Queerlequin: Vencer o desaparecer - Noam Frick - E-Book

Queerlequin: Vencer o desaparecer E-Book

Noam Frick

0,0

Beschreibung

«Cae rendida entre los brazos de Lou y deja que sus labios se posen sobre los suyos, traspasando la frontera que separa el sueño de la realidad. La lengua de Lou hipnotiza a Salma, que está completamente a merced de Lou».Lex le ha hablado a Salma de Lou, la antigua pareja de Lex. A Salma le ha dicho que es manipuladora y que está mal de la cabeza, así que cuando tiene que ir a recoger al hijo de Lex a casa de Lou, se siente muy nerviosa. Pero Lou no parece en absoluto encajar con la descripción de Lex y cuando Lou y Salma comienzan a comunicarse, Salma se da cuenta de que quizás las cosas no son lo que parecen. Porque hay algo especial en Lou, algo que Salma no es capaz de definir. Ganar o perder forma parte de la serie «Queerlequien», novela erótica consciente e inclusiva-

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 95

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Noam Frick

Queerlequin: Vencer o desaparecer

Translated by Olga Vizán

Lust

Queerlequin: Vencer o desaparecer

 

Translated by Olga Vizán

 

Original title: Vinna eller försvinna

 

Original language: Swedish

 

Copyright © 2016, 2021 Noam Frick and LUST

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726932003

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

Capítulo 1

Salma baja el libro al regazo, no puede concentrarse. Una ansiedad le corroe por dentro. Ambos están acostados en la cama, con apenas un decímetro de distancia entre ellos, pero a pesar de eso se encuentran en dos mundos completamente diferentes. ¿Será capaz de llamar a la puerta del suyo? Se ha encapsulado en el universo del móvil, además casi siempre. Uf, si de alguna manera pudiera aplastar esa maldita cosa y prohibirle que nunca más se comprara una nueva. Él la dejaría, porque sería una demostración de que no se respeta su sagrado espacio vital. Inspira tres respiraciones profundas y coge su libro para tratar de ignorar la distancia entre ellos. Funciona durante dos minutos, luego estalla en reproches.

– ¿Tenías que irte a la cama hace tanto teniendo en cuenta que ibas a estar despierto durante varias horas?

Ella lo mira, lista para el contraataque.

– No puedo dormir –ni siquiera levanta la vista de la pantalla.

– ¿Cómo lo sabes, si no lo has intentado?

Él se gira hacia ella.

 

– ¿Te molesto? Puedo sentarme en otro lugar.

De repente se levanta y va al baño. Salma está cansada y enfadada al mismo tiempo. Apaga la luz e intenta conciliar el sueño.

Después de un momento insoportablemente largo, se mete en la cama con ella, se acerca y le besa en el cuello. Ella está quieta, todavía está enfadada.

Se acerca con la mano a su pecho y le pellizca el pezón. Ella siente como su sexo se endurece entre sus piernas. Se moja, pero la tristeza se apodera de ella y se da la vuelta mirando disgustada a sus libidinosos ojos.

– ¿Qué es lo que pasa? –le pregunta él.

– La verdad es que no sé si seré capaz de recoger a tus hijos. ¿No te das cuenta de cómo se siente para mí? Todavía no he conocido a Lou, no puedo simplemente entrar y decir “hola, ¿dónde están los niños?”

Su corazón late a una velocidad vertiginosa y su cuerpo está tenso como el acero. Ella está aterrorizada por su reacción, aterrorizada pero aún así se lanza hacia allí, hacia él.

– Pensaba que esto estaba decidido. Ahora no puedo hacer nada al respecto, es un poco tarde, ¿no te das cuenta de la situación en la que me pones cuando te echas atrás de esta manera?

Cierra los ojos, se recompone, quiere empezar a llorar.

– Pero por favor, me da miedo. Lou y yo nunca nos hemos visto y tú no has dado precisamente una imagen particularmente agradable de elle, más bien la imagen de que quiere hacerme pedazos.

