippe Rethacker hizo en su libro «El fútbol»: «Dumbé, el niño negro, se quedó parado ante la pelota que tal vez un Papa Noel blanco había depositado ante la casa familiar… era preciso «apoderarse» del balón, quitarle su independencia y su vida. Así aprendió a dominarlo y a amortiguar su fuerza… debería saber «guardarle»; para ello aprendió a regatear y a conducir la pelota… descubrió que podía y debía «ceder» el balón, liberarlo en beneficio de un compañero a quien dirigiera su pase, o en provecho propio, mediante el tiro, último acto supremo del fútbol».

Y otra «delicatessen» de Cristina Peri, en la revista número 44 de «Letras Internacionales»: «Para golpear una pelota, el hombre primitivo sólo tuvo que inventar la rueda, el círculo, o sea, la imaginación… Pero estoy segura de que antes de golpear una pelota de goma o de cuero, nuestros antepasados pateaban las cáscaras de nuez, las naranjas caídas, los pomelos y las bellotas. No gritaban «gol», pero era algo muy parecido».

Por tanto, confirmado que la pelota es el instrumento fundamental de este juego del fútbol. Sin balón no hay partido. Sin dominio del balón, el fútbol es de escaso nivel. Sin tener claro el sentido que debe tomar el móvil, el partido acabaría en anarquía. Por tanto, hay que poner orden, sensatez, organización, el camino debe programarse. Por ello, el balón es la brújula del juego que marca los puntos cardinales del juego.

En 2012 publiqué «Evidencias y paradojas del fútbol», me refería en el capítulo «3.3. Sin instrucciones» a que «El partido sucede, para la mayoría de los aficionados al fútbol, allí donde está la pelota… Habrá gente que dice saber mucho de fútbol porque aprendió que el balón de cuero fue inventado por los chinos en el siglo IV (a.C.). Lo que sí estamos todos los aficionados de acuerdo es que el balón es como un sonajero y nos distraemos con él como si fuéramos niños. Porque, gracias al balón, obtenemos la medalla de oro de los futbolistas: El gol. Un bien escaso en el mundo del fútbol. Y los aficionados presumimos con los goles como si hubiéramos sido nosotros los autores de la acción magistral». Decía Olabe, portero que fue de la Unión Deportiva Salamanca, que «Los goles deben ser un deseo y no una obsesión». Igual que señalaba Menotti: «Un gol es un pase a la red». En todo caso, que no nos pase como aquel «niño bien» que su padre le regaló un balón de reglamento el día de su cumpleaños. Y cuando aquel juguete esférico se mostró ante los ojos sorprendidos del niño, éste preguntó a su padre con la inocencia de quien no jugó nunca al fútbol: ¿Y dónde están las instrucciones?

En «Adiós al fútbol», Valerio Magrelli nos hizo recapacitar: «En China, bajo el Imperio Celeste, se usaba una esfera de cuero rellena de cabello femenino: guardapelo, astro del deseo. En la antigua Roma, para jugar a «pila peganica» se usaba un saco de piel relleno de plumas, quizás como recuerdo de algún vuelo mágico. En Gran Bretaña, en el siglo XIV, quien practicaba el «hurling» (un antepasado del fútbol) utilizaba una tela atiborrada de tapones de corcho, material práctico y basto. Hoy en día, dentro hay aire. En cuanto al envoltorio, habitualmente proviene de Pakistán. Ahí, cientos de familias se pasan la vida recortando y cosiendo balones, balones de fútbol para los domingos de Occidente. Circunferencia: entre 68 y 71 centímetros. Peso: entre 396 y 453 gramos. Presión: entre 0,6 y 1,1 atmósferas (al menos hasta hace poco). Es el fetiche, el objeto de la contienda, el núcleo en torno al que rota el sistema solar del fútbol».

Quizás debiéramos partir de una idea aglutinadora como la de Stephen Covey en «Primero lo primero», una idea muy práctica para el mundo del fútbol del que deseamos una evolución conceptual para el fin de siglo: «El reloj representa los compromisos, las citas, los horarios, las metas, las actividades: lo que hacemos con el tiempo y cómo lo administramos. La brújula representa nuestra visión, nuestros valores, nuestros principios, nuestra misión, nuestra conciencia moral, nuestra orientación: todo lo que sentimos que es importante y el modo como dirigirnos nuestra vida. La lucha se desencadena cuando percibimos una brecha entre el reloj y la brújula».

Ya en 2007, firmé un capítulo titulado «El balón es la brújula» y me extendí en otras disquisiciones teóricas: «El balón es el norte, es un elemento neutral para los dos equipos, su posesión es la razón de ser de este juego, con él pasarán siempre cosas distintas que si no lo tenemos y el partido de fútbol será diferente en función de su mejor o peor administración. El balón nos hace felices de pequeños cuando montamos una pachanga sin fin en cualquier espacio baldío. Ni a los jugadores, ni a los espectadores les importa que el balón tenga una circunferencia entre 68 y 71 centímetros y su peso oscile entre los 396 y 453 gramos».Y dice Eden Phillpotts: »El universo está lleno de cosas mágicas que esperan pacientemente a que se agudice nuestro ingenio». Desde la antigüedad, el balón marca el estilo de los equipos de fútbol con la magia de su movilidad. Es la brújula con la que se guían los jugadores. Sin él están perdidos, nunca encontrarán un espacio favorable pues se encontrarán fuera de lugar, como no participando en la fiesta del fútbol. Nos ilustra Maradona: «A mí, jugar con la pelota me daba una paz única…» Desmond Morris aseguró que «El centro de todas las actividades de la Tribu del Fútbol es el balón. En tanto objeto material, su principal propiedad es la «movilidad imparcial». También Jean Giraudoux poetizó: «… el equipo da a la pelota el motor de once malicias y once imaginaciones».

