PSI Virtual. Intervenciones Psicológicas y Virtualidad: Retos de la presencia–ausencia en tiempos de la pandemia - Verónica Egas Reyes - E-Book

PSI Virtual. Intervenciones Psicológicas y Virtualidad: Retos de la presencia–ausencia en tiempos de la pandemia E-Book

Verónica Egas Reyes

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Beschreibung

El libro realiza un interesante y profundo recorrido del significado de vivir la psicología, donde la forma de hacer psicología traspasa el terreno de las modalidades presenciales, híbridas o virtuales. Lo llamativo de este texto es poder encontrar una ilación contundente desde lo teórico, la práctica y el relato de experiencias terapéuticas propias del psicólogo mediante su intervención. El grupo de psicólogos que exponen sus vivencias y reflexiones promueve un repensar de la psicología, donde el cambio en las formas de intervención es lo único cierto, y donde el enfo- que primordial es cómo hacer más humana la vivencia de las personas para enfrentar un entorno complejo con una pandemia crítica en el país y en el mundo.

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PRÓLOGO

INTRODUCCIÓN

PRIMERA PARTE: Sobre el conceptode Dispositivo

I DISPOSITIVOS PSICOLÓGICOS DE ORIENTACIÓN PSICOANALÍTICA DIRIGIDOS A LO SOCIAL

SEGUNDA PARTE: Dispositivos de atención Psicológica en tiempos de Pandemia: prácticas clínicas y virtualidad

II DISPOSITIVO VIRTUAL DE CONTENCIÓN EMOCIONAL: PSICOESCUCHA PUCE

III LA EXPERIENCIA DE PSICOESCUCHA, UN ESPACIO PARA TRAMITAR LO ÍNTIMO

IV UN ESCENARIO CONJUNTO: EL ENCUADRE Y LA ESCUCHA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

V LA PSICOLOGÍA EN LAS REDES SOCIALES: ¿PREVENCIÓN Y PROMOCIÓN EN SALUD MENTAL?

VI LA CONTENCIÓN PSÍQUICA GRUPAL Y LA MEDIACIÓN DIGITAL

VII LA PUESTA EN ESCENA DE UN BURVIRUSLABLE

TERCERA PARTE: Análisis sobre la práctica clínica en tiempos de pandemia

VIII SUPERVISIÓN DE ORIENTACIÓN PSICOANALÍTICA INTERNACIONAL A TRAVÉS DE ENCUENTROS VIRTUALES

IX ANÁLISIS DE LA PRÁCTICA

X ANÁLISIS DE LA PRÁCTICA: SUJETOS EN-RED-DADOS

XI CONSIDERACIONES DE LA CLÍNICA PSICOANALÍTICA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

PRÓLOGO

El libro realiza un interesante y profundo recorrido del significado de vivir la psicología, donde la forma de hacer psicología traspasa el terreno de las modalidades presenciales, híbridas o virtuales. Lo llamativo de este texto es poder encontrar una ilación contundente desde lo teórico, la práctica y el relato de experiencias terapéuticas propias del psicólogo mediante su intervención. El grupo de psicólogos que exponen sus vivencias y reflexiones promueve un repensar de la psicología, donde el cambio en las formas de intervención es lo único cierto, y donde el enfoque primordial es cómo hacer más humana la vivencia de las personas para enfrentar un entorno complejo con una pandemia crítica en el país y en el mundo. Así uno encuentra en este texto movimientos de la psicología que se adaptan a las nuevas realidades, es decir una psicología dinámica, que enfatiza por ejemplo el hecho de intervenir con dispositivos psicológicos donde convergen la Psicología, el Psicoanálisis y la tecnología enfocados en problemas psicosociales actuales basados principalmente en la escucha activa como principal técnica para el acompañamiento.

