Los euronautas: exclusión extrema e inmigración - Fernando Vidal Fernández - E-Book

Los euronautas: exclusión extrema e inmigración E-Book

Fernando Vidal Fernández

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Beschreibung

Este libro es el resultado de una exhaustiva investigación social cualitativa de historias de vida y permite al lector acompañar las aventuras de treinta extranjeros desde que se plantean en sus tierras de origen la posibilidad de emigrar hasta que tras muchas desventuras sufren peores adversidades y cómo las remontan. Son historia de conflicto y superación que muestran el drama de la condición humana en las capas más interiores del mal social.

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LOS EURONAUTAS: EXCLUSIÓN EXTREMA E INMIGRACIÓN / [Fernando Vidal - Martina Charaf]

Antetítulo

LOS EURONAUTAS: EXCLUSIÓN EXTREMA E INMIGRACIÓN

Pedidos

Títulos

FERNANDO VIDAL FERNÁNDEZMARTINA CHARAF

LOS EURONAUTAS:EXCLUSIÓN EXTREMA E INMIGRACIÓN

2011

Créditos

Esta editorial es miembro de la Unión de Editoriales Universitarias Españolas (UNE), lo que garantiza la difusión y comercialización de sus publicaciones a nivel nacional e internacional.

Dirección y redacción: Fernando Vidal Fernández

Dirección del equipo de la Fundación RAIS: Martina Charaf

Coordinación del trabajo de campo: Gabriela Jorquera

Colaboradores de la investigación: Ángela Fanjul, Beatriz Iraeta, Josephine Kouadou, Ruth Ávila y Rafael Pérez.

Patrocinio: Dirección General de Inmigración, Comunidad de Madrid

© 2011 Universidad Pontificia Comillas

Universidad Comillas, 3

28049 Madrid

Diseño de cubierta: Belén Recio Godoy

ISBN:

Impreso: 987-84-8468-372-8

PDF: 978-84-8468-394-0

e-Pub: 978-84-8468-395-7

Mobipocket: 978-84-8468-396-4

Depósito Legal: S. 1.653-2011

Reservados todos los derechos. Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier sistema de almacenamiento o recuperación de la información, sin permiso escrito de la UNIVERSIDAD PONTIFICIA COMILLAS.

Citas

“Tened presente el hambre: recordad su pasado…Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintosdonde la vida habita siniestramente sola…El animal influye sobre mí con extremo,Y busco por mi cuerpo lo más puro que anida,bajo tanta maleza, con su valor primero...Yo, animal familiar, con esta sangre obreraos doy la humanidad que mi canción presiente”.

Miguel Hernández

“Creo que las historias tristes sobre padecimientos concretos

muchas veces son un mejor camino

para modificar el comportamiento de la gente

que citar reglas universales”.

Richard Rorty

“Let your hearts be broken”.

Joel 2, 13

ÍNDICE

ÍNDICE

LOS EURONAUTAS: EXCLUSIÓN EXTREMA E INMIGRACIÓN / [Fernando Vidal - Martina Charaf]

Antetítulo

Pedidos

Títulos

Créditos

Citas

CAPÍTULO 1: INTRODUCCIÓN

1. OBJETIVOS

2. LOS EURONAUTAS

2.1. Los euronautas: los viajes fundadores de Europa

2.2. Migraciones: los tiempos heroicos

2.3. El patrón oro

2.4. La vivencia de los argonautas: la mayor estrechez y la blanca paloma

3. EL CONTEXTO DE VULNERABILIDAD E INMIGRACIÓN

3.1. Exclusión, pobreza e inmigración

3.2. Extranjeros sin hogar

4. MÉTODO DE INVESTIGACIÓN

4.1. Pensar desde las historias como un juego de matrioskas

4.2. Estructura del cuestionario

4.3. Limitaciones y posibilidades de la universalidad de esta investigación

4.4. Criterios para la selección de perfiles

5. LAS HISTORIAS DE LOS EURONAUTAS: LAS 28 HISTORIAS

5.1. Calais de Nigeria, el pastor evangelista nigeriano

5.2. Butes de Polonia, cojo, salvado por apoyos cruciales

5.3. Palemonio de Polonia, el mayordomo polaco

5.4. Hilas de Ghana, heroísmo para salir de la violencia de la droga

5.5. Linceo de Chile, roto tres veces y vuelto a unir

5.6. Ergino de Marruecos, guarda de obra rehabilitado

5.7. Corono de Chile, un notable en la calle

5.8. Nauplio de Brasil, matrimonio de conveniencia

5.9. Céneo de Rumania, orfandad, esclavitud y libre solidaridad

5.10. Autólico de Costa de Marfil, fugitivo

5.11. Néstor de Rumania, circo, espionaje y albergue

5.12. Equino de Guinea Conakry, una emigración de largos viajes

5.13. Laoconte de Argentina, un economista desde la calle

5.14. Meleagro de Guinea Conakry, enfermo de exclusión

5.15. Ífito de Benin, empresario ferretero estafado

5.16. Pirítoo de Ucrania, trabajador industrial con ambición

5.17. Teseo de Chile, dando tumbos por los mundos

5.18. Clitio de Polonia, navegando en el alcohol

5.19. Acasto de Marruecos, superar la traición del padre

5.20. Polifemo de Angola, una vida en guerra

5.21. Tifis de Nigeria, la emigrante global

5.22. Euritión de Polonia, hundirse en el alcohol

5.23. Eufemo de Ucrania, tener la vida en el aire

5.24. Pélea de Camerún, un viaje de nueve años por África

5.25. Periclímeno de Marruecos, expulsado por su padre

5.26. Anfión de Nigeria, el sueño roto de Europa

5.27. Cefeo de Ecuador, pasarte un tren por encima

5.28. Zetes de Lituania, el juego de perder

6. REFLEXIVIDAD Y NARRATIVIDAD

6.1. La exclusión y la inmigración no anulan la singularidad sino que la multiplican

6.2. La exclusión social no anula la conciencia sino que proporciona una dramática lucidez introspectiva y moral

6.3. La transparencia como hospitalidad y la narración como resistencia

CAPÍTULO 2: ORÍGENES Y DESTINOS

1. LA VIDA EN EL PAÍS DE ORIGEN

1.1. Comenzar la vida

1.2. Reconversiones

1.3. Vidas precarias

1.4. Saltar desde lo alto

1.5. Perseguidos

2. RUPTURAS DE ORIGEN

2.1. Donde es la vida la que se desindustrializa

2.2. Malas decisiones

2.3. Sin más conflicto que el vacío

2.4. Cuando uno mismo rompe la vida

2.5. Quebrar personal y financieramente

2.6. Orfandades

2.7. Las más profundas heridas internas

2.8. Problemas familiares, enfermedades y desespero

2.9. Sin suficiente confianza en la educación

2.10. Alcohol al vacío

2.11. Revolución

3. AL PARTIR

3.1. Antecedentes migratorios

3.1.1. Primera experiencia migratoria en la familia

3.1.2. Parientes emigrados

3.1.3. Retornados lejanos

3.1.4. Éxodos de guerra

3.1.5. Internacionales experimentados

3.1.6. El Dorado de Europa

3.2. Motivos para irse

3.2.1. Depresión social

3.2.2. Un lugar en el mundo

3.2.3. Colapsos vitales

3.2.4. Violencia

3.2.5. Un cuadro de motivaciones fusionadas

3.3. ¿Tengo un plan?

