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Cristina Peri Rossi

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Beschreibung

En este Material, Sandra Lorenzano ofrece una brillante selección de textos de Peri Rossi, que incitan a la resistencia y la rebelión al mostrarnos un Eros, que sucumbe ante el miedo a la represión o se exalta ante la posibilidad de desafiar y transgredir.

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MATERIAL DE LECTURA

NARRATIVA

 

149

Cristina Peri Rossi

Selección y nota introductoria de Sandra Lorenzano

MÉXICO, 2024

Índice

Nota introductoriaExilio y erotismo como transgresión literaria

Sandra Lorenzano

Tristán e Isolda

El testigo

Solitario de amor (fragmento)

La cabalgata

Lovelys

 

Aviso legal

Nota introductoriaExilio y erotismo como transgresión literaria

Sandra Lorenzano

El verdadero arte siempre es transgresor, inquietante, liberador, aun cuando aquello que libere sea precisamente lo que debemos reprimir para vivir en sociedad.

Cristina Peri Rossi

I.

“De todas las catástrofes, incluida la del exilio, nos salva la libido”, escribe Cristina Peri Rossi en su libro Estado de exilio. Y establece allí dos de las líneas fundamentales de su literatura: el exilio y el erotismo. Dos líneas transgresoras, inquietantes, liberadoras. El primero es destierro, lejanía, expulsión, extrañamiento; es una forma de mirar la realidad y de ser mirada por ella. “Cuando dicen: ‘Que pase el extranjero’ a veces no me doy cuenta de que soy yo. El exilio son los otros.”

El erotismo es deseo, festejo, pasión. Celebración de los cuerpos y la sexualidad, desobediencia a los mandatos sociales, afirmación del yo, reconocimiento del ser amado. “Te amo como mi semejante / mi igual mi parecida / de esclava a esclava / parejas en la subversión / al orden domesticado”, dicen los versos de “4ª Estación: Ca Foscari”.

Exilio y erotismo se trenzan así a lo largo de su obra con la reflexión sobre la propia escritura, en una prosa de a ratos juguetona y mordaz, de a ratos profundamente dolida y desgarrada. “La escritura ha sido mi casa…”, escribe quien, expulsada de su tierra, ha caminado por la vida con las raíces al aire, construyendo su hogar en la pasión por las palabras y las pieles.

“¿Cuál es mi casa? / ¿dónde vivo? / Mi casa es la escritura / la habito como el hogar de la hija descarriada / la pródiga / la que siempre vuelve para encontrar los rostros conocidos / el único fuego que no se extingue.”

Cristina Peri Rossi siente y piensa el mundo desde un lugar político y estético de cuestionamiento profundo al orden establecido, ya se trate de la violencia militar o de la violencia del modelo sexual y amoroso heteropatriarcal. Ha hecho del suyo un espacio ético de rebelión y resistencia con sello desobedientemente femenino.

El discurso de recepción del Premio Cervantes (2021) lo deja claro: “Desde los orígenes, o desde los tiempos bíblicos o desde los griegos y troyanos. Los motivos de las guerras parecían siempre los mismos: el ansia de poder y la ambición económica. Algo típicamente masculino”. Ante esto, los libros le permitían a la niña un refugio en el que se sumaban el placer y el conocimiento. Su lectura temprana del Quijote despertó en ella la conciencia de la importancia de la libertad, aun a riesgo de ser estigmatizada y excluida. Marcela, la pastora que decide renunciar al mundo para proteger su independencia, y el propio protagonista de Cervantes, la llevan a “pensar que la locura puede ser un pretexto de exclusión de aquellos que esgrimen verdades incómodas, lección que evidentemente aprendí, pagando un precio muy elevado, hasta el día de hoy. Pero si volviera a nacer, haría lo mismo”.

Nacida en 1941 en Montevideo, Uruguay, comenzó a escribir desde muy joven seducida por esa capacidad de la literatura para crear mundos, y publicó su primer libro, Viviendo, con apenas veintiún años. Se vinculó al grupo del semanario Marcha, conformado por los más importantes escritores y críticos de la época, y donde Ángel Rama la bautizó como “nuestra Rimbaudcita”.

Vivió intensamente esa época fascinante y convulsa de la historia latinoamericana, marcada por la preocupación social y el compromiso con los movimientos de liberación, en términos políticos, y por los narradores del Boom, en términos literarios. La respuesta autoritaria no se hizo esperar en los países del Cono Sur (Chile, Uruguay, Argentina), donde los golpes de Estado provocaron miles de muertes y desapariciones. Peri Rossi fue expulsada de su cátedra de literatura, y fueron prohibidos sus libros y hasta su nombre. Como tantos otros, debió emprender el camino del exilio para salvar la vida. Llegó en 1972 a España, país en el que ha vivido hasta hoy, salvo el breve tiempo en que se refugió en París, amparada por su querido amigo Julio Cortázar.

A lo largo de una vida dedicada por completo a la literatura, ha sido al mismo tiempo Marcela y el propio Quijote: “Yo también tuve claro, como Marcela, que en una sociedad patriarcal ser mujer e independiente era raro y sospechoso”. Pero, en lugar de alejarse de la sociedad, como la pastora cervantina, “desde mis libros, desde mi vida he intentado como doña Quijota ‘desfazer’ entuertos y luchar por la libertad y la justicia, aunque no de manera panfletaria o realista, sino alegórica e imaginativa”.

La ironía juega también, en este sentido, un papel importante en sus textos, con provocadoras derivas que pueden llegar a lo ominoso y que, junto con el erotismo convertido en exploración de la libertad del deseo, desacralizan el ejercicio literario desde un lugar irreverente y apasionado, que desafía las fronteras creativas y los prejuicios que sostienen el statu quo. El título de uno de sus últimos libros autobiográficos, La insumisa, da cuenta de ese lugar de disidencia elegido por la autora. La historia parte de ahí, un enamoramiento imposible y al mismo tiempo irrenunciable: “La primera vez que me declaré a mi madre tenía tres años (según los biólogos, los primeros años de nuestra vida son los más inteligentes. El resto es cultura, información, adiestramiento). Yo tenía propósitos serios: pretendía casarme con ella”. Sin embargo, tal como la madre lo explica a su enamorada, las leyes no lo permiten, por lo que desde ese instante la pequeña Cristina decide enfrentarse a las convenciones sociales.

El margen se convierte en su obra en espacio de cuestionamiento, de experimentación, de compromiso, de independencia radical.

II.

El breve recorrido que propone este Material de Lectura retoma las líneas planteadas: erotismo y violencia.

Si la consumación del deseo era imposible para la niña enamorada de su madre, la adolescente del cuento “Tristán e Isolda”, con el que iniciamos nuestra selección, podrá finalmente vivir su erotismo. Allí el lesbianismo, apenas intuido, sacude a la protagonista ante su compañera de curso, y el texto la acompaña con una sexualidad delicada marcada por la música de Wagner.