Por tanto, el reto está ahí planteado después de tanto tiempo pululando por el territorio de la misma idea. Perfeccionemos los modos, las maneras más sutiles posibles, de jugar con y sin balón para evolucionar un fútbol del futuro, en la búsqueda permanente de excelencia. Pero insistiendo convencidos de que el balón tiene que ser el que une, el catalizador, el que rompe los egoísmos, el que marca un norte orientador. Y seguramente no quedará más remedio que basarse en estas herramientas para superar crisis como la que se propagó a partir de marzo como consecuencia de la pandemia de «coronavirus» y que originó la ruptura de calendarios, presupuestos y cuestiones que formaban todo el orden establecido en la «industria del fútbol».

Será por casualidad, pero supimos que la brújula fue inventada en China; también que el balón de cuero vino de allí; y ahora, después de tantos años practicando fútbol, nos vienen a decir que el «coronavirus» de la Liga 2019/20 también puede hablar chino, un suceso absolutamente circunstancial que no puede significar ningún estigma ni penalización moral para nadie. Ojalá que fueran también los chinos quienes aportaran su máxima creatividad que permitiera una salida del túnel a la máxima velocidad para continuar la evolución de esta industria, ahora dañada gravemente, como tantas otras en el planeta.

Esta temporada fue cercenada, aunque afortunadamente en España pudo continuarse la Liga jugándose con limitaciones propias del caso. Fueron 11 jornadas finales que supuso un cambio en el liderazgo que ostentaba hasta entonces el Barcelona, las Reglas incluso supusieron novedades como las de realizar dos paradas a los 30 minutos para hidratarse y que los entrenadores pudieran ajustar algunos aspectos tácticos, aunque nada tan fundamental como celebrar cada contienda sin presencia de público en las gradas de los Estadios, eso sí, las televisiones paliaron tan importantes ausencias.

1. Balón Slazenger Challenge 4 – Star. Argentina 1966

Fue el balón de fútbol oficial de la «Copa Mundial de Fútbol 1966», celebrado en Inglaterra.

Lo fabricó la marca de artículos deportivos Slazenger (Desafío), con la denominación Chalenge, basada en Australia.

Compuesto de 25 segmentos, con gajos rectangulares de color naranja, amarillo y blanco. Se fabricaron 300 ejemplares para dicho Mundial.

Fue el último balón de cuero utilizado en los Mundiales.

1.1. Paradigmas futbolísticos de hoy en día

En el fútbol, estamos en la época de los modelos, de las fórmulas inamovibles, de los métodos infalibles, del comentario de muchos aficionados criticando a los equipos de una manera insolente con la frase matancera: «No saben a lo que juegan». Hay muchas filosofías de andar por casa manejadas por aficionados tuiteros y periodistas de relumbrón, pero siempre la verdadera es la que uno mismo idea, o sea, hay tantas filosofías como ciudadanos. Las opiniones siguen sin contrastarse, para qué si la única y verdadera es la mía; hay excesos de ideas fijas aprendidas del periodista exhibicionista con bufanda y camiseta; se constata un desprecio suicida por el dinero que administran los directivos mientras que los aficionados quieren dárselo a manos llenas a la figura de turno; se sigue prodigando el culto al individualismo que fabrica «becerros de oro» mientras que existe fuga de gestos colaborativos para hacer equipos… El fútbol, para mí, está en regresión en su concepción del hecho deportivo, los «sucesos» de fútbol cuentan más que las políticas bien ejecutadas y lo de menos es el hecho de jugar éticamente por la victoria. Asistimos a tertulias de radio y televisión donde el mayor mérito de algún contertulio es que cada día diga la mayor barbaridad sobre cualquier tema de actualidad, por supuesto lo de menos será el rigor; lo más importante será la propagación de la mayor exageración, y lo menos significativo será si se han contrastado las fuentes o la información para que, mínimamente, tenga visos de cierta verdad. Un paradigma lleno de detalles verduleros…

En la Liga 2019/20 ya comenzó a transcurrir su calendario, tres jornadas, y todavía el día 2 de setiembre se seguían haciendo cábalas sobre fichajes grandiosos, en este caso de los equipos punteros. Vi jugar por televisión al Betis contra el Leganés y me encantó el nivel de los equipos y el carácter de muchos de sus jugadores, curiosamente estos equipos no han aparecido en los papeles ni en las ondas consecuencia de fichajes fallidos, o de traspasos memorables, etcétera. Y así la mayoría de los equipos en liza. Sin embargo, ha sido agobiante el envenenamiento del ambiente con la posibilidad de que Neymar fichase por Barcelona o Real Madrid. Todos los días de los dos últimos meses un serial de «mentirijillas» cruzadas que variaban según la firma o el medio, hasta el punto que se podía pensar que todo fue un relato ficticio por necesidades comerciales de los medios periodísticos, fue lo más parecido a una realidad inventada. Claro que, quizás, el Barcelona tuvo necesidad de montar un teatro para dar satisfacción a su «dios» particular y hasta se dejó televisar todos y cada uno de sus movimientos en París. Definitivamente, el proceso de vigencia de un mercado de futbolistas debe ordenarse, de una vez por todas, tanto en España como en el resto de países. Es impresentable que un futbolista pueda haber debutado en la primera jornada con un equipo y por razones equis el cuarto partido de Liga pudiera jugarlo con otro equipo de la misma competición. Este paradigma es un auténtico dislate.

Últimamente, durante casi un mes, me «peleé» amablemente con algún «tuitero» porque el comentario «No saben a lo que juegan» me molesta sobremanera ya que me resulta una opinión «fofa», sin contenido real, sin fundamento, sin que nadie sepa a qué se juega normalmente. Claro, enseguida aflora el dicho de Cruyff que plasmé en mi anterior libro «Fútbol: Una pugna indescifrable»: «Hay muchos que pueden decir que un equipo juega mal. Hay pocos que puedan decir por qué juega mal. Y hay poquísimos que puedan decir lo que hay que hacer para que juegue mejor».

Sin embargo, la crítica mal intencionada hace mucho daño a los profesionales y es impropia de personas que no disponen de un conocimiento avanzado del juego del fútbol. Alguno me dijo que «Entonces no podemos opinar de nada», a lo que yo les contestaba que opinar no debe prohibirse a nadie, lo que no es de recibo es que se emitan opiniones como si fueran «sentencias». Por otra parte, las opiniones deben formularse con un compromiso y una responsabilidad ética, la crítica por la crítica solo sirve para mostrar frustraciones incontroladas. Comenté a su vez que conduzco coches desde hace muchos años, muchos kilómetros y muchas rutas, pero nunca se me ocurriría «criticar» a Fernando Alonso por sus derrotas y nunca se me ocurriría aconsejar método ninguno para aplicar a sus carreras de «Fórmula 1» u otras modalidades.

