Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Miguel Luna, nacido el 5 de julio de 1950 en el Departamento San Martín, Provincia de San Juan, Argentina, en la actualidad está radicado en el Departamento Río Grande, Provincia de Tierra del Fuego, Argentina desde el 11 de abril de 1987. Poeta, Músico, canta autor. Tiene más de veinte poemas escritos, luego alguno de ellos los convirtió en canciones que grabó en su primer CD y Casetes. Integrante del Dúo Los Luna, con su hermano Tito Luna. En este Libro el autor ha desnudado su alma y su corazón para describir su vida desde la sensibilidad de niño en la que habla de su niñez y juventud, de carencia económica, sin caer en lo dramático, al contrario, se destaca la sensibilidad y romanticismo de observación por el contexto que lo rodea. Desde el comienzo habla del pasado para traerlo al presente. No solo habla de su familia sino también de personajes que para él se destacaron por algo que hacían. Para ello lo hace a través de anécdotas, relatos, leyendas y le pone una pasión increíble.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 176
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
MIGUEL LUNA
Luna, Miguel
¿Te pasó algo parecido? / Miguel Luna. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-1564-3
CDD 808.8035
Miguel Luna, nacido el 5 de julio de 1950 en el Departamento San Martín, Provincia de San Juan, Argentina, en la actualidad está radicado en el Departamento Río Grande, Provincia de Tierra del Fuego, Argentina desde el 11 de abril de 1987.
Poeta, Músico, canta autor. Tiene más de veinte poemas escritos, luego alguno de ellos los convirtió en canciones que grabó en su primer CD y Casetes. Integrante del Dúo Los Luna, con su hermano Tito Luna.
En este Libro el autor ha desnudado su alma y su corazón para describir su vida desde la sensibilidad de niño en la que habla de su niñez y juventud, de carencia económica, sin caer en lo dramático, al contrario, se destaca la sensibilidad y romanticismo de observación por el contexto que lo rodea. Desde el comienzo habla del pasado para traerlo al presente. No solo habla de su familia sino también de personajes que para él se destacaron por algo que hacían. Para ello lo hace a través de anécdotas, relatos, leyendas y le pone una pasión increíble.
Soy un humilde escritor que se graduó en la Universidad de la calle, Mis libros; Retazos de la vida de experiencias vividas. Mi aprendizaje;Observar, escuchar a los viejos. El trino de los pájaros formo mi música. Mi cuna: Un haz deluna en la ventana, unrayo de sol luminoso que me avisa de la actividad del día. La intemperie, curtió mi piel. Mi pluma, El hablar espontanea de los niños y la manera del arado. Mi maestra, la sabía naturaleza.
Así de este modo paso a relatar esperando sea del agrado del Lector.
Mi entidad, para poder tener autoconciencia, precisa de una representación de sí misma. Tal representación es tanto una imagen, un concepto de sí mismo, como un conjunto de recuerdos sobre mi propio ser. Además, lo primero es imposible sin lo último; por tanto, los recuerdos son lo primero en lo que nos tenemos que fijar. Hay muchas maneras de fijarse en el modo en el que el pasado aparece en el presente, aquí voy a dar algunos ejemplos. Empecemos por fijarnos en cómo interactúan pasado, presente y futuro. Cualquier estado presente es una huella de lo que me sucedido en el pasado. Nuestro presente es lo que el pasado nos ha legado para construir el futuro con los recursos que el propio pasado nos dejó. La memoria, nos hace accesible el pasado a través de procesos de recuerdo que son el resultado de la activación de huellas de experiencias pasadas al servicio de acciones actuales. Pero también hay que tener en cuenta que los grupos humanos a través del tiempo, han desarrollado procedimientos para ampliar la capacidad de mantener registros del pasado, más allá de la capacidad de registrar huellas en la propia memoria biológica corporal, como así también el contexto de esos grupos