Como parte de esta idea, se plasma en estas páginas un dispositivo fundamental de apoyo a la sociedad: PsicoEscucha, el mismo que acoge la virtualidad en la época más fuerte de crisis sanitaria para generar un espacio de acompañamiento, donde las personas encuentran un momento de contención con más de 69 psicólogos en los primeros meses de confinamiento y actualmente 10 profesionales terapeutas, que ha conllevado a un total de 1.804 atenciones en el periodo comprendido del 2020–2021, indicadores claros de la necesidad de este tipo de dispositivos dirigidos a la comunidad. En el texto se puede ahondar en el funcionamiento de este dispositivo y, a la vez, encontrar formas de construir soluciones frente a una realidad cambiante y compleja, que se traduce en nuevas formas de plantear el encuadre, la práctica clínica y las supervisiones.

La forma en la que se abordan las temáticas a lo largo de estas páginas permite romper las fronteras y esquemas que se instalan en el pensamiento donde se encasilla lo que debe hacer y ser un psicólogo. Las miradas y perspectivas diferentes para realizar psicología desde el Centro de Psicología Aplicada de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, y en los psicólogos que colaboran en él, ahora tienen un enfoque dirigido que converge lo académico, profesional, social, la práctica y la investigación. Este libro permite al lector, no tener únicamente un medio de consulta, sino un encuentro que profundiza en los valores de la psicología, la mirada que apuesto por lo psicosocial, el énfasis en las relaciones con la comunidad, y el entendimiento de lo humano que se necesita restablecer en la sociedad, porque, como bien se dice en estas páginas, lo único innegable es el malestar del ser humano y el sufrimiento que esto le pueda ocasionar y, desde la Psicología, solo resta la opción de dar posibilidades para alivianar el peso emocional y tramitar lo íntimo. Este libro se convierte en esa posibilidad de entender otras nuevas formas de vivir la psicología y los desafíos que enfrenta.

Mtr. María Verónica García

Decana de la Facultad de Psicología

INTRODUCCIÓN

El 16 de marzo del 2020, la casa amarilla –lugar en donde funcionaba el Centro de Psicología Aplicada de la PUCE– cerró sus puertas por la Pandemia del Covid19. Seis días después, estas puertas se abrieron nuevamente, pero esta vez a través de diversos canales tecnológicos: chats, videoconferencias y teléfono. Se pasó de una atención presencial –de cuerpo a cuerpo– a una atención a través de lo que llamamos virtualidad.

¿Pero qué es la virtualidad? Etimológicamente viene de “virtus”, que quiere decir “fuerza o voluntad para realizar un trabajo, aunque éste no se lo realice”. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española la describe como: “Que tiene virtud para producir un efecto, aunque no lo produce de presente, frecuentemente en oposición a efectivo o real”.

Vemos entonces que, a nivel conceptual y etimológico, el registro de lo virtual, lo que se encuentra mediado por la tecnología y lo digital, nos llevaba –hasta antes de la Pandemia– a la idea del no ser, no existir en realidad, y estar más bien en la lógica del “como si”.Y digo hasta antes de la Pandemia, porque justamente creemos que algo pasó y está pasando con respecto a las diversas maneras de la psicología en el “hacer” e “intervenir” en momentos en que el cuerpo a cuerpo –concreto, biológico– no es posible.

Este libro tiene como título: Intervenciones Psicológicas y Virtualidad: Retos de la presencia–ausencia en tiempos de la pandemia, puesto que es justamente de esto de lo que se trata, del momento en que nos toca poner el cuerpo frente a la crisis sanitaria, social, psicológica, financiera. A los psicólogos nos toca enfrentar y tratar de entender lo que pasa en momentos de crisis; sostener y acompañar el sufrimiento, la palabra –en fin– reconocer lo humano en momentos de pérdida, duelo y cambios inesperados.

Esta obra es una recolección de las experiencias, reflexiones, análisis, preguntas e inquietudes de diversos colegas –del CPsA, de la Facultad de Psicología de la PUCE y otras universidades– con relación a los dispositivos de atención psicológica, la práctica clínica y la virtualidad en tiempos de Pandemia.