Cualquier equipo, por débil que fuere, siempre sabe a lo que juega, otra cuestión es si sus planes se cumplen o son equivocados, después de que también el equipo contrario aplique sus propias fórmulas competitivas para no perder la contienda. Los jugadores, los entrenadores, llevan muchos años practicando el juego, ensayando, compitiendo, ganando y perdiendo. Cualquier duda sobre sus conocimientos profesionales resultan insultantes por no concederles, al menos, un mínimo de sabiduría futbolística. Acertarán o fallarán, pero ningún jugador o entrenador es ignorante de su profesión. Por supuesto, cualquier aficionado neófito en la materia no debiera valorar aspectos técnico-tácticos del juego o de las cualidades mentales, actitudinales, de un equipo o de un jugador, como mucho se podrán emitir juicios de «me gusta»; o «no me gusta»; incluso algunas razones mundanas para transmitir ese veredicto. Personalmente, nunca admitiré una crítica ofensiva y desmesurada; los juicios ofensivos que conculcan aspectos de su vida privada, o su profesionalidad práctica u otros estados de ánimo, los medios periodísticos o los aficionados deben reflexionarlo como a ellos no les gustaría tampoco ser «cabezas de turco».

Con todo, hay un modelo futbolístico que debe ponernos a todos de acuerdo: ¡Todo en el fútbol gira en torno al balón! Este ordena en su entorno a los jugadores, a las pequeñas sociedades que cooperan entre sí; la velocidad y el ritmo del juego tiene un motor fundamental, la pelota; tener el balón parece prioritario, pero es mucho más sabio saber hacer lo más positivo cuando la pelota es nuestra. En mi primer libro «La Ignorática y el fútbol» insistía yo que el balón es la brújula. «El balón es el norte, es un elemento neutral para los dos equipos, su posesión es la razón de ser de este juego, con él pasarán siempre cosas distintas, que si no lo tenemos y el partido de fútbol será diferente en función de su mejor o peor administración»; «Un determinado jugador pudiera llegar a entrar en contacto con el balón unas 120 veces como máximo en un partido. Cada contacto puede durar unos dos segundos. Del conjunto de acciones, el 35% pueden ser pases, el 20% sería el número de tiros y el resto, un 8%, se cubriría entre fueras de banda, golpes francos, saques de esquina, etc.»; «No obstante, esos equipos que ceden el balón y el espacio para después, cuando lo recuperan, salir en estampida hacia la portería contraria, tratando de llegar muchas veces y marcar gol en un contraataque ideal, también necesitan del balón para culminar».

Son reflexiones conexas que mantienen el gusto por la práctica del fútbol en el que siempre el balón está presente: «Considere al equipo como una molécula: una célula completa que comprende once átomos. Las conexiones que enlazan a estos átomos son los pases: cambian constantemente pero siempre ligan a los once átomos separados para que integren una sola molécula. En el momento mismo en que uno de estos pases falla o sale desviado, la molécula se fractura como un todo, aparecen huecos y la estructura se debilita. A menos que se repare el daño con rapidez, la molécula se deshace» (Dave Sexton).

Definitivamente, este paradigma es irrenunciable: «El balón tiene que ser el que une, el catalizador, el que rompe los egoísmos».

(3. setiembre. 2019).

1.2.«La magia de los equipos extraordinarios»

«La sabiduría de la vida consiste en eliminar lo que no es esencial». (Lin Yutang).

El Real Madrid quedó «Campeón del Mundo» en la temporada 2018/19, dato absolutamente olvidado en estos momentos hasta por muchos de sus propios aficionados. Y, sin embargo, le pasan factura en la actualidad porque no consiguió el resto de objetivos como la Liga, Copa del Rey y «Champions League», este campeonato lo había ganado en cuatro ocasiones en los últimos cinco años ¿Hay quien da más?

Y con la memoria borrada como los ordenadores de Bárcenas, el gran público propuso la fórmula mágica para reflotar a martillazos al Real Madrid, se trataría de echar a toda la plantilla sin ningún respeto a méritos y trayectorias pasadas, «cortando cabezas» en la plaza del pueblo, renovándola totalmente a base de fichar el máximo de jugadores, a ser posible los más caros del mercado. Por supuesto, una utopía que no repararía en gastos ni datos de gestión de una empresa consolidada, tampoco repararía en daños a las personas y sus propios intereses. En este ambiente de «vendetta» pública, se entró en un mecanismo de «círculos viciosos», afortunadamente los responsables decidieron con realismo recuperar la magia de este magnífico equipo respetando a los que lo dieron todo no hace tanto y con una inversión de unos 300 millones complementar cualidades.

Incomprensiblemente, hasta el momento pocos han valorado este desembolso. Para 2019/20 se confirmó la mayor inversión de todos los equipos de la Liga la formulada por R. Madrid, pero no hay ambiente de satisfacción ni confianza en el entorno madridista. Pongo por caso también cómo el Barcelona ganó la Liga pasada y, habiendo perdido en «Copa del Rey» como también fue eliminado en «Champions», pareció que la «Liga» había sido un logro mínimo, lo cual resulta inaudito en este seguimiento tan despersonalizado de los aficionados. Hasta el punto de que Valverde estuvo a punto de ser repudiado. Sin duda unos comportamientos impresentables, ello denota una falta de educación deportiva alarmante.

He profundizado para encontrar fórmulas razonables de aplicación, por supuesto sin centrarse en el dinero ni «pasar a cuchillo» a los jugadores que no rindieron en la última temporada. Y esta fórmula no es específica solo para los madridistas sino para todos aquellos equipos que compiten al máximo nivel, porque un equipo puede dejar de ganar sin saber muy bien las razones de fondo. Recurrí al coach Enric Arola, sinteticé algunas soluciones que encontré en su libro «La magia de los equipos extraordinarios», aflorando pequeñas dosis de realidad. Lógicamente, se hace necesario diagnosticar lo que no funciona bien en un ambiente de sosiego y transparencia. Para ello hemos concretado cinco atributos clave, cinco ingredientes que serían la esencia de los equipos con éxito: 1. Conectar; 2. Apuntar; 3. Brillar; 4. Soltar; 5. Tensar.

