Una introducción al Nuevo Testamento - D. A. Carson - E-Book

Una introducción al Nuevo Testamento E-Book

D. A. Carson

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Libro imprescindible para los estudiantes de la Biblia. Gracias a sus resúmenes y valoraciones, el lector interpretará y entenderá los libros del N.T. basándose en una adecuada contextualización histórica

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Una introducción

al Nuevo Testamento

D. A. Carson

Douglas J. Moo

EDITORIAL CLIE

C/ Ferrocarril, 8

08232 VILADECAVALLS (Barcelona) ESPAÑA

E-mail: [email protected]

Internet: http://www.clie.es

UNA INTRODUCCIÓN AL NUEVO TESTAMENTO

D. A. Carson & Douglas J. Moo

Publicado originalmente en inglés con el título: An Introduction To The New Testament

Copyright © 1992, 2005 by D. A. Carson & Douglas J. Moo

Zondervan, Grand Rapids, Michigan

Copyright © 2008 por CLIE para la edición en español

Todos los derechos reservados

Director de la colección: Dr. Matt Williams

Traducción: Dorcas González Bataller, Pedro L. Gómez Flores

Equipo editorial (revisión y corrección): Anabel Fernández Ortiz

Diseño de cubiertas: Ismael López Medel

ISBN: 978-84-8267-544-2

eISBN: 978-84-8267-624-1

Clasifíquese:

Dedicamos este libro,con todo nuestro agradecimiento,a Joy y Jenny

COLECCIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA

Libros Publicados

Estudios bíblicos

Michael J. Wilkins & J.P. Moreland (editores), Jesús bajo sospecha, vol. 4, 2003.

F.F. Bruce, Comentario de la Epístola a los Gálatas, vol. 7, 2004.

Peter H. Davids, La Primera Epístola de Pedro, vol. 10, 2004.

Gordon Fee, Comentario de la Epístola a los Filipenses, vol. 18, 2004.

Murray J. Harris, 3 preguntas clave sobre Jesús, vol. 14, 2005.

Leon Morris, El Evangelio de Juan, 2 volúmenes, vols. 11 y 12, 2005.

Robert H. Mounce, Comentario al Libro del Apocalipsis, vol. 21, 2005.

Robert H. Stein, Jesús, el Mesías: Un estudio de la vida de Cristo, vol. 17, 2006.

Estudios teológicos

Richard Bauckham, Dios Crucificado: Monoteísmo y Cristología en el Nuevo Testamento, vol. 6, 2003.

G.E. Ladd, Teología del Nuevo Testamento, vol. 2, 2002.

Leon Morris, Jesús es el Cristo: Estudios sobre la teología joánica, vol. 5, 2003.

N.T. Wright, El verdadero pensamiento de Pablo, vol. 1, 2002.

Clark H. Pinnock, Revelación bíblica: el fundamento de la teología cristiana, vol. 8, 2004.

Estudios ministeriales

Bonnidell Clouse & Robert G. Clouse, eds., Mujeres en el ministerio. Cuatro puntos de vista, vol. 15, 2005.

Michael Green & Alister McGrath, ¿Cómo llegar a ellos? Defendamos y comuniquemos la fe cristiana a los no creyentes, vol. 3, 2003.

Wayne. A. Grudem, ed., ¿Son vigentes los dones milagrosos? Cuatro puntos de vista, vol. 9, 2004.

J. Matthew Pinson, ed., La Seguridad de la Salvación. Cuatro puntos de vista, vol. 16, 2006.

John Piper, ¡Alégrense las Naciones!: La Supremacía de Dios y las Misiones, vol. 22, 2006.

Dallas Willard, Renueva tu Corazón: Sé como Cristo, vol. 13, 2004.

Gregory J. Ogden, Discipulado que transforma: el modelo de Jesús, vol. 19, 2006.

Gregory J. Ogden, Manual del discipulado: creciendo y ayudando a otros a crecer, vol. 20, 2006.

Bill Hybels, Stuart Briscoe y Haddon Robinson, Predicando a personas del s. XXI, vol. 23, 2006.

Índice

Presentación de la Colección Teológica Contemporánea

Prefacio

Abreviaturas

1.Los Evangelios Sinópticos

2.Mateo

3.Marcos

4.Lucas

5.Juan

6.Hechos

7.Las cartas del Nuevo Testamento

8.Pablo: apóstol y teólogo

9.Romanos

10.1 y 2 Corintios

11.Gálatas

12.Efesios

13.Filipenses

14.Colosenses

15.1 y 2 Tesalonicenses

16.Las Epístolas Pastorales

17.Filemón

18.Hebreos

19.Santiago

20.1 Pedro

21.2 Pedro

22.1, 2, 3 Juan

23.Judas

24.Apocalipsis

25.El canon del Nuevo Testamento

Presentación de laColección Teológica Contemporánea

Cualquier estudiante de la Biblia sabe que hoy en día la literatura cristiana evangélica en lengua castellana aún tiene muchos huecos que cubrir. En consecuencia, los creyentes españoles muchas veces no cuentan con las herramientas necesarias para tratar el texto bíblico, para conocer el contexto teológico de la Biblia, y para reflexionar sobre cómo aplicar todo lo anterior en el transcurrir de la vida cristiana.

Esta convicción fue el principio de un sueño: la “Colección Teológica Contemporánea.” Necesitamos más y mejores libros para formar a nuestros estudiantes y pastores para su ministerio. Y no solo en el campo bíblico y teológico, sino también en el práctico - si es que se puede distinguir entre lo teológico y lo práctico -, pues nuestra experiencia nos dice que por práctica que sea una teología, no aportará ningún beneficio a la Iglesia si no es una teología correcta.

Sería magnífico contar con el tiempo y los expertos necesarios para escribir libros sobre las áreas que aún faltan por cubrir. Pero como éste no es un proyecto viable por el momento, hemos decidido traducir una serie de libros escritos originalmente en inglés.

Queremos destacar que además de trabajar en la traducción de estos libros, en muchos de ellos hemos añadido preguntas de estudio al final de cada capítulo para ayudar a que tanto alumnos como profesores de seminarios bíblicos, como el público en general, descubran cuáles son las enseñanzas básicas, puedan estudiar de manera más profunda, y puedan reflexionar de forma actual y relevante sobre las aplicaciones de los temas tratados. También hemos añadido en la mayoría de los libros una bibliografía en castellano, para facilitar la tarea de un estudio más profundo del tema en cuestión.

