GAZAPOS ECUATORIANOS - Fernando Miño-Garcés - E-Book

GAZAPOS ECUATORIANOS E-Book

Fernando Miño-Garcés

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Beschreibung

Este trabajo presenta los gazapos ecuatorianos. En 2007, se publicó una versión corregida del libro Gazapos quiteños y cómo evitarlos (Miño-Garcés, 2007), un texto universitario con muchos ejercicios, para que los estudiantes pudieran estudiar la gramática y corregir su forma de hablar y escribir. Además, en el Diccionario del español ecuatoriano (Miño-Garcés, 2016) se trató lo concerniente al vocabulario.

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INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO UNO DEQUEÍSMO

CAPÍTULO DOS QUEÍSMO

CAPÍTULO TRES USOS DEL PRONOMBRE RELATIVO “QUE”

CAPÍTULO CUATRO “QUE” GALICADO

CAPÍTULO CINCO RÉGIMEN

CAPÍTULO SEIS CONCORDANCIA

CAPÍTULO SIETE CONCORDANCIA DE TIEMPOS GRAMATICALES

CAPÍTULO OCHO GERUNDIO

CAPÍTULO NUEVE NUMERALES

CAPÍTULO DIEZ VERBOS DE CONJUGACIÓN DUDOSA

REFERENCIAS

A Ana Paula, Ana Isabel, Daniela, José Javier y Juan Pablo,siempre cerca de mi corazón.

INTRODUCCIÓNFernando Miño-Garcés

Uno de los grandes acontecimientos de este siglo XXI es el avance de la comunicación. Hoy se conoce un evento que sucede en cualquier parte del mundo casi en el mismo momento en que ocurre, tanto por los medios de comunicación tradicionales como por las redes sociales. No solo se oye acerca del hecho, sino que se lo ve en fotografías o imágenes transmitidas al instante.

Pero ¿cómo influye esto en la lengua? Cada uno tendrá una respuesta diferente, lo que queremos destacar es que, en Ecuador, como seguramente en todos los países, este fenómeno ha contribuido a extender tanto del uso gramatical particular del país, con los peculiares gazapos, como del vocabulario propio de los ecuatorianos.

Este trabajo presenta los gazapos ecuatorianos. En 2007, se publicó una versión corregida del libro Gazapos quiteños y cómo evitarlos (Miño-Garcés, 2007), un texto universitario con muchos ejercicios, para que los estudiantes pudieran estudiar la gramática y corregir su forma de hablar y escribir. Además, en el Diccionario del español ecuatoriano(Miño-Garcés, 2016) se trató lo concerniente al vocabulario.

Cuando se publicó el libro en 2007, era muy frecuente que estudiantes comentaran que habían encontrado ejemplos de los mismos gazapos en el habla de personas de otras regiones de Ecuador, así como en periódicos y revistas de sus lugares de origen, diferentes de Quito, y que no deberían llamarse gazapos quiteños, sino ecuatorianos.

Gracias a ejemplos reportados por estudiantes de la Universidad Católica del Ecuador y a una más extensa investigación, surge este libro, que, a pesar de no presentar ejercicios, explica cómo identificar los gazapos y corregirlos.

No es raro oír que un asambleísta dice: Pienso de que el país… o leer en un periódico: El presidente de la Asamblea tenía la certeza que había actuado con rectitud. Los dos primeros capítulos del texto tratan estos gazapos: en el primero se estudia el dequeísmo y,en el segundo, el queísmo.

En el tercer capítulo se trata sobre el uso y abuso del pronombre relativo que. El cuarto capítulo presenta el que galicado.

¡Qué interesante es escuchar que un candidato dice que aspira ganar la presidencia! Solo al decirlo nos hace pensar dos veces si votar por él o no, pues usa un gazapo ecuatoriano, pero nos queda la duda de si de presidente sabrá hablar en forma que los habitantes de todas las naciones lo entiendan. Para tratar este asunto, el quinto capítulo trata del régimen.

Los problemas de falta de armonía entre el adjetivo y el sustantivo o este y el verbo se tratan en el sexto capítulo, dedicado al estudio de la concordancia.

Mi mamá dijo que vengas y otras bellezas por el estilo se escuchan a diario. Todos debemos saber que la no concordancia de tiempos es un gazapo ecuatoriano. El séptimo capítulo presenta un estudio sobre este tema.

El expresidente escribió una carta explicando su posición: se lee en un diario ecuatoriano. Dame cerrando la ventana: dice un alumno a otro en las frías tardes quiteñas. El uso correcto e incorrecto del gerundio se analiza en el capítulo ocho.