3.3.1. Ingenuidad e improvisación

3.3.2. Retornos lejanos

3.3.3. Lograr capital educativo

3.3.4. El plan: entrar y aguantar

4. VIAJES, ITINERARIOS HASTA LLEGAR A MADRID

4.1. Libre movilidad

4.2. Pateras, furgones y contenedores de hombres

4.3. Buscar la puerta adecuada

4.4. El papel de las estafas

4.5. Los éxodos africanos

4.6. Emigrantes globales

4.7. Reemigrar

4.8. Refugiados

4.9. La gravedad inmigratoria madrileña

CAPÍTULO 3: LA PRIMERA ESTAPA

1. ATERRIZAJES EN ESPAÑA

1.1. Redes

1.1.1. Apoyos en casa

1.1.2. Parientes internacionales

1.1.3. Los amigos en el extranjero siempre son buenos

1.1.4. Donde los racimos migratorios rompen

1.1.5. Contactos remotos

1.1.6. Contactos virtuales

1.1.7. La fuerza de la calle

1.1.8. Calles de información

1.2. Los sin voz

1.3. El muro de papel

1.3.1. Las desdichas del estar

1.3.2. Puertas traseras

2. LOS TRABAJOS DE LA INMIGRACIÓN MÁS DURA

2.1. La primera etapa de trabajo

2.1.1. Buenos comienzos

2.1.2. Éxitos empresariales

2.1.3. Cuando incluso un trabajo no es suficiente

2.1.4. Esperas que dan fruto

2.2. La vivencia de trabajo

2.2.1. Búsqueda activa de empleo

2.2.2. El valor de la excelencia

2.2.3. Circuito laboral de exclusión

2.2.4. Trabajos encadenados

2.2.5. Las condiciones de trabajos incondicionales

2.2.6. Vivir en una caseta de obra

2.2.7. Buenas experiencias con empleadores

CAPÍTULO 4: CAÍDA

1. ROTURAS EN LA PRIMERA ETAPA

1.1. La primera rotura del proyecto migratorio: desencadenantes puntuales

1.1.1. Malas decisiones estratégicas respecto al trabajo

1.1.2. Una decisión laboral mal meditada

1.1.3. Accidentes laborales: un mal paso

1.1.4. Fracasos de parejas y familias

1.1.5. Engañados hasta la ruina

1.1.6. Máxima traición

1.2. Problemas estructurales

1.2.1. Salud mental: vivir en guerra

1.2.2. Alcohol

1.2.3. Drogas

1.2.4. Vidas en delito

1.2.5. Un error de arma blanca

1.2.6. Empujando bolas de nieve

2. BARRERAS CONTRA LA INCLUSIÓN: SEGUNDAS GENTES

2.1. Recursos sociales que hacen perder empleabilidad

2.2. Sin empleo, calle

2.3. Desalojados

CAPÍTULO 5: CALLE, VIDA Y EXCLUSIÓN

1. PRIMERA CALLE

1.1. Calle

1.1.1. La calle como frontera social

1.1.2. Vagabundeo

1.1.3. Cargar con la calle

1.1.4. Pena de calle

1.1.5. Huir hasta perderse

1.1.6. La calle como violencia y violencia en la calle

1.1.7. La calle polariza el interior

1.1.8. Contradicciones: vergüenza y eremitismo

1.1.9. En la calle es peligroso soñar

1.2. Información de calle

1.2.1. Cuando informar es formar para la calle

2. LUGARES, REMOLINOS Y CIRCUITOS

2.1. Un lugar en el mundo

2.1.1. Buscar plazas o encontrar lugares

2.1.2. Pesado de equipaje

2.1.3. Los gatitos de Ravensbrück

2.2. La calle tiene forma de remolino

2.3. El circuito de los recursos sociales

2.4. Albergue

2.4.1. No encontrar albergue o no encontrarte en un albergue

2.4.2. Purgatorio social: cada uno llora en su propio idioma

2.4.3. Una ayuda estigmatizadora

2.4.4. La calle de la jornada

3. LA VIVENCIA DE EXCLUSIÓN

3.1. Arrojados del mundo

3.2. El duro material del que está hecha la ausencia

3.3. El mal de la exclusión se multiplica y divide

3.4. La vivencia de desposesión

3.5. Da miedo del miedo que da

3.6. Hacerse invisible a los problemas

3.7. Orden y ley: calle y policía

4. EXCLUSIÓN COMO AUSENCIA DE SÍ

4.1. Yo soy un hombre: la ciudadanía de Ulises

4.2. Las estructuras prosaicas de la exclusión social

4.3. Evanescencia de los perfiles de exclusión

4.4. Exclusión y propia responsabilidad

4.5. La violencia de la exclusión

4.6. Exclusión y ausencia

CAPÍTULO 6: LA TRIPLE ERRE: REDES, RESISTENCIAS, RESILENCIAS

1. TEXTOS Y CONTEXTOS DE VINCULACIÓN

1.1. Un puente hecho de ti

1.2. La Calle de los Encuentros

1.3. El primer hombre

1.4. Colgados

1.5. Contextos sin texto

1.6. Códigos grises

1.7. Creer en ti por cómo en ti creen los demás

2. COSAS DE FAMILIA

2.1. El peligro de la hiperprotección

2.2. Reina de picas y corazones

2.3. Todo por mi hijo

2.4. Contacto y comunicación con la familia

2.5. Remesas: sacar de donde no hay para donde no hay

2.6. Planes de familia

2.7. Amar en tiempos revueltos

2.8. Reagrupamientos

2.9. Reconciliación

3. AYUDAR A OTROS

3.1. La patria es servir a los demás

4. CAPITAL SIMBÓLICO

4.1. Grandes esperanzas

4.1.1. Tiempos que desafían la confianza

4.1.2. La primera palanca

4.1.3. El derecho a no sentirse impotente

4.1.4. Por lo menos

4.1.5. Sentido de tragedia, sentido de esperanza

4.1.6. Una escalera al cielo

4.2. Militar en la resistencia y la resiliencia

4.2.1. Las fuentes de la identidad

4.2.2. Sujetos a la persona

4.2.3. La fuerza de la debilidad del superviviente

4.2.4. Defensa de la propia historia

4.2.5. Lo que el tacticismo protege

4.2.6. La resistencia liberada del alcohol

4.3. Religiosidad

4.3.1. Una experiencia religiosa compleja

4.3.2. El capital transnacional de las religiones

4.3.3. Redes prácticas

4.3.4. La vivencia religiosa

CAPÍTULO 7: RECOBRAR LA VIDA

1. INFLEXIONES

1.1. Un camino para repensar

1.2. Apoyo ciudadano organizado: la hospitalidad que empodera

1.3. Despertares

1.4. Desintoxicarse de tanta exclusión social

1.5. Lograr enjuiciar la propia situación

2. ITINERARIOS DE EMPODERAMIENTO

2.1. El acceso a recursos y el factor personal

2.2. La necesidad de hacer

2.3. Necesidad de sentido: el reino del Nombre

2.4. Ascensiones

2.5. Dificultades para persistir en el proceso de mejora

2.6. Volver a empezar

3. SIN RETORNO

3.1. Retornos de dudas

3.2. No se recomienda emigrar

3.3. Sueños para una vida después del retorno

CAPÍTULO 8: MIGRACIONES INTERIORES: LO QUE LA EMIGRACIÓN TIENE DE PEREGRINACIÓN

1. LA VIDA EN CERO: “VOY A PENSAR OTRA VIDA”

2. LA EXPERIENCIA MORAL DE LA EXCLUSIÓN EXTREMA

2.1. Reproche y perdón

2.2. El doble filo del pundonor

2.3. Agradecimiento

2.4. La exclusión licua y liquida

3. LOS INMIGRANTES NO VIAJAN SÓLO PARA BUSCARSE LA VIDA SINO A BUSCAR LA VIDA

3.1. Pensé una vida nueva…

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA

Contraportada

CAPÍTULO 1: INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1

INTRODUCCIÓN

1. OBJETIVOS[1]

Para quien no esté familiarizado con el mundo de la pobreza severa en nuestras sociedades, la lectura de este texto le llevará a un viaje por alguna de las historias más rotas de nuestro país invitándole a comprender compasivamente a las personas; a compartir con ellas sus sentimientos; a admirar su coraje; a conocer las claves del fenómeno de la exclusión desde lo más profundo de las biografías de los que la sufren; y a pensar cómo se pueden hacer algunas cosas para que se reduzca o supere dicha exclusión. Esta investigación presenta sistemáticamente un conjunto de historias de inmigrantes que han sufrido y algunos siguen sufriendo vulnerabilidad extrema.

Nuestro primer objetivo era conocer los detalles de esos procesos para identificar las encrucijadas que marcan los cambios en el curso de la vida de las personas. Y queríamos conocer esos detalles dentro del proceso general y profundo de la vida de cada persona porque es en ese ámbito de lo global y los fundamentos donde se juegan las mayores encrucijadas. El segundo objetivo era dar a conocer esas vidas y esos acontecimientos a la sociedad y a los decidores de las políticas que pueden mejorar las situaciones. Nuestro tercer objetivo era extraer a partir de ese diagnóstico un catálogo de propuestas de mejora de las políticas de inmigración en materia de exclusión extrema.

