Atrapada - Kris Buendía - E-Book

Atrapada E-Book

Kris Buendía

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Beschreibung

Estaba segura que una vez entrara en su oficina, estaba pisando tierra peligrosa. Solamente bastó sentirse protegida, deseada y amada para dejarse atrapar por Angel Ivanović y empezar a convertirse en su más preciado imperio. Pero a pesar de que Hannah ahora es más feliz de lo que alguna vez lo fue, hay algo que no encaja… La seducción continúa. —Termina con esto de una vez. —No terminará hasta que yo lo diga.

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ATRAPADA

 

 

 

 

 

 

 

KRIS BUENDIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

También de Kris Buendia:

 

INALCANZABLE

BILOGÍA MIS AMORES

TRILOGÍA QUÉDATE CONMIGO

TRILOGÍA UN DULCE ENCUENTRO

ARRÁNCAME EL CORAZÓN

AMARGA INOCENCIA

SAGA LA PROFESIONAL

EL REGALO PERFECTO

ÉSTA ES LA ÚLTIMA VEZ QUE TE QUIERO

BILOGÍA NUNCA ME DEJES

CONFESIÓN

BLUE JEANS

ALGUIEN MÁS

BILOGÍA SEDUCIDA

DIOSES & MONSTRUOS

ARRÁNCAME EL ALMA

ME QUEDARÉ CONTIGO SIEMPRE

LYRA

¡EL AMOR ME HA ESTAFADO!

ALGUIEN MÁS

 

Y OTROS.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Copyright © 2017 Kris Buendia.

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

2da Edición, Febrero 2017.

SEDUCIDA.

LIBRO 1.

ISBN DIGITAL: 978-84-17228-84-2

Diseño y Portada: EDICIONES K.

Maquetación y Corrección: EDICIONES K.

ÍNDICE

 

Sobre la autora

Sinopsis

Keep the Faith

We Weren't Born to Follow

Make a Memory

Lay Your Hands On Me

Who Says You Can't Go Home

All About Lovin' You

Shot Through the Heart

Lie to Me

What Do You Got?

Lost Highway

Lay Your Hands on Me

Blood on Blood

Love for Sale

Woman in Love

She's a Mystery

Everybody's Broken

Fear

Undivided

The Distance

Complicated

I Am

Como Yo Nadie Te Ha Amado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CROSSOVER

 

 

TRILOGÍA QUÉDATE CONMIGO.

&

TRILOGÍA LA PROFESIONAL.

 

2da Generación

 

 

 

 

Estaba segura que una vez entrara en su oficina, estaba pisando tierra peligrosa. Solamente bastó sentirse protegida, deseada y amada para dejarse atrapar por Angel Ivanović y empezar a convertirse en su más preciado imperio. Pero a pesar de que Hannah ahora es más feliz de lo que alguna vez lo fue, hay algo que no encaja…

La seducción continúa.

 

—Termina con esto de una vez.

—Terminará hasta que yo lo diga.

 

 

 

Desenlace de seducida.

2da Generación

 

 

ANTES…

 

 

Dannah se miraba por última vez al espejo. Angel no tardaría en ir por ella, o más bien por Hannah.

En cambio la real Hannah se terminaba de pintar sus labios color rojo y poniéndose su perfume.

—Me veo tan… tú.

—Ese es el punto, Dannah.

El vestido hasta la rodilla, blanco, manga larga y descubierto por la espalda; junto con unos grandes zapatos de tacón negro, hacían juego con su bolso de mano. Su cabello se lo había recogido un poco y su maquillaje era leve.

Tal y como Hannah le había ordenado que se vistiera.

Ambas mujeres bajaron las escaleras a esperar. Hannah la había entrenado bien la última hora sobre cómo hablar, moverse, y hasta verlo.

—Estoy tan nerviosa—Admitió.

—Todo estará bien—Le dijo su hermana—Si algo pasa, dices que te tienes una emergencia y mandaré a Pax por ti.

—De acuerdo.