Cansados de escuchar que en Ecuador se paga el treceavo sueldo, hemos decidido dedicar el capítulo nueve al estudio de los numerales.

¿Debo decir está lloviendo o está lluviendo? Las explicaciones del profesor ¿nos satisfacieron o nos satisficieron? De los verbos de conjugación dudosa trata el décimo y último capítulo de este texto.

CAPÍTULO UNO DEQUEÍSMO

Un alto oficial del gobierno nacional dijo:

1.Es necesario de que evacuemos la ciudad.

Una importante funcionaria (importante no por su persona, sino por su cargo) dijo en una entrevista:

2.No es verdad de que yo vaya a renunciar. (Claro que a la semana renunció)

Un muy conocido locutor y entrevistador de radio de cobertura nacional dijo:

3.Me gustaría de que contestara sucintamente.

En las tres oraciones encontramos el uso de la preposición de antes de la conjunción que. ¿Es eso correcto según las normas del español? Responderemos al analizar las oraciones propuestas.

Lo que sí podemos mencionar es que a veces el uso de la preposición de antes de la conjunción que es correcto y otras veces no.

Pero ¿cuándo es correcto el uso indicado en el párrafo anterior y cuándo no?

Una forma fácil de saberlo es sustituyendo la oración que está luego de la conjunción que (llamada subordinada sustantiva) por el pronombre demostrativo eso o esto.

Si así lo hacemos, tendríamos:

Es necesario de que eso.

No es verdad de que esto.

Me gustaría de que eso.

Como podemos ver, al tener luego de la conjunción que un pronombre, y no una subordinada sustantiva, la conjunción no es necesaria. Por lo que las oraciones quedarían:

Es necesario de eso.

No es verdad de esto.

Me gustaría de eso.

Ningún hispanohablante diría que estas oraciones son correctas, ¿verdad?

Como usted ya habrá deducido, está sobrando la preposición de, si la quitamos, tendríamos oraciones correctas:

Es necesario eso.

No es verdad esto.

Me gustaría eso.

Entonces, si volvemos a sustituir el pronombre demostrativo por las proposiciones subordinadas sustantivas, tendríamos las oraciones originales correctas.

1.Es necesario que evacuemos la ciudad.

2.No es verdad que yo vaya a renunciar.

3.Me gustaría que contestara sucintamente.

Este error de usar la preposición de delante de la conjunción que cuando sintácticamente no es necesaria se llama dequeísmo.

Otra forma de saber si el uso de la preposición es correcto o no, es hacer una pregunta con qué o con de qué. Si la respuesta con la misma locución es correcta, entonces ya sabemos el uso adecuado.

¿Cuál sería la pregunta correcta?:

¿De qué es necesario? O ¿Qué es necesario?

¿De qué no es verdad? O ¿Qué no es verdad?

¿Qué me gustaría? O ¿De qué me gustaría?

Si las preguntas con de no son correctas, sabemos que al usar de en estos casos estamos ante el fenómeno del dequeísmo.

Analicemos ahora las siguientes oraciones, igualmente recopiladas del habla de los ecuatorianos:

4.Sugiero de que se tome votación.

5.Cuando me mencionaron de que tenía que jugar en Inglaterra, me asusté.

6.Esperamos de que el Banco Central dé las cifras exactas.

Si hacemos la misma prueba del uso del pronombre demostrativo en lugar de la oración que está luego de la conjunción que tenemos:

Sugiero de que eso.

Cuando me mencionaron de que eso.

Esperamos de que eso.

Puesto que la conjunción ya no es necesaria, pues no tenemos una oración después sino un pronombre, nos queda:

Sugiero de eso.

Cuando me mencionaron de eso.

Esperamos de eso.

Claramente estas oraciones no están correctas. La preposición de no debería emplearse. Emplearla es un dequeísmo. Las oraciones correctas son:

Sugiero eso.

Cuando me mencionaron eso.

Esperamos eso.

Al poner la oración substituida, tenemos las oraciones sin dequeísmo.

4. Sugiero que se tome votación.

5. Cuando me mencionaron que tenía que jugar en Inglaterra, me asusté.

6. Esperamos que el Banco Central dé las cifras exactas.

Como habíamos señalado, otra forma de saber si el uso de la preposición es correcto o no, es hacer una pregunta con qué o con de qué.

¿Qué sugiero? O ¿De qué sugiero?

¿Qué me mencionaron? O ¿De qué me mencionaron?

¿Qué esperamos? O ¿De qué esperamos?

Para cualquier nativo hablante de español las preguntas con la preposición de no son correctas.

