Mi Salvación - Kris Buendia - E-Book

Mi Salvación E-Book

Kris Buendía

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Beschreibung

Vino por mí… Prometió que lo haría y así lo hizo, ahora me encuentro en el viejo lugar que llamé hogar los últimos años. Mi oscuridad me ha encontrado. Nos trataba como a reinas, teníamos todo lo que quisiéramos. Solamente había una regla: No escapar. Yo escapé. Todo mi mundo cayó a mis pies y se convirtieron en fragmentos de cristal roto que me lastimaban con cada paso que daba. Ahora mi guardián no podrá protegerme de mi oscuridad, mi sombra. Por más que lo intente, yo soy especial… He aprendido a consolar a mis demonios mientras estoy en este lugar. Esperando, sé que mi guardián me encontrará… siempre lo hace.

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Copyright © 2023 Kris Buendia.

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

1ra Edición, Mayo, 2023.

Título Original:

Mini serie Asylum

979-8-89074-283-4

Diseño y Portada: K STUDIO

Vectores: Shutterstock.

Maquetación y Corrección: Sam Flowers.

Cada veintiocho de septiembre, se eleva una vela al cielo… en su honor.

Prólogo

Contenido

Estos jardines son un lugar al que no puedo resistirme a pasear. Su belleza esconde maravillas que cautivan todos mis sentidos. El aroma de las flores que se mezcla con el viento es exquisito y las hojas que florecen en primavera son un deleite para la vista. Todo aquí es simplemente hermoso.

He estado en este lugar durante dos semanas, y aunque Kent ha pasado la mayor parte del tiempo fuera y ha actuado de forma extraña, he encontrado consuelo en la amistad que he formado con Olivia, la princesa. Ella y yo nos hemos convertido en mejores amigas y compartimos nuestros secretos más profundos. Por otro lado, mis hermanas se han encerrado en su habitación, asustadas de romper algo en este lugar.

Diana se está recuperando bien y Nix está más enamorada que nunca. Sin embargo, en los momentos de paz es cuando el caos se acerca. Es una ley de la vida que nadie puede ser feliz todo el tiempo. La felicidad se disfruta mejor en pequeños momentos, como ráfagas de viento que te llenan de alegría.

Lo he aprendido de la peor manera posible. Desde el secuestro de Diana, me cuesta dormir, aunque estoy en el palacio, rodeada de seguridad. La fortaleza del lugar no es suficiente para calmar mis miedos. No le he hablado a Kent sobre mis pesadillas recurrentes en las que sueño con Tobias, quien me dejó sola en aquel terrible episodio. Sé que Kent sabe más de lo que dice, pero no me lo ha confiado.

—¿Señorita Ava? —me llaman—el príncipe desea verla.

—¿No puede venir él? Realmente la estoy pasando de lo mejor aquí disfrutando de mi libro.

Ella se ríe y se sonroja al mismo tiempo que dice:

—Me temo que no, ha insistido en que quiere verla adentro.

Hago pucheros.

—De acuerdo, gracias por avisarme.

Recogí mi manta y cerré el libro donde lo dejé antes de dirigirme hacia el interior del lugar. Una chica muy amable se acercó a mí y se ofreció a llevar mis cosas a mi habitación. Agradecida, le entregué mi manta y libro, sintiéndome tímida de no tener que cargarlos.

En ese momento, Kent se acercó a mí. A pesar de lucir cansado, me regaló una sonrisa. Sintiendo una oleada de amor por él, no pude evitar sonreír también.

Tomó mis manos con cariño y me plantó un beso en los labios. Fue un beso largo y cansado, y aunque aprecié su afecto, sentí un dolor inmediato en mis labios cuando los mordió.

Quería preguntarle a Kent si todo estaba bien, si algo le preocupaba o le estaba molestando. Pero no quería arruinar el momento. Simplemente, quería disfrutar de su compañía y el momento presente. Era un pequeño momento de paz en medio de la tensión que rodeaba nuestras vidas últimamente.

A medida que caminábamos juntos, dejando atrás el jardín, mi mente se llenó de preguntas y preocupaciones. ¿Qué estaba pasando con Kent? ¿Estaba luchando contra algo que no me había contado? Decidí dejar mis pensamientos de lado por el momento y concentrarme en el hombre que tenía al lado, quien me hacía sentir tan feliz y amada.

Finalmente, llegamos a mi habitación, donde la chica había dejado mis cosas. Miré hacia el techo, preguntándome qué vendría a continuación en nuestra relación. Aunque me preocupaba el futuro, también me sentía agradecida por el presente, por tener a Kent a mi lado.

