1,99 €
¡Bestseller internacional! ¡Miles de ejemplares vendidos!
«Ideal para el Día Internacional de las Familias».
«Un libro para leerlo tanto en clase como toda la familia junta», EuropaSur.
● Recomendado por la UNAL (Universidad Nacional de Colombia), la Asociación Española de Comprensión Lectora, Topp Books y Special Book de Estados Unidos y Better Read de Australia.
● Utilizado en la enseñanza de español por sistemas educativos americanos, europeos y el Instituto Cervantes de Amán (Jordania), Atenas (Grecia), Fráncfort (Alemania), Sao Paulo (Brasil), Utrecht (Países Bajos) y Varsovia (Polonia).
● Incluido en bibliotecas de Alemania, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, El Salvador, España, Estados Unidos, Grecia, Guatemala, Jordania, México, Nicaragua, Países Bajos, Panamá, Perú y Polonia.
OPINIONES DE LOS LECTORES:
«Me encanta el libro. ¡Me lo he leído 10 veces!».
«Mi hijo se ha reído muchísimo. Chulísimo».
«Si quieres saber cómo se solucionan todos los problemas, tendrás que leer este libro».
«Ante un problema, una solución; y si son diez problemas, pues a buscar diez soluciones».
«Seguro que te reirás, disfrutarás y aprenderás cómo resolver los problemas».
El fantástico Esnini y su circo es un desastre. El presentador sufre afonía, el equilibrista tiene vértigo, el mago pronuncia casi siempre mal las palabras mágicas, el forzudo es un patán, la domadora de fieras tiene problemas a la hora de manejar el látigo… En tales condiciones, no es de extrañar que cada función sea una nueva aventura, donde puede pasar casi cualquier cosa.
TÍTULOS DE LA SERIE
LIBROS INFANTILES (a partir de 8 años):
1.
La maldición del castillo desencantado
2.
Cabeza Nublada y Pies Ligeros
3.
Este circo es un desastre
4.
El mono Aurelio viaja a Marte
5.
Narsú y el collar mágico
OTRAS SERIES INFANTILES (a partir de 8 años):
•
Las preguntas de Nair (serie
Las preguntas de Nair)
•
Kundali: La ciudad perdida (serie
Aventura)
AUTOR
Miguel Ángel Villar Pinto (España, 1977) es escritor de literatura infantil y juvenil, narrativa y ensayo. Con millones de lectores en todo el mundo, sus obras han sido
bestsellers internacionales, utilizadas por diversas instituciones como lectura obligatoria en la enseñanza, citadas en diccionarios como referencias literarias e incluidas en el patrimonio cultural europeo e iberoamericano.
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ESTE CIRCO
ES UN DESASTRE
Miguel Ángel Villar Pinto
© Texto: Miguel Ángel Villar Pinto
© De esta edición: Miguel Ángel Villar Pinto
Tercera edición: Independently Published, 2019
Segunda edición: Independently Published, 2018
Primera edición: Edimáter, 2010
Más información: villarpinto.com
«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de su titular, salvo excepción prevista en la ley.»
ÍNDICE
1 Una entrada triunfal
2 Preparativos para el espectáculo
3 Peor imposible
4 Una medida arriesgada
5 ¡El circo está lleno!
6 Sabotaje
7 El desastroso Esnini y su circo
1
Una entrada triunfal
El fantástico Esnini y su circo era un desastre. Nunca se sabía lo que iba a pasar en cada función porque, fuera como fuera, algo siempre salía mal. Lo raro sería lo contrario.
El propio Esnini, que además de director era el presentador del espectáculo, tenía mucha maña para llamar la atención del público, pero estaba afónico casi siempre y cuando hablaba su voz semejaba una montaña rusa, un concierto en el que parecían estar presentes el pato Donald y Shin Chan acompañados por unos gallos locos.
La domadora de fieras, una mujer valiente donde las halla, que ante los feroces leones y panteras no mostraba el menor asomo de miedo, se liaba cada dos por tres con el látigo y, sin saber cómo, terminaba dándose a sí misma. ¡Vaya luchas que mantenía consigo dentro de la jaula!
A los payasos, frente a un público numeroso, se les daba por hablar en voz tan baja que para escucharlos habría que gastar un dineral en altavoces…
Y así se podría seguir con el forzudo, un hombre capaz de levantar a un elefante del suelo, pero cuya verdadera proeza consistía en hacerlo sin que se le escapara de las manos, pues era un auténtico patán; cada dos pasos que daba tropezaba tres veces.
El equilibrista, últimamente estaba aquejado de vértigo. Pasando sobre el cable, más que un maestro de las alturas, parecía un bailarín de algún estilo libre de danza.
Del mago…, ¡se podría decir tantas cosas del mago! Pero quizás la más llamativa sea que sudaba a mares cuando llegaba el número de la desaparición. En cierta ocasión, se había confundido con las palabras mágicas, cosa no demasiado inusual, y ¡no se le volvió a ver hasta pasado un mes! Según contó, había aparecido en lo alto de una montaña, y había tenido que mantenerse a base de hierba hasta que consiguió regresar…
En fin, lo que está claro es que el circo era un desastre, ¡un verdadero desastre!, por lo que las reacciones del público podían ser de lo más imprevistas.
Ante la confusión, podían acabar desternillándose de risa en el mejor de los casos, como pasar al abucheo y pedir la devolución del dinero de las entradas en el peor, que era lo más frecuente, y se montaba un gran barullo.
Pero esta vez sucedió algo sin precedentes. Todo comenzó por mal camino incluso antes de la función.
Siguiendo la ruta planeada, entraban las caravanas del circo en la ciudad de Melidonda cuando se pincharon todas las ruedas a un tiempo. No hace falta decir que, en un momento, se formó un auténtico jaleo de los buenos. La avenida se colapsó inmediatamente y los pitidos de los coches comenzaron a replicarse unos a otros, cada vez más furiosos. A estos les siguieron gritos de indignación de los conductores.
—¡Gamberros!
—¡Ya veréis cuando venga la policía!
En fin, se había batido un nuevo récord. Veinte vehículos, unas cien ruedas, reventadas en un mismo instante… Era difícil, muy difícil de explicar, y por mucho que lo intentó Esnini, cuando se presentaron varios agentes de policía no hubo nada que hacer. Lo metieron en un coche patrulla y se lo llevaron a comisaría. Fue acusado de alteración del orden público con premeditación.
—¡De verdad que ha sido la mala suerte! ¡De verdad! —repetía una y otra vez con su vocecilla escuchimizada, lo que no hizo más que empeorar las cosas, pues al hablar como un dibujo animado, los policías creyeron que Esnini se estaba riendo de ellos.