0,99 €
Este es un intento de revertir la enseñanza tradicional de idiomas. El inicio del aprendizaje de un idioma no debe comenzar con la parte escrita, el texto de una lección y el registro óptico de letras mediante el ojo, sino escuchando palabras con el oído, repitiéndolas y preguntando aquellas que no se entienden. No es hasta el final cuando llega la consolidación a través de la escritura para retener en la memoria lo que se ha aprendido.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Prólogo
Capítulo I
Capítulo II: Sidi Bou Said
Capítulo III: Cartago
Capítulo IV: Bizerta
Observaciones finales
Como docente de francés, he caído en la cuenta de que los alumnos aprenden con mayor o menor rapidez a memorizar un texto y también a leer en voz alta con un acento perfecto. También pueden entender correctamente el texto y traducirlo a su idioma. Además, en los dictados aprenden con más o menos errores a escribir en un idioma extranjero. Sin embargo, en cuanto uno quiere conversar con ellos en una lengua extranjera, se quedan sin palabras. Siempre les falta vocabulario para responder y los conocimientos para formar una frase completa.
El programa interrogativo
Estando en una clase de 4. ° de ESO, es decir, en el último curso de educación secundaria, estaba tratando con un grupo los pronombres interrogativos para formar oraciones como, p. ej.:
¿A quién has visto?
¿De quién has recibido eso?
¿A quién conoces?
¿Quién es ese/a?
¿Qué es eso?
¿Qué le has dado?
Ahí me fijé en que incluso los alumnos más avanzados tenían dificultades para distinguir entre el objeto directo y el sujeto.
Educación infantil
Al mismo tiempo vino a visitarnos unos días mi nieta pequeña. Es una niña de cinco años. Cuando cumplió tres años, mi hija se mudó con ella a Francia, a los alrededores de Grenoble. Allí asistía a su clase de educación infantil. Aunque mi hija continuaba hablando con ella en alemán, la pequeña cambiaba al idioma que hablaba con sus compañeros de clase. No quería hablar alemán, aunque sí lo entendía. Por eso yo tenía que conversar con ella en francés. Lo hice con gusto, pues me permitió realizar observaciones interesantes. La pequeña de cinco años dominaba todas las preguntas con pronombres interrogativos, sin esfuerzo ni errores, mientras que yo me esforzaba en vano por que mis alumnos de dieciséis años lo consiguieran.
Reflexión fundamental
Uno no puede aprender correctamente un idioma si primero aprende las vocales una a una, luego las combina para formar frases empleando las normas gramaticales más sencillas, asciende progresivamente el grado de dificultad y amplía poco a poco el vocabulario.
Más bien al contrario: la conversación y la expresión oral deben situarse al principio de cualquier aprendizaje de idiomas y no al final.
Las primeras oraciones
Para comenzar, debe emplearse una oración escuchada y hablada y no una palabra aislada o la forma en que se escribe.
¿Qué es eso?
¿Cómo te llamas?
¿Dónde vives?
¿Quiénes son tus padres?
¿Cuántos hermanos tienes?
¿Cuánto cuesta eso?
¿Tenéis una casa?
En la educación infantil, lo primero que se aprende es los nombres de los niños. Luego se pregunta a los niños todo lo relativo a su entorno.
Pregunta y respuesta