En esta “Colección Teológica Contemporánea,” el lector encontrará una variedad de autores y tradiciones evangélicos de reconocida trayectoria. Algunos de ellos ya son conocidos en el mundo de habla hispana (como F.F. Bruce, G.E. Ladd y L.L. Morris). Otros no tanto, ya que aún no han sido traducidos a nuestra lengua (como N.T. Wright y R. Bauckham); no obstante, son mundialmente conocidos por su experiencia y conocimiento.

Todos los autores elegidos son de una seriedad rigurosa y tratan los diferentes temas de forma profunda y comprometida. Así, todos los libros son el reflejo de los objetivos que esta colección se ha propuesto:

Traducir y publicar buena literatura evangélica para pastores, profesores y estudiantes de la Biblia.

Publicar libros especializados en las áreas donde hay una mayor escasez.

La “Colección Teológica Contemporánea” es una serie de estudios bíblicos y teológicos dirigida a pastores, líderes de iglesia, profesores y estudiantes de seminarios e institutos bíblicos, y creyentes en general, interesados en el estudio serio de la Biblia. La colección se dividirá en tres áreas:

Estudios bíblicos

Estudios teológicos

Estudios ministeriales

Esperamos que estos libros sean una aportación muy positiva para el mundo de habla hispana, tal como lo han sido para el mundo anglófono y que, como consecuencia, los cristianos – bien formados en Biblia y en Teología – impactemos al mundo con el fin de que Dios, y solo Dios, reciba toda la gloria.

Queremos expresar nuestro agradecimiento a los que han hecho que esta colección sea una realidad, a través de sus donativos y oraciones. “Tu Padre... te recompensará”.

DR. MATTHEW C. WILLIAMS

Editor de la Colección Teológica Contemporánea

Profesor en IBSTE (Barcelona) y Talbot School of Theology

(Los Angeles, CA., EEUU)

Lista de títulos

A continuación presentamos los títulos de los libros que publicaremos, DM, en los próximos tres años, y la temática de las publicaciones donde queda pendiente asignar un libro de texto. Es posible que haya algún cambio, según las obras que publiquen otras editoriales, y según también las necesidades de los pastores y de los estudiantes de la Biblia. Pero el lector puede estar seguro de que vamos a continuar en esta línea, interesándonos por libros evangélicos serios y de peso.

Estudios bíblicos

Nuevo Testamento

D.A. Carson, Douglas J. Moo, Leon Morris, Una introducción al Nuevo Testamento [An Introduction to the New Testament, rev. ed., Grand Rapids, Zondervan, 2005]. Se trata de un libro de texto imprescindible para los estudiantes de la Biblia, que recoge el trasfondo, la historia, la canonicidad, la autoría, la estructura literaria y la fecha de todos los libros del Nuevo Testamento. También incluye un bosquejo de todos los documentos neotestamentarios, junto con su contribución teológica al Canon de las Escrituras. Gracias a ello, el lector podrá entender e interpretar los libros del Nuevo Testamento a partir de una acertada contextualización histórica.

Jesús

Murray J. Harris, 3 Preguntas clave sobre Jesús. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 14, 2005). ¿Existió Jesús? ¿Resucitó Jesús de los muertos? ¿Es Jesús Dios? Jesús es uno de los personajes más intrigantes de la Historia. Pero, ¿es verdad lo que se dice de Él? 3 preguntas clave sobre Jesús se adentra en las evidencias históricas y bíblicas que prueban que la fe cristiana auténtica no es un invento ni una locura. Jesús no es un invento, ni fue un loco. ¡Descubre su verdadera identidad!

Robert H. Stein, Jesús, el Mesías: Un estudio de la vida de Cristo. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 17, 2006). Hoy en día hay muchos escritores que están adaptando el personaje y la historia de Jesús a las demandas de la era en la que vivimos. Este libro establece un diálogo con esos escritores, presentando al Jesús bíblico. Además, nos ofrece un estudio tanto de las enseñanzas como de los acontecimientos importantes de la vida de Jesús. Stein enseña Nuevo Testamento en Bethel Theological Seminary, St. Paul, Minnesota, EE.UU. Es autor de varios libros sobre Jesús, y ha tratado el tema de las parábolas y el problema sinóptico, entre otros.

Michael J. Wilkins & J.P. Moreland (editores), Jesús bajo sospecha. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 4, 2003). Una defensa de la historicidad de Jesús, realizada por una serie de expertos evangélicos en respuesta a “El Seminario de Jesús,” un grupo que declara que el Nuevo Testamento no es fiable y que Jesús fue tan solo un ser humano normal.

Juan

Leon Morris, El Evangelio según San Juan. (Colección Teológica Contemporánea, vols. 11 y 12, 2005) Los comentarios de esta serie, New International Commentary on the New Testament, están considerados en el mundo anglófono como unos de los comentarios más serios y recomendables. Analizan el texto de forma detallada, deteniéndose a considerar temas contextuales y exegéticos, y el sentido general del texto.

Romanos

Douglas J. Moo, Comentario de la Epístola a los Romanos [Commentary on Romans, New International Commentary on the New Testament; Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishers, 1996]. Moo es profesor de Nuevo Testamento en Wheaton College. Los comentarios de esta serie, New International Commentary on the New Testament, están considerados en el mundo anglófono como unos de los comentarios más serios y recomendables. Analizan el texto de forma detallada, deteniéndose a considerar temas contextuales y exegéticos, y el sentido general del texto.

Gálatas

F.F. Bruce, Comentario de la Epístola a los Gálatas, (Colección Teológica Contemporánea, vol. 7, 2004).

Filipenses

Gordon Fee, Comentario de la Epístola a los Filipenses. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 18, 2004) Los comentarios de esta serie, New International Commentary on the New Testament, están considerados en el mundo anglófono como unos de los comentarios más serios y recomendables. Analizan el texto de forma detallada, deteniéndose a considerar temas contextuales y exegéticos, y el sentido general del texto.

Pastorales

Gordon Fee, Comentario de las Epístolas a 1ª y 2ª Timoteo, y Tito (Co lección Teológica Contemporánea, vol. 23, 2008). El comentario de Fee sobre 1ª y 2ª a Timoteo y sobre Tito está escrito de una forma accesible, pero a la vez profunda, pensando tanto en pastores y estudiantes de seminario como en un público más general. Empieza con un capítulo introductorio que trata las cuestiones de la autoría, el contexto y los temas de las epístolas, y luego ya se adentra en el comentario propiamente dicho, que incluye notas a pie de página para profundizar en los detalles textuales que necesitan mayor explicación.