A lo largo de estas páginas se presentarán diversos dispositivos psicológicos de trabajo del CPsA, de la mano con temáticas clínicas articuladas a la tecnología, a lo digital y a la virtualidad.Es una manera de intentar organizar y entender nuestro quehacer diario, tratar de dar forma a esta manera “otra” de trabajar con el sufrimiento humano, manera que nos ha tocado crear, inventar, proponer durante el confinamiento y distanciamiento social.

El libro se divide en tres acápites, cada uno con su propia especificidad, pero que juntos forman parte de un proceso interesante que muestra un camino particular recorrido en estos meses de Pandemia por el Centro de Psicología Aplicada y los colaboradores de este.

La primera parte la hemos denominado Sobre el concepto de Dispositivo, en dónde Johanna Quiña, Verónica Egas y Diego Ordóñez en el texto Dispositivos Psicológicos de Orientación Psicoanalítica dirigidos a lo Social hacen un recorrido teórico de la noción de dispositivo, arrancando con el concepto general del término pasando por la sociología, filosofía, informática, psicología y psicoanálisis y finalizando con el lugar que tienen los Dispositivos de Atención Psicológica de corte psicoanalítico en América Latina y Europa. Esta reflexión inicial permite ubicar al lector en el centro mismo del concepto de “dispositivo” que, en las páginas siguientes, irá tomando forma a través de las diversas intervenciones clínicas realizadas en el CPsA durante la Pandemia.

La segunda parte Dispositivos de atención Psicológica en tiempos de Pandemia:prácticas clínicas y virtualidadcontiene aportes sobre tres dispositivos de intervención clínicos virtuales que surgieron a partir de la Pandemia: Psicoescucha PUCE, Psicoterapia Virtual y Contención Psicológica. Bécquer Reyes nos presenta sus reflexiones clínicas relativas al dispositivo Psicoescucha PUCE en su texto La experiencia de Psicoescucha, un espacio para tramitar lo íntimo. Por otro lado, Adriana Cevallos, Verónica Egas, Natalia Hidalgo y Salomé Yépez en Dispositivo virtual de contención emocional Psicoescucha PUCE describen al espacio desde su nacimiento, pasando por su organización interna, funcionamiento y dinámica propia. Cabe recalcar que ambos textos son escritos por personas que han trabajado e intervenido en el dispositivo desde su inicio.

El Centro ha presentado durante la Pandemia también otros dispositivos virtuales en el área clínica: procesos de psicoterapia e intervenciones de contención emocional. Valeria Grijalva, en su texto Un escenario conjunto: el encuadre y la escucha en tiempos de pandemia, realiza un análisis del encuadre de trabajo en la virtualidad en la psicoterapia de enfoque analítico. David Mosquera, Juan Fernando Chávez y Sofía Torres resaltan la importancia del aprovechamiento de la comunicación y nuevas tecnologías en contextos de salud mental, especialmente mediante el uso de redes sociales en su texto La psicología en las redes sociales: ¿Prevención y promoción en salud mental? Emilio Salao, por su parte, nos presenta una reflexión sobre las dinámicas grupales, la virtualidad y la contención emocional en su texto La contención psíquica grupal y la mediación digital. Finalmente, Geovanna Martínez y Nicole Rohn –expracticantes del CPsA– en su texto La puesta en escena de un burviruslable nos dan cuenta de la experiencia de realizar sus prácticas preprofesionales en el momento de la pandemia y del impacto que tuvo su ejercicio clínico particular en su formación y sus reflexiones.

La tercera parte del libroAnálisis sobre la práctica clínica en tiempos de pandemiapresenta reflexiones de colegas del CPsA acerca de una práctica particular: los espacios de supervisión clínica grupal y presentaciones de casos clínicos. A través de las experiencias del Centro con el proyecto ALUMNI CPsA y sus espacios semanales entre psicólogos clínicos y supervisores de estudios de casos, surgen diversos análisis sobre la importancia y el aporte de estos momentos al trabajo clínico individual. Gino Naranjo, en su texto Análisis de la práctica,muestra sus reflexiones acerca de lo que implica el seguimiento–acompañamiento de los casos clínicos entre colegas, Belén Stacey en Análisis de la Práctica: Sujetos En–red–dados analiza el lugar de la escucha del otro en la práctica clínica con el paciente y Carlos Tipán a través de Consideraciones de la clínica psicoanalítica en tiempos de pandemia nos muestra el impacto de la virtualidad en la práctica de la supervisión en psicología clínica.

