Miss Dollar - Machado de Assis - E-Book

Miss Dollar E-Book

Machado de Assis

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Beschreibung

"Miss Dollar", cuento de Machado de Assis, narra la historia de un perro perdido y los acontecimientos que se desarrollan a su alrededor. La trama gira en torno a la búsqueda del perro, revelando la complejidad de las relaciones humanas y la ironía de las circunstancias. La historia destaca los temas del amor, la pérdida y el azar, criticando sutilmente las convenciones sociales de la época.

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MISS DOLLAR

Machado de Assis

SINOPSIS

"Miss Dollar", cuento de Machado de Assis, narra la historia de un perro perdido y los acontecimientos que se desarrollan a su alrededor. La trama gira en torno a la búsqueda del perro, revelando la complejidad de las relaciones humanas y la ironía de las circunstancias. La historia destaca los temas del amor, la pérdida y el azar, criticando sutilmente las convenciones sociales de la época..

 

Palabras Clave

Amor, Sociedad, Ironía

AVISO

Este texto es una obra de dominio público y refleja las normas, valores y perspectivas de su época. Algunos lectores pueden encontrar partes de este contenido ofensivas o perturbadoras, dada la evolución de las normas sociales y nuestra comprensión colectiva de las cuestiones de igualdad, derechos humanos y respeto mutuo. Pedimos a los lectores que se acerquen a este material comprendiendo la época histórica en que fue escrito, reconociendo que puede contener lenguaje, ideas o descripciones incompatibles con las normas éticas y morales actuales.

Los nombres en lenguas extranjeras se conservarán en su forma original, sin traducción.

 

Capítulo I

  

Era conveniente para la novela que el lector no supiera quién era la Miss Dollar durante mucho tiempo. Pero, por otra parte, sin presentar a la Miss Dollar, el autor se vería obligado a largas digresiones que llenarían el papel sin hacer avanzar la acción. No puede haber dudas: voy a presentarles a la Miss Dollar.

Si el lector es joven y dado a la melancolía, se imagina a la Miss Dollar como una inglesa pálida y esbelta, escasa de carne y hueso, con dos grandes ojos azules que se abren en el centro de la cara y largas trenzas rubias que se agitan al viento. La chica en cuestión debe ser tan vaporosa e ideal como una creación de Shakespeare; debe ser el contraste del roastbeef británico del que se nutre la libertad del Reino Unido. Una Miss Dollar así debería conocer de memoria al poeta Tennyson y leer a Lamartine en el original; si sabe portugués, debería deleitarse leyendo los sonetos de Camões o los Cantos de Gonçalves Dias. El té y la leche deberían ser la dieta de una criatura así, con algunos dulces y galletas añadidos para satisfacer las urgencias del estómago. Su habla debería ser el murmullo de un arpa eolia; su amor, un desvanecimiento, su vida, una contemplación, su muerte, un suspiro.

La figura es poética, pero no es la heroína de la novela.

Supongamos que el lector no es dado a tales ensueños y melancolías, en cuyo caso imagina a una Miss Dollar totalmente distinta. Esta vez será una americana robusta, con la sangre corriéndole por las mejillas, las formas redondeadas, los ojos vivos y ardientes, una mujer hecha, rehecha y perfecta. Amiga de la buena mesa y de la buena bebida, esta Miss Dollar preferirá un cuarto de cordero a una página de Longfellow, cosa muy natural cuando el estómago lo pide a gritos, y nunca entenderá la poesía del atardecer. Será una buena madre de familia según la doctrina de algunos maestros de la civilización, es decir, fértil e ignorante.

El lector que haya pasado su segunda juventud y vea ante sí una vejez sin recursos ya no sentirá lo mismo. Para ellos, la Miss Dollar verdaderamente digna de ser contada en pocas páginas sería una buena inglesa de unos cincuenta años, dotada de algunos miles de libras esterlinas, que, llegando a Brasil en busca de un tema sobre el que escribir una novela, realizaría un verdadero romance casándose con el mencionado lector. Tal Miss Dollar estaría incompleta si no tuviera gafas verdes y un gran rizo de pelo gris en cada extremo. Guantes de encaje blanco y un sombrero de lino en forma de calabaza serían el último abrigo de este magnífico tipo de ultramar.

A una lectora, más lista que las demás, se le ocurrió que la heroína de la novela no es ni era inglesa, sino brasileña, y que el nombre de Miss Dollar significa simplemente que la chica es rica.

Este descubrimiento sería excelente si fuera exacto; por desgracia, ni él ni los demás lo son. La Miss Dollar de la novela no es la chica romántica, ni la mujer robusta, ni la anciana literata, ni la rica brasileña. Esta vez el proverbial ingenio de los lectores les falla; la Miss Dollar es un galgo.

Para algunos, la calidad de la heroína les hará perder el interés por la novela. Error evidente. La Miss Dollar, a pesar de no ser más que un galgo, tuvo el honor de ver su nombre en los periódicos públicos antes de entrar en este libro. El Jornal do Comércio y el Correio Mercantil publicaron las siguientes reverberantes líneas de promesa en sus columnas de anuncios:

Una perrita galgo se extravió anoche, día 30. Se llama Miss Dollar. Quien la haya encontrado y quiera llevarla a la Rua de Mata-cavalos no... recibirá doscientos mil reales de recompensa. Miss Dollar tiene un collar alrededor del cuello con un candado que dice: De tout mon coeur.