Esta investigación –un viaje de encuentros que busca la verdad por profundidad de las historias y no por extensión de los casos– está limitada a veintiocho personas que se hallan en la región de Madrid, aunque nuestros protagonistas han recorrido toda España y parte de Europa. No obstante, creemos que las historias ofrecen tal hondura que se muestran rasgos universales de la condición humana cuando se somete a la migración y la exclusión extrema. Quizás sea bueno, antes de comenzar el viaje con el lector, facilitar ahora una síntesis del resultado global de la investigación.

La investigación sociológica que hemos llevado a cabo conociendo con gran profundidad y extensión cada una de las casi treinta historias de las personas con las que nos hemos encontrado, nos demuestra que las historias de los inmigrantes en pobreza severa no sólo denuncian sufrimientos y responsabilidades sino que son una fuente que revela soluciones para poder recobrar su vida y crear una sociedad mejor. Eso nos conduce a defender que para la mejora de las políticas sociales, hay que pensar las soluciones a la exclusión social desde dentro de las historias de los sujetos y sus comunidades.

Al atender a los orígenes, planes y viajes migratorios de las personas que entrevistamos, concluimos que cuando no existe suficiente capital social y planificación, se multiplica el riesgo social y los viajes desgastan tanto que los sujetos se descapitalizan. Esas carencias tienen que ser mitigadas con herramientas de cooperación internacional que prevengan los procesos migratorios más arriesgados mediante la información y la capitalización de los sujetos.

También en la primera etapa hay una brecha de exclusión en la que el sujeto corre riesgo de caer si no cuenta con los mínimos soportes y con suficiente capital social y cultural. Por eso, la política social de inmigración, en alianza con la sociedad civil, debe convertir el país de recepción en país de acogida. En la primera etapa de acogida hay que dotar a los sujetos, empresas y comunidades vecinales con recursos suficientes para defender la vida, con procesos formativos y con lugares asociativos de capitalización social y cultural.

Al no disponerse esos medios por parte del inmigrante ni la sociedad receptora, las personas caen en espirales de exclusión. La calle invisibiliza y violenta desproveyendo al sujeto de capitales y lugares con que poder recobrar su vida. Algunas soluciones convencionales son circuitos de recursos que crean remolinos de dependencia y descapitalización. La mera dotación de recursos no inicia ni consolida mejoras, pero un recurso aun modesto que genere capital social y cultural sí es suficiente para mejoras cualitativas de la persona. La mezcla de los inmigrantes con personas sin hogar en los mismos recursos y servicios sociales supone una desocialización acelerada de los inmigrantes en el mundo de la exclusión extrema y una intensificación de sus procesos de deterioro. Para poner solución eficaz y sostenible a ese problema, hay que localizar a los sujetos saliendo a su encuentro y creando –en vez de circuitos– procesos que les capitalicen recobrando el control sobre su vida y posibilitando la movilidad social. En esa relocalización del sujeto es fundamental el encuentro con las personas y comunidades de la sociedad de acogida en clave empoderadora y reconciliadora. Las personas inmigrantes tienen características especiales que permiten itinerarios de empoderamiento más acelerados que el perfil general que sufren las personas sin hogar y por ello requieren servicios específicos que impidan la desocialización acelerada de los capitales con que cuentan.

La exclusión social corroe las resistencias y desactiva la resiliencia de las personas. Pese a ello, los sujetos aguantan las violencias y recobran fuerzas para emprender mejoras. Para ayudar a ello, la intervención social debe encontrar, reconocer y crear fuentes y experiencias de resistencia y resiliencia para el sujeto y sus grupos. Hasta las personas más violentadas por la exclusión extrema han podido iniciar procesos de mejora cualitativa de su vida gracias a la hospitalidad radical y a medios que posibilitaron que el sujeto pudiera reconstruir el sentido y vínculos de su vida desde sus fundamentos. Si queremos intensificarlo, hay que implementar un modelo de intervención que genere la hospitalidad que activa procesos cualitativos de mejora y que dote al sujeto del capital social y cultural que hace que los empoderamientos se consoliden. Hay que procurar que esos procesos se ofrezcan a todas las personas que sufren exclusión extrema para reorientar sus proyectos hacia una solución viable.

En el proyecto fallido de emigración, algunas personas que por ello han sufrido la exclusión extrema, han visto cómo también su interior emigraba y se vaciaban. Todo ese proceso de emigración y exclusión ha supuesto un radical desplazamiento y movimiento interior y moral en el que perdieron y buscan la vida. Hay que diseñar la intervención social de modo que se dispongan las herramientas y los contextos en donde la persona pueda reflexionar su vida y moral, pueda reconstruirlas y enseñar reconciliadoramente a la sociedad desde esa experiencia.

2. LOS EURONAUTAS

2.1. Los euronautas: los viajes fundadores de Europa

Si queremos comprender fenómenos como el que abordamos no podemos verlos aisladamente sino en el sistema-mundo: ya ningún acontecimiento del presente podrá ser visto aislado de lo global; la globalización nos ha llevado a cobrar conciencia de que hasta el acontecimiento más singular es totalmente universal. Tenemos que mirarlo en lo global; también en el marco de la época: la Modernidad. Y, si queremos darle profundidad a su significado, tenemos que pensarlo sobre el trasfondo de la civilización. En nuestro caso, queremos pensar este fenómeno de la migración en exclusión extrema como algo que no es lateral a Europa sino que viene a integrarse en el corazón de esa experiencia de civilización que llamamos Europa. Y lo hacemos imbricándolo en uno de los mitos fundadores de Europa, Los Argonautas. Como aquellos Argonautas, primera generación de fundadores de la Europa clásica, hoy hay quien embarca ya no en la nave Argos sino en la nave Euro o Europa para buscarse la vida y buscar la Vida. Ninguno de ellos duda que en Europa las mayorías disfrutan la “buena vida”, pero ¿conduce Europa a la verdadera “vida buena”?

Las historias de la inmigración, sus aventuras y desventuras, no sólo no son un fenómeno nuevo en Europa sino que forman parte de su constitución. Los propios europeos las protagonizaron durante varios siglos atravesando el Atlántico cuando formaron las “nuevas Europas” y está enraizada en las capas más profundas de la conciencia europea. Una Europa que desde la experiencia judía y griega a la cristiana y romana, tuvo en la migración uno de sus pilares. La propia Modernidad –cuyo eje es la universalización– no se entendería sin los movimientos de personas circunvalando y reubicándose por el mundo. La Ilíada, la Odisea, la Eneida o la Argonáutica son relatos de viajeros, colonos, emigrantes, idas y retornos. Todas las ciudades medievales creían tener sus orígenes legendarios en la diáspora de refugiados y emigrantes dispersados por la guerra de Troya, estallada al fondo del Mediterráneo. Del fondo del Mediterráneo también el judaísmo y el cristianismo se expandieron por Europa siguiendo las rutas de los emigrantes, los cuales los hicieron crecer hasta refundar el continente.

Todas esas migraciones no fueron nunca solamente afán de prosperar, comercio, huída o hambre sino que cualquiera de esos motivos para salir de Europa a buscarse la vida acabó convirtiéndose en una búsqueda de la propia vida. También en el caso de nuestros protagonistas, siendo sus motivos muy distintos para emigrar, han terminado planteándose la propia vida y sólo desde la respuesta al proyecto vital logran salir de las situaciones de sombra a las que han sido sometidos por la exclusión social.

Si alguna mitología antigua se emparenta entre nosotros con esa experiencia de viaje, de búsqueda de El Dorado, de iniciación a una nueva vida, es la Argonáutica, Jasón y los Argonautas. Cincuenta –el número varía dependiendo de la versión– personas atraviesan el Mediterráneo para encontrar una nueva vida, representada en aquella piel dorada de cordero colgada de una encina en la Cólquide. Para los griegos, la Cólquide era los confines del mundo habitado. Ahora hay nuevos nautas que vuelven de aquel viaje a los confines –una vez vencidos todos los confines–; vuelven a la tierra de quienes se han expandido por el mundo modelándolo durante toda la Modernidad, Europa.

Estos nautas emigran para subirse a Europa y navegar en ella para buscarse la vida y buscar la vida. Embarcados en Europa para buscar su Dorado, se convierten en los nuevos Argonautas: los Euronautas.

Permitámonos atender unas páginas a los significados que entraña el gran relato de los Argonautas antes de entrar a fondo en las aventuras y desventuras de los Euronautas. Esta motivación inicial busca abrir la imaginación del lector, universalizar su horizonte, multiplicar lo sugerente, invitar a pensar desde la belleza, es decir, desde el sentir profundo. Quizás escuchando los ecos de aquel viaje contra las paredes del Mediterráneo oriental, encontremos alguna luz e inspiración para poder comprender mejor el fondo de lo que de humano se juega en el actual fenómeno de la migración.