humanos. Así surgieron sistemas de notación, poemas, historias, rituales o monumentos como formas de mantener la memoria, de hacer accesibles experiencias que aparecen en la memoria mucho más allá del limitado espacio de tiempo de la vida de cada uno de nosotros. Estas cosas hacen posible que cada uno de nosotros acceda a la experiencia acumulada por el grupo. En otras palabras, hacen posible la cultura. Pedazos dejados por experiencias que se transforman cada vez que se activan para producir las memorias no son fijas, sino recreaciones del pasado que nos producen un sentido de continuidad, un sentimiento de ser una entidad con pasado y con futuro. Reconstruir el pasado en el presente, de acontecimientos personales a través del relato o historias, recordar algo, es entonces, entretejer la experiencia de la activación consciente de esos pedazos del pasado, en el flujo de acciones actuales y así darles significado. De este modo, los recuerdos tienen un contenido y una forma; una forma que no es sólo una apariencia, sino es fundamental del propio recuerdo. El lenguaje y, a través de él, los grupos, los géneros del habla, los recursos literarios, contribuyen a la forma que finalmente toman los resultados de los actos del recuerdo, particularmente cuando se comunican a otras personas. Se pueden recordar muchas cosas: Experiencias personales, eventos reportados, o una mezcla de ambas cosas. Cuando los actos del recuerdo son al mismo tiempo actos de habla referidos a experiencias propias de quien habla, estamos hablando de memorias individuales; Cuando se refieren al pasado del grupo, las llamamos memorias sociales. En cualquier caso, tanto unas como otras se muestran como un producto, como una producción lingüística de un autor (individual o colectivo) conciben esta conexión entre memorias autobiográficas y memorias públicas como la base para la construcción de una cultura personal conectada con una cultura pública. La cultura personal es también un sistema de símbolos significantes (tal como las memorias autobiográficas) que sirven para almacenar y producir significado. La cultura personal, como la cultura general, consiste en un modelo de y un ‘modelo para’ la producción de significados. Las culturas colectiva y personal se cruzan en la interacción personal, en las relaciones entre el individuo y las instituciones culturales. Si esto es así, nos encontramos entonces ante un cuadro en el que cultura pública y cultura privada se crean mutuamente, y la construcción de ambas es el resultado de un proceso de construcción entre las acciones del individuo y las interacciones con su ambiente social. A través de recursos del lenguaje, con metáforas, formas narrativas y modos de expresión que la cultura pública suministra como herramientas para la expresión individual. En cualquier caso, la identidad personal tiene conexión con la ‘igualdad’, al suponérsele una permanencia a través del tiempo, permanencia que sólo puede resolverse narrativamente, a través de unyo narrativo que vive a través de los diferentes estados en que se narran las experiencias de esa identidad. Tal identidad personal puede aparecer de diversas maneras, como auto concepto, como conjunto de atributos pertenecientes a diferentes clases, o como un yo o un nosotros narrativo, dependiendo de la forma en que aparezca en el discurso. En este sentido, la identidad personal o colectiva es resultado de discursos que son ellos mismos, resultado de actos del habla de individuos que actúan con los recursos que tienen disponibles. La identidad, sin embargo, no es un concepto coincidente con el concepto de mí-mismo o con las memorias autobiográficas. La identidad relaciona a un sujeto con otros, considerándolos como compartiendo atributos o como pertenecientes a un mismo grupo. De modo que el esquema del yo-mismo se relaciona con el del grupo, produciendo en el individuo un sentimiento de pertenencia a una entidad superior, compartiendo sistemas de valores, motivaciones y sistemas de categorización.
