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He aquí una serie de estrategias emocionales, físicas y sociales para resistir y salir adelante en los contextos difíciles que viven los inmigrantes el día de hoy. Un mundo en el que los muros y las barreras que afectan a los inmigrantes y sus familias son cada vez más altos y más peligrosos de cruzar. Este libro ofrece una valiosa ayuda ante las situaciones de miedo, soledad e indefensión en respuesta a ese sufrimiento, al que hace unos años el autor denominó "Síndrome de Ulises" –en recuerdo del héroe griego que padeció también lo indecible lejos de sus seres queridos–. El libro plantea, de la misma manera, consejos que le van a resultar de gran utilidad a las personas inmigrantes, desplazadas y refugiadas para que puedan remontar, superar las adversidades y desarrollar una actitud resiliente."
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Seitenzahl: 228
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© Joseba Achotegui, 2017
Corrección: Rosa Herranz Rodríguez
De la imagen de cubierta: © Cristóbal Toral, Ensamblaje en blanco, 2013-2014 (210 x 210 cm), Técnica mixta
Cubierta: Juan Pablo Venditti
Derechos reservados para todas las ediciones en castellano
© Nuevos Emprendimientos Editoriales, S. L., 2017
Preimpresión: Editor Service, S.L.
http://www.editorservice.net
ISBN: 978-84-16737-22-2
La reproducción total o parcial de esta obra sin el consentimiento expreso de los titulares del copyright está prohibida al amparo de la legislación vigente.
Ned Ediciones
http://www.nedediciones.com
Parte I. EMIGRACIÓN Y SALUD MENTAL
Emociones, estrés y duelo migratorio
¿Cuáles son las vivencias y emociones básicas de la migración? ¿Cómo afecta la migración a la salud mental?
El estrés y el duelo migratorio
Características del duelo migratorio
Los siete duelos de la migración
Condiciones buenas, difíciles y extremas de la migración
Las tres grandes diferencias entre las migraciones del siglo XXI y las migraciones precedentes
Los cinco grandes tipos de inmigrantes
Salud mental y trastornos mentales en la migración
Los trastornos mentales
Los síndromes culturales
Los cuadros de estrés crónico
Emigrar en situaciones extremas: el Síndrome de Ulises (SU)
Estresores y factores que dan lugar al SU
Síntomas del SU
Diagnóstico diferencial del SU
Un caso de SU
Datos sobre el SU
Parte II. ESTRATEGIAS DE RESISTENCIA Y RESILIENCIA
A. Nivel individual
Estrategias mentales y emocionales
Mejorar las capacidades de comunicación y las habilidades sociales
¿Cómo afecta al emigrante tener pocas capacidades comunicativas, pocas habilidades sociales?
Consejos sencillos para tener más amigos y relaciones
Razonamiento
¿Qué errores de razonamiento comete más habitualmente el emigrante y por qué en las situaciones de precariedad e indefensión tienen tan graves consecuencias?
Consejos sencillos para razonar mejor
La inteligencia emocional (IE)
Errores de IE que comete más habitualmente el emigrante
Consejos sencillos para una mejor IE
Humor como arma de resistencia
¿Por qué el humor es un arma contra el estrés? La importancia del humor en la salud mental
Consejos sencillos para utilizar el humor como defensa ante las dificultades
Arte, música y danza como elementos de ayuda
Incremento de la resiliencia y consejos sobre la elaboración de los duelos migratorios
El duelo migratorio es un duelo parcial
El duelo migratorio es un duelo recurrente
El duelo migratorio se halla ligado a vivencias infantiles muy arraigadas
El duelo migratorio afecta a la identidad
El duelo migratorio comporta una regresión psicológica
El duelo migratorio se vive en una serie de fases
La ambivalencia hacia el país de acogida y el país de origen
El duelo migratorio afecta a los que emigran, a los autóctonos y a los que se quedan en el país de origen
El regreso del emigrante es un nuevo cambio que tiene a su vez su parte de duelo. Nunca se vuelve, siempre se va
El duelo migratorio es transgeneracional
Incremento de la resiliencia en los siete duelos de la migración
La familia y los seres queridos
La lengua
La cultura
La tierra
El estatus social
El contacto con el grupo de pertenencia
El duelo por los riesgos físicos
Estrategias físicas
Higiene del sueño
Cómo afecta el estrés al sueño. ¿Por qué aparece el insomnio? ¿Cómo dormir mejor?