Como parte también de la práctica clínica, tenemos desde el CPsA y la ILAP (Instituto Latinoamericano de Psicoanálisis) un espacio muy particular desde hace algunos años: el análisis de casos clínicos con colegas de otros países a través de la virtualidad. Los practicantes de los últimos años del Centro presentan –junto con sus supervisores– casos clínicos para ser trabajados y analizados en conjunto. Elena Carrera, terapeuta del Centro, nos relata esta experiencia en el texto Supervisión de orientación psicoanalítica internacional a través de encuentros virtuales.

En agosto del 2021 el CPsA volvió a abrir las puertas de la casa amarilla, apostando así a una lógica de atención al público denominada híbrida:en la que lo presencial y lo virtual convivirán en el mismo Centro. Es otro momento de aprendizaje en el cual –como siempre– estaremos listos y dispuestos a dar forma e intervenir. Sin embargo, cabe destacar que los aprendizajes de este año y medio de Pandemia van –de una u otra manera– a ser ya parte de nuestro trabajo y acciones cotidianas.

Justamente es todo esto lo que implica este libro: un espacio para hablar, reflexionar y analizar prácticas y aprendizajes a los que lo inesperado nos enfrenta, pero al mismo tiempo, justamente es la urgencia lo que nos obliga a movernos de un lugar fijo y evidenciar, como otros dispositivos de trabajo psicológico a los que estábamos habituados, han tomado forma y dado respuesta a un ser social en urgencia.Es esta nuestra apuesta con este libro, el dar un pequeño aporte al campo de lo psicosocial –a través de nuestros aprendizajes, experiencias y reflexiones– en un momento de pandemia.

Antes de finalizar quisiera agradecer a algunas de las personas que han acompañado y sostenido el trabajo del CPsA durante el tiempo de Pandemia y también a aquellos que han contribuido para que este libro pueda tomar forma y salir al público. Muchas gracias a la Facultad de Psicología por su apoyo constante, al equipo del CPsA, a los colegas que forman parte del proyecto ALUMNI CPsA, a los docentes– supervisores y a los practicantes del Centro. Agradezco de manera especial a Dominique Villagómez, David Mosquera, Juan Fernando Chávez y Emilio Salao por su aporte y acompañamiento en la construcción de este texto.

Verónica Egas-Reyes, PhD

Editora

PRIMERA PARTE: SOBRE EL CONCEPTO DE DISPOSITIVO

I DISPOSITIVOS PSICOLÓGICOS DE ORIENTACIÓN PSICOANALÍTICA DIRIGIDOS A LO SOCIALMTR. JOHANNA QUIÑA-FUSTILLOS [email protected]. VERÓNICA [email protected] DIEGO ORDÓÑEZ-CAMACHO [email protected]

RESUMEN

El presente texto se inicia con una revisión conceptual del término ‘dispositivo’, haciendo un recorrido desde la tecnología y las ciencias sociales, para posteriormente abrir la discusión de los llamados dispositivos psicológicos de corte psicoanalítico. Recoge las experiencias destacadas de este tipo de intervenciones en el continente europeo y americano, lo que nos ubica ante la necesidad de proponer nuevas técnicas de trabajo clínico que vayan acorde a las demandas sociales actuales. De esta manera, dichos dispositivos vienen a ser respuestas desde el ámbito de la Salud Mental a las problemáticas psicosociales actuales, teniendo como base a la Psicología, el Psicoanálisis y algunos de ellos haciendo uso también de la tecnología. Estas formas de intervención, que se consideran parte de un psicoanálisis extramuros, apuntan a introducir la función de humanización en la sociedad a partir de una propuesta diferente de prevención, basada en la escucha y el acompañamiento no intrusivo.