Un equipo de personas coordinadas entre sí, los grandes equipos suelen ser así, deben «conectarse» con la firme voluntad y capacidad de estar juntos, en intención y presencia, la confianza plena requiere un trato humano y no discriminatorio entre ellos. Con tres entrenadores desgastados en la pasada temporada y con una gran carencia de confianza por las críticas permanentes y tantos mensajes negativos (Caso Real Madrid), los jugadores están estresados sin que los aficionados sean conscientes de esos estados de ánimo, tantas veces se piensa que como los jugadores tienen generosos contratos deben ganar por decreto y estar dispuestos a una crítica voraz. Es posible que la desconexión haya existido y, en momentos específicos, cada cual haya optado por el «sálvese quien pueda». Por tanto, esa misión es ahora fundamental, restaurar la confianza y las interrelaciones grupales. Ante nuevos objetivos ambiciosos, todos deben «apuntarse» de nuevo para asumir los nuevos retos.

La Liga 2019/20 ya comenzó y algunos equipos no «brillan» (Barcelona, R. Madrid, Valencia), los resultados no han sido rotundos en su favor. En el Real Madrid había jugadores que no se sentían dentro del equipo y el ambiente interno deteriorado comenzó a brillar de nuevo con el asentamiento progresivo de la plantilla. La «meritocracia» comenzó a funcionar a través de las rotaciones en la plantilla, si bien todavía no es firme porque los resultados no han sido todos victoriosos. Y las decisiones de Zidane se siguen cuestionando todavía por cierto público y determinados medios agresivos en contra de cualquier decisión del entrenador o del club. De lo que no está libre tampoco Valverde en Barcelona o Marcelino en Valencia.

El Real Madrid necesitará tiempo para abandonar lastres pasados, hay quien piensa que no tiene potencial para ello por cuanto hubo pocas incorporaciones (Nula percepción de la mayor inversión realizada de todos los equipos de la Liga), sin embargo, Zidane con exceso de «buenismo» trata de ser el pegamento necesario para esta labor a la que los medios de comunicación contribuyen negativamente. Los nuevos fichajes deberían representar la idea de adaptabilidad y flexibilidad, pero se necesitarán nuevos hábitos y supresión de los procesos caducos. El acto de «soltar» no será fácil porque prescindir de elementos y encontrar nuevas incorporaciones requieren de una adaptación que precisa de tiempo. Pero la paciencia es un bien necesario y actualmente se dispone de poco tiempo por lo que sería conveniente comenzar a ganar con mayor frecuencia…

El quinto ingrediente sería aportar riesgo y una voluntad inquebrantable para aumentar la mentalidad positiva. Es fundamental que se olvide el conflicto de intereses de la temporada pasada, aunque perduran aún las toxicidades acumuladas. Razonablemente, los responsables del club no han caído en la solución fácil de gastar y gastar para dar satisfacción a un entorno excesivamente «pedigüeño». Y antes de «tensar» se debe «destensar» un ambiente dañino en contra del equipo. De hecho, las salidas de ciertos jugadores se le restriegan al club como si hubieran decidido en contra del equipo: Reguilón, Keylor, Ceballos, Kubo, etc. Mientras los que se quedan son el «desastre» del equipo, lamentablemente se cargan las tintas en un esforzado Lucas Vázquez, Nacho, Isco, y hasta el mismo Ramos.

Ese exceso de debate arrastrará a muchos aficionados que nunca comprenderán aquello que no sea la pura victoria. El papel de Zinedine Zidane es capital en la recuperación de todos los intereses (jugadores y masa social), siendo de agradecer su paciencia y asunción de responsabilidades del club. A mí, personalmente, el liderazgo y gestión directa de Zidane me parece que está siendo de primer nivel, el otro día ante la pérdida de un balón que costó el empate de su equipo llegó a exclamar: «Hay que tirar el balón a tomar por saco». Fue una salida arrebatada de algo que lo ve cualquiera, pero, sin embargo, se le achaca la responsabilidad de manera mal intencionada por cuanto los fallos individuales no son imputables a la labor de equipo ni a las competencias de un entrenador: «Es injusto culpar solo a una persona por el bajo rendimiento de un equipo».

«Un grupo de personas que trabajan juntas puede llegar a ser un equipo de alto rendimiento, pero también una bomba de relojería que puede estallar en cualquier momento. Puede ser el paraíso, el infierno, o cualquier cosa que exista entre uno y otro». Teniendo en cuenta que el «círculo vicioso» de los equipos requieren mucha paciencia para destruirlos: «Debemos ser muy cautelosos al valorar la efectividad de los equipos y, sobre todo, muy prudentes al repartir responsabilidades (en personas, o circunstancias) cuando no se está en la situación deseada». La solución, después de vender a Cristiano Ronaldo, se complicó aún más, pero no consiste en gastarse el dinero existente a manos llenas (Criterio aceptado por la mayoría) sino en reforzar las relaciones grupales de todos los miembros de la actual plantilla, esté quien esté. El Barcelona erró en la reconstrucción de la marcha de Neymar al París Saint Germain y, desafortunadamente, no encontró un buen rendimiento con los fichajes de Coutinho y Dembelé, por otra parte, muy buenos futbolistas aunque comprados a precio de oro.

Desde luego, «recuperar la magia» no lo conseguirán uno a uno, individualmente, y el sistema de asignación de responsabilidades utilizado por la prensa no favorece la unión porque en todos los partidos siempre aparece un «culpable» y un «salvador», términos de la maldita individualización con la que nos desayunamos todos los días.

Por eso, mi insistencia: «La sabiduría de la vida consiste en eliminar lo que no es esencial» (Lin Yutang).

(8. setiembre. 2019).

1.3.¿Hay que ser caballo para ser un buen jinete?