¿Cómo influye emigrar en tener dificultades para dormir?
Consejos sencillos para dormir mejor
Relajación y respiración
Cómo afecta el estrés que vive el inmigrante a su capacidad de relajación
Consejos sencillos para poder relajarse
Ejercicio físico para el control del estrés
La importancia del ejercicio físico
Algunos consejos en relación al ejercicio físico
B. Nivel grupal
Estrategias mentales y emocionales
Grupos de contención y autoayuda emocional
Técnicas de role playing
Estrategias psicosociales
Participación en grupos de autogestión y autoorganización
Participación en actividades y grupos sociales
Ventajas y limitaciones de estar en un grupo
Tipos de grupos de apoyo a los inmigrantes según sus características
Tipos de grupos de apoyo según la procedencia
Estrategias sociales
Apoyo legal
Búsqueda de apoyo social y recursos
Grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes
Parte III. ¿CÓMO PEDIR AYUDA?
Diferenciar estrés y duelo del trastorno mental
El riesgo de banalizar el sufrimiento psicológico de los inmigrantes
El riesgo de medicalizar y psiquiatrizar el sufrimiento psicológico de los inmigrantes
Convertir el estrés y el duelo en trastornos depresivos
El riesgo de confundir el trauma con el trastorno por estrés postraumático
Barreras a superar en la ayuda psicológica
Barreras sociales
Barreras culturales
Las diferencias culturales en la conciencia de individualidad
Las diferencias culturales en el sentimiento de culpa
Las diferencias culturales acerca de la relación mente-cuerpo
Las diferencias culturales en la ubicación del hombre en relación al mundo
Aspectos culturales en relación al modelo de personalidad
Las diferencias culturales en el modelo de personalidad ideal: la personalidad apolínea y dionisíaca
Las diferencias culturales en la distancia jerárquica
Las diferencias culturales en la correlación entre lo masculino y lo femenino
Las diferencias culturales en la tolerancia a la ambigüedad: el grado de peligro de lo diferente
La diferencia cultural en la expresividad de las emociones
Las diferencias en los valores
La medicina tradicional como planteamiento que tiene en cuenta los aspectos psicosociales y las relaciones interpersonales
Importancia de la prevención y la intervención comunitaria
La ayuda psicológica debe hallarse en el marco de un plan de intervención comunitaria transcultural
La importancia de los agentes y promotores de salud
Prevención sí, hipocondrización no
Tipos generales de ayuda psicológica
Adecuación de la intervención psicofarmacológica
Aspectos éticos
Direcciones de interés
Introducción
Este libro tiene dos objetivos. En primer lugar, analizar las emociones, las vivencias de los inmigrantes, especialmente en relación a las dificultades con las que se puede encontrar una persona en una experiencia tan compleja psicológicamente como es la migración. Y, por otro lado, dar a conocer al lector toda una serie de estrategias, toda «una inteligencia migratoria» para ayudarle a resolver esas dificultades. Así pues, este libro va más allá de explicar los trastornos mentales de los inmigrantes, una temática clásica, sobre la que se ha escrito ya mucho.
Los consejos y recomendaciones que el lector encontrará en estas páginas son el resultado de mi experiencia como psiquiatra durante más de 35 años, mientras trabajaba en primera línea en un hospital de la zona del puerto de Barcelona. Me especializaba en la ayuda a la salud mental de los inmigrantes desplazados y refugiados. Además, he tenido experiencias como asesor en los programas de salud mental para inmigrantes en California, especialmente en las universidades de Berkeley, San Francisco y Davis.
En el marco de este trabajo, describí el año 2002, el Síndrome de Ulises, un cuadro de estrés muy intenso que viven los inmigrantes. Ahora, en este texto, mi intención es ir más allá y dar a conocer toda una serie de estrategias personales —a nivel físico y mental—, y grupales, que puedan ser de utilidad a los inmigrantes que se hallan en dificultades.
Este libro plantea toda una serie de indicaciones y consejos tanto para los inmigrantes, como para quienes proyectan emigrar, para quienes tienen lejos a algún ser querido, o simplemente para todas las personas interesadas en conocer mejor una experiencia humana tan importante como es la migración.