2.2. Migraciones: los tiempos heroicos

El profesor Joaquín Beltrán Antolín (2003) dio un original título a su libro sobre la emigración internacional china: Los ocho inmortales cruzan el mar: chinos en Extremo Occidente. Recoge la idea de un comentario hecho por el importante sociólogo y antropólogo chino Fei Xiaotong (1910-2005) –también reconocido activista cívico– respecto a los migrantes chinos en Inglaterra. Joaquín Beltrán explica así el motivo que toma como imagen para comenzar su libro: “Los ocho inmortales son unos seres míticos (.) En China todo el mundo conoce su existencia desde la infancia, sus aventuras son contadas a los niños (.), por doquier se encuentran referencias a sus personalidades que forman parte de la cultura popular. (.) Una de sus aventuras más conocidas es la travesía del mar poniendo en práctica todas sus habilidades (.) Los emigrantes se asemejan a estos inmortales, son figuras heroicas que tienen que poner en juego toda su imaginación y recursos para sortear las inmensas dificultades que encuentran en su camino hacia tierras extrañas (.). Son inmortales, sin duda, y la prueba está presente a la vuelta de cada esquina, manifiesta en la riqueza que son capaces de generar después de haber tragado tantas amarguras, circunstancia habitualmente ignorada”. (Beltrán, 2003: p.9).

A todos se nos hace presente la afortunada y popularizada imagen del Síndrome de Ulises que el magnífico psiquiatra Joseba Achotegui ideó en 2002. Esa aplicación que el Dr. Achotegui nos invita a hacer del icono de Ulises ha sido un concepto que ha ayudado a muchísima gente a comprender la estresada experiencia de los emigrantes. Es citada en numerosas conferencias e investigaciones y ha motivado distintas obras culturales como un poemario que el cubano Arsenio Rodríguez Quintana publicó en 2004 o la novela del colombiano Santiago Gamboa, El Síndrome de Ulises (Seix Barral, Barcelona, 2005).

¿Por qué tanto Joseba Achotegui como Joaquín Beltrán o nosotros mismos encontramos tan sugerente referenciar la experiencia migratoria a los grandes mitos fundantes de nuestra civilización? Sin duda coincidimos todos en ese carácter heroico de los emigrantes que tan bien expresa Beltrán. También parece que queremos señalar cómo lo migratorio es una experiencia constante en la historia que hallamos en los mismos cimientos de nuestras civilizaciones y que tuvieron un impacto extraordinario en nuestra búsqueda de la prosperidad y la sabiduría. También provoca un juego intercultural por el que ponemos en comunicación nuestras fuentes culturales euromediterráneas con el resto del mundo. Hacemos aparecer a Ulises, a Jasón o a Li Tieguai (el mayor entre los ocho inmortales, patrón de los pobres, enfermos y necesitados) con la piel de las más diversas naciones como un modo provocativo de hablar de la universalidad de la condición humana, de la común filiación que compartimos todos los hombres.

Aunque los sucesos les ocurran a personas concretas en lugares concretos, creemos que en todas esas historias y en las nuestras hay algo que es universal y que contiene claves para la sabiduría humana y la Razón Pública de cualquier tiempo y lugar. Queremos en nuestro caso asociar también a nuestros protagonistas –inmigrantes en exclusión extrema– a nuestros mitos fundadores señalando así que es ésta una experiencia universal de la condición humana presente en todas las culturas y religiones: son héroes y son víctimas, son viajeros y peregrinos, son tentados por la violencia, oprimidos por la injusticia, son la misma condición humana desnuda. Ponemos en jaque a nuestra civilización en su destino, el de los más pobres.

2.3. El patrón oro

Además de en el extremo occidental de Europa, en el extremo oriental de nuestro continente hay otra Iberia: la que se extendió desde el siglo IV antes de Cristo por las tierras que hoy conocemos como Georgia, sita bajo las conocidas como Puertas de Hierro. Esas tierras íberas eran atravesadas por una densa trama fluvial que bajaba de las nieves perpetuas del Cáucaso cargada de oro. En esas redes de aguas, los pueblos que antecedieron a los íberos georgianos habían desarrollado un singular modo de filtrar los ríos para arrancarles el dorado: usaban vellocinos de carnero, en cuyos filamentos quedaba atrapado el fino oro. Impregnado el vellocino de polvo de oro, había entonces que dejarlo secar colgado de las encinas hasta que era fácil desprender el oro. La visión de los encinares adornados con los vellocinos dorados brillando al Sol debieron causar tal impresión en los viajeros, mercaderes, sabios y poetas de la época, que se convirtieron en una leyenda que dio horizonte a uno de los mitos fundacionales de Europa: los Argonautas.

Todo el relato argonáutico se desencadena por un conflicto en el que colisionan los sueños de los hombres y la violencia del poder. Ixión era un rey violento desatado al ardor de sus rencores. Zeus le invitó a un banquete de perdón, pero para probar si Ixión se había realmente convertido al bien, le puso delante una seductora ensoñación de su propia esposa Hera, hecha de nubes. Ixión no sólo traicionó a Zeus sino que violentó a Hera, siendo fruto de ese rapto una fémina de nube, sueño y carne llamada Néfele. Ixión fue ejecutado por Zeus y condenado a dar vueltas en el Tártaro atado con serpientes a una rueda de fuego.

Señora del reino de las nubes, Néfele –hija del choque entre el sueño y la violencia– engendró a Centauro, padre de los poderosos centauros. Los reyes amaban a Néfele como quien busca sus sueños y fue Atamante, rey de Orcómeno, quien logró desposarla. De ese matrimonio fueron engendrados el niño Frixo y la niña Hele. Aunque la familia parecía vivir feliz ese estado ideal que mezclaba equilibradamente ciudad y sueño, la poderosa Tebas –capital del imperio de las tragedias– comenzó a ejercer su influjo sobre él a través de la seductora hija del rey, la bella y pérfida Ino. Arrebatado, Atamante expulsó a Néfele –reina de las nubes y sueños– y se desposó en segundas nupcias con esa poderosa Ino, con la que tuvo otros dos vástagos. Abandonó su sueño confiado al puro poder. También nuestros Euronautas salen de sus naciones tras un sueño pero a una parte los mecanismos del poder en cada sociedad que les va a recibir les va a hacer crujir el cuerpo e incluso el alma.

Ino trajo un poder sin límite, que habría de engañar a Atamante hasta hacerle ir contra sus propios hijos. Ino no se satisfacía con ser dueña del Rey sino que lo quería todo y aún más. Así, queriendo poseer todo para sus hijos, planeó eliminar a sus dos hijastros, Frixo y Hele, para los que siempre había sido una siniestra madrastra. Con la intención de que desaparecieran provocó una brutal crisis económica que trajo el hambre –malogró la semilla que debían sembrar para la siguiente cosecha, tostándola– y cuando Atalante envió a los expertos a consultar el Oráculo de Delfos sobre cuál era la causa de tal catástrofe, Ino les sobornó para que dijeran que para que la crisis desapareciera había que sacrificar a los hijos de la reina de las nubes y los sueños, Frixo y Heles. Ino hizo extender su falso oráculo por ciudad y campos y, agitado por ella, el pueblo exigió con una sola voz que el Rey ejecutara el sacrificio.

Una y otra vez se repite este arquetipo en la historia: una crisis por la que van a pagar las víctimas; la invención de víctimas expiatorias sacrificadas para proteger los intereses de un poder. Aquellos sobre los que hacer caer las responsabilidades de que se exculpan los más poderosos y que suelen ser los extranjeros, sean éstos judíos –se acusaba que por su condición religiosa no eran realmente alemanes–, negros –se les acusaba de que no eran realmente americanos–, moriscos –ocho siglos no les hacía del todo del lugar– o inmigrantes que desde países empobrecidos arriban a Occidente.

Igual que muchos otros gobernantes a lo largo de la Historia, acuciado por su opinión pública, Atamante decidió que los acusados pagaran por la crisis económica que asolaba el país y condujo a sus hijos a la pira. Pero cuando Frixo estaba a punto de ser ejecutado, su madre Néfele envió desde las nubes un carnero de vellón dorado, que le había regalado Hermes, dios de los comercios, los viajeros y las fronteras. Los hijos del sueño –Frixo y Heles– encabalgaron a lomos del carnero de oro y éste se elevó al cielo conduciéndoles al oriente del Mediterráneo para salvarles. Este carnero estaba dotado de Razón y Palabra y podía moverse igualmente por tierra y aire.