«El caballo no ha de ser un esclavo que lleva a su amo, sino un bailarín que evoluciona y se desliza con él». (Hans – Heinrich Isenbart).

Esta pregunta se hacía Arrigo Sacchi cuando iniciaba su aventura de entrenador de fútbol: «¿Hay que ser caballo para ser un buen jinete?». Luego, con su Milán desarrolló una de las mejores ideas de fútbol de aquellos momentos, ganando y progresando en los conceptos futbolísticos de la época, precisamente en la Italia muy táctica y defensiva de entonces. Simplemente, el entrenador Sacchi fue visto con reticencia porque no había sido un jugador de fútbol destacado. Caso similar a lo que ahora mismo le ocurre a nuestro Seleccionador Robert Moreno, continuador de la labor de Luis Enrique por renuncia de éste por motivos familiares. Efectivamente, el catalán no jugó a primer nivel de las capacidades futbolísticas, pero ha estado de segundo en el Barcelona y otros equipos donde colaboró expresamente con el mejor desempeño de Luis Enrique. Son casos llamativos, en España existen bastantes entrenadores de estas características. Pero cuesta aceptar que el conocimiento profundo del fútbol no se obtiene exclusivamente por haber jugado al fútbol de profesional. Ahora bien, pecado venial de juventud, el otro día pudo ahorrarse un comentario «prepotente» como si con ello quisiera certificar una autoridad que, afortunadamente, nadie le ha discutido pero que él puede estar percibiendo: «No hay ningún titular indiscutible. Si Sergio baja el nivel no jugará como titular. Tampoco es un titular indiscutible. Se lo he dicho a él». Este «autoritarismo» de andar por casa es como el típico comentario tantas veces escuchado a tantos «jefes antiguos»: «Aquí el que manda soy yo».

En la Liga 2019/20, casi la mitad de los entrenadores nunca llegaron a jugar como futbolistas en la categoría. Es lo que leí en un buen artículo de Roger Sabatés (ElPaís,23. agosto.2019), que sintetizo entresacando de dicho artículo, Diego Martínez dirigirá al Granada, colgó las botas a los 20 años, y comenzó a estudiar Ciencias del Deporte. Será el más joven de la categoría, después de un largo viaje a la élite. Es un ejemplo como el de Arrasate (Osasuna); Paco López (Levante); Rubi (Betis); Bordalás (Getafe); Escribá (Celta); Garitano (Alavés) y Mendilíbar (Eibar). Tampoco jugaron demasiado el entrenador del Español, David Gallego, y en el Mallorca, Vicente Moreno. El valenciano de 51 años, Paco López del Levante, asegura que «La autoridad del entrenador se gana por conocimientos y no por haber sido futbolista de élite. El jugador de hoy es inteligente y detecta si el entrenador está capacitado o no». Martínez del Granada confirmó que «La clave son las personas. La gestión de las emociones es lo que facilita todo lo demás…» Arrasate (Osasuna) corroboró: «Lo más importante es transmitir. Pasamos muchas horas para conocer a los rivales, pero no sirve de nada si el mensaje no llega a los jugadores». (…) «Creo que la gente se ha quitado el miedo a que uno sea joven o tenga poca experiencia. Al haber entrenadores que lo han hecho tan bien sin llegar a ser profesionales, eso nos ha abierto la puerta. Ahora estamos a la altura de todos los demás».

Si preguntásemos por los mejores entrenadores del Barcelona apenas nadie citaría a Hennes Weisweiler que tuvo el extraño mérito de dejar a Cruyff en el banquillo hasta que éste «se lo cargó» de acuerdo con la directiva de turno. Fue una época en la que el fenómeno holandés apenas rendía, venía ya de vuelta, se amaneró alarmantemente, y se dedicaba a lanzar saques de banda o tirar córneres, a hablar con sus compañeros ejerciendo de entrenador dentro del terreno de juego, había caído un tanto en desgracia porque ejercía de todo menos de futbolista.

Por eso, por su personalidad, por su liderazgo, a mí me interesa la historia de Weisweiler porque aprendí mucho de él en aquella época ayudándome en mi propio desempeño, le daba mucha importancia al balón y apostaba por el futbolista joven, acomodando los sistemas de entrenamiento provocando que el jugador estuviera en contacto permanente con la pelota, entrenando en áreas restringidas y también en grupos pequeños de número variable, con defensores presionando muy cerca del poseedor, etc. La mitad de los jugadores que llegó a entrenar fueron internacionales con Alemania: Vogts, Netzer, Heynckes, Bonhof, etc., sin duda contribuyó al «Mundial 74» que Alemania ganó. Fundamentalmente, era un hombre muy intenso en el juego de ataque, sin desmerecer la defensa. Conocí de sus principios técnico-tácticos y modelos de entrenamiento por el libro «Fútbol. Entrenamiento al estilo europeo» y, curiosamente, sus paradigmas siguen vigentes en 2019 en la mayoría de las Ligas. Y eso que pasaron más de 40 años desde que él entrenaba.

En «The Coaches voice», junio.2019, Mourinho transmitió su parecer acerca del fútbol, con o sin balón: «Una cosa que nunca cambiará es que el equipo que más goles marca es el que gana. Y para mí esa es la clave fundamental del juego. Hay muchas formas de hacerlo, así que para mí todo es cuestión de la competición en la que juegas y jugadores que tiene». (…) «Hay muchos puntos a valorar, como que el equipo con mayor posesión es el equipo que es más dominador, y eso depende de cómo lo veas. Un equipo sin el balón puede ser dominador. Cuando digo dominador es controlar el partido. El equipo que está más cómodo con el balón tiene que saber qué hacer cuando no tienen la pelota, y si un equipo tiene la posesión solo para defender y cuando recuperas no sabes qué hacer, te conviertes en un equipo defensivo y tu destino está en las manos de tus rivales y vas a perder el partido».

