Poema de otoño y otros poemas - Rubén Darío - E-Book

Poema de otoño y otros poemas E-Book

Darío Rubén

0,0

Beschreibung

Poema de otoño es uno de los poemas más conocidos de del poeta Rubén Darío. La colección de poemas que lo acompañan abarca temas como la búsqueda de la belleza, la unidad, la mitología, el erotismo o el exotismo, temas estrellas del poeta. -

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern
Kindle™-E-Readern
(für ausgewählte Pakete)

Seitenzahl: 39

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Rubén Darío

Poema de otoño y otros poemas

 

Saga

Poema de otoño y otros poemasCover image: Shutterstock Copyright © 1903, 2020 Rubén Darío and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726551112

 

1. e-book edition, 2020

Format: EPUB 3.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

SAGA Egmont www.saga-books.com – a part of Egmont, www.egmont.com

POEMA DEL OTOÑO

Y sentimos la vida pura,

clara, real,

cuando la envuelve la dulzura

primaveral.

Tú que estás la barba en la mano

meditabundo,

¿has dejado pasar, hermano,

la flor del mundo?

Te lamentas de los ayeres

con quejas vanas:

¡aún hay promesas de placeres

en los mañanas!

Aún puedes casar la olorosa

rosa y el lis,

y hay mirtos para tu orgullosa

cabeza gris.

El alma ahita cruel inmola

lo que la alegra,

como Zingua, reina de Angola,

lúbrica negra.

Tú has gozado de la hora amable,

y oyes después

la imprecación del formidable

Eclesiastés.

El domingo de amor te hechiza;

mas mira cómo

llega el miércoles de ceniza;

Memento, homo ...

Por eso hacia el florido monte

las almas van,

y se explican Anacreonte

y Omar Kayam.

Huyendo del mal, de improviso

se entra en el mal

por la puerta del paraíso

artificial.

Y, no obstante, la vida es bella,

por poseer

la perla, la rosa, la estrella

y la mujer.

Lucifer brilla. Canta el ronco

mar. Y se pierde

Silvano oculto tras el tronco

del haya verde.

Y sentimos la vida pura,

clara, real,

cuando la envuelve la dulzura

primaveral.

¿Para qué las envidias viles

y las injurias,

cuando retuercen sus reptiles

pálidas furias?

¿Para qué los odios funestos

de los ingratos?

¿Para qué los lívidos gestos

de los Pilatos?

¡Si lo terreno acaba, en suma,

cielo e infierno,

y nuestras vidas son la espuma

de un mar eterno!

Lavemos bien de nuestra veste

la amarga prosa;

soñemos en una celeste,

mística rosa.

Cojamos la flor del instante;

¡la melodía

de la mágica alondra cante

la miel del día!

Amor a su fiesta convida

y nos corona.

Todos tenemos en la vida

nuestra Verona.

Aun en la hora crepuscular

canta una voz:

«¡Ruth, risueña, viene a espigar

para Booz!»

Mas coged la flor del instante,

cuando en Oriente

nace el alba para el fragante

adolescente.

¡Oh! Niño que con Eros juegas,

niños lozanos,

danzad como las ninfas griegas

y los silvanos.

El viejo tiempo todo roe

y va deprisa;

sabed vencerle, Cintia, Cloe

y Cidalisa.

Trocad por rosas azahares,

que suena el son

de aquel Cantar de los Cantares

de Salomón.

Gozad de la dulce armonía ...

Príapo vela en los jardines

que Cipris huella;

Hecate hace aullar los mastines;

mas Diana es bella,

y apenas envuelta en los velos

de la ilusión,

baja a los bosques de los cielos

por Endimión.

¡Adolescencia! Amor te dora

con su virtud;

goza del beso de la aurora,

¡oh juventud!

¡Desventurado el que ha cogido

tarde la flor!

y ¡ay de aquel que nunca ha sabido

lo que es amor!

Yo he visto en tierra tropical

la sangre arder,

como en un cáliz de cristal,

en la mujer.

Y en todas partes la que ama

y se consume

como una flor hecha de llama

y de perfume.

Abrasaos en esa llama

y respirad

ese perfume que embalsama

la Humanidad.

Gozad de la carne, ese bien

que hoy nos hechiza,

y después se tornará en

polvo y ceniza.

Gozad del sol, de la pagana

luz de sus fuegos;

gozad del sol, porque mañana

estaréis ciegos.

Gozad de la dulce harmonía

que a Apolo invoca;

gozad del canto, porque un día

no tendréis boca.

Gozad de la tierra, que un

bien cierto encierra;

gozad, porque no estáis aún

bajo la tierra.

Apartad el temor que os hiela

y que os restringe;

la paloma de Venus vuela

sobre la Esfinge.

Aún vencen muerte, tiempo y hado

las amorosas;

en las tumbas se han encontrado

mirtos y rosas.

Aún Anadiódema en sus lidias

nos da su ayuda;

aún resurge en la obra de Fidias

Friné desnuda.

Vive el bíblico Adán robusto,

de sangre humana,

y aún siente nuestra lengua el gusto

de la manzana.

Y hace de este globo viviente

fuerza y acción

la universal y omnipotente

fecundación.

¡Vamos al reino de la Muerte

por el camino del Amor!

corazón del cielo late

por la victoria

de este vivir, que es un combate

y es una gloria.

Pues aunque hay pena y nos agravia

el sino adverso,

en nosotros corre la savia

del universo.

Nuestro cráneo guarda el vibrar