Pedagogía EN el otro - Betzalel Elazar - E-Book

Pedagogía EN el otro E-Book

Betzalel Elazar

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  • Herausgeber: Tequisté
  • Kategorie: Bildung
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2022
Beschreibung

A través de este libro, Betzalel Elazar nos propone una re-evolución educativa para la evolución de la humanidad fundamentada en la idea de todos en el todo. Dicho pensamiento busca trascender el nosotros contra ellos vigente en la actualidad para construir una humanidad en unión, libertad y fraternidad. El eje de su teoría filosófica radica en percibir a la otredad como una probabilidad del yo, construyendo un paradigma que deje atrás el antropocentrismo individual que surge en el renacimiento para darle lugar a la comunidad consciente. Una herramienta indispensable para cualquier persona o institución que se dedica a enseñar y desea incorporar una perspectiva de desarrollo humano.

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Seitenzahl: 233

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Pedagogía EN el otroMétodo NEXUS

Betzalel Elazar

Créditos

Pedagogía EN el otro. Método NEXUS

© de los textos: Betzalel Elazar, 2021

© de esta edición: Editorial Tequisté, 2022

Corrección: M. Fernanda Karageorgiu

Diseño gráfico y editorial: Alejandro Arrojo

1ª edición: abril de 2022

Producción editorial: Tequisté

[email protected]

www.tequiste.com

ISBN: 978-987-4935-97-7

Se ha hecho el depósito que marca la ley 11.723

No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su tratamiento informático, ni su distribución o transmisión de forma alguna, ya sea electrónica, mecánica, digital, por fotocopia u otros medios, sin el permiso previo por escrito de su autor o el titular de los derechos.

LIBRO DE EDICIÓN ARGENTINA

Betzalel Elazar

Pedagogía EN el otro : Método Nexus / Betzalel Elazar. - 1a ed. - Pilar : Tequisté. TXT, 2022.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-8958-00-2

1. Pedagogía. 2. Educación en Valores. I. Título.

CDD 370.15

Dedicatoria

A mi familia... Sofi, Ingrid, Pirerayen, Meulen y Tahani, por inspirarme a soñar con un mundo mejor.

Prólogo

La armonía total de este mundo está formada por una natural aglomeración de discordancias.

Lucio Anneo Séneca

En un mundo donde las ideas abundan estériles, los tiempos corren atrasados y la plenitud se escapa, se nos presenta el cuestionamiento acerca de qué es lo que buscamos como humanidad, ¿cuál es nuestro objetivo? Todos sabemos que vivimos en una época oscura, dotada de ignorancia y fanatismos, división y violencia, vorágine y desesperanza, miseria y codicia. La pregunta radica entonces en qué podemos hacer al respecto. Decía Yalal ad-Din Muhammad Rumi ya en la antigüedad “no te quedes satisfecho con las historias, como le han ido a los demás. Revela tu propio mito” y eso es lo que hace Nexus: proponernos una re-evolución educativa para la evolución de la humanidad fundamentada en el epígrafe filosófico del todos en el todo del autor Betzalel Elazar. Dicho pensamiento busca trascender el nosotros contra ellos vigente en la actualidad para construir un todos en el todo, una humanidad en unión, libertad y fraternidad.

El eje de su teoría filosófica radica en percibir a la otredad como una probabilidad del yo. El fascinante poeta Antonio Machado lo explicaría así “el ojo que tú ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque él te ve” (Machado, 1912). Se construye un paradigma que deja atrás el antropocentrismo individual que surge en el renacimiento para darle lugar a la comunidad consciente. Un ser humano que se percibe como parte de un ecosistema, que contempla al humano pero no se limita a él. Haciendo un paralelismo con la medicina, se trata de dejar de ver al órgano como ente aislado para pasar a comprender la maravillosa complejidad que compone a una persona, con todos sus sistemas integrados y dinámicos. El ser humano aprehende y transforma conscientemente el entorno, al mismo tiempo que retiene en la memoria la manera de hacerlo, traspasa ese conocimiento a las siguientes generaciones, vive una vida de afectos y protege su descendencia. Enseñemos entonces otra forma de aprehender y construir, modificando el patrón conductual destructivo que nos está llevando al borde la extinción. Creemos nuevos patrones conductuales para transferir a la descendencia a partir del cambio consciente de aquellos que lo transmiten, arraigando un paradigma de cooperación y fraternidad. Es el desafío que nos propone el autor.

