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La extraordinaria recolección de leyendas y cuentos del hogar vinculada a la tierra de los Nuraghi, Cerdeña, transcrita con sabiduría por la autora de Nuoro y Premio Nobel por la literatura Grazia Deledda, representa el cuerpo de textos más representativo del folclore de la isla. En esta obra el trabajo de la autora sarda ha sido una atenta labora de observación y de escucha de aquellas historias que pertenece al patrimonio histórico y tradicional de la isla y de su pueblo. Entre ellas destacan sin dudas Sas nurras, Leyendas de Gallura, La leyenda de Andrea Doria, Lo espíritus del Castillo, Nuestra Señora de Gonare, El maestro de Sorres, La maldición de los monjes, El espíritu de Madama Galdona, El cuento de los tres hermanos, La leyenda de Monte Bardia, El cuento de don Juanne y Mariedda, La leyenda del nacimiento de las leoneddas, Los huevos de tía Birora, El anillito de plata y muchos más. Descubre déjate llevar por una una Cerdeña mágica y envuelta en la tradición y en el misterio.
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Leyendas Sardas
de Grazia Deledda
Questo libro è stato tradotto grazie a un contributo del Ministero degli Affari Esteri e della Cooperazione italiano.
Este libro ha sido traducido gracias a la Ayuda a la traducción del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Cooperación italiano.
Jefe de redacción: Jason R. Forbus
Traducido por Simone Corvatta
ISBN 9788833466668
Publicado por Ali Ribelli Edizioni, 2022©
Ensayismo – Mitos y leyendas
www.aliribelli.com – [email protected]
Está estrictamente prohibido reproducir, en parte o en su totalidad, el texto que figura en este libro sin la autorización expresa del Editor.
Leyendas SardasLeyendas de Cerdeña
Grazia Deledda
AliRibelli
Índice
Grazia Deledda: historia de una incomprensión
Obras de Grazia Deledda
Premisa
El diablo ciervo
La leyenda de Aggius
La leyenda de Castel Doria
El castillo de Galtellì
La leyenda de Gonare
San Pedro de Sorres
La excomunión de Ollolai
Madama Galdona
Prólogo
Los tres hermanos
Monte Bardia
El nacimiento de las leoneddas (vieja leyenda musical)
San Miguel Arcángel
Nuestra Señora del Buen Consejo
Grazia Deledda: historia de una incomprensión
Nacida en Nuoro el 27 de septiembre de 1871, en el seno de una acaudalada familia, Grazia Deledda no solo profundizó en la literatura y en los movimientos en boga de la época, como el naturalismo francés, sino que se dedicó con pasión a la historia de Cerdeña y a la de Arborea, el antiguo estado indígena bajo el que la isla conoció los conceptos de nación y pueblo.
La joven Grazia en varias ocasiones se presenta con estas palabras: «Quiero hablar de Cerdeña. Quiero contar historias y leyendas de esta isla en la encrucijada de pueblos y civilizaciones. La isla de los sarracenos y los jueces, de los Dorias y los Malaspinas».
Se trata de una Deledda poco conocida, la joven que se declara seguidora de la obra de Enrico Costa (Sassari, 11 aprile 1841–Sassari, 26 marzo 1909). Este, uno de sus primeros modelos, fue un escritor y periodista cuya misión era la de divulgar la historia de Cerdeña. La investigación de Deledda también se vio alimentada por las publicaciones sardas del siglo XIX que, empeñadas en rastrear las antiguas glorias de la isla, redescubrieron un ardiente deseo historicista. Los inicios literarios de Deledda son modestos –tenía quince años cuando publicó su primera novela–, pero cualquier aficionado a la escritora simpatiza con una joven que se empeña en buscarse a sí misma antes de buscar un estilo narrativo propio, que se manifesta plenamente en La via del male.