Palabras clave: Dispositivos psicológicos, psicoanálisis, comunidad, lazo social, tecnología, prevención

INTRODUCCIÓN

La sociedad actual cambia de manera extremadamente rápida: la inmediatez, la falta de tiempo y la impaciencia son constantes de la vida diaria. Esta lógica cotidiana se desequilibra en el momento en el que se enfrenta con el funcionamiento psíquico del ser humano, el cual implica entrar en un tiempo lógico, tiempo de los procesos psíquicos en donde la subjetividad prima, frente a un tiempo cronológico –reloj social– al que todos responden (Stryckman, 2012). En estrecha relación con lo anterior, psicólogos clínicos y psicoanalistas son testigos de cómo las problemáticas psíquicas de antaño ya no son las actuales, ya que los individuos y las comunidades muestran formas de sufrimiento cada vez más cambiantes, movibles, variables.Este fenómeno empuja entonces a los profesionales del área de la Salud Mental a la creación de respuestas psicosociales diversas, de dispositivos de trabajo psicológico, lugares en donde el reconocimiento por los procesos subjetivos y los tiempos psíquicos puedan surgir como respuesta al sufrimiento humano.

Por esto, es necesario abrir espacios de revisión y discusión sobre los dispositivos de trabajo psicológico de base psicoanalítica, los elementos que los componen y su pertinencia en un social actual exigente y cambiante. Elementos como el paso del trabajo individual a lo grupal, el trabajo con comunidades y la aparición de las nuevas tecnologías, son aspectos importantes evidenciar y que serán tratados a lo largo de este trabajo de revisión donde se comparan, contrastan y se exponen argumentos trabajados por clínicos y académicos de estas áreas.

La psicología y el psicoanálisis, tomando en cuenta estos fenómenos actuales, proponen dispositivos de trabajo psicológico, variados y particulares entre sí, como una respuesta diferente a lo vivenciado anteriormente. Este artículo tiene el objetivo de presentar no solamente el recorrido a través de dos siglos de algunas experiencias en este campo, sino que, además, aporta en el análisis de la pertinencia o no de su implementación en nuestro medio latinoamericano, reconociendo así la necesidad de llegar a un objetivo: el contar con espacios en donde –en medio del sufrimiento– la subjetividad y lo humano sean sostenidos, acompañados y reconocidos.

ALGUNOS TRABAJOS RELACIONADOS

Existe una amplia gama de trabajos desde la psicología y el psicoanálisis que han implementado la idea de utilizar como parte de esta práctica estrategias grupales e incluir en los consultorios el trabajo con dispositivos tecnológicos. Las intervenciones realizadas desde el psicoanálisis en las lógicas sociales no son nuevas, el trabajo icónico y referencial de la psicoanalista Françoise Dolto, en la Casa Verde (Dolto, 1986) es una clara muestra de ello. Sin embargo, a lo largo de la historia este tipo de clínica grupal ha ido desarrollándose con suma cautela, justamente a razón de las implicaciones teóricas y metodológicas que suponen tomar este riesgo.

No obstante, existen algunos ejemplos creativos, recientes y novedosos, que buscan, desde el psicoanálisis, aportar al entendimiento de la estructura psíquica de grupos humanos. Moradi y Abas (2017) hacen un análisis a partir de la teoría psicoanalítica para entender las causas detrás de las dinámicas violentas que tienen los grupos fundamentalistas en el Medio Oriente. Ellos explican que el psicoanálisis, además de ser una herramienta para identificar aquellas condiciones previas sobre las que se asienta la existencia de estos grupos, también tiene un componente político en su práctica y teoría ya que se aproxima al estudio de la condición del sujeto dentro de un entramado social y cultural al que no puede rehuir.

