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Después de recibir el Premio Nobel de Literatura en 1957, Albert Camus escribió una carta a su antiguo profesor en Argel, Louis Germain, sin el cual «no habría sucedido nada de todo esto» y le expresó todo su reconocimiento. El conjunto de la correspondencia entre estos dos hombres, nunca antes publicada integra, y un fragmento de El primer hombre donde apareció el personaje del profesor M. Bernard se encuentran compilados en Cartas a mi maestro. Una edición en forma de homenaje a ese magnífico vínculo de gratitud y ternura que los unió.
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Cartas a mi maestro
Albert Camus
Traducción de Pablo Hermida Lazcano
Título original: «Cher monsieur Germain...»: Lettres et extraits, originalmente publicado en francés por Editions Gallimard, en 2022
Primera edición en esta colección: noviembre de 2022
Copyright © Succession Albert Camus, 2022, pour les lettres d’Albert Camus.
Copyright © Droits réservés. Succession Louis Germain, 2022, pour les lettres de Louis Germain.
Copyright © Éditions Gallimard, 1994, pour le chapitre du Premier homme ; 2022, pour la présente édition.
All rights reserved
© de la imagen de cubierta, Fonds Albert Camus, 2022
© de la traducción, Pablo Hermida Lazcano, 2022
© de la presente edición: Plataforma Editorial, 2022
Plataforma Editorial
c/ Muntaner, 269, entlo. 1ª – 08021 Barcelona
Tel.: (+34) 93 494 79 99
www.plataformaeditorial.com
ISBN: 978-84-19271-21-1
Diseño y realización de cubierta: Grafime
Fotocomposición: Grafime
Reservados todos los derechos. Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. Si necesita fotocopiar o reproducir algún fragmento de esta obra, diríjase al editor o a CEDRO (www.cedro.org).
El capítulo «La escuela» está extraído de El primer hombre.
Con excepción de las cartas perdidas, se publica aquí por primera vez en su integridad la correspondencia entre Albert Camus y Louis Germain. La muerte de Camus en 1960 en un accidente automovilístico la interrumpe bruscamente, del mismo modo que deja inacabado El primer hombre.
Nacido en Mondovi, en Argelia, en 1913, Albert Camus es de origen alsaciano y español. Su padre, trabajador agrícola, muere en el frente durante la Primera Guerra Mundial, y el joven vive en Argel con su madre, que trabaja de asistenta. Alumno brillante, recibe una beca gracias a su profesor Louis Germain, obtiene una licenciatura en filosofía y consigue un diploma en estudios superiores sobre las relaciones entre el helenismo y el cristianismo a través de Plotino y san Agustín. Sin embargo, tuberculoso y temeroso de la rutina, renuncia a la enseñanza. Se orienta hacia el periodismo. En 1935 se afilia al Partido Comunista. Su primer ensayo, L’envers et l’endroit (El revés y el derecho), recoge la experiencia, ya rica, de un joven de veinticuatro años: el barrio argelino de Belcourt, el hogar familiar y sobre todo «el admirable silencio de una madre y el esfuerzo de un hombre para hallar una justicia o un amor que equilibre ese silencio». Al año siguiente, en 1939, publica Noces (Bodas), que confirma sus dotes de escritor. La guerra trastorna su vida: la censura prohíbe el periódico Soir Républicain, en el que trabajaba, y el joven desembarca en París, donde se unirá a la Resistencia en 1943 en la red «Combat» («Combate»), y dirigirá junto con Pascal Pia el diario clandestino homónimo. En 1942 aparece L’étranger (El extranjero), novela situada bajo el signo del absurdo y cuyo significado revela en un ensayo, Le mythe de Sisyphe (El mito de Sísifo). Primer éxito, pero también primeras críticas y primeros malentendidos. Entra en el comité de lectura de Éditions Gallimard y, con la liberación, se convierte en redactor jefe del Combat liberado. En sus célebres editoriales, toma partido en lo sucesivo sobre las grandes cuestiones de su tiempo, incluidas el colonialismo o la bomba atómica. En 1947, La peste, asombrosa crónica de la lucha de una ciudad contra una epidemia, que cosecha un éxito inmenso. Escribe novelas, pero también relatos (L’exil et le royaume [El exilio y el reino]), obras teatrales y ensayos. Su ensayo L’homme révolté (El hombre rebelde) generó controversia con escritores tales como Sartre o Breton. Adapta las obras de autores extranjeros como Faulkner, Buzzati, Calderón o Dostoyevski antes de publicar La chute (La caída), la confesión de un abogado exiliado en Ámsterdam, en 1956. Recibe el Premio Nobel de Literatura en 1957 y comienza una nueva novela, Le premier homme (El primer hombre). La novela quedará inconclusa: el 4 de enero de 1960, Albert Camus muere en un accidente de tráfico. Le premier homme aparecerá de forma póstuma, en 1994.
