21 de diciembre: Vuelvo a casa por Navidad - un calendario navideño erótico - Malin Edholm - E-Book

21 de diciembre: Vuelvo a casa por Navidad - un calendario navideño erótico E-Book

Malin Edholm

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Beschreibung

Olof está a punto de celebrar la Navidad en su ciudad natal y la ansiedad es un hecho. Su vieja amiga Tess le ha pedido que vaya a la fiesta de bienvenida del pueblo y a Olof le aterra la idea de cruzarse con su enamorado adolescente Zebastian. Se toma muchos chupitos para evitarlo todo, pero por supuesto no lo consigue y tiene que enfrentarse a sus antiguos sentimientos ...Vuelvo a casa por Navidad es un romance navideño que trata de atreverse a enfrentarse a los viejos demonios y que los años de anhelo encuentren por fin una salida.-

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Malin Edholm

21 de diciembre: Vuelvo a casa por Navidad - un calendario navideño erótico

Translated by Carolina Gandia

Lust

21 de diciembre: Vuelvo a casa por Navidad - un calendario navideño erótico

 

Translated by Carolina Gandia

 

Original title: Jag kommer hem till jul

 

Original language: Swedish

 

Copyright © 2020, 2021 Malin Edholm and LUST

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726761214

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

Y tal como era de esperarse, ahí estaba de nuevo. En la somnolienta ciudad minera donde se había criado, repleta de los fantasmas de su infancia. Una vez al año, Olof volvía para celebrar la Navidad con su familia. Volvía a la ciudad de la que había huido a tan solo una semana de su graduación. Se marchó y se fue tan lejos como pudo, a una ciudad más grande que quedaba al otro lado del país. Todos los años era lo mismo. Como siempre, había una preciosa capa de nieve cubriendo toda la ciudad, pero el resplandeciente manto no podía ocultar lo muerta que estaba. Las calles estaban vacías y las tiendas hacía tiempo que se habían vaciado y cerrado, trasladadas al centro comercial en las afueras de la ciudad.

Su personalidad y sus sueños habían sido demasiado grandes, demasiado especiales, demasiado raros... Incluso en la escuela de primaria. Su comportamiento extravagante había sido respondido no con golpes físicos, sino con malas palabras y cejas elevadas con desprecio. Lo único que aceptaba el pueblo era lo normal – mientras no fuera especial, estaba bien. Así era la vida entonces. Ahora no eran más que recuerdos. Pero por tan lejanos que fueran, siempre volvían a molestarlo tan pronto el tren se detuviera y él se bajara al andén, con un poco de miedo y una pizca de claustrofobia.

Esta vez, sin embargo, era diferente. En lugar de pasar unos días tranquilos con sus padres y posiblemente un tío y su esposa, sentado frente a la televisión, leyendo, paseando y comiendo, saldría de fiesta el día de Navidad. La famosa salida del día de Navidad que siempre se había saltado, hasta entonces. Salir en su ciudad natal era algo que no había hecho desde el año en que cumplió los dieciocho años, cuando aún estaba en el instituto.

Había planeado decir que no cuando su vieja amiga Tess se puso en contacto con él y le pidió que saliera el día de Navidad, pero dijo que sí y ahora la ansiedad bullía bajo su piel. ¿Qué le había hecho decir que sí?

Los amigos de infancia los había perdido con los años. Era difícil mantener una amistad a través de las redes sociales. Ahora apenas sentía que eran conocidos, solo personas con recuerdos compartidos. Sin embargo, había una persona a la que esperaba ver con temor y expectación a partes iguales... Si él iba a salir el día de Navidad, valdría la pena ir.

También le gustaría ver a Tess. Ella era una de las que, como él, se había ido. Cuando se levantó una mañana pensando que se había quedado embarazada de su entonces novio perdedor, tuvo un brusco despertar y salió corriendo de la ciudad casi tan rápido como Olof. Se había cargado una gran mochila de senderismo en la espalda y viajado por el mundo. Con el tiempo, Olof dejó de darle “Me gusta” a sus publicaciones, de comentarle las fotos, de interesarse en sus viajes. Era una pena.

Tal vez ahora tendrían la oportunidad de ponerse al día y recuperar el interés que se había disipado.