Entre más pasaban los segundos, más nerviosa se ponía. Estaba a punto de decirle que había cambiado de opinión, y más si se trataba del hermano de Aleksis; cuando el timbre de la puerta sonó.

Al cabo de un momento, Dannah tomó valor y camino hacia la puerta principal.

—Te mataré.—Le susurró a Hannah.

La siguió hasta la puerta principal y se quedó escondida entre la pared que daba a la puerta y asegurarse de que todo estaba yendo bien.

Dannah puso la mano sobre el pomo de la puerta, respiró profundo y viendo por el rabillo del ojo a Hannah, abrió la puerta.

«Mierda»

Angel se veía perfecto. El señor Ivanović Croft no solamente se encontraba vestido de traje formal de tres piezas, luciendo un hermoso Rolex de oro blanco, su cabello perfectamente peinado hacia atrás y aroma varonil.

También había llevado su deseo.

Su deseo por el pecado.

—Se…Señor Ivanović—Tartamudeó Dannah—Es usted puntual.

Angel la vio de pies a cabeza y aprobó lo que tenía frente a él.

—No podía esperar más—Dijo con una sonrisa.

Le ofreció su mano y Dannah la tomó sin vacilar, aunque las piernas le temblaban, el estómago le empezaba a doler.

Angel de nuevo abrió la puerta para ella.

—Lindo auto—Aludió Dannah.

Cuando ambos entraron al auto. Angel puso un poco de música. No era la ópera que una vez había puesto para Hannah, era esta vez su música favorita. Música a la cual, Dannah no protestó y Angel atisbó un poco de aprobación cuando empezó a tararear una de ellas.

—Espero tengas hambre—Angel rompió el silencio—He reservado en el Sex Appetit esta noche.

—¿El Sex?—Preguntó nerviosa.

—Sí, ¿Hay algún problema?

—Es un…

—Restaurante erótico, lo sé, pero la última vez que hablamos no parecías tener problema con ello y además me dijiste que era uno de sus favoritos.

Dannah no pudo decir nada, más que asentir. Sex Appetit era conocido, no solamente por su exclusividad, sino que además de alimentar el cuerpo, te alimentabas de él. Se le conocía por sus diferentes servicios de sushi, si te gustaba el modelo, era para llevar, después de comer lo que tenía sobre él.

También contaba con salones especiales, se disfrutaba de un buen manjar mientras mirabas a una pareja coger a través del vidrio oscuro.

Un club que Dannah había escuchado hablar y que odiaba. Aunque no se podía decir lo mismo de Hannah.

Creía que conocía a su hermana, y que además le había mentido sobre ir más allá de negocios.

—¿Hannah?—La llamó Angel.

Dannah parpadeó y le dedicó una pequeña sonrisa.

—Estaba pensando en que esta noche no quiero sushi—Se removió incómoda y le pidió:—¿Podemos ir a otro lugar?

Angel sin quitar sus ojos de la carretera, solamente apretó el volante y respondió:

—De acuerdo.

Mientras ellos iban hacia su nuevo destino. Hannah se terminaba de hacer la idea en que aquella noche su hermana cerraría el trato y todo iba a volver a la normalidad. Esa noche no estaría en la cena. Estaría en un lugar mejor.

En el Lust.

Odiaba al propietario.

Pero su llave plateada de miembro VIP le daba la libertad de seguir yendo, y ya que, Angel se encontraría lejos del club, ella podía también pasarla bien y no sobre negocios.

No era cualquier noche. Era la segunda noche, de hace dos años en que su vida cambió. El hombre con el cual se iba a casar había muerto. Hubiese preferido ser ella, siempre se lo dijo a sí misma. Pero luego de conocer la verdad sobre él, deseó que estuviera pudriéndose en el mismo infierno.

—Esta noche voy sola, Pax—Le ordenó a su chofer y fiel amigo.

Él asintió con la cabeza y se limitó solamente a abrirle la puerta del coche. El Mercedes Benz plateado había sido un regalo de su padre hace algunos meses. Casi no lo usaba, pero en noches como esas, merecía dar un paseo por sí sola.

