Sexpodérate - Valeria Debotas - E-Book

Sexpodérate E-Book

Valeria Debotas

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Beschreibung

El nuevo libro de la sexóloga Valeria de Botas, nos plantea un viaje de autodescubrimiento erótico que nos llevará a reconectarnos con el placer en todos los niveles. A partir de distintas historias y técnicas, la autora nos conducirá por los caminos de la sexualidad femenina; nos enseñará a soltar la culpa y los tabúes para que nos abramos a nuestro mayor potencial. Es así como, mediante el humor, la honestidad y mucha creatividad, Valeria plantea una nueva relación con el erotismo, ese que cada una lleva dentro, permitiendo que seamos las dueñas de nuestro propio placer. Por eso más que un libro, esta es una herramienta de crecimiento personal y sexual, donde encontrarás diversos ejercicios para volver realidad cada una de tus pasiones.

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© 2023 Valeria De La Espriella

© 2023, Sin Fronteras Grupo Editorial

ISBN: 978-628-7642-95-9

Coordinador editorial:

Mauricio Duque Molano.

Edición:

Juana Restrepo

Diseño y diagramación:

Paula Andrea Gutiérrez R.

Reservados todos los derechos. No se permite reproducir parte alguna de esta publicación, cualquiera que sea el medio empleado (impresión, fotocopia, etc.), sin el permiso previo del editor.

Sin Fronteras Grupo Editorial apoya la protección del copyright.

Diseño epub:Hipertexto – Netizen Digital Solutions

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

Capítulo 1

Sintonízate con tu placer

GOZAR ES REVOLUCIONARIO

AUTOESTIMA SEXUAL

SEXCONÓCETE

Capítulo 2

Deconstruir y desaprender

MEA CULPA

LA PIEL QUE HABITO

EN DEFENSA DE LA VULVA

LAS PUTIMILLAS

MUJERES SIN FECHA DE CADUCIDAD

DEL COMPLACER AL CON PLACER

MUJER NO MENSTRUANTE

RED FLAGS SEXUALES

Capítulo 3

Los caminos del erotismo

EL MAPA ERÓTICO

ZONAS ERÓGENAS

MasturbARTE

JUGUETES SEXUALES

Capítulo 4

Cómo funcionamos de verdad, verdad

FASES DE LA RESPUESTA SEXUAL FEMENINA

EL DESEO SEXUAL ES FLUCTUANTE

CÓMO EXPERIMENTAR MEJORES ORGASMOS

Capítulo 5

El placer consciente y divino

MINDFULSEX PARA DISFRUTAR EL AQUÍ Y EL AHORA

LA SEXUALIDAD VISTA DESDE LO SAGRADO

LA DIOSA ERÓTICA

Capítulo 6

¿Y qué pasa con nuestras parejas sexuales?

COMUNICACIÓN ERÓTICA

JUEGOS SEXUALES

SIN CONSENTIMIENTO NO HAY PLACER

Capítulo 7

Recursos eróticos

RITUALES DE AMOR PROPIO

POSTURAS SEXUALES EN PAREJA

BIBLIOGRAFÍA

NOTAS AL PIE

INTRODUCCIÓN

La motivación de gestar este libro lleva mucho tiempo en mi cabeza y se fue manifestando de variadas maneras; al principio un poco tímido y clandestino en conversaciones con amigas, luego a través de mis escritos en el blog y más tarde migraría a las publicaciones de mis redes sociales. Posteriormente me fui comprometiendo cada vez más con la causa, hasta que tomé la decisión de formarme como sexóloga.

El empoderamiento sexual femenino se convirtió en una especie de bandera para mí. Finalmente, llegó la cereza del pastel y empecé a educar en sexualidad a través de mis talleres y charlas. Como dijo uno de mis mentores, un libro nace antes de empezarlo a escribir. Ha sido un proceso de años, de querellas internas y de ciertos aprendizajes.

Tener ideas es muy fácil, pues todo el tiempo aparecen y desaparecen en nuestra mente curiosa, pero otra cosa es que esa idea sea buena y más complejo aún que se materialice, pues del dicho al hecho hay mucho trecho.

No fue fácil hacer este libro ya que tuve que lidiar con el tan de moda ‘síndrome de la impostora’, además de luchar para conseguir un espacio en mi agenda cada vez más apretada, porque me encanta estar ocupada para luego quejarme de que no tengo tiempo.

El mono danzarín de mi mente iba de un lado a otro, sin concretar nada, pues la parte más dura consiste en aterrizar lo que tienes en tu cabeza y en ‘teorilandia’ para llevarlo al mundo real, a la práctica, a aquello que puedas tocar, comprender y hacer visible, pero sobre todo comprensible para las personas que te van a leer.

Después de recopilar cientos de temas y variados testimonios, lo logré: vencí los obstáculos que yo misma me había impuesto.

La información que encontrarán plasmada aquí resume aquellas cosas que me habría encantado saber desde antes, para equivocarme menos y disfrutar más, pues de eso no se habla, o, por el contrario, se habla mucho, pero desde los mitos y la desinformación. Y a pesar de los avances tecnológicos, el progreso en derechos sexuales y derechos reproductivos, aún se tienen muchas dudas y existen barreras invisibles, ya sea del entorno social, cultural y religioso, o a nivel interno y de nuestras situaciones personales que nos impiden conectarnos con una sexualidad consciente y plena que influya positivamente en nuestros niveles de bienestar.

Así como tenemos metas en lo profesional o en lo financiero, así como soñamos con un viaje, o montar un negocio, o construir una relación afectiva sana, así mismo deberíamos soñar con una vida sexual muy placentera, en la que podamos quitarnos la ropa con seguridad y también despojarnos de los miedos, para vivir la desnudez de un cuerpo libre de estereotipos y una mente aún más libre de culpas y de barreras.

Vivimos en una sociedad en donde el analfabetismo sexual en las mujeres se considera una virtud, porque eso te hace una buena fémina con potencial para que puedas ser tomada “en serio”. Y créanlo o no, esto pesa bastante, porque lleva siglos machacando la mente y los cuerpos de muchas de nosotras. Educarse en sexualidad es un proceso interesante, como una especie de terremoto que te llevará a cuestionarte, deconstruir y en algunos casos derrumbar los muros que no te dejan florecer en este aspecto.

Mi deseo es contribuir en la vida de aquellas mujeres y personas con vulva que han decidido reconectarse con su gozo y transitar por el camino del merecimiento y la energía sexual.

Como en mis anteriores proyectos editoriales, encontrarás ejercicios, meditaciones, juegos, retos eróticos y toda una guía interactiva para reforzar tu aprendizaje. También se toparán con algunas anécdotas y un poco de humor, pues mi lado cómico suele escaparse en uno que otro escrito.

Pero es mi deber advertir que no podemos romantizar el proceso o pensar que será un viaje tranquilo. Si bien el sexo es algo divertido, confrontarse con las creencias limitantes o soltar culpas no lo es tanto; sin embargo, esto necesario para hacer una especie de limpieza que permitirá que nuestro lado erótico y sexual pueda resplandecer más, como un diamante que se oculta bajo una gran cantidad de polvo de carbón y prejuicios. Abróchense los cinturones, y prepárense para brillar.

Con amor y sexo del bueno.

Valeria DeBotas

GOZAR ES REVOLUCIONARIO

Mi ritual todos los días por las mañanas es tomarme una taza de café, oscurito y calientito, con ese aroma embriagador que alborota mis sentidos. Me recuesto en la silla que da a la ventana y una de mis gatas se sube a mis piernas. La tranquilidad que experimento es indescriptible, yo disfruto de ese momento porque es mío y siento mucho placer.

Cuando voy a la playa me gusta meter los pies en el mar, pues las olas coquetas vienen y van, como si me hicieran masajes. Me percibo serena, extiendo mis brazos e inhalo la brisa con sabor a sal, recibo en mi rostro las caricias de los rayos del sol atardecido.

El placer es el resultado de experimentar sensaciones agradables que nos proporcionan satisfacción. Hay cosas, situaciones y personas que lo producen, como devorar una torta de chocolate, ir de karaoke con las amigas o darse unos buenos besos con quien nos encanta.

Sentir placer es parte de la vida y algo completamente natural e incluso es clave para nuestra supervivencia, por eso piensa por un momento en lo siguiente: si comer no nos diera placer, entonces no repetiríamos dicho acto y moriríamos de inanición. Si tener sexo no nos diera placer entonces no habría posibilidades de procrear y se extinguiría la especie humana. Esto sucede porque tenemos la maravillosa capacidad de experimentar a través de nuestros cinco sentidos y llevar esta información al cerebro, que al ser estimulado libera neurotransmisores como la dopamina, encefalina y endorfinas, activándose el botón de las recompensas.

Existen muchos placeres y uno de ellos es el placer sexual que, según la definición de la World Association for Sexual Health, es la satisfacción y disfrute físico y / o psicológico, derivado de experiencias eróticas compartidas o solitarias, incluyendo pensamientos, fantasías, sueños, emociones y sentimientos.

Aunque el placer hace parte de los derechos sexuales que están considerados como derechos humanos, todavía sigue siendo el tema pendiente cuando se habla de educación sexual.

Sentir placer, cualquier tipo de placer, sigue siendo tabú, porque vivimos en una cultura de la culpa y del sufrimiento, heredado de las religiones judeocristianas, en donde lo ideal es que seas pura, sacrificada y eficiente para que se te considere una buena mujer, pero si por el contrario cedes ante cualquiera de los placeres, serás tildada de egoísta, perezosa, fácil y glotona.

Biológicamente hablando, hombres y mujeres tenemos estructuras similares e iguales posibilidades de experimentar placer, pero como la sexualidad también se construye con otros aspectos como los mandatos religiosos, sociales y culturales, es innegable que influyen en la manera como experimentamos nuestra sexualidad. Como dice María Teresa Hurtado de Mendoza: “las mujeres la vivimos de manera diferente a los hombres, hemos tenido menos permisos sociales para sentir el placer, además nuestra reputación era juzgada si no cumplíamos con los roles impuestos”.

Además el placer sexual suele ser asociado a las conductas de riesgo, por ejemplo, si te dejas llevar entonces te ocurrirá algo malo, por eso es mejor no perder el control. Esta creencia odiosa perjudica a las mujeres, porque no se permiten disfrutar por miedo a lo que pueda suceder después. Y esto viene de siglos pasados, en donde el sexo que no tuviera fines reproductivos se consideraba la causa de muchas enfermedades y de paso te convertía en paria dentro de tu círculo social.

Soy defensora del placer consciente, que es diferente a la gratificación a corto plazo, yo me refiero a aquellas buenas prácticas que le dan bienestar a tu existir. El placer representa autoconocimiento, autocuidado, conexión, merecimiento, amor propio y libertad.

Cuando una persona se resiste al placer, suele tener baja calidad de vida. Esto se manifiesta en situaciones cotidianas, como cuando trabajas demasiado y no sacas tiempo para verte con tu red de apoyo o llevas tiempo aplazando tus vacaciones. La consecuencia obvia es que tu salud física y mental se irá deteriorando. O si nos vamos por el lado sexual, es como cuando estás en la cama con alguien con quien deberías pasarla muy bien, pero estás más preocupada por lo que piense de ti, o porque quieres que todo salga excelente y utópico.

Además de la culpa, el perfeccionismo es otro de los enemigos del placer, porque representa un diálogo interior tóxico, hiperexigencia y la necesidad de controlarlo todo, lo que produce insatisfacción y una baja capacidad de disfrute del proceso erótico.

Tu sexualidad necesita liberarse, necesita una voz propia, necesita expresarse, por tanto deja de ser silenciosa y dependiente; no vivas con guiones sexuales ajenos, no te diluyas en otras personas, construye algo propio, algo tuyo que venga directamente de tus deseos. El placer es puro movimiento, así que suelta la pasividad y sal del letargo, mal llamado zona de confort, busca la manera de hacer más emocionante tu vida sexual. Dale la vuelta a la tuerca.

Pregúntate cuánto placer sexual eres capaz de permitirte y qué tan satisfecha te sientes. Analiza qué es lo te separa del goce y procede a acortar la distancia.

¿Sabías qué existen dos teorías sobre el placer? Teoría de cualidad y teoría de actitud, la primera se refiere a experiencias que por sí mismas son placenteras, la segunda dice que el placer depende de la actitud que tenga la persona hacia dicha experiencia.

El placer de actitud es para mí el más importante de trabajar en el caso de nosotras las mujeres, porque si no tenemos la disponibilidad suficiente no podremos disfrutar ninguna situación como se debe. Nuestro placer es un derecho, pero también es nuestro deber: nadie es responsable de este más que nosotras mismas.

Hay que cortar con la idea de que el hombre o la contraparte tiene la obligación de complacernos, con esto no quiero decir que se desentienda del intercambio de cariño y placeres, a lo que me refiero es que nadie debe cargar con responsabilidades sexuales ajenas. Mientras más te sintonices con tu placer, tendrás mayores posibilidades de pasarla mejor sola o acompañada.

A lo largo de esta aventura, estaré compartiéndote información clave para demoler las barreras mentales y emocionales que te separan del goce, así como herramientas didácticas para que construyas tu mapa erótico, porque es importante que veas las posibilidades y comprendas que no existe una sola manera de obtener placer sexual, este viene del autoconocimiento, la apertura y la autorresponsabilidad. Como decía la gran Betty Dodson: “hay una gran selección de placeres eróticos, pero para disfrutarlos hay que tener una mentalidad abierta”.

Lo primero que debes hacer es comprender e interiorizar que el placer no es malo y que puede ser muy importante porque trae beneficios a tu vida. Tener conciencia de esto te llevará a priorizarlo, a sacar espacio para cuidarte, descansar y hacer cosas divertidas, aquí te darás cuenta de que en muchas ocasiones inviertes más tiempo y energía en castigarte, o en dar vueltas una y otra vez a situaciones infelices que te alejan de lo bueno. Aprende a decirles NO y quítales el poder que tengan sobre ti (Placer de actitud).

Lo segundo es tener disposición y comprometerte con la búsqueda de tu placer, con la determinación de lo poderoso que es conocerte cada día un poco más. Míralo como una expedición lúdica en donde jugarás y explorarás a través de tu mente y cuerpo para probar experiencias que te lleven a identificar qué es lo que más te gusta a ti, más allá de lo que muestra el porno y demás representaciones del sexo con enfoque machista (Placer de cualidad).

Lo tercero es que uses tu voz para comunicar tu placer a tu pareja o a las personas con las que decidas tener un encuentro sexual, compartir lo que sabes y disfrutarlo, y también abrirte a la posibilidad de aprender trucos nuevos, o descubrir puntos gatillo que no habías contemplado.

El placer es un viaje que siempre tendrá muchos destinos, sin embargo solo serán revelados a quienes decidan transitarlos desde la autoestima y la conciencia. Yo te invito a que des el primer paso y prometo acompañarte por si tienes dudas o surgen miedos.

¡Juntas iniciaremos una revolución!

Pasitos para el placer1

Para expandir tu mente al goce, primero deberás aprender a conectarte con placeres no sexuales, por eso empieza con pequeñas dosis de felicidad que expandirán tus sentidos y te ayudarán a construir una mayor disposición.

Conéctate con tu lado divertido: Haz una lista de aquellas cosas y situaciones que te generan bienestar y que te divierten mucho. Que sean actividades en donde no te sientas presionada por ser la mejor y que te produzcan un verdadero placer.

Pregúntate la última vez que las realizaste y ponles fecha para retomarlas.

Actividad Placentera

Ultima vez que la realizaste

Fecha para volverla a hacer

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Suéltate y prueba placeres nuevos: Haz una lista de aquellas cosas y situaciones que quisieras probar porque intuyes que pueden ser muy divertidas, pero que les has puesto mil excusas, porque te da miedo, no has tenido tiempo, o porque te preocupa lo que va a pensar la gente… La montaña rusa te espera, el viaje sola te espera, tu vida te espera. ¿Te atreves a ponerles fecha para concretarlas?

Escribe una carta de compromiso a tu placer

Cuando alquilamos una casa hacemos un contrato, cuando ingresamos a un nuevo lugar de trabajo firmamos un documento que, por decirlo así, legaliza la situación, y como dice una amiga mía: “cuando hay papeles de por medio la cosa se vuelve seria”.

Y no es que debas convertir la construcción de tu placer sexual en un proceso rígido que le quite toda la parte divertida y que se vuelva una obligación. De una forma coherente y consciente míralo más como una muestra de autoamor, en donde a través de este ejercicio de escritura terapéutica plasmarás lo importante que es para ti crecer y mejorar en este aspecto.

A continuación un ejemplo para que te inspires, te comparto la carta que me envié a mí misma.

Yo Valeria DeBotas me comprometo a tomar decisiones en pro de mi bienestar. Hoy elijo abrirme al placer porque merezco toda la felicidad posible, y la sexualidad consciente es una de las tantas formas que tengo para edificarla.

Me pido perdón por todas las veces que renegué de mi cuerpo, me pido perdón por avivar una culpa innecesaria por algo que es bonito y natural, me pido perdón por negarme a mí misma la oportunidad de experimentar plenitud.

Hoy decido soltar esa idea errónea de querer controlarlo todo, hoy elijo el fluir en armonía con mi sentir, decido llenarme de libertad y desprenderme de lo rígido, pues cuando me relajo, me enfoco y vivo el momento, disfruto más.

Hoy me comprometo a conocerme, a recorrerme, a descubrir y potenciar la sensualidad que hay en mí. Dibujaré mi mapa erótico y escribiré las coordenadas que me lleven al clímax, alimentaré mis fantasías y nutriré mi realidad.

De ahora en adelante, me gozaré mis pensamientos picantes, me gozaré mi vulva, mi clítoris, mi cuerpo entero de la cabeza a los pies. Saborearé mi placer y me disfrutaré sola, para luego compartirlo y expandirlo en buena compañía y así vibrar con la maravilla del sexo gourmet.

Expando mi mente para luego expandir mi sexualidad. Porque merezco todo lo bueno: me abro a experimentar los más exquisitos placeres…

¡Hoy y siempre me elijo!

Ahora escribe tu propia carta:

AUTOESTIMA SEXUAL

“Quien no se siente bien en propia piel carece de esa sensación de orden y fortaleza interior necesarias para vivir la existencia que se desea, ir en pos de los sueños propios, pedir lo que se necesita, correr riesgos… Sin autoestima dependes demasiado de lo externo, de que alguien te dé una palmadita en la espalda, te haga de bastón, te asegure a cada paso”.

Sylvia de Béjar

El ser humano tiene muchas facetas: familiar, social, financiera, espiritual, profesional, entre otras, y obviamente dentro de ese abanico se incluye la faceta sexual. La autoestima está presente en todas ellas, y existe en específico una autoestima sexual, pues una cosa es sentirte súper poderosa cuando te paras delante de una junta y presentas un proyecto importante, y otra muy distinta es encontrarte desnuda con la vulnerabilidad a flor de piel y la luz encendida frente a la persona que te gusta.

La autoestima es una base que sostiene todas nuestras aristas y se considera “un marco de referencia desde el cual una persona se proyecta”*2 y en ocasiones la autoestima será fuerte o estará agrietada, lo cual repercutirá en los diferentes aspectos de la vida.

Desde niñas nos juzgan y nos enseñan a estar inconformes con nosotras mismas, y la presión social seguirá acompañándonos en diferentes etapas de nuestro existir. Es por ello que trabajar desde el autocariño por la plenitud sexual, es una decisión que tomas día a día y un esfuerzo gozoso que dura toda la vida.

Y ahora la pregunta del millón: ¿Qué es la autoestima? Si no tienes muy clara la definición te compartiré un fragmento de mi anterior libro Lovefulness.

“Desde lo interno la autoestima es una apreciación global, un conjunto de percepciones, ideas, creencias, conductas, sentimientos y valoraciones que cada persona expresa de sí misma. Lo externo también contribuye con su cuota en el desarrollo de la autoestima, te marca el lugar en donde creciste, tu cultura, costumbres, religión, padres, maestros, amigos y demás gente significativa. La autoestima es un constante fluir entre nuestros procesos internos, experiencias y el entorno”.

El concepto de autoestima sexual se empezó a utilizar a finales de los años setenta, debido a la correlación existente, pues luego de varios estudios se identificó que detrás de algunos trastornos sexuales, como la disfunción eréctil, el bajo deseo sexual, o la dificultad para excitarse, hay una baja autoestima. O puede ser al contrario; es decir, que dicho trastorno sexual va a generar una serie de creencias limitantes que tarde o temprano van a empezar a afectar tu autoestima. Y viéndolo por el lado positivo, una autoestima alta propicia una mayor asertividad sexual, una mejor actitud y una mayor disposición.

Como si fuera un lugar seguro frente a un mundo cambiante, la autoestima se convierte en un hogar que te brinda estabilidad y calidez, es un templo que tiene varias columnas que la sostienen. Estos pilares los utilizo para todo y también están incluidos en mis anteriores proyectos literarios, solo que esta vez los aplicaremos en pro de nuestra sexualidad.

Autoconsciencia: Cuando decides evolucionar, es porque has tenido una expansión de tu consciencia, quiere decir que despiertas y sales de la vida en piloto automático. Porque no puedes esperar un cambio verdadero si sigues haciendo lo mismo. Te das cuenta de que mereces gozarte los encuentros íntimos y que para hacerlo es necesario sanar ciertas heridas y, por otro lado, darte el permiso y abrirte a experiencias placenteras y enriquecedoras.

Autoconocimiento: Cuando sabes lo que quieres y lo que te gusta, será más sencillo obtener placer. El desconocimiento produce una desconexión con el cuerpo y las sensaciones, por eso la invitación es a que te descubras. Tenemos un mapa erótico y cuanto más lo conozcamos más se enriquecerá. Si tú misma no sabes qué quieres, no esperes a que otra persona lo adivine.

Autoaceptación: Consiste en identificar de todo lo que hay en ti, tanto lo bueno, como lo que hay por mejorar, pero sin juzgarte, castigarte o compararte. La aceptación no es ser conformista o pasiva, se trata de ver la realidad y desde allí usarla como punto de partida. Aceptar tu tipo de cuerpo, tus genitales, tus deseos, tus emociones, pues sin aceptación no hay disfrute y, lo contrario, es el rechazo de tus partes.

Autoconcepto: Tenemos diferentes facetas, así mismo tenemos diferentes autoconceptos: están el personal, el académico, el físico y el social, y, por obvias razones, incluiría el sexual. Si tienes un mal concepto de ti misma, ya sea en relación a tu cuerpo, tu valor como ser humano, o a tus habilidades amatorias, habrá una proyección negativa que no te permitirá relajarte y pasarla bien, porque no te darás el permiso de gozar.