Kent volvió a morder mis labios y me quejé.

—Cielos, Kent—me aparto y escucho que se ríe. —no es divertido.

—Sí que lo es.

Me quedo helada ante el tono de su voz. Su cabello no es castaño casi rubio, ha comenzado a cambiar por un tono negro y sus ojos azules cambian a gris, de pronto no es Kent a quien tengo frente a mí.

Es Tobias.

Veo a mi alrededor, pidiendo por ayuda.

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?

—Entrar es una de las cosas más fáciles que puedo hacer por ti, pequeña.

Me toma con fuerza y sus manos me queman, literalmente me estoy quemando, mi piel comienza a arder y grito por ayuda.

—¡Ayuda!

La mano de Tobias llega a mi cuello y me arroja con fuerza a la cama, se coloca sobre mí y su peso hace que me duela el estómago, tanto que comienzo a vomitar. Sus manos llegan a mi cuello y comienza apretar sus dedos alrededor de este, lo que veo en sus ojos son lágrimas. ¿Está llorando?

—T…Tobias…vas a matarme, suéltame por favor.

—Tenía muchos planes para nosotros, ibas a ser la reina de mi propio reino. Pero quisiste esta vida banal llena de riqueza falsa.

—¿De qué estás hablando?

Se ríe y aprieta más mi cuello, siento que rompe algo dentro de mí y no se detiene, tampoco siento algún tipo de dolor, estoy inmóvil mirándolo a los ojos, este es su sueño, esto es lo que él siempre ha querido. Ver la vida a través de mis ojos y también la muerte.

—¿Crees que solo yo soy tu enemigo?

—¡Ava!

—¿¡Tobias!?

—¡Ava, despierta!

Abro mis ojos de golpe y es a Kent a quien tengo encima, no me aplasta como lo hacía Tobias, y tampoco sus manos están en mi cuello, son mis propias manos las que están apretando mi cuello y Kent intenta liberarme de ellas para que no me haga daño.

—Fue una pesadilla. Te tengo.

Me atrae hacia él cuando comienzo a llorar. Todo ha sido una pesadilla, una que se sentía demasiado real para no estar ahí. Todavía puedo sentir las manos de Tobias o más bien, las mías apretando mi cuello.

Los últimos días habían sido un torbellino de emociones, desde la preocupación constante hasta el miedo constante. No podía salir a caminar por los jardines, y mucho menos leer un libro. Incluso el simple acto de estar sola me provocaba escalofríos.

Mis hermanas también estaban asustadas, y no podía culparlas. El secuestro de Diana había sido un recordatorio doloroso de lo vulnerables que éramos en este mundo peligroso.

Cada noche, mis sueños eran los mismos: Tobias apareciendo en mi habitación, diciéndome que entrar al palacio era el menor de sus problemas. El terror me envolvía cada vez que cerraba los ojos, y me despertaba con el corazón palpitando fuertemente en mi pecho.

¿Cuándo terminaría esta pesadilla? Me preguntaba a mí misma una y otra vez. No podía soportar el peso constante de la incertidumbre y el miedo. Pero sabía que no podía rendirme, no podía permitir que el miedo me dominara.

Respiré profundamente, tratando de calmar mis pensamientos y emociones. Sabía que necesitaba mantenerme fuerte por mi familia y por mí misma. Aunque no podía predecir el futuro, podía controlar mi reacción ante él. Me dije a mí misma que no me dejaría vencer por el miedo, que encontraría la manera de superar esta pesadilla.

—Ven aquí—Kent me abraza y me acuesto sobre su pecho. Es la quinta noche desde que las pesadillas cada vez son más fuertes.

—Necesito que veas a alguien—me lo pide a cada momento que puede.

—No—es siempre mi respuesta—no confío en nadie.

—Entonces dímelo a mí—me ruega—algo te está molestando, quiero saberlo todo, Ava. Quiero sabe todo lo que ocurría en ese lugar, quiero que me des todas tus pesadillas, todo. No estás sola, yo estoy contigo, cariño. Y si has vivido un infierno, quiero malditamente vivirlo contigo y sacarte de ahí, somos uno.

Lo sé, pero ¿Por cuánto tiempo?

1

Tobias

DESPIERTO SOBRESALTADO. De nuevo la misma pesadilla una y otra vez. Debería de dejar de beber, pero mi jodido consejero dice que es por mi bien. Ahora ya no estoy seguro de ello. El Tobias que llevo dentro lucha en mi interior, casi todos los días, y a toda hora. Es un hecho, siempre he estado loco como mi maldito padre.