Nacíen un pueblo, digo con orgullo su nombre: Distrito Dos Acequias del Departamento San Martin de la Provincia de San Juan Argentina. Soy de Dos Acequias, donde todo el mundo saluda y pregunta... ¿Cómo estás? ¡Tanto tiempo sin vernos! ¿Vos Sos el hijo de mi Compadre Fulano? ¡Con tu papá íbamos al colegio! ¡Tu mamá hacia unas comidas de ricas, siempre nos convidaba! Dos Acequias, parece que no tiene nada, sin embargo, lo tiene todo. Mi Dos Acequias, es verdad que a veces nos criticamos entre nosotros mismos, pero cuando uno necesita del otro, ahí siempre estamos para ayudarnos, como si fuéramos parientes. Soy de ese pueblo donde aceptamos al de afuera con un cálido abrazo, haciendo que se sienta parte de nosotros. En Dos Acequias, muchos de nosotros, no sabemos los nombres de las calles, ya que siempre para indicar un lugar decimos: al lado de, el apodo de alguien o enfrente de tal cosa, o a la vuelta de la esquina. Soy de ese pueblo de Dos Acequias, donde los chicos pueden andar en bicicleta, o jugar a cualquier cosa tranquilos, mientras los padres están trabajando, sin tener miedo a que una persona mayor los pueda dañar; Ocurre todo lo contrario, los padres dejan a sus hijos, sabiendo que los mayores están atentos, cuidándolos.
Mujer muy querida por quienes la conocían en el Barrio Dos Acequias, de personalidad gauchesca, un poco exagerada al hablar.
Cualquier novedad de mi pueblo, nos enterábamos todos por ser un pueblo chico. Doña Juana, conto lo que paso en el único colectivo que pasaba a diario por Dos Acequias. Contarlo como ella lo hizo; sin aclaración ninguna, dado que cualquiera de mi Pueblo conocía todo incluido los personajes intervinientes en el relato.
Si corresponde que Yo haga alguna aclaración.
El ómnibus que pasaba a diario por Dos Acequias, lo llamaban el COLONIA, porque partía de pocos kilómetros más al norte, desde la Colonia Fernández. El chofer apodado Cuico, era el propietario del colectivo, por ello conocía a los habituales pasajeros del Barrio. Un perro de color blanco con lunares negros de un vecino de Dos Acequias, corría todos los días a la par del colectivo hasta el cansancio, motivo por cual, Cuico, pinto a los costados del colectivo la figura del perro corriendo.
Cuenta doña Juana Páez; Lo que le paso a Josefa, una chica del barrio, Chica de gran y hermoso físico, un poco inocentona, o tal vez distraída, venia de regreso de la Ciudad llegando a su destino, Cuico. Pregunta ¿Dónde bajas Josefa? Ella responde. En lo de Sacarías. Sacarías, un señor; viejo conocido vecino; vivía junto a la entrada de un Callejón Comunero de pocas casas, por lo que el lugar servía de referencia. En dicha entrada corría un canal chico que solían desembarcar, por lo cual había un bordo de arena, alisado a causa de que en esa parte los muchachos de ahí jugaban a la pelota. En el colectivo también viajaban dos personajes que quedan de actores en el relato, que no adquiere relieve si no fuera porque la gente del barrio conocía a estos dos personajes. Alfredo, era burlesco, viajaba en el primer asiento, no hizo lo que hizo en colaboración del momento, sino para exagerar. Marcelo, era demasiado obeso, por lo que no cabía en los asientos individuales, por ello venia en los asientos del fondo del colectivo. Mientras el colectivo aminoraba la velocidad, Josefa, ya venía en el estribo, con su cuerpo mirando hacia atrás y antes que se detenga bajo, por lo que dio un par de vueltas en la arena, levantando las piernas por el golpe, doña Juana, finaliza su relato. ¡Pobre Mujer, al venir de vestido, el cual le quedo en la cabeza, se le vio todo!, menos mal que Alfredo, le tiro su saco para cubrirla, Marcelo, no vio nada porque venía en el último asiento.
Tanto mis padres, como mis tíos o cualquier vecino, les gustaba hacer vino casero, arrope, chicha, tender en un cañizo higos para secarlos, lo mismo con los duraznos para los orejones o duraznos descarozados, pasas de uvas o ciruelas, así de este modo conservarlos. Los cárneos de chanchos para preparar los chorizos, morcillas, salame, pancetas, arrollados, jamones.Más los amasijos de pan casero para acompañar cualquier comida. Una vez Mamá había salido para hacer unos trámites, entonces a mi Abuela materna, le quedo por ese día la responsabilidad de mandarme a la Escuela, preocupada de que yo no vaya a pasar hambre pregunto, ¿cuántos recreos tienes? cinco conteste, así que corto cinco rebanadas de pan, a todo el ancho del pan casero, panes de esos panes bien grandes.
