Para viajeros improbables (versión Reloaded) - Cecilia Eudave - E-Book

Para viajeros improbables (versión Reloaded) E-Book

Cecilia Eudave

0,0

Beschreibung

Paisajes desconocidos donde habitan sirenas mudas o llenas de mercurio, centauros sicalípticos que trabajan en carruseles de ferias, dragones que se aparecen en conferencias. Inquietantes, acompañados de humor y fabulación construida con agudeza, los 39 microrrelatos reunidos en este volumen nos muestran ángulos nuevos de personajes fantásticos y mitológicos que creíamos conocidos y que se transforman ante nuestra mirada: momias, vampiros y otras criaturas reconocibles adquieren giros y dimensiones inesperados; incluso somos testigos de una conversación única entre Frankenstein y su creación o de cómo Medusa permite que conozcamos su "historia no oficial". Un universo literario poblado de referencias a la literatura clásica, donde encontramos una renovación de los tópicos de la escritura dedicada a lo anómalo. En este mapa trazado por Cecilia Eudave transitamos por geografías edificadas desde y para un viaje con muchos retornos, territorios que nos invita a explorar en breves líneas, pero que nos despliegan el campo vasto de la imaginación.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 72

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



para viajerosimprobables

(versión reloaded)

Fotografía de Alejandro Meter

Cecilia Eudave

(1968) escritora, investigadora, profesora y doctora en lenguas romances por la Universidad de Montpellier. Actualmente trabaja como profesora e investigadora en la Universidad de Guadalajara. Ha colaborado en diferentes suplementos y revistas culturales e México y del extranjero, y su trabajo se ha publicado en diversas antologías. Es conocida ya su trayectoria como una de las autoras mexicanas cuya narrativa genuina y polifacética ha reconfigurado la literatura fantástica que se escribe en México. Esta es una de las razones por las cuales es considerada una escritora de referencias en Latinoamérica y en España, tanto para los lectores de literatura infantil y juvenil como para el público adulto. Algunos de sus volúmenes de cuentos son Al final del miedo, Bestiario vida, Registro de imposibles y en Primera persona. Sus novelas: La criatura del espejo, El enigma de la esfera y Pesadilla al medio día. Con Bestiaria vida ganó el premio de novela Juan García Ponce. Obtuvo una mención en el 13th Annual International Books Awards en 2011, en la categoría de mejor libro de cuentos con Técnicamente humanas y otras historias extraviadas. Ha sido traducida al japonés, al chino, al coreano, al italiano, al checo, al portugués y al inglés.

Contenido
PAÍSES QUE DEBO VISITAR ALGÚN DÍA
Ssean: el país miniatura
Kay: el país de los apostadores
Otur: el país de los inexistentes
Elzir: el país de los enigmas
Tabi: el país de lo inestable
Estiepen: el país de las serpientes
Sertar: base espacial para experimentos emocionales
Hui-Chii: el país de las cosas perdidas
Obú: el país de los objetos
Sobre las ciudades invisibles
SIRENAS DE MERCURIO
Sirenas De Mercurio
Ojos cíclopes
La conquista de Gripia
Un malentendido
Deformando la historia
Alta costura
Doble naturaleza
La mirada antigua
Habladurías
Sirenas mudas
Sobre dragones
Minotauro sin laberinto
Una quimera es una quimera
Un buen conocedor
El otro sueño de Gregorio Samsa
Sobre la inspiración a base de tintas
La sibila
LOS DESENCAJADOS
Un posible diálogo entre Víctor Frankenstein y su creación
Donde estés tú yo dejo un ojo
Brochetas
Hormigas
El consejo de Niwa
Vendas
Gourmets
La cura
Los ñañarapus
La mascota imaginaria
Liber hominem
Tres cartas de lotería
Instantáneas
Miradas a otros mundos
Al oído
Aviso legal

 

 