Primera de Pedro

Peter H. Davids, La Primera Epístola de Pedro. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 10, 2004). Los comentarios de esta serie, New International Commentary on the New Testament, están considerados en el mundo anglófono como unos de los comentarios más serios y recomendables. Analizan el texto de forma detallada, deteniéndose a considerar temas contextuales y exegéticos, y el sentido general del texto. Davids enseña Nuevo Testamento en Regent College, Vancouver, Canadá.

Apocalipsis

Robert H. Mounce, Comentario al Libro de Apocalipsis. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 21, 2007). Los comentarios de esta serie, New International Commentary on the New Testament, están considerados en el mundo anglófono como unos de los comentarios más serios y recomendables. Analizan el texto de forma detallada, deteniéndose a considerar temas contextuales y exegéticos, y el sentido general del texto. Mounce es presidente emérito de Whitworth College, Spokane, Washington, EE.UU., y en la actualidad es pastor de Christ Community Church en Walnut Creek, California.

Estudios teológicos

Cristología

Richard Bauckham, Dios Cruci cado: Monoteísmo y Cristología en el Nuevo Testamento (Colección Teológica Contemporánea, vol. 6, 2003). Bauckham, profesor de Nuevo Testamento en St. Mary’s College de la Universidad de St. Andrews, Escocia, conocido por sus estudios sobre el contexto de los Hechos, por su exégesis del Apocalipsis, de 2ª de Pedro y de Santiago, explica en esta obra la información contextual necesaria para comprender la cosmovisión monoteísta judía, demostrando que la idea de Jesús como Dios era perfectamente reconciliable con tal visión.

Teología del Nuevo Testamento

G.E. Ladd, Teología del Nuevo Testamento, Terrassa. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 2, 2002). Ladd era profesor de Nuevo Testamento y Teología en Fuller Theological Seminary (EE.UU.); es conocido en el mundo de habla hispana por sus libros Creo en la resurrección de Jesús, Crítica del Nuevo Testamento, Evangelio del Reino y Apocalipsis de Juan: Un comentario. Presenta en esta obra una teología completa y erudita de todo el Nuevo Testamento.

Teología joánica

Leon Morris, Jesús es el Cristo: Estudios sobre la teología joánica. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 5, 2003). Morris es muy conocido por los muchos comentarios que ha escrito, pero sobre todo por el comentario de Juan de la serie New International Commentary of the New Testament. Morris también es el autor de Creo en la Revelación, Las cartas a los Tesalonicenses, El Apocalipsis, ¿Por qué murió Jesús?, y El salario del pecado.

Teología paulina

N.T. Wright, El verdadero pensamiento de Pablo. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 1, 2002). Una respuesta a aquellos que dicen que Pablo comenzó una religión diferente a la de Jesús. Se trata de una excelente introducción a la teología paulina y a la “nueva perspectiva” del estudio paulino, que propone que Pablo luchó contra el exclusivismo judío y no tanto contra el legalismo.

Teología Sistemática

Millard Erickson, Teología sistemática [Christian Theology, 2nd edition, Grand Rapids: Baker, 1998]. Durante quince años esta teología sistemática de Millard Erickson ha sido utilizada en muchos lugares como una introducción muy completa. Ahora se ha revisado este clásico teniendo en cuenta los cambios teológicos, igual que los muchos cambios intelectuales, políticos, económicos y sociales.

Teología Sistemática: Revelación/Inspiración

Clark H. Pinnock, Revelación bíblica: el fundamento de la teología cristiana, Prefacio de J.I. Packer. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 8, 2004). Aunque conocemos los cambios teológicos de Pinnock en estos últimos años, este libro, de una etapa anterior, es una defensa evangélica de la infalibilidad y veracidad de las Escrituras.

Estudios ministeriales

Apologética/Evangelización

Michael Green & Alister McGrath, ¿Cómo llegar a ellos? Defendamos y comuniquemos la fe cristiana a los no creyentes. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 3, 2003). Esta obra explora la Evangelización y la Apologética en el mundo postmoderno en el que nos ha tocado vivir, escrito por expertos en Evangelización y Teología.

Discipulado

Gregory J. Ogden, Discipulado que transforma: el modelo de Jesús. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 19, 2006). Si en nuestra iglesia no hay crecimiento, quizá no sea porque no nos preocupemos de las personas nuevas, sino porque no estamos discipulando a nuestros miembros de forma eficaz. Muchas veces nuestras iglesias no tienen un plan coherente de discipulado y los líderes creen que les faltan los recursos para animar a sus miembros a ser verdaderos seguidores de Cristo. Greg Ogden habla de la necesidad del discipulado en las iglesias locales y recupera el modelo de Jesús: lograr un cambio de vida invirtiendo en la madurez de grupos pequeños para poder llegar a todos. La forma en la que Ogden trata este tema es bíblica, práctica e increíblemente eficaz; ya se ha usado con mucho éxito en cientos de iglesias.

Gregory J. Ogden, Manual del discipulado: creciendo y ayudando a otros a crecer. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 20, 2006) Cuando Jesús discipuló a sus seguidores lo hizo compartiendo su vida con ellos. Este manual es una herramienta diseñada para ayudarte a seguir el modelo de Jesús. Te ayudará a profundizar en la fe cristiana y la de los otros creyentes que se unan a ti en este peregrinaje hacia la madurez en Cristo. Jesús tuvo la suficiente visión como para empezar por lo básico. Se limitó a discipular a unos pocos, pero eso no limitó el alcance de sus enseñanzas. El Manual del discipulado está diseñado para ayudarte a influir en otros de la forma en que Jesús lo hizo: invirtiendo en unos pocos.

Dones/Pneumatología

Wayne. A. Grudem, ed., ¿Son vigentes los dones milagrosos? Cuatro puntos de vista. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 9, 2004). Este libro pertenece a una serie que se dedica a exponer las diferentes posiciones que hay sobre diversos temas. Esta obra nos ofrece los argumentos de la perspectiva cesacionista, abierta pero cautelosa, la de la Tercera Ola, y la del movimiento carismático; cada una de ellas acompañadas de los comentarios y la crítica de las perspectivas opuestas.