Parte I. EMIGRACIÓN Y SALUD MENTAL
Emociones, estrés y duelo migratorio
¿Cuáles son las vivencias y emociones básicas de la migración? ¿Cómo afecta la migración a la salud mental?
La migración, como la mayoría de los acontecimientos de la vida, posee, junto a una serie de ventajas —como el acceso a nuevas oportunidades vitales y horizontes—, un conjunto de dificultades, tensiones y situaciones de esfuerzo. La parte problemática de la migración, su lado oscuro, se denomina estrés o duelo migratorio. Es importante señalar que los conceptos «estrés» y «duelo» proceden de los paradigmas cognitivo, social y psicoanalítico, y que están ampliamente aceptados por la comunidad científica. Son justamente el estrés y el duelo migratorio los que hacen de puente, los que interrelacionan la migración y la salud mental.
Muchas veces, la migración es más una solución que un problema, porque el que marcha lo hace buscando oportunidades y una vida mejor. Pero encierra, a su vez, un problemaporque emigrar supone tensiones, dificultades, tanto más cuanto peores son las condiciones en que tiene lugar la migración.
Se ha señalado que, a nivel biológico, puede haber una relación entre la activación del sistema dopaminérgico y la tendencia a emigrar, ya que este sistema se halla vinculado a la búsqueda de nuevos estímulos y experiencias. Se ha intentado relacionar la migración con la actividad del gen receptor de dopamina DRD4, 7R. Los estudios muestran que existe una correlación simple entre la presencia del gen relacionado con este receptor de dopamina y la distancia a la que se ha desplazado una población desde su punto de origen (Crawford y Campbell, 2102). Este gen actúa en la región prefrontal favoreciendo la búsqueda de experiencias nuevas, entre ellas la migración.
De todos modos, los propios autores advierten de los riesgos de simplificación que conlleva este tipo de planteamientos y señalan que, aunque un metanálisis posterior corrobora la interrelación entre el gen y la migración, esta correlación no es alta (Munafo et al., 2008). Además, se sabe que este gen procede de una mutación reciente de hace apenas 50.000 años, por lo que no pudo haber intervenido en la tendencia a la migración de nuestros primeros antepasados Homo sapiens migrantes de hace 100.000 años. Quizás por eso, otros genes denominados DRD2, COMT, DAT1 —también ligados al sistema dopaminérgico— han tenido importancia y se hallan relacionados con la actividad del córtex prefrontal.
Otras investigaciones muestran la correlación entre el tipo de personalidad y la propensión a emigrar. Como señalan Crawford, Bonvea y Frieze (2001), según investigaciones realizadas en el este de Europa con 1.000 estudiantes primary migrants (personas que emigran los primeros sin tener familia en el país al que marchan), éstos obtienen una puntuación mayor en motivación de poder y búsqueda de objetivos. Según estos estudios, la búsqueda de objetivos ambiciosos estaría relacionada con la capacidad de aceptar riesgos, como los asociados a la migración. En general, estas personas se centran en el trabajo, y menos en la familia. Sin embargo, también se aprecia que las mujeres emigrantes tienen bastante más motivación afiliativa que los hombres, aunque comparten el deseo de logros.
Otros estudios realizados en los países escandinavos muestran que las personas que tienden a emigrar tienen índices mayores de insatisfacción en su vida (lo cual es lógico, si no, no se irían). En el caso de los hombres, a diferencia de las mujeres, se observan puntuaciones elevadas de extraversión y neuroticismo. Un estudio de Jokela en Finlandia muestra que las personas que emigran son más sociables, activas y emotivas, están más abiertas a la experiencia.
El estrés y el duelo migratorio
La capacidad de emigrar es un recurso adaptativo muy importante de los seres vivos. En el caso de los humanos, constituye además una de las característica más relevantes de nuestra especie y se considera que es una de las mejores explicaciones de nuestro éxito evolutivo (Science, 2003). En los poco más de 100.000 años que llevamos fuera de nuestra cuna africana, los Homo sapiens sapiens hemos sido capaces de adaptarnos a todos los hábitats del planeta tierra, por extremos que fueran. Hoy los seres humanos habitamos desde los desiertos más inhóspitos imaginables (pensemos, por ejemplo, en los tuaregs) hasta las zonas polares más extremas (inuits, siberianos), las selvas más impenetrables (los yanomanis del Amazonas), o las islas más remotas y aisladas (los habitantes de la isla de Pascua). En apenas unas 7.500 generaciones, hemos demostrado nuestra gran capacidad para emigrar adaptándonos a todo tipo de entornos.
