Vía Crucis - Georg Gänswein - E-Book

Vía Crucis E-Book

Georg Gänswein

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Beschreibung

Según una tradición antigua, después de la Ascensión del Señor, la Virgen María volvía diariamente a las estaciones de la Pasión, reviviendo en su corazón lo que Cristo sufrió por los hombres y el inmenso amor con que los amó. Siguiendo el ejemplo de María, la devoción del Vía Crucis se ha desarrollado en la Iglesia. Durante siglos, los cristianos han seguido en su corazón el calvario de su Señor y han intentado estar cerca de él. Las breves, pero conmovedoras meditaciones de Georg Gänswein sobre cada una de las estaciones de la Pasión, siguiendo los pasajes evangélicos que las ilustran, nos permiten superar los límites del espacio y del tiempo en virtud de nuestra fe para encontrarnos con Jesús, el Dios que se hizo hombre, murió y resucitó por amor. Contemplando su Cruz, cada persona puede aprender a llevar la suya.

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GEORG GÄNSWEIN

VÍA CRUCIS

EDICIONES RIALP

MADRID

© 2020 by Fe-Medienverlags GmbH

© 2022 de la edición española de GLORIA ESTEBAN

by EDICIONES RIALP, S.A.,

Manuel Uribe 13-15, 28033 Madrid

(www.rialp.com)

Imágenes del Vía Crucis de la parroquia de Santa Soledad

Torres Acosta (Madrid), obra de Alberto Guerrero

(www.albertoguerrero.es). © Alberto Guerrero.

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopias, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita reproducir, fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Maquetación y realización eBook: produccioneditorial.com

ISBN (edición impresa): 978-84-321-6064-6

ISBN (edición digital): 978-84-321-6065-3

Índice

Portada

Portada interior

Créditos

Prólogo

I. Condenan a muerte a Jesús

II. Jesús carga con la Cruz

III. Bajo el peso de la Cruz, cae Jesús por primera vez

IV. Jesús se encuentra con su Madre

V. Simón ayuda a Jesús a llevar la Cruz

VI. Verónica enjuga el rostro de Jesús

VII. Bajo el peso de la Cruz, cae Jesús por segunda vez

VIII. Jesús consuela a las mujeres

IX. Bajo el peso de la Cruz, cae Jesús por tercera vez

X. Despojan a Jesús de sus vestiduras

XI. Clavan a Jesús en la Cruz

XII. Jesús muere en la Cruz

XIII. Descienden de la Cruz a Jesús

XIV. Jesús es sepultado

Apéndice

Prólogo

Los últimos pasos de Jesús en Tierra Santa

ACOMPAÑAR A UN MORIBUNDO al final de su camino es una de las obras de misericordia cristianas más nobles. El ser humano nunca está tan solo como en sus últimas horas de vida, porque el umbral de la muerte tenemos que cruzarlo sin nadie a nuestro lado. Aunque no seamos capaces de ahorrarle a otro ese tránsito hacia la oscuridad, sí podemos acompañar amorosamente al moribundo hasta las puertas de la muerte con la firme esperanza de que Dios misericordioso lo acoja en el más allá.

Con Jesús fue diferente. Porque en su caso el camino no lo condujo únicamente a una muerte cruel en la Cruz —que ya es mucho—, sino hasta los abismos más tenebrosos del infierno. Y no solo eso: al final de su camino todos lo abandonaron, incluidos aquellos en quienes más confiaba. Únicamente su Madre, unas cuantas mujeres que lo habían seguido desde Galilea y uno solo de sus doce apóstoles, Juan, permanecieron a sus pies en sus últimas horas y vieron apagarse su mirada. El Hijo de Dios llegó a sentir incluso el abandono de su Padre al cargar sobre sí el inmenso desamparo del pecador para, con su muerte, volver a admitirnos en la comunión con el Padre. Nadie, ni siquiera el más pecador, tendrá que volver a soportar nunca un desamparo igual a la hora de la muerte.

¿Alguna vez te has preguntado dónde habrías estado tú durante esas horas? ¿No es verdad que todos deseamos secretamente haber tenido el valor de aquellas mujeres cuyo amor las llevó al pie de la Cruz, o el amor de Juan, fiel al Amigo «que le amaba» incluso en medio de la oscura noche de la muerte?