Alguien mal intencionado seguirá asegurando que el entrenador portugués acostumbraba a ceder al contrario la iniciativa, pero él matiza con su inteligencia futbolística: «Creo que uno de los principios del juego será siempre el ser dominador. Cuando un entrenador o equipo tiene un modelo correcto de jugar bajo los principios de juego, algunos de estos principios sea intentar ser dominador, pero tienes que conseguir cubrir todos los aspectos del juego. Eso es por lo que cuando empecé hace 20 años intentaba dejar claro un modelo de juego» (…) «Un equipo top tiene que controlar todos los momentos. Y hay equipos que son mejores en un aspecto que otro. No me gusta decir que un equipo está basado en la posesión del balón, porque si solo se basan en eso, no ganas. Probablemente ese equipo domina la posesión, son también muy buenos en la transición defensiva. Un equipo que es muy fuerte defensivamente y la gente cree que es equipo defensivo, probablemente no lo sean, porque si solo son defensivos, pierden siempre. Un equipo tiene que mezclar ideas. En mi siguiente etapa tengo que luchar para ganar».

Y aunque suene a greguerías, estos aspectos son dignos de tener en consideración porque los modelos únicos en el fútbol no existen, o no debieran existir, según mi criterio.

(12. setiembre. 2019).

1.4.Balonazos

«El balón es el único amor que nunca defrauda». (Anónimo).

1. El presidente Bertomeu, del Barcelona, fue entrevistado en su canal de televisión. Y declaró: «Messi tiene un contrato que firmamos hace dos años y que es por cuatro años. Antes de la última temporada, la 2020/21, él puede dejar el Barça, dejar el fútbol o jugar donde quiera».

2. Se vendió como exclusiva mundial en Sport-Barcelona. Y Messi no tuvo pelos en la lengua: «Me hubiese encantado que viniese Neymar. Sinceramente, no sé si el Barça hizo todo lo posible para su regreso…»

3. Cañizares en la Cope se soltó la lengua: «Celades ha perdido todo concepto de honor y ética». Es para preguntarse, ¿Es Celades el responsable de lo que le ha pasado a Marcelino? ¿Cuando en su día Cañizares fichó como portero por Celta o Valencia, no consideró que perjudicaba al que ejercía de titular de aquellos equipos?

4. Ancelotti tiene problemas en el Nápoles por unas obras no terminadas a tiempo en los vestuarios. «Veo un desprecio y una falta de apego al equipo de la ciudad. Estoy consternado».

5. En el juicio por posible amaño del Levante-Zaragoza, declaró Tebas, presidente de la LFP. «Estaban afectados tanto Roig Negueroles como su padre y Llaneza. Me llaman muy preocupados y me dicen que hay que vigilar al Zaragoza «porque compran partidos». Javi Venta (Jugó en el Levante ese partido) me ha confirmado que compraron el partido y estamos acojonados».

6. «Sole 24 Ore, Exor», holding que controla el 63,77% de la Juventus publicó sus cuentas semestrales. El pasivo del club turinés habría aumentado en 40 millones desde que llegó Cristiano Ronaldo. Y la deuda financiera neta pasó de 309,8 millones en junio de 2018 a 464, reduciéndose el patrimonio neto de 72 a 32 millones. Las previsiones son de cierre con pérdidas, aunque influirá el papel del equipo en «Champions League».

7. Ceballos declaró: «Apenas he notado diferencia entre el Madrid y el Arsenal». Luego hizo algunas comparaciones entre futbolistas… ¡Impropio!

8. Mourinho asistió a la sede de «La Liga» en España y analizó la entrada de la tecnología al mundo del fútbol. «Yo vine a España porque quería entrenar al Real Madrid, y porque quería intentar ser el primero en ganar el campeonato inglés, el italiano y el español, vine con eso en la cabeza». (…) «Al llegar le dijeron que teníamos al otro lado al mejor equipo del mundo, que nos estaban machacando y teníamos que invertir la situación, iba con mi naturaleza. Ganamos la «Liga» y la «SuperCopa» pero nada como la final de Copa».

9. La «Premier League» estrenó esta temporada el VAR. Los árbitros han efectuado un análisis del videoarbitraje de las cuatro primeras jornadas transcurridas. Admiten que se han producido cuatro errores, cuestión que no ocurre mucho en nuestra Liga.

10. El viernes 13 de setiembre Zinedine Zidane dijo en rueda de prensa: «Es mi filosofía, la de creer en todos mis jugadores». «¿No tiene confianza en Vinicius? – Tiene la máxima confianza de su entrenador, y eso te lo puedo garantizar. Tiene 19 años y es seguro que es el futuro del Madrid. Cada cosa lleva su tiempo y él está en un proceso de hacer las cosas bien. Pero a veces no va a jugar porque va a jugar otro, nada más. Y cada partido será así. Dejar de decir eso porque es un buen jugador, voy a contar con él y tengo confianza plena».

11. A los pocos días de ser destituido en el Valencia, declaró el entrenador Marcelino: «El 19 de julio el propietario me dijo a la cara que había una confianza absoluta en nuestro trabajo… ¿cómo puedo pensar que me pueden destituir el 10 de setiembre» (…) «La Copa es la clave…recibimos mensajes directos y de otras personas que teníamos que rechazar la Copa… Ganarla fue el detonante de esta situación. Quién me lo iba a decir».

12. «En la vida hay que demostrar hasta que te mueres». («Cholo» Simeone)

(14. setiembre.2019).

1.5.El balón y sus potencialidades

«Todo parece imposible hasta que se hace». (Nelson Mandela).

Cuando leí el libro de Vicente Agraz, «Sistema Aposicional. Visión, espacio, tiempo», me aportó fundamentos muy interesantes, hasta entonces desconocidos por mí, los recibí con entusiasmo por sus razonamientos impropios para la época y una jerga llamativa. Ya en mi primer libro «La Ignorática y el fútbol» transcribí las cuatro potencias del balón que Agraz citaba. La pelota como parte fundamental para el desarrollo del juego, su táctica, etcétera, nos hizo reflexionar al respecto: 1. Seguridad; 2. Amenaza; 3. Velocidad; 4. Iniciativa. Conjugando todas ellas, el fútbol es bueno o menos bueno. Según las cualidades de unos u otros equipos, así apliquen dichas potencialidades, se mostrará un estilo de juego tanto en lo defensivo como en lo ofensivo.