Todo ser humano necesita —como aspecto vital de su desarrollo— cierta inteligibilidad sobre su vida y su mundo. Mucho se ha hablado acerca de cómo enseñar los contenidos que intentan abarcar la explicación del entorno natural. Sin embargo, ¿qué lugar le hemos dado en la educación al conocimiento de la otredad, a la empatía y al amor? Justamente, Schumacher señala que hacer inteligible algo posibilita el sentimiento de participar en ello, de no ser ajeno. El poder comprender al otro, más allá de nuestros miedos e inseguridades, superando la visión competitiva que domina la actualidad para encontrar confianza, lealtad y reciprocidad en la otredad, nos depara un futuro completamente diferente. Hasta ahora hemos apostado por evolucionar basándonos en la ciencia y la tecnología, utilizando la razón como principal herramienta. ¿Qué pasaría si sumamos nuestros sentidos internos a esa búsqueda, si nos animamos a ascender a través del conocimiento del otro que hace posible el amor y la unión en hermandad? Si en lugar de competir por el saber, aunamos esfuerzos y perspectivas enalteciendo la creatividad. Si nos entregamos al desarrollo de la sapiencia sustentado en las necesidades de todos, cultivando la igualdad que se riega con la diversidad. Nexus nos propone esta realidad, brindando herramientas para que podamos enseñar desde la perspectiva del alter éxito.

La enseñanza no es patrimonio de las instituciones formales sino hija de las relaciones interpersonales organizadas. Nexus no se limita a una escuela o universidad, sino que es aplicable a toda persona que desee compartir con otro su experiencia y conocimiento, sea mediante un taller, una carrera universitaria, una comunidad religiosa, una empresa o una organización política. Nexus armoniza la dinámica grupal, enalteciendo al equipo y desarrollando las potencias de cada individuo a través de la interrelación.

Nexus es un sistema aplicable a cualquier método pedagógico, ya que —como dijimos— no se centra en el contenido sino en los valores del alumno y la construcción de una sociedad evolucionada. El autor nos facilita —de una manera didáctica y simple— las herramientas para poder poner en práctica sus enseñanzas, en el contexto que fuese necesario. Nos aporta luz sobre cómo identificar las diversas personalidades que componen a un grupo, generar una dinámica favorable, fortalecer virtudes, rectificar dificultades y evaluar contenidos. “Aceptar que a mi lado se encuentra el Otro, gracias al cual soy yo quien soy” (Lévinas, 2000), asevera Emmanuel Lévinas. Es justamente esta iniciativa la que Nexus nos invita a ejercitar a través de la dinámica de gajos y el objetivo primordial del alter éxito en los alumnos. Cualquier persona o institución que se dedica a enseñar y desea incorporar una perspectiva de desarrollo humano, más allá de su cultura y contexto, puede convertirse en un dinamizador del humano consciente con este manual de construcción de una sociedad basada en la ética de la moral consciente, rasgo fundamental de la teoría filosófica del todos en el todo del autor, que sustenta el sistema Nexus.

“Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”, decía Arquímedes. Nexus nos da el apoyo en la consciencia y la palanca en la concepción de la otredad. Ahora, juntos, movamos al mundo en una dirección mejor.