Y más cuando se trataba de olvidar el pasado.

—Gracias—Respondió Dannah al tomar asiento cerca de Angel.

El restaurante era hermoso. Pero no tanto la comida. Dannah era vegetariana y el restaurante era de todo menos eso. Se dispuso a leer el menú que tenía letras grabadas en oro y se mordía el labio inferior.

Miraba a Angel de reojo y no se inmutaba siquiera de verla.

«Alivio» pensó. Hannah le había dicho que siempre estaba coqueteándole o diciéndole algo fuera de lugar. Pero en lugar de eso, prácticamente la estaba ignorando.

—Me preguntaba cuándo…

—¿Vamos a firmar el contrato?—La interrumpió sin quitar sus ojos del menú.

—Sí.

Tenía las manos en las piernas. Estaba casi por echarse a correr, llamar a Hannah y que viniera a tomar su lugar. Ella no podía controlarlo, no se trataba de chicos de la escuela como lo hacía antes. Se trataba de un hombre—nada estúpido—demasiado inteligente.

Su hermana lo había subestimado.

El hecho de que tuviera un pene y que saltara cuando la miraba, no quería decir que no tenía razón, ni lógica para darse cuenta tarde o temprano de lo que estaba pasando.

—Lo firmaré después de la cena—Dejó el menú sobre la mesa y la miró—En mi cama… como quedamos.

Dannah tragó una bola de aire.

—No quedamos en eso.

Lo sabía perfectamente. Hannah era todo, pero no una cualquiera que cerraba sus tratos de esa manera.

—Mientes. —La acusó.

Angel enfadado continuó mirándola. La retó con sus ojos ahora de color azul intenso.

—¿Por qué no viene el mesero?—Preguntó Dannah, evadiendo todo tipo de acusación.

—Porque yo le he dicho que no venga—Confesó—Pero alguien sí vendrá.

Abrió sus ojos tanto como pudo y empezó a hiperventilar.

—¿Qué es lo que quiere?

—La verdad—Respondió—¿O me vas a decir que no querías ir al Bon Appetit tanto como yo pero quieres dejarlo todo bajo perfil?

Frunció el cejo y cayó a la conclusión de que él estaba hablando de otra cosa y no de su verdadera identidad. Empezó a respirar y tomó un sorbo de agua.

Angel miraba cada uno de sus movimientos como si la analizara y la verdad es que eso era precisamente lo que hacía.

—Es verdad—Mintió—No quiero escándalos, como verá, soy una Barbieri y además usted no es mi tipo.

Se mostraba segura de sí misma. Aunque el tono de su voz la contradecía. Así pasó la primera media hora, y aun cuando el camarero llegó con su orden, un gran silencio fue lo único que los acompañó.

¿Eso era todo? ¿Se había dado por vencido?

—¿Le ha gustado la cena, señorita Barbieri?

Angel regresaba del tocador de hombres. Dannah había tenido tiempo en enviarle un mensaje a su hermana diciéndole que todo estaba bajo control. Aunque no era del todo cierto.

—Sí.

Dannah jugaba con su cabello y además mordía su labio inferior. Angel cerró los ojos y su puño fue a dar a la mesa, escuchándose un gran estruendo por todo el lugar.

«¡Y una mierda!»

—Señor Ivanović…

—Tienes tres segundos para decirme dónde está.

Miró a su alrededor, estaban muy lejos de los comensales, el muy hijo de puta lo tenía todo planeado.

—No sé de qué habla—Disimuló—¿Dónde está quién?

—¿Sabes de quién hablo?

—No, no lo sé.

Se levantó de su silla, la tomó y la colocó frente a Dannah, arrastró la de ella frente a él y a escasos centímetros de su rostro empezó a decirle:

—Muerdes tu labio inferior, no me ves a la cara, estás nerviosa, tu cabello huele diferente, has pedido ensalada simple cuando la última que cenamos vez la acompañaste con algo de carne, y además, no hiciste ninguna pregunta sobre el lugar, cuando sabes perfectamente que soy vegetariano… y algo me dice que de la noche a la mañana tú también.