Debemos tomar en cuenta que los verbos de dicción o pensamiento como

•Aclarar

•Decir

•Negar

•Sentir

•Aconsejar

•Desear

•Opinar

•Señalar

•Afirmar

•Entender

•Pedir

•Solicitar

•Anhelar

•Esperar

•Pensar

•Sospechar

•Argumentar

•Estimar

•Plantear

•Sugerir

•Confirmar

•Exponer

•Puntualizar

•Suponer

•Considerar

•Expresar

•Reclamar

•Contestar

•Imaginar

•Recordar

•Creer

•Manifestar

•Rogar

y muchos otros similares son proclives a originar errores de dequeísmo.

También hay otro tipo de oraciones que para muchos ecuatorianos son correctas y que oímos muy a menudo:

7.Luego de que comamos, discutiremos el asunto.

8.Le aceptamos, con tal de que convoque a Asamblea Constituyente.

9.A medida de que el tiempo pasa, la contaminación aumenta en la ciudad.

Pero, en realidad, cometemos dequeísmo si usamos la preposición de en aquellas locuciones que no la llevan, son frases ya hechas, soldadas, y sus palabras no pueden separarse con nada. Las oraciones sin dequeísmo son:

7. Luego que comamos, discutiremos el asunto.

8. Le aceptamos, con tal que convoque a Asamblea Constituyente.

9. A medida que el tiempo pasa, la contaminación aumenta en la ciudad.

Aquí presentamos algunas de estas locuciones:

•A no ser que

•A menos que

•A medida que

•Luego que

•Con tal que

•Claro que

•Siempre que

•De suerte que

•Puesto que

•Sin duda que

•Desde luego que

•Por supuesto que

•Así que

•De manera que

•De modo que

¿Y, cómo reconocer estas locuciones? Pues, la única manera es diciéndolas tanto que se haga natural el no cometer dequeísmo al hacerlo.

Es tan común en el habla de los ecuatorianos el dequeísmo que lo oímos a diario.

Un locutor de noticias de la Costa dijo:

10. Lo que le contestó es de que López Obrador había dicho que sí iría.

Una alta autoridad de la Asamblea Nacional de Ecuador dijo:

11. Nuestra intención es de que se apruebe la ley lo antes posible.

Un estudiante universitario dijo en una reunión de compañeros:

12. La idea es de que hagamos vaca para comprar el regalo.

Podemos ver que en las tres oraciones tenemos el verbo ser antes de la preposición de. Si tenemos duda en cuanto a si las oraciones son correctas, podemos, igualmente que en los casos anteriores, sustituir todo lo que está después de la conjunción que por un pronombre demostrativo, por ejemplo, eso. Tendríamos:

10. Lo que le contestó es de que eso.

11. Nuestra intención es de que eso.

12. La idea es de que eso.

Como habíamos mencionado antes, ya que después del verbo solamente tenemos un pronombre, no necesitamos la conjunción:

10. Lo que le contestó es de eso.

11. Nuestra intención es de eso.

12. La idea es de eso.

Está claro que incurrimos en dequeísmo cuando usamos la preposición de en estas oraciones. Sin la preposición, las oraciones correctas son:

10. Lo que le contestó es que López Obrador había dicho que sí iría.

11. Nuestra intención es que se apruebe la ley lo antes posible.

12. La idea es que hagamos vaca para comprar el regalo.

Es posible que algún lector se interese por tener una explicación gramatical del fenómeno del dequeísmo, para esa persona hagamos un pequeño resumen.

Hemos presentado doce oraciones que ejemplifican cuatro clases de dequeísmo:

I. Las oraciones 1 a 3 ejemplifican el dequeísmo que ocurre cuando se usa la preposición de antes de la conjunción que con oraciones subordinadas sustantivas que hacen las veces de sujeto.

II. Las oraciones 4 a 6 ejemplifican el dequeísmo que ocurre cuando se usa la preposición de antes de la conjunción que con oraciones subordinadas sustantivas que hacen las veces de complemento directo.

III.Las oraciones 7 a 9 ejemplifican el dequeísmo que ocurre cuando se usa la preposición de en aquellas locuciones que no la llevan, que son frases ya hechas, soldadas, y sus palabras no pueden separarse con nada.

IV. Las oraciones 10 a 12 ejemplifican el dequeísmo que ocurre cuando se usa la preposición de antes de una proposición subordinada que ejerce las funciones de atributo con el verbo ser.

CAPÍTULO DOS QUEÍSMO

Anteriormente, habíamos dicho que a veces el uso de la preposición de antes de la conjunción que es correcto y otras veces no. Analizamos ya el uso incorrecto, que ocasiona un dequeísmo, consideremos ahora oraciones en las que el uso de la preposición de es necesario y, por lo tanto, correcto.

