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Stéphane Hessel entrevistado por Nicolas Truong. Deportado ya entrado en años a los campos de Buchenwald, Rottleberode y Dora, Stéphane Hessel fue antiguo alumno de la Escuela Normale Superior enamorado de la poesía, capaz de recitar entero "El barco ebrio" de Rimbaud o "El Orfeo" de Rilke. Contrario al filósofo alemán Theodor W. Adorno, Stéphane Hessel consideró que era posible escribir poesía después de Auschwitz. De esta manera Hessel afirma que la poesía se escribió a sí misma. En efecto, para él la poesía hacia las veces de la filosofía. Ese arte de la brevedad era, según el, pensamiento encarnado; los fragmentos aprendidos de memoria moldeaban su espíritu, es decir su cuerpo. Espíritu y cuerpo, dos entidades habitualmente separadas, estaban unidas en el monismo de Hessel. Stèphane Hessel se permitió incluso tener esperanza en una humanidad nueva. Texto de Nicolas Truong
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Seitenzahl: 33
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STÉPHANE HESSEL
MI FILOSOFÍA
Conversaciones con Edgar Morin
Stéphane Hessel
Prefacio
Indignado, comprometido, insurrecto, pero también diplomático y socialdemócrata, Stéphane Hessel murió en la noche del martes 26 al miércoles 27 de febrero de 2013. A sus 93 años, en el momento de esta entrevista publicada en la revista mensualPhilosophie magazine, Stéphane Hessel se encontraba en el apogeo de su celebridad.¡Indignaos!, su libelo en forma de breviario ciudadano que reactiva, para tiempos carentes de brújula, el programa político del Consejo Nacional de la Resistencia (CNR), rozaba por entonces el millón de ejemplares. Antiguo diplomático, consiguió romper el consenso de una gran parte de la comunidad judía, a la que pertenecía, en torno al apoyo a la política del gobierno israelí, reclamando sin cesar justicia para el pueblo palestino. Antiguo deportado a los campos de Buchenwald, Rottleberode y Dora, Stéphane Hessel fue el antiguonormalienapasionado por la poesía, capaz de recitar íntegramenteElbarco ebriode Rimbaud o elOrfeode Rilke. Pero es menos conocido que el autor de éxito empezó sus estudios por la filosofía, fascinado por los cursos y por la figura de Maurice Merleau-Ponty. Sus primeros trabajos se refirieron al existencialismo de Soren Kierkegaard. Fue también, como tantos otros de su generación, hegeliano. En los años 1930, el sentido de la Historia era evidente. La lógica del maestro de Jena era imparable. Las fuerzas del progreso se lo iban a llevar todo a su paso, borrando las oposiciones ancestrales en las que se basaba el viejo mundo. En la Historia actuaba una razón. Un fin posible de la Historia en forma de la Gran Noche. Pero laShoahhizo imposible toda teleología e indecente, vano o irrisorio, todo sentido de la Historia. Contrariamente al filósofo alemán Theodor Adorno, Stéphane Hessel consideraba que era posible escribir poemas después de Auschwitz. Él mismo los escribió. Porque, en efecto, era la poesía lo que para él hacía de filosofía. Ese arte de la brevedad era, según él, un pensamiento encarnado, y por mucho tiempo esos fragmentos sabidos de memoria moldeaban su espíritu, o sea su cuerpo. Espíritu y cuerpo, dos entidades por lo común separadas que no forman sino una en el monismo hesseliano. Stéphane Hessel se permitió incluso esperar una nueva humanidad. Pues aunque su progresismo histórico andaba malherido, él creía en el cambio, en la metamorfosis política y social. Cercano al equipo que redactó la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948, Stéphane Hessel siempre soñó con inventar una nueva «Vía»; a ello invitó a su amigo Edgar Morin, con quien había dialogado en el Teatro de las ideas, ciclo de encuentros intelectuales del festival de Aviñón, con el fin de contrarrestar la tentación reaccionaria que no deja de abatirse sobre Europa. Peticionario infatigable, inolvidable diplomático refractario, Stéphane Hessel promovía una insurrección pacífica, sin duda, pero adosada a un pensamiento ético y filosófico coherente, que es lo que trazan estas entrevistas hechas sin orden ni concierto.
NICOLAS TRUONG
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NICOLAS TRUONG:1De 1946 a 1985 fue usted diplomático, hasta embajador de Francia ante la ONU. Pero es menos conocido que empezó por la filosofía. ¿Cuáles fueron los primeros autores que lo marcaron?
STÉPHANE HESSEL: Como todos los khâgneux