Pero en ese viaje cruzando fronteras para salvar su vida, la joven Hele no aguantó. Al ver la altura, se mareó y –como tantas personas que hoy cruzan nuestro mediterráneo en pateras y cayucos– cayó al mar, donde se ahogó. Su mito dio nombre al estrecho mar de Hele –el Helesponto o Estrecho de Dardanelos–. No podemos dejar de pensar en los dramas del Estrecho y el Border mexicano, las fronteras que demasiados no logran cruzar.

El carnero descendió sobre Georgia, donde Frixo pidió asilo político al rey Fetes. Éste no sólo le abrió las puertas de su ciudad sino que le concedió la mano de su hija como esposa, Calcíope. En agradecimiento a Fetes y su pueblo, Frixo sacrificó en el altar de Zeus al carnero de vellón de oro y entregó al rey su piel en señal de alianza. El rey colgó el vellocino de oro en una encina consagrada a Ares, dios de la violencia y la guerra. El vellocino de oro brillaba al Sol custodiado por el dragón de la guerra. El dragón de la violencia nunca dormía vigilando el Vellocino. Esa figura del dragón que nunca duerme remite a Argos, que era un gigante de cuyos cien ojos solamente dos dormían cada vez. Veía por todas partes, era el gran vigilante. Precisamente sería Hermes, el dios de los que cruzan las fronteras (viajeros, mercaderes, peregrinos…) quien finalmente acabaría matando al Argos.

El vellocino aparecía así como un complejo icono de la colisión entre ambición y violencia con fronteras y sueños. El oro no era sólo la riqueza sino que era la carne del Sol, símbolo de lo Mayor y la Vida: la Palabra (la verdad), la Ley (el bien) y Zeus (lo sagrado). Oculto el carnero de Sol en los confines de Europa, colgaba al aire defendido por la guerra. Atalante, esposado con el poder y la ambición, habiendo expulsado a su más profundo sueño –Néfele–, fue degenerando hasta su perdición. No pasaría mucho tiempo hasta que la primera generación de la mítica Grecia volviera sus ojos al extremo Mediterráneo ansiando recuperar el vellocino fundador de la Vida –la verdad, la belleza, el bien– y los más altos sueños. Para ello tendrán que comenzar aquel viaje por el que Hermes, dios de las fronteras, condujo al carnero hasta alcanzar la tierra de la hospitalidad y los sueños.

El relato de Jasón y los Argonautas, como todos los mitos mayores, tiene diversos niveles de explicación que implican desde la iniciación de los jóvenes a la vida adulta hasta la fundación y búsquedas de la civilización. Este mito de los argonautas es una guía sapiencial para el joven que busque la madurez[2], pero también es una guía sapiencial para los reinos y los pueblos. Es un relato complejo con numerosos episodios en los que se ponen en juego todas las potencias y tentaciones que suelen jalonar el camino de la vida. Y todos alcanzan sentido en virtud del horizonte que cada uno busca. Cada persona, cada pueblo y cada civilización tienen su “Dorado”: aquello que como individuo o sociedad se quiere alcanzar en último término. Naciones y personas hacen viajes exteriores e interiores buscando El Dorado en donde encuentren aquello que es el oro de su vida, lo que más e anhela, aquello que les da Vida. En la búsqueda del Vellocino de Oro merece la pena jugarse todo. Lo que signifique el Vellocino de Oro varía, pero la constante es que en ello las personas buscan lo que más valioso les parece de la vida. En el Renacimiento, el mito de la búsqueda del vellocino de Oro llegó a significar no sólo los anhelos últimos sino el retorno a los tiempos edénicos de la inocencia y la gloria. El Vellocino de Oro poseía las propiedades de la Edad de Oro. Así, como nos recuerda Elena Postigo, de la Universidad Autónoma de Madrid, en el arco del triunfo que en Milán se erigió para conmemorar en 1541 la entrada de Carlos V en la ciudad, se grabó una inscripción que rezaba la siguiente promesa: “Y capturaré una piel que nos volverá a la Edad de Oro”.

Muchas veces El Dorado significa para la gente riqueza. La Fiebre del Oro desató un éxodo de trescientas mil personas que emigraron a California en 1848 desde Europa –principalmente franceses, seguidos de alemanes, italianos e ingleses–, Asia, Australia, Latinoamérica y muchas regiones del propio Estados Unidos. Dicha inmigración revolucionó la pequeña aldea de San Francisco convirtiéndola en una gran urbe y supuso el salto para que California se constituyera como Estado en la Federación. Las trayectorias de los buscadores de oro en California fueron muy distintas: muchos lograron hacer fortuna, la mayoría se quedaron más o menos como estaban y unos cuantos empeoraron la situación de la que procedían. Muchos ganaron lo suficiente como para lograr enviar remesas de oro a sus países de origen: así, Francia recibió ochenta millones de dólares de la época en oro. Toda la región de California dio un salto cualitativo como sociedad con la llegada de los buscadores. En la opinión pública americana de aquel entonces todos esos emigrantes del oro eran normalmente conocidos haciendo uso de un mito que ya nos es muy cercano: coincidentemente, la prensa les llamaban Los Argonautas.

La experiencia de Jasón está especialmente explorada en la obra de un autor bien próximo a nosotros, Calderón de la Barca, en El divino Jasón[3]. En la interpretación que hace Calderón del mito, el Rey representa al Mundo. Calderón resta protagonismo al argumento de la lucha por la Justicia y cobra más fuerza el carácter iniciático del mito. Jasón y sus compañeros son interrogados constantemente acerca de cuál es el centro de su búsqueda. Cuando llegan a las costas de la Cólquide, el Rey –que simboliza al Mundo– les pregunta: “¿Dónde vais? ¿Qué es vuestro intento?”[4]. A continuación del Rey, Medea pregunta “¿qué nos queréis?”[5]. E Idolatría, la tercera que les recibe les pregunta:

“Atrevidos navegantes

Que en los soberbios gigantes

Desos escollos vencéis,

¿qué luz, qué norte, qué estrella,

Sendas y rumbos os dice…?”[6]

También Félix Lope de Vega escribió su Argonáutica, que tituló El vellocino de oro y fue representada por primera vez el 15 de mayo de 1622, en Aranjuez. En el curso de la representación se desató un incendio que asoló el teatro. ¡Cosas tremendas debían ser las de aquel drama capaz de incendiar el mundo! En la obra, Jasón se lamenta en medio de su desventura con ecos que luego recogerá Ulises cuando se encuentre perdido en medio de su eterno retorno a casa, idea que inspira el Síndrome de Ulises de Joseba Achotegui:

“¡Qué bien me llamaste sombra;

Que a un cuerpo que está sin alma

Sólo este nombre le toca!”[7]

2.4. La vivencia de los argonautas: la mayor estrechez y la blanca paloma

Vamos a conocer a aquellos que por la exclusión extrema fueron reducidos a sombra de la ciudad; su propia condición era la sombra de la ciudadanía. No llegaban a ser ciudadanos ni por la sombra y eran aquello que nuestro modo de ciudadanía ensombrece; el patio trasero de nuestro modelo de sociedad. La estrechez de la vida que han sufrido les ha hecho conocer y vivir lo más sombrío de nuestro sistema social.

Por estrecheces también pasaron los argonautas para poder llegar a cobrar su Dorado. Hay un episodio que nos habla especialmente de la estrechez, que es el paso de las Simplégades. Fineo, un anciano vidente que vivía en una isla, confió a los Argonautas que, si deseaban llegar al Mar Negro navegando, debían atravesar las Simplégades. Eran unas descomunales rocas que formaban un angosto estrecho, el Estrecho de las Simplégades. El delgado paso que atravesaba el Estrecho de las Simplégades era la frontera entre el mundo mediterráneo de los Argonautas y el otro mundo, oriental, al que querían llegar para coger el Dorado. El problema es que ese estrecho era tan opresivo que pocos lograban atravesarlo. Cuando los navegantes intentaban pasar esa frontera las rocas se comenzaban a cerrar más, entrechocando, hasta cerrarse del todo, destruir las barcas y hacer naufragar a sus tripulantes.

