España, aparta de mí estos premios - Fernando Iwasaki - E-Book

España, aparta de mí estos premios E-Book

Fernando Iwasaki

0,0
7,49 €

oder
-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

¿Qué ocurriría en España si apareciera en las profundidades de una cueva un brigadista japonés ignorante del final de la guerra civil?España, aparta de mí estos premios es un libro desternillante que podría ser irreverente si la realidad no fuera más rocambolesca que la ficción, pues Fernando Iwasaki no sólo demuestra que es posible ganar siete premios literarios con el mismo relato, sino que resulta mucho más sencillo convertirse en vasco, andaluz o catalán siendo nipón antes que ultramarino. Por eso España, aparta de mí estos premios es un homenaje al Concursante Latinoamericano Desconocido y al mismo tiempo quiere ser un preámbulo a las instrucciones para cazar premios "búfalo" en España, donde sólo hay que seguir al pie de la letra las recomendaciones de Groucho Marx: "Los grandes éxitos los obtienen los libros de cocina, los volúmenes de teología, los manuales de cómo hacer y los refritos de la Guerra Civil".

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Fernando Iwasaki

Fernando Iwasaki, España, aparta de mí estos premios

Primera edición digital: mayo de 2016

ISBN epub: 978-84-8393-537-8

© Fernando Iwasaki, 2009

© De la ilustración de cubierta: Fernando Vicente, 2009

© De esta portada, maqueta y edición: Editorial Páginas de Espuma, S. L., 2016

Voces / Literatura 127

Nuestro fondo editorial en www.paginasdeespuma.com

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright.

Editorial Páginas de Espuma

Madera 3, 1.º izquierda

28004 Madrid

Teléfono: 91 522 72 51

Correo electrónico: [email protected]

Índice

 

IV Certamen de Cuentos Espeleológicos «Cueva de La Pileta» (2006)

El haiku del brigadista

 

I. Premio de Relatos «Héroes de Toledo» (2007)

El kimono azul

 

XI Premio de Narrativa Breve «Margarita Xirgú» (2007)

La geisha cubista

 

VII Premio de Narraciones «Juan Antonio Moguel» (2007)

El sake del pelotari

 

Premios de Relatos «Centenario del Sevilla F. C.» (2006)

La katana verdiblanca

 

II Premio de Literatura Gastronómica «La Cuchara de Oro» (2007)

El sushi melancólico

 

III Certamen de Narraciones Breves «Bajo de Guía y su Marisma» (2007)

Tsunami de Sanlúcar

 

Decálogo del concursante consuetudinario (y probablemente ultramarino)

 

Ilustraciones

Akatsuki ya

Marle no kaori

chouro no gotoshi

El tiempo, que es un humorista de ley, me ha hecho ganar

posteriormente algunos premios importantes.

Ninguno ha sido, sin embargo, tan importante como

estos premios desperdigados por la geografía de España,

premios búfalo que un piel roja tenía que salir a cazar

pues en ello le iba la vida.

Roberto Bolaño,Monsieur Pain

Creo que los argentinos, los sudamericanos en general,

[...] podemos manejar todos los temas europeos,

manejarlos sin supersticiones, con una irreverencia

que puede tener, y ya tiene, consecuencias afortunadas.

Jorge Luis Borges,Discusión

Los grandes éxitos los obtienen los libros de cocina,

los volúmenes de teología, los manuales de «cómo hacer...»

y los refritos de la Guerra Civil. Su lema es

«Conserva una guerra civil en la cabeza».

Groucho Marx,Groucho y yo

Gracias al tumulto de premios desperdigados por toda la geografía española, cientos de escritores latinoamericanos y no pocos aborígenes (en este caso, españoles), pueden comer caliente, llegar a fin de mes e incluso comprarse un ordenador nuevo. Sin embargo, a nadie le gusta que salgan del armario esos cuentos premiados, precisamente porque son homotextuales. Es decir, el mismo texto refrito varias bases según las veces y viceversa.