Ssean: el país miniatura

Su luna de miel no fue un largo escalofrío, sino un prolongado grito. Así lo sintió Carlota, pues no podía creer que Marcial le cortara la mano. Ella debió desconfiar de él cuando le confesó su secreto, cuando le dijo que no sólo era la reina de su corazón sino soberana del país Ssean, herencia de una abuela gitana que al morir le entregó las líneas de sus manos. En ellas veía este territorio lleno de acantilados y de tierras fértiles cuyos habitantes imperceptibles a la vista vivían y gozaban de la buena fortuna. Marcial se compró un microscopio y comprobó asombrado la historia. Sobra decir, pero lo diré, que quedó fascinado. Por las noches, cuando Carlota esperaba otra cosa, él, con la paciencia de un avaro, sólo hacía una revisión de sus bienes e investigaba el posible aumento de sus posesiones en miniatura. Se creía ya el rey de tan minúscula población. Esto a los habitantes no les pareció una buena idea. Desde que Carlota lo conoció, éste los hacía trabajar jornadas dobles para incrementar sus bienes, tanto los forzó que la mano comenzó a hincharse y le ocasionaba terribles dolores. Carlota sospechó un levantamiento entre sus súbditos, pues presentía en la piel su inconformidad. Sin embargo, tarde era para modificar las nuevas reglas, pues ya se había casado con Marcial, quien no se preocupaba por otra cosa que no fuera su mano. Incluso le prohibió ir a la oficina, le inmovilizó el brazo y la metió en la cama a la fuerza para que sólo reposara y dejara a sus esclavos —porque así veía Marcial a los Ssean— trabajar. Harta de la situación decidió darlo en herencia —sólo así se trasmitía este país— a su sobrina. Quería recuperar su vida de plebeya, dejar de lado la frivolidad de ser una reina y recuperar a su enajenado príncipe consorte. Mas él montó en una cólera absurda. Carlota no comprendía tal aberración, ¿de qué sirve poseer un país tan minúsculo en el cual jamás podrían habitar? “Pues porque es mío, bueno, de los dos. Somos amos y soberanos de toda esa tierra y de la gente que la habita. Así que tú tranquilita, nada de heredar lo nuestro”. ¿Lo nuestro? Pero, si era suyo, y aunque estuvieran casados por bienes mancomunados él no tenía ningún derecho sobre su país. Se lo dijo. Y él le cortó la mano, se la llevó con él, aún pendiendo del dedo el anillo de bodas y colgando de la muñeca el brazalete de diamantes que le regaló cuando se comprometieron.1

1 El país miniatura ya no existe; después de que Marcial cortara la mano de Carlota comenzó a secarse todo el territorio, ahora se le puede ver en el museo de Altas Curiosidades de México donde se exhiben sus ciudades en calidad de ruinas.

Kay: el país de los apostadores

Tenían un país y se lo jugaron. Lo perdieron. Ahora Kay ya no existe, pero sí los kayanos a quienes se les puede ver regados por el mundo, añorando su tierra, con el cubilete en la mano, con la baraja, con las fichas en los bolsillos; lloriqueando frente a una mesa de billar, detrás de una máquina tragamonedas, frente a una ruleta; suspirando de lo más tristes entre galgos y caballos, entre partidos de futbol y baloncesto, apretando las boletas que equivalen a la libertad. Hace mucho que perdieron su patria, era de esperarse, en un arranque de adrenalina colectiva se lo jugaron todo, literalmente todo, su país se esfumó de la noche a la mañana, sin guerras, sin intervenciones, sin desastres naturales. Bastó una mano de póquer, una tercia de ases, ni siquiera más, para arrebatarles el paraíso. Pero son buenos perdedores, eso exige el código civil de los kayanos: “saber perder es la mejor ganancia”. Y así, sin nada de nada, se lanzaron a recorrer el mundo en busca de suerte, de buena fortuna, de pequeños refugios para apostar. Las Vegas es su santuario, los casinos sus iglesias; si se encuentran se saludan o se prestan, ningún kayano puede dejar de jugar, es la ley de su vida, su único fin es hacer dinero. Entre ellos no hay diferencias, los que ganan más son iguales a los que ganan menos y a los que nada ganan, pues de cualquier manera son extranjeros. Su única pertenencia es saberse acompañados en la desdicha del destierro. No se les juzgue mal, ellos sólo saben que el futuro ya no existe, el pasado es puro olvido, y el presente es lo único que hace historia cuando tiran los dados sobre la mesa y escuchan los aplausos que les brindan cuando ganan.

Otur: el país de los inexistentes

Es inexistente para aquellos que quieren habitar donde se habita. Pero para aquellos que saben que no están donde deberían es una realidad. Otur, país de los inexistentes, es una burbuja de cristal en el cerebro de los escapistas y de los suicidas.

Elzir: el país de los enigmas

“Guarde tu corazón el secreto que no existe. Sea evidente lo que ocultas y así sabrás llegar a Elzir.” En el museo de una ciudad perdida Acá de Este Lado del Mundo se encuentra esta inscripción, único vestigio conocido de una inmensa región llena de enigmas. Zona cuyo lenguaje son los acertijos, las encrucijadas y lo oculto. Es tan antiguo como el fuego mismo que les robó Prometeo y que entregó a los mortales. Se piensa que es un país de dioses hastiados de no hacer nada más que contemplar el destino manifiesto de sus creyentes. Se cree que estos dioses se dedican a inventar tonterías útiles e inútiles para desquiciar la mente de los hombres. Se supone un propósito turbio en las locas invenciones de estos seres que dan la luz para que vivamos entre las sombras. Pero siempre existen los inconvenientes, y Elzir cuenta con uno, nadie sabe quién lo designó —eso también es un enigma—, volviéndolos esclavos de sus esclavos. Este insospechado país ha ido perdiendo compostura y terreno cada vez que los hombres van descifrando algún secreto concebido por los habitantes de estos parajes; quienes a pesar de poseer los secretos de la eternidad, de lo infinito, no dejan de improvisar a diario algún acertijo, pues temen desaparecer cuando el último enigma sea descubierto.