Hermenéutica/Interpretación

J. Scott Duvall & J. Daniel Hays, Hermenéutica: Entendiendo la Palabra de Dios (Colección Teológica Contemporánea, vol. 26, 2008). ¿Cómo leer la Biblia? ¿Cómo interpretarla? ¿Cómo aplicarla? Este libro salva las distancias entre los acercamientos que son demasiado simples y los que son demasiado técnicos. Empieza recogiendo los principios generales de interpretación y, luego, aplica esos principios a los diferentes géneros y contextos para que el lector pueda entender el texto bíblico y aplicarlo a su situación.

La Homosexualidad

Thomas E. Schmidt, La homosexualidad: compasión y claridad en el debate (Colección Teológica Contemporánea, vol. 25, 2008). Escribiendo desde una perspectiva cristiana evangélica y con una profunda empatía, Schmidt trata el debate actual sobre la homosexualidad: La definición bíblica de la homosexualidad; Lo que la Biblia dice sobre la homosexualidad; ¿Se puede nacer con orientación homosexual?; Las recientes reconstrucciones pro-gay de la Historia y de la Biblia; Los efectos sobre la salud del comportamiento homosexual. Debido a toda la investigación que el autor ha realizado y a todos los argumentos que presenta, este libro es la respuesta cristiana actual más convincente y completa que existe en cuanto al tema de la homosexualidad.

Misiones

John Piper, ¡Alégrense las naciones!: La Supremacía de Dios en las misiones. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 22, 2007). Usando textos del Antiguo y del Nuevo Testamento, Piper demuestra que la adoración es el fin último de la Iglesia, y que una adoración correcta nos lleva a la acción misionera. Según él, la oración es el combustible de la obra misionera porque se centra en una relación con Dios y no tanto en las necesidades del mundo. También habla del sufrimiento que se ha de pagar en el mundo de las misiones. No se olvida de tratar el debate sobre si Jesús es el único camino a la Salvación.

Mujeres en la Iglesia

Bonnidell Clouse & Robert G. Clouse, eds., Mujeres en el ministerio. Cuatro puntos de vista. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 15, 2005). Este libro pertenece a una serie que se dedica a exponer las diferentes posiciones que hay sobre diversos temas. Esta obra nos ofrece los argumentos de la perspectiva tradicionalista, la que aboga en pro del liderazgo masculino, en pro del ministerio plural, y la de la aproximación igualitaria; todas ellas acompañadas de los comentarios y la crítica de las perspectivas opuestas.

Predicación

Bill Hybels, Stuart Briscoe, Haddon Robinson, Predicando a personas del s. XXI (Colección Teológica Contemporánea, vol. 24, 2008). Éste es un libro muy útil para cualquier persona con ministerio. Su lectura le ayudará a entender el hecho en sí de la predicación, las tentaciones a las que el predicador se tiene que enfrentar, y cómo resistirlas. Le ayudará a conocer mejor a las personas para quienes predica semana tras semana, y a ver cuáles son sus necesidades. Este libro está escrito en lenguaje claro y cita ejemplos reales de las experiencias de estos tres grandes predicadores: Bill Hybels es pastor de Willow Creek Community Church, Stuart Briscoe es pastor de Elmbrook Church, y Haddon Robinson es presidente del Denver Seminary y autor de La predicación bíblica.

Soteriología

J. Matthew Pinson, ed., La Seguridad de la Salvación. Cuatro puntos de vista. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 16, 2006). ¿Puede alguien perder la salvación? ¿Cómo presentan las Escrituras la compleja interacción entre la Gracia y el Libre albedrío? Este libro pertenece a una serie que se dedica a exponer las diferentes posiciones que hay sobre diversos temas. En él encontraremos los argumentos de la perspectiva del calvinismo clásico, la del calvinismo moderado, la del arminianismo reformado, y la del arminianismo wesleyano; todas ellas acompañadas de los comentarios y la crítica de las posiciones opuestas.

Vida cristiana

Dallas Willard, Renueva tu corazón: Sé como Cristo. (Colección Teológica Contemporánea, vol. 13, 2004). No “nacemos de nuevo” para seguir siendo como antes. Pero: ¿Cuántas veces, al mirar a nuestro alrededor, nos decepcionamos al ver la poca madurez espiritual de muchos creyentes? Tenemos una buena noticia: es posible crecer espiritualmente, deshacerse de hábitos pecaminosos, y parecerse cada vez más a Cristo. Este bestseller nos cuenta cómo transformar nuestro corazón, para que cada elemento de nuestro ser esté en armonía con el reino de Dios.

Prefacio

Esta obra pretende, principalmente, ser una “introducción especial”, es decir, tratar las cuestiones históricas en torno a la autoría, la fecha, las fuentes, el propósito, los destinatarios y demás temas de esta índole. Muchos libros recientes dedican más espacio que nosotros a la forma literaria, a la crítica retórica y a los paralelos históricos. No queremos infravalorar la importancia de estas cuestiones, y las tratamos cuando tienen que ver directamente con la materia de la que estamos hablando. No obstante, nuestra experiencia nos dice que se pueden tratar de forma más extensa en los cursos de exégesis, especialmente la exégesis de libros concretos. Además, creemos que cuando se enfatizan demasiado esas cuestiones en detrimento de las cuestiones tradicionales de una introducción, alejamos a los libros neotestamentarios de su contexto histórico, y a los estudiantes, de algunos de los debates importantes de la Iglesia de los primeros siglos. Esto también significa que con frecuencia nos hemos referido a las fuentes primarias. En los debates concernientes a temas tales como a quién se refería Papías cuando hablaba de “Juan el anciano”, nuestra tendencia ha sido citar el pasaje y la obra, para que los estudiantes puedan ver por ellos mismos cuáles son (¡o deberían ser!) las cuestiones a tratar en cada uno de los debates.

Aunque la idea de este libro es servir de “introducción especial”, hemos incluido un breve “historial” sobre los documentos neotestamentarios, ofreciendo a veces las razones que hay detrás de las elecciones que hemos hecho. En cada caso hemos incluido un resumen de los estudios recientes sobre el libro en cuestión, y algo de información sobre la contribución teológica que cada documento neotestamentario aporta al canon. Nuestra preocupación última es que las nuevas generaciones de estudiantes de Teología tengan una mayor comprensión de la Palabra de Dios.