Mixon (2017) hace un interesante análisis de la relación que existe entre la personalidad de los miembros de un grupo y la elección de un líder. Este autor parte de la tesis propuesta por Bion, uno de los pioneros en la teorización de dispositivos grupales en Estados Unidos, quien afirma que los grupos son depositarios de las partes inmaduras de los sujetos. Esta premisa la relaciona con el resultado de las elecciones presidenciales en este país y dice que, si bien muchas veces el grupo puede sostener estas tendencias infantiles, también puede aumentarlas, lo cual causa que los grupos humanos ansiosos y desestructurados elijan representantes más inestables que ellos.

Por su parte, Vaca (2016) rescata la posibilidad de mantener la ética psicoanalítica más allá del dispositivo clásico. Esta autora parte de la problemática que se ha generado al interior de los gremios psicoanalistas respecto a nuevas modalidades diferentes a la propuesta por Freud y retomada por Lacan. Para ella, justamente a partir de esta conflictividad psicoanalítica, se mantiene como interrogante la posibilidad de un trabajo que acoja el inconsciente “sosteniéndose en algo del orden de lo colectivo o de lo plural y que puede prescindir del efecto de lo grupal o, en su defecto, crea las posibilidades de análisis de ese efecto” (2016, pág. 135).

Haen y Aronson (2017), en su libro Handbook of Children and Adolescent Group Therapy, hacen un aporte importante en el campo de la psicología al brindar una herramienta teórica y metodológica para profesionales que quieran insertarse en el trabajo con grupos de adolescentes y niños. Aclaran que a pesar de que se conoce la importancia que tiene el grupo en la construcción psíquica de estas poblaciones son pocas las intervenciones grupales terapéuticas y clínicas que se han llevado a cabo.

La relación de la informática, nuevas tecnologías y psicología es un campo que cada vez toma más fuerza. Hinojosa, Ordóñez-Camacho y Egas-Reyes (2018) realizan una interesante adaptación virtual de la prueba psicológica Mini-Spin, que evalúa el desorden de ansiedad social. En esta iniciativa se utiliza la tecnología como herramienta para otras praxis como la psicología, y se llega a la conclusión de que es posible utilizar la realidad virtual efectivamente en procesos diagnósticos e incluso en el tratamiento de diferentes trastornos. Estos autores lograron demostrar que una prueba psicológica tradicional puede ser llevada a ambientes virtuales sin perder su confiabilidad y validez. Sin embargo, aclaran que en aquellas problemáticas y síntomas que son delicados de tratar en la psicología, el contacto humano es fundamental para sostener el trabajo clínico.

Siguiendo la línea de lo psicológico y la virtualidad, dos investigaciones, una sobre el uso de la Realidad Virtual para fortalecer el proceso de evaluación del nivel de frustración en jóvenes universitarios (Ordóñez-Camacho, et al., 2019) y otra sobre la importancia de la empatía hacia los tutores en una Mooc sobre Prevención de Abuso sexual a niños, niñasy jóvenes (Egas-Reyes, Ordóñez-Camacho, Barahona-Cruz, Grijalva-Vásquez, & Man-Ging, 2019), muestran la necesidad de un trabajo interdisciplinario entre las problemáticas psicosociales y la informática y virtualidad.

Por otro lado, la implementación de dispositivos tecnológicos ya en los dispositivos psicológicos individuales y/o colectivos, es mucho más reciente y esto en gran medida se debe a las condiciones de desarrollo tecnológico en la actualidad. Esta revolución tecnológica no solo transforma las condiciones de vida, sino que también produce cambios en las estructuras, comportamientos, e incluso en los trastornos con los que el psicoanálisis se encontrará. Este campo, al igual que cualquier otro, tampoco es ajeno a hacer frente a la nueva realidad.

Irene Oromí (2017 ) en base a su experiencia como psicoanalista, invita a aceptar el reto de generar nuevos espacios de formación conceptual que den paso a armonizar la técnica psicoanalítica con el uso de la tecnología, como en el caso del psicoanálisis on-line. Explica que sin duda el uso y el avance constante de la tecnología tienen efectos en la construcción subjetiva del ser humano respecto a la imagen del cuerpo o el miedo a la pérdida del vínculo; sin embargo, enfatiza en el potencial que tiene el psicoanálisis para analizar estos cambios, y permitir la implicación del sujeto en la construcción simbólica y metafórica de estos nuevos discursos virtuales.

