La realidad en crisis - Gabriel Markus - E-Book

La realidad en crisis E-Book

Gabriel Markus

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Beschreibung

La crisis pandémica ha evidenciado la necesidad de una Nueva Ilustración, una nueva puesta en valor del conocimiento humanístico. La realidad en crisis recopila tres conferencias impartidas por Markus Gabriel en el Tecnológico de Monterrey durante tiempos de encierro total con las que invita a retomar ese camino de reflexión y descubrimiento: «Virus y sociedad. La crisis del orden simbólico», «La objetividad y las humanidades: perspectivas para un Nuevo Realismo» y «La crisis del ser humano». El filósofo aborda los grandes desafíos a globales a los que se enfrenta la sociedad del siglo xxi: «alcanzar una cooperación transcultural, transdisciplinaria, una cooperación con miras a una organización moralmente mejor de la humanidad en este planeta (más allá de la explotación, de la dominación, de la asimetría, que todavía caracterizan el orden del poder), el único que nos queda».

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MARKUS GABRIEL (1980)

Realizó estudios en Bonn, Heidelberg, Lisboa y Nueva York. Es uno de los representantes más prominentes de la filosofía del Nuevo Realismo, elemento central de su actual proyecto de Nueva Ilustración. A la edad de 29 años se convirtió en el profesor de tiempo completo de filosofía más joven de Alemania. Desde el 2009 tiene a su cargo el Departamento de Epistemología y Filosofía Moderna y Contemporánea en la Universidad de Bonn. Es Director del Centro Internacional de Filosofía y dirige también el Centro de Ciencia y Pensamiento. Entre sus libros más destacados se encuentran Por qué no existe el mundo, El sentido del pensamiento, Ética para tiempos oscuros: Valores universales para el siglo XXI y Yo no soy mi cerebro: filosofía de la mente.

Primera edición: noviembre, 2021

© Markus Gabriel, 2021

© Vaso Roto Ediciones, 2021

ESPAÑA

C/ Alcalá 85, 7° izda.

28009 Madrid

[email protected]

www.vasoroto.com

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento.

Impreso y gestionado por Bibliomanager

ISBN: 978-84-124085-8-4

eISBN: 978-84-124882-8-9

IBIC: HP

Markus Gabriel

La realidad en crisis

Índice

Prólogo

VIRUS Y SOCIEDAD

La crisis del orden simbólico

Presentación

Nueva Ilustración en el mundo poscoronial. PALOMA VARGAS

Virus y sociedad

La crisis del orden simbólico. MARKUS GABRIEL

Coloquio

La crisis de la objetividad en las humanidades

Presentación

La objetividad y las humanidades: perspectivas para un Nuevo Realismo. JAVIER SERRANO

La objetividad y las humanides: perspectivas para un Nuevo Realismo. MARKUS GABRIEL

Coloquio

La crisis del ser humano

Presentación

La búsqueda de sentido en un mundo que no existe. IVÓN CEPEDA-MAYORGA

La crisis del ser humano. MARKUS GABRIEL

Coloquio

Prólogo

La coyuntura del presente nos obliga a mirar a cuanta disciplina seria tenemos alrededor para comprender, para serenar, para abrazar. Nada mejor que las ciencias, tan interesantes, tan maduras, para analizar y resolver los grandes dilemas que tenemos frente a nosotros. Las tecnologías, con su eficiencia y elegancia, nos ayudan a resolver tan apremiante situación. También las humanidades tienen mucho que aportarnos.

De los historiadores hemos aprendido que las pandemias han marcado episodios dramáticos de manera persistente en la historia humana. Con la mirada histórica hemos podido poner en dimensión nuestra tragedia. Pero también nos han hecho ver que las vías de solución en este pequeño espacio de tiempo son increíbles.

Las artes, con sus distintos lenguajes, nos han mostrado tanto el drama como lo sublime de la condición humana ante tiempos tan insólitos: el canto agradecido, viajando de balcón a balcón, animando a la especie humana a sobrevivir; las letras y la poesía esparcidas en las redes sociales, siempre presentes (¿siempre ausentes?), saludando a los que estamos, despidiéndonos de los que se fueron; y las artes visuales, con su enorme peso de vigencia nos muestran, en primera persona, la fragilidad, la transparencia del transcurrir.

