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Este cuento te lo contará el Mago Sí en persona, un cuento hecho a medida, expresamente para ti. Habla de ti, de tus padres, y de un perro, o de un perro, de ti y de tus padres, o de tus padres, de un perro y de ti. El Mago Sí vuelve a aparecer en la narrativa infantil de Andreu Martín, dispuesto a ayudar a los más pequeños a tomar decisiones importantes.-
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Seitenzahl: 35
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Andreu Martín
Ilustraciones de Francesc Rovira Música de Saki
Saga
El perro del señor Gris Marengo
Copyright © 1994, 2021 Andreu Martín and SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726962420
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
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Dedicado a ti.
Exactamente a ti.
Sólo a ti.
Soy el Mago Sí y hoy me toca a mí contarte una historia.
Ya sabes que no me gusta mucho confesar que soy un mago y que incluso suelo decir que los magos no existen.
Pienso que esas maravillas que dicen que hago no son tan maravillosas, y que mi sabiduría no es tan sabia, y que mis obras y mi manera de pensar están al alcance de todo el mundo. El problema es que nadie me hace caso.
Bueno. Sea como sea, hoy me toca a mí contarte el cuento y trataré de hacértelo a medida. De manera que seas tú el protagonista.
Tú y sólo tú.
Pero, para ello, tendré que irte tomando las medidas sobre la marcha.
Debo saber, por ejemplo, si te dan miedo los perros.
Porque esta historia trata de un perro. Del perro del señor Gris Marengo, que un día llegó al barrio y nos trastornó a todos.
Debes decirme, pues, si te dan miedo los perros.
Si no te dan miedo, ve a la página 9.
Si, en cambio, te dan mucho miedo los perros y prefieres no acercarte a ellos, ve a la página 13.
Me imagino que tus padres, por tu cumpleaños, te regalaron un perrito pequeño y que habéis crecido juntos, o bien que tu abuelita tiene un perrito de compañía con el que jugabas ya antes de aprender a andar.
Ya sabes, pues, que la mayoría de los perros no suelen hacer daño a los niños que los tratan bien. Incluso se puede decir que tienen mucha paciencia.
Ya te veo tirándole de la cola o de las orejas, pobre chucho, y haciéndole cosquillas o persiguiéndolo y revolcándoos por el suelo. ¡Incluso metiéndole la mano en la boca!
Y el perro te tiraba de la ropa con los dientes, y fingía que te mordía, pero nunca te hizo daño, ¿verdad que no?
Claro, que era un perro conocido.
Pero pongamos que un día llega a tu barrio un hombre que se llama Gris Marengo y que tiene un perro. Un perro desconocido, propiedad de un hombre desconocido.
Esto, como ya sabrás, es muy importante, porque los animales acostumbran a tener el mismo carácter que sus dueños.
El señor Gris Marengo es un hombre muy raro. A pesar de su nombre, siempre viste de verde, y usa unas botas muy pesadas, y nunca mira directamente a la cara de nadie.
Cuando le dices «Buenos días», apenas te responde «...día» mirando al suelo, como si tratara de localizar a una cucaracha o una hormiga a quien dirigir el saludo antes que a ti.
En cuanto lo vieron, desde la ventana de la cocina, tus padres ya lo comentaron:
—Este señor Gris Marengo es un hombre muy raro.
—Sí, sí. ¿Sabes que el día de la mudanza —dijo tu padre— me ofrecí para ayudarle a cargar unas cajas...? Y rehusó mi ayuda con muy malos modos. «¡Largo, largo de aquí! ¡Déjeme en paz!», me dijo.
—Y el perro se puso a ladrar —le recordó mamá.
—Es verdad. El perro. Qué bestia.
El perro del señor Gris Marengo es un perrazo, casi tan alto como tú, negro, con las orejas de punta, la mirada feroz y unos colmillos blancos, largos y afilados, que enseña continuamente. Ladra, ladra, ladra incansable, amenazador, terrible y ensordecedor.
—Pobre perro —has preguntado—. ¿Tú crees que el señor Gris Marengo lo maltrata?
—¿Por qué no? —ha dicho mamá—. Si maltrata a las personas que no conoce, también maltratará a un perro que conoce.
—Pobre perro —dices.
¿Qué harás, tú, que quieres tanto a los perros? ¿Te acercarás a él para consolarlo?
Si es así, pasa a la página 18.