Los ojos de la piel - Juhani Pallasmaa - E-Book

Los ojos de la piel E-Book

Juhani Pallasmaa

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Beschreibung

Publicado originariamente en inglés en 1996, Los ojos de la piel se ha convertido en un clásico de la teoría de la arquitectura. El ensayo nace de la preocupación de Juhani Pallasmaa por el creciente predominio del sentido de la vista en la reflexión en torno a la arquitectura, un fenómeno que ha silenciado el papel de las otras cualidades sensoriales y ha empobrecido nuestra concepción y experiencia del espacio construido. Además del prólogo del arquitecto Steven Holl, esta segunda edición en castellano incorpora un epílogo de Peter MacKeith acerca de la figura de Pallasmaa. A medio camino entre retrato biográfico e introducción teórica al pensamiento del arquitecto finlandés, MacKeith contextualiza la trayectoria crítica del autor en el marco del pensamiento nórdico y europeo, y resalta la profunda sensibilidad y conocimiento de su aproximación a la arquitectura.

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Título original: The Eyes of the Skin. Architecture and the Senses, tercera edición publicada por John Wiley & Sons Ltd., Chichester (West Sussex) en 2012.

Diseño de la cubierta y de la colección: Setanta

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

La Editorial no se pronuncia, ni expresa ni implícitamente, respecto a la exactitud de la información contenida en este libro, razón por la cual no puede asumir ningún tipo de responsabilidad en caso de error u omisión.

Todos los derechos reservados. Traducción autorizada de la edición inglesa de John Wiley & Sons Ltd. La responsabilidad sobre la precisión de la traducción reside únicamente en la Editorial GG, y no es responsabilidad de John Wiley & Sons Ltd.

© de la traducción: Moisés Puente

© John Wiley & Sons Ltd., 2012.

y para la edición castellana:

© Editorial GG, SL, Barcelona, 2006, 2014, 2022

ISBN: 978-84-252-3398-2 (Epub)

Producción digital de Booqlab

Editorial GG, SL

Via Laietana 47, 3.º 2.ª, 08003 Barcelona, España. Tel. (+34) 933 228 161

www.editorialgg.com

Índice

Prólogo a la tercera edición

Juhani Pallasmaa

Prefacio

Hielo fino. Steven Holl

Introducción

Tocar el mundo. Juhani Pallasmaa

Parte primera

Visión y conocimiento

Crítica al ocularcentrismo

El ojo narcisista y nihilista

Espacio oral versus espacio visual

Arquitectura retiniana y la pérdida de la plasticidad

Una arquitectura de imágenes visuales

Materialidad y tiempo

El rechazo de la ventana de Alberti

Una nueva visión y el equilibrio sensorial

Parte segunda

El cuerpo en el centro

Experiencia multisensorial

El significado de la sombra

Intimidad acústica

Silencio, tiempo y soledad

Espacios del olfato

La forma del tacto

El sabor de la piedra

Imágenes de músculo y hueso

Imágenes de acción

Identificación corporal

Mímesis del cuerpo

Espacios de memoria e imaginación

Una arquitectura de los sentidos

El cometido de la arquitectura

Créditos de las ilustraciones

Prólogo a la tercera edición

Los ojos de la piel, publicado originalmente por Academy Editions (Londres, 1996), fue mi primer libro en inglés. Encargado por la editorial londinense John Wiley & Sons para su nueva colección Polemics, se publicó junto a otros títulos de Arata Isozaki y Robert Maxwell.

El libro consta de dos partes, un ensayo reelaborado, “An Architecture of the Seven Senses” [“Una arquitectura de los siete sentidos”] —escrito en 1994 para el libro de Steven Holl, Alberto Pérez-Gómez y yo mismo Questions of Perception— y mi conferencia impartida en el simposio “Cuestiones de percepción” celebrado en la Real Academia de Bellas Artes de Copenhague en 1995, donde los tres autores del libro citado también dimos sendas conferencias. Para mi sorpresa, mi libro se convirtió rápidamente en un libro de texto en las escuelas de arquitectura de todo el mundo y, desde entonces, ha sido traducido a varios idiomas, incluidos el farsi, el coreano y el chino.