Sofía González Carvajal

Introducción

La humanidad ha enfrentado desafíos evolutivos permanentemente a lo largo de su historia, es tal vez una constante inherente a su naturaleza propia, donde en los albores de su existencia el individuo se percibía solo contra el mundo, lo que es en resumen igual al YO CONTRA ELLOS. Esta percepción duró poco, ya que la lógica de la supervivencia indicaba que la única forma de cazar, mantener un refugio y asegurarse la continuidad de la especie no era otra que a través del clan y fue así como surgió el NOSOTROS CONTRA ELLOS. Este particular rasgo de la neuropsicología humana está vigente hasta el día de hoy, siendo utilizado de muchas maneras para dividir a las sociedades en pos de los intereses de unos pocos. Por tal razón, y por los resultados nefastos que se obtienen a partir de la radicalización de las ideas que pueden sustentar dichos grupos o más bien dicha construcción de un “nosotros contra ellos”, es que la neurofilosofía ha ahondado, estudiado y acuñado a partir de Martin Buber con su yo–ello o yo–tú —que intenta explicar la cosificación de la otredad o la empatía como sentimiento opuesto a esta— y otros tantos autores, investigadores y filósofos que se han explayado en estas teorías, sus perspectivas y consecuencias sociológicas como neurológicas.

Más en esta época, la humanidad enfrenta inevitablemente un puñado de conquistas transformadoras que sin duda predispondrán a explorar perspectivas más allá de lo conocido hasta el momento, es decir, más allá de la pauta evolutiva que sostiene la teoría del NOSOTROS CONTRA ELLOS. Y es aquí donde se propone una meta en pos de trascender este modelo de percepción de la otredad, buscando acuñar, de cara a la humanidad del futuro, el modelo interpersonal que sustente a un TODOS EN EL TODO. Esto es que, en primera instancia, se supera todo indicador de enfrentamiento, desaparece el CONTRA, ya no es un yo CONTRA ellos, o un nosotros CONTRA ellos, sino más bien es un EN y en este EN se supera la idea del nosotros y ellos, ya que el nosotros contiene al ellos a tal punto que se convierte en un “todos”.

Dicha teoría se puede profundizar en la obra del mismo autor Del meta-individuo al poli-individuo, método nuhma, donde se encontrará el sustento filosófico de los valores necesarios para concretar esta perspectiva de un TODOS EN EL TODO. Lo que se buscará meditar en la presente obra es de qué manera se puede conseguir este ideal a través de la educación como herramienta evolutiva, es decir una pedagogía EN el otro y no individual, por lo que será de vital importancia, entonces, saldar algunas deudas que la humanidad tiene consigo misma antes de ser digna de disfrutar del asombro que regala la simpleza de la exploración. Estas, por más que en algunos puntos parecen argucias trilladas, no serán sino facetas en las que la humanidad no ha terminado de profundizar ni tampoco ha logrado afianzar del todo. Estamos hablando de algo tan sencillo como el simple hecho de que el sujeto perciba a la otredad como una probabilidad de sí mismo, desde una perspectiva de igualdad, reciprocidad y sobre todo confianza. Esta construcción de la identidad individual “en y con el otro” requiere de conservar intacta una predisposición natural que tiene cada niño en su primera infancia y durante el transcurso de la misma, donde la inclusión no conoce de prejuicios y donde el otro no es un medio para un fin, sino más bien un igual. Es así como, desde estas percepciones tan sencillas, surgirán las primeras tendencias sociales del individuo y su proyección hacia dicha sociedad.

Será pues, sin lugar a dudas, un gran desafío para la humanidad superarse a sí misma con el objetivo de ser inclusiva, trascendiendo toda barrera que suponga división de algún tipo. Es decir, naturalizarse en la diversidad a tal punto que toda redundancia inclusiva sea excluyente, pues es claro ver en la actualidad como aquellos que demandan inclusión excluyen a quienes no piensan como ellos, contradiciendo sus demandas con sus acciones, lo que resulta en estos casos en más división, a la vez que evidencian que toda redundancia inclusiva es excluyente.