Esta novela ¿es el primer paso hacia un merecido Premio Nobel o el comienzo de un gran engaño? Hay un tribunal permanente, incorpóreo e intemporal, abarrotado de críticos que pretenden juzgar a la Premio Nobel de Literatura Grazia Deledda. ¿Quién es esta mujer? ¿Una escritora talentosa y original con el mérito de haber dado voz, corazón y alma al desconocido pueblo de Barbagia o una aficionada a la escritura, con mucha suerte, culpable de haber creado una imagen odiosa de la isla? Sea como fuere, Grazia Deledda es una escritora de récord. Es la segunda italiana, después de Carducci, que ha ganado el Premio Nobel, la segunda mujer del mundo y la primera y última escritora italiana. Pero también es un récord que haya alcanzado la fama internacional desde una pequeña ciudad, en su época aún más minúscula, como es la capital de Barbagia. Sarda, mujer, escritora de provincias y ganadora en 1926 del prestigioso premio, que retiró al año siguiente.
En 1896 llega el cambio de rumbo de la narrativa de Deledda con La via del male, donde por primera vez el talento de Deledda encuentra el cauce expresivo perfecto. Pietro Benu, el protagonista masculino de la novela, es un joven de origen pobre que pronto desarrolla un tenaz resentimiento hacia la vida y parte de su propia familia. Se trata de sus parientes ricos, que no se diferencian de él ni por su sabiduría ni por su cultura, sino por el destino, que ha concentrado las posesiones de toda la familia en las manos de ellos. La frustración de Pietro convierte el amor por su prima María en obsesión y, al mismo tiempo, su odio le da fuerzas para no rendirse. Lucha, cambia su vida e incluso consigue aprender italiano, viajar y superar a sus altivos parientes en riqueza y educación.
En un encuentro mágico entre el decadentismo y el verismo, La via del male es la novela histórica, quizá la única en sentido estricto, a la que aspiraba Deledda. Pero también, al mismo tiempo puede considerarse un Bildungsroman. La introspección psicológica es objetiva y desinteresada, desprovista de intenciones morales. En las paginas de La senda del mal, Deledda dibuja personajes vivos, un fresco que capta la Nuoro de la época, por entonces inmerso en la Italia unida y las nuevas oportunidades de vida para los sardos, que partieron en masa a buscar fortuna en Argelia.
Después de La senda del mal siguieron novelas de ambiente intimista, como Cenizas, la autobiográfica Cosima, que destacan por sus descripciones de paisajes inolvidables, situando a Deledda principalmente en el decadentismo, sin renunciar a alguna incursión ocasional en el verismo. Ni el cambio estilístico ni el Premio Nobel aplacaron a los intelectuales hostiles a ella. Giuseppe Dessì, que era deudor estilístico de la propia Grazia, le reprochó el hecho de que sus novelas retrataran un rostro inmutable y sombrío de la isla.
Sin embargo, el hecho de ser sarda, mujer y escritora de provincias es también una maldición que ha impedido que Deledda reciba, aún hoy, el reconocimiento adecuado por parte de quienes, críticos y profesores, construyen el canon literario. ¿Por qué esta subestimación? ¿Por qué, a pesar del Premio Nobel, nunca ha entrado en el círculo mágico de los escritores italianos?
Varios factores pesan en la falta del merecido reconocimiento que sería debido a Grazia Deledda. En primer lugar, es una mujer, y esto, a pesar de todos los cambios ocurridos a lo largo del siglo XX, nunca se le perdona. Alejada de las tertulias literarias, incluso cuando se trasladó a Roma, donde murió el 15 de agosto de 1936, Deledda comenzó su aventura como escritora con la publicación de algunas novelas románticas. Sin embargo, su estilo y su poética no tardaron en tomar una forma muy divergente de sus primeros experimentos narrativos, llegando a cumbres inesperadas, tanto que a veces se han comparado algunos de sus textos, Cenizas, Elias Portolu, Cañas al viento, La madre, Marianna Sirca, La hiedra, y un largo etcétera, con los de los más importantes autores rusos.
Los protagonistas son los últimos, los humildes, hombres y mujeres que luchan contra el destino y el pecado. Y como en Fëdor Dostoievski, el perdón llega para todos y proviene, incluso antes que la religión, que sigue siendo un faro para ella, de la capacidad de Deledda de observar a todos los seres humanos con amor, sean cuales sean sus elecciones y errores. Todo merece respeto: incluso la flora y los paisajes de su querida Cerdeña, que describe con detalle con una habilidad y un refinamiento que recuerdan a algunas páginas de la Recherche de Marcel Proust.