Dado que descendemos de seres que han emigrado con éxito a lo largo del proceso evolutivo y poseemos grandes capacidades de adaptación, se considera que la migración no es en sí misma una causa de trastorno psíquico, sino que es un factor de riesgo para la salud mental, si se dan las siguientes condiciones:
1. Existe vulnerabilidad: la persona que emigra no está sana o padece discapacidades, limitaciones que dificultarán el éxito de su migración. Por ejemplo, un infarto, una psicosis, etcétera.
2. El nivel de estresores es muy alto porque el medio de acogida es hostil: racismo, negación de los derechos de los inmigrantes, etcétera.
3. Concurren ambas condiciones.
Es decir, la migración constituye un factor de riesgo en relación a la labilidad del inmigrante y a los obstáculos que encuentra en su adaptación al país de acogida, o a ambas circunstancias a la vez. Si alguien va cojeando y cada vez le ponen el listón más alto… tiene grandes posibilidades de tener problemas. La vulnerabilidad sería el conjunto de limitaciones que posee un sujeto y los estresores serían las barreras que encuentra en el país de acogida. Ambos dificultan el éxito del proceso migratorio.
Como se puede ver en la figura anterior, en el cambio migratorio suelen predominar las variables positivas frente a las dificultades o problemas a elaborar (el duelo, representado por el recuadro interior). De suyo, si este duelo migratorio se elabora bien se reduce aún más, aunque no desaparece del todo (esquina inferior izquierda de la figura). Sin embargo, tal como hemos señalado, si las circunstancias, personales o sociales, son problemáticas, los beneficios de la migración disminuyen y predominan los aspectos negativos (esquina inferior derecha de la figura); el duelo que no se puede elaborar, aumenta y «se come» los beneficios de la migración conduciendo al inmigrante a una situación de crisis permanente que afecta a su salud mental.
Es interesante señalar que el término «duelo» en castellano también puede entenderse en su acepción de reto, no sólo de dolor, lo cual es muy interesante, ya que recoge buena parte de nuestro planteamiento: reto es también estímulo, oportunidad; hay dolor, pero también da acceso a vivencias y experiencias nuevas… La migración podría compararse con esa imagen tan querida de la cultura andaluza, la de la virgen de la Macarena, que con un ojo ríe y con el otro llora; es una combinación de lo bueno y lo malo.
Características del duelo migratorio
El duelo migratorio posee características específicas que lo diferencian de otros duelos —por ejemplo, el duelo clásico por la muerte de un ser querido— y que son muy importantes para comprender las vivencias de un inmigrante.
Características específicas
1. Es un duelo parcial. No hay una desaparición, sino una separación del país de origen. Cuando alguien muere, ya no lo vemos más. En la migración hay una separación en el tiempo y en el espacio del país de origen, pero en la mayoría de los casos puede ser reversible.
2. Es un duelo recurrente. Va y viene durante la vida del sujeto. El contacto con el país de origen, su lengua, su cultura reaviva el duelo migratorio. Es importante añadir que en el contexto de la globalización este contacto es mucho más frecuente e intenso que en otras épocas (internet, redes sociales, etcétera).
3. Es un duelo vinculado a aspectos infantiles muy arraigados. La personalidad se construye en la infancia adaptada a un determinado contexto. Cuando emigra, la persona ha de hacer cambios para adaptarse al nuevo medio.
4. Da lugar a un cambio en la identidad. Los cambios vividos en la migración modifican para bien o para mal la identidad de la persona que emigra. Nadie permanece igual tras emigrar.
5. Da lugar a una regresión. Como en la migración se viven situaciones de estrés y de tensión, hay una tendencia a actuar de modo más inmaduro e infantil.
6. Tiene lugar en una serie de fases. Suele haber una primera fase de negación de los problemas, una fase de resistencia y una fase deaceptación e integración.