Siendo por esta razón que es necesaria una re-evolución de ciertos conceptos y acciones para conseguir superar, entre otras cosas, el antropocentrismo dominante que percibe todo su entorno como un recurso o el sujeto estrechamente económico y consumista funcional a un modelo desgastado y enfermizo, ya que en ambos casos es evidente el fracaso. Por ejemplo, en la contaminación palpable de los mares, como lo son las islas de plástico del pacífico que triplican según los datos oficiales el tamaño de Francia, además de los ya conocidos desechos tóxicos tanto químicos como hospitalarios que enferman la fauna marina, la deforestación irracional, el calentamiento global, la contaminación de la tierra con agroquímicos y una gran cantidad de etc. que demuestran la incompetencia de la humanidad y lo errado del concepto de percibir todo como un recurso. Por otra parte, retomando el segundo fracaso del antropocentrismo, no hace falta mirar muy lejos para encontrar desigualdad, injusticia y sufrimiento, producto de la avaricia y la arrogancia infame de aquellos pocos que se benefician de la esclavitud voluntaria de muchos, pues solo está en manos de estos “muchos” revertir la situación en la que se encuentran, a través de la unión verdadera y sustentable.

Tal vez esta re-evolución se halle en la educación, tal vez una vez más la utopía sea el vehículo que permita visibilizar otras probabilidades de la humanidad que no sean siempre las mismas, pues lo trillado aquí no son las deudas que esta tiene, como la justicia social, la igualdad o las políticas ecológicamente responsables, sino los métodos vetustos con los que se intenta responder a estas demandas y que claramente —como la lógica y la evidencia sustentan— no han dado en la talla, no han aportado soluciones sustanciales. En otras palabras, no sirven de cara a las necesidades de la humanidad del futuro. Estos métodos son los obsoletos y trillados, los que ya no tienen lugar en una humanidad que necesita avanzar y resurgir en la búsqueda del equilibrio, pues es urgente, ya que cada vez somos más habitantes en este único planeta que nos sustenta y, si no aprendemos a moderarnos, nuestra extinción será inevitable. Deberíamos comportarnos como lo que somos: socios de la divinidad a la hora de mantener el equilibrio de la creación a través de las herramientas del intelecto, la consciencia y el discernimiento.

La utopía parecería ser una herramienta provechosa si se utiliza como disparador de ideas innovadoras, ideas que no sean más de lo mismo, porque la humanidad necesita algo diferente, algo que le permita liberarse de sí misma, y es en este caso la utopía quien le susurra al oído que sí se puede, que es posible convertirse en la mejor versión de sí misma. Es la utopía la que le permite soñar con un futuro diferente, tal vez sea esta que intenta convencernos, llamándonos la atención a través de la influencia de sus avatares, como la perfección y la felicidad tan cotidianas en la búsqueda de la humanidad. Tal vez sea momento de trascender la idea de lo que no es en ninguna parte por la capacidad probable de ser en todos lados, la mejor versión posible.

En sintonía con este pensamiento, es que este libro intenta poner en palabras dichas perspectivas un tanto utópicas por lo que no pretenderá ser evidentemente una tesis de ningún tipo ni contendrá en lo más mínimo rigor académico, pues serán precisamente este tipo de perspectivas las que se desean trascender, ya que se estará teorizando sobre la necesidad de la evolución de la humanidad más allá de todo rigor —ya sea académico, social o de cualquier tipo— siendo evidente que ni estos ni las tesis doctorales alcanzaron para dar un respuesta definitiva a las deudas sociales que esta tiene consigo misma. Siendo incluso, en muchos casos, precisamente estas perspectivas vetustas las que fomentaron dichas deudas, por el hecho de estar centradas en la formación y sustento del sujeto económico y de consumo, ya que evidentemente todo pensamiento o idea, si no está alineada a fomentar dicho sujeto y su explotación como recurso humano, no será abalada e impulsada por las instituciones retrógradas que defienden como único camino sustancial de las ideas al método científico positivista y utilitarista. Aprovecho a citar a Patrik Harpur en su libro Mercurius o el matrimonio del cielo y la tierra:

“…hay dos cosas que el filósofo debe evitar a toda costa: la fama y los científicos. La primera lo expone a la curiosidad y la codicia del ignorante; la segunda, más peligrosa, a los doctos adoradores de esos ídolos mellizos, el empirismo y la objetividad”.