El anciano vidente de la isla, Fineo, les reveló el secreto para poder pasar esas enormes puertas de piedra. Los Argonautas decidieron hacerle caso e intentaron cruzar el angosto estrecho. Al llegar al desfiladero uno de ellos extendiendo sus manos más allá de la proa soltó a volar una paloma blanca. Esa paloma blanca les antecedía y ante ella las rocas frenaban su cierre. Así, la nave Argos, siguiendo a la blanca paloma, lograron atravesar y superar sanos y salvos el Estrecho.

En esta investigación sociológica vamos a contemplar las mayores estrecheces de la excusión social en nuestras sociedades occidentales. Vamos a ver cómo las rocas de la ciudad se cierran y oprimen a nuestros protagonistas, inmigrantes procedentes de países empobrecidos. Y vamos a ver cómo también nuestros héroes son capaces de atravesar el Estrecho y, pese a sus naufragios, no sucumbir ahogados. Justo cuando los Argonautas salieron de la boca del desfiladero (estrecho-frontera-puertas), éste se cerró con un gran estruendo. A continuación las rocas crujieron y volvieron a abrirse quedando conjuradas para siempre a no volver a moverse. La puerta quedó por siempre abierta. Desde entonces, todos los navegantes supieron cómo atravesar la mayor de las Estrecheces. Ojalá sepamos identificar cuál es esa blanca paloma que logra que las personas atraviesen las estrecheces y clausuras de la exclusión. Ojalá sepamos pronunciarlo de tal modo que, desde las historias de nuestros Argonautas, iluminemos algo cuál es el modelo de intervención que impediría que esas rocas se cierren sobre las personas; que demos con las políticas que den una vía abierta que pueda ser accesible y eficaz a quienes corren el riesgo de ver naufragada la nave de su proyecto migratorio.

A través de esta investigación sociológica vamos a tener experiencia de mucha negra sombra y de mucha blanca paloma. Ahora, toca al lector sumergirse en las historias de esos treinta Argonautas y penetrarlas. Podemos “atender agora a lo oculto y misterioso” buscando esa verdad que, sacudida por tanto dolor y solidaridad, “está escondida”. Descorramos las cortinas de esta historia, “el velo a su imagen corro”:

“Esta es la historia y certeza

Deste caso; mas vosotros

Podéis atender agora

A lo oculto y misterioso

Y al alma desta figura,

Que no la penetran todos,

Porque entre sombras confusas,

La verdad, que yo conozco,

Está escondida, y así

El velo a su imagen corro”[8].

3. EL CONTEXTO DE VULNERABILIDAD E INMIGRACIÓN

Aunque este estudio apunta a cuestiones universales que se dan en su mayor parte en todo Occidente, necesitamos informar al lector que quiera saber cuál es el contexto. Vamos a dar los datos que puedan componer el escenario en que suceden las historias de los protagonistas de esta investigación.

3.1. Exclusión, pobreza e inmigración

Los datos que mejor nos acercan a la realidad de exclusión y pobreza que afecta a nuestros inmigrantes de este estudio proceden del último Informe FOESSA publicado en 2008. El prestigioso Informe reconoce que la inmigración ha reestructurado el mapa de la pobreza y exclusión social en nuestro país hasta el punto de que “la dinámica del espacio social de la exclusión en España va a venir marcada por lo que pase con la inmigración en nuestro país” (Fundación FOESSA, 2008: p. 205). Al presentar los datos sobre pobreza en España, el informe demuestra que “Las tasas de pobreza de los inmigrantes son considerablemente superiores a las de los españoles. Las tasas de pobreza de los inmigrantes no europeos son muy elevadas –cuatro de cada diez hogares– (.). Especialmente llamativo es el dato correspondiente a las tasas de pobreza severa, que para este colectivo se acerca al 20% del total de hogares. No hay ninguna otra categoría de la población tan afectada por las manifestaciones más extremas de la pobreza” (Fundación FOESSA, 2008: p.122).

Además de la pobreza, el Informe FOESSA cuantifica la incidencia de la exclusión social en España a través de un minucioso sistema de indicadores que combinan la exclusión económica, los derechos y prestaciones sociales (sanidad, educación, vivienda, etc.), la integración en los grupos y comunidades y la participación sociopolítica. Ofrecen cuatro posiciones básicas en relación a la exclusión social (TABLA 2).

a. Integración social plena. Un amplio conjunto de personas disfrutan de una integración social plena ya que no están excluidas en ninguna de las dimensiones anteriores. Las personas de esta categoría de integración social plena tienen percepciones por encima de la media o en la media (el 79% de ellos la percibe en esa medida), el 60% no depende de pensiones ni prestaciones monetarias sociales, el 84% de sus hogares están formados por grupos de dos a cuatro personas. El sustentador principal del hogar tiene una media de 50 años. El 28% de los miembros de este conjunto son universitarios. El 22% viven en zonas residenciales medias, el 27% en barrios obreros o populares en buenas condiciones y el 5% en zonas residenciales de clase alta. El 95% de este colectivo tiene nacionalidad española y el 7% no ha nacido en España.

Sólo el 11% de los extranjeros están fuera de todo riesgo, en integración social plena. La TABLA 1 nos muestra los porcentajes de hogares que en España se encuentran en cada una de esas cuatro situaciones y cómo incide el factor inmigrante en las mismas. En primer lugar, en el conjunto de España hay un 48% de personas que disfrutan de la primera categoría, la integración social plena, lo cual se eleva a siete millones y medio de hogares. La disfrutan el 53,3% de los españoles o de aquellos extranjeros que pertenecen a los países de la Unión Europea cuando ésta estaba formada por quince países. El Informe FOESSA, a efectos sociológicos, estudia agregadamente a los extranjeros procedentes de países extracomunitarios y a aquellos miembros de la Unión Europea que proceden a alguno de los doce países que más recientemente se asociaron a la Comunidad Europea como es el caso de Rumania o Bulgaria. En el caso de los españoles y extranjeros de la Europa-15, está en integración social plena el 53,3% de los hogares. El porcentaje desciende drásticamente dividiéndose varias veces hasta mostrar que sólo el 11% de los inmigrantes (extranjeros procedentes de países extracomunitarios y de la ampliación a 12 de Europa) se encuentran en situación de integración social plena.

b. Integración precaria. Son personas que están en riesgo de exclusión en alguna de las dimensiones pero no en un grado suficiente como para decantar hacia la exclusión. El 28% de estos hogares son unipersonales y en el 30% viven solamente dos personas. El 20% de las personas de esta categoría carecen de estudio alguno. El 64% encuentra carencias en el eje de derechos ciudadanos. Destaca que el 27% de ellos sufre algún tipo de exclusión en la cuestión de la vivienda. El 16% son extranjeros.

La mitad de los inmigrantes está en integración precaria. La segunda categoría es la de la integración precaria, situación en la que está casi la mitad de los inmigrantes (48,2%). Lo está el 34% de los españoles y europeos de la UE-15. En total, en la población española hay un 35.3% de integrados precarios: cinco millones y medio de hogares.

c. Exclusión compensada. En la exclusión compensada existe un rasgo acentuado de exclusión que se ve compensado por su sobrada integración en otras dimensiones o indicadores de vida. El 31% de estos hogares son unipersonales, el 31% son mayores de 65 años y el 25% no tiene acabado ningún nivel educativo. El 38% de ellos sufre pobreza económica y el 17% pobreza severa. El 33% se autodefinen como pobres. El 54% sufre exclusión en la dimensión de vivienda, el 42% está excluido del empleo y el 37% sufre exclusión en el eje de la participación ciudadana. El 26% vive en barrios marginales y el 10% en zonas rurales o de viviendas diseminadas. El 27% son extranjeros y el 18% son extranjeros extracomunitarios.

Más de uno de cada cuatro hogares de inmigrantes está en exclusión compensada: el 27%. Entre los españoles y europeos de la UE-15 es casi tres veces menos: el 9,3%. En total, en el conjunto español sufren exclusión compensada el 12%: 1.800.000 hogares.

d. Exclusión severa. Finalmente, el cuarto nivel expresa el rostro más duro de la exclusión social. El 26% carece de estudios, el 8% nunca fue a la escuela, el 18% es analfabeto y el 33% acudió a menos de cinco años de escuela. El 21% está desempleado y el 10% de los que son señalados como sustentadores del hogar nunca ha trabajado. El 52% son pobres y el 26% está en pobreza severa. El 63% se autodefine como pobres o casi pobres. El 67% carece de pensiones o prestaciones. Son los que menos ayudas reciben de todas las categorías. El 35% vive en barrios marginales. El 65% sufre conflictos domésticos, el 73% sufre exclusión en la dimensión de vivienda y el 55% sufre exclusión en el ámbito del empleo. El 30% de las personas de este grupo es extranjero.

