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La condesa viuda, Anna von Silfverhuus, estuvo casada con un hombre que hacía tiempo había perdido el interés en ella. Ahora estaba muerto, y ella estaba por dejar su antigua vida atrás y empezar una nueva. Con premura, vendió el castillo Mangeby donde había vivido con su difunto esposo. Anna se lanzó a conquistar Estocolmo, tanto sus atracciones culturales como a sus hombres. La ciudad era el hogar de un amplio número de hombres que formarían fila para cortejar a una mujer hermosa y rica como ella. No era una mujer paciente; este era su momento de experimentar todo lo que le había sido negado... ¿Tendrá éxito en conquistar a su amor perdido? ¿O encontrará otros amores?-
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Seitenzahl: 22
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Britta Bocker
LUST
La liberación de la viuda del conde
Original title:
Den frigjorda änkegrevinnan
Den frigjorda änkegrevinnan Copyright © 2019 Britta Bocker and LUST, an imprint of SAGA, Copenhagen All rights reserved ISBN: 9788726313505
E-book edition, 2019 Format: EPUB 2.0
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La viuda del conde, Anna von Silfverhuus, se encaminaba hacia un futuro de incertidumbre. Pero esta vez viajaba en su carruaje y ella había decidido hacia dónde ir. Se sentía de maravillas dejar que la mente vagara por el verde paisaje que atravesaban. Sonrió discretamente al pensar en la ceñuda doncella Beatrice, quien iba sentada frente a ella. Ahora era el turno de que la doncella sintiera la incertidumbre de lo que el mañana traería.
Cuando Anna llegó al castillo Mangeby como una joven recién casada, Beatrice fue la doncella que se hizo cargo de ella. Una de las tareas principales de Beatrice era asistir al conde para entrenar a su joven esposa para ser el tipo de amante que él quería disfrutar. Beatrice jugó un rol esencial en la casa del conde. Cuando el conde se hartó de su nueva esposa, se le encomendó la tarea de encontrar nuevas jóvenes para ser entrenadas como criadas y queridas del mañoso aristócrata. Durante el tiempo que estuvo casada, la condesa tuvo que aceptar el hecho de que Beatrice tenía un mayor estatus y más influencia con el conde que ella.
Pero cuando el conde falleció, los roles finalmente se intercambiaron. Anna von Silferhuus ya no era una tímida joven esposa. Era una viuda respetable con una vasta fortuna que le brindaba la libertad de hacer lo que quisiera. Ahora, Anna se alejaba del castillo Mangeby y estaba decidida a venderlo tan pronto como pudiera. Quería dejar atrás todo lo que representara su antigua vida y recomenzar una nueva. Por esa razón, había comprado una inmensa casa solariega en Estocolmo, donde iniciaría una nueva vida de lujos y placeres sin restricciones.