Él se ríe. Es odioso. ¿Va a echar atrás toda esta gilipollez sobre su ex?

 

– Por favor, pero si está superado por completo, estamos bien entre nosotros, no te preocupes, irá bien. Han pasado cinco malditos años, vamos, Salma, no irás a rajarte ahora...

Él la observa con sus grandes ojos marrones que parecen agrandarse con cada milésima de segundo que ella los mira.

– Maldito seas, Lex –dice dejándole que la bese.

Rápidamente rueda sobre ella boca abajo y se acuesta encima. En el mismo instante en el que él con un solo empuje la penetra, ella susurra:

– Maldito seas.

*

Salma intenta calmar los latidos del corazón. Las manos le sudan y los pensamientos se precipitan en todas direcciones y esquinas como las bolas en un sorteo de lotería. Ella levanta su mano despacio y toca el timbre. No es Lou quien abre.

– Hola –dice el hombre examinando a Salma de arriba a abajo una y otra vez.

– Vengo a recoger a Justin y Juliette. –se da cuenta demasiado tarde del hecho de que ni siquiera le salió un "hola", casi vomita de nervios.

– ¡Lou! –grita el hombre frente a ella y enseguida aparece alguien en el recibidor detrás de la persona que ha abierto.

– Pasa –dice Lou extendiendo su mano.

– Hola, encantada de conocerte finalmente –Salma se descoloca y sonríe forzosamente.

Lou no responde, sino que les grita a los niños que "ella" está aquí.

 

– Aquí están las bolsas. Acaban de comer, así que será suficiente con que merienden algo en el tren. Pero asegúrate de que se sienten mirando hacia adelante porque Juliette se marea con mucha facilidad.

Salma asiente en silencio a modo de respuesta y da unos pasos dentro de la casa. Se encuentra con una casa estupenda, fotos y cuadros y detalles recubren cada espacio de las paredes, las alfombras alegran los suelos y las plantas respiran en cada rincón, colgando del techo, en cada pequeña superficie lisa de una mesa. Los cristales brillan a través de las ventanas y desde las cortinas se extiende una acogedora luz rosa.

– Qué increíblemente bonito que tienes esto –dice Salma con toda sinceridad y sin poder evitar dar unos pasos más hacia dentro de la vivienda.

Lou se acerca a ella. Parece quedarse encantada con el cumplido.

– ¿Quieres echar un vistazo arriba? –pregunta con una sonrisa pícara en los labios.

Salma asiente desconcertada y le sigue escaleras arriba. La pared junto a las escaleras también está adornada con hermosas fotografías y postales, plantas enredaderas y prismas. Salma entra directamente a una biblioteca con paredes llenas de estanterías y libros.

– Por allí vas a dar a un pasillo que conduce a la habitación de Mallan –Lou señala a la izquierda–, luego a la de Betty y al final hay un baño.

– A propósito del tema, ¿puedo usar el baño?

– Por supuesto –dice Lou cruzando la puerta antes que Salma.

Salma camina como encantada a través de los dormitorios permitiendo que Lou le abra la puerta del baño. Murmura un “gracias” y busca

febrilmente el interruptor de la luz cuando Lou se estira sobre ella de forma que sus caras quedan demasiado cerca la una de la otra y presiona el interruptor para que el baño se ilumine. Salma no tiene tiempo de avergonzarse, porque la decoración del baño la deja asombrada. Un pequeño y bonito candelabro de cristal cuelga en el medio de la pequeña estancia y unos espejos diminutos crean patrones brillantes a lo largo de las paredes.

– Esta es, con diferencia, la casa más bohemia en la que he estado.

– Entonces es que no has estado en los otros colectivos de Gbgay… Esto no es nada en comparación. Pero estamos tratando de vencer a la competencia.

Salma busca los ojos de Lou y encuentra un guiño en el derecho. Ella se ríe cordialmente de vuelta antes de cerrar la puerta del baño.