Una asambleísta dijo:

1. Quiero que ustedes se den cuenta que una mujer violada sufre algo indecible.

El alcalde de una ciudad de la Costa dijo:

2. Tengo la certeza que el pueblo no me destituirá.

En un periódico de difusión nacional encontramos la oración:

3. El técnico tenía la seguridad que lo contratarían para otra temporada.

Estas oraciones están incorrectas, para comprobarlo podemos hacer la misma prueba que utilizamos para el dequeísmo, es decir, sustituir la oración que sigue a la conjunción que por un pronombre demostrativo.

Tendremos lo siguiente:

1. Quiero que ustedes se den cuenta que eso.

3. Tengo la certeza que eso.

3. El técnico tenía la seguridad que eso.

Como no hay oración luego de la conjunción, esta no es necesaria, por lo tanto, tendríamos:

1.Quiero que ustedes se den cuenta eso.

2.Tengo la certeza eso.

3.El técnico tenía la seguridad eso.

Vemos claramente que esas oraciones son incorrectas, no así las oraciones:

1.Quiero que ustedes se den cuenta de eso.

2.Tengo la certeza de eso.

3.El técnico tenía la seguridad de eso.

Por lo tanto, la preposición de es necesaria en todas las oraciones.

Este error de omitir la preposición (generalmente de)delante de la conjunción que,

cuando sintácticamente es necesaria, es lo que se llama queísmo.

Pero ¿cómo podemos saber que es necesario usar una preposición antes de que? Si observamos las tres oraciones, vemos que antes de la conjunción que aparecen los sustantivos cuenta, certezay seguridad.

Tenemos, entonces, un sustantivo unido a una oración subordinada sustantiva introducida con que. Es decir, ambos elementos tienen la misma función gramatical.

Cuando hay dos sustantivos juntos, el uno modifica al otro. En este caso, la oración subordinada sustantiva hace de modificador del sustantivo. Para que un sustantivo modifique a otro, necesita de una preposición para realizar esa función. En la mayoría de casos esa preposición es de.

En las siguientes oraciones, tenemos otro caso de queísmo:

En una entrevista en uno de los canales de televisión, un candidato a alcalde de una ciudad del norte del país dijo:

4.El pueblo está harto que los políticos le llenen de promesas.

Un asambleísta de la Provincia de Galápagos dijo en una entrevista en la radio:

5.Estoy seguro que el presidente vetará la ley que la Asamblea acaba de aprobar.

En un periódico de una ciudad del centro del país encontramos la oración:

6.La Reina estaba feliz que su idea había sido acogida.

Para comprobar si las oraciones están correctas, podemos usar cualquiera de las dos formas sugeridas anteriormente, es decir, sea sustituir la subordinada por un pronombre demostrativo, sea hacer una pregunta con qué o con de qué.

Substituyamos la subordinada por un pronombre demostrativo:

4. El pueblo está harto eso.

5. Estoy seguro eso.

6. La Reina estaba feliz eso.

Vemos que algo falta a estas oraciones para estar correctas. Si ponemos la preposición de antes de la conjunción que,tenemos:

4. El pueblo está harto de eso.

5. Estoy seguro de eso.

6. La Reina estaba feliz de eso.

Con las oraciones así formuladas, nuestra intuición lingüística nos dice que están bien. Por lo tanto, las oraciones originales correctas son:

4. El pueblo está harto de que los políticos le llenen de promesas.

5. Estoy seguro de que el presidente vetará la ley que la Asamblea acaba de aprobar.

6. La Reina estaba feliz de que su idea había sido acogida.

Pero, usted dirá, las palabras antes de la conjunción no son sustantivos, ¿cómo sé que debo usar la preposición antes de que?

Pues, como usted sabe, harto, seguro y felizson adjetivos. La oración subordinada sustantiva introducida por que hace las veces de un complemento de ese adjetivo.

Si omitimos la preposición de antes de la conjunción que con oraciones subordinadas sustantivas que funcionan como complemento de un adjetivo, cometemos un dequeísmo.

Si usted quiere hacer la comprobación con las preguntas con qué o con de qué, tendríamos:

4. ¿De qué está harto el pueblo? O ¿Qué está harto el pueblo?

5. ¿De qué estoy seguro? O ¿Qué estoy seguro?

6. ¿De qué estaba feliz la Reina? O ¿Qué estaba feliz la Reina?

Puesto que la primera pregunta, es decir, la formulada con de qué es la correcta, en todos estos casos es necesaria la preposición de.