Hemos intentado escribir teniendo en mente a los estudiantes de primero y segundo de las escuelas bíblicas y seminarios teológicos. Sin duda, en la mayoría de los casos éste será un material complementario al recibido en las aulas. Algunos profesores preferirán usar el material en un orden diferente al que aparece en este libro (p. ej., centrarse en los capítulos sobre Mateo, Marcos y Lucas antes de pasar al capítulo de los Evangelios Sinópticos). Para no abrumar al estudiante, hemos procurado que la bibliografía no sea más extensa de lo necesario, pero sí era importante incluir lo más representativo. Los profesores podrán ayudar a los estudiantes a detectar cuáles son las obras más relevantes según el contexto.

Otro dato importante es que hemos restringido la extensión de esta introducción al Nuevo Testamento para que se pueda usar como libro de texto. Algunas introducciones muy conocidas son demasiado extensas para añadir como lectura obligatoria de una asignatura, ¡con lo que es posible acabar la escuela bíblica y no haber leído una introducción al Nuevo Testamento! Aunque la brevedad de este volumen impide que tratemos algunos de los temas con el detalle que nos hubiera gustado, esperamos que los límites que nos hemos puesto sirvan para que realmente se use como libro de texto.

En cuanto a la confesión, los dos autores de esta obra somos evangélicos. No hay duda de que nuestro trasfondo condiciona en cierta medida nuestras interpretaciones, pero creemos que solo en la medida en que todo académico del Nuevo Testamento está condicionado por su trasfondo. Aunque hemos intentado evitar el oscurantismo, en numerosas ocasiones sí hemos mencionado posibilidades y cuestiones que no aparecen en otras introducciones. Hemos intentado tener en cuenta la amplia bibliografía existente, a veces siguiendo la vía tradicional y otras, sugiriendo una forma más fresca de acercarse al tema en cuestión. En los casos en que las evidencias no son nada concluyentes, hemos dejado la cuestión abierta.

Algunos lectores querrán saber cuánta relación guarda este libro con la edición anterior (1992), publicada con el mismo título, pero escrita por tres autores: nosotros dos, y Leon Morris. En muchos sentidos, ésta es una actualización del volumen anterior. No obstante, hemos introducido varios cambios importantes: (1) Como el paso de los años ha hecho que Leon Morris no pudiera contribuir a este volumen, decidimos, con su consentimiento, que sería mucho más sencillo repartirnos sus capítulos. Como resultado, cada uno ha escrito la mitad del libro, aproximadamente. Hemos actualizado y revisado nuestro propio trabajo, y hemos revisado ampliamente o reescrito los capítulos que heredamos de Leon Morris. (2) Hemos ampliado el capítulo sobre Pablo para incluir un breve análisis del debate actual sobre la “nueva perspectiva”. (3) La sección sobre “pseudonimia” que aparecía en el capítulo sobre las Epístolas Pastorales es ahora más extensa, y la hemos unido a otra sección sobre las Epístolas de Pablo, formando un nuevo capítulo que no aparecía en la primera edición: “Epístolas del Nuevo Testamento”. (4) En todos los capítulos hemos incluido un resumen más completo sobre el contenido de los libros bíblicos y también, donde era relevante, una breve interacción con algunos de los acercamientos al Nuevo Testamento más recientes.

Estos cambios han hecho que ésta sea una obra más extensa, pero esperamos que siga siendo un volumen manejable y útil para las nuevas generaciones de estudiantes.

Por último, ambos hemos evaluado el trabajo del otro, y hemos intentado reducir al máximo cualquier diferencia, como por ejemplo las diferencias de estilo. Aunque en algún momento las referencias en el texto dejan entrever la identidad del autor, esta obra es fruto del trabajo en equipo. El lector que conozca la edición anterior también verá que, en ocasiones, hemos cambiado de parecer en cuanto a algunas cuestiones.

D. A. CARSON Y DOUGLAS J. MOO

Abreviaturas

Abreviaturas y traducciones de las obras patrísticas

Crisóstomo

Hom. Mt.

Homilías sobre San Mateo

Clemente de Alejandría

Quis div.

Quis dives salvetur (¿Quién es el rico que se salvará?)

Strom.

Stromateis (Misceláneas)

Epifanio

Haer.

Panarion Haereses (Contra todas las herejías)

Eusebio

H. E.

Historia Eclesiástica (Historia Eclesiástica)

Ignacio

Ef.

Pros Ephesious (Carta a los de Éfeso)

Esmirn.

Smyrnaiois (Carta a los de Esmirna)

Magn.

Magnesieusin (Carta a los de Magnesia)

Fild.

Philadelpheusin (Carta a los de Filadelfia)

Pol.

Carta a Policarpo

Rom.

Pros Romaious (Carta a los Romanos)

Trall.

Trallianois (Carta a los de Tralles)

Ireneo

Adv. Haer.

Adversus Haereses (Contra los herejes)

Jerónimo

De vir. ill.

De viris illustribus (Sobre hombres ilustres)

Justino Mártir

Apol.

Apologías

Dial.

Diálogo con Trifón

Orígenes

Com. Mt.

Comentario de Mateo

Com. Jn.

Comentario de Juan

Papías

Logion Kyriakon Exegesis (griego)

Exégesis de los logia dominicales (latín)

(Exposición del oráculo del Señor)

Policarpo

Phil.

Epístola a los Filipenses

Tertuliano

Adv. Marc.

Adversus Marcion (Contra Marción)

Victorino

Apoc.

Comentario de Apocalipsis

CAPÍTULO 1

LOS EVANGELIOS SINÓPTICOS

INTRODUCCIÓN

Los tres primeros Evangelios fueron etiquetados por vez primera como Evangelios Sinópticos por un letrado bíblico alemán, llamado J. J. Griesbach, a finales del siglo dieciocho. El adjetivo ‘sinóptico’ procede del griego συνόψις (sinopsis), que significa “ver a la vez”, y Griesbach escogió la palabra por el alto grado de similitud entre Mateo, Marcos y Lucas en sus presentaciones del ministerio de Jesús. Estas similitudes en la estructura, el contenido y el tono, son evidentes incluso para el lector no especializado. Y no sirven para unir los tres primeros Evangelios, sino que también sirven para separarlos del Evangelio de Juan.