7. Se acompaña de sentimientos de ambivalencia. El inmigrante tiene vínculos tanto con el país de origen como con el país de acogida, pero también tiene quejas tanto del país de origen (del que tuvo que marchar) como del país de acogida, que le exige mucho esfuerzo para salir adelante.
8. El duelo migratorio también lo viven los autóctonos y los que se quedan en el país de origen. La migración es un fenómeno social que no sólo afecta a los que emigran, sino también a los que reciben a los inmigrantes —que ven cambiar su entorno— y a los que se quedan en el país de origen —que también se separan de sus seres queridos—.
9. El regreso del inmigrante es una nueva migración. Nunca se vuelve, siempre se va. Durante el tiempo vivido en la migración, el inmigrante y el país de origen han cambiado.
10. Es transgeneracional. Los hijos de los inmigrantes se encuentran entre la cultura de los padres y la del país de acogida, y han de elaborar su propio proceso de adaptación.
11. Es un duelo múltiple. Hay siete duelos en la migración (véase el siguiente apartado).
Figura 2. Características específicas del duelo migratorio.
(Fuente: Achotegui, 2014).
Los siete duelos de la migración
Tal como hemos señalado en el apartado anterior, el duelo migratorio es un duelo múltiple. Hay siete duelos:
1. Duelo por la familia y los seres queridos. Se relaciona con la ruptura del apego, un instinto muy importante en los seres humanos y considerado del mismo rango que los instintos sexuales o las alimentaciones.
2. Duelo por la lengua. El aprendizaje de la lengua —o las lenguas— del país de acogida es un proceso que supone satisfacción y placer, pero también requiere esfuerzo. La evolución no nos ha dotado especialmente para el aprendizaje de lenguas más allá de los primeros años de la vida.
3. Duelo por la cultura. Abarcaría los valores, la concepción del mundo, los hábitos alimentarios, la forma de vestir, el ocio, la espiritualidad, etcétera. Da lugar al denominado estrés aculturativo.
4. Duelo por la tierra. La «tierra» comprende el paisaje, los colores, los olores, la luminosidad, la temperatura, la humedad, etcétera; aspectos que poseen gran relevancia a nivel emocional.
5. Duelo por el estatus social. Tiene que ver con todo lo relacionado con los papeles, el trabajo, la vivienda, el acceso a las oportunidades, etcétera. La migración, en general, busca una mejora del estatus social, pero este punto no debe entenderse sólo desde la perspectiva económica, sino también en relación al acceso a bienes culturales, libertad, etcétera.
6. Duelo por el grupo de pertenencia. Las personas suelen identificarse con algún grupo de pertenencia y en la migración esa identificación se modifica al entrar en interacción con otros grupos El inmigrante se puede encontrar con actitudes de xenofobia o racismo que dificultan su integración en la sociedad de acogida.
7. Duelo por los riesgos físicos. Incluye los peligros en los viajes migratorios, vivir en situaciones de exclusión, etcétera. Los riesgos físicos afectan más que los psicológicos porque se considera que entrañan más peligro para la integridad del sujeto, puesto que su capacidad de respuesta, de adaptación, ante este tipo de problemas es menor, más difícil.
Figura 3. Los siete duelos de la migración. (Fuente: Achotegui, 1999).
El duelo migratorio como duelo múltiple
Explicaba el Dr. Font, psiquiatra jesuita, una anécdota de su experiencia de trabajo con inmigrantes españoles en Alemania en los años 1960 que recoge magistralmente todo lo que he intentado explicar conceptualmente.
Un día le preguntó a un inmigrante español en Frankfurt:
—¿Qué tal el alemán?, ¿lo vas aprendiendo?
—Hombre, es difícil… Las conjugaciones, las palabras tan largas… pero, bueno, voy aprendiendo.
—Y la comida, ¿qué tal la comida?
—Bueno, es muy diferente; los sabores son distintos… pero, bueno, me voy adaptando.
—Y el clima, ¿se adapta?
—Hombre, hace un frío que pela; enseguida está oscuro, llueve mucho, pero, bueno, voy tirando…
—Y la gente, ¿qué tal con los alemanes?
—Bueno, muy buena gente, pero son muy suyos; me lo tomo con calma… Pero ¡oiga!… ¡Todo junto!: la lengua, la comida, el clima, la gente… Esto, padre, ¡no hay dios que lo aguante! ¡Que no para de llover!, ¡que no entiendo nada!, ¡menuda comida tienen aquí!