Es así como en la búsqueda de reflejar de la mejor manera el “libre pensamiento” es que este libro intenta estar precisamente “libre” de la mayor cantidad de dogmas posibles, utilizando un lenguaje en cierto modo coloquial con el objetivo de que resulte un material amigable para ser aplicado potencialmente en cualquier contexto. Lo que principalmente se pretende trasmitir es la idea de la evolución de la sociedad a través de la educación como herramienta fundamental, pues la educación constituye un eje central en la construcción de la sociedad, siendo la calidad social un espejo directo del tipo de educación que se imparte. Mas lo que se refleja en este espejo social no será la cantidad del contenido académico o la calidad del mismo, sino más bien la carencia, o no, de la capacidad de aplicar el contenido aprendido en pos de mejorar dicha sociedad.

Es evidente que en la actualidad este espejo está sucio, ya que refleja una imagen desdibujada y muy alejada de lo que debería ser la humanidad a esta altura de la historia. Lo que nos lleva a preguntar por la naturaleza de esa suciedad, la que sin duda impide apreciar la belleza en su plenitud de la mejor versión de la humanidad, y en ese intento por responder surgen más interrogantes, entre los cuales se destaca uno: ¿cuál es el objetivo de la educación en la actualidad?, ¿será que se educa para preparar al sujeto económico en tanto funcional al sistema capitalista o que se educa para profundizar el individualismo extremo en aras de la híper competitividad? Sea cual fuere la respuesta a tal interrogante, es visible que el resultado no es bueno o auspicioso para la humanidad, trasladando su infortunio a todo cuanto la rodea, afectando así a las demás formas de vida con las que comparte este hermoso y único planeta, y a las fuerzas de la naturaleza que sustentan a cada una de estas manifestaciones de la divinidad, contaminando y corrompiendo, con el objetivo único de usufructuar de ellos, dado que aprende desde muy temprana edad que todos estos son recursos, incluso el mismo humano lo es; recurso que se utilizará el tiempo que sea necesario o útil para un fin, un fin completamente egoísta.

En el intento de limpiar el espejo, surge el método NEXUS, para contestar la pregunta acerca del objetivo principal de la educación: educar para mejorar la humanidad, llevando a plantear la necesidad de evolución más allá del antropocentrismo, educando para la diversidad; en la construcción del yo en tanto inclusivo de todo cuanto existe, en la realización del yo EN el otro; y encontrar la plenitud en el éxito de los demás. Tal vez, de esta manera, el NEXUS contribuirá a asear la superficie, consiguiendo que se reflejen con más intensidad las facultades innatas evolutivas de la humanidad, llevándola a nuevas fronteras de autoconocimiento.

Comparación Numérica Especulativa Subconsciente, CoNES

Desde muy temprana edad nos educan para que compitamos en pos de la acumulación, donde las cifras se convertirán en el principal factor indicativo de éxito o fracaso. Se nos enseña a sentirnos seguros en la cantidad, cantidad que fijará los estándares de calidad y nos predispondrá a poner en cifras sentimientos, deseos y cuantas expresiones queramos, a COMPARAR. Esta perspectiva tiene uno de sus principales orígenes en el sistema educativo, donde se califica el nivel de conocimiento a través de los números, como natural indicador cuantitativo, sustentado a su vez por un enfoque económico de educación en tanto formación del futuro sujeto productivo, acostumbrándose a percibir los logros a través de este método de calificaciones. Ahora bien, el principal problema en las frases anteriores radica en la palabra COMPARAR y en la frase PERCIBIR LOS LOGROS, esto supone un adoctrinamiento en la estructura de aprendizaje de nuestro cerebro, puntualmente en el circuito de recompensa, en el que se lo acostumbra a discernir con una perspectiva cuantitativa los logros obtenidos, predisponiendo a trasladar este estándar de medición a otros ámbitos de la vida. Veremos entonces cómo funciona.

El circuito de recompensa es un sistema de estructuras neuronales orientadas a identificar cualquier situación que provoque bienestar y placer. Este será uno de los ejes principales en el aprendizaje de la supervivencia natural, ya que marcará la tendencia asociativa para que toda situación que genere placer se repita. Es así como se instaura una predisposición por ciertos factores positivos para el sistema de recompensa que estará íntimamente ligado a la cuantificación numérica en este caso, involucrando la autoestima en relación a los logros que se obtengan en proporción comparativa a los fracasos. Sin pretender ser un tratado de neurología, podremos definir brevemente cómo funciona el sistema de recompensa mencionando las regiones del cerebro involucradas, como así también los neurotransmisores necesarios, en estudios realizados hasta la fecha.