El 14,2% de los inmigrantes en España sufría en 2008 exclusión severa. Es cuatro veces más de lo que la sufren los españoles y europeos de la UE-15. Globalmente en España está en esa condición el 5,3%: ochocientos mil hogares están en exclusión extrema en España.

Tabla 1. EXCLUSIÓN SOCIAL Y EXTRANJERÍA EN ESPAÑA

Fuente: Fundación FOESSA (2008).

Al combinar las situaciones de pobreza (formadas con la distribución de renta) con las de exclusión (compuesta multifactorialmente con dimensiones sociales, políticas, económicas y relacionales), el Informe FOESSA establece cuatro categorías: integración con dinero, pobreza integrada, exclusión con dinero y exclusión pobre o extrema. La TABLA 2 nos muestra los datos relativos a la desagregación según se sea inmigrante o no, tal como lo hemos establecido en la anterior tabla.

a. Integración con dinero. Son personas socialmente integradas o con exclusiones leves y con ingresos suficientes para evitar la pobreza. En esta situación están el 77% de los españoles y europeos de la UE-15 y el 45% de los inmigrantes. Cerca de la mitad de los inmigrantes viven suficientemente integrados y con dinero.

b. Pobreza integrada. Son hogares en los que su insuficiente dinero les hace ser pobres pero están socialmente integrados en la comunidad y en la ciudadanía. En esta situación se halla el 12,2% de los hogares españoles. Están el 11,8% de los españoles y europeos de la UE-12 y está el 14,6% de los inmigrantes. Es decir, el 15% de los inmigrantes son pobres integrados.

c. Exclusión con dinero. Quien está en esta categoría sufre graves problemas de exclusión pero en cambio cuentan con suficiente dinero como para no estar en la pobreza económica. En esta categoría hallamos al 10% de los hogares españoles. Está el 7,5% de los españoles y europeos de la UE-15 y más del triple de inmigrantes: 15,1%.

d. Exclusión pobre. Sufren exclusión grave y pobreza. Esto lo sufre el 7% de los hogares en España (el 3,5% de los hogares españoles sufre combinadamente exclusión severa y pobreza severa: suman medio millón de hogares). Lo sufre el 5,1% de los españoles y europeos de la UE-15 y el triple de los inmigrantes. El 15,1% de los inmigrantes en España sufren Exclusión pobre.

Tabla 2. EXTRANJERÍA EN ESPAÑA Y EXCLUSIÓN COMBINADA CON POBREZA

Fuente: Fundación FOESSA (2008).

El Informe FOESSA, en el capítulo coordinado por Miguel Laparra y Begoña Pérez Eransus, extrae las siguientes conclusiones respecto a la relación entre exclusión social extrema e inmigración (Fundación FOESSA, 2008: pp. 204-205). En primer lugar, “la mitad de las personas sin hogar son extranjeras, aunque en muchos casos encontremos en esta situación a trabajadores en tránsito buscando empleos de temporada, y no tanto el perfil de persona desestructurada que se asocia al colectivo sin hogar”. En relación a prisiones, “uno de cada tres reclusos es extranjero, aunque esta sobre-representación haya que entenderla no sólo como efecto de la inmigración (inmigrantes que, una vez en España, delinquen), sino del funcionamiento de redes internacionales de delincuentes (es decir, traficantes extranjeros detenidos en los aeropuertos), y de una aplicación diferente de la legislación penitenciaria (mayor dificultad de acceso a la libertad condicional)”. También señala que “la inmensa totalidad de la prostitución en España es de origen extranjero”. Incluso la comunidad gitana ha experimentado también el efecto de la inmigración por la competencia y por la llegada de gitanos del Este: un 10% de los gitanos son extranjeros.

La muestra del Informe FOESSA nos permite explorar algunas cuestiones ligadas a la pobreza y exclusión en la región de Madrid, la cual es la región que más sufre la exclusión pobre (exclusión combinada con pobreza).

Madrid se caracteriza por un comportamiento singular en el conjunto de comunidades autónomas españolas[9]. Lo positivo es que la región disfruta de una baja pobreza moderada en relación a los ingresos nacionales pero se eleva a un nivel medio cuando consideramos la mediana de los propios ingresos madrileños. El rostro más negativo de la exclusión social en Madrid está formado por una alta pobreza extrema, una alta desigualdad de rentas y un alto nivel general de bienestar pero distribuido con una alta desigualdad. En resumen, el modelo de desarrollo social de la región de Madrid es un modelo extremo: una muy alta pobreza extrema y mucho mayor nivel de vida que el resto del país pero mucho peor distribuido que la mayoría de las comunidades autónomas. Siendo la media nacional de extremadamente excluidos del 7,2%, en Madrid se dobla ese porcentaje hasta el 14,6%, a gran distancia del resto.

3.2. Extranjeros sin hogar

Otra aproximación necesaria al fenómeno de la inmigración en exclusión extrema debemos hacerla estudiando la incidencia de la extranjería en la realidad de las llamadas personas sin hogar. Casi la mitad de las personas clasificadas como “sin hogar” en España son extranjeros, pero en realidad menos de un tercio son inmigrantes procedentes de países empobrecidos. En España hay un 16% de personas sin hogar que son extranjeros de países ricos y un 32% de inmigrantes procedentes de países empobrecidos. Para estudiar la situación de los inmigrantes en exclusión extrema podemos adoptar una mirada desde lo que se entiende como persona sin hogar. Y sabemos que cuando hablamos de inmigrante nos referimos no a todos los extranjeros sino a aquellos que proceden de países empobrecidos (y, lógicamente, carecen de nacionalidad española). La fuente más importante para el estudio cuantitativo de las personas sin hogar en España es el INE. Contamos con los datos que ha publicado en 2005 con el nombre Encuesta sobre Personas sin Hogar.

Del total de individuos que el INE identifica como personas sin hogar en España en 2005, hay un 48,2% que son extranjeras. Según los cálculos que hemos elaborado explotando la base de datos del INE para esta investigación, del total de individuos que el INE identifica como personas sin hogar en 2005 hay un 16% que proceden de países ricos de la Unión Europea, Norteamérica o el caso de Israel. Procedentes de países empobrecidos hay un 32% de extranjeros nacionales de países empobrecidos –personas de lo que coloquialmente se entiende como inmigrantes–. En total, hay un 48% de extranjeros entre las personas sin hogar. Si lo estimamos en el conjunto de extranjeros, del total de extranjeros que son personas sin hogar hay un 34% de personas que son nacionales de países ricos y dos tercios que son emigrantes de países empobrecidos.

Tomemos ahora el conjunto de inmigrantes de países empobrecidos que son personas sin hogar y calculemos qué porcentajes hay de personas de los distintos continentes o subcontinentes y países. Entre los inmigrantes de países empobrecidos considerados personas sin hogar hay un 7,9% procedentes de países del Este no miembros de la Unión Europea, un 37% del Magreb, el 27% de subsaharianos, el 21% de latinoamericanos y un 7% de asiáticos, especialmente Oriente Próximo.

Si observamos los extranjeros comunitarios de la Unión Europea y de países enriquecidos (por ejemplo, Estados Unidos, Canadá o Israel), localizamos cinco países que tienen las proporciones mayores de personas sin hogar en España. En primer lugar, Rumania, de donde es el 27% de los extranjeros comunitarios sin hogar o procedentes de países ricos. El 19% es portugués, el 11% búlgaro, el 9% polaco y el 7% francés. Los países no comunitarios del Este de Europa son el 8% del total de inmigrantes procedentes de países empobrecidos que son personas sin hogar. Las principales nacionalidades son ucranianos (2,6%) y rusos (1,9%).

El 66% de los inmigrantes sin hogar en España son africanos. De África del Norte son el 37% de los inmigrantes sin hogar y el 27% son subsaharianos. El Magreb tiene una representación muy grande según la encuesta del INE en 2005: un tercio de los inmigrantes sin hogar en España. Si vemos el conjunto de extranjeros sin hogar (sumando países empobrecidos y ricos), el primer contingente nacional que es persona sin hogar en España es el marroquí: el 16% de todos los extranjeros sin hogar en España son ciudadanos de Marruecos. El segundo es el rumano, que supone uno de cada siete extranjeros sin hogar en España.