Estos siete duelos afectan a todas las esferas de la vida de la persona, de ahí su gran relevancia psicológica y psicosocial. Por eso, suelen emigrar, en general, personas jóvenes y sanas, porque hay que hacer frente a numerosos cambios y no todas las personas se ven capaces de afrontarlos.
Condiciones buenas, difíciles y extremas de la migración
No es lo mismo emigrar en buenas condiciones que en condiciones difíciles o extremas. Hacemos referencia al duelo en general, pero el duelo puede poseer diferentes grados de dificultad, de intensidad. Desde esta perspectiva, consideramos relevante la diferenciación entre el duelo simple, el duelo complicado y el duelo extremo. Esta diferenciación es muy importante porque contribuye a mesurarlo. De la misma manera que no es lo mismo deber 50 euros que deber 50.000 o 5 millones —aunque las tres cantidades son deudas—, no es lo mismo un duelo que es posible resolver que un duelo difícil o que un duelo extremo, aunque, como hemos señalado, es muy importante tener en cuenta también la vulnerabilidad o la fortaleza del sujeto ante las situaciones de estrés y de duelo.
Así pues la migración se puede vivir:
– en buenas condiciones (duelo simple),– en condiciones difíciles con serios problemas para salir adelante, aunque se puedan ir superando (duelo complicado), o– en circunstancias tan duras que no es posible la adaptación (duelo extremo).Precisamente, de esta comparación ha surgido el planteamiento del Síndrome de Ulises al comprobar hasta qué punto han empeorado las circunstancias de las nuevas migraciones. Este cambio puede apreciarse fácilmente si analizamos la foto de un grupo de emigrantes españoles o de otro país europeo de los años 1960 despidiéndose de sus familiares para ir a América en un barco, cantando, emocionados ante la nueva vida llena de retos y de oportunidades que tienen por delante, el proyecto de hacer «las Américas»; y una foto de los nuevos emigrantes llegando en una patera a las costas del Mediterráneo exhaustos, hambrientos, asustados…
Sólo con comparar estas dos imágenes está todo dicho: no es lo mismo emigrar en barco, que en patera; no es lo mismo emigrar en condiciones difíciles —porque al emigrante, obviamente, nunca le han regalado nada—, que en condiciones extremas.
Evidentemente, ni todo el mundo emigraba antes en barco, ni todo el mundo llega ahora en patera, pero el barco ha sido siempre una imagen simbólica de la migración y, además, ahora el viaje en patera es casi el único momento en el que la migración es visible. Luego los migrantes ya son invisibles, son los nadie; como Ulises en la Odisea.
En mi caso, puedo explicar, además, que he visto con mis propios ojos las dos situaciones que acabo de describir. Yo mismo acudí varias veces de niño a despedir a tíos y familiares que marchaban a América. Recuerdo perfectamente los cánticos, las despedidas en el puerto de Bilbao o en el puerto de Santander; recuerdo hasta las hermosas canciones que cantábamos. Y también he podido ver con mis propios ojos la llegada de los nuevos inmigrantes en las pateras a nuestras costas, en Tarifa —en la costa de Cádiz— o en el faro de la Entallada —en la isla de Fuerteventura—; hombres, mujeres y niños asustados, indefensos. He vivido las dos experiencias emocionales y puedo decir bien claro que son radicalmente diferentes.
Las tres grandes diferencias entre las migraciones del siglo XXI y las migraciones precedentes
Tres grandes diferencias entre las migraciones del siglo XXI y las migraciones precedentes:
1. Rupturas familiares.
Ya no emigran familias enteras como las que reflejaba la clásica novela Las uvas de la ira de John Steinbeck —en la que los Jaed viajan juntos por la mítica carretera 66 hacia California— o como las familias que hemos visto tantas veces viajando juntas en las caravanas de las películas del Oeste—. Hoy emigran hombres, mujeres, incluso niños, pero ya no viajan juntos. Además, con cada nueva reforma de las políticas migratorias se incrementan los obstáculos y las dificultades para la reagrupación familiar. A esto hay que añadir la «desagrupación familiar», ya que las familias que con tantas dificultades habían logrado reagruparse se están rompiendo nuevamente por la crisis, obligando a reenviar a los niños a los países de origen.