Mateo, Marcos y Lucas estructuran el ministerio de Jesús en relación con una secuencia geográfica general: el ministerio en Galilea, retirada hacia el Norte (con la confesión de Pedro como clímax y punto de transición), el ministerio en Judea y Perea ya de camino hacia Jerusalén (menos claro en Lucas), y el ministerio final en Jerusalén. Esta secuencia casi no se encuentra en Juan, ya que éste se centra en el ministerio de Jesús en Jerusalén durante sus visitas periódicas a la ciudad. En cuanto al contenido, los tres primeros evangelistas narran muchos de los mismos eventos, centrándose en las curaciones de Jesús, los exorcismos y la enseñanza por parábolas. Juan, si bien narra algunas importantes curaciones, no contiene exorcismos ni parábolas (al menos del tipo de las que encontramos en Mateo, Marcos y Lucas). Además, muchos de los eventos característicos de los tres primeros Evangelios, como la encomendación de los doce, la Transfiguración, el Discurso Escatológico y la narrativa de la Última Cena no se encuentran en Juan. Presentando a un Jesús constantemente en movimiento, y presentando también acciones yuxtapuestas (especialmente los milagros) a una enseñanza (normalmente) breve, los tres primeros Evangelios transmiten un tono de actividad intensa y rápida. Esto contrasta mucho con el tono más meditativo de Juan, quien narra muchos menos eventos que los evangelistas Sinópticos y quien prefiere presentar a Jesús dando largos discursos, en lugar de parábolas breves o sentencias sucintas. Durante los dos últimos siglos, los eruditos han escudriñado los Evangelios Sinópticos desde ángulos distintos y obtenido muchos resultados distintos. Esto es algo inevitable, dada la vital importancia de estos libros para la fe y la vida cristiana. Estos relatos narran la vida de Aquel que Dios escogió para darse a conocer a los seres humanos. Describen los acontecimientos de los cuales dependen el significado de la Historia y el destino de cada individuo: la muerte y la resurrección de Jesús, el Mesías. Los temas característicos de cada libro, los trataremos en particular en los capítulos dedicados a cada uno de ellos; aquí abordaremos los temas importantes que aparecen en los tres relatos. Examinaremos tres cuestiones en concreto: ¿Cómo se formaron los Evangelios Sinópticos? ¿Cómo deberíamos entender los Evangelios en términos literarios? ¿Qué nos dicen los Evangelios acerca de Jesús?

LA EVOLUCIÓN DE LOS EVANGELIOS SINÓPTICOS

¿Cómo se escribieron los Evangelios Sinópticos? Una respuesta sencilla, y en cierto modo adecuada, sería identificar a las personas que, bajo la inspiración del Espíritu de Dios, escribieron estos libros, y también detectar las circunstancias en que fueron escritos. Tocaremos estos temas en las introducciones de los capítulos dedicados a cada uno de los cuatro Evangelios. Pero aunque identifiquemos a los autores de los Evangelios Sinópticos, todavía nos quedan preguntas por responder. ¿De dónde sacaron los autores el material acerca de Jesús que usaron para escribir los Evangelios? ¿Por qué los tres relatos son tan similares en algún momento y tan distintos en otros? ¿Qué papel jugaban los propios evangelistas? ¿Se limitaron a poner por escrito la tradición? ¿Son autores con un punto de vista propio? Y, para plantear la gran cuestión que se esconde tras estas otras, ¿por qué cuatro Evangelios? Éstas y otras preguntas similares han ocupado el pensamiento de los cristianos desde los orígenes de la Iglesia. Un cristiano del siglo segundo, Tatiano, combinó los cuatro Evangelios en su Diatesarón. San Agustín escribió un tratado titulado La armonía de los Evangelios.1 Pero los eruditos empezaron a tomarse más en serio estas cuestiones a partir de la aparición de la crítica bíblica moderna a finales del siglo XVIII.

Aunque algunas de las cuestiones que se trataban en esa época las podemos descartar por su falta de trascendencia, y lo mismo con las respuestas que se daban, muchas de ellas nada acertadas, no podemos ignorar el tema de los orígenes de los Evangelios Sinópticos y su relación entre ellos. El número y naturaleza de los Evangelios nos invitan a reflexionar sobre estas cuestiones históricas y literarias. Además, uno de los evangelistas se refiere al proceso por el que ha obtenido el material con el que cuenta:

Por cuanto muchos han tratado de compilar una historia de las cosas que entre nosotros son muy ciertas, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra, también a mí me ha parecido conveniente, después de haberlo investigado todo con diligencia desde el principio, escribirte ordenadamente, excelentísimo Teófilo, para que sepas la verdad precisa acerca de las cosas que te han sido enseñadas. (Lucas 1:1-4)

En esta introducción a sus dos volúmenes de la “historia de los orígenes cristianos,” Lucas reconoce haber desarrollado su trabajo en tres etapas: los “testigos oculares y ministros de la palabra” que “transmitieron” la verdad de Jesús; aquellos “muchos” que ya habían compilado relatos de la vida de Jesús y la Iglesia primitiva; y Lucas mismo, quien, “después de haberlo investigado todo con diligencia”, ahora compone su propio relato “ordenado”. La investigación a la que Lucas hace referencia parece estar bastante ordenada. Primero vemos el estadio más temprano de la transmisión, durante el cual los testigos oculares y otras personas han pasado la tradición acerca de Jesús, mayormente de forma oral; luego, encontramos la etapa en la que las fuentes escritas empiezan a crecer y a adquirir importancia; y finalmente, llegamos a la etapa de la autoría final.2

La etapa de las tradiciones orales: Crítica formal

Durante los dos últimos siglos, en el transcurso de la investigación de los orígenes de los Evangelios, han surgido distintos acercamientos, cada uno de ellos haciendo hincapié en diferentes aspectos o etapas. Hay tres acercamientos en particular, cuya contribución al problema del desarrollo y los orígenes de los Evangelios ha sido significativa y destacada: la Crítica formal (Formgeschichte), que se centra en el periodo de transmisión oral; la Crítica de las fuentes, que se centra en la manera de estructurar las diferentes unidades literarias que forman los Evangelios; y la Crítica de la redacción (Redaktionsgeschichte), que se centra en la contribución literaria y teológica de los autores de los Evangelios. Estos métodos corresponden generalmente a las tres etapas que Lucas menciona en su introducción. Aun así, no se excluyen mutuamente; la mayoría de los críticos de los Evangelios los emplean simultáneamente en lo que se denomina análisis de las tradiciones o Crítica de la tradición (Traditionsgeschichte). Sin embargo, los tres acercamientos son distintos, tanto histórica como metodológicamente, y los examinaremos uno por uno.