La valija me quedo de mi hermana mayor, era grande y yo solo contaba con un cuadernito de ocho hojas, un lápiz negro, una goma de borrar y una cajita de seis lapicitos de colores. Pasé una vergüenza ese día, porque coincidió con que, una compañera de grado había robado la lapicera fuente de la Maestra, ello significaba un hecho muy grave, nada menos que en la Escuela, donde recibíamos educación, como la Maestra no sabía quién había sido, cerro el grado, dijo en voz alta, abran las valijas y pónganlas sobre el pupitre, comenzó a revisar las valijas. Desde que empezó a caminar por la primera fila, me puse rojo como un tomate, porque sabía que mi valija estaba repleta de rebanadas de pan, Cuando llego a mi lugar, miro mi valija, comento en voz alta como gritando enojada por la pérdida de la lapicera, ¡Miguel no es! ¡Que le va a caber, si tiene la valija llena de pan!
Fue inventada en Argentina, por un ex operario de Pirelli, don Giancarlo Lanfranconi. Picadora y rebotadora; Un poco chiquita en comparación con una N* 5. El que no jugo con ella se perdió un pedacito de infancia. Era ideal para jugar en la calle y hacer paredes con el cordón o pegarle contra un paredón. Si le pegábamos mal y se iba a la casa de un vecino a la hora de la siesta, directamente la perdíamos, porque la siesta es poco menos que sagrada para quien acostumbra a dormir su siesta, por ello, ¿quién se animaba a despertar al vecino para que nos devuelva la pelota? Para quienes estábamos acostumbrados a la de trapo, esta pelota de goma, era algo traicionera, porque picaba y te complicaba. ¡No la agarrábamos ni con la mano! la veíamos pasar cerquita por lo rápida. Si se armaba un picado nadie quería jugar de arquero por el miedo a que te dé en la cara o en otra parte delicada. Para festejar un final de cosecha de uvas, fuimos un grupo enorme a Zonda, lugar turístico de San Juan; Llevamos la infaltable pelota de goma; enseguida en un espacio que había entre los árboles, se armó un revuelto entre jóvenes, viejos y algunas mujeres que también participaron del partido. En un momento dado tuvimos la mala suerte de que salió un pelotazo violento dándole en la cara a una de las señoras que estaban en rueda tomando mate a un costado, por supuesto, de inmediato se acabó el partido. Cuando se pinchaba, al desinflarse le seguíamos pegándole hasta que quedaban pedazos. Que pasión sentíamos jugando con la de color rallado, más ese olor a goma, tan de nuestra niñez.
El sol brilló para dar calor a los brotes emergentes, lo que hace que desperecen las flores. La lluvia cayó sobre los campos secos y la tierra llena de cicatrices recibió ese regalo; Dos días después los arados cruzaron una y otra vez por encima de esa tierra antes que la humedad se pase de punto; ahí se ve el revoletear de los pájaros multicolor buscando el alimento de gusanos que muestra la tierra recién arada. El potrero rodeado de árboles frutales, de frutas que maduran temprano, duraznos de variedad San José, nísperos, además plantas de damascos, perales, higueras, nogales y los citrus. Luego de sembrar, mis Tíos vieron al costado del potrero, que el color marrón empezó a desaparecer transformándose en color verde, sabiendo que pronto en el potrero empezarían a crecer rápidamente las hortalizas.
Es la estación del año que tiene lugar entre la primavera y el otoño. Se trata de la época más calurosa del año, con las marcas térmicas más elevadas. En el hemisferio septentrional, elveranotiene lugar entre junio, julio y agosto, mientras que, en el meridional, corresponde a diciembre, enero y febrero.