Escritor prominente del siglo XX, Albert Camus es el autor de una obra íntegramente centrada en la condición del hombre y que, partiendo del absurdo, halla una salida en la rebelión y en el amor. A las pasiones mediterráneas las sucede un humanismo lúcido y al lirismo de los primeros textos un estilo riguroso y luminoso.
Alumno del colegio de la calle Aumerat en el barrio pobre de Belcourt (Argel), Albert Camus sigue las enseñanzas de Louis Germain (1884-1966). El maestro, que convence a la autoritaria abuela de su alumno para que le permita proseguir sus estudios, seguirá siendo para Camus una figura infinitamente prominente. Es célebre la carta, hecha de gratitud, de consideración y de afecto, que el escritor le dirigió a raíz de su recepción del Premio Nobel de Literatura, en 1957. (A Louis Germain le dedicará, además, su Discours de Suède [Discurso de Suecia]).
Reproducimos aquí la totalidad de las cartas conocidas hasta la fecha (1945-1959), correspondencia parcialmente inédita, acompañada de un capítulo de El primer hombre, la novela inacaba de Camus. En dicho capítulo, Jacques —doble novelesco de Albert— evoca a su maestro en Argel, el señor Bernard. Un nombre de ficción que no hace olvidar a su modelo: el señor Germain.
París, 15 de octubre de 1945
Mi querido pequeño:
Me resulta fácil imaginar que mi carta te sorprenderá. Debes de preguntarte quién puede escribirte de esta forma y permitirse estas confianzas. Se trata de alguien que te quiere mucho y por quien estoy convencido de que tú también sientes afecto. ¿A que nunca adivinarías que soy el señor Germain, de Argel, tu antiguo maestro?
Estoy aquí desde el febrero pasado y he podido seguir los éxitos elogiosos que has cosechado. Me he enterado de tu presencia en París por tu reportaje sobre la miseria de nuestros norteafricanos.1
Estoy a la espera de partir para Argel y me alegraría mucho verte antes de marchar. Como creo haber desempeñado un cierto papel en tu destino, aunque muy modesto, querría que me asegurases que no me equivoqué al orientarte hacia el liceo.
Alistado como voluntario durante la guerra el 1 de diciembre de 1942 en el Cuerpo Franco de África en Argel (a mis... cincuenta y ocho años), actualmente estoy destinado en el Depósito Central de las Fuerzas Francesas Libres, en el número 2 de la avenida de Saxe (detrás de la Escuela Militar). Si tus actividades, que imagino numerosas, te permiten, no obstante, dedicarme unos instantes, estaré encantado.
Confío en que creas, mi querido pequeño, en mi inquebrantable amistad,
GERMAIN LOUIS Sargento mayor Germain Depósito Central de las FFL Avenida de Saxe, n.º 2 París 7
París, lunes, 29 de octubre de 1945
Mi querido pequeño:
Dos palabras para proponerte lo siguiente. Tengo aquí un baúl sólido, de madera, cuyas dimensiones aproximadas son 0,37 × 0,40 × 0,80; herrajes hechos a mano, simples pero sólidos.
La había pedido para la guerra: ya no la necesito y no quiero volver a llevármela a Argel. ¿Venderla? No me interesa. Tal vez te resulte útil para guardar las ropitas de tus pequeños cantores.1 Si te viene bien, te lo regalo.