Este libro se centraba en mi interés por el significado de los sentidos, la realidad multisensorial y los significados de la experiencia y el espacio existencial. También en él me interesaba por la filosofía fenomenológica, primero a través de los escritos de Gaston Bachelard y, algo más tarde, por los de Maurice Merleau-Ponty. A Los ojos de la piel le siguieron La mano que piensa (Willey, Londres, 2009; versión castellana publicada por Editorial GG, Barcelona, 2012), y La imagen corpórea (Willey, Londres, 2011; versión castellana publicada por Editorial GG, Barcelona, 2014), que juntos constituyen una especie de trilogía.

Hasta el día de hoy, he publicado setenta libros, que en su mayoría se dedican a temas de la visión fenomenológica y experiencial de las artes, la arquitectura y el espacio existencial. Uno de mis libros favoritos es The Architecture of Image: Existential Space in Cinema (Rakennustieto, Helsinki, 2001), que explora el terreno experiencial compartido de la arquitectura y el cine. También he desarrollado un interés por las interacciones entre la neurociencia y la arquitectura, como lo ejemplifica el libro que coedité junto a Sarah Robinson Mind in Architecture: Neuroscience, Embodiment and the Future of Design (The MIT Press, Cambridge [Mass.], 2015), y la historicidad biológica humana y la ecología cultural. Durante los últimos veinticinco años me he aproximado a la arquitectura desde diferentes puntos de vista con el fin de adentrarme y comprender este fenómeno más allá de sus estrechas dimensiones profesionalistas actuales. Sin embargo, nunca he tenido idea alguna del tema de mi próximo libro cuando estaba acabando el último que estaba escribiendo.

Desde un punto de vista filosófico, la arquitectura es uno de los quehaceres humanos más complejos, pues simultáneamente es el medio y el fin, una estructura utilitaria y una confesión personal, racionalidad y experiencia emotiva, y una convicción de sus cualidades estéticas y éticas. Durante la última década, me he distanciado de las dimensiones profesionalistas de la arquitectura (cerré mi estudio de arquitecto en 2011) en mi intento de ver el arte de construir en un contexto histórico, cultural, mental, existencial y biológico más amplio. Aunque ya no proyecto, siento profundamente que sigo trabajando en arquitectura; no teorizo sobre ella, sino que informo sobre lo que veo, siento y pienso del arte de construir.

Nuestra relación con el mundo está resultando ser mucho más compleja de lo que creíamos. En términos visuales, pensamos en la imagen proyectada sobre la superficie de la retina, pero apenas sabemos que nuestra percepción avanza a través de tres ondas neuronales (movimiento, color y forma) separadas entre sí por veinte milisegundos. La imagen es finalmente un producto de nuestro cerebro y de nuestro sistema nervioso, no del ojo, que solo es un mediador en el proceso. El título de un libro del filósofo Alva Noë cuestiona si el mundo es solo una ilusión, y vale la pena reflexionar sobre ello.

Todavía pensamos en los cinco sentidos que estableció Aristóteles hace más de dos milenios, pero una investigación reciente sugiere que tenemos más de treinta sistemas sensoriales mediante los cuales nos relacionamos e interactuamos con el mundo. El hecho biológico de que tenemos entre 1,5 y 1,8 kilos de bacterias en nuestros intestinos también resulta estimulante. De hecho, tenemos más ADN bacteriano que humano. Este universo bacteriano es nuestro “segundo cerebro” que gestiona los procesos metabólicos entre nuestro mundo intestinal y el mundo exterior, casi totalmente fuera de nuestra conciencia.