Sigamos con la diversión. Espero que para este momento usted haya desarrollado ya una curiosidad lingüística que le anime a continuar con este tratado.

Analicemos las siguientes oraciones:

Un ingeniero dijo a sus ayudantes:

7.Cuando venía manejando, me acordé que no consideramos el caudal de agua.

Un político muy conocido a nivel nacional dijo en una entrevista:

8.Y el expresidente se jactaba que había ganado todas las elecciones.

Un alto funcionario de una institución del estado dijo:

9.Nos aseguramos que las firmas tengan el respaldo necesario.

¿Le parece que son correctas?

¿Cuál podría ser el análisis para saber si son correctas o no?

¿Qué tal usar uno o los dos métodos utilizados anteriormente? Por ejemplo, reemplacemos la proposición subordinada con el pronombre demostrativo:

7. Cuando venía manejando, me acordé eso.

8. Y el expresidente se jactaba eso.

9. Nos aseguramos eso.

Si todavía tenemos dudas, podemos aplicar la otra prueba: hagamos la pregunta con qué o de qué.

7. ¿De qué me acordé cuando venía manejando? O ¿Qué me acordé cuando venía manejando?

8. ¿De qué se jactaba el expresidente?O ¿Qué se jactaba el expresidente?

9. ¿De qué nos aseguramos? O ¿Qué nos aseguramos?

Fácilmente se puede concluir que la preposición de es necesaria. Las oraciones presentadas tienen el error de queísmo al omitir la preposición. Las oraciones correctas son:

7. Cuando venía manejando, me acordé de que no consideramos el caudal de agua.

8. Y el expresidente se jactaba de que había ganado todas las elecciones.

9. Nos aseguramos de que las firmas tengan el respaldo necesario.

Seguramente usted no está convencido de que así sea para todas las oraciones, ¿verdad?

Es natural que dude, pues parecería que ambas pruebas son válidas para la oración siete:

Cuando venía manejando, me acordé eso.O

Cuando venía manejando, me acordé de eso.O

¿De qué me acordé cuando venía manejando? O

¿Qué me acordé cuando venía manejando?

Lo que sucede es que en el habla de Ecuador se incurre mucho en queísmo y dequeísmo y, de tanto usarlos y oírlos, nos parece que son correctos.

No obstante, si observamos detenidamente, veremos que las tres oraciones tienen verbos que se construyen con pronombres reflexivos.

Los verbos acordarse, jactarse, asegurarsey todos los similares tienen la peculiaridad de construirse con un complemento de régimen, lo cual significa que exigen una preposición para entrar en relación sintáctica con la proposición subordinada. La mayoría de los verbos pronominales exigen la preposición de, como los de estas oraciones, pero otros pueden exigir otras preposiciones, por ejemplo, el régimen de fijarsees en.

Cuando usamos estos verbos sin su respectiva preposición, caemos en el error del queísmo.

Otro caso de queísmo es el del uso de la preposición cuando que no es una conjunción, sino un pronombre relativo, por ejemplo, en las siguientes oraciones:

Un médico decía a su interlocutor:

10.Los problemas que te conté se han hecho más grandes.

En un diario de la Costa de Ecuador se lee:

11.Fueron terribles las ofensas que fue víctima la mujer.

En un mensaje en el teléfono de una adolescente leí:

12.El asunto que te comenté era un secreto, me da iras que lo divulgaste.

En estas oraciones, la palabra que substituye al sustantivo que la precede. Por lo tanto, es un pronombre, se llama pronombre relativo.

Si sustituimos el pronombre relativo por su antecedente en cada una de las oraciones, veremos claramente que los verbos exigen la preposición de.

10. Te conté de los problemas.

11. Fue víctima de las ofensas.

12. Te comenté del asunto.

Aunque a un ecuatoriano le podría parecer que Te conté los problemaso Te comenté el asuntoson correctas, no lo son, debido a nuestra habla típica, con tanto gazapo. Pero nadie diría que Fue víctima las ofensasestá correcta.

Usted se preguntará: ¿Y cómo reconocer si el uso de la preposición es correcto o no?

Pues hagamos una prueba: si podemos intercalar entre el de y el que el artículo del sustantivo que antecede al pronombre relativo, el uso de la preposición es correcto.

10. Los problemas de los que te conté se han hecho más grandes.

11. Fueron terribles las ofensas de las que fue víctima la mujer.

12. El asunto del que te comenté era un secreto, me da iras que lo divulgaste.

Como vemos, las oraciones así formuladas son correctas. Por lo tanto, si las decimos sin la preposición, estamos incurriendo en queísmo.