¿Por qué un narrador nicaragüense o paraguayo no podría cometer un cuento ambientado en Hornachuelos o Quintanilla de Onésimo? ¿Acaso no es lo mismo escribir sobre la escudella o el marmitako? Muchos cronistas de los siglos xv y xvi perpetraron rocambolescas historias acerca del Nuevo Mundo sin salir de España, porque al escribir se limitaron a cambiar incas por aztecas. Y así, donde ponía Cuzco pusieron Tenochtitlán, donde dormía la Malinche acostaron a Inés Huaylas, y los templos de Quetzalcoatl siempre salían clavados a los de Wirakocha. Ahora nos toca a nosotros, pero con menos margen de error, ya que contamos con Google, YouTube, televisión por cable y más de un millón de portales que contienen la más delirante información municipal, folklórica, política, chismográfica, futbolística y gastronómica, como para reescribir la historia de España sin moverse de Chumbivilcas o Aguapepito.

Sólo un secreto me siento en la necesidad de compartir: hay dos Españas y sólo es posible escribir para una de las dos. Mi elección es clara y rotunda: siempre escribo para la España que sabe reírse de sí misma.

F. I. C.

Sevilla, otoño de 2008

IV CERTAMEN DE CUENTOS ESPELEOLÓGICOS «CUEVA DE LA PILETA» (2006)

La Delegación de Cultura, Juventud, Igualdad, Turismo y Deportes del Ilmo. Ayuntamiento de Benaoján convoca el IV Certamen de Cuentos Espeleológicos «Cueva de La Pileta», proponiendo las siguientes

BASES

1. El premio está abierto a todos los escritores de países de habla hispana.

2. Los trabajos presentados deben de ser originales e inéditos. Serán descalificados los cuentos que hayan sido premiados en otros certámenes espeleológicos.

3. La temática de los relatos deberá estar relacionada con el turismo espeleológico o –en su defecto– transcurrir dentro del marco incomparable de las profundidades de la cueva de «La Pileta».

4. Los trabajos se presentarán bajo lema o seudónimo, en hojas de tamaño Din A-4 mecanografiadas a doble espacio y por una sola cara. Los concursantes enviarán cinco manuscritos acompañados de plica, en cuyo exterior deberán consignar su lema o seudónimo.

5. El jurado, presidido por el Ilmo. Señor Alcalde de Benaoján, estará integrado por personalidades de reconocido prestigio en el ámbito literario y espeleológico.

6. El certamen no podrá ser declarado desierto y se establece un premio único de mil quinientos euros (1500 €), sujeto a la retención del IRPF.

7. Las obras deberán enviarse por correo a la Delegación de Cultura, Juventud, Igualdad, Turismo y Deportes del Ilmo. Ayuntamiento de Benaoján, sito en Plaza de España s/n, 29360 Benaoján (Málaga), hasta el 25 de abril del año 2006.

8. Los relatos que no resulten premiados no serán devueltos.

El haiku del brigadista

 

... en el ventanal aparece un desierto interminable y ardiente

y un soldado solo, llevando la bandera de un país que no es

su país, de un país que es todos los países y que sólo existe

porque ese soldado levanta su bandera abolida...

Javier Cercas,Soldados de Salamina

 

I

 

Apenas el japonés le rajó la barriga al concursante Pocholo, la adormecida audiencia de «Cavernícolas Solidarios» celebró entusiasmada la eliminación del inquilino más pesado de la cueva. Sin embargo, cuando el iracundo nipón intentó decapitar al concursante Dinio con una katana, algunos televidentes comenzaron a sospechar que algo raro ocurría y la centralita de Televisión Española quedo colapsada por culpa de cientos de llamadas que apechugaron el coste de 90 céntimos de euro por minuto.

Gracias a las cámaras distribuidas a lo largo de toda la caverna, la audiencia pudo ver muy bien cómo el japonés se deshizo con suma facilidad de los finalistas Ismael, Boris y Pepe, así como de siete apócrifos vigilantes que en vano trataron de reducirlo. Mientras el share del concurso aumentaba en progresión geométrica, el guerrero amarillo tomó como rehenes a las concursantes Yola, Nuria, Malena y Estíbaliz, a quienes arrastró hacia la parte más profunda de la cueva. ¿Qué estaría haciendo con ellas en ese lugar adonde no llegaban las cámaras?, se preguntaban morbosos los telespectadores.

En el preciso instante en que las fuerzas de élite asaltaron la cueva malagueña de «La Pileta», el rating se disparó como el corcho de una botella de champán. Cuando la policía gaseó la gruta y los alaridos histéricos de las prisioneras se mezclaron con las ráfagas de metralleta, el operativo de rescate ya reinaba absoluto en el prime time. Y mientras los helicópteros evacuaban a los heridos entre sirenas psicodélicas y azules relámpagos de neón, aquella edición del concurso «Cavernícolas Solidarios» rompió todos los registros históricos de la audiencia televisiva española, hasta entonces en manos del Real Madrid.