Carlos Lago Peñas en «Por qué? Verdades y mitos sobre el rendimiento en el fútbol» nos facilita argumentos alejados de lo generalmente aceptado que clarifica aspectos importantes del fútbol. «Es habitual escuchar a algunos entrenadores decir que tener la posesión del balón reduce la fatiga de los futbolistas. Como se tiene la iniciativa en el juego, se corre menos». Después de estudiar argumentos con números estadísticos elaborados al respecto, se llegó a esta conclusión inusitada: «Tener o no tener la posesión del balón no tiene una influencia muy importante en la prestación física de los jugadores… El talento técnico-táctico de los futbolistas deba condicionar la elección del plan de juego por parte del entrenador. No todos los equipos pueden apostar por la posesión del balón si quieren tener éxito». Por tanto, una vez más, las verdades absolutas del fútbol se convierten en relativas según los enfoques de cada momento específico y de cada partido. En todo caso, las distintas categorías del juego del fútbol han pasado por etapas tácticas, las variantes de los dibujos y formaciones, la preponderancia de las cualidades físicas de los futbolistas, la transferencia táctica del hombre-atlético al hombre-balón asociativo pasó por etapas de ida y vuelta, etc.

Porque, lo contario a no tener el balón, será la inseguridad y los riesgos frente al equipo oponente. Por otra parte, la velocidad física sin balón estará orientada al marcaje, a la anticipación, al corte, al cierre zonal de espacios, etc. Pero, todo condicionado a lo que proponga el equipo contendiente. Por cuanto, la mayor iniciativa será la del repliegue más o menos intensivo, en zonas defensivas con acumulación de hombres mejor o peor posicionados dentro de su propio campo, o a la altura del área de penalti, o más cerca de su propio portero. La iniciativa individual o colectiva estará siempre condicionada al propietario del balón, por tanto, una iniciativa de suma cero o negativa. Por tanto, el criterio de Mourinho manifestado en «The Coaches voice», junio.2019, se contrapone al criterio único de la posesión como concepto superior, aunque podemos ver la importancia del juego «sin balón» en los últimos partidos del R. Madrid como para defender un resultado incluso «tirando el balón a tomar por saco», según dijo castizamente Zinedine Zidane.

Él no lo hizo en «La Novena» porque fue un remate para conseguir gol, no para evitarlo, como plasmé en mi libro «Futbolandia. Ensoñaciones, realidades y virguerías del fútbol»: «… metiendo el balón entre los palos de la portería, tiene un imán que condiciona a todos los participantes: la pelota. Esa esfera que, en el momento actual, ya no se sabe muy bien si es de cuero o de qué material resistente, que pesa entre 396 y 453 gramos… La pelota obedece a algunos jugadores más que a otros, los virgueros saben encontrar los puntos de contacto adecuados para que la redonda se dirija a donde ellos quieren, domándola, acariciándola, llevándola por los mejores caminos posibles y subyugando a miles de espectadores en partidos altamente competidos, cada vez más». También escribí sobre «la novena sinfonía de Zidane» en aquel golazo que sirvió para conseguir la «Champions» con el Real Madrid. No me extraña que Julián Marías escribiera: «Solo entonces Zidane comprendió la naturaleza azarosa, improvisada, inesperada de aquel balón: era sobrenatural, un regalo caído del cielo. El resto lo puso él. El parece también a veces caído del cielo. Por eso supo reconocerlo, y hacerlo carne, y luego verbo». Alguien decidió que en un momento específico se juntaran la técnica de un fenómeno futbolístico con un balón a la velocidad y altura justa… Y las potencias del balón se hicieron realidad, «carne y verbo» como dijo Marías…

El nivel medio técnico-táctico de la Liga 2019/20 es muy bueno, ahí tenemos a un recién ascendido como Granada que está comenzando el Campeonato de manera excepcional. Y goleando, propiedad nada común en los equipos de bajo presupuesto. Pero es que además de buen culto al balón, el Granada se expresa con mucha velocidad física, destaca este componente nada más observar el partido en cualquier zona geográfica del campo de juego y con una excelente circulación de la pelota. Y es bonito comprobar que estos equipos de bajo presupuesto sean precoces en la obtención de puntos para animar esta Liga tanto por arriba como en los puestos traseros. Es fundamental que la batalla por los puntos sea exigente, por cuanto es la mejor manera de que todos los equipos compitan al máximo y la Liga comparta entre muchos más equipos los puntos globales a repartir.

(18. setiembre. 2019).

1.6.¿Sólo con «intensidad» se resuelven los problemas futbolísticos?

«Me siento en la necesidad de alcanzar el máximo de intensidad con el mínimo de medios». (Joan Miró).

El presidente del Real Madrid se presentó en la Asamblea de Socios asegurando: «La pasada temporada no es la que deseábamos en lo que al fútbol se refiere. Este equipo venía de ganarlo todo, hasta lo que parecía imposible. Pero nos ha faltado la intensidad necesaria, fue un curso difícil, todos hemos hecho autocrítica porque tenemos que darle la vuelta a la situación. Desde esa autoexigencia hay que hacer la transformación necesaria. El reto es seguir ganando en un escenario cada vez más complejo. Hay que poner en valor lo que el equipo ha ganado este año, tener una perspectiva adecuada. También recuperar el hambre de triunfos tras un ciclo de 17 títulos en las últimas nueve temporadas. Es una de las grandes gestas de la historia del fútbol… Son jugadores que lo han ganado todo, que merecen el respeto y cariño de la afición». Teóricamente, el discurso es impecable y más en ese Órgano máximo del Real Madrid. Pero me agarro a esta percha de la intensidad para analizar si es el único camino posible…