—No…—Angel levantó su dedo para callarla—Pero…

—Caminas raro, eso quiere decir que no estás acostumbrada a usar zapatos de tacón, accedes a todo lo que digo a excepción del Bon Appetit, lugar del que nunca hemos hablado, no reconociste tampoco mi coche y además…

Se acercó a ella y olió su cuello.

—Hueles diferente. ¿Continúo?

Con la boca abierta y asomándose lágrimas en sus ojos dijo que no.

—No sé de qué…habla, señor Ivanović.

—Bien.

Se separó de ella y se puso de pie. Mientras abotonaba de nuevo su chaqueta. Vio detrás de ella y dijo:

—Toda tuya.

Dannah como un resorte miró hacia atrás y no podía creer lo que miraban sus ojos.

—Aleksis.—Susurró al momento en que se levantó.

—Buenas noches, Dannah—Angel se dirigió a ella—Espero que disfruten la cena.

Tocó el hombro de su hermano menor y se fue. Cuando los ojos de Aleksis se cruzaron con los de Dannah, ésta solamente pudo decir una sola cosa:

—Puedo explicarlo.

 

 

 

Angel conducía a toda velocidad su Austin Martin. Estaba furioso. ¿Qué mujer se atrevía a verle la cara de esa manera?

Solamente Hannah Barbieri.

—¡Y una mierda!—Gritó y golpeó el volante, aumentando más la velocidad.

No sabía qué hacer pero sí sabía dónde ir. No iría a buscarla a la mansión, no era tonta. Si supo montar el numerito de intercambio de gemela, sabía exactamente que el último lugar donde estaría era su casa.

Al cabo de una hora. Angel se cansó de dar vueltas por toda la ciudad. Estaba cansando y mientras conducía a casa, recibió una llamada importante.

—Ahora no, Aurora.

—Hola para ti también—Se burló—Sabes que no te llamaría si no fuese una emergencia, pero que sepas que unos sujetos te buscan y además tu chica no ha dejado de tomar en su privado y de bailar con sujetos extraños toda la noche.

Eso lo hizo reaccionar y maldecir para sus adentros.

—Voy para allá.

Cortó la llamada y si antes estaba enfadado, ahora estaba hecho un volcán a punto de explotar. No solamente lo había engañado, estaba retándolo, haciendo lo que no debía hacer.

Estar en el Lust sin él.

Cuando Angel llegó, arrasó con todos a su paso, ya Aurora lo esperaba cerca.

—Oye—Lo detuvo del brazo—Cálmate, no cometas una estupidez.

Ignoró su agarre y más adelante se encontró con el marido de ésta.

—Los hijos de puta no se irán hasta que hablen contigo, Angel—Le avisó viendo a su alrededor—Dime si quieres que me encargue de ellos.

Los ojos de Angel encontraron rápidamente en donde se encontraba Hannah. Estaba en la pista de baile, bailando con un hombre, la tomaba de la cintura y pegaba su boca al cuello de ella, mientras Hannah cerraba los ojos y se dejaba llevar.

—Primero me tengo que encargar de algo, Def. —Regresó la mirada al hombre y le ordenó: —Pero no dejes que esos hijos de puta se vayan.

—Como tú digas.

Caminó hacia Hannah, todos en la pista abrían paso para él. Cada mirada de hombre y mujer penetraban el cuerpo de Angel, siempre tenía esa reacción y más si sus ojos deslumbraban rabia en ellos.

El hombre extraño lo miró y como si un lobo le advirtiera con la mirada de salir corriendo. Lo hizo. Hannah no se inmutó sobre ello y siguió bailando al ritmo de Strange Entity.

 

 

Te seguiré como lo necesitas

Así que me até a mis huesos

Quiero abrazarte

Regresa…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

AHORA…