2. Exclusión social estructural.
Muchos inmigrantes sufren una ausencia radical de oportunidades. Podríamos decir que, para ellos, no es que el ascensor social se haya estropeado; ¡es que ha sido arrancado de cuajo!
3. Criminalización del inmigrante.
Nunca en la larga historia de las migraciones —que es la propia historia de la humanidad— se había considerado que emigrar era un delito, como es un delito, por ejemplo, robar. Así, en julio de 2009 se aprobó en Italia la ley Maroni, que incluye la migración como delito en el código penal. Desde entonces, la lista de países que han legislado en este mismo sentido no ha cesado de aumentar.
Figura 5. Diferencias entre las migraciones actuales y las migraciones anteriores.
Los cinco grandes tipos de inmigrantes
Actualmente, desde el punto de vista de las dificultades que viven en la migración, podríamos diferenciar cinco grandes grupos de inmigrantes:
1. Los ricos. Se mueven a placer por todo el mundo. No se pierden un cumpleaños o una fiesta familiar. Se dice que los ricos no emigran, «tienen movilidad». En la mayoría de los países, si compras una casa, te dan los papeles. Hoy, el derecho a emigrar está en venta. Se compra.
2. Los inmigrantes regularizados. A pesar de que legalmente tienen todos los derechos, es frecuente que vivan situaciones de discriminación y exclusión. Sin embargo, en comparación con los indocumentados, a pesar de todos sus problemas, constituyen una high class en la migración.
3. Los inmigrantes regularizados que, sin embargo, no tienen todos los derechos. Por ejemplo, no tienen derecho a traer a la familia, no tienen acceso a determinados puestos de trabajo, etcétera.
4. Los «semirregularizados». Los sin papeles sobrevenidos, los que corren el riesgo de perder la documentación, los que no tienen recursos para reagrupar a la familia; en algunos casos, ni siquiera los abogados saben en qué situación legal están.
5. Los sin papeles. Están estructuralmente fuera del sistema. Se estima que son 50 millones, más 70 millones de refugiados, la mayoría sin protección. Son los principales candidatos a vivir situaciones de estrés crónico y múltiple, como el Síndrome de Ulises.
Figura 6. Tipos de emigrantes en función del grado de dificultades a las que se enfrentan en su migración.
Salud mental y trastornos mentales en la migración
Tal como hemos señalado, emigrar constituye un factor de riesgo desde la perspectiva de la salud mental por el incremento del estrés que supone. Sin embargo, dado que existen muchos tipos de personas que emigran y lo hacen en muy diferentes condiciones sociales y culturales, no es fácil establecer una correlación simple entre la migración y el trastorno mental. Además, hay que tener en cuenta que muchos inmigrantes, a pesar del sufrimiento psíquico que padecen por las difíciles situaciones que viven (soledad, miedo, indefensión, etcétera), no padecen trastornos mentales, sino cuadros del tipo del estrés, como el Síndrome de Ulises.
Tal como señala la figura 7, desde la perspectiva de la salud mental y la psicopatología en la migración, se pueden establecer tres grandes áreas: los trastornos mentales, los síndromes culturales y el Síndrome de Ulises.
Los trastornos mentales
Hoy sabemos que los inmigrantes tienen los mismos tipos de trastornos mentales que el resto de la población (los autóctonos o aquellos que se quedan en su país de origen). Por lo tanto, los trastornos mentales son universales, se dan en todas las culturas porque son una mochila que nos la legado la historia evolutiva. De este modo, podemos encontrar psicosis, trastornos obsesivos, depresiones, etcétera en todas las culturas del planeta.
Pero, a la vez, se ha de tener en cuenta que la expresión de la sintomatología de los trastornos mentales está condicionada por las características culturales de la persona. La cultura es como el filtro a través del cual se expresa la sintomatología. Así, por ejemplo, la depresión en la cultura occidental está vinculada a la culpa, mientras que en otras culturas se somatiza mucho más; sin embargo, la psicosis catatónica se da más en la India o Senegal que en Occidente.
Sin embargo, existe un gran debate acerca de la existencia de algunos cuadros que podrían ser específicos de algunas culturas, tal como veremos en el siguiente apartado.
Desde los años 1970, importantes investigaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS