Teoría del dron - Grégorie Chamayou - E-Book

Teoría del dron E-Book

Grégorie Chamayou

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Beschreibung

"¡Qué buen blanco! Voy a tratar de ir por detrás para tenerlo bien en la mira". Esta frase no la pronuncia un piloto de un avión de combate, sino alguien cómodamente instalado en una base militar de Nevada, alguien que teledirige un dron que está a punto de lanzar un misil Hellfire contra un grupo de sospechosos en Afganistán. Esta novedosa forma de violencia supone eliminar el cara a cara y replantearse, de este modo, ciertos conceptos: ¿cómo definir a un combatiente sin combate?, ¿dónde está el campo de batalla?, ¿podemos hablar de guerra si el riesgo no es recíproco y ciertos grupos humanos son reducidos al estado de blancos potenciales a la espera de devenir legítimos? El dron es un instrumento militar de violencia a distancia, que puede moverse sin ser visto, golpear sin ser alcanzado y poner en riesgo vidas sin arriesgar la de quien dispara, motivo por el cual sus seguidores lo consideran el arma más ética. Esta conversión moral es la base de los planteamientos de los filósofos estadounidenses e israelíes que intentan trabajar en el campo de la ética militar. Su trabajo es esencial para asegurar la aceptación social y política de esta arma. Teoría del dron, ganador del English Pen Award y traducido a más de 15 idiomas, es un ensayo brillante sobre las implicaciones éticas, psicológicas, jurídicas y políticas de esta inquietante tecnología militar.

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Título original en francés:

Théorie du Drone

© La Fabrique-Éditions, 2013

© De la traducción: Leonardo Eiff

Cubierta: Silvio García Aguirre

Derechos reservados para todas las ediciones en castellano

© Futuro Anterior Ediciones, 2016

© Nuevos emprendimientos editoriales, 2016

Preimpresión: Editor Service, S. L.

Diagonal, 299, entlo. 1ª – 08013 Barcelona

ISBN: 978-84-943530-1-7

Esta obra se benefició del P.A.P. GARCÍA LORCA, Programa de Publicación del Institut français y el Ministerio francés de Asuntos Exteriores y Europeos.

La reproducción total o parcial de esta obra sin el consentimiento expreso de los titulares delcopyrightestá prohibida bajo el amparo de la legislación vigente.

Ned Ediciones

www.nedediciones.com

Índice

PRELUDIO

INTRODUCCIÓN

I. TÉCNICAS Y TÁCTICAS

1. Metodologías del medioambiente hostil

2. Genealogía del Predator

3. Principios teóricos de la cacería humana

4. Vigilar y aniquilar

5. Análisis de las formas de vida

6. Kill box

7. Contrainsurgencia por los aires

8. Vulnerabilidades

II. ETHOS Y PSIQUE

1. Drones y kamikazes

2. «Que los otros mueran»

3. Crisis en el ethos militar

4. Psicopatologías del dron

5. Matar a distancia

III. NECROÉTICA

1. La inmunidad del combatiente

2. El arma humanitaria

3. Precisiones

IV. PRINCIPIOS DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO DE MATAR

1. Los asesinos indecorosos

2. La guerra fuera de combate

3. Licence to kill

V. CUERPOS POLÍTICOS

1. En la guerra y en la paz

2. Militarismo democrático

3. La esencia de los combatientes

4. La fábrica de autómatas políticos

EPÍLOGO DE LA GUERRA, A DISTANCIA

A la memoria de Daniel

PRELUDIO

Esa noche, poco antes de que el alba apareciera sobre las montañas afganas, observaron en el suelo un comportamiento inhabitual.

—¿Podrías acercar un poco el zoom, así echo un vistazo?

—Al menos cuatro detrás de lapick-up.

—Y ése, bajo la flecha norte, diría que tiene algo contra el pecho.

—Sí… es rara esa mancha fría que tiene sobre el pecho.

—Es lo que están haciendo últimamente: envuelven sus putas armas en la ropa para que no podamos hacer una identificación positiva.

El piloto y el operador escrutan la escena en un monitor. Llevan un uniforme color caqui, con un distintivo en la espalda —una lechuza, alas desplegadas sobre fondo rojo, con relámpagos entre lasgarras–. Casco con audio alrededor de las orejas. Están sentados uno al lado del otro en asientos de cuero. Por todos lados, indicadores luminosos. Pero el lugar no parece una cabina ordinaria.

La vigilancia tiene lugar a miles de kilómetros de allí. Las imágenes de vehículos, captadas en Afganistán, son retransmitidas por satélite aquí, en la base deGreech, cerca deIndian Springs, en Nevada.

En los años 1950, allí mismo hacían los ensayos nucleares norteamericanos. Desde Las Vegas se podía ver cómo se elevaba a lo lejos el hongo atómico. Hoy, los automovilistas que transitan la ruta 95 pueden percibir otras siluetas sobre sus cabezas: una forma oblonga con la cabeza redondeada, una suerte de larva enorme, blanca y ciega.

La base de Greech es la cuna de la flota de drones de la US Air Force. Los militares la apodaron «el hogar de los cazadores» (The home of the hunters). La organización contra la guerra Code Pink la describe como «un lugar de incredulidad, de confusión y de tristeza».1

El trabajo es extremadamente aburrido. Noches devorando Doritos o M&M frente a la pantalla para ver casi siempre las mismas imágenes de otro desierto, en la otra punta del planeta, esperando que pase algo: «meses de monotonía para algunos segundos de alboroto».2

Mañana por la mañana otra «tripulación» vendrá a relevarlos en los comandos del aparato. El piloto y el operador se subirán a sus 4x4 para reencontrarse, a 45 minutos de allí, con sus mujeres e hijos en un tranquilo barrio residencial de las afueras de Las Vegas.

Los pasajeros de los tres vehículos, que partieron hace algunas horas de su pequeño pueblo en la provincia de Daikundi, no lo saben, pero hace bastante tiempo que decenas de pupilas los observan. Entre esos espectadores invisibles: el piloto y «el operador de capturas», pero también un «coordinador de misión», un equipo de analistas de vídeo, y un «comandante de las fuerzas terrestres», que terminará de dar el visto bueno para el ataque aéreo. Esta red de ojos está en comunicación permanente, hablan entre ellos y, en esa noche del 20 de febrero de 2010, como de costumbre, la conversación fue registrada.

0:45 h GMT – 5 h15 en Afganistán.

El piloto: ¿Qué es eso, un puto fusil?

El operador: Quizás, justo hay una mancha cálida donde estaba sentado, no lo puedo afirmar, pero ciertamente parece un objeto.

El piloto: Esperaba poder localizar un arma, pero mala suerte.

1:05

El operador: Ese camión sería un lindo blanco.

OK, es una Chevrolet 4x4, unChevysuburbano.

El piloto: Sí…

El operador: Sí…

1:07

El coordinador: La pantalla dice que hay al menos un niño cerca de la 4x4.

El operador: Puta madre... ¿dónde está?

El operador: Mándame una puta imagen, no creo que tengan chicos a esta hora: sé que son jodidos, pero tampoco tanto.

...

El operador: Bueno, quizás sea un adolescente pero nunca vi uno tan chico, y allí están todos juntos.

El coordinador: Verifican.

El piloto: Sí… que verifiquen esa mierda... ¿Por qué no dijo entonces «niño eventual»? ¿Por qué están tan apurados por hablar de los putos niños pero no de las putas armas?

El coordinador: Dos niños detrás de la 4x4.

01:47

El coordinador: Parecen mantas. Parece que van a rezar, tenían...

El piloto: Jag25, Kirk97, ¿el cálculo es bueno o todavía no?

El operador: Están rezando, están rezando.

01:48

El operador: Al final ésa es su fuerza, ¿rezar? Quiero decir, en serio, es lo que están haciendo.

El coordinador: Están maquinando algo.

01:50

El coordinador: Adolescente cerca, detrás de la 4x4.

El operador: Sí, son adolescentes, a estos los podemos liquidar.

El coordinador: Si toma un arma, es un combatiente: así son las cosas.

01:52

El operador: Todavía hay un tipo rezando delante del camión.

El piloto: Para Jag25 y Kirk97, todos los individuos están terminando de rezar y se reúnen en este momento cerca de los tres vehículos.

El operador: Oh, qué lindo blanco. Voy a intentar pasar por atrás para apuntarle de lleno.

El coordinador: Sí, ¡sería perfecto!

02:41

El operador: Señor, ¿le molestaría si hago una pausa para ir rápido al baño?

El piloto: No, para nada muchacho.

03:17

Un desconocido: Bien, compañeros, ¿cuál es el plan?

El piloto: No sé, espero poder tirarle a ese camión con todos los tipos adentro.

El operador: Sí…

[El dron Predator tenía un solo misil a bordo —insuficiente para bombardear tres vehículos–, se ordenó a dos helicópteros Kiowa, nombre en código «Bam Bam41», tomar posición para atacar. Se definió un plan: los helicópteros tirarán primero, luego el dron terminará el trabajo lanzando su misil Hellfire sobre los sobrevivientes].

03:48

El comandante [hablando al piloto del dron a propósito de los helicópteros]: ... a la señal del comandante de las fuerzas terrestres podemos hacerlos venir, bombardear los objetivos y dejar tu Hellfire para un tiro de limpieza.

El piloto: Kirk97, copiado, esto pinta bien.

04:01

El operador: Operador preparado, ¡que comience la fiesta!

...

El operador: Sabes qué, podríamos tener una flota entera de Preds.

El piloto: Oh, ojalá, compañero...

04:06

El piloto: ... Escucha, amigo, probablemente estemos a punto de perseguir a unos tipos que se van a dispersar en todos los sentidos. Eh… en la persecución, no te preocupes de mi dirección o la de Jaguar, sigue al que te parezca mejor. Quédate con el que tengas más probabilidades de dispararle encima. Estoy contigo en ese golpe. Entonces, yo te informo sobre el perfil del tiro, tendremos un informe del ataque cuando sepamos a quién le vamos a tirar.

04:11

Los helicópteros: Kirk 97, Bam Bam41 recibe cinco sobre cinco.

El piloto: OK, Bam Bam41, Kirk97 recibe también cinco sobre cinco. Entiendo que persiguen a nuestros tres vehículos, ¿necesitan que les digamos o ya los tienen?

Los helicópteros: 41, están justo en el lado sur del paso indicado en la tabla, una Highland blanca seguida de dos 4x4.

El piloto: Kirk97, copiado. Son sus tres vehículos.Aproximadamente21 hombres en edad de combatir, aproximadamente tres fusiles positivamente identificados hasta el momento en el grupo y, ah, son sus tres blancos.

04:13

El piloto: El disparo parece bueno.

El operador: ¡Oh, magnifico!

...

Los helicópteros: [inaudible].. armas y comunicaciones con maniobra táctica. Stop. Hum… entendemos que tenemos luz verde para comenzar.

El piloto: OK, tiene luz verde para comenzar, tiene el tipo 3. Voy a girar también nuestros misiles.

04:16

El operador: Roger. Y, oh... y ¡listo! [Los helicópteros disparan sobre el convoy].

...

El operador: Tengo otro tipo... ¿ellos lo tienen también? Sí…

El piloto: Hicieron pedazos el primero y, guau, el último. Volverán.

04:17

El coordinador: ¿Quiere que pase a otra frecuencia?

El piloto: Lo intenté, pero nadie me responde ahí abajo.

El operador: Digamos que se rinden.

El operador: No corren.

04:18

El operador: ¿Ese tipo fue alcanzado? No corren.

El observador: Compañeros, es raro.

El operador: Simplemente se alejan caminando.

...

El observador: ¿Quieren mirar si hay gente en la parte de atrás?

Un desconocido: Sí... [incomprensible].

El observador: Cerca de los restos del tercero.

El operador: Algunos, dos o tres...

El operador: Sí, se relajan.

El piloto: Zoom ahí abajo, un segundo para mí. El tercero, allí.

El operador: ¿El tercero?

El piloto: Sí… ¿Lo explotaron? ¿Lo hicieron, no?

El observador: Lo hicieron, ¡sí!

El operador: No, no lo hicieron.

El piloto: No lo hicieron.

El operador: No lo hicieron.

El operador: No, están justo ahí.

El piloto: Sí, sin embargo esa cosa parece destruida, ¿no?

El observador: Sí, le pegaron. Hay humo.

El operador: Le pegaron. Ustedes [incomprensible]... Esos tipos están justo [Un misil impacta en el vehículo central].

Un desconocido: ¡Oh!

El piloto: ¡Puta de Dios!

04:22

El operador: Identificar positivamente las armas, no veo ninguna...

El operador: Tengo una cosa que brilla a la derecha.

El operador: Exacto.

El operador: Es raro...

El piloto: No tengo la menor idea de qué carajo hacen.

El operador: Probablemente se están preguntando qué pasó.

El observador: Hay otro, a la izquierda sobre la pantalla.

El operador: Sí, los veo.

El observador: ¿Llevan burkas?

El operador: Sí, eso parece.

El piloto: Pero estaban todos positivamente identificados como hombres. No hay mujeres en el grupo.

El operador: Ese tipo parece llevar adornos y cosas de chica, pero no es una chica... Si ese tipo es una chica, es una gorda.

04:32

El observador: Uno de esos tipos arriba a la izquierda va a moverse.

El operador: Sí, lo veo. Creo que ya lo vi moverse hace un momento, ¿pero no sé si... se estámoviendo o tiene espasmos?

El observador: Eh… creo que se movió, no mucho, pero...

El operador: No puedo, no puedo seguir a los dos.

El coordinador: Hay un tipo que se sienta.

El operador [dirigiéndose a un individuo en el suelo]: ¿con qué juegas?

El coordinador: Con su hueso.

04:33

El observador: Oh, puta madre. Sí, ¿vieron la sangre justo ahí?, al lado del...

El coordinador: Sí, la acabo de ver.

04:33

El coordinador: ¿Son dos? ¿Un tipo que sostiene a otro tipo?

El observador: Digamos.

El operador: Digamos, sí.

El coordinador: El socorrismo en ayuda.

El observador: Me olvidé, ¿cómo tratas una herida con las tripas abiertas?

El operador: Las recoges y las metes, no en el interior, las envuelves en una toalla. Normalmente, funciona.

04:38

El piloto: Puta, quieren rendirse, ¿no? Me parece.

El operador: Tengo la misma impresión.

El coordinador: Sí, creo que es lo que están haciendo.

04:40

El operador: ¿Quiénes son ésos? Están en el vehículo del medio.

El coordinador: Mujeres y niños.

El operador: Ése parece un niño.

El observador. Sí... Es el que agita la bandera.

04:42

El observador: Les quiero decir que están por agitar su...

El operador: Sí, ahí, ahora, no estaría... no estaría de acuerdo, personalmente, en dispararle a esa gente.

El coordinador: No.3

Notas:

1. Code Pink, «Creech Air Force Base: A Place of Disbelief, Confusion & Sadness», Comunicado, noviembre de 2009.

2. Véase Gerald Krueger, Peter Hancock,Hours of Boredom, Moments of Terror: Temporal Desynchrony in Military and Security Force Operations, National Defense University, Washington, 2010.

3. Todos los intercambios citados fueron extraídos de las transcripciones oficiales obtenidas por David S. Cloud, periodista deLos Angeles Times en virtud del Freedom of Information Act. Aquí di solamente algunos extractos. El documento fue censurado en varios lugares antes de su divulgación. Para el documento completo:http://documents.latimes.com/transcript-of-drone-attack/. Véase también, para el contexto, el artículo de David S. Cloud, «Anatomy of an Afghan war tragedy», Los Angeles Times, 10 de abril de 2011.

INTRODUCCIÓN

El léxico oficial del ejército norteamericano define al dron como un «vehículo terrestre, naval o aeronáutico, controlado a distancia o de forma automática».4El pueblo de drones no está compuesto únicamente por objetos voladores: puede tener todas las formas permitidas por las familias de armas: drones terrestres, drones marinos, drones submarinos, e incluso drones subterráneos, concebidos como si fueran grandes topos mecánicos. Cualquier vehículo, cualquier artefacto piloteado puede ser «dronizado» a partir del momento en que no haya tripulación humana a bordo.

Un dron puede ser controlado a distancia, por operadores humanos —principio del telecomando—,5o de manera autónoma, mediante dispositivos robóticos —principio del pilotaje automático—. En la práctica, los drones actuales combinan estos dos modos de control. Los ejércitos no disponen todavía de «robots letales autónomos» que sean operacionales, aunque, como veremos, existen proyectos avanzados en ese sentido.

«Dron» es sobre todo una palabra del lenguaje profano. En su jerga, los militares recurren a otra terminología, ellos hablan de «vehículo aéreo no tripulado» (Unmanned Aerial Vehicle, UAV) o de «vehículo aéreo de combate no tripulado» (Unmanned Combat Air Vehicle, UCAV), según el artefacto esté o no equipado con armas.

Este libro se centra en el caso de los drones armados voladores, aquellos que sirven actualmente para lanzar los ataques que la prensa refleja regularmente, los llamados drones «cazadores-asesinos». Es la historia de un ojo devenido arma: «nosotros pasamos de un uso de los UAV, centrado originalmente en tareas de información, de vigilancia y de reconocimiento, […] a una verdadera función de «cazador-asesino» con laReaper(en castellano, «la guadaña»), un nombre que, agregaba este general de la Air Force, «captura bien la naturaleza letal de este nuevo sistema de armas».6Artefactos de vigilancia aérea transformados en máquinas de matar, la mejor definición de los drones es sin duda la siguiente: «cámaras voladoras, de alta resolución, armadas con misiles».7

Un oficial de la Air Force, David Deptula, anunció la máxima estratégica fundamental: «la verdadera ventaja de los sistemas de aeronaves sin piloto es la de permitirproyectar poder sin proyectar vulnerabilidad».8«Proyectar el poder» debe ante todo entenderse en el sentido de desplegar la fuerza militar fuera de las fronteras. Es justamente la cuestión de la intervención militar en el extranjero, el problema del poder imperial: ¿cómo, desde el centro, lograr irradiar su fuerza sobre el mundo que constituye la periferia? Desde hace mucho tiempo, en la historia de los imperios militares, «proyectar el poder» ha sido sinónimo de «enviar tropas». Pero es precisamente esta ecuación la que ahora se trata de romper.

La preservación a través del dron ocurre gracias a la retirada del cuerpo vulnerable, su puesta fuera de alcance. Se advierte la culminación de un deseo antiguo que anima toda la historia de las armas balísticas: ampliar su recorrido para poder alcanzar al enemigo a distancia, antes que éste encuentre las condiciones para hacerlo.9Sin embargo, la especificidad del dron le permite actuar en otro segmento de distancia. Entre el gatillo, sobre el cual se tiene el dedo, y el cañón, de donde va a salir la bala, ahora se interponen miles de kilómetros. A la distancia dealcance—distancia entre el arma y su blanco— se añade la deltelecomando—distancia entre el operador y su arma—.

Pero «proyectar el poder» también es un eufemismo que encubre el hecho de herir, de matar, de destruir. Y hacerlo «sin proyectar la vulnerabilidad» implica que la única vulnerabilidad expuesta a la violencia armada será la de un enemigo reducido a un estatuto de simple blanco. Con las atenuaciones de la retórica militar, lo que se afirma en realidad es, como señala Elaine Scarry, que «la estrategia triunfante es aquella cuya capacidad de dañar se ejerce en una sola dirección [...]. La definición inicial, que parece oponer el no-daño al daño, encubre de hecho una sustitución: reemplazar la capacidad bidireccional de dañar por una relación de daño unidireccional».10Prolongando y radicalizando tendencias preexistentes, el dron armado opera un corrimiento extremo: para quien usa esta arma se torna a priori imposible morir matando. La guerra, todo lo asimétrica que se quiera, se vuelve absolutamente unilateral. Eso que aún podía presentarse como un combate se convierte en un puro matadero.

En Estados Unidos el uso de esta nueva arma revela hoy en día su forma más nítida. Es por ello que tomo de este país la mayor parte de los hechos y de los ejemplos que sirven de base a mi argumento.

Las fuerzas armadas norteamericanas disponen, al momento de escribir este libro, de más de 6.000 drones de diferentes modelos, de los cuales más de 160 son drones Predator en manos de la Air Force.11Tanto para los militares como para la CIA, el empleo de drones cazadores-asesinos se ha banalizado durante los últimos diez años, al punto de volverse una rutina. Estos aparatos son desplegados en zonas de conflicto armado, como Afganistán, pero también en países oficialmente en paz, como Somalia, Yemen, y sobre todo Pakistán, en donde los drones de la CIA lanzan en promedio un ataque cada cuatro días.12Las cifras exactas son muy difíciles de establecer, pero, para ese país, las estimaciones varían entre 2.640 y 3.474 asesinatos entre 2004 y 2012.13

Esta arma se está desarrollando exponencialmente: el número de patrullas de drones armados norteamericanos aumentó un 1.200% entre 2005 y 2011.14En Estados Unidos, se forman hoy más operadores de drones que pilotos de aviones de combate y de bombarderos juntos.15Mientras el presupuesto de defensa bajó en 2013, con recortes en numerosos sectores, los recursos otorgados a los sistemas de armas no tripuladas aumentaron el 30%.16Este rápido crecimiento ilustra un proyecto estratégico: la «dronización»a mediano plazo de una parte creciente de las fuerzas armadas norteamericanas.17

El dron se transformó en uno de los emblemas de la presidencia de Obama, el instrumento de su doctrina antiterrorista oficial —«matar antes que capturar»—:18antes que la tortura en Guantánamo, el asesinato selectivo y el dron Predator.

Dicha arma y dicha política son objeto de debates cotidianos en la prensa norteamericana. Han surgido movimientos militantes anti-drones19y la ONU abrió una investigación sobre el uso de drones armados.20En otras palabras, se trata, según una expresión consagrada, de una cuestión política candente.

El propósito de este libro es someter al dron a un trabajo de investigación filosófica. Para ello voy a ceñirme al precepto de Canguilhem: «La filosofía es una reflexión para la que toda materia extranjera es buena, y nosotros diremos voluntariamente que toda buena materia debe ser extranjera».21

Si el dron se presta particularmente a este tipo de aproximación es porque él mismo es un «objeto violento no identificado»: cuando intentamos pensarlo a partir de categorías establecidas, resultan afectadas nociones tan elementales como las de zona o lugar (categorías geográficas y ontológicas), las de virtud y bravura (categorías éticas), las de guerra y conflicto (categorías a la vez estratégicas y jurídico-políticas). Por lo tanto, en primer lugar intentaré dar cuenta de estas crisis de inteligibilidad iluminando las contradicciones que expresan. En el origen de todas está la eliminación, ya vigente, pero aquí absolutamente radicalizada, de toda relación de reciprocidad. Ésta será la primera dimensión, analítica, de la «teoría del dron». Pero, más allá de la frase, ¿qué significa hacer la teoría de un arma? ¿En qué puede consistir semejante proyecto?

Una reflexión de la filósofa Simone Weil me sirve de hilo conductor: «El método más defectuoso posible», advertía la autora en los años 1930, consistiría en abordar la guerra, los fenómenos de violencia armada, «por los fines perseguidos y no por el carácter de los medios empleados».22Por el contrario, «el método materialista consiste ante todo en examinar cualquier hecho humano teniendo en cuenta no tanto los fines perseguidos como las consecuencias necesariamente implicadas por el conjunto de los medios utilizados».23Dicho de otra manera, en lugar de buscar posibles justificaciones, antes que una mirada moral, ella aconsejaba hacer otra cosa: comenzar por desmontar el mecanismo de la violencia. Observar las armas, estudiar sus especificidades. Transformarse, de alguna manera, en untécnico. Pero sólo de alguna manera, porque el objeto de la investigación es, en realidad, menos un saber técnico que un saber político. Lo que importa, antes que aprehender el funcionamiento del medio en sí mismo, es señalar, a partir de sus propias características, cuáles serán las consecuencias para la acción que se lleve adelante por ese medio. La idea sería que los medios son determinantes, y que a cada clase de medio están asociadas un conjunto de determinaciones específicas. Éstas no sirven meramente para actuar, ya que definen también la forma de la acción; es necesario examinar de qué manera. Antes que preguntarse si el fin justifica los medios, hay que preguntarse qué impone, en sí misma, la elección de esos medios. Frente a las justificaciones morales de la violencia armada, preferimos una analítica, a la vez técnica y política, de las armas.

En esto podría consistir la teoría de un arma: exponer lo que su hacer acarrea, saber qué efectos produce entre quienes la utilizan, en el enemigo que es su blanco y en la forma misma de sus relaciones; a partir de una pregunta que será central: ¿cuáles son los efectos de los drones en la situación de guerra? ¿Qué supone, en relación con el enemigo, pero también en el vínculo del Estado con sus propios sujetos? Se trata de implicaciones tendenciales, frecuentemente entreveradas, que trazan esquemas dinámicos de los que no se deducen resultados unívocos. «Desmontar el mecanismo de la lucha militar», es decir, analizar de forma estratégica «las relaciones sociales implicadas»,24allí radicaríain fineel programa de una teoría crítica de las armas.

Pero realizarlo, es decir, estudiaruna relación de determinación, no implica renunciar al análisis de laintencionalidad, esto es, intentar delimitar los proyectos estratégicos que dirigen las elecciones técnicas y, al mismo tiempo, cómo éstas son determinadas por aquéllos. A diferencia de lo que postulan los dualismos simplistas, determinación técnica e intencionalidad estratégica, aunque opuestas conceptualmente, no son incompatibles en la práctica. Por el contrario, las dos pueden articularse de manera muy armoniosa. El medio más eficaz para asegurar la perdurabilidad de una elección estratégica es optar por medios que la materialicen hasta volverla, en rigor, la única opción practicable.

Sin embargo, es necesario indicar lo siguiente: aprovechando la incertidumbre general que alimenta esta situación de crisis provocada, encubiertas por la niebla de la guerra, se preparan grandes maniobras intelectuales, se traman golpes de fuerza semánticos, son lanzadas un conjunto de ofensivas teóricas para apropiarse, torcer y redefinir los conceptos que permiten, nombrándola y pensándola, ejercer la violencia legítima. La filosofía es, más que nunca, un campo de batalla. Hay que entrar en ese combate. Mi propósito es abiertamente polémico: más allá de los eventuales aportes analíticos, el objetivo de este libro es proveer, a aquellas y aquellos que quieran oponerse a la política que tiene al dron como instrumento, de herramientas discursivas para hacerlo.

Comenzaré por esta pregunta: ¿de dónde viene el dron? ¿Cuál es su genealogía técnica y táctica? ¿Cuáles son, a partir de éstas, las características fundamentales? Esta arma prolonga y radicaliza los modos existentes de guerra a distancia y desemboca en la supresión del combate. Pero precisamente por ello, es la misma noción de «guerra» la que entra en crisis. Se plantea entonces un problema central: si la «guerra de drones» no es exactamente una guerra, ¿a qué «estado de violencia»25corresponde?

La tentativa de erradicación de toda reciprocidad en la exposición a la violencia en un marco de hostilidad reconfigura, no solamente la conducta material de la violencia armada —técnica, táctica yfísicamente—, sino también los principios tradicionales de unethosmilitar oficialmente fundado en el coraje y el espíritu de sacrificio. De acuerdo a las categorías clásicas, el dron surge como el arma del cobarde.

Esto no impide que sus partidarios proclamen que es el arma más ética que la humanidad ha conocido hasta el momento. Trabajar esta conversión, esta trasmutación de valores, es la tarea a la que se consagran hoy los filósofos que actúan en el pequeño campo de la ética militar. El dron, dicen ellos, es elarmahumanitariapor excelencia. Ese trabajo discursivo es esencial para garantizar la aceptabilidad social y política del arma. En dichos discursos de legitimación, los «elementos de lenguaje» de los comerciantes de armas y de los portavoces de las fuerzas armadas se encuentran reciclados a través de burdos procesos de alquimia discursiva, dirigidos por un nuevo género de filosofía ética —una «necroética» sobre la que es imprescindible realizar una crítica—.

Pero la ofensiva también avanza, y acaso sobre todo, en el terreno de la teoría del derecho. La «guerra sin riesgo» y el dron constituyen sin duda el instrumento crucial para ello, ponen en crisis los principios metajurídicos constitutivos del derecho de matar en la guerra. Sobre el fondo de esta desestabilización fundamental se formulan proyectos de redefinición del poder soberano de vida y de muerte. Se trata de introducir un derecho al «asesinato selectivo», a riesgo de dinamitar en la operación el derecho de los conflictos armados.

Pero esto no es todo. Al inventar el dron armado, probablemente casi sin saberlo, se ha descubierto otra cosa: una solución a la contradicción central que afectaba, desde hace varios siglos, al núcleo de la teoría moderna de la soberanía política en su dimensión guerrera. La generalización de semejante arma implica, tendencialmente, una mutación de las condiciones de ejercicio del poder de guerra y de la relación del Estado con sus propios sujetos. Estaríamos equivocados si redujéramos la cuestión de las armas a la mera esfera de la violencia exterior. ¿Qué implicaría, para una población, transformarse en el sujeto de un Estado-dron?

Notas:

4. Department of Defense,Dictionary of Military and Associated Terms, Joint Publication, 1-02, agosto 2011, pág. 109.

5. Desde los años 1970, se utiliza en este caso la expresión «vehículo pilotado a distancia» (Remotely Piloted Vehicle, RPV).

6. Según el general Teed Michael Moseley, citado por Torin Monahan y Tyler Wall, «Surveillance and violence from afar: The politics of drones and liminal security-scapes»,Theoretical Criminology, 15 (3), 2011, págs. 239-254, pág. 242.

7. La expresión es de Mike McConnell, director nacional del servicio secreto, citado por Bob Woodward,Obama’s Wars, Simon and Schuster, Nueva York, 2010, pág. 6.

8. David Deptula en la emisión CNN’S Amanpour, «The use of Drones in Afghanistan», programa emitido el 24 de noviembre de 2009. Como él mismo dijo en una conferencia: «disponer de semejante alcance de intervención nos permitirá conservar los pies al calor del hogar y enviar los efectos de nuestra capacidad a cualquier superficie del globo. En otros términos, este sistema nos permite proyectar la capacidad sin proyectar la vulnerabilidad», David A. Deptula, «Transformation and Air Force intelligence, surveillance and reconnaissance. Remarks given at the Air Force Defense Strategy Seminar, US Air Force Headquarters», Washington, 27 de abril de 2007.

9. Se trata de constituir, a través de la técnica, unpoder no expuesto, o de garantizarle al poder condiciones de despliegue que aseguren la no-exposición de la vulnerabilidad de sus agentes. Antes de ser utilizada para describir la ventaja estratégica del dron, la expresión empleada por Deptula, familiar en la retórica de los estrategas del Air Force, servía de forma más general para dar cuenta de los modos de «guerra a distancia» (remote warfare) fundada sobre lo que se identificaba como una tendencia histórica hacia el largo alcance: «Si se examina la tendencia de largo término que nos ha hecho pasar de la maza a la lanza, al arco, a la catapulta, al mosquete, al fusil y así siguiendo, una motivación específica se deja ver. Se ha querido lograr la capacidad de afectar al adversario desde una distancia suficiente afín de evitar ser afectado por él de la misma manera. En otros términos, hay un deseo específico y racional de ser capaz de proyectar la influencia a distancia sin proyectar, en la misma proporción, la vulnerabilidad [...] La tendencia militar de largo alcance de proyectar la influencia a distancia sin proyectar en igual proporción la vulnerabilidad favorece el desarrollo de las capacidades aeroespaciales», Charles D. Link General de división del ejército, «Maturing Aerospace Power»,Air Space Power Journal, 4 de septiembre de 2001.

10. Scarry, E.,The Body in Pain: The Making and Unmaking of the World, Oxford University Press, Nueva York, 1985, pág. 78.

11. Department of Defense,Report to Congress on Future Unmanned Aircraft Systems, abril de 2012, https: //www.Fas.org/irp/program/collect/uas-future.pdf

12. Woods, C., «Drone strikes rise to one every four days»,The Bureau of Investigative Journalism, 18 de julio de 2011,http://www.thebureauinvestigates.com/2011/07/18/us-drone-strikes-rise-from-ona-year-to-one-every-four-days

13. «Obama 2013 Pakistan drone strikes»,The Bureau of Investigative Journalism, 3 de enero de 2013,http://www.thebureauinvestigates.com/2013/01/03/obama-2013-pakistan-drone-strikes

14. «Flight of the drones: Why the future of air power belongs to Unmanned systems»,The Economist, 8 de octubre de 2011.

15. Bumiller, E., «A Day Job Waiting for a Kill Shot a World Away»,New York Times, 29 de julio de 2012. De aquí a 2015, elAir Forcenecesitará, según sus proyecciones, de más de 2.000 pilotos de drones para patrullajes armados en el mundo entero.

16. Moe, J., «Drone program grows while military shrinks»,Marketplace Tech Report, 27 de enero de 2012.

17. Señalemos que la perspectiva inmediata supone, no tanto un reemplazo integral de los artefactos clásicos por los drones, que un largo período de coexistencia entre diversos sistemas de armas, en una situación mixta, que desordenan los «modos de guerra», entre los cuales los drones ocuparían un lugar preeminente. En este sentido, debemos precisar que la tendencia no es inexorable. El futuro no estáyapresente —se juega en el presente, lo que es diferente—. Por tanto, estamos en desacuerdo con la presentación teleológica-fatalista que hace Peter Singer del fenómeno. A propósito de las barreras técnicas y presupuestarias puestas al desarrollo de los drones, el autor escribe: «la historia muestra que ellas no pueden impedir la llegada del futuro, pueden solamente retrasar nuestra adaptación efectiva al porvenir», Peter W. Singer, «U-turn»,Armed Forces Journal, 9 de junio de 2011. La historia de los proyectos de drones en el siglo XX tendería a mostrar lo contrario: una larga sucesión de proyectos abortados.

18. Véase Jo Becker, Scott Shane, «Secret “Kill List” Proves a Test of Obama’s Principles and Will»,New York Times, 29 de mayo de 2012. Véase también Steve Coll, «Kill or capture»,The New Yorker, 2 de agosto de 2012.

19. Véase Medea Benjamin,Drone Warfare: Killing By Remote Control, OR Books, Nueva York, 2012.

20. Devereaux, R., «UN inquiry into US drone strikes prompts cautious optimism»,The Guardian, 24 de enero de 2013.

21. Canguilhem, G.,Le normal et le Pathologique, PUF, París, 1966, pág. 7. [Trad. Esp..:Lo normal y lo patológico, s. e., México, 1986].

22. Weil, S.,Réflexions sur la guerre, Œuvres, Gallimard, París, 1999, pág. 455.

23. Ibíd.

24. Ibíd.

25. Según el concepto de Frédéric Gros,États de violence. Essai sur la fin de la guerre, Gallimard, París, 2006.

I. TÉCNICAS Y TÁCTICAS

1. Metodologías del medioambiente hostil

Los progresos de la medicina no son los únicos medios para realizar una guerra sin muertos.

Robert L. Forward, Maritian Rainbow26

¿Cómo intervenir sin peligro tanto en lugares inhóspitos como en zonas irradiadas, en grandes fondos marinos o en planetas lejanos? En 1964, el ingeniero John W. Clark elaboró un estado de la cuestión de las «metodologías del medioambiente hostil»:27

Cuando se prevén operaciones en estos medioambientes se consideran habitualmente dos posibilidades, y solamente dos: o situar una maquina o enviar un hombre protegido. Existe, sin embargo, una tercera vía: [...] utilizar un vehículo operativo en el medioambiente hostil con control a distancia de un hombre situado en un medioambiente seguro».28

Antes que buzos con escafandras o máquinas autónomas, utilizar artefactos telecomandados, o eso que Clark llamaba, forjando un neologismo desgraciado a partir de sus raíces griegas, maquinastéléchiriques, para «tecnología de manipulación a distancia».29

El artefactotéléchirique, escribía el autor, «puede ser considerado como unalter egodel hombre que lo dirige. Su conciencia se encuentra efectivamente transferida a unorganismo mecánico invulnerable, gracias al cual puede manipular las herramientas o los equipos prácticamente como si los tuviese entre sus propias manos».30La única cosa que le falta a ese segundo cuerpo es la carne viviente del primero. Pero precisamente allí radica la ventaja: retirar el cuerpo vulnerable del medioambiente hostil.

Este dispositivo supone una topografía específica, cierta manera de pensar y organizar el espacio. Clark pergeñaba su esquema fundamental a partir del ejemplo del batiscafo:

Imagen 1.La topografía deltéléchirique. El ejemplo del batiscafo según J. Clark (1964).31

El espacio se divide en dos: zona hostil y zona segura. Es la imagen de un poder protegido, que interviene en una exterioridad riesgosa desde un espacio santuarizado. Ese poder, al que podemos llamartéléarchique,32implica una frontera que, sin embargo, es asimétrica: la frontera debe a la vez bloquear las intromisiones exteriores y poderlas entreabrir para dejar el campo libre a los seudópodos mecánicos encargados de intervenir en el medioambiente hostil.33

La zona hostil queda como un espacio desamparado que, ciertamente, se trata de controlar en tanto fuente de amenazas potenciales, se intenta explotar en tanto proveedor de recursos, pero estrictamente hablando, no ocupar. Se interviene, se patrulla, pero de ninguna manera se irá allí para habitar el territorio —excepto para recortar nuevas zonas, bases o plataformas securitizadas, construidas según el mismo esquema topográfico—.

Para los apóstoles del telecomando, esta invención aparecía como el remedio al fin encontrado para el calvario de los trabajadores de riesgo. Es como si se previera, en la edad del átomo y de la conquista espacial, «una necesidad creciente de efectuar tareas en medios hostiles»; por otra parte, se anunciaba con alegría la buena nueva: «Con los progresos actuales de la tecnología, ya no es necesario que los humanos expongan su persona al peligro físico para ganarse la vida [...] no hay ninguna tarea peligrosa realizada hoy en día por los hombres que no pueda ser, en principio, realizada por maquinas controladas a distancia».34

El telecomando, instrumento filantrópico, podría liberar al ser humano de todas las ocupaciones peligrosas. Mineros de extracción, bomberos, trabajadores del átomo, del espacio o de los océanos, todos podrían reconvertirse en teleoperadores. El sacrificio de los cuerpos viles ya no es necesario. El cuerpo vital y el cuerpo operatorio fueron disociados, sólo el segundo, integralmente mecanizado y sacrificable, sería de ahora en adelante dejado en contacto con el peligro: «Ya no hay nadie para ser herido. Un hundimiento o una explosión serían meramente acogidos por esta reacción: «Y bien, es muy triste. Hemos perdido seis robots».35

En su lista entusiasta de aplicaciones posibles para eltéléchirique, Clark olvidó una, sin embargo evidente, que un lector no dejará de señalarle:

Lostéléchiristesse desloman para poner a punto las maquinas telecomandadas capaces de cumplir las tareas pacificas de los hombres expuestos a los peligros del calor, de las radiaciones y de los grandes fondos oceánicos. ¿Es correcto el sentido de las prioridades? En primer lugar, ¿no deberían preocuparse, en materia de seguridad, del oficio más peligroso del mundo?, me refiero a la industria de guerra. [...] ¿Por qué los hombres del sigloXXdeberían continuar siendo arrasados por las balas y por los estallidos de los obuses, cuando un soldadotéléchiriquepodría ocupar su lugar? [...] Todas las guerras convencionales podrían ser conducidas, con el modotéléchirique, por armas de robots militares que se enfrentan en batallas telecomandadas. Las victorias y las derrotas serían calculadas y definidas por una computadora claramente neutra, mientras los humanos permanecerían tranquilamente en sus casas mirando por televisión cómo es el aceite el que salpica y riega el polvo en lugar de su propia sangre.36

Era la utopía de una guerra convertida en un torneo de máquinas —batallas sin soldados y conflictos sin víctimas—. Pero el lector, que no era ingenuo, concluía en un escenario totalmente distinto, desgraciadamente mucho más verosímil:

Nuestras grandes conquistas imperiales, que alcanzaron los confines de la tierra, pudieron realizarse porque teníamos la metralleta Maxim y enfrente había solamente lanzas; retengamos en la memoria estos hechos a la luz de las nuevas proezas, en donde la sangre no correrá más, o al menos ya no correrá de nuestro lado, porque nosotros tendremos tropastéléchiriques, mientras ellos, los pobres, sólo tendrán napalm y gas mostaza para oponerse.37

Cuando el artefacto telecomandado deviene máquina de guerra, entonces es el enemigo el que es tratado como un material peligroso. Se lo elimina de lejos, mientras se lo ve morir en una pantalla, desde un sofá mullido en una «zona salvaguardada», climatizada. La guerra asimétrica se radicaliza para transformarse en unilateral. Porque, seguramente, todavía hay muertes, perodeun solo lado.

Imagen 2.Una obrera de la Radioplane Company (1944).

Notas:

26. Forward, R.L.,Martian Rainbow, Del Rey, Nueva York, 1991, pág. 11.

27. Clark, J., «Remote control in hostil environments»,New Scientist, vol. 22, n° 389, abril de 1964, págs. 300-303.

28. Ibíd., pág. 300.

29. Ibíd. Telechir, detele, lejano, ykheir, la mano.

30. Ibíd., pág. 300.

31. Ibíd.

32. El términotelearchique(teledirigido) fue utilizado por Burnet Hershey en 1944 y definido como el «control a distancia, o el telecomando de mecanismo sin cable»: «Latelearchique—el control a distancia por radio de mecanismos no tripulados— podría tener una publicidad inesperada antes del fin de la guerra. Como toda una serie de otros dispositivos, se trata de una simple aplicación de la nueva ciencia de la electrónica, hija de la radio y pariente de la televisión. Los aviones-robots, guiados por control telearchique, y provistos de una cámara de televisión, pueden ser enviados sobre las posiciones enemigas y retrasmitir una imagen en directo», Burnet Hershey,Skyways of Tomorrow, Foreign policy association, Nueva York, 1944, págs. 15-16.

33. El uso del dron armado reenvía, en el plano político-estratégico, al mismo género de recorte espacial, al mismo género de división topográfica entren lo «salvado» y lo hostil. Principio de zonación y «santuarización». El dron y la pared funcionan juntos. Ambos se articulan de forma coherente en un modelo securitario, combinando la clausura del espacio doméstico y la intervención exterior desprovista de cualquier compromiso vital. El ideal de la fuerza telecomandada es perfectamente congruente con el de un Estado-burbuja. Para una filosofía política del muro, véase Wendy Brown,Murs, Les prairies ordinariez, París, 2009.

34. Clark,op. cit, pág. 300.

35. Minsky, M., «Telepresence»,Omni, vol. 2, junio de 1980, pág. 199

36. Anónimo, «Last word on telechirics»,New Scientist, n° 391, 14 de mayo de 1964, pág. 405.

37. Anónimo, «Last word on telechirics»,op. cit, pág. 41. El final del texto plagia la famosa frase de Hilaire Belloc: «Whatever happens we have got The Maxim Gun, and they have not», Hilaire Belloc,The Modern Traveller, Arnold, Londres, 1898, pág. 41.

2. Genealogía del Predator

La humanidad tenía necesidad de ella y pronto ella estuvo allí.

Hegel38

La mujer joven que posaba allí, en 1944, con una hélice de dron en la mano, se llamaba Norma Jean Dougherty. Fue inmortalizada por un fotógrafo que llegó para hacer un reportaje sobre laRadioplaneCompany, fundada enLos Ángelespor Reginald Denny, un actor del cine mudo reconvertido al aeromodelismo. Así fue descubierta quien hasta entonces era una obrera y que posteriormente se transformaría en Marilyn Monroe. El dron nace, parcialmente, enHollywood. Forzosamente, entonces, bajo el signo del falso-semblante.

Originalmente, en inglés, el término significaba «zángano» —a la vez el insecto y su zumbido—. A comienzos de la Segunda Guerra Mundial, el término empieza a cobrar otro sentido. Los aprendices de artilleros norteamericanos utilizaban la expresióntarget drones, «drones-blanco», para designar a los pequeños aviones telecomandados que apuntaban en sus entrenamientos. La metáfora no se refería solamente al tamaño de los aparatos o al ronroneo de su motor. Los zánganos son machos sin aguijón, que las abejas acaban por matar. La tradición clásica los transformó en emblemas de lo artificial y prescindible.39Eso era eltarget drone: una maqueta hecha para ser abatida.

Todavía habrá que esperar mucho tiempo para ver a los drones planear sobre los campos de batalla. Sin embargo, la idea era antigua: la habían tenido el Curtiss-Sperry aerial torpedo y elKetteringBug al final de la Primera Guerra Mundial. Y luego, obviamente, los V-1 y V-2 nazis lanzados sobre Londres en 1944. Pero esos antiguos torpedos voladores pueden considerarse como los ancestros del misil crucero antes que del dron actual. La diferencia esencial reside en lo siguiente: mientras que el primero sirve una vez, el segundo es reutilizable.40El dron no es un proyectil, es un artefacto que lleva proyectiles.

En Vietnam, el Air Force, para contrarrestar las pérdidas causadas por los misiles tierra-aire soviéticos, invirtió en el programa de drones para reconocimiento: los Lightning Bugs de la firma Ryan.41Esos «vehículos pilotados a distancia», explicaba entonces un oficial norteamericano, «evitan que las tripulaciones sean asesinadas o hechas prisioneras [...], gracias a ello, la supervivencia ya no es un factor determinante a tener en cuenta».42

Una vez que terminó la guerra, estos artefactos fueron dejados de lado.43A finales de los años 1970, el desarrollo de los drones militares había sido prácticamente abandonado en Estados Unidos; no obstante, su desarrollo continuaba en otro lado. Israel, quien había heredado algunas de esas máquinas, supo percibir las ventajas tácticas potenciales.

En 1973, las Tzáhal (fuerzas de defensa de Israel) encaran frente a Egipto el problema táctico de los misiles tierra-aire. Tras haber perdido una treintena de aparatos durante las primeras horas de la guerra de Yom Kipur, la aviación del Estado hebreo cambia de táctica: decide enviar una ola de drones con el objetivo de engañar a las defensas adversarias: «Una vez que los egipcios dispararon su primera salva contra los drones, los aviones de combate pudieron pasar al ataque mientras el enemigo recargaba».44La astucia le permitió a Israel asegurarse el control del cielo. Este mismo tipo de táctica volverá a ser utilizado contra los sirios en 1982, en la meseta de Bekaa. Tras desplegar previamente su flota de drones Mastiff y Scouts, los israelíes enviaron aviones-señuelo en dirección a los radares enemigos, que activaron sus misiles tierra-aire completamente en vano. Los drones, que observaban la escena desde el cielo, pudieron fácilmente localizar el emplazamiento de las baterías antiaéreas y marcárselas a los aviones de combate, que las aniquilaron a su paso.

Dos días después de que un atentado terrorista destruyera el campo de marines situado en Beirut, en octubre de 1983, el general norteamericano P.X. Kelley se presentó secretamente en el lugar de los hechos. Ninguna filtración había delatado su llegada. Y sin embargo, desde el otro lado de la frontera, los oficiales del servicio secreto israelí observaban, en directo en una pantalla de televisión, las imágenes de su llegada y de su inspección. Incluso podían «zoomear» y focalizar directamente sobre su cabeza el visor de la mira. Unas horas más tarde, en Tel-Aviv, los israelíes le mostraron el pequeño film a un general estupefacto. La escena, le explicaron, les había sido transmitida por un dron «Mastiff», que patrullaba a resguardo de las miradas sobre el campamento.45Ese fue uno de los pequeños acontecimientos que contribuyeron al relanzamiento de los programas de drones norteamericanos en los años 1980. «Todo lo que hice», confiesa Al Ellis, el padre de los drones israelíes, «fue tomar un avión del modelismo, equiparlo con un aparato de fotografía y tomar imágenes [...] pero eso dio nacimiento a toda una industria».46

En aquella época, sin embargo, los drones eran solamente artefactos de «información, vigilancia y reconocimiento». Tenían ojos, no armas. La metamorfosis se produce casi por azar, entre Kosovo y Afganistán, mientras despuntaba el nuevo milenio. General Atomics concibió desde 1995 un nuevo prototipo de avión-espía telecomandado: el Predator. A pesar de lo que dejaba presagiar ese nombre inquietante, la bestia todavía no estaba provista ni de garras ni de colmillos. En Kosovo, donde fue desplegado en 1999, el dron se limitaba a filmar y a «iluminar» los blancos con láser para marcarle a los aviones F16 el punto exacto de los ataques.

«Hizo falta la brusca irrupción de una “nueva forma de guerra” para que elPredatorse transforme realmente en unpredador».47Apenas unos meses antes del 11 de septiembre de 2001, oficiales que habían actuado en Kosovo tuvieron la idea de equipar, de manera experimental, un misil antitanque:

El 16 de febrero de 2001, tras realizar varias pruebas en una base de la Air Force, en Nellis, un Predator logra alcanzar su objetivo con un misil Hellfire AGM-114C. ElPredatorse volvió unpredador. Pero nadie podía imaginarse todavía que lo vería, antes del fin del año en curso, atrapar como presas a objetivos vivientes en Afganistán.48

Apenas dos meses después del comienzo de las hostilidades, George Bush pudo declarar: «La guerra en Afganistán nos enseñó más sobre el futuro de nuestro ejército que decenas de coloquios y reuniones dethink tanks. El Predator es un muy buen ejemplo [...] es evidente que el ejército no posee suficientes vehículos sin piloto».49

Imagen 3.Un dron Predator disparando un misil Hellfire.

Notas:

38. Hegel, G.W.F.,Leçons sur la philosophie de l’histoire, Vrin, París, 1963, pág. 309. [Trad. esp.:Lecciones sobre la filosofía de la historia universal, Alianza, Madrid, 2013].

39. «Los zánganos no tienen aguijón. Son como abejas imperfectas: es una última generación, una producción retardada de las viejas moscas de miel que se hicieron en su tiempo», Plinio,Histoire naturelle, tome IV, París, Dessaint, 1772, pág. 237. [Trad. esp.:Historia Natural, Cátedra, Madrid, 2007].

40.