Y está la filosofía, quehacer deambulante, reflexivo, que nos conforma el rostro, el ethos, hoy, que tanto lo necesitamos. Pero no sólo está la dimensión ética de la filosofía, tan de moda, para bien y para mal. Está la dimensión epistemológica del quehacer filosófico, importantísimo para desplegar o en su caso crear nuevas categorías para comprender esta fascinante realidad. Doliente, complicada, pero fascinante realidad. Además del ethos y de la episteme es importante recurrir a la ontología. Ante una existencia que nos ha hecho crisis de manera tan repentina, qué importante es volcar los cuestionamientos sobre el ser y sus trascendentales.

Hacer este recorrido onto-episteme-ético de la generosa mano del filósofo Markus Gabriel ha sido una bocanada, sí, literal, una bocanada de ideas frescas en estos tiempos turbulentos. Aprecio mucho a los filósofos, aprecio más a los que tienen la virtud de hablar a las grandes audiencias de los temas que a todos nos deben interesar en momentos pandémicos y también en la cada vez más cercana época «poscoronial», término hermosamente acuñado, provocador, astuto, de nuestro estimado Markus.

Ante una pandemia global, no queda otra, hay que «eliminar los frenos de la ética local tradicional». Y he aquí la gran encrucijada: ¿se puede imponer el deber a una experiencia terca que difícilmente nos deja ver más allá de nuestra inmediatez? Markus Gabriel, sin suavidad, nos dice, esta es la crisis. La urgencia de construir una visión «poscoronial» es una tarea filosófica del ser político de nuestros tiempos. ¿Lo lograremos?

Para ubicar a nuestro querido lector, el presente libro es la recopilación de tres conferencias dadas por Markus Gabriel al Tecnológico de Monterrey y al público en general durante tiempos de encierro total prácticamente en todo el mundo. Pero ese no era el plan… Conocí a Markus Gabriel en una conferencia en Buenos Aires, Argentina, en el mes de julio del 2019, 2 de julio para ser precisos. Y lo conocí personalmente gracias a los buenos oficios de Diego de la Vega, entrañable exalumno del Tec. La conversación bonaerense con Markus se convirtió rápidamente en una invitación a que nos acompañara en los festejos del 30 aniversario de la Feria Internacional del Libro en el 2020. Y quién iba a pensar… que ni festejo, ni Feria, ni Markus.

Pero la voluntad puede más que la tragedia, nos ha enseñado Edipo («Pues si la noche deja algo pendiente, a terminarlo después llega el día»). Así que la organización virtual de las intervenciones de Markus, gracias a la generosidad tanto de la Feria Internacional del Libro Monterrey como de la Cátedra Alfonso Reyes, terminaron siendo un gran ejercicio cacuménico, con todo y gozo. Y para la posterioridad, aquí el registro de la palabra escrita.

No creo en las coincidencias, que es lo mismo que decir que creo que todo es coincidencia. Lo que comenzó con una conversación amenísima en Buenos Aires, culminará, una vez que los buenos aires nuevamente circulen por el planeta, con unos mezcales haciendo salud por esta humanidad, por estos hijos, que se lo merecen. Erika, Ana Laura, Armando, Diego, Markus, nos vemos pronto.

Dr. ENRIQUE TAMÉSEscuela de Humanidades y Educación,Tecnológico de Monterrey

VIRUS Y SOCIEDAD

La crisis del orden simbólico

Presentación

Nueva Ilustración en el mundo poscoronial

PALOMA VARGAS

Cocoliztli es la denominación que aparece en las crónicas mexicanas para referir a las principales epidemias ocurridas en el siglo XVI, la de 1545 y la de 1576. Se trata de la palabra náhuatl para plaga que bautizó a una enfermedad que no presentaba erupciones cutáneas y cuyos síntomas característicos eran copiosas hemorragias nasales y abscesos retroauriculares. La cocoliztli, que en el 2018 se identificó como salmonela gracias a estudios de arqueogenética, causó la muerte de millones de personas y tuvo efectos de enorme importancia para la configuración del poder virreinal y los grupos indígenas. Y por lo tanto del México en el que hoy vivimos y hemos heredado.

Tal como hoy sucede con el Covid 19 y utilizando la terminología de Markus Gabriel, la cocoliztli se convirtió en una entidad social frente a la cual españoles e indígenas tuvieron que haberse posicionado. De hecho, las crónicas refieren cómo los temazcales, que habían sido utilizados como medida terapéutica hasta ese momento, se convirtieron en centros de contagios con la cocoliztli. También, que se llevaban a cabo mitotes y rituales utilizados para enfrentarse culturalmente a una epidemia que junto a los cambios sociales, representaba la alteración definitiva del orden simbólico.

Fernand Braudel señala que el oficio de historiar parte de la necesidad que surge en un determinado presente por hacer preguntas específicas a un pasado, del cual se pretende desentrañar sentido o cierto grado de entendimiento sobre la experiencia humana que es significativa en el dicho presente. Es por eso que desde marzo del 2020 el interés por el estudio de las perspectivas históricas y literarias de las epidemias en México ha crecido en el seno de los estudios humanísticos de nuestra universidad.

En el mes de septiembre del 2020 la Cátedra Alfonso Reyes nos permitió contar con la presencia del filósofo Markus Gabriel, catedrático de la Universidad de Bonn. Autor de los libros Por qué no existe el mundo y Sentido y existencia, una antología realista, entre otras destacadas publicaciones. Con el título «Virus y sociedad: la crisis del orden simbólico» de la mano de Markus exploramos una mirada que no es hacia el pasado, sino hacia el futuro, abordando ideas como el imperativo virológico, el progreso moral y en general un modelo para una visión positiva de un futuro donde el orden poscoronial ofrece la posibilidad de la reconstrucción del orden global en términos éticos y morales.

Ante la crisis del orden simbólico, el imperativo virológico es una visión de carácter moral en la que, en palabras de Gabriel, «debemos y podemos permitirnos reconstruir el orden global en términos de objetivos moralmente justificables, incluso éticamente deseables». La necesidad de una brújula moral que apunte a la cooperación internacional es indispensable para enfrentar el mundo «poscoronial», uno en el que la actual crisis del coronavirus será recordado como sólo un presagio de una situación de crisis incomparablemente más peligrosa: la crisis ecológica.

El hombre, como ente capaz de una moralidad superior, puede realizar cambios sistemáticos en el comportamiento. «Mi visión positiva para el orden poscoronial es que ahora deberíamos aplicar a los grandes desafíos del siglo XXI la brújula moral universal que usamos al comienzo de la pandemia con respecto al imperativo virológico», señaló Markus Gabriel.

En este orden de ideas ¿qué valores morales deben guiar la interpretación de nuestras acciones? ¿Cuáles son los elementos de nuestro orden simbólico que habrán de perdurar? El filósofo apunta la necesidad de una Nueva Ilustración. Esto remite a la importancia del conocimiento humanístico y su aportación en la formación de una sociedad capaz de asumir los cambios profundos e ineludibles que el histórico 2020 nos ha planteado como individuos, como humanos.

Virus y sociedad

La crisis del orden simbólico

MARKUS GABRIEL

El orden simbólico se ha visto sacudido desde que la Organización Mundial de la Salud declaró una pandemia viral en marzo de 2020. Los subsistemas formativos de la sociedad moderna se han descarrilado y tratan de frenar su rumbo deslizante bajo la lupa de una atención globalmente coordinada sin precedentes. El orden simbólico es el lugar donde la sociedad se representa a sí misma. La sociedad es el sistema máximo de transacciones sociales, nunca cerrado y por principio inaprehensible. Debido a que la sociedad no es aprehensible y ni siquiera puede aproximarse ni controlarse como un todo, siempre hay concepciones de la sociedad que están más o menos distorsionadas por su naturaleza. Por tanto, el orden simbólico es siempre susceptible a los engaños y autoengaños, las ideologías, manipulaciones, propaganda, etcétera. Es decir, a toda la gama de fenómenos que se generan debido a que las personas actúan en condiciones de incertidumbre, falibilidad, presiones del tiempo, incertidumbres y complejidades que nunca podrán eliminarse con éxito (cf. Gabriel 2020a).