Argelia también tiene una importante presencia: uno de cada diez inmigrantes sin hogar. Al bajar el Sahara nos encontramos con Malí, de donde procede el 9% de los inmigrantes sin hogar en España. Los siguientes, a distancia, son Camerún (2,7%), Guinea (2,6%), Nigeria (1,8%), Ghana (1,7%), Guinea-Bissau (1,5%) y Senegal (1,5%).

Uno de cada cinco inmigrantes sin hogar en España es latinoamericano (21%). El principal contingente procede de Bolivia, el 7%. Luego, Ecuador (3,7%), Colombia (2,6%) y Perú (1,8%). Finalmente, de Asia procede el 7% de los inmigrantes sin hogar y de ese continente especialmente destaca el colectivo sirio, que son el 4,2%, con mayor peso que los ecuatorianos.

Los inmigrantes sin hogar (extranjeros procedentes de países empobrecidos) son, en comparación con los españoles sin hogar, una población joven, menor de 30 años (TABLA 3). La población sin hogar extranjera es más joven que la de origen español. Mientras que el 13,5% de las personas sin hogar españolas tienen entre 18 y 29 años, ese porcentaje supone casi la mitad de las personas extranjeras (47,4%). El porcentaje de jóvenes sin hogar es un tercio de las personas sin hogar latinoamericanas, pero representan el 49% de los países europeos del Este, se eleva al 55,1% entre los africanos y sube al 72% entre los asiáticos. El 88% de las personas sin hogar comunitarias en España son jóvenes.

Si analizamos por sexo, entre las personas sin hogar en España el 17,3% son mujeres. Ese porcentaje se eleva entre las personas de origen español, elevándose al 20,7% mientras que hay menos mujeres entre los extranjeros, el 13,7%. La presencia de mujeres entre los extranjeros clasificados como personas sin hogar es muy distinta dependiendo del continente de origen: un 37,5% de personas sin hogar americanas son mujeres y desciende al 9,2% de mujeres entre las personas sin hogar africanas. Entre las pertenecientes a la Unión Europa hay un 12,2% de mujeres y ese mismo porcentaje entre las europeas no comunitaria es del 11%. Entre las personas de Asia y otros territorios, baja hasta el porcentaje casi insignificante del 0,8%.

Tabla 3. PERSONAS SIN HOGAR EN ESPAÑA POR NACIONALIDAD Y EDAD

Fuente: INE, 2005. Elaboración propia.

Otra diferencia importante entre personas clasificadas sin hogar extranjeras y españolas es el tiempo que llevan sin alojamiento. Casi la mitad de las personas españolas sin hogar lleva más de tres años sin alojamiento (48,2%) mientras que entre los extranjeros sin hogar esa proporción baja a uno de cada cuatro (25,9%). El 22% de los españoles sin hogar lleva menos de seis meses sin alojamiento, porcentaje que tiende a doblarse entre los extranjeros sin hogar: el 39%.

Si nos interesamos por las condiciones de vida, podemos preguntar en primer lugar por el lugar donde las personas pernoctan. El resultado nos muestra que los extranjeros pernoctan más en alojamientos espontáneos (que el INE denomina con la literaria categoría de “alojamientos de fortuna”), en pisos facilitados por organizaciones y en centros de internamiento. La presencia mayor en centros de internamiento está marcada por la propia lógica de dichos centros: de los que pernoctan en centros de internamiento el 18% son españoles y el 82% extranjeros. De los que viven en pisos facilitados por organizaciones sociales o públicas, el 45% son españoles y el 55% extranjeros. Entre las personas sin hogar que sólo tienen para dormir “alojamientos de fortuna” hay un 60% de extranjeros. Donde hay más españoles que extranjeros es entre las personas sin hogar que duermen en albergues o residencias (41% extranjeros), centros de acogida a mujeres maltratadas (36% extranjeras), pisos ocupados (47%) y en pensiones pagadas por organizaciones (20% extranjeros). En la calle, parques y otros espacios públicos las personas sin hogar son la mitad españolas y la otra mitad extranjeras (49% y 51%, respectivamente).

Viendo la misma cuestión desde otra perspectiva, podríamos analizar el conjunto de extranjeros por los lugares donde viven. Un tercio de los extranjeros sin hogar duermen en albergues o residencias, una proporción bastante menor que los que duermen en el mismo tipo de lugar entre los españoles, el 44%. Un 2% de los extranjeros sin hogar duermen en centros para mujeres maltratadas (el doble de españoles lo hace, el 4%), el 5% en centros de internamiento, el 10% en pisos de organizaciones (7% de españoles), el 8% de los extranjeros sin hogar duerme en pisos ocupados (la misma proporción que los españoles), el 0,6% en pensiones pagadas por organizaciones, el 24% en espacios públicos (21% españoles) y el 19% en “alojamientos de fortuna” (12% de los españoles sin hogar). En total, un 43% de los extranjeros sin hogar duermen en la calle, parques, espacios públicos y alojamientos de fortuna, porcentaje que baja al 33% entre los españoles. Más de la mitad de los extranjeros sin hogar viven en casas ocupadas, espacios públicos y alojamientos de fortuna, proporción que no supera el 40% entre españoles son hogar.

El lugar de pernoctación influye sin duda en las horas que una persona duerme al día. La encuesta del INE nos permite conocerlo según la nacionalidad de la persona sin hogar y el resultado es favorable a los extranjeros ya que logran dormir, en términos generales, más. El 21% de los españoles sin hogar duerme cuatro o menos horas al día, lo cual en el caso de los extranjeros se reduce a la mitad: al 11% le ocurre lo mismo. Hay una pequeña proporción mayor de extranjeros que duermen de 5 a 6 horas (28% frente a 27%) y sobre todo hay más extranjeros que duermen de 7 a 8 horas (49% frente a 37%). Sin embargo, hay más españoles sin hogar que consiguen dormir más de ocho horas diarias (15% frente al 12% de extranjeros sin hogar). En resumen, los españoles sin hogar se dividen en dos grupos extremos: son los que menos horas duermen y a la vez los que más horas duermen.

Al examinar el modo como las personas sin hogar abordan el pago de las viviendas que usan, nos damos cuenta que españoles y extranjeros sostienen estrategias algo distintas. Los extranjeros hacen uso en mayor medida de viviendas desocupadas (el 28% frente al 25% de españoles) y sobre todo de viviendas que son gratuitas (56% frente al 37%). Hay bastantes más españoles sin hogar que tienen que pagar una pequeña cantidad (24,9% frente al 7,7%) o que se lo deja una persona (1,8%, porcentaje que cuadruplica a un nimio 0,4% de extranjeros).

Otro dato que apoya la idea de que los extranjeros sin hogar llevan menos tiempo en la calle y están más activos procede de averiguar cuánto tiempo llevan buscando empleo (TABLA 4). Los extranjeros sin hogar suelen llevar menos tiempo buscando empleo: menos de seis meses lleva el 67% de los extranjeros y el 50% de los españoles y entre seis meses y un año están el 17% de los extranjeros y el 12% de los españoles. Es decir, mientras que entre los españoles sin hogar hay un tercio que llevan más de un año buscando trabajo, entre los extranjeros se reduce al 15%.

Tabla 4. PERSONAS SIN HOGAR EN ESPAÑA POR NACIONALIDAD Y TIEMPO DE BÚSQUEDA DE EMPLEO

Fuente: INE, 2005. Elaboración propia.

Dos de cada cinco extranjeros sin hogar obtienen ingresos por su propia actividad, mientras que entre los españoles sin hogar se reduce a uno de cada cinco (TABLA 5). Hay más españoles sin hogar que vendan objetos que extranjeros (4% y 3%, respectivamente), lo cual contradice los tópicos. Hay más del doble de extranjeros sin hogar que trabajen. La mendicidad es más explotada por los españoles sin hogar (17%) que por extranjeros (11%). Las fuentes de ingresos dependientes de pensiones o prestaciones son casi exclusivas de los españoles, mientras que hay bastantes más extranjeros sin hogar que reciban ayudas económicas de ONG. Las ayudas de amigos son el doble de recibidas por extranjeros (13% de ellos) que por españoles (6%). También reciben sensiblemente más contribuciones económicas de familiares (los extranjeros 8% y los españoles 7%). El cuádruple de españoles sin hogar percibe ingresos sociales mínimos en comparación con los extranjeros (10,4% y 2,6%).

Tabla 5. PERSONAS SIN HOGAR EN ESPAÑA POR NACIONALIDAD Y FUENTE DE INGRESOS

Fuente: INE, 2005. Elaboración propia.