No importa donde consultes sobre los partidos de futbol nacionales o internacionales, siempre aparecerá algún comentario al respecto de la «intensidad». «La intensidad es innegociable», dijo Arturo Vidal el centrocampista del Barcelona. En otras fechas pasadas, Ronaldo Nazario aseguró: «El Liverpool se comió al Barcelona en intensidad, ganas y puntería». Y así sucesivamente. En febrero 2014, El Norte de Castilla, escribía sobre «El espíritu de Luis Aragonés»: «… Luis Aragonés detectó pasividad en sus jugadores y detuvo el entrenamiento. Se estaban ensayando jugadas de estrategia y no le agradaba el comportamiento de los suyos en los ejercicios que se llevaban a cabo aquella mañana en el césped del Colegio Amorós. Los futbolistas bajaron la cabeza en el improvisado corro que se formó en el centro del campo. El técnico exigió a sus jugadores más intensidad. Luis tiró de psicología. El entrenamiento se reinició. En la siguiente acción hubo respuesta al efecto de la bronca del de Hortaleza. Schuster lanzó una falta lateral al corazón del área donde dos colosos saltaron con todo a cabecear el balón: Juanma López y Patxi Ferreira. Los dos cayeron al suelo. Los dos se dolieron. El primero se dolía en la boca. El segundo, en el cuello. La causa fue que López clavó un diente a su compañero en el salto. Tras ser atendidos el doctor González y el masajista, ambos se levantaron y siguieron ejercitándose y cumpliendo el guión de la sesión programada del día. Luis tuvo ya lo que quería y les pidió unos minutos antes. Intensidad en sus jugadores».

Del mismo modo, pudimos leer en «Youcoach», firmado por Giuseppe Maiuri, que «La intensidad es el parámetro fundamental del entrenamiento» desarrollando este pensamiento o metodología: «El fútbol incluye la ejecución de movimientos realizados a la máxima velocidad, que tienen que ser realizados un número frecuente de veces durante toda la duración del partido. El fútbol es fundamentalmente un deporte acíclico, imprevisible, y tales características hace que a menudo, en el partido, tales movimientos a alta intensidad sean separados por tiempos de recuperación breves». Y significa aún: «Muchos estudios científicos han demostrado como la diferencia entre los equipos de alto nivel y los de nivel inferior dependa sobre todo de la intensidad continua con la que el equipo consigue sostener periodos de juego prolongados».

(…) «Es imposible olvidar que el fútbol es un deporte prevalentemente táctico-estratégico en el cual el jugador es llamado constantemente a percibir/analizar/decidir en relación a un determinado contexto táctico. La correcta actualización del modelo de juego elegido por el entrenador, dependiendo de la periodización táctica, depende del grado de intensidad cerebral y física que se consiga poner. Por consiguiente, es posible afirmar que la intensidad es el verdadero parámetro discriminante de un correcto entrenamiento… Es imposible separar la intensidad de la concentración. Cuando se afirma que el fútbol necesita intensidad nos referimos a la complejidad y la constante necesidad de concentración… Las tareas con alta intensidad realizadas con el balón tienen que representar la nueva frontera para el entrenador moderno».

El Real Madrid jugó contra el París Saint Germain el día 18 de setiembre y perdió por tres goles a cero, un resultado excesivo, una muestra evidente de que el equipo está a falta de alguna cualidad perdida, no se sabe muy bien si física, táctica o mental. Y, coincidiendo con el discurso del presidente en la Asamblea, Zinedine Zidane insistió en que el equipo había estado «falto de intensidad». Quizás conviene insistir que «se juega como se entrena» y Zinedine tendrá que repasar este aspecto de manera inmediata…

Me interesan mucho las opiniones de Angel Cappa acerca del fútbol, siempre me gustaron sus publicaciones sobre todo el libro compartido con Menotti, «Fútbol sin trampa», para mí uno de los mejores textos sobre fútbol que se hayan escrito. En el «Congreso Internacional de Coruña» dio una conferencia interesante: «Lo primero que tiene que tener claro un entrenador es que debe jugar lo mejor posible al fútbol, comprendiendo el juego y a través de una buena reproducción del mismo, intentar ganar. Porque la victoria te da alegrías instantáneas, pero el buen juego te permite soñar en el tiempo… Hemos de saber que nada, ni nadie, te garantizará el triunfo. El fútbol se hizo grande, no porque alguien ganase partidos, sino porque hubo equipos que jugaron muy bien al fútbol. El fútbol es un negocio… y tiene el objetivo de ganar lo más rápidamente partidos, esa inmediatez hace mucho daño al fútbol y hace que la gente no repare en los medios, sino simplemente en el resultado. Muchas veces el entrenador de fútbol no tiene tiempo, ni a fracasar». Concluyendo también en que «entender que la presión depende en gran medida de la organización y no tanto de la intensidad, como se cree. Es fundamental la solidaridad en esa organización».

El entrenador Cappa siempre estuvo a favor de «jugar bien» antes que «presionar» mucho para recuperar el balón si después no se sabe muy bien para que se quiere la pelota. Y se atreve a comentar la antítesis de lo que tiene que ser un entrenador de fútbol: «Conocí a un entrenador que les hacía correr hasta que vomitasen, aquí el que no vomita, no juega… yo entiendo lo mismo con el juego, aquí el que no trate de hacer cosas con la pelota, no juega». Por eso, el concepto de «intensidad» va a ser la cantinela de los próximos meses en el Real Madrid porque, es lógico, su presidente, su entrenador, ya lo están aireando de manera oficial. Y bien es cierto que se carece también de otros argumentos futbolísticos.

Personalmente espero que se renuncie a esa «actitud displicente» que muestra el equipo del Real Madrid y que proviene de temporadas anteriores, el equipo juega y juega pensando que al final de cada jugada, «alguien» aparecerá metiendo el gol de la victoria. Pero esa actitud tiene una carencia capital en este momento, pues ya no juega Ronaldo, que al final siempre metía el gol de la victoria. Pero algo parecido le pasa al Barcelona, cuando Messi es el «matador», su abuso de la pausa ya no se permite si no se gana. Cuando se pierde, todo son críticas. Yo me daría por conforme si estos equipos salieran a ganar el partido desde el minuto uno, ese cambio de actitud predispondría el ambiente de combate necesario, por supuesto sabiendo controlar el juego y el partido cuestión que no se produjo en el partido contra el Levante, cuyo resultado 3-2 se produjo cuando en la primera parte el R. Madrid ganaba ampliamente por 3-0. Declaraba Simeone allá por agosto.2013, «que su equipo tiene que mostrar «intensidad» en el juego para no ser uno del montón.