Los virus pertenecen ontológicamente al reino de las entidades naturales. Las entidades naturales son aquellas cuyas propiedades son en su totalidad, o en gran medida, independientes de cómo las definamos como seres vivos dotados de espíritu, lenguaje o teoría. El SARS-CoV-2 tiene un determinado genoma de virus, nucleótidos, etcétera, cuyo análisis conducido en febrero de 2020 lo clasificó como perteneciente a la misma especie que el SARS-CoV.

Este punto se complica ontológicamente. La clasificación del nuevo coronavirus en la especie de SARS fue acompañada automáticamente de una evaluación de riesgos, ya que ha habido un amplio consenso durante más de una década de que el SARS es un virus particularmente peligroso para los humanos. El proceso taxonómico al comienzo de la crisis del coronavirus fue controvertido porque el uso del término SARS-CoV-2, como se le llama ahora, contribuye al hecho de que, como todos hemos visto, «[la gente] entra en pánico al pensar en una reaparición del SARS», contra lo que advirtió un grupo de virólogos chinos en la reconocida revista The Lancet a principios de marzo de 2020. «[El] nombre SARS-CoV-2 podría tener efectos adversos sobre la estabilidad social y el desarrollo económico en países donde el virus está causando una epidemia, quizás incluso en todo el mundo».1 La respuesta a esta sugerencia en el mismo número de la publicación se basa en el hecho de que la clasificación taxonómica como SARS-CoV-2 es genéticamente correcta, por lo que los autores conceden: «La relación entre el nombre de un patógeno viral y sus enfermedades asociadas es compleja» y por ello proponen en el futuro, desde un punto de vista médico humano, denominar una versión más inofensiva del virus, anticipada por uno de los dos grupos de discusión, como «coronavirus humano de baja patogenicidad, como LPH-CoV» a su debido tiempo2.

En esta foto instantánea de un complejo debate virológico se muestra rápidamente que el nuevo coronavirus no es de ninguna manera exclusivamente una entidad natural. Desde que nosotros como anfitriones notamos que la enfermedad, más tarde conocida como Covid 19, es causada por el virus, éste se ha venido entretejiendo en procesos socioeconómicos y, por lo tanto, se ha convertido en una entidad parcialmente social. A diferencia de una entidad puramente natural, una entidad social tiene esencialmente propiedades que sólo pueden explicarse si se tiene en cuenta la reacción coordinada consciente o inconsciente de varias personas cuyas acciones están alineadas con la entidad.3 Cuando las personas cooperan ante una situación peligrosa, esta situación se traslada a una dimensión social, lo que no significa que pierda sus propiedades naturales ipso facto: una entidad natural formateada socialmente sigue siendo (en gran parte) natural.4

La reacción a una pandemia viral, a diferencia de la lógica de la propagación de un virus, no es (en gran medida) natural. No existe (o al menos no se conoce) una sociobiología que nos permita entender a los humanos, es decir, explicar científicamente sus reacciones, particularmente en materia de política sanitaria ante la declaración de una pandemia viral. El hecho de que las fronteras nacionales se hayan cerrado dentro de Europa no puede explicarse sociobiológicamente, y sería una hipótesis extremadamente extraña suponer que la existencia de fronteras nacionales tiene una explicación sociobiológica.

El imperativo virológico

La reacción social en su totalidad, especialmente la reacción política al virus, incluidas las clasificaciones virológicas de actores políticamente involucrados como el Instituto Robert Koch, así como la declaración de una pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud, modifica la interacción de los subsistemas de la sociedad, lo que se refleja en el término «relevancia sistémica». Los grandes sistemas geopolíticos han estado escenificando sus valores en todos los canales disponibles durante meses y los movilizan mediante su gestión de crisis normativa.

Permanece indefinido qué actores políticos garantizarán la soberanía interpretativa sobre la crisis del coronavirus en los próximos años, ya que actualmente todavía nos regimos por leyes de protección contra infecciones y estados de emergencia. Como resultado,