Mis intereses han pasado desde los sentidos aislados hasta sus interacciones y nuestra realidad vivida multisensorial. Los sentidos humanos se han estudiado principalmente uno por uno, aislados del resto y en condiciones de laboratorio, en lugar de en las complejidades de las situaciones de la vida real. Un hecho fundamental es que nuestros sentidos interactúan de manera constante e inconsciente. La visión desapegada nos convierte en extraños y observadores, mientras que la interacción de los sentidos hace que nos experimentemos a nosotros mismos como partícipes de “la carne del mundo”, por emplear una noción de Maurice Merleau-Ponty. En mi pensamiento actual, el sentido más importante de la experiencia arquitectónica es nuestro sentido existencial, el sentido integrado de la realidad y de nuestra experiencia de estar en el mundo. Es este sentido existencial complejo el que organiza, media y articula la arquitectura. Como sostenía tan convincentemente el filósofo John Dewey en su fundamental libro El arte como experiencia (1934), todos los fenómenos artísticos se basan en la experiencia personal. Nuestras experiencias individuales únicas dan a nuestros procesos sensoriales su valor, significado y autoridad. Como decía el poeta John Keats (1795-1821): “Nada se vuelve real hasta que no se experimenta”.

Juhani Pallasmaa

Helsinki, 25 de noviembre de 2021

Prefacio

Hielo fino

Cuando me senté a escribir estas líneas en la lluviosa Nueva York, pensé en la nieve nueva recién caída en Helsinki y el hielo fino temprano, y recordé historias del frío invierno en Finlandia, donde año tras año se improvisan carreteras como atajos que atraviesan el hielo grueso de los lagos del norte. Meses más tarde, cuando el grosor del hielo haya disminuido, alguien se arriesgará a cruzar el lago en coche y a hundirse. Me imagino una última visión de las grietas en el hielo blanco que se resquebraja y el agua helada negra que emerge dentro del coche que se hunde. Finlandia es de una belleza trágica y misteriosa.

Juhani Pallasmaa y yo comenzamos a compartir ideas sobre la fenomenología en arquitectura durante mi primera visita a Finlandia con motivo del V Simposio Alvar Aalto celebrado en Jyväskylä, en agosto de 1991.

En octubre de 1992 nos volvimos a ver en Helsinki, donde yo me encontraba trabajando en el concurso del Museo de Arte Contemporáneo. Recuerdo una conversación sobre los escritos de Maurice Merleau-Ponty, sobre cómo podrían interpretarse o dirigirse hacia la secuencia espacial, la textura, el material y la luz, experimentados en la arquitectura. Recuerdo que esta conversación tuvo lugar comiendo a cubierto en un enorme barco de madera anclado en el puerto de Helsinki. Volutas de vapor salían de un plato de sopa de verduras, mientras el barco se mecía ligeramente sobre las aguas del puerto parcialmente congeladas.

He experimentado la arquitectura de Juhani Pallasmaa, desde sus maravillosas ampliaciones del museo de Rovaniemi hasta su casa de madera de veraneo situada en un extraordinario islote rocoso del archipiélago de Turku, al sudoeste del país. El sonido y el olor de estos espacios y cómo se sienten tienen el mismo peso que el aspecto de las cosas. Pallasmaa no es solo un teórico; es un arquitecto brillante con una perspicacia fenomenológica. Practica la inanalizable arquitectura de los sentidos cuyas propiedades fenomenológicas concreta en sus escritos, que tienden hacia una filosofía de la arquitectura.

Por invitación de Toshio Nakamura, en 1993 trabajamos junto con Alberto Pérez-Gómez en la producción del libro Questions of Perception: Phenomenology of Architecture.1 Algunos años más tarde, la editorial a+u decidió reeditar este librito pues creía probado que sus argumentos eran importantes para otros arquitectos.

Los ojos de la piel de Juhani Pallasmaa, un libro que nace de Questions of Perception, es un argumento más claro y ajustado en favor de las decisivas dimensiones fenomenológicas de la experiencia humana en arquitectura. Desde que en 1959 el arquitecto danés Steen Eiler Rasmussen escribiera La experiencia de la arquitectura,2 no ha habido un texto tan claro y conciso que pueda servir a estudiantes y arquitectos en esta época crítica para el desarrollo de la arquitectura del siglo XXI.