Rosa De La Mora Espinosa (2016) se reafirma en la necesidad del encuentro directo en el consultorio. Sin embargo, tiene claro que los artefactos electrónicos se han impuesto en la vida de los seres humanos provocando implicaciones en el uso del lenguaje y de la palabra; en tanto, estos últimos son condiciones sine qua non de la práctica del psicoanálisis, se cree preciso e imperante seguir escuchando, dar cabida al sufrimiento y continuar atendiendo al deseo de cada sujeto hablante, más allá de la animosidad por los gadgets.

Álvarez, Grunberg, Patiño y Yapura (2015 ) en su propuesta de dispositivo psicológico grupal incluyen dispositivos electrónicos como tablets para investigar los procesos de simbolización que se desarrollan a partir de la interacción de las personas con las nuevas tecnologías. Parten de la premisa de que muchas de los problemas en los adolescentes, niños y niñas de situaciones socioeconómicas desventajadas están ligados a las restricciones en el uso de las nuevas tecnologías.

Sehon y Savege (2017), investigan y proponen nuevos encuadres para el psicoanálisis en línea, enfatizan que esta variante en el método puede servir para sostener un análisis, sobre todo con aquellos pacientes que necesitan un proceso de alta frecuencia. De igual forma, señalan que este pedido del sujeto también emerge en la transferencia y contratransferencia; por ello, es necesario también someter a análisis la postura que se tome frente a esto, así como el devenir de la relación analista–analizante.

Existen posturas que, si bien no deslegitiman este nuevo tipo de intervenciones online, sí ponen en cuestionamiento el cumplimiento de algunas condiciones elementales dentro de un proceso analítico como es el caso de la confidencialidad. Churche (2017), analista de la British Psychoanalytical Society, se pregunta por el secreto profesional y privacidad que se garantiza en el encuadre psicoanalítico; dado que, con el uso de telecomunicaciones, esto no siempre es posible de asegurar.

Como se puede ver, hay valiosos intentos de irrumpir en la forma clásica de desarrollar e implementar dispositivos psicológicos y de inspiración psicoanalítica de una manera ética y propositiva frente a los cambios y demandas del mundo actual. Al ser el afán de este texto justamente explorar nuevos derroteros en el campo de la clínica psicológica con enfoque psicoanalítico, se concibe este aporte, en primer lugar y principalmente, como una forma de expandir el campo a la teorización de los dispositivos grupales en lógicas comunitarias; y en segundo lugar, se busca dar paso a la discusión sobre el uso de nuevas tecnologías, en tanto dispositivos, en las estrategias clínicas en cualquiera de sus modalidades.

MÉTODO UTILIZADO

El trabajo presentado responde a una investigación teórica, de diseño no experimental, con enfoque cualitativo de tipo descriptivo, que plantea una línea interpretativa en la medida que da una mirada teórica y propone un sentido a partir de la revisión bibliográfica de varios autores (Hernandez Sampieri, 2018), todo esto bajo un enfoque psicoanalítico. Se presenta una revisión bibliográfica de conceptos, formas de trabajo e investigaciones actuales en el campo de la psicología, psicoanálisis y las nuevas tecnologías, todo esto alrededor del concepto de dispositivo. En un primer momento, se explica cómo el término de dispositivo es tomado como una metáfora por el psicoanálisis para explicar la relación que se establece entre el psicólogo/analista y el paciente, al estar estos articulados dentro un conjunto de elementos que demarcan una manera particular de organización y movimiento psíquico.

Se hace una breve revisión de dispositivos psicológicos que han surgido en el ámbito social. Los mismos que han sido utilizados para intervenir sobre distintas problemáticas, algunas de las cuales son: la angustia de separación que viven niños y niñas en etapa preescolar, las complejas condiciones psíquicas que resultan de la violencia, el sufrimiento que se da en familias que han sido separadas, las estructuras relacionales que subyacen al trabajo infantil, entre otras. La lista de estas estrategias elaboradas en diferentes partes del mundo no acaba allí, pero hacer este recorrido ayuda a mirar la legitimidad y pertinencia de implementar estos dispositivos.