El sol con el calor sobre el maíz que crece, se ve los bordes de las hojas que se ensanchan y alcanzan la madures hasta la cosecha. Hombres, mujeres y niños, cosechan el fruto sabiendo que a la hora de la mesa van a disfrutar.
En ese contexto maravilloso escuchar el sonido del viento sobre los árboles, el olor de tierra mojada después de una tormenta de verano, las risas con los amigos… Llega para muchos de nosotros, las esperadas vacaciones de verano, época para disfrutar plenamente de estos pequeños grandes momentos que nos regala la vida.
El paisaje se convierte en una muestra de variados tonos, desde marrón fuerte al amarillo claro, el anaranjado, entre ellos también el rojo tenue.
La repentina brisa comienza una danza quebradiza de hojas doradas, que con júbilo festivo vuelan aquí y allá, erráticas.
Época que me llena de melancolía, porque me aleja del verano del disfrute. Sin embargo, el otoño me produce paz y sosiego interior, es cuando más me gusta pasear por el campo, admirando la quietud de esa gama de colores. El otoño da paso al invierno, donde la naturaleza queda sólo dormida para luego despertar en la primavera. No es más que un ciclo variable, como casi todo en la vida.
La cosecha termino y el tiempo continúo con su recorrido habitual. Poco después una línea marrón en el maíz tiñó el borde de sus hojas, así fueron perdiendo rigidez y tiesura; al principio se inclinaron dibujando una curva, cuando la armadura central se debilitó, cada hoja se agachó hacia el suelo.
Las nubes aparecen trayendo el viento frio, o el quieto frio cubriendo de nieve montañas y valles, endureciendo la superficie de ríos y lagos convirtiéndose en pistas de patinaje, o en gotas cristalinas gélidas pegadas a la orilla de un techo; La maleza intentó protegerse oscureciendo su color verde y cesó de extenderse. A medida que el cielo palidecía, la tierra palideció también y los dibujos abiertos por las aguas se convierten en secas y profundas grietas. Las hormigas inician pequeñas avalanchas previéndose el sustento invernal.
Mi querida Dos Acequias, zona de flora autóctona, con olor a campo trabajado, donde se destaca la maravilla que existe entre los parrales y potreros sembrados.
Con mi Familia teníamos la casa con su típica estructura rural, la cual estaba al lado de la casa de mi Abuela materna, quien tenía un jardín grande y hermoso, con flores que brillan con el rocío al darles el sol de la mañana, ahí desde una orilla bajo el techo de la galería a mi edad temprana me gustaba contemplar con placer sensorial, espiritual a las abejas repartiendo el polen en su frenético agitar de alas, bellas mariposas dándole vida a más plantas, al igual que gráciles colibríes con su constante aletear libando el néctar de las flores.
Frente a mi casa, cruzando la calle, vivía una Tía paterna Ella también tenía un jardín muy lindo, que regaba al igual que mi Abuela materna, con el agua que baja de la Cordillera de los Andes por el majestuoso Río San Juan, se reparte en los canales, de ahí a las acequias para regar todo el valle de la Provincia, Agua que al abrir la reguera corre cantarina dándole vida a todas las plantas de esta tierra fértil de mi querido San Juan, con su paisaje maravilloso, al este, la silueta azulada del cerro Pie de Palo y al oeste la imponente Cordillera de los Andes. Este increíble paisaje, donde el tiempo se ha detenido en mi memoria por un instante.
Ver la hermosa calandria posada en una rama seca en invierno al horario de la siesta, o la del jilguero entre las ramas de un damasco en verano, contemplar los colores del pito juan, el rojo del churrinche, qué decir del siete colores, la tijereta, la llegada de las golondrinas, admirar el nido de los horneros.
El canto de los pájaros y el sonido permanente del viento sobre los árboles, los cuales nos regalan su sombra fresca para calmar el calor del día, así estableciendo una verdadera comunión de energía entre uno mismo y la naturaleza. Este increíble paisaje, donde el tiempo se ha detenido en mi memoria por un instante maravilloso, único.