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En la novena parte de la serie sobre Nova y su investigación privada, se encuentra con Hans, su antiguo jefe de la joyería. Disfruta tanto de él como de la nueva información so-bre Elvira que quizás le resulte útil. ¿Tal vez Tom Rice pueda ayudarle a unir las piezas del rompecabezas? Nova sueña con volver a ver su tatuaje secreto...Doble juego es un relato del género negro erótico, es decir, literatura de suspense con elementos eróticos.-
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Seitenzahl: 26
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Emma Silver
Translated by Carolina Gandia Segura
Lust
Nova 9: Juego doble – una novela corta erótica
Translated by Carolina Gandia Segura
Original title: Nova 9
Original language: Swedish
Copyright © 0, 2022 Emma Silver and LUST
All rights reserved
ISBN: 9788726789607
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
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Cuando Nova aparcó la moto frente a la casa de Hans de Goetz, tuvo una sensación de déjà vu. El recuerdo de lo que Simon y ella habían visto allí después de seguir a Elvira hacía unos días había permanecido, de alguna forma, en su mente. Hans sumisamente desnudo y Elvira con tacones afilados y el látigo ondeando sobre las nalgas desnudas de Hans.
Nova no había vuelto a ver a ninguno de los dos desde entonces. Que no viera a Hans a diario era normal, no se cruzaban más que de vez en cuando, pero Elvira se había convertido en parte de su vida cotidiana. Al día siguiente, Elvira estaría ciertamente cansada, no era de extrañar que se quedara a dormir y que Hans y ella repitieran lo que habían hecho por la noche. Le había dicho a Nova que había vuelto tarde con la amiga con la que dijo que había quedado y que quería tener una noche tranquila. Lo último era sin duda cierto, pero incluso esa noche Elvira había sido ambigua cuando Nova le había preguntado si iban a verse. ¿Estaba todavía cansada o simplemente tenía algo en mente que no quería que Nova supiera?
Se preguntó si debía llamar a Hans antes de ir a verle, por si tenía otra visita, Elvira u otra persona, pero había decidido que en cualquier caso necesitaba un poco de aire y que un paseo de ida y vuelta en bicicleta le sentaría bien, incluso si Hans no podía recibirla.
Cuando llamó al timbre, recordó la última vez que lo había hecho, cuando Hans la recibió en bata, despeinado, tan sexy que Nova no pudo evitar mirar por debajo de la tela cuando se sentó con las piernas cruzadas y reveló lo que había allí debajo.
—Nova, qué agradable sorpresa —dijo Hans, dándole un beso en la mejilla—; e inesperada. —Iba vestido con unos pantalones chinos oscuros, una camisa blanca y lo que Nova supuso que eran unas zapatillas de estar por casa, pero que bien podrían haber sido mocasines.
—Bueno, pensé que había pasado un tiempo y estoy segura de que te gustaría invitarme a una copa. Me dio mucha sed el viaje en bicicleta —ella le devolvió el beso.
—¡Por supuesto! ¡Entra! No tenía muchas cosas que hacer —entró en la sala de estar y a Nova le pareció que se movía un poco a trompicones—. ¿Qué va a ser? ¿Whisky? ¿Vino? Tengo un buen rosado en la nevera, si te va bien.