Finalmente, se propone a los profesionales del campo de la psicología y del psicoanálisis aceptar el reto de pensar en estas prácticas como espacios terceros, transicionales, espacios otros, a través de los cuales se apoye a una prevención apuntalada en la reconstrucción del lazo social, donde el psicoanálisis contribuye introduciendo la función de humanización en la sociedad a partir de la palabra.

ORIGEN Y CONCEPTO DE DISPOSITIVO: DE LA TECNOLOGÍA A LA SOCIOLOGÍA Y AL PSICONÁLISIS

La palabra dispositivo viene del latín disposĭtus que significa ‘dispuesto’, hace referencia a un mecanismo cuyas piezas organizadas puedan llevar a cabo una acción prevista a partir de un movimiento sincrónico. Si bien ciertos dispositivos actúan por sí solos, la mayoría de las veces son parte del funcionamiento de un sistema más complejo y dinámico. Bajo este concepto, el término dispositivo se utiliza amplia e indistintamente para expresar aquellos artefactos o mecanismos que facilitan la ejecución de diferentes actividades de la vida diaria (Real Academia Española, 2020).

A pesar de la popularidad que tiene este término dentro del campo de las ciencias exactas, su uso no se restringe al mismo, puesto que en las Ciencias Sociales y Humanas también se lo utiliza para explicar los diferentes y particulares tipos de estructuras que se establecen en el devenir social y cultural de los seres humanos.

Uno de los campos del saber que se ha encargado de analizar el contenido del vocablo dispositivo, más allá del ámbito tecnológico, es la filosofía. Michael Foucault lo define como una red de vínculos establecidos a partir de un conjunto heterogéneo de elementos, los cuales pertenecen tanto a lo dicho como a lo no dicho, por ejemplo: “discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes [y otros]”(Foucault, 1985, pág. 128). Se debe precisar que desde este enfoque un dispositivo no es de ningún modo una construcción abstracta, ya que su procedencia se da siempre dentro de ciertas condiciones materiales específicas; en otras palabras, es una formación que, “en un momento histórico dado, tuvo como función mayor la de responder a una urgencia” (Foucault, 1985, pág. 129). Desde otro punto de vista, el filósofo Gilles Deleuze (1990) planteaba a los dispositivos como conjuntos multilineales, formados por personas que hacen de vectores y tensores con direcciones propias, produciendo siempre un desequilibrio o movimientos muchas veces impredecibles. Es a partir de la propuesta de este último autor que se hace posible transferir la noción de dispositivo, en tanto conglomerado multivectorial, hacia el ámbito del psiquismo humano y ya no únicamente pensarlo en su connotación social.

En la esfera de los estudios psicológicos, y más concretamente en aquellos que tienen como referencia la técnica, la teoría y el método psicoanalítico, no se habla de un dispositivo que haga de estructura reguladora del orden social; más bien, se piensa a este como una metáfora a desarrollar en el encuentro mutuo entre analista y analizando, donde a partir de la transferencia que se establece entre ambos, se dispondrá una organización única, con un funcionamiento distinto de cualquier otro y válido solo para ese espacio. Sin embargo, algunas veces este dispositivo clásico no es suficiente para afrontar otros contextos que parecen desbordarlo, como en su momento fue la terapia con niños, psicóticos, parejas, familia, entre otros (Kaës R. , 2010; Mauer, Moscosa, & Resnizky, 2014). Vale mencionar esto para recordar que un dispositivo “posee una capacidad de maniobra tal que es posible imprimirle cualquier tipo de movimiento” (Lacan J. , 1953-1954/ 1991, pág. 129); empero, antes de idear nuevos dispositivos, se vuelve indispensable preguntarse para qué sirven, y mantener este cuestionamiento como eje fundamental de la construcción y ejecución de los mismos (Lacan J. , 1953-1954/ 1991).