Cuando Salma vuelve a bajar, Lou se está despidiendo de los niños, se abrazan con cariño, besándose y diciéndose cosas bonitas. Salma vuelve a sufrir de nuevo de sudores nerviosos. Cuando terminan, se acerca a Justin y Juliette y les saluda, les abraza y les pregunta si están listos. Antes de abandonar el recibidor por completo, Salma se vuelve hacia Lou.

– Podemos retomar esa conversación la próxima vez que nos veamos, ¿vale?

En el mismo segundo en que lo suelta, escucha cuán inapropiado ha sonado, y la ansiedad vuelve a causar estragos en sus ojos.

Lou arquea las cejas.

– Esa conversación, cinco años más tarde, ¿no?

Menos mal que Salma es rescatada por los niños.

– ¡Adiós Lou!

 

Su adre les sonríe cálidamente y les despide cariñosamente antes de cerrar la puerta. ¿Quería tener esa charla, o no? De todos modos, debe encontrar una manera de ganarse la confianza de Lou, para hacerle entender que Salma no le desea ningún mal, que Salma nunca le ha deseado ningún mal. Ahora que lo piensa bien, le vienen todas las cosas que ha querido decirle a Lou por tanto tiempo. Ciertamente ha tenido mala conciencia. Ahora ha podido entender la perspectiva de Lou sobre el asunto y Salma nunca ha tenido la oportunidad de defenderse. No, no de defenderse: de explicarse, de aclarar que nunca quiso hacerle daño a nadie.

Capítulo 2

Juliette corre hacia el timbre y se lanza al pomo de la puerta. Dentro se escuchan pasos pesados y rápidos y la puerta se abre enseguida de golpe. Un abrazo da la bienvenida a los niños mientras ellos chillan "Lou". Salma se queda en segundo plano pero no puede evitar observar el amor entre los niños y su padre. Lou mira a Salma y sonríe.

– ¿Cómo ha ido? –pregunta antes de susurrar algo al oído de Justin. Justin resplandece.

Los niños gritan hacia el piso de arriba, se escuchan dos respuestas y corren hacia los otros.

Salma entra por su cuenta al recibidor y cierra la puerta.

– Fue bien. Ha ido bien. Pero sí que es largo el viaje en tren.

Lou se ríe de la respuesta mientras se sienta en el suelo.

– ¿Cuánto tiempo vas a trabajar aquí?

Lo dice con tanta suavidad y normalidad que a Salma le suena realmente amable.

– Hasta pasada la primavera... Lex quiere que los recoja cada vez que sea su fin de semana. No lo sé, hay muchísimos fines de semana. Le he dicho que creo que debería bajar elle alguna vez, pero dice que no tiene sentido, porque yo de

 

todas formas subo y bajo. Yo creo que es agotador para los niños viajar tanto en tren, pero piensa que soy ridícula.

Se encoge de hombros y se mira los zapatos, se da cuenta de que a lo mejor ha hablado con demasiada libertad con el peor enemigo de su pareja. Piensa en que si se enterara, ¿cómo reaccionaría?

– Pero no tienes por qué decírselo a Lex, ¿no? Perdona por divagar de esta manera –agrega rápidamente.

Lou la mira de nuevo de esa forma particular, con las cejas levantadas, que parece ser una de sus expresiones habituales. A Salma le crea una gran confusión: se vuelve completamente insegura.

– ¡Di algo! –de repente sale de la boca de Salma, lo que hace que Lou se empiece a reír a carcajadas de nuevo.

– No te imaginas lo que he pensado sobre los problemas con los que tienes que lidiar, pero esa pequeña conversación me ha dado una idea del infierno que es.

Lou deja de reírse y en su lugar se toma en serio a Salma.

– ¿Querías tener esa conversación?

Lou entra en la sala de estar.

Pero Salma en absoluto quiere eso ahora. Se siente herida, maldita sea, no quiere que Lou se cree esa imagen de su relación con Lex. Está enfadada.

– No, no quiero, tengo que irme, tengo que preparar el trabajo de mañana.