Cerca de la medianoche el ministro del interior destacó la profesionalidad de la policía nacional, que arriesgando la vida de sus agentes rescató a los rehenes y capturó al agresor («presunto terrorista japonés que hirió de consideración a cuatro de nuestros monteras negras»). El ministro terminó su comparecencia presentando las condolencias del Gobierno de España a la familia de la única víctima mortal del operativo, una señora de Albacete que murió de infarto porque al comienzo del programa había enviado un mensaje de móvil eliminando al concursante Pocholo.

 

 

II

 

A pesar del secreto del sumario decretado por la Audiencia Nacional, las exclusivas vendidas por los concursantes de «Cavernícolas Solidarios» le permitieron a la prensa rosa ocuparse por primera vez de asuntos como la seguridad nacional y la lucha antiterrorista. Así, Diez Minutos publicó un extenso reportaje sobre el fundamentalismo islámico en Japón, Semana filtró el supuesto descubrimiento de bidones de gas sarín en las profundidades de la cueva malagueña de «La Pileta» y el Pronto se ocupó del entrenamiento en artes marciales del terrorista nipón, a quien el concursante Dinio comparó con Jackie Chan y la concursante Yola con el señor Miyagi de Karate Kid. Finalmente, la revista Lecturas dedicó un número especial a la ceremonia de condecoración de los heroicos policías nacionales que rescataron a los rehenes, desde cuya portada sonreían escotadísimas las concursantes Yola, Nuria, Malena y Estíbaliz, abrazadas a los cuatro monteras negras que enseñaban orgullosos sus medallas, escayolas y muletas.

Sin embargo, unos días más tarde el ministro del interior convocó una rueda de prensa de urgencia para revelar que según los archivos de la Interpol, de acuerdo con los informes solicitados a la policía japonesa, después de analizar los objetos extraídos de las simas de la cueva por la Unidad de Espeleología de la Benemérita y una vez contrastadas las huellas dactilares del sospechoso, el Ministerio del Interior y el Gobierno de España se sentían en la obligación moral de anunciar que el detenido, don Makino Yoneyama, ciudadano japonés de ochenta y siete años de edad, no era ningún delincuente terrorista –como ciertos medios de prensa habían insinuado de manera irresponsable– sino un heroico miembro de las Brigadas Internacionales, acaso el último soldado caído en defensa de la Segunda República. “Por desgracia –sollozó el ministro mirando a la cámara–, a causa de los golpes recibidos Makino Yoneyama se debate entre la vida y muerte en el hospital comarcal de Antequera, donde actualmente permanece en estado de coma”.

 

 

III

 

En 1972 el sargento Soichi Yokoi fue rescatado de las junglas de la isla de Guam, donde se ocultó durante veintiocho años creyendo que la Segunda Guerra Mundial no había terminado. En 1974, una patrulla capturó al oficial imperial Hiroo Onoda, quien había sido enviado a espiar la base americana de la isla de Lubang en 1944. En junio de 2005, sesenta años después de la rendición del Japón, guerrilleros musulmanes enemigos del Gobierno filipino fueron atacados por dos soldados que resultaron ser Yoshio Yamakawa y Tsuzuki Nakauichi, únicos supervivientes de una división japonesa cuya última misión fue rechazar el desembarco de las tropas americanas en la isla de Mindanao. Sin embargo, Makino Yoneyama había permanecido escondido casi setenta años dentro de los intestinos rocosos de la cueva malagueña de «La Pileta», ignorante del final de la guerra civil española. La noticia dio la vuelta al mundo y en Japón Makino Yoneyama llegó a ser tan famoso como el futbolista Hidetoshi Nakata o el ingeniero Alberto Fujimori.

Makino Yoneyama había nacido en Satsuma en 1919, en el seno de una familia campesina. A la edad de quince años sus padres lo enviaron a las granjas de California para que aprendiera las técnicas occidentales de injertos, pero una vez en San Francisco Makino escapó de los traficantes que oprimían a los trabajadores asiáticos y tras sufrir mil quebrantos llegó hasta Nueva York, donde en 1936 conoció a Jack Shirai y a Toyosaburo Sekii, dos cocineros comunistas que lo iniciaron en el marxismo y la repostería, y que fueron quienes lo persuadieron para que se enrolara en las Brigadas Internacionales.