Empezamos por la Crítica formal porque, aunque no aparece hasta después del apogeo de la Crítica de fuentes, se concentra en el estadio más temprano del proceso de aparición de los Evangelios: la etapa oral. Los críticos de la forma aseguran que los primeros cristianos transmitieron de forma oral las palabras y las obras de Jesús durante un periodo de tiempo considerablemente largo. El material escrito no empezó a elaborarse hasta al cabo de unas dos décadas, seguido al poco tiempo de la redacción de los mismos Evangelios.

Descripción. La Crítica formal fue aplicada por vez primera al Antiguo Testamento, aplicación realizada por eruditos como Hermann Gunkel. Luego, en la segunda y tercera década del siglo XX, tres hombres que habían llegado a la conclusión de que se había agotado el potencial del acercamiento de la Crítica de las fuentes (método seguido de manera rigurosa durante décadas), empezaron a aplicar la Crítica formal a los estudios del Nuevo Testamento. Me estoy refiriendo a Kart Ludwig Schmidt, Martin Dibelius y Rudolf Bultmann.3 Aunque discrepaban en algunos puntos importantes, estos pioneros de la Crítica de la forma tenían como mínimo seis supuestos y creencias en común, que se convirtieron en la base de la Crítica formal.

1.Las historias y dichos de Jesús circularon en pequeñas unidades independientes. No obstante, los primeros críticos de la forma sostuvieron que la narración de la Pasión es una excepción porque dicen que fue una unidad literaria en sí misma desde una época muy temprana4. Muchos de los críticos de la forma contemporáneos ni siquiera admiten dicha excepción.

2.La transmisión del material de los Evangelios se puede comparar con la transmisión de otras tradiciones religiosas o culturales. La responsabilidad de dicha transmisión no recae en los individuos, sino en la comunidad donde ese material adquiere forma y se transmite. Existen ciertas leyes de transmisión generalmente observables en tales casos de transmisión oral que también se pueden aplicar a la transmisión de los Evangelios.

3.Las historias y dichos de Jesús adoptaron ciertas formas estándar (de ahí la Crítica de la “forma” o “la historia de las formas”) que siguen siendo en su mayoría visibles en los Evangelios. Los críticos de la forma no se han puesto de acuerdo en el número y naturaleza exacta de dichas formas. La Tabla 1 muestra tres esquemas influyentes.5

Tabla 1. Terminología de la Crítica formal

FormaDibeliusBultmannTaylorBreves dichos de Jesús ubicados en un contexto (p. ej., Mr. 12:13–17, que culmina con la sentencia de Jesús: “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”)ParadigmasApotegmasRelatos sobre las declaraciones de JesúsRelatos sobre los milagros de Jesús (p. ej., la alimentación de los 5.000)CuentosRelatos sobre los milagrosRelatos sobre los milagrosRelatos que magnifican a Jesús como “héroe” (p. ej., cuando Lucas relata que Jesús está en el templo con doce años [2:41–52])LeyendasRelatos históricos o leyendasRelatos sobre JesúsUna enseñanza de Jesús que no culmina en una única sentencia (p. ej., El Padre Nuestro)ParénesisSentencias dominicalesDichos y parábolas

4.La forma de una historia o un dicho en concreto hace posible determinar su Sitz im Leben (“lugar en la vida”), es decir, su función en la vida de la Iglesia primitiva. Según Bultmann: “la comprensión apropiada de la Crítica formal descansa sobre el juicio de que la literatura en que la vida de una comunidad determinada, incluso la de la comunidad cristiana primitiva, adquiere forma, surge de unas condiciones y necesidades de vida bastante definidas, de donde se desarrolla un estilo bastante definido y unas formas y categorías bastante específicas. Por eso, cada categoría literaria corresponde a un Sitz im Leben.”6

5.A medida que transmitía los dichos e historias de Jesús, la primera comunidad cristiana no solamente daba al material una determinada forma, sino que también lo modificaba bajo el impulso de sus propias necesidades y situaciones. Con esto pasamos de lo que podría llamarse una Crítica formal pura (una empresa literaria) a una concepción más amplia de la disciplina en la que los juicios históricos que no surgen de la disciplina como tal también se tienen.

Los críticos de la forma discrepan ampliamente sobre el grado en que la Iglesia primitiva modificó y creó el material del Evangelio. Bultmann, por ejemplo, piensa que la influencia fue enorme, y atribuye la mayor parte del material del Evangelio a la Iglesia primitiva porque cree que muy poco del material que conservamos proviene del ministerio de Jesús en la Tierra. Como muchos otros críticos, piensa que la Iglesia primitiva no estaba interesada en distinguir entre lo que Jesús había dicho en la Tierra y lo que había seguido diciendo por medio de los profetas en la vida de la Iglesia. Tal y como dice Norman Perrin, “La distinción moderna entre el Jesús histórico y el Señor resucitado es una idea que apenas encontramos en la Iglesia primitiva.”7

Este tipo de juicios históricos radicales no son intrínsecos a la Crítica formal y muchos críticos de la forma son mucho más conservadores en sus valoraciones históricas. Vincent Taylor es uno de ellos. Y todavía los hay que son más conservadores y limitan la influencia de la Iglesia primitiva a la ordenación de los materiales (p. ej., la serie de historias controvertidas de Marcos 2:1 – 3:6 y sus paralelos). Pero éstas son las excepciones que confirman la regla: la gran mayoría de los críticos de la forma han emprendido su trabajo con una buena medida de escepticismo histórico.