Cuando niño huía de los monstruos, ahora me siento a hablar con ellos, no me seguían para hacerme daño, me reconocieron como uno de ellos.

Pensé que había tocado el cielo, pero era su voz la que escuchaba. Fue lo último que escuché antes de cerrar mis ojos.

Que la vida me aborrezca las veces que la confundí con la muerte en ese momento. No entendía lo que era purgar el alma y ser liberado, es algo demasiado sagrado para mí y para todos los que creen en ello.

A veces pienso que estoy muerto, he aprendido con los días a olvidar lo que sentía por ella, pero la soledad que ahora me abraza me la recuerda considerablemente. Porque Selene había sido elegida para ser mi mujer, y lo fue, pero debí saber que ella nunca iba a aceptar Asylum como su hogar y su religión. Ella no entendía que ser salvada requería de ciertos hechos poco ortodoxos. Ahora Selene se ha ido.

He aprendido a consolar a mis demonios, no es su culpa que yo perdiera mi esperanza en algún abismo. Ahora mi vida es diferente, es como pensé que sería después de la muerte de mi padre.

Selene se marchó, mi esposa, la mujer que me amaba, sé que aún lo hace, la forma en cómo me miró, ella no podía simplemente creerlo que estuviera frente a ella. Las veces que la hice mía sé que aún las recuerda, como yo. Espero revivirlas cada noche, con todos los coños que quiero, pero ninguno es Selene, ninguno es mi belladona.

He encontrado un mundo oscuro al cual aferrarme, al propio. Aunque no haya sido fácil tampoco me fue imposible tener mi propio inferno y cielo aquí mismo. Mi propia religión de placer donde podía ver en la oscuridad la silueta de la liberación.

Nada tiene sentido sin mi Selene, ella es especial pero todavía no lo sabe. La quiero de vuelta y la tendré.

Es momento del plan B.

2

ESTO SE SIENTE MAL.

No había tenido días tan buenos hasta ahora, desde que conocí a Kent. Mis días se han convertido en un cuento de hadas y temo que se convierta en una pesadilla. Tobías tiene el poder de hacer eso incluso en mis sueños.

Pero no hoy. Hoy tengo otra cita con Kent. Casi nunca tenemos citas, de hecho, creo que nunca hemos tenido una cita sin que él se tenga que estar escondiendo en su gorra o su abrigo, no lo culpo, los medios pueden ser un dolor en el trasero y lo que menos quiero es causarle problemas con su padre.

Me veo una última vez al espejo antes de salir, estoy usando un vestido veraniego, pero discreto, con una chaqueta a juego y zapatos de tacón, todo gracias al buen gusto de Olivia, ella se ha encargado de que en mi armario no falte nada para toda ocasión.

Kent toma mi mano y juntos somos escoltados hasta el auto. Tenemos reservación en un restaurante a las afueras de Londres, otro para gente como él, lejos de las miradas y las fotografías.

Nunca podría acostumbrarme a estas cosas, pero entre más lo vivo, más se vuelve real y normal para mí.

El lugar está lleno de mesas con mantel negro, apenas hay unos dos o tres comensales cuando entramos y nos ven llegar, nadie se inmuta de Kent, solamente le sonríen y juntos llegamos a nuestra mesa del fondo, Kent usa una camisa negra formal y coloca su chaqueta detrás de la silla cuando me ayuda a sentarme.

No puedo dejar de ver a este hombre que al principio irradiaba frialdad y peligro, ahora se ha convertido en lo más importante para mi vida y no podría imaginarme otra cosa que protegerlo siempre a toda costa. No puedo darle detalles sobre mi vida con Tobias, no puedo decirle que amaba a ese hombre antes de saber que era un monstruo, pero sé que esa conversación llegará en cualquier momento.

—¿No te importa que te vean conmigo?

—No. Nunca me ha importado. ¿Y a ti? —muy listo.

—No. —sonrío.

—Entonces estamos bien, cariño. —besa mi mano.

—He estado pensando en que quiero hacer algo para tus padres y hermanos en forma de agradecimiento.

Kent se sorprende por mi sugerencia. La verdad es que necesito quitar la tensión de su padre en contra de mis hermanas y de mí. Es un buen hombre, es un buen rey, sus motivos tiene para no cambiar ese mandato, haré lo que tenga que hacer para que Kent no se convierta en su enemigo y si yo soy un obstáculo, estoy dispuesta a hacerme a un lado, pero mientras tanto, necesito saber lo que piensa él y una cena es la perfecta excusa.

—Ah, ¿Sí?

—Estaba pensando en una cena. ¿Qué le gusta a tu padre? Casi no lo veo en las comidas.