El libro que Merleau-Ponty estaba escribiendo cuando murió, Lo visible y lo invisible, contiene un capítulo asombroso: “El entrelazo – El quiasmo” (de hecho, este fue el origen del lema que puse al proyecto de concurso de 1992 para el Museo de Arte Contemporáneo de Helsinki; se cambió chiasma [quiasmo] por kiasma, porque en finlandés no existe la ‘c’). En el capítulo “Horizonte de las cosas”, Merleau-Ponty escribió: “No más que el cielo y la tierra, el horizonte es una colección de cosas que se mantienen unidas, o un nombre de clase, o una posibilidad lógica de concepción, un ser por porosidad, por preñez, o por generalidad”.3

En la segunda década del siglo XXI estas ideas van más allá del horizonte y “bajo la piel”. Los bienes de consumo lanzados en todo el mundo mediante las técnicas hiperbólicas de la publicidad sirven para reemplazar nuestras conciencias y difuminar nuestra capacidad reflexiva. En arquitectura, la aplicación actual de nuevas técnicas supercargadas digitalmente se unen a la hipérbole. En este ruidoso fondo, la obra de Pallasmaa evoca soledad reflexiva y resuelve lo que en su día él denominó “la arquitectura del silencio”. Instaré a mis alumnos a que lean esta obra y a que reflexionen sobre el “ruido de fondo”. Hoy en día “la profundidad de nuestro ser” pisa hielo fino.

Steven Holl

 

 

1a+u. Questions of Perception: Phenomenology of Architecture (número especial sobre la obra de Steven Holl), Tokio, julio de 1994 (parte de los textos de esta publicación están traducidos en: Holl, Steven, Cuestiones de percepción. Fenomenología de la arquitectura, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2011).

2 Rasmussen, Steen Eiler, Experiencing Architecture, The MIT Press, Cambridge (Mass.), 1959 (versión castellana: La experiencia de la arquitectura, Celeste Ediciones, Madrid, 2000).

3 Merleau-Ponty, Maurice, Le Visible et l’invisible: suivi de notes de travail, Éditions Gallimard, París, 1964 (versión castellana: Lo visible y lo invisible, seguido de notas de trabajo, Seix Barral, Barcelona, 1970).

Introducción

Tocar el mundo

Durante los años que han pasado desde que publiqué por primera vez Los ojos de la piel (en 1996), el interés por la trascendencia de los sentidos ha crecido significativamente, tanto en el ámbito filosófico como en términos de la experiencia, del hacer y del enseñar arquitectura. Se han fortalecido y confirmado mis suposiciones sobre el papel del cuerpo como lugar de la percepción, del pensamiento y de la conciencia, y sobre la importancia de los sentidos en la articulación, el almacenamiento y el procesado de las respuestas e ideas sensoriales. En particular, las investigaciones filosóficas sobre la corporeidad humana y las recientes investigaciones neurológicas han proporcionado apoyo a mis conjeturas.

Al escoger el título Los ojos de la piel quería expresar la importancia del sentido del tacto para nuestra experiencia y nuestra comprensión del mundo, pero también pretendía crear una especie de cortocircuito conceptual entre el sentido dominante de la vista y la reprimida modalidad sensorial del tacto. Más tarde aprendí que nuestra piel es capaz de distinguir una serie de colores; de hecho, vemos a través de la piel.1

La importancia del sentido del tacto en la vida humana se ha hecho cada vez más manifiesta. La opinión del antropólogo Ashley Montagu, basada en pruebas médicas, confirma la primacía del mundo háptico:

[La piel] es el más antiguo y sensible de nuestros órganos, nuestro primer medio de comunicación y nuestro protector más eficaz […]. Incluso la transparente córnea del ojo está recubierta por una capa de piel modificada […]. El tacto es el padre de nuestros ojos, orejas, narices y bocas. Es el sentido que pasó a diferenciarse en los demás, un hecho que parece reconocerse en la antiquísima valoración del tacto como “la madre de todos los sentidos”.2

El tacto es la modalidad sensorial que integra nuestra experiencia del mundo con la de nosotros mismos. Incluso las percepciones visuales se funden y se integran en el continuum