6.Los críticos de la forma clásicos han usado varios criterios para poder establecer la edad y la fidelidad histórica de determinados extractos. Dichos criterios se basan en ciertas leyes de transmisión que, según se cree, funcionan con cualquier material de transmisión oral. Según dichas leyes, la gente tiende a (1) alargar las historias, (2) añadir detalles, (3) adaptarlas cada vez más a su propio lenguaje y (4) conservar y crear solamente aquello que encaja con sus propias necesidades y creencias. Basándose en estas leyes, muchos críticos de la forma han declarado que el material del Evangelio que es más corto, que está falto de detalles, que contiene semitismos y no encaja con los intereses de la Iglesia primitiva o del judaísmo del siglo primero es anterior y, por tanto, es más probable que sea histórico. El último criterio, que normalmente recibe el nombre de criterio de disimilitud, es especialmente importante para los críticos de la forma más radicales. Eliminando cualquier cosa que pudiera haber sido introducida por la Iglesia primitiva o recogida del medio judío, quienes defienden este criterio, aseguran un número mínimo de dichos y actividades sobre las que se puede basar una comprensión supuestamente histórica de Jesús. El criterio de disimilitud, por ejemplo, sugiere que Marcos 13:32 (“Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre.”) podría ser original de Jesús, ya que no usa el lenguaje típico del judaísmo (“el Hijo”) y contiene una premisa (la ignorancia de Jesús) que va en contra de la visión que tenía la Iglesia primitiva. Un quinto criterio, consecuencia de este último, considera auténtico el material que concuerda con el material aislado por el criterio de disimilitud. Un sexto criterio, la atestación múltiple, da preferencia al material encontrado en más de una tradición (p. ej., Marcos y “Q”, de lo que hablaremos más adelante).

Evaluación. El escepticismo histórico que caracteriza a muchos de los críticos de la forma más prominentes le ha dado a la Crítica formal la reputación de atacar la historicidad de los Evangelios. Pero como hemos sugerido antes, no tiene por qué ser así. Como disciplina literaria, la Crítica formal no conlleva ningún juicio a priori sobre la historicidad del material que analiza. Además, muchos de los supuestos en los que se basa la Crítica formal parecen ser válidos: de hecho, hubo un periodo de transmisión oral del material del Evangelio, la mayor parte del cual probablemente se realizó con pequeñas unidades; probablemente hubo una tendencia a que dicho material adoptara ciertas formas estandarizadas; y no cabe duda de que la Iglesia primitiva influyó sobre la forma en la que se realizó la transmisión del material. Por decirlo escuetamente, está claro que hay cabida para la Crítica formal en el estudio de los Evangelios.

Sin embargo, debemos tener en cuenta ciertas precauciones en cuanto a la aplicación de dicha disciplina. Primero, es probable que existiera más material escrito de los Evangelios en periodos muy tempranos del que muchos de los críticos de la forma están dispuestos a admitir, y también es probable que mucho del resto del material ya se hubiera añadido a unidades literarias mayores.8 Por ejemplo, Alan Millard ha demostrado que la escritura era algo bastante común en la Palestina de Herodes y que había muchos precedentes de compilaciones escritas que recogían los dichos de un maestro religioso.9 Segundo, no debemos imponerle a ese material unas formas específicas y claramente delineadas. La existencia de las llamadas formas mixtas sugiere que cualquier clasificación debe considerarse como provisional o, como mucho, general. Tercero, la afirmación que hacen los críticos de la forma de poder identificar el escenario de la vida de la Iglesia que produjo unas formas específicas, debe ser tratada con un sano escepticismo. Normalmente nos faltan los datos suficientes para poder hacer una identificación de este tipo. Por último, y quizás esta es la precaución más importante, los supuestos de muchos de los críticos de la forma sobre la naturaleza del proceso de transmisión son sospechosos. Algunos autores han sostenido que la mayoría de los críticos de la forma no han valorado lo suficiente la dinámica y naturaleza de la transmisión oral, ni tampoco han prestado mucha atención al papel de los individuos (incluidos los testigos oculares10) en la conformación y traspaso del material.11

Las críticas más serias deben dirigirse contra la aplicación antihistórica de la Crítica formal, tipificada por Bultmann, Dibelius y muchos de sus herederos. Primero, no queda justificada la afirmación de que la Iglesia primitiva no distinguía al Jesús terrenal del Jesús resucitado y que, por eso, se sentían libres de poner en boca del Jesús terrenal los dichos pronunciados por los primeros profetas cristianos. Bultmann aseguraba que versículos como 2ª Corintios 5:16:b (“si, ciertamente, hemos conocido a Cristo según la carne, ya no le conoceremos más así” [traducción del autor]) demostraban que Pablo y otras personas de la Iglesia primitiva no tenían interés en el Jesús terrenal como tal. Pero Pablo, en este texto, no está diciendo que no iba a tener más interés en un Jesús “según la carne” (terrenal), sino que se había propuesto dejar de mirar a Jesús “desde un punto de vista carnal.” De hecho, en el Nuevo testamento no hay nada que respalde la noción de que los primeros cristianos no distinguían entre el Jesús terrenal y el Jesús resucitado, y los críticos de la forma radicales nunca han logrado explicar de qué forma habría llegado a labios de Jesús (mientras enseñaba en Galilea en torno al año 29 d.C.) las palabras de, por ejemplo, un profeta cristiano de Antioquía en el año 42 d.C. Cada vez se está cuestionando más que la profecía cristiana funcionara así.12

Segundo, debemos cuestionarnos si la transmisión del material de los Evangelios durante un periodo de unos 20 años puede compararse con algún otro material que los críticos de la forma usan para sacar conclusiones acerca de los Evangelios. La literatura rabínica, por ejemplo, con la que tanto Bultmann como Dibelius comparan los Evangelios, era un material muy indefinido que se había ido recogiendo a lo largo de los siglos. Y los rabinos jamás produjeron algo remotamente parecido a los Evangelios.

Tercero, y en relación con este último punto, hay dudas en cuanto a la validez de las llamadas leyes de transmisión. E. P. Sanders y otros han demostrado que la transmisión oral no siempre tiende a alargar el material.13 Por tanto, el uso de tales leyes para atribuir historias y dichos a la Iglesia en lugar de a Jesús, no es válido.14 El criterio que más críticas se merece es el criterio de disimilitud. Además, la aplicación de este criterio se suele entender mal: la mayoría de quienes lo usan no afirman que solo son auténticos los dichos que han podido aislar, sino que esos son los únicos de los que podemos estar seguros. Sin embargo, el uso de este criterio suele llevar a los críticos a centrar la atención en lo que resultaba peculiar de Jesús, contraponiéndolo a su entorno judío y a la Iglesia primitiva. Así, su uso normalmente produce una visión sesgada de Jesús.15 Los críticos de la forma más conservadores insisten en que este criterio no debe usarse de forma aislada, y solo debe usarse con el propósito positivo de proporcionar evidencias de historicidad, nunca con el propósito negativo de negar dicha historicidad.16