Todo comienza en el área tegmental ventral, responsable de captar toda señal que involucre mecanismos básicos de supervivencia, subiendo al sistema límbico —causante de generar emociones asociativas a estas señales recibidas— en el que se destacará el núcleo acumbens, asociado directamente con la aparición de sensaciones placenteras. En el lóbulo frontal, ocurre la planificación basada en la información antes obtenida, por lo que estimulará a un conjunto de acciones que lleven voluntariamente al individuo a conectar con el objetivo final. El neurotransmisor necesario para que este sistema se complete y active es la dopamina, este se ha coligado como el principal partícipe en la asociación del placer, pero además, y no menos importante, en el eje motivacional del individuo.

El sistema de calificación financiero basado en patrones numéricos genera, desde el principio del desarrollo cerebral del individuo, una tendencia asociativa a equiparar el éxito y el fracaso con un promedio cifrado. En esta instancia, el cerebro humano no solo está aprendiendo y sistematizando el eje de recompensa necesario para la supervivencia, sino que está estableciendo los primeros parámetros de éxito, fracaso y comparación de estándares de logros respecto a las relaciones, ya sea con el otro como individuo o como grupo. Además de establecer una consciencia comparativa con sus pares, estará asimilando el paradigma que más es mejor con respecto al otro, en el momento en que este YO es consciente en su comparativa que la obtención de un puntaje más alto lo dispondrá en un estatus de ganador o exitoso respecto a la OTREDAD. Estos procesos de crecimiento van a signar de alguna manera la tendencia de personalidad del individuo en la construcción de su yo y la relación de este con la otredad. Dentro de las principales características de desarrollo del yo podemos destacar la seguridad en sí mismo, ligado directamente al nivel motivacional del sujeto. La percepción de la obtención del éxito asociado a un factor numérico predispondrá a la cuantificación comparativa respecto al otro, esto será que de manera consciente o inconsciente percibirá la concreción del éxito como una pauta de base desde donde el yo se autoevaluará respecto al otro, fomentando la competitividad y el individualismo.

Cuando se hace referencia al método de evaluación a través de valores numéricos, no solo se tiene en cuenta el sistema de calificación del uno al diez —donde uno es lo más bajo y diez naturalmente es la meta más destacada— también podemos mencionar el sistema de cero a cien que es muy similar al anterior, con la misma perspectiva de orden numérico, es decir: primero, segundo, tercero; tendremos el sistema de calificaciones mediante letras donde A es proporcional a primero, es decir diez o cien la nota más alta y E o F en algunos casos será equivalente a la nota más baja. Estos métodos de categorizar el rendimiento escolar se utilizan en la mayoría de los países, siendo una minoría quienes lo hacen a través de expresiones o valoraciones.

Desde una perspectiva psicológica, es natural inferir que el individuo tiende a compararse con sus pares siendo parte indispensable en materia de desarrollo de la personalidad en tanto construcción del yo respecto a la otredad, evaluando en esta comparación —entre otras cosas— su capacidad de obtener el éxito o no. Si esta propensión natural se encuentra viciada por algún tipo de carencia que predisponga a la personalidad del individuo a construir una tendencia competitiva, especulativa o manipuladora, resultará en una clara inclinación a resolver la comparación con la otredad mediante el uso de la cuantificación comparativa aprendida y naturalizada desde el comienzo de su relación con la otredad en el ámbito escolar y la noción de obtención de éxito a través de un número. Es decir, a nivel subconsciente, este sujeto aprendió que el hecho de obtener una nota más elevada que su compañero lo sitúa automáticamente en una posición de ganador o exitoso respecto al otro, más, aunque no sea visible en todo momento, esta lectura equiparativa respecto a la cantidad es tan real como la naturalización inocente de medir emociones, acontecimientos y demás con estándares cuantitativos; o reforzar el concepto numérico a través de la asignación de un número a cualquier elemento de su entorno cosificando personas, animales u objetos por igual; como también emplear clasificaciones más determinantes como comparar con una perspectiva cuantitativa niveles intelectuales, aptitudes físicas o cualquier tipo de calificación que coloca a unos sobre otros relegados.

