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—¿Has tirado los dados alguna vez?Sin pronunciar palabra sacó un par de dados de su bolsillo y los puso en la mesa, frente a ella. Sofie miró los dados con fascinación y los levantó con sus manos para sentirlos. No eran dados ordinarios; estaban hechos a mano, su color verde sugería que eran de jade.—Bueno, ¿cuáles son las reglas? —Preguntó después de un momento, depositando los dados frente a ella.—Solo existe una regla: si los lanzas, debes acatarte al resultado. Nada más.Sofie se prepara para una velada romántica con Johan, pero cuando llega a la cita acordada, la noche toma otro rumbo. Acompañada por el misterioso amigo de Johan, Viktor, Sofie se adentrará en un nuevo mundo donde solo existe una regla: lanzar los dados y decir que sí.-
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Seitenzahl: 21
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Sandra Norrbin
LUST
Delirium
Original title:
Delirium
Translated by Javier Orozco
Copyright © 2019 Sandra Norrbin, 2020 LUST, Copenhagen.
All rights reserved ISBN 9788726273816
1st ebook edition, 2020. Format: Epub 2.0
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Sofie llegó al Cataluña justo pasadas las siete. Vestía ligero considerando el fresco del otoño; aún no estaba lista para el abrigo de lana. Jamás había visitado ese lugar así que se detuvo justo en la entrada para orientarse. No era un restaurante grande. “Íntimo,” señalaría un crítico culinario, pensó Sofie, mientras se desabotonaba la chaqueta antes de entrar.
Justo en la entrada se encontraban una pequeña mesa de madera oscura con las recomendaciones de tapas y vino y un banco probablemente más cómodo de lo que aparentaba. En la siguiente habitación estaba el bar y a la derecha el comedor, con no más de diez mesas. Era temprano y solo había unos cuantos comensales; el personal rebasaba el número de clientes.
Con unos cuantos pasos, Sofie llegó al bar, se sentó al final de la barra de tonos oscuros y colgó su chaqueta en el banco vecino. Sin haberlo notado, el camarero le había servido una copa de cava.
—¡Pero si no he pedido nada! —Protestó Sofie.
—A nadie le cae mal una copa de cava. —El camarero le sonrío y luego ojeó el restaurant.
—Cierto. —Sofie sonrió y le dio las gracias.
Observó el reloj y le dio un trago al cava. No tenía idea de lo que Johan había planeado para ellos esa noche, sus mensajes no ofrecían pista alguna, pero tenía claro que quería verle; necesitaba verle de nuevo. Debía verle una vez más.
El recuerdo de su pene la puso caliente. Quería más, más de él.
—¿Qué tal el cava?
La voz de un hombre interrumpió sus ensoñaciones y por un momento se preguntó si sus pensamientos se reflejaban en ella.
—Es delicioso, pero estoy esperando a alguien. —Respondió, poniendo la mano en el banco en el que el hombre pretendía sentarse.
—¿A Johan? —Dijo el hombre con una sonrisa tranquila.
Sofie arrugó su frente.
—Sí, ¿cómo lo sabes? —Preguntó con sorpresa.