Autoconfianza: Es el sentimiento de eficacia personal, la confianza en tus valores y habilidades, la confianza en que puedes abrirte y seguir aprendiendo cosas nuevas, la confianza de que tienes el poder para experimentar una sexualidad satisfactoria. Cuando crees en ti y dejas de imaginarte los peores escenarios, te sientes capaz y, por ende, te comprometes contigo misma y/o con tus parejas sexuales.

Autorresponsabilidad: Eres la dueña de tu placer, esto es algo que nace de ti, pero a nivel cultural y social nos enseñaron a tener una sexualidad pasiva, y que alguien de afuera tiene la misión de darnos placer exonerándonos de nuestra responsabilidad básica, pero lo cierto es que si estás desconcentrada, disgregada, llena de culpas o de falsas expectativas, entonces tu terreno será infértil para sembrar todo lo delicioso y lo bueno.

Autocuidado: Uno cuida lo que ama. En el plano sexual esto se aplica de varias maneras. Cuando consientes tu cuerpo con hábitos sanos que repercutirán en tu salud sexual, cuando utilizas métodos anticonceptivos para evitar embarazos no deseados y métodos de barrera como el condón para protegerte de las ITS. El cuidado también incluye aprender a detectar señales de irresponsabilidad sexoafectiva. #RedFlags

Autoafirmación: Tiene que ver con el respeto, con aprender a poner límites sanos y cuando sea necesario decir NO, porque nadie tiene soberanía sobre ti y porque las relaciones dejan de ser divertidas cuando el vínculo sexual es tóxico y desigual. A veces callamos por miedo, por presiones o para no herir el ego de la pareja, pero no podemos pasar por encima de nosotras mismas. Tenemos el derecho a decidir cuándo, cómo y con quién.

Autorrealización: No es necesario convertirte en una actriz de cine para adultos, subir el nivel consiste en darle el lugar que se merece a tu vida sexual, por ejemplo: cuando gozas por algo que antes te producía un mal sabor, o cuando te sales de los límites de lo genital y disfrutas de todo tu cuerpo. Cuando fortaleces tu inteligencia erótica, cuando te das tu valor y percibes tu anatomía como un lugar sagrado, digno de veneración y amor sensual.

Bonus track con más autos para vivir una mejor sexualidad

Autoerotismo: Esta es una práctica natural y saludable, de la que más adelante les hablaré con profundidad, y consiste en aplicar el amor propio en el plano sexual. A través de la autoestimulación disfrutarás de las sensaciones que tú misma te produces, por lo que te vuelves la protagonista y no una simple espectadora en la construcción de tu placer, además de otros beneficios a nivel físico, mental y emocional, que te suscitará esta práctica.

Autonomía: Es la invitación a tener criterio propio y a tomar las decisiones que consideras mejores para ti. En términos de sexualidad esto se puede expresar de muchas formas: desde elegir cómo te quieres vestir, tu orientación sexual, el método con que planificas, si te gusta el BDSM o el sexo vainilla, si te encanta ser lanzada o más bien eres recatada, si deseas una relación monógama o poliamorosa, si quieres hijos o no, etc, etc.

Autenticidad: Tu vida sexual es tan única como tu huella dactilar. No tienes por qué imitar un modelo sexual en particular, no todo le funciona a todo el mundo, por eso cada persona tiene su propio mapa erótico. Diseña tus encuentros con lo que te gusta, cambia el típico guion sexual de besos, tocada de pechos y penetración, anímate a explorar cosas nuevas, desecha lo que no te sirva y quédate con lo que mejor te funcione.

Y no puede faltar el amor del bueno hacia ti misma

El amor propio está ligado a la autoestima, son diferentes pero unidos para un mismo fin: consiste en generar una transformación real a través de una motivación de desarrollo y no de deficiencia. Tratarnos con bondad y paciencia durante el proceso, sobre todo hacerlo por nosotras mismas y no porque sintamos la obligación de cumplir con expectativas ajenas.