Respóndeme si puedes o ya me darás una respuesta el viernes en Bougival,2 donde tendré el gusto de veros a todos.
Un afectuoso saludo,
GERMAIN LOUIS Depósito Central FFL BPM 501
Martes [finales de 1945]
Queridísimo señor Germain:
Ya no estoy en Combat1 y su carta me llegó con retraso, pero estoy deseando verlo. No se imagina hasta qué punto perduran su recuerdo y mi gratitud. Al menos podremos rememorar ese pasado, que es lo más precioso que tengo.
Hablemos de cuestiones prácticas: estoy en la Nouvelle Revue Française (NRF, tel. LIT 28-91) hasta el jueves por la tarde. El jueves por la tarde me marcho a mi casa en Bougival (tel. 317) hasta el lunes por la tarde. Telefonéeme rápidamente o pásese por la NRF antes del jueves por la tarde. Puede venir a comer a Bougival y le presentaré a mi mujer, que lo conoce como a uno de los dos o tres hombres a quienes debo casi todo.
Le ruego que se dé prisa. Y déjeme abrazarlo con todo mi afecto, como en los tiempos de nuestra escuela.
ALBERT CAMUS
¿Por qué no me ha dado señales hasta ahora?
20 de enero [de 1946]
Querido señor Germain:
Le agradezco mucho su atenta carta1 y los asuntos de los que ha tenido a bien encargarse. Me alegra asimismo que haya encontrado un clima más favorable. Aquí hiela y nieva alternativamente, y yo dedico casi todas mis jornadas a asegurar la calefacción y el confort de mi familia. Lo más molesto es que el 10 de febrero estoy obligado a dejar la casita que usted ha conocido. Aún no sabemos adónde ir, pero tendremos que arreglar ese asunto de alguna forma.2
No sabe cuánto me ha alegrado volver a verlo con algo más de calma. Un buen maestro es algo maravilloso. Usted ha sido el mejor de mis maestros y no he olvidado nada de lo que le debo. Yo también hago votos por usted y deseo poder recuperar a menudo a su lado recuerdos de los que siempre me sentiré orgulloso.
Francine está bien. Su madre nos dejará pronto para regresar a Orán. En cuanto a los dos cómicos, tienen un aspecto espléndido y siguen gozando de un amplio registro vocal. Hablamos de usted a menudo. No me olvido de sus ejemplares de La Pléiade. Solamente espero la ocasión para enviárselos por una vía más segura que el correo.
Calígula3 se sigue representando. No obstante, supongo que las representaciones terminarán en marzo. Hébertot hablaba de una gira por el norte de África, pero las representaciones serían difíciles de organizar.
Entretanto, continúo trabajando. Tengo ganas de volver a ver mi país y a mi anciana madre. ¿No estará envejeciendo demasiado? Escríbanos si encuentra el momento. No se olvide de su hijo espiritual. Valoro su afecto y su estima más que todos los discursos en los que son pródigas estas gentes. Lo abrazo con todo mi respeto y todo mi afecto.
ALBERT CAMUS
Francine, Jean y Catherine le envían su cariño. Saludos a sus hijos.
7 de marzo [de 1946]
Querido señor Germain:
Solo unas palabras para pedirle que no se extrañe de mi silencio durante un tiempo. Me marcho a América dentro de tres días y no regresaré antes de finales de mayo.1 Voy a dar allí algunas conferencias y, aunque me desagrada salir de mi internado, como usted dice, no me disgusta dejar por un tiempo esta vida de París que me crispa los nervios y me reseca el corazón.
Me va a castigar contra la pared, pero he extraviado la dirección y el nombre de su sargento, que debía entregarme el baúl. ¿No podría enviárselo a Francine a nuestra nueva dirección provisional, en el número 17 de la calle de l’Université? A mi regreso, nos instalaremos un poco más definitivamente en la calle Séguier, en el distrito 6.
Me alegra saber que se encuentra en nuestra bella ciudad y dedicado a su amado oficio. Conserve siempre el afecto que me profesa. En este mundo enloquecido, cada vez necesitamos más a todos aquellos que nos aman.