Estas relaciones, y muchas más del estilo, son ejemplos inocentes de lo incorporada y naturalizada que está la creencia subjetiva de que es necesaria la perspectiva estadística donde el principal objetivo a lograr es la cantidad, siendo en muchos casos erróneamente pensada como más relevante que la calidad. Esto lleva a percibir sutilmente que siempre más es mejor, desconectándose del hecho de que no siempre es así y promoviendo un afán por la cantidad. Vivimos en una era que está signada por la triple equis ele (XXXL) —casi que podríamos llamarla así— donde, para satisfacer la ansiedad de consumo, todo debe ser extra grande o en mucha cantidad, donde los objetos se producen en masa con el propósito que duren poco, consiguiendo así que se perpetúe la cadena de consumismo: comprar en cantidad, comer en cantidad, aún a costa de la salud física.

Entre la cantidad y la velocidad se va la existencia… “No hay tiempo” es una de las afirmaciones más frecuentes, ya que entre tanta cantidad este es, en apariencia, lo único que escasea. Entre la cantidad y la celeridad del todo ya, se diluye la vitalidad de los años de la humanidad. Esta se pierde a sí misma en una vorágine donde el yo olvidó al otro en pos de la acumulación, o por el simple hecho de ser un rehén involuntario de un sistema de deudas que le exprime cada instante de plenitud, donde cualquier parecido con la esclavitud es mera coincidencia, o quizás sea esta una excelente forma de esclavitud consciente.

En esta situación de afán por la cantidad es muy común que la mente humana pierda el índice de prioridades, llevando al individuo a una situación de vacío interno, ya que la acumulación por sí misma siempre va a estar debidamente excusada bajo un esquema de auto justificación inapelable que lleva implícita la insuficiencia permanentemente, con todos los argumentos necesarios para que la mente sea funcional al sistema de recompensa para el que fue programada. Así pues, vemos cómo la sociedad —en muchos casos producto de las deudas contraídas por circunstancias que superan su capacidad económica o simplemente por ser víctimas de un sistema que impulsa el consumismo— busca en la acumulación la respuesta, por sobre la salud, desatendiendo la calidad de la alimentación, o el desgaste físico natural que produce el cansancio acumulado. Esto sin contar el estrés del ritmo de vida, o las enfermedades físicas naturales de la edad o el agotamiento producido por tan tirana rutina, para las que existe un tratamiento sobre los síntomas con el objetivo de volver a estar en forma física para seguir acumulando o para pagar sus deudas.

No solo sobre la salud es visible el impacto, sino además sobre la construcción de la plenitud, palabra que no es muy tenida en cuenta hoy en día, más que solo por las apariencias de las redes sociales, donde los individuos intentan mostrarse felices en dichas vidrieras que no son consecuentes con su realidad interna, PUES NO HAY INFELIZ MÁS GRANDE QUE AQUEL QUE NECESITA OSTENTAR SU FELICIDAD. Estas redes sociales vienen a resolver a medias, o para quienes creen en ellas, el drama de la postergación de la plenitud en pos de la acumulación, confundiendo plenitud con paradigmas ideales como la felicidad, ya que quien utiliza estas redes se siente socialmente sabio, feliz, aceptado, incluso hasta escuchado o leído. Es así como la fantasía está creada y es eficiente, pues aparentemente ya está cubierto todo lo anterior. Ahora el individuo está listo para seguir acumulando o al menos intentando acumular, ya que la mayoría por ser rehenes endeudados con el sistema solo lograrán sobrevivir, acumulando no para ellos sino para alguien más, puesto que, al existir la desigualdad y el individualismo extremo, es lógico que haya quienes se beneficien con el esfuerzo ajeno. Así pues, nunca se llega a la felicidad o más bien a la plenitud, siempre existe en